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República Transgentina hasta en el pan: aprobaron el trigo transgénico pero hay dudas sobre si logrará ser impuesto

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El trigo HB4, transgénico, fue aprobado por el actual gobierno generando una nueva amenaza social, ambiental y alimentaria sobre la población. El país es el primero del mundo que aprueba este evento, cosa celebrada por el periodismo transgénico. La ausencia de la supuesta grieta, con todos los políticos (opositores y oficialistas, de antes y de ahora) favoreciendo el modelo de agricultura tóxica. La desmentida de la idea de que la vida y la salud están por encima de la economía. Horizonte de más fumigaciones, más venenos, más enfermedades y la idea de un alimento masivo, el pan, hecho a partir de un trigo modificado genéticamente cuyos efectos para quienes los consuman son desconocidos. Lo que ni Macri se atrevió a hacer. El negocio, la dependencia de lo que decida Brasil, la operatoria del trigo, y los sectores que se oponen por razones de mercado. Las miradas de Miryam Gorban, Remo Vénica, Irmina Kleiner, Alicia Massarini, Horacio Lucero, Damián Verzeñassi, Carlos Manessi, Anabel Pomar, y algunos argumentos para comprender por qué la medida solo significaría empeorar lo malo que ya ocurre en el país con el modelo productivo.  

“Siempre fuimos críticos de la tecnología de la transgénesis, pero ahora, además, se meten con el pan: vamos a tener en el futuro un elemento transgénico metido en la comida las 24 horas de los argentinos, que es resistente no sólo al glifosato sino también al glufosinato de amonio, un veneno peor. Desde la medialuna hasta el biscocho del mate. Estamos muy preocupados por las consecuencias en la salud de nuestro pueblo”.

Carlos Manessi es integrante del Centro de Protección a la Naturaleza (Cepronat) y la campaña Paren de Fumigarnos, y así grafica a lavaca las implicancias de una decisión preocupante: la aprobación del gobierno a la comercialización de la variedad transgénica de trigo HB4, del grupo biotecnológico Bioceres, convirtiendo a Argentina en el primer país del mundo en autorizar trigo modificado de forma genética. Sin embargo, la decisión, que fue publicada en el Boletín Oficial, ata la comercialización a la autorización de Brasil, que es el principal comprador del trigo argentino: sólo en este año, el 85% de la importación del cereal proviene de Argentina.

“Leo esta medida como la consolidación de un rumbo dentro del gobierno actual que sigue la misma línea del gobierno anterior: no hay ninguna grieta”, plantea a lavaca el médico, científico e investigador Damián Verzeñassi, del Instituto de Salud Socioambiental de la Universidad Nacional de Rosario (ISS-UNR). “El macrismo no se animó a aprobarla porque económicamente no le cerraba el número: sabía que sólo era una ganancia para Bioceres pero iba en detrimento de la producción del país porque no se la iba a poder vender a nadie. No hay ninguna posibilidad de que este trigo resistente a herbicidas sea autorizado en ningún otro país del mundo que no tenga destino a la dependencia absoluta. ¿Dónde está la soberanía alimentaria de la que hablaron?”.

El pan transgénico

República Transgentina hasta en el pan: aprobaron el trigo transgénico pero hay dudas sobre si logrará ser impuesto

Como publicó MU en su edición 135, el trigo transgénico no está impulsado por Monsanto-Bayer, ni Syngenta-ChemChina, ni Corteva (fusión de Dow y Dupont). La impulsora es Bioceres, un emporio conformado por medio centenar de empresarios del agro, entre ellos los millonarios Hugo Sigman (presidente del Grupo Insud, con presencia en cuarenta países, desde laboratorios farmacéuticos hasta medios de comunicación, y hoy con un rol ante la producción de la supesta vacuna contra el coronavirus, también transgénica), Gustavo Grobocopatel (el llamado “rey de la soja”) y Víctor Trucco (presidente honorario de Aapresid, cámara que reúne a empresarios referentes del agronegocio e impulsores de los transgénicos en Argentina).

Bioceres se presenta como “proveedor totalmente integrado de soluciones en productividad de cultivos” y publicita que cuenta con “alianzas estratégicas con líderes mundiales, tales como Syngenta, Valent Biosciences, Dow AgroSciences, Don Mario y TMG”. Sus ejes de negocios incluyen semillas de soja, maíz, alfalfa y trigo.

La variedad del llamado “trigo HB4” ya había sido presentada en noviembre de 2018. Dos años antes, una decena de organizaciones sociales (Cátedra de Soberanía Alimentaria de la UBA, Foro Ecologista de Paraná, Acción por la Biodiversidad, entre otras) había lanzado la campaña No se metan con nuestro pan, donde expresaban: “Sabemos que los transgénicos son una amenaza para la biodiversidad, para el ambiente y la salud de todos. Sabemos que las aprobaciones y los controles son, en la Argentina, muy poco serios. Pero esto es peor. No queremos trigo ni pan transgénico. Exigimos saber qué estamos comiendo”.

