Nota
¿Quién tira la piedra en Chubut? Detenidos sin pruebas, sospechas de escena armada y el miedo como forma de control social
En Lago Puelo, el lugar donde la comitiva de Alberto Fernández fue apedreada, lavaca habló con un docente, un abogado de una de las acusadas y una defensora de derechos humanos que analizan qué pasó, qué se sabe y qué no. Quiénes y cómo son los docentes detenidos por el supuesto ataque presidencial. Los apuntados que ni siquiera estaban en el lugar de los hechos. Las sospechas de una escena armada en la cual no hubo seguridad pero sí la huida del auto de una brigada policial local. El choque entre el gobierno provincial y nacional que abona esta hipótesis, confirmada a lavaca por el viceintendente de Lago Puelo. El modo en el que tanto la justicia provincial como el gobierno nacional aprovechan el caso para deslegitimar la organización social contra los proyectos megamineros, en medio de una Comarca Andina que continúa ardiendo.

Por Francisco Pandolfi desde Lago Puelo. Fotos de Nacho Yuchark
Mientras el gobierno nacional y el de la provincia de Chubut juegan al Gran Bonete, endilgándose responsabilidades sobre la turbulenta venida del presidente Alberto Fernández a Lago Puelo; mientras diversas cámaras y flashes mediáticos se suben a ese juego de distracción, la Comarca Andina continúa ardiendo.
Siguen los incendios, sigue habiendo cada vez más afectados (por el fuego y por sus consecuencias), sigue aumentando el número de casas relevadas arrasadas –el número oficial es de 350, pero organizaciones autoconvocadas apuntan a más de 500 por la falta de registro de viviendas–. Sigue habiendo sectores sin luz, sin agua, sin acceso a internet.
Pese a este escenario que permanece desolador, se va apagando de los medios la catástrofe ambiental, minimizando el desguace del Estado provincial, en medio del show de las detenciones. Pero, ¿qué hay detrás de los allanamientos y su puesta en escena? ¿Qué esconden las detenciones violentas y mediáticas, sin ninguna prueba concreta contra las y los acusados? ¿Quién piensa en esas personas y en el temor que hoy las atraviesa?

Piedras y perejiles: en el lugar del hecho
El lunes por la mañana, el ministro de Seguridad de Chubut, Federico Massoni, expuso en conferencia de prensa a los presuntos involucrados en la apedreada que recibió la comitiva presidencial el sábado 13 de marzo. Nombres y apellidos, direcciones de sus hogares, ocupaciones, salarios y una parva de datos personales fueron difundidos para justificar los ocho allanamientos y las seis detenciones que se produjeron, incluida una menor de edad. Les secuestraron sus celulares en la fiscalía comandada por Carlos María Díaz Mayer, socializaron sus datos privados y, en un lapso de sólo tres horas, los liberaron.
“Las detenciones tienen un patrón común: son todos perejiles. Yo conozco al menos dos casos que no estuvieron en el lugar. Ana Ruiz, a quien represento en su defensa, y Trinidad Muñoz, a quien no la allanaron todavía pero está en la orden del juez que pidió el fiscal. ¿Se entiende? ¡Ni estaban en el lugar del hecho! Entonces te das cuenta de que se trata de una pelea entre los distintos gobiernos, que nos trasciende. Acá, agarraron al voleo y ese fue el criterio”, afirma a lavaca el abogado Edgardo Manosalva.
Ana es vecina del paraje Entre Ríos y auxiliar en una escuela. Según afirma su defensor, el día anterior había viajado a Trevelin y aparece en las cámaras de salida y entrada a Esquel con su vehículo. “Al regresar, ni siquiera pasó cerca de lugar de conflicto; no sé por qué la agarraron”, y completa: “Es muy admirable la performance del fiscal… hay que tener mucha puntería para acertar contra gente que no tiene nada que ver. Me atrevería a decir que le erró en los ocho casos que estaban en la orden de allanamiento”.

Cómo fue el montaje: sin seguridad y con la brigada
El pueblo sigue viviendo con el carbón en la cara, en las manos, en la respiración. El proceso de reconstrucción se palpa en cada pedazo de tierra vapuleada, mientras varios focos permanecen encendidos en distintos puntos de la Comarca andina. Cuando se llama para reclamar por falta de luz, desde las cuadrillas contestan que no tienen recursos. Sin embargo, eso ya no parece ser noticia: desde el sábado pasado se mira a Chubut por la disputa entre Nación y Provincia tras el ineficiente operativo de seguridad. “Hubo una comitiva casi sin vigilancia, entonces, no es difícil de imaginar que todo fue armado. Como resultado, ahora hay más información de la apedreada que de lo que le pasa a nuestra comunidad y a la desidia del Estado”, dice a lavaca N., profesor de Geografía de Lago Puelo y compañero de trabajo de Alejandro Orda, otro de los detenidos.
Alejandro Marqués, viceintendente de Lago Puelo, también analiza los hechos a la luz de un montaje: “Me llamó mucho la atención lo que pasó el sábado, no vimos un operativo de seguridad de la provincia. Había 150 personas que se manifestaban contra la minería; y luego aparecieron 50 de la UOCRA de Esquel. De las asambleas contra la mina me pidieron que intervenga por las provocaciones del sindicato. No tengo evidencias, pero el análisis es simple: vinieron todos los ministros de la provincia menos uno: el de Seguridad. Eso ya era un indicio de algo, ¿no?».
En relación a las detenciones, manifestó: “Me llaman la atención porque aunque tengan una posición contraria al gobierno provincial, los docentes son contundentes en sus reclamos, pero no agresivos. No entiendo por qué a ellos. Se ve que tenían la necesidad de presentarlos como violentos”. Y agregó: “Dos personas tiraron piedras; es extraño que con las áreas de Inteligencia que tienen, esas personas no hayan sido identificadas”.
Hay versiones de testigos que indican que las piedras fueron arrojadas desde un vehículo que pertenece a la Brigada de Investigaciones de la Policía de Chubut.
Patricia Dambielle tiene 61 años y es la presidenta de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos Regional Noroeste de Chubut. Es veterinaria y docente de la escuela 788 de arte. Es maestra de la menor que fue llevada a la comisaría y conoce a su padre, otro de los detenidos. “Yo pude identificar que ese auto estaba radicado en Rawson y luego se conoció que pertenecía a la Brigada policial. A esta altura nada me sorprende de Mariano Arcioni, el gobernador. Siento angustia, indignación, bronca, se me estruja el corazón; está todo muy complicado acá”. Edgardo, también abogado, complementa: “No me sorprende cómo actuaron, ni la aparición de ese vehículo policial ni el show montado con las detenciones: de un gobierno burdo, con mentalidad burda, solo pueden salir acciones y consecuencias burdas. La capacidad de sorpresa en Chubut está ‘a niveles diablo’, diría mi hijo”.

