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Últimas noticias del ajuste en el periodismo

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La reciente venta de Supercanal -el segundo cableoperador del país en cantidad de abonados-, los 357 despidos en Télam, la mega fusión de Cablevisión-Telecom. En las últimas tres semanas se siguió reacomodando el tablero mediático a favor de la concentración privada. En este nota imprescindible el especialista Martín Becerra cuenta cuál es el impacto. Cómo se reparte la pauta publicitaria. Cómo es la normativa que favorece la concentración. Qué implica el desguace de los medios públicos. Y quiénes pagan. La respuesta del Estado argentino a la crisis mediática global es «menos Estado para todos, menos para uno», dice Becerra en este artículo especial para lavaca.org

Por Martín Becerra (@aracalacana)

SEÑAL DE AJUSTE en el periodismo. A golpe de cierres de empresas, despidos y precarización, el que fuera un oficio que combinaba altas dosis de calificación intelectual, olfato político y bohemia, y ofrecía estabilidad e ingresos razonables, se convierte en un carrera de obstáculos darwinista que demanda nuevas capacidades de rebusque y adaptación ligera, aunque no garantiza la supervivencia ni siquiera a quienes logran desarrollarlas. El problema con el periodismo y con los medios es que su crisis no es sólo una cuestión de periodistas y de empresarios del rubro, sino de toda la sociedad.
En una etapa histórica en que la inédita expansión global y digital de los negocios de las comunicaciones (entendidas como industrias del entretenimiento, de la comunicación, del contacto y de la información) se muestra inflexible con los más escuetos márgenes de retorno de la inversión destinada a la producción de noticias, la sociedad en su conjunto resulta afectada por la disminución de fuentes informativas locales/regionales y de perspectivas editadas profesionalmente.
Esto conduce, en otras latitudes, a diseñar políticas públicas que atenúan el impacto de la metamorfosis económica, tecnológica y social en el ecosistema de medios, sobre todo en aquellos dedicados a la información. Algunos gobiernos ejercen de mediadores entre las grandes plataformas globales como Facebook y Google y los medios del propio país, y logran entendimientos económicos probablemente inestables a futuro pero que son un bálsamo en el presente. Otros canalizan apoyos (del erario público a los medios privados, de esos que siempre hubo en la Argentina) más directamente orientados a proteger la actividad periodística. Como las consecuencias son más dolorosas en ciudades y pueblos pequeños y medianos, hay gobiernos que enfocan políticas específicas a esta cuestión.
¿Y por casa, cómo andamos? A contramano de la asunción de este problema público como desafío, la respuesta a la crisis del periodismo gestionada por el gobierno de Mauricio Macri se resume en la consigna “menos Estado para todos, excepto para uno… Y por ahora”.
El elenco gobernante juega el rol de espectador indolente de la crisis de los medios. Pero en la economía de los medios argentinos el Estado es protagonista, no mero espectador. Dispone reglas de juego, cambiantes y asimétricas, que troquelan el negocio; condona deudas; asigna subsidios; prorroga licencias; morigera el peso del IVA; se asocia en la producción de papel e invierte de modo directo con la pauta publicitaria. En este juego, con la Casa Rosada como actor principal, hay ganadores y perdedores.
Como en 2016, en este 2018 el gobierno de Mauricio Macri secó la plaza de publicidad oficial. Mientras que en el primer semestre del año pasado gastó $1777 millones, en los primeros seis meses de 2018 el monto bajó a $776 millones (una disminución del 60% sin contar la inflación). Claro que 2017 hubo elecciones y en los años pares, no hay. Como documentan Santiago Marino y Agustín Espada, las mayores campañas son propaganda política y no campañas de bien público. Su reparto, que hasta el año pasado discriminaba a medios críticos (como los del Grupo Octubre), es en cambio menos discrecional y toma como principal referencia la audiencia, siendo el Grupo Clarín el primero de los destinatarios del gasto en este rubro.
La depreciada intervención publicitaria oficial es complementaria de una activa intervención normativa del gobierno nacional a favor de la concentración del sector. Con los decretos y resoluciones con los que el presidente Macri alteró el panorama legal del sector, el destino de muchos emprendimientos es la venta o absorción por parte de los más grandes. El gobierno más pro-mercado de este siglo acelera la reducción de la oferta y aniquila la competencia: el segundo cableoperador del país en cantidad de abonados, Supercanal, del Grupo América (de Daniel Vila y José Luis Manzano) acaba de ser vendido al consorcio CVI Austral LLP, en una operación que huele a escala hacia un (diferente) comprador final; en tanto, los medios del segundo grupo de radios y señal de noticias más importante del Área Metropolitana de Buenos Aires Indalo (de Cristóbal López y Fabián De Sousa) están en venta. De ahí para abajo, la incertidumbre es ley, incluso en los medios del Estado.