Manessi subraya que el avance de esta variedad transgénica se fue acuñando en Santa Fe, de la mano de la científica Raquel Chan, docente de la Universidad Nacional del Litoral (UNL), del Instituto de Agrobiotecnología del Litoral y el Conicet, tomó notoriedad pública cuando desarrolló una soja resistente a la sequía. La expresidenta Cristina Fernández de Kirchner y el entonces ministro de Ciencia, Lino Barañao (luego devenido en ministro macrista), la mencionaban como ejemplo de la ciencia productiva para el país. “Este desarrollo significaría mayor producción de alimentos, con una población mundial que crece cada vez más”, afirmó Chan en 2012.

“No es nuevo el intento de cristalizar este camino”, apunta Manessi. Y, como Verzeñassi, siembra dudas con relación a su valor económico, en medio de la búsqueda desesperada de dólares. “Es la pata más floja que tiene el proyecto. Siempre nos preguntamos por qué las corporaciones no avanzaron con la transgénesis del trigo”.

Por ejemplo, el presidente del Consejo de Calidad de Trigo de Estados Unidos, Dave Green, le dijo a la agencia Reuters que en su país –segundo exportador mundial de trigo, después de Rusia- no existe interés en desarrollar el trigo transgénico: “Ninguno de nuestros clientes extranjeros lo quiere”.

Manessi, desde Santa Fe, completa: “Pasa que va a haber una gran batalla para que esa harina se consuma. En Brasil, lo mismo: el 85% del trigo brasilero es argentino. Hasta que Brasil lo autorice, si es que lo autoriza, va a tardar por lo menos cinco años”.

La preocupación del lobby

República Transgentina hasta en el pan: aprobaron el trigo transgénico pero hay dudas sobre si logrará ser impuesto

Algunos datos para entender el esquema del trigo en Argentina:

  • La cosecha de trigo se concentra en diciembre y enero. En 2019/2020, finalizó con un “record productivo” de 19,5 millones de toneladas, según relevó la Bolsa de Comercio de Rosario, un incremento de 500 mil toneladas respecto al máximo anterior.
  • Luego, en mayo de cada año, los servicios de Estimaciones Agrícolas publican el dato de intención de siembra para la siguiente campaña. Este año, la Bolsa porteña indicó que la superficie a sembrar era levemente superior a la del 2019: 6,7 millones de hectáreas contra 6,6 millones. A nivel mundial, según estas estimaciones, fue el cultivo que registró la menor baja de precios desde el comienzo de la pandemia en todo el mundo. Además, el departamento de Economía de la Bolsa relevó una tendencia a dietas volcadas al consumo de cereales, en mercados como Argelia, Egipto y Turquía que abrieron licitaciones para la importación de trigo y el ojo en qué hará China.
  • La Bolsa de Rosario había estimado una cosecha para la campaña actual de 22 millones de tonelada: 14,5 millones se destinarían a exportación, 6,6 millones a molienda y balanceados y 1 millón a semillas y otros. Sin embargo, en su reporte mensual de oferta y demanda mundial de granos, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por su siglas en inglés) este viernes planteó que la cosecha 2020/21 alcanzaría 19 millones de toneladas, por debajo de lo prefigurado. La explicación de la caída de esa proyección, según la USDA, es porque el norte y el oeste argentino sufren una sequía que impactó en el desarrollo de los lotes.

Rusia es el principal exportador mundial de trigo. Le siguen Estados Unidos, Canadá, Europa y Argentina. En el país, el último informe oficial de la cadena de valor de la harina del trigo -segunda transformación luego de la molienda, que es el primer eslabón- es de marzo de 2019, y también arroja datos que permiten completar el panorama:

De las más de 6 millones de hectáreas, la provincia de Buenos Aires encabeza la producción con el 41,6%. Le siguen Córdoba (22,4%), Santa Fe (17,5%), Santiago del Estero (6%), Entre Ríos (5,9%) y La Pampa (4,3%).

  • En volumen, Argentina es el quinto productor mundial de trigo (2%), detrás de la Unión Europea (18,8%), China (18,1%), India (13,6%), Rusia (9,5%) y Estados Unidos (7%).
  • En exportaciones, es el cuarto principal exportador, (tiene el 4,3% del mercado) detrás de Turquía (23,3%), Kasajastán (10,4%) y Alemania (7,1%). Luego de Argentina, sigue Bélgica (3,5%).
  • El principal destino de exportación del trigo argentino es Brasil. En 2018 hubo un record histórico con 5,9 millones de toneladas, el valor más alto de los últimos 12 años. Representó un ingreso de 1306 millones de dólares.
  • Argentina también es el quinto país con los valores más altos de trigo destinados a consumo humano (117 kilos por habitante durante 2018/19).