La doctrina del miedo
El lunes por la mañana, Alejandro Orda estaba durmiendo cuando lo despertó una veintena de policías de Infantería golpeando la puerta y la ventana de su casa. Su hijita estaba mirando la televisión y fue quién más se asustó. Se fue corriendo a meterse en su cama, sin querer ver ni escuchar nada más. Esteban, docente de Lago Puelo y compañero de Alejandro, lo describe: “Él es muy tranquilo, sensible, laburante; en la escuela está todo el tiempo resolviendo cosas. Él acompaña en el rol técnico y da capacitaciones sobre grooming. Habla mucho con los pibes, que suelen contarle sus problemas. No es una persona que se fuera a meter en ninguna situación confrontativa”.
El profesor profundiza sobre el estado de su amigo: “No quiere salir de su casa, tiene miedo de perder el laburo, de quedar marcado; su compañera me llamó desesperada luego de ser detenido de una manera hiper violenta. Llegaron con armas largas, escudos y cascos. Imaginen cómo se puso la nena. Se lo llevaron, le sacaron fotos, lo filmaron y publicaron hasta dónde vive”.
Agrega un dato significativo en el armado de la causa: “Casi al mismo tiempo que sucedían las detenciones, medios masivos de Buenos Aires ya sabían lo que estaba pasando. Fue muy rara la movida. En la comisaría sólo les avisaron que los estaban notificando de la acusación. O sea, fue todo un circo exteriorizado por Massoni, que escrachó a gente que no tiene nada que ver”.
Con una población estimada de 15 mil personas, entre el 10% y el 15% de Lago Puelo fue afectado directa o indirectamente por el incendio. En este contexto se agravó la crisis habitacional preexistente: las familias que perdieron todo buscan alquilar a través de un grupo público de Facebook, porque en la zona hay entre dos mil y tres mil viviendas para el turismo, pero prácticamente nada para el pueblo. “Las detenciones tienen la intención de seguir tapando todo lo que realmente pasa en Chubut. Yo vivo hace 8 años en la provincia y, sin exagerar, ya viví más de 80 incendios, algunos más chicos, algunos más grandes. ¿Cuál es el fin? Si te saco todas las posibilidades para el uso del suelo, para existir, y te dejo solo lo que me interesa como Estado, ¿qué te quedas, a qué te dedicás? Sin animales, sin producción en el campo, sin pasto. Esto fue una catástrofe medioambiental, en medio del deseo gubernamental de aprobar la minería”, cuenta el docente de Geografía, que por seguridad personal y de su familia prefiere no revelar su identidad: otro signo de cómo están las cosas en la provincia.
El procedimiento que las Fuerzas de Seguridad provinciales llevaron a cabo anteayer no fueron una excepción. De hecho, hace sólo dos semanas la APDH le envió a la Corte Interamericana de Derechos Humanos un extenso informe sobre las violaciones de derechos que se producen en Chubut: “Nos cansamos de mandar informes a cuanto espacio del gobierno nacional se les ocurra. Sin ninguna respuesta y habiendo agotado todas las instancias, lo elevamos a la Corte Interamericana solicitando que este organismo internacional le pida a Nación investigar lo que pasa en Chubut”, comenta Patricia Dambielle, de la APDH, que sentencia: “Hay violaciones por violencia institucional, intensificadas en pandemia; al derecho a la vivienda, a la alimentación, a la salud, a la educación; todos los empleados estatales hace más de tres años sufrimos la falta de pago de sueldos en tiempo y forma. Existe una violación directa del gobierno provincial, pero hay una violación por omisión del gobierno nacional”.

Esa matriz de violencia institucional histórica queda en evidencia ante las nuevas detenciones: “Fue una tragedia lo que pasó; una violación supina de los derechos humanos, además de constituir crímenes, como por ejemplo, abuso de autoridad e incumplimiento de deberes de funcionario público penados por el código penal argentino, al haber expuesto con fotos a los acusados. El otro crimen es la calumnia. Los están acusando con nombre y apellido de un crimen que, sabemos, no es cualquier crimen”, analiza el defensor Edgardo Manosalva y cierra con un tema que en Chubut parece nunca acabar: “Todos los detenidos quedaron desmoronados emocionalmente. Y lo que más expresaron es la crueldad en el escrache, el sadismo institucional que les implicó una exposición de esa naturaleza y con un cargo de ese peso. Acá no está el Estado asistiéndolos: sino que los está acusando sin ninguna prueba”.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
Nota
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Docente:
Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.




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