Nota
Un golpe de realidad a la política

El resultado de las PASO 2023 dejó un panorama triste y difícil pensando en el futuro. Pero significó también un shock de realidad, al menos de la que se puede registrar hoy. La votación se dividió básicamente en tres tercios. Con el 92 % de las mesas escrutadas, la diferencia entre los tres principales fuerzas era de 3 puntos. La Libertad Avanza superaba el 30%, Juntos por el Cambio el 28% y Unión por la Patria 27%.
LLA, que no hacía pie en ninguna provincia, terminó imponiéndose en 15 distritos: Santa Cruz, Tierra del Fuego, Chubut, Rio Negro, Neuquén, San Juan, La Pampa, Mendoza, San Luis, Córdoba, La Rioja, Tucumán, Salta, Jujuy y Misiones.
Unión por la Patria ganó en provincia de Buenos Aires, Chaco, Formosa, Santiago del Estero y Catamarca. Patricia Bullrich le ganó la interna de Juntos por el Cambio a Horacio Rodríguez Larreta. Esa coalición ganó CABA, Entre Ríos y Corrientes.
En el hotel donde esperaba LLA, sus propios funcionarios y activistas no podían creer los resultados. Milei salió a anunciar el final del kircherismo y de toda la casta política mientras la gente cantaba una estrofa nacida en las calles en 2001 con un sentido inverso: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”. Definió a la justicia social como “una aberración”. Sin embargo tuvo buenos resultados o triunfos en provincias y municipios en los que el peronismo suele imponerse.
Patricia Bullrich se mostró exultante junto a Horacio Rodríguez Larreta, anunciaron que de aquí en más trabajarán juntos y no se privaron de hacer aparecer en último término a Mauricio Macri.
En UxP Juan Grabois confirmó que acompañará la fórmula ganadora del espacio (Sergio Massa y Agustín Rossi) y entregó una carpeta con su programa de gobierno al propio Massa. Habló también Axel Kicillof, ganador en la provincia de Buenos Aires, planteando la siguiente disyuntiva: “La derecha o los derechos”.
Sergio Massa cerró la jornada con una metáfora futbolera: “Esto fue el primer tiempo. Vamos por el segundo tiempo, el alargue y los penales”. Traducción: dos nuevos meses de campaña, las elecciones de octubre, y un incierto pero posible balotaje en noviembre. Massa sigue siendo el ministro de Economía del actual gobierno, lo cual a esta altura no se sabe qué significará en términos electorales.
Otro enigma es qué primó en el ánimo popular: ¿bronca, hartazgo, desinterés, un intento de cambio aunque ponga en riesgo conquistas de las propias personas que lo están impulsando? O saber qué pasará con ese 3% de diferencia en octubre, ni con las 2 millones de personas menos que votaron en comparación con las anteriores elecciones, y 11 millones en total que no acudieron este domingo a las urnas. ¿Continuará ese nivel de abstención? Si no continúa, ¿podría cambiar el orden de los factores, o reforzar las tendencias aparecidas este domingo? Tal vez por eso sean pertinentes las dos palabras para definir el panorama –triste y peligroso–planteadas no por un editorialista político sino por la artista Lali Espósito, sentimiento que albergó a mucha gente mientras otra celebraba el triunfo.
Lavaca estuvo en los diferentes puntos de encuentro de estas expresiones políticas registrando algunas de las cosas que allí sucedían. El verdadero escenario, en todo caso, no es el abarcable en bunkers, hoteles y canales poblados de periodistas asombrados, sino el que ocurre fuera de ellos, donde el electorado mandó un golpe de realidad a la política y un mensaje que quizá nadie esté todavía en condiciones de descifrar, al menos hasta dentro de dos meses. Allí se confirmará, o no, si es posible revertir la realidad manifestada este domingo.