Con estos datos, no es casual que no sean solo las organizaciones ambientales y las asambleas vecinales que rechazan la medida. El Comité Ejecutivo de la Asociación Argentina de Trigo (Argentrigo) expresó la “preocupación” de los actores de la cadena de trigo. Además, otras 16 entidades del propio agronegocio (Bolsas de Cereales y de Comercio de Buenos Aires y Rosario, entre otras, además la Federación Agraria y la Sociedad Rural) expresaron que es el Ministerio de Agricultura quien debe “asumir las responsabilidades de las consecuencias directas que puedan generar costos económicos y comerciales para todos los productores del trigo, así como para todos los eslabones de comercialización y transformación interna y de exportación”.

El verdadero riesgo

Más acá del rechazo de un sector del lobby (que, por las dudas, aclaraó que la tecnología “no tiene riesgos ambientales ni de salud pública”, pero sí “riesgos comerciales”), lo que a Manessi le parece el dato más preocupante y menos difundido: “Están buscando comercializar un trigo resistente al glifosato y al glufosinato de amonio. Recuerdo que Carrasco (Andrés, expresidente del Conicet, y uno de los científicos que investigó y denunció públicamente los efectos del glifosato en la salud) siempre decía que el glufosinato es peor. Hay que hacerlo visible”.

Verzeñassi acuerda: “El trigo HB4, más que resistencia a la sequía, tiene como mayor logro la resistencia al apilamiento de estos dos venenos. Es como volver al futuro, pero en el pasado. Estamos haciendo lo mismo que hicimos en el 96 con la soja, pero ahora con el trigo, mientras Argentina se transforma en un chiquero de China. Con el discurso de recuperar dólares y que los transgénicos nos iban a salvar de la debacle, lo que se logró es eliminar un productor cada dos horas desde 2002 a 2018 según el Censo Agropecuario. Y así se termina de destruir a los productores del trigo, mientras nos hacen dependientes”.

Argumenta: “No cierra desde la soberanía. No cierra desde la economía. No cierra desde el cuidado de los territorios ni en la mejora de la producción, y menos de la salud. No hay ningún beneficio para el pueblo argentino con el trigo HB4. No hay nada”.

Verzeñassi señala la contradicción que representa que la medida venga de un gobierno de signo contrario a Cambiemos: “Sobre todo porque uno confiaba en que el gobierno iba a transitar un camino hacia la construcción de una soberanía nacional. Pero nos hablaron de soberanía alimentaria, para amagar una supuesta estatización de Vincentín, que fue más amenaza que otra cosa, y sólo sirvió para bastardear el concepto”.

Razones para rechazar

República Transgentina hasta en el pan: aprobaron el trigo transgénico pero hay dudas sobre si logrará ser impuesto

“Ni Macri se atrevió a tanto” dice el abogado especializado en soberanía alimentaria Marcos Filardi, al referir la aprobación durante el macrismo de 24 eventos transgénicos que quedarán devaluados frente a la posible relevancia de haber aprobado el trigo HB4, o sea, el transgénico. Filardi recuerda que en 2019 organizaciones como la UTT (Unión de Trabajadores de la Tierra), Multisectorial Paren de Fumigarnos, Foro Ecologista de Paraná, Museo del Hambre, Coordinadora Basta es Basta de Entre Ríos, entre otras, firmaron un documento con razones para rechazar la transgénesis del trigo. Actualizando aquel enfoque, algunos ejemplos:

  • Multiplicará el uso de agrotóxicos (ya se duplicaron en los últimos años hasta 525 millones de litros de pesticidas, y la novedad triguera hará estallar aún más esas cifras).
  • El glufosinato es más tóxico aun que el glifosato (prohibido en muchos países por su alta toxicidad y sus efectos cáncerígenos, neurotóxicos, genotóxicos).
  • Aumentará el período de fumigaciones en el país a todo el año.
  • Ese pesticida estará presente en el pan que consume la población.
  • Contaminará y convertirá en transgénicos a los trigos que no lo son.
  • El trigo transgénico ya ha sido rechazado en el mundo.
  • No se garantizó la participación ciudadana en la aprobación de un evento transgénico, llevada adelante por organizaciones como la CONABIA, controlados por las propias empresas.

¿Qué conviene exportar?

Miryam Gorban, nutricionista, titular de la Cátedra de Soberanía Alimentaria de la Facultad de medicina de la UBA, y doctora Honoris Causa de esa misma facultad.

