Nota
«Santiago no murió porque estaba de turista: estaba en una represión de Gendarmería»
Crónica desde la Morgue Judicial el día que se conocieron los resultados de la autopsia del cuerpo de Santiago Maldonado. El rol de la prensa, los mensajes de la sociedad y la lectura de la familia y los organismos sobre qué significa la «asfixia por sumersión cooadyuvada por hipotermia». El rol del Estado y la voz de Sergio Maldonado: “Tengo más dudas que antes. No puedo afirmar nada, para eso está la investigación. Lo que sí es que él no murió porque estaba de turista: estaba en una represión de Gendarmería”. Mañana, los restos de Santiago serán velados en su pueblo natal, 25 de Mayo.
El joven sube con su bicicleta a la vereda de Junín 760, camina hasta ubicarse debajo de las letras negras que dicen «Poder Judicial de la Nación» y cuelga allí una pregunta que, a una hora del comienzo de la Junta Médica en la Morgue Judicial en la que 55 peritos determinarían de forma unánime que Santiago Maldonado murió por “asfixia por sumersión coadyuvada por hipotermia”, provoca un sacudón entre los más de 30 periodistas que aguardan novedades:
«Qué hicieron con Santiago» – dice el cartel. El joven sube a su bicicleta, y se va.
Casi dos horas después, a las 12:05, una señora saca de su bolso un cartel y una rosa que pega con cinta scotch debajo del trapo blanco, en otro cartel que también habla: «Querida familia Maldonado: fuerza. Estamos con ustedes. Están en nosotros pidiendo ´Justicia’. Santi: descansá en paz. Tu lucha está viva en nosotros». La señora guarda su cinta y, también, se va.
Son las únicas dos acciones que desde las 9:30 de la mañana hasta las 15:30 –cuando hablará Sergio Maldonado- conmueven al edificio gris del Cuerpo Médico Forense, el mismo que el 20 de octubre, día en el que Sergio reconoció el cuerpo de su hermano de 28 años, se convirtió en un santuario de velas y ofrendas para recordar al joven cuya desaparición conmovió al país desde el 1 de agosto, y cuyas marcas aún se pueden leer en las paredes.
- «¡Fuerza familia Maldonado! El pueblo los acompaña por siempre»
- «Santiago: te llevo en la memoria para siempre y en la lucha»
- «Que tu lucha sea eterna»
- «El Estado es responsable»
De preocupaciones y especulaciones
A las 9:30 había ocho cámaras y más de 30 cronistas y periodistas frente a la puerta de la Morgue Judicial. Al aire, informaban que el juez federal de Rawson, Gustavo Lleral (“¿Cómo se dice: Yeral o Lieral, con doble L?”, pregunta uno), había llegado a las 8 de la mañana, que quizá daría una conferencia de prensa, que la familia Maldonado aún no había llegado, que se conocerían los resultados que permitirán saber “cómo, cuándo y dónde” murió Santiago…
Con los micrófonos apagados, todxs hablaban de lo mismo bajo preocupaciones comunes: “despidos”, “plan de pagos”, “indemnizaciones”, “cierre de medios”.
A las 14 comenzó el rumor de que la Junta Médica había terminado. El perito de la familia Maldonado, Alejandro Incháurregui, lo confirma al salir de la Morgue. No dice nada más, pero la causa de muerte (“asfixia por sumersión coadyuvada por hipotermia”) y la probabilidad de que el cuerpo haya estado “más de 73 días” en el agua ya circula en algunos celulares. Algunos identifican por lo bajo la fuente: “Gendarmería: es la primer interesada en decirlo”.
Algunos periodistas buscan confirmar de forma responsable la información por otras vías. Algunos portales ya se hacen eco de esa noticia. El Centro de Estudios Legales y Sociales aporta otra lectura sobre los resultados de la autopsia:
- «La autopsia reveló que la muerte fue un proceso que se fue dando por la permanencia en el agua helada que llevó a que se le vayan adormeciendo los miembros y reduciendo la capacidad de moverse, que luego derivó en un desvanecimiento que terminó con la sumersión. En conclusión, se trató de una muerte violenta por asfixia por sumersión coadyuvada por hipotermia».
- «Por último, se concluyó que el cuerpo no tiene lesiones externas, por lo tanto no puede suponerse a priori que haya sufrido violencia física en otro lugar. Tampoco se encontraron evidencias de que el cuerpo haya estado en otro lugar que el del hallazgo.»