Primero, el vacío. Foto Sol Tunni.
¿Hay palabras?
Patricia Bullrich se abraza a Mauricio Macri, se apoya en su hombro y recibe unas palmaditas en la cabeza, como una hija que se portó bien. Quizá esa imagen resuma esta jornada increíble que en el bunker de Juntos por el Cambio se vivió como un triunfo, a pesar de que logró apenas superar por unos pocos puntos a su archienemigo oficialista y que fue superado por un disruptivo Milei, el gran ganador de estas PASO. Quien sepa descifrar qué representan esos votos será realmente quien se quede en el podio de la elección verdadera, la definitiva, la que cuenta, pero esta noche lo que aquí importa no es mañana sino este hoy, que acá se festeja como una trompada en la mandíbula a Unión por la Patria y, fundamentalmente, la vuelta al ring de Mauricio, la revancha. Queda claro que las PASO son una interna y que aquí lo que ha triunfado es lo Macri.

Después coordinaron discursos, alfajores y se mostraron unidos. ¿Se acabó la interna? Foto Sol Tunni.
Queda claro también que otro es el tono y cada uno de los candidatos repite casi las mismas palabras al iniciar su discurso –el dolor, la lucha cotidiana contra las dificultades, lo que está padeciendo la sociedad en estos tiempos crueles– como si consolaran a quienes sufren la inoperancia de la política, para enfocar luego el mensaje a sus adversarios políticos: Macri, Jorge, felicitó hasta a la izquierda; Bullrich, solo a Milei. Pero ambos mostraron más la sonrisa que los dientes y eso quizá signifique algo en este contexto de delicado equilibrio que deben emprender. “Todavía no logramos nada”, sintetiza Macri, Jorge.
Ni tanto, ni tan poco parece ser la estrategia discursiva que comenzó a bordarse hoy en esta, la tercera fuerza que disputa el poder.
Diego Guelar, un veterano merodeador de estas internas, con bastón y anteojos de marco celeste, dirá que “solo al día siguiente sabremos si un líder es capaz de liderar” y que esa condición –el después– alcanza incluso al protagonista, que se entera luego si fue capaz de estar a la altura de lo que la Historia le exige.
Mañana comienza esa Historia.
Mientras Macri, Mauricio sonríe desde el escenario abajo, sonríe el Mago sin dientes, y reparten alfajores Jorgito, chocolate negro, la atención del periodismo está en otro lado: habla lo Milei mientras sus seguidores cantan un hit nacido en las calles y la resistencia contra el neoliberalismo y la represión, y hoy fue apropiado por la no política argentina: “Que se vayan todos”.
Después, demasiado después, es el turno de los discursos en el bunker de Unión por la Patria. ¿Hay palabras para explicar una derrota que parece propia?
Hay.

La expectativa en Unión por la Patria, mientras no aparecían los resultados. Foto Sebastián Smok.
Las dice Sergio Masa, en clave futbolera:
“Se jugó el primer tiempo y nosotros ahora vamos por el segundo, el alargue y los penales”.
Mañana y las siguientes mañanas de estos largos meses ¿sabremos quién es Dibu, quién Messi y quién Francia? ¿O si hay scaloneta, si hay hinchada?
No es pregunta.
El reino de la prudencia
Esa parte del domingo electoral había comenzado un rato antes a las siete de la tarde, cuando Matías Lammens (primer candidato a legislador por Unión por la Patria) salió a hablar con la prensa, en algunas escuelas de la Ciudad de Buenos Aires todavía se votaba.
Se sentó frente a las cámaras en la primera de las tres carpas montadas sobre Avenida Corrientes, en la puerta del Complejo C en Chacarita, búnker oficialista. En ese momento dijo que aún no había datos oficiales.
Paciencia. Cada uno que se sentó frente al mismo micrófono lo repitió: paciencia y prudencia. Media hora después Daniel Scioli pidió además fe y confianza.
Cada media hora fueron realizando declaraciones, las únicas a las que accedían los cientos de periodistas en la enorme carpa blanca sin posibilidad de compartir otro espacio con candidatos y candidatas.
La tercera fue Cecilia Moreau, actual presidenta de la Cámara de Diputados, la primera massista en pronunciarse. Y otra vez: prudencia. Julián Domínguez anticipó luego que el escrutinio iba a ser lento.
Para entonces eran más de las nueve de la noche, aún no había datos oficiales. Si se sabía que había votado el 69% del padrón, la participación más baja en una elección presidencial. En la calle no había militancia. Frente a un escenario vacío, solo unos bombos que decían Massa presidente y trompetas entonaban la marcha peronista sin público. No había ninguna agrupación política, ni banderas, ni remeras.
Adentro, las caras eran de preocupación. Crecía el rumor: el batacazo lo había dado Javier Milei. Desde su búnker, Victoria Villaroel, candidata a vicepresidenta, exigía que informen los datos. A las diez y media llegaron los primeros: Milei era el más votado individualmente, y la Libertad Avanza la fuerza política con más votos (más del 30%).
Fue entonces que Sergio Massa, actual Ministro de Economía, el que sentenció un proyecto electoral: “Quedan 60 días para darla vuelta”.
En el escenario estaban entre otros Axel Kicillof (primero en provincia de Buenos Aires con el 36% de los votos), y Juan Grabois que hasta ese momento tenía búnker separado en el que se había construido un altar con imágenes del Papa, del Gauchito Gil, de Cristina Kirchner y le entregó a Massa una carpeta de tapas azules con su plan de gobierno.
¿Qué es ser revolucionario?
En la esquina del Hotel Libertador hay una pantalla montada donde se pasa en loop la leyenda Milei 2023. Las banderas con la cara del candidato libertario están a $1000 y los pañuelos a $500. Los autos y taxis pasan y tocan la bocina festejando, también los colectivos, y el camión de la basura.
Están eufóricos, la mayoría son varones, muchos muy jóvenes como Santiago de 16 años a quien hoy aplaudieron por votar por primera vez. Votó a Milei porque “son ideas nuevas que impactan en la juventud”. Muchos de sus compañeros también lo votaron. Cuenta que hace meses lo debate en el colegio. “Antes votar a Perón o a la izquierda era ser revolucionario, ahora es la libertad”, dice.