“Nosotros ya sabíamos hace mucho veníamos peleando contra esto”.

Descripción del presente: “Yo creo que seguimos con el mismo modelo con algunos amagues de cambios, de pasos positivos como la creación de la Dirección de Agroecología pero esto se da de patadas con la agroecología. Forma parte de las contradicciones que se dan”.

Tampoco cree Miryam que el negocio sea para el país. “¿Quién es el cliente que va a aceptar esto si está siendo rechazado en Europa en una medida altísima? Yo estoy a favor de la exportación, pero ¿qué vamos a exportar? Transgénicos o productos de alta calidad? Ahí tenés dos modelos totalmente diferentes”.

Solá, Basterra, Cerdá y los sapos

Considera Miryam Gorban que se vive un momento de enormes contradicciones. «Se ve la puja que hay en el propio gobierno con cada tema. Es un grupo heterogéneo que responde a distintos intereses. Felipe Solá no es Basterra, y Basterra no es Eduardo Cerdá”. Cerdá, creador de la Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología, recibió en marzo el ofrecimiento de la Dirección de Agroecología, nombramiento que jamás se concretó hasta el momento.

“Estas son las cosas. No es fácil tragarse el sapo. Pero lo quieren meter a Eduardo, pero al mismo tiempo el programa de los negocios de los ruralistas y las corporaciones. ¿Seguiremos siendo la patria de los transgénicos? Vamos a seguir siendo la república del monocultivo sojera o aspiramos a ser la república que produce alimentos sanos, seguros y soberanos para el mundo? Yo creo en esta segunda opción. Estoy de acuerdo con aumentar la exportación, pero aumentar la exportación con alimentos de calidad y alimentos genuinos”.

Otra advertencia de Miryam: “Además, otra vez, ¿dónde está el principio de precaución? Acá hay otra vez violación del principio de precaución porque se está liberando un evento sin que podamos conocer estudios, impactos, conecuencias. Esto tuvo origen allá en el 96 cuando se aprobó la soja. Argentina fue desde ese momento un campo de experimentación. ¿Vamos a seguir con el mismo cuento, cuando ya los demás países empiezan a despertarse? Ya España rechazó a las naranjas argentinas  por tener clorpirifos, otro tóxico del paquete tecnológico que está prohibido tanto en EEUU como en Europa. Si seguimos experimentando en ese plano vamos a seguir teniendo rechazo y dentro de muy poco no tendremos a quién vender”.

Lo que parece un callejón sin salida, en realidad ya cuenta con una. “Han dado las noticias sobre esto diciendo que dan trabajo a millones de personas. Yo no sé si están borrachos. ¿Cuántos empleos trajeron? ¿Por qué tenemos más villas? Porque se ha expulsado a la gente del campo. En cambio si se impulsa la producción regional de calidad, ahí sí vamos a tener más empleo, vamos a desarrollar las regiones con la posibilidad de miles de cultivos de todo tipo y altos valores de exportación. Pero con trigo transgénico no desarrollamos nada. Más vaciamiento rural, más gente hacinada en las ciudades y sus periferias, más desempleo, más pobreza. ¿A dónde van a mandar a la gente, a Costa Salguero?”. 

Tripas revueltas

Desde Guadalupe Norte, Remo Vénica plantea que la aprobación del trigo transgénico va a contramano de las sociedades. “Venden esto por la necesidad de exportar. Pero el futuro inmediato de la exportación son los productos ecológicos y orgánicos. Es lo que reclama cada vez más la gente, y más después de esta situación de pandemia. Productos agroecológicos, y no de degeneración genética”, plantea asombrado. “Estos son negocios para las corporaciones, pero lo motorizan desde el Estado las mismas personas que metieron el modelo transgénico en los 90” dice en referencia al canciller Felipe Solá.

“El verdadero modo de resistir a la sequía es con otro tipo de producción y de manejo agrícola. La clave es pensar en el suelo y no en el producto, en este caso el trigo. Es crear un ambiente en el que los cultivos puedan crecer, sin necesidad de hacerlos resistentes a más tóxicos, que a su vez contaminan y que terminan agravando toda la situación, incluso la climática”.

Irmina Kleiner, la otra inspiradora de la Granja Naturaleza Viva, sugiere que “podemos decir que al alterar los alimentos, los procesos biológicos, los resultados han sido siempre negativos para la salud de la gente. Son las imposiciones de mercado, con argumentos tecnológicos falsos, que en realidad encubren solamente un gran negociado”. Remo: “Ya es evidente la cantidad de gente que ha tomado conciencia sobre la necesidad de comer sano para no vivir enfermos. Y esto no es una teoría, hay casi 100.000 hectáreas en producción agroecológica y cada vez más productores de alimentos que lo están demostrando”.  