La primera confirmación oficial llegó a las 15:30, cuando la familia Maldonado, junto a la abogada Verónica Heredia y el perito Incháurregui, hablaron con la prensa.
La voz de la abogada
“Primero las fotos”, grita un camarógrafo. A la abogada Heredia los micrófonos le chocan en el rostro y la doctora debe cubrirse el estómago para que no la golpeen.
En ese marco, dice:
“En el día de la fecha se reunieron todos los peritos con el juez a fin de determinar la causa de muerte de Santiago. Fue una conclusión de manera unánime y se concluyó que la muerte de Santiago fue asfixia por sumersión coayuvada por hipotermia. La fecha de muerte no es exacta, no se puede determinar. Se establecieron tres métodos: uno da una fecha mayor a 53 días, otro mayor a 60 y otro mayor a 73 días de fallecimiento. Por lo tanto, no podemos concluir la fecha en la que falleció Santiago. Lo que se pudo determinar es que desde el momento de la sumersión, siempre permaneció sumergido en el mismo río. Nosotros continuaremos sosteniendo nuestra hipótesis principal que es desaparición forzada seguida de muerte hasta que no tengamos todas las pruebas que hemos solicitado al juez y se lleven adelante con una investigación imparcial e independiente. La semana que viene se van a tomar los testimonios que solicitamos, que dijeron haber estado con Santiago el 1 de agosto, haber escuchado disparos, haber corrido todos hasta el río para poder resguardarse, lo que refuerza el testimonio de Matías Santana”.
La abogada nombra a los testigos Lucas Pilquiman, Elizabeth Loncompán y Nicasio Luna, el cantautor chileno que dijo haber estado con Santiago el 1 de agosto en la Pu Lof. Heredia también sostiene que será la investigación la que determine si el caso implica una desaparición forzada o no y, luego, determinar los responsables. «Estamos pidiendo una investigación imparcial, independiente, pronta y exhaustiva, que todavía no empezó. La hemos pedido, el juez (Gustavo Lleral) la rechazó y hemos apelado y recurriremos a todas las instancias para que se incorpore al proceso de investigación personas que no pertenezcan al Ministerio de Seguridad y que no hayan participado del 1 de agosto a la fecha».
#SantiagoMaldonado | Los 55 peritos están reunidos en la Junta Médica en la Morgue Judicial para conocer los resultados de los estudios complementarios. Afuera, en la calle, un joven dejó esta pregunta pic.twitter.com/VmJjD9Z8A3
— lavaca tuitera (@Lavacatuitera) November 24, 2017
La voz de la familia
A Sergio Maldonado tres periodistas le preguntan algo a gritos. “No escuché a ninguno”, dice. Luego, aclara: «Si salen pericias o informes será por alguien que violó el acuerdo de confidencialidad que firmaron hoy hasta el día que acordaron hacerlo público. Lo digo para que no empiecen a generar hipótesis de que se ahogó solo o estaba pescando. Si no hay un cambio de carátula, sigue desaparición forzada seguida de muerte y entonces hay que ver cómo sigue la investigación. Esto fue la causa de muerte: no sabemos qué es lo que pasó”.
Le preguntan qué impresiones le dejó la autopsia: “Tengo más dudas que antes. No puedo afirmar nada, para eso está la investigación. Lo que sí es que él no murió porque estaba de turista: estaba en una represión de Gendarmería”.
Su compañera de vida, Andrea Antico, informa que el velatorio será el sábado y el domingo en 25 de Mayo: “Toda la gente que nos quiera acompañar va a ser bienvenida. El domingo también, pero lo que va a ser privado es el entierro y el responso: va a quedar limitad para amigos e íntimos”. Sergio pidió por favor que vayan sin banderas políticas y con respeto. Una joven le dice con lágrimas en los ojos que Santiago no tenía banderas porque era anarquista. Andrea: “Era una persona parte de una familia, y todo el que quiera venir, sea anarquista, médico o profesor, va a ser bienvenido porque Santiago es de todos”.
La familia confirmó en un comunicado que los restos de Santiago serán velados en la Cochería Serrano, calle 6 esquina 29, en 25 de Mayo, desde las 16 hasta las 22 horas del sábado. El domingo será a partir de las 8 hasta las 11 horas. “El velatorio estará abierto a la comunidad y el entierro será reservado para familiares y amigos cercanos. En ambos casos, se ruega asistir sin teléfonos celulares o cámaras para preservar la intimidad familiar”.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
Nota
Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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