Libertarios versión siglo 21, en la puerta del bunker de Milei. Foto Sebastián Smok.
Pide un cambio, que después explica que es poner freno a los partidos tradicionales y sus impuestos. Su papá Daniel lo acompaña, está afiliado a La Libertad Avanza, sobre todo, cuenta, porque no aguanta más la inflación ni la inseguridad. “La gente sabe lo mal que la está pasando, y por más relato que haya, no la convencés. No poder estar tranquilos está mal”.
Inseguridad es una palabra que se repite, aunque nadie nombra a Morena, ni a Facundo, ni a tantos y tantas. Marcelo lo describe como “sentido común”: “Todo está mal y Milei es el único que dice cómo lo va a solucionar”, supone. Se convenció, cuenta, cuando lo escuchó en su banca de diputado. Sobre si es posible que haga todo lo que promete, responde que no de golpe, pero si en unos meses.

El candidato que definió a la justicia social como una «aberración». Foto Sebastián Smok.
Más tarde, la pantalla mostrará al candidato dando su encendido discurso dentro del búnker, agradeciendo a su hermana, a quien le dice “el jefe”, y a sus hijos de cuatro patas (sus perros), mientras suenan bombos, trompetas y fuegos artificiales. “Daremos fin al kirchnerismo y a la casta política”, promete, mentando sin mencionar a JxC. Cuando define a la casta como “parasitaria, chorra e inútil“, la gente estalla.
Luz tiene 21 años, vive sola, aplaude y dice que es el único que le da esperanza. Milei habla, y define como “atrocidad” el hecho de pensar que cuando hay una necesidad nace un derecho.
Y como “aberración” a la justicia social.
Un hombre de 58 años que prefiere no dar su nombre lo define como ”la única solución para que este país pueda dejar atrás todo lo que está sufriendo” porque es el único que ofrece “equidad”. ¿A qué se refiere con equidad? “A la unión” dice.
Mientras tanto se canta “la casta tiene miedo”. Acto seguido: “un minuto de silencio… para Larreta que está muerto” (más tarde le dedicaran insultos sin metáforas). Después: “Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta es radical”. Para terminar: “Que se vayan todos, que no quede ni uno solo”.
Ya está en el aire girando la moneda: la próxima etapa de esta historia será el 22 de octubre, mientras todo está por verse.
Nota
Más allá de tu vereda: un documental sobre personas en situación de calle en CABA