Remo dice que cuando escuchó la noticia tuvo “un ataque de hongos”. Irmina reconoce: “Se me revolvieron las tripas. Hay un doble discurso. Dicen que van a poner una Dirección de Agroecología pero nunca nombraron a Eduardo Cerdá. Es inadmisible, y es un modo de tener frenadas a las voces críticas frente a lo que está pasando. Agregá los incendios que responden a los mismos intereses, y lo de las megagranjas de chanchos para China,  y es toda una situación preocupante”.

“No van a poder -apuesta Remo-. Es evidente que la verdadera producción se logra de la mano de la naturaleza. La gente está despertando, comprende esto cada vez más. Nadie quiere eso para sus hijos. Nadie quiere seguir metido en estas mentiras y burlas: para que haya negocio, nos quieren enfermar hasta con el pan”. Cree Remo que hay que trabajar ensentrido contrario a las noticias cotidianas: “Hay querecuperar bosques, humedales, producir sano”. Irmina agrega: “y además informar a la gente con los etiquetados, para que todos sepan qué están comiendo. Así vamos a saber si hay alguien que realmente quiere harina o pan transgénico”.

Modelo sin grieta

“Pasan los gobiernos, pero el modelo transgénico crece cada vez más. Al revés del mundo. Cuando ves las investigaciones internacionales sobre cambio climático se alerta siempre sobre ir completamente en otra dirección para enriquecer la tierra y absorber el carbono que hemos desprendido a través de la terrible desertificación que hemos producido en el planeta” plantea el doctor Horacio Lucero. Dirige el Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad Nacional del Noreste, en Resistencia, Chaco, y fue de los primeros científicos que salió a denunciar los efectos del modelo transgénico a partir de la aprobación de la soja, y su inevitable “paquete tecnológico” (pesticidas). Cánceres, abortos a repetición, bebés malformados, y un cúmulo de enfermedades que del territorio iban a su laboratorio.

Ante la noticia sobre la aprobación del trigo HB4: “De nuevo nos metemos en un problema del que no podemos salir. La resistencia social no alcanza, porque los gobiernos siguen haciendo lo mismo de siempre”.

Lucero relaciona el tema con la cuarentena: Estamos todos encerrados para cuidar la salud, pero este tipo de cuestiones se autorizan sin controles, y con efectos impredecibles”.

Parte de los discursos falaces: “La Bolsa de Cereales, las confederaciones rurales, los industriales ya fijaron posición diciendo que no hay riesgos ambientales ni de salud. Pero ellos no son los que tienen que hablar de salud sino los científicos que se dedican a estudiar la toxicidad de estos productos. Si ellos no hablan, queda un espacio vacío que ocupan los que quieren maximizar las ganancias privadas con un gran costo social, ambiental y de salud colectiva. Eso es muy impresionante, con un efecto arrasador que este modelo tiene en el país”.

Otro detalle: “El trigo transgénico puede contaminar al trigo natural».

Los productores que hacen las cosas medianamente bien tendrán que pagar un impuesto porque tendrán el trigo transgénico en sus campos, como pasó en México con el maíz que se contaminó con los transgénicos. O sea que entra por las buenas o por las malas, pero toda la producción termina contaminada”.

Lucero espera que aparezcan formas de resistencia férrea a esta metodología “porque para colmo de males se meten con un alimento tremendamente popular y masivo, sin darte opción a saber qué es lo que estás comiendo. Quedamos todos a merced de un puñado de personas y sus ganancias”.

El científico chaqueño considera que hasta el cambio de pesticida responde a una estrategia comercial y de poder. “Como el glifosato y sus efectos ya son conocidos y estudiados, se apela a otra molécula como el glufosinato para patear la pelota hacia adelante. Mientras se hacen los estudios, ganarían años produciendo y enfermando de este modo, como ya lo hicieron antes con el glifosato”.  Considera que el propio anuncio funciona como una burla: “El gobierno habla de soberanía alimentaria, de agroecología, pero la política real evidentemente es otra”.

Peor que el glifosato

Anabel Pomar, periodista, una de las realizadoras de la página de los Monsanto Papers activista e integrante de Exaltación Salud, grupo vecinal contra las fumigaciones y por la Soberanía Alimentaria

“Lo primero que se me vino a la cabeza  fue una imagen. Me vi temblando ante la situación de poner pan en mi mesa: comer y darles a mis hijos pan y que ni eso sea seguro. Es desolador. Y además van a usar glufosinato de amonio, un biocida aún más peligroso que el glifosato”.  

Explica Anabel: “Se venía hablando de esto, en los medios supuestamente grandes que instalan la agenda de las corporaciones, pero no esperaba que se acelerara de este modo. En este contexto de urgencias ambientales y las consecuencias en los territorios del uso intensivo y cada vez en mayor volumen de agrotóxicos, solo es una mala noticia”.  

