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Vida o muerte en el Riachuelo

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A 30 cuadras de Plaza de Mayo nacen chicos malformados, hay abortos espontáneos y los vecinos tienen la sangre intoxicada por la contaminación generada por grandes empresas sobre el Riachuelo. ¿Cómo es el juicio que podría determinar que esas empresas paguen, que dejen de contaminar, y que se busquen soluciones para las víctimas? El dilema: ¿se puede producir bien, dar fuentes de trabajo y no contaminar? Santiago Kaplun, uno de los abogados de la megacausa, explicó a lavaca por qué el futuro del Riachuelo ya llegó.
Santiago Kaplun es un abogado de 32 años que se especializa en cuestiones ambientales. Él y su maestro, Jorge Mosset Iturraspe, vienen desarrollando diversas batallas legales por asuntos ambientales, y esta vez habían presentado una demanda colectiva por la contaminación del Riachuelo contra el Estado nacional, el bonaerense y el porteño y contra 44 empresas de primera línea. Entre ellas se encuentran Shell, Petrobras, YPF, Central Dock Sud, Indupa, Molinos, Danone, Mercedes Benz, Bieckert y Aguas Argentinas.
La Corte ordenó los gobiernos de los tres estados que presenten un plan de saneamiento de la cuenca e intimó a las compañías para que informen qué hacen con sus residuos. Les dio plazo para las presentaciones hasta el 5 de setiembre. Dejó en suspenso, en cambio, otra petición de los abogados: que se cree un fondo de compensación para las víctimas de la contaminación, muchas de las cuales presentan –según la demanda- plomo en la sangre, sufrieron abortos espontáneos o tienen mal formaciones congénitas. En esta entrevista con lavaca, cuenta cómo se llegó a este fallo inédito.
-¿Cómo nace la causa del Riachuelo?
-Nos llama un grupo de vecinos del polo petroquímico de Dock Sud, después de tener alguna aparición mediática con Jorge Mosset Iturraspe, cuando actuamos en un caso de contaminación en Santa Fe. Enseguida nos involucramos y empezamos con visitas