Nota
Último taller de Enero Autónomo. Presos políticos de ayer y de hoy: la carta
La escena era bucólica y asombrosa. A la sombra de un sauce se armó una ronda. Tres ex presos políticos (dos ex integrantes del PRT, uno de Montoneros) detenidos en Entre Ríos durante la última dictadura militar, compartieron sus historias con humor y reflexión junto a familiares y amigos de los detenidos en la Legislatura el 16 de julio pasado. Entre todos, decidieron escribir una carta a los quince encarcelados por protestar contra el Código Contravencional y a los seis detenidos en Caleta Olivia por pedir trabajo en una petrolera. Otro paso, que continuará, buscando su liberación. La emoción de un abrazo.
No fue una ronda más. El último taller de Enero Autónomo, en la fábrica Tucuypaj, se hizo a la sombra de un sauce donde compartieron sus historias tres ex presos políticos detenidos en la cárcel de Coronda, Entre Ríos, durante la última dictadura militar junto a familiares y amigos de los detenidos por los incidentes ocurridos en la Legislatura el 16 de julio pasado. Entre todos, decidieron escribir una carta a los encarcelados en los penales de Ezeiza y Devoto por protestar contra el Código Contravencional y a los seis detenidos en Caleta Olivia por pedir trabajo en las instalaciones de Termap. «Nos comprometemos a acompañarlos y a luchar para que en el próximo encuentro podamos darles este abrazo personalmente», termina el escrito.
La ronda comenzó con los presos de Coronda presentando su libro, Detrás de la Mirilla, recientemente publicado. «Lo escribimos porque en la historia social argentina no se sabe qué pasó con los presos políticos de la dictadura. Por el peso lógico de los hechos se habla mucho de los desaparecidos, pero no de lo que ocurrió en las cárceles», explicó Daniel Mansilla, que por los 70 militaba en la organización Montoneros, hasta que en 1977 fue detenido y trasladado al penal de Coronda. El texto colectivo de los ex detenidos se imprimió en los talleres gráficos Chilavert, una imprenta recuperada, y todo lo que se recaude servirá para nuevas reimpresiones, y más trabajo para la imprenta.
La experiencia de los corondinos fue particular. En ese penal había detenidos de tres organizaciones distintas: el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), Montoneros y la Organización Revolucionaria Poder Obrero. «Querían que nos matáramos entre nosotros, pero logramos una unidad inaudita. Habíamos formado una especie de mesa de organización que llamábamos ´la tripa´, por ser tripartita», recordó René «El Vasco» Irurzún, ex hombre del PRT y actual miembro del Movimiento de Trabajadores Desocupados de Allen, Río Negro. «Para nosotros -completó- la cárcel era un paso transitorio, buscaban aislarnos de la lucha de nuestro pueblo. Por eso teníamos que mantener la moral muy alta y allí adentro debíamos prepararnos y formarnos para seguir con el proceso revolucionario».
Coronda estaba diseñada como una cárcel de máximo aislamiento. Según recordaron los ex detenidos, al principio sólo había dos detenidos por celda, después sólo uno y, por último, había uno por cada celda pero dejando vacíos los calabozos linderos. El aislamiento era parte de la destrucción de la persona. «Tuvimos que aprender a comunicarnos con los elementos que teníamos a mano. Nos volvimos duchos en morse, que lo hacíamos golpeando las manos o apenas pestañando. Escribíamos en papeles de cigarrillos con carbón de restos de pilas. Así nos comunicábamos con nuestros familiares o con los demás presos», explicó Irurzún.
«Nos aplicaron un sistema de aislamiento similar al que los franceses utilizaron en Argelia. No les importaba que quedáramos vivos, lo que buscaban era arruinarnos psíquicamente, por eso mantener la comunicación resultó fundamental. Tenemos el orgullo de decir que ninguno de los detenidos en Coronda se suicidó. Aunque lamentablemente hubo cuatro muertos, a un compañero lo mataron y otros tres murieron por falta de atención», señaló otro de los ex detenidos, Felipe González, autodefinido del siguiente modo: «Era un PRT cristiano». Contó que eso resultó siempre una rareza para los demás: «Yo participaba en grupos cristianos de base, la gran mayoría optó por integrarse a Montoneros, pero yo quedé como la excepción a la regla».
Para Irurzún la resistencia de los corondinos no fue solo política, sino también afectiva y ese fue uno de los secretos de la supervivencia. Algo de eso debe haber: en el primer encuentro de ex detenidos de la cárcel de Coronda participaron 120 personas. En ese penal había tres pabellones, uno de «recuperables», otro para «medianamente recuperables» y el tercero para «irrecuperables», donde estaban alojados los tres militantes que participaron del taller. «Nuestra solidaridad era tan grande que a veces nos hacíamos castigar para ir a los chanchos (así llamaban a las celdas de castigo) para ir a contener a un compañero que estaba allí», relató Mansilla. Y González rescató también las buenas relaciones que entablaron con los presos comunes, quienes ayudaban a mantener el sistema de comunicación para quebrar el aislamiento. «Adentro pensaba: ‘Qué difícil es conseguir la unidad en libertad y estando aquí dejamos de lado nuestras diferencias ideológicas ante el enemigo común'». El entrerriano fue bautizado Chirola por sus compañeros de detención. No hablaba mucho, y para colmo a su compañero de celda le decían Chasman, como a un ventrílocuo que se presentaba con el muñeco Chirolita para hacer su número por televisión. «Un día asomé la cabeza por la ventana de la celda y dijeron: ahí está Chirolita».