“En lugares como Exaltación de la Cruz, estoy en primera fila viendo el impacto directo de estos venenos sobre mi familia, sobre mi cuerpo y el de tantas y tantos vecinos. Por las mañanas, como parte de mi rutina, suelo caminar mucho por detrás de mi casa. Cada vez que veo que en vez de soja, lo más usual, están haciendo trigo sentía un poco más de alivio, si es que se puede usar esa palabra, aunque sé que usaban agroquímicos pre y pos emergentes. Pero ahora cada vez que vea trigo será imposible no pensar que están además pulverizando con glufosinato de amonio, peor que el glifosato del cual tanto he escrito y sobre el hay tanta certeza acerca de sus daños”.  

¿Cuáles son esos efectos en las personas? “La gente se enferma cada vez más. Mueren niñas de cánceres que no son comunes y menos a esa edad. Vecinas y vecinos que se enteran tienen que tienen en el cuerpo glifosato. Aparecen problemas respiratorios, alergias, asma, problemas de tiroides, diabetes. Y en todos los casos, el factor común que comparten, es el de vivir rodeados de campos altamente pulverizados”.

El contexto: “En pandemia, encerrados en nuestras casas, vemos cómo la actividad de los productores veneno-dependientes no fue suspendida ni un día. Por el contrario, fue declarada esencial, y les bajan retenciones a los agroexportadores. Lo que faltaba era esto”.

Anabel cree que hay otras cuestiones en danza: “Una es que las mismas autoridades que por un lado te hablan de casa común, del ecocidio, o soberanía alimentaria y agrecología gestionen de este modo. En una visión tan a corto plazo y tan a contramano de la vida misma, que estremece. Y por supuesto para quienes sufren las consecuencias de este modelo tóxico, un insulto. Una nueva señal de que nuestros derechos más básicos a la alimentación, a la salud, al ambiente sano, ya vulnerados por el estado, lo serán aún más”. 

“Otra cuestión es que todo este evento, el IND 00412-7 (Indear) tolerante a stress hídrico y al glufosinato de amonio, es posible por la inversión estatal, el CONICET y la Universidad pública. Sin ellos primero, y luego aceptando asociarse a un privado cuya lógica es solo ganar dinero y no cuidar el bien común, este trigo transgénico jamás se hubiera desarrollado”. 

“Y algo más grave, ahora su implementación masiva depende de la autorización de Brasil para importarlo. Nuestra salud y destino está en manos de un tercero, no de nuestros gobernantes cuyo trabajo incumplen, y es garantizar nuestra vida. No dicen que está supeditado a una evaluación de Impacto ambiental, o a la licencia social, o a la salud de la población, que ya tenemos el triste récord de ser la más pulverizada con agrotóxicos. Todo queda subordinado a otro país y a otro negocio. A costa de la vida, y a costa de ganancias que quedan en pocas manos y perjudican, enferman y matan a la mayoría”. Este mismo gobierno que habló de poner encima la vida sobre la economía, aquí hace exactamente lo contrario”. 

Dobles discursos

La bióloga Alicia Massarini, integrante del grupo Ciencia entre Todxs, cree que “no hay trigo transgénico aprobado en ningún país del mundo. Más allá de los temas de salud y ambiente que nos interesan a nosotros, para los decisores pesa la lógica de mercado, y en el mercado internacional está muy mal visto el trigo transgénico que además puede contaminará las variedades del no transgénico. Como tantas veces, Argentina es punta de lanza para cosas de este tipo. Si el mercado internacional no le pone un freno a esto, internamente parecería que no hay voces críticas o un criterio científico para detenerlo. Por eso se aprobó en la CONABIA”.

¿Qué pensar frente a esta actitud oficial? “Yo veo un panorama muy desalentador. La idea de una transición o recambio hacia un modelo productivo más amigable con el ambiente y la producción de alimentación sana, no está ocurriendo. Hay un doble discurso donde se dicen esas cosas, pero las decisiones van por el lado de reforzar el modelo del agronegocio. Ni siquiera ponerlo en duda sino potenciarlo”.

El alcance del problema: “Está demostrado que los transgénicos, más allá de los agrotóxicos, representan en sí mismos una amenaza para la salud. Que eso ocurra con el pan implicaría una amenaza prácticamente a toda la población”.

¿Qué decirle a la gente que consume pan? “Si la transgénesis implica meter la mano en un sistema genético que tiene miles de años de evolución, sin duda puede haber muchos efectos inesperados porque los genes están interactuando. Y muchos de esos efectos no pueden medirse en su resultado. Acumulación de toxinas, producción de sustancias que alteren el metabolismo: es todo imprevisible pero además innecesario. Solo es necesario para los que quieren hacer negocios con esto. A los consumidores no nos genera ninguna mejora y nos expone a riesgos que no podemos predecir”.