Para un gobierno tan ocupado en y por la imagen, la escena de Mirtha Legrand, secundada por Narda Lepes y Juan Leyrado y solidarizándose en la pantalla de El Trece con los 357 despedidos de la agencia estatal de noticias Télam ante una cabizbaja ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, representa un descuido importante. No por la desdicha de las familias condenadas por una decisión que el responsable del ajuste en los medios oficiales, Hernán Lombardi, no ha sido capaz de explicar; el descuido que le duele al gobierno es el del relato más general que excusa las penurias del presente en la herencia recibida hace casi tres años. Con sentido común, Legrand pulverizó el relato en menos de un minuto: “Siempre pienso en el hombre que vuelve a la casa y dice, vieja, me despidieron, y los hijos los escuchan… Es una tragedia”.
El desmantelamiento de los medios estatales, que se inició con las señales audiovisuales temáticas de calidad Encuentro (a la que le amputaron su función pedagógica), Paka Paka y DeporTV, prosiguió con una programación tan insulsa en Canal 7 y Radio Nacional que (con la excepción del lapso del Mundial de Rusia) motivó el éxodo de sus audiencias hacia otras emisoras y se completa con el desguace de Télam.
Desde el cierre de la agencia DyN (cuyos mayores accionistas eran los grupos Clarín y La Nación) en noviembre de 2017, Télam quedó como la principal conexión informativa que abastece de información a los medios en todo el país a un precio asequible. El golpe asestado por el gobierno a su estructura compromete el servicio público que presta y afecta a sus destinatarios, medios locales pequeños, medianos, cooperativos, comunitarios y estatales y, con ellos, a la ciudadanía, resintiendo así su acceso a noticias de todo el país producidas en todo el país.
El ajuste potenciado por la orientación de las políticas oficiales no sólo mutila a los medios estatales. El ejemplo de DyN es parte de un paisaje que arroja un saldo cierres y quiebras de empresas (sin distinción de línea política), recortes, salarios impagos durante meses, merma de ingresos, rebusques reñidos con los manuales de ética periodística y una precarización que ya es endémica. Según el SiPreBA, desde los últimos seis meses de  gobierno de Cristina Fernández de Kirchner hasta ahora, en la industria informativa hubo más de 2.500 despidos.
El entusiasta respaldo gubernamental que recibe la expansión del Grupo Clarín hacia el campo de las telecomunicaciones habilita dos lecturas. Por un lado, la alianza de Macri con el principal multimedios muestra que no todo en la comunicación política es megusteo y redes sociales o que, en todo caso, el “me gusta” coreado en simultáneo por todas las pantallas, emisoras y publicaciones del Grupo Clarín es un condimento necesario para la gobernabilidad de Cambiemos. Al menos, hasta ahora. Porque, una vez validada la fusión Cablevisión/Telecom y allanado casi sin obstáculos el despliegue de Clarín como actor dominante también en telecomunicaciones, ¿cuánto tiempo más durará su oficialismo? ¿La famosa fábula del escorpión y la rana volverá a ilustrar la relación de Clarín con el gobierno, como ya lo hizo con los anteriores?
Por otro lado, el propio Grupo Clarín acusa la transformación impiadosa del ecosistema de comunicaciones con el periodismo con un sistema de subsidios internos cruzados entre sus dos principales sociedades: Telecom (fusionada con Cablevisión) y el multimedios Clarín, cuyo rojo es compensado por la renta extraordinaria de las redes de conectividad fija y móvil. Este esquema, que la vista obesa (no ya vista gorda) del área de “Defensa de la Competencia” de la Secretaría de Comercio pasó por alto en su aval para la mayor fusión de la historia de las comunicaciones en América Latina, podría no ser sustentable a mediano plazo. La señal de ajuste también amenaza al mayor multimedios del país.
Sea a través del menguante negocio publicitario, de sistemas de suscripción (rígidos o porosos), de pago por uso, de comunidades de afinidad, de auspicios institucionales o de la combinación variable de estos elementos (que ensayan no sólo los medios comerciales más grandes, sino también alternativas como Tiempo Argentino o Futurock), el ajuste de las empresas periodísticas está condicionado no sólo por la mutación general de las industrias de la comunicación sino, además, siente el efecto de la recesión económica en los bolsillos de sus destinatarios. Sin público no hay medio que valga.
La contradicción objetiva entre el interés del gobierno y la salud económica de los medios –atada a los infortunios de su público-, que en parte explica el volantazo editorial de Clarín en el segundo gobierno de gobierno de Carlos Menem, puede agregar sal gruesa a una herida cuya profundidad nadie acierta a diagnosticar.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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