González rescató el humor que lograron conservar a pesar del sufrimiento en el cautiverio. «Teníamos una visita de 15 minutos cada 45 días. Una vez, a un compañero le habían dicho que nos iban a empezar a largar en tandas, vino y lo contó. Al rato otro, vio por su ventana como cargaban un camión lleno de ataúdes, que fabricaban en la carpintería de la cárcel, y le gritó socarronamente: ché, ahí largan a la primera tanda».
De la sonrisa dulce de González la ronda pasó a la emoción de Sonia Sánchez, la representante de AMMAR-Capital que relató las condiciones de detención de sus compañeras Marcela Sanagua y Carmen Insfran, presas en Ezeiza por manifestarse contra el Código Contravencional que esta semana comenzó a regir en Buenos Aires. Contó que dos micros de mujeres en estado de prostitución habían ido a protestar para no volver a ser rehenes de la policía y que las dos integrantes de su organización fueron apresadas mientras iban a comprar a un quiosco, cuando ya se retiraban de la manifestación. «No legislen sobre prostitución, legislen sobre trabajo. Ninguna de nosotras quiere ser puta», exigió a los legisladores.
«Ahora entiendo al capitalismo -agregó- Cuando estamos en la esquina nos llaman putas o fiesteras y cuando protestamos por nuestra realidad nos dicen revolucionarias».
Sonia, pese al llanto, dijo: «Este país es muy hipócrita, me duele como argentina. Me duele porque yo muchas veces voté a estos dirigentes. Kirchner es un hipócrita, él tiene mucho por hacer. ¿Quién le paga al hijo de Marcela el daño que le hicieron? Tiene 9 años y tuvo una regresión al analfabetismo.»
Miguel Ángel, el marido de Margarita Meira, explicó por qué los vendedores ambulantes fueron también apresados en la Legislatura. «Margarita -dijo- se opuso sistemáticamente a la legislación que quería dejar la venta ambulante para los grandes empresas. Era una virtual privatización de la vía pública. Y el día de la protesta, ella fue con su abogado a denunciar que había apremios ilegales contra la gente que estaban deteniendo. Cuando volvió, después de presentar esa denuncia en la Oficina Anticorrupción, la apresaron a ella. Este código que se aprobó solo sirve para aumentar la caja policial».
La voz de Liliana, del Rancho Popular de La Matanza comenzó a escucharse en la ronda. Recordó el caso de la travesti Diana Sacayán, detenida entre el 9 de julio y el 22 de diciembre pasados. «Cuerpo-casa-comida-hijo por esas reivindicaciones los pobres van a la cárcel -dijo llorando-. La ciencia muchas veces juzga al travesti y dice que es anormal, ¿pero acaso es normal que los chicos se mueran de hambre. Hoy hay nuevas formas de desaparición, los chicos de la calle, son los desaparecidos de hoy». Liliana recordó que Sacayán llevaba 14 denuncias presentadas contra los policías que la detuvieron. «Diana es una activista travesti. Su cuerpo transita en la ilegalidad. Pero es una decisión de vida, de subjetividad y de acción política», aseguró y después recordó: «Estar en la calle es peligroso, si protestas es peligroso, si sos una mujer en estado de prostitución es peligroso, es peligroso también para los vendedores ambulantes, para los chicos…»
El cierre de la ronda estuvo a cargo de Sebastián, del Colectivo Situaciones, que intentó enlazar las experiencias de los presos de ayer con los de hoy: «El lugar del desaparecido de hace varios años hoy lo ocupan estas personas que son arrojadas a un agujero negro, donde la sociedad tira todo lo que les resulta intolerable».
El argumento figura en el texto Agujero Negro, publicado en Presas, trabajo editado por Situaciones y lavaca. En el agujero negro, que no es solo un lugar sino también una dinámica, caen los trabajadores echados de empresas públicas, industrias y talleres destruidos por el neoliberalismo de la dictadura, y el de la democracia, caen las víctimas del gatillo fácil, caen los jóvenes asesinados, y también los que quedan en la parte oscura de ese juego permanente de luces y sombras, dijo Sebastián. En el caso de las cárceles, ya no cabe hablar estrictamente de «delincuentes» sino muchas veces de «perdedores». Se trata de un modo político y penal de tratar a los habitantes del agujero negro.
Sebastián enfocó el tema en las mujeres presas: «Las mujeres fueron cuerpos que enfrentaron la desocupación cuando el hombre cayó en la depresión o el alcoholismo. No es una casualidad. Lo femenino aparece como productor de lazos sociales». Las mujeres representan, al estar en la calle, en las luchas, la noción de cuidado y tejido de redes, lo cual es en sí mismo una resistencia al agujero negro y a la inexistencia. Las mujeresgeneran existencia humana. Eso ya no es una cuestión doméstica o íntima, sino política. La batalla, entonces, es entre una política del cuidado y la existencia, contra la política dominante de la guerra y el exterminio.
Sebastián aclaró que «Kirchner, con su retórica setentista vuelve a hacer luces y sombras, desafecta a todo un sector, que cae en el agujero negro».
La reunión culminó con la propuesta de Claudia, de escribir juntos una carta para enviar a los detenidos (ver aparte). Antes de hacerlo, propuso abrazar a los familiares de las personas detenidas, para que transmitan ese mensaje. La ronda culminó entonces con múltiples abrazos y aplausos.
Ocurrió bajo un sauce, en un enero autónomo, el agujero negro perdió la batalla contra los que apuestan por la luz.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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