Más allá de tu vereda.
Así, a secas, es el nombre del documental que acaba de estrenarse.
No es un documental más. Así se llama el programa de radio de y para personas que viven o vivieron en la calle, que se realiza semanalmente en la organización Sopa de Letras. Esta cobija y aborda la problemática así como la salud mental, desde hace más de 10 años en el barrio porteño de Parque Patricios.
El documental explicita la importancia de la radio, el valor de la comunicación, la potencia de lo colectivo, la necesidad de comunicarse, y que alguien escuche del otro lado, o mejor aún: al lado. Y también refleja la historia de Víctor Rodríguez Lizama, su director, que tiene 64 años y vivió varios en situación de calle.
El Cuervo, como le dicen a Víctor por su fanatismo por San Lorenzo, visibiliza en primera persona junto a otrxs protagonistas lo que se ve a diario, pero no tanto. Lo que se sabe, pero no tanto.
En Más allá de tu vereda, Víctor entrevista a muchos de los integrantes del programa que se emite en Radio Parque Vida (105.9) desde hace más de tres años.
Marcela dice que antes sólo escuchaba. Y que ahora se animó a decir.
Luciana dice que perdió un poco la timidez. Y que, quizá, eso la ayudó a crear la sección “la música que nos hizo”.
Cata dice que encontró un espacio para hacer arte. Para animarse a leer sus poesías.
Alicia dice que antes hablaba “poquito”. Y que ahora “habla un poquito más”.
Lautaro habla cuando llora, emocionado. Dice que no tenía experiencia. Y que ahora se sorprende de sí mismo.
Juan Bautista dice que es el encargado de informar las noticias. Y que ahora sí, alguien escucha su punto de vista.
Cristian dice que está más atento a su alrededor. Tanto, que ahora se anima a opinar.
Víctor dice que hasta no hace mucho, había personas que no agarraban el micrófono. Y que ahora no lo quieren soltar.



Termina el documental, con una última imagen; pantalla en blanco y una sola línea en letras negras.
«A todos los que estuvieron en situación de calle y ya no están».
Hay aplausos, hay felicidad, hay valoración.
Hay orgullo.
Luego, se abre el micrófono para que quien quiera diga lo que quiera.
Jorgelina: “Hagamos más radios”.
Adrián: “Podría estar en cualquier otro lado, haciendo cualquier otra cosa en este momento y gracias a ustedes estoy acá, me ayudaron un montón desde lo emocional”.
Cierra Víctor Rodríguez Lizama, con la remera puesta de su San Lorenzo querido y su pelo repleto de canas:
“La finalidad de este documental es mostrar cómo a través de la salud mental podemos llegar a la gente invisibilizada, que está ignorada. Ojalá que se reproduzca en otros lugares, que sirva de herramienta para salir adelante. Hoy hay mucha más gente viviendo en situación de calle. Además de haber vivido mucho tiempo, participé de los censos populares. Recientemente censamos en la comuna 1 (Retiro, San Nicolás, Puerto Madero, San Telmo, Monserrat y Constitución) y sólo acá contamos 1480 personas, por donde vos camines están. En la olla popular que hacemos en el Parque Lezama se ve algo similar al 2001. Más personas en calle y más hambre”.
Detrás del Cuervo hay un pizarrón donde se completa al nombre de su documental:
“Más allá de tu vereda,
hay otra realidad,
atrás de tu puerta”.
Al costado, un mural con un puñado de palabras escritas en letra cursiva:
“Hasta que no quede ni una sola persona en situación de calle,
allí seguiremos estando”.
Nota
La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.
Por Franco Ciancaglini
Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:
- su salud era cada vez más delicada;
- los medicamentos oncológicos no llegaban;
- y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.
Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.
Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

Contaminada
María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.
Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.
La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.
Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.
Contaminada
La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.
Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.
Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:
- “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
- “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».
Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”
Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.
En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”
Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:
- “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
- Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.
Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.
Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.



Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”
El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

Abandonada
Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.
Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.
Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».
Sino miren este video.
María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”
El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.
Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.
Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.
Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”
Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”
La respuesta era obvia: mal.
Insurgente
Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.
Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.
El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».
Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.
Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.
Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.
Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.
Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.
La muerte es el abandono.
La muerte es el olvido.
Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.
odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.
Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.
Mary: gracias.
Hasta mañana.
Nota
Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.
Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año.
El camino de la in-justicia
En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia.
La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.
Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero.
Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10.
Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo.
Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.
La pericia tendrá como objetivos precisar:
-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;
-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil;
-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.
-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.
El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena.
Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.
Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.
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