Alicia se siente pesimista. “Ves los incendios, las megagranjas de cerdos y todo va en un mismo sentido”. Muchas veces esos sentidos cambian. Y existen modelos comprobadamente diferentes de hacer las cosas con respecto a la producción agrícola, que son un punto ciego (por intereses, por ignorancia) de los funcionarios de todos los gobiernos. Por eso las dudas que genera que se haya creado una Dirección de Agroecología, no en el ministerio de Agricultura sino en el de Desarrollo, sin designación alguna hasta el cierre de esta nota.   

Todo ocurre en una era histórica en la que el actual gobierno dijo poner la vida y la salud por encima de la economía. Salvo que haya informaciones en contrario parece que dependerá de las propias personas y comunidades, en defensa propia, lograr que tal postulado sea algo más que un conjunto de palabras intoxicadas.    

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Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

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Los feminismos siguen siendo el único movimiento que tiene la capacidad de transversalizar la unidad, amplia, y poner en Avenida de Mayo, de cara a Plaza Congreso, cuadras y cuadras de columnas que van desde el sindicalismo, a los movimientos sociales, a la izquierda, al kirchnerismo. 

Aún cuando por Hipólito Yrigoyen ingrese la enorme columna de la intersindical feminista seguida por poco del oficialismo; y por el otro costado, por Avenida de Mayo, ingrese la izquierda; todos los espacios comparten plaza a menos de un mes de elecciones generales que definen quién presidirá el país. 

Esa es la noticia: seguimos transversalmente en la calle. 

Video: Sebastián Smok.

De la economía popular a la formal

“Creían que el movimiento había desaparecido porque no estaba en la calle, pero estábamos en cada uno de nuestros territorios, ahí también damos la batalla y la lucha”, dice Leonor Cruz, Secretaria de Géneros y Diversidad de la CTA Autónoma, frente a la enorme columna de trabajadoras que son protagonistas de esta marcha. Las tres banderas que encabezan: UTEP, CTA y CTA Autónoma. De la economía popular a la economía formal, todas adentro.

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
La cabeza de la marcha de este 28 S. (Foto: Sol Tunni).

Junto a ellas también marchan familias de víctimas de femicidios: Marta y Guillermo, mamá y papá de Lucía Pérez; y Daniel y Susana, papá y mamá de Cecilia Basaldúa, que salieron desde la sede de MU junto a un grupo de mujeres que les siguen con los pañuelos blancos que bordan dos palabras: Nunca Más. 

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
Foto: Sebastián Smok.

No con el FMI

Dice Leonor: “La derecha más fascista de nuestro país tiene una agenda muy clara contra el feminismo, quieren ir contra cada uno de los derechos que hemos conquistado con sangre y a fuerza de lucha; pero no lo vamos a permitir. Estamos en la más amplia y diversa unidad de vuelta en la calle porque a la derecha la vamos a enfrentar, pero también vamos a decir: no es con el FMI, porque somos las trabajadoras, las precarizadas, las compañeras del barrio, las que más sufren el ajuste”. 

Leonor llegó a Plaza Congreso desde Tucumán, trayendo lo que se ve fuera del centro porteño: “En nuestra Argentina profunda lo que se ve es la pobreza, en todas sus dimensiones, pero el movimiento feminista en la provincia es lo más fuerte que hay, es donde está la unidad y donde nosotras resistimos”.

Sobre la transversalidad habla también Silvia León, referente de ATE Nacional: “Hoy el objetivo tiene que ser que las derechas no avancen en nuestro país. Los 30 mil compañeros desaparecidos y muertos no murieron en vano, y las víctimas de femicidio tampoco”. 

Silvia, rodeada de pañuelos verdes, sostiene junto a las familias de víctimas de femicidios, que tienen las fotos de sus hijas colgando en el pecho, los pañuelos blancos. Los feminismos honran el legado que los derechos humanos construyeron en la calle, con los pies. Dice Silvia: “Nosotras peleamos por soberanía, por educación, por salud, y también seguimos el camino de las Madres, las Abuelas, de los 30 mil, pero también de los familiares. Hay un tiempo que se termina, el de la verticalidad, el del verticalismo y del patriarcado, ahora toca construir transversal y federalmente”

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
Foto: Sol Tunni.

Significado de la libertad

Marta y Guillermo, llegaron desde Mar del Plata a las siete de la mañana; junto a Susana y Daniel, se colgaron las fotos de sus hijas en el pecho: Lucía Pérez y Cecilia Basaldúa, dos femicidios territoriales emblemáticos, donde las tramas narco barriales marcaron como alerta una emergencia que traen las periferias.  

