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Producir la ley: productoras y gestoras culturales por #AbortoLegalYa
324 productoras, comunicadoras y gestoras culturales se organizaron y firmaron su Carta Abierta a diputadas y diputados en favor del proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Testimonios sobre la nueva conciencia que se está gestando y de por qué la ley se consigue con risas y a gritos. Nuestra crónica, video y reportaje fotográfico.
La cita era a las 9:45, pero diez minutos antes ya eran cuarenta en la puerta de Mu.
A las 9:50 eran 100.
Y a lo largo del día fueron 320 las productoras, comunicadoras y gestoras culturales que se reunieron para firmar su Carta Abierta a diputadas y diputados en apoyo al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Una de las que está haciendo fila para estampar su nombre y apellido después de la foto colectiva en las escaleras de la Universidad de las Artes (UNA) es Paula Granica, productora ejecutiva de Pol-Ka. “Es un hecho histórico”, dice a lavaca. “Y este es un movimiento increíble. Me parece espectacular. Fue rápido, nos organizamos, se hizo una cadena y nadie se opuso. Fluyó. ¿Por qué? Porque es un tema que toca a las mujeres, a todo el mundo. También a los hombres. Es una demanda que no tiene por qué estar por fuera del derecho de la mujer, tiene que existir y no hay por qué dar ninguna explicación de lo que cada mujer decida hacer con su cuerpo”.
La voluntad de libertad
Déborah Cosovschi es periodista, fue gerente de Producción Corporativa de Cuatrocabezas y es fundadora de la agencia de comunicación Kokawa junto a Silvana Waisberg. También fue una de las impulsoras de esta Carta Abierta. “En poco tiempo nos juntamos, vinimos y dejamos nuestros trabajos para estar acá. La mayoría de las chicas que estamos hoy no las conozco: todas nos fuimos conectando y se armó un circuito de todas desconocidas que trabajamos más o menos de lo mismo. Y se armó porque es vital y fundamental que salga la ley”.
Otra de ellas es Carolina Castro, productora y gestora cultural independiente, trabajadora de la Bienal de Arte Joven de Buenos Aires. “Hay una conciencia nueva en relación a esta problemática, no solo en un carácter individual, sino de entender que es para otras. Hay muchas que están acá que tal vez no se practicarían un aborto, pero defienden la idea de que quien quiera hacerlo pueda tener ese derecho. Lo que nos une es una práctica profesional, pero somos mujeres de edades y de extracciones ideológicas diferentes: desde gestoras de espacios autogestivos hasta productoras de canales de televisión y grandes festivales. Podemos tener diferencias políticas, pero algo nos une y es una voluntad de libertad”.
Un nuevo sentido común
Julieta Hantouch es de Casa Sofía, un espacio cultural en Palermo, y subraya que la firma es una oportunidad de ponerse en contacto para organizarse. “Mucho de lo que pasa por nuestros espacios culturales tiene que ver con la producción del sentido común, empezando por la programación. Y las cuestiones de género siempre nos atraviesan, pero nunca las discutimos de forma colectiva. Esto nos posibilitó reunirnos para discutir una agenda propia más allá de la política, del presupuesto, del tarifazo y ubicarnos como trabajadoras de espacios culturales”.
Carolina Camacho es realizadora audiovisual, docente y en 2011 estrenó una película sobre el aborto que se llama Propiedad privada. “Tengo alumnos adolescentes y gente adulta y veo que hay un cambio de conciencia en el tema. Doy clase en el área artística y muchas veces en las clases surgen estos temas y veo que los adolescentes vienen cada vez más comprometidos y con muchas preguntas y nuevos paradigmas, y con cosas que hace diez años atrás no pasaban. Y hay que provechar. Las escuelas son focos donde se puede transformar algo”.
Julieta Colomer es fotógrafa, comunicadora y ahora está trabajando en Mónada Nómada, una editorial de arte político. “Es parte de un momento histórico que se está dando ahora porque hubo una multitud que ya se había empezado a unir con el primer Ni Una Menos y con los reclamos por los femicidios, procesos que hicieron caldo para que hayan distintos sectores que hoy se unen en pos de una causa que es común a todas. Muchas no tuvieron la oportunidad, pero yo quiero la legalización del aborto por las que vienen. Tengo una hija de 14 años que está involucrándose desde su centro de estudiantes: está muy contenta, tiene mi pañuelo, y está empezando a participar de los martes verdes con su colegio. Esto también es por y para ella: tienen que poder decidir y que sea seguro y gratuito, y no una causa de muerte”.
A las risas y a los gritos
La gerente de Programación y Contenidos de Ciudad Cultural Konex, Noel Yolis, acaba de firmar con su hija Selva, de 1 año y tres meses, en brazos. “Necesitamos urgente la legalización. Voy con mi hija a todos lados. Ya la llevé varios martes a la puerta del Congreso, y algunos piensan que es contradictorio, pero para mí no lo es”.
¿Por qué?
-Porque estoy para que mi hija sepa que las cosas se buscan, se conquistan, se consiguen, se persiguen, se militan. Y, también, porque le enseño desde ahora que es libre, que su cuerpo es de ella y que ella tiene que poder decidir, mientras que el Estado tiene que acompañar las decisiones personales para dar garantías. Ella sólo tiene que ser libre
Gisela Ferraro, la primera de las productoras y comunicadoras en llegar, agrega: “Es un momento histórico. Y tenemos que vernos juntas. Tenemos que reflejar y convocarnos por el derecho a elegir sobre nuestros propios cuerpos. Por eso también lo ponemos en la calle, en la firma y en esta unión y suerte de sinergia que se está generando de una forma muy natural. Es algo que una lleva adentro, que lo vive y atraviesa en mucha soledad, y que ni bien le ves reflejado en otra te genera ganas de compartirlo y vivirlo. En esa magia está la fuerza del pedido: esta lucha se vive con una sonrisa, con las manos arriba y a los gritos”.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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