¿Por qué recorrer la Ruta 2 durante toda la noche para marchar? Contesta Marta Montero, mamá de Lucía: “Para gritar que no vamos a permitir perder nuestros derechos, lo que hemos conquistado en este tiempo de lucha que no es solo el reciente, me voy más lejos: en este tiempo de democracia que es el tiempo en el que podemos salir, podemos luchar, y también decir lo que pensamos. Todo esto está en peligro, no podemos permitir que venga alguien a decirnos lo que tenemos o lo que podemos hacer, que corten nuestros derechos y lo conseguido: por ejemplo un ministerio. Todas las mujeres no tenemos la suerte de que nos acompañen los gremios, las organizaciones; hay muchas mujeres que están solas, pero vos sabés que hay una puerta que podés golpear y que se va a abrir. Ahora corremos el peligro de que todo eso se termine».

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Marta Montero y Guillermo Pérez, los padres de Lucía (Foto: Sebastián Smok)

¿Por qué creés que quieren que se termine?

Porque somos muchas, hemos tomado la calle, hemos salido, y nuestra palabra se ha hecho escuchar. Y así hemos logrado cambios: el más importante fue el aborto legal. Es imposible no pensar hoy en día que una mujer no tiene derecho de poder decidir sobre su vida.Yo soy una persona de fe, creo en dios, en la virgen, pero no creo en que alguien pueda decirnos que esto tiene que ser de una sola manera porque creo en la libertad de las personas, y si alguien no quiere tener un hijo es respetable. 

Libertad es una palabra hoy disputada, ¿qué significa?

Libertad significa levantarme, salir a la calle y decir lo que pienso sin censura de nadie, poder acompañar a alguien, poder hablar, poder estar. El libertario es otra cosa: son los que nos quieren vender que vamos a estar mejor por cosas que no terminamos ni de entender, es un juego de palabras siniestro que termina en opresión. 

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Foto: Sol Tunni.

¿Qué tienen que hacer los movimientos feministas?

No los tenemos que dejar avanzar. A mí no me representa una persona que esté con una agresividad tal que se le nota, en su manera de hablar, de moverse, a mi no me representa esa violencia, pero estamos viviendo en un momento muy difícil que hoy todo es violencia. El enojo hoy está peor que nunca, o tal vez tenga otra visibilidad, antes se tapaba más, hoy lo ves en un medio, en una red social, es más visible, por eso parece que pasa más. 

¿Cómo volvemos para volver a ser marea?

Es muy importante creer en nosotras mismas, en el valor que nosotras tenemos, valorar quienes somos. Es muy importante no tener miedo, no tener miedo al ridículo, estar seguras de lo que hacemos, de lo que queremos y si tenemos que salir a defender a una compañera, a una hermana, salir y hacerlo con convicción propia. Lo más libre que una puede hacer es salir. Si no es con cada una de nosotras, hasta acá no se hubiese llegado, sin las mujeres luchando por su propia vida, las más grandes ayudando a las más chicas, y las más chicas, por ellas mismas. Esa es la hermandad, todas nos necesitamos, yo sola no puedo, te necesito a vos, a otra, a la hermana, sola es imposible. Necesitamos la confianza en nosotras mismas, evitar la competencia. Nosotras luchamos por la vida, por eso luchamos por todas. Solas no llegamos a nada, pero juntas llegamos a todo.

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Daniel y Susana (padres de Cecilia Basaldúa), Guillermo y Marta. Foto Sebastián Smok.

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
Foto: Sebastián Smok.
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”
Foto: Sebastián Smok.
Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Foto Sol Tunni.

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Foto: Sol Tunni

Mujeres trabajadoras en la calle: “Juntas, llegamos a todo”

Foto: Sebastián Smok

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Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

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El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.

A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).

Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.

La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.

Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

Por Anabel Pomar

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.

En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).

¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.

En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires. 

¿Por qué se incluyó a nuestro país?  Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.

Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.

Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.

El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.

Omnipresentes

 Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

Los resultados de los venenos en materia fecal.

En los hogares

Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.

Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la  potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.

A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.

Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.

La mordaza

En la conferencia virtual –toda en inglés– que  duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.

Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.

Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.

El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.

Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.

“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la  investigación.   

En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.

La vida cotidiana asediada

En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.

En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.

En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.

Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.

En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).

En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.

En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.

Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.

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Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»

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Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.

Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes. 

En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó: 

  • La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
  • Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
  • La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
  • Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
  • Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.

Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.

El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas. 

El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.  

El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
El Poder Judicial es el segundo del Estado con más denuncias. Datos de Observatorio Lucía Pérez.

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.

Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento. 

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LA NUEVA MU. Sobra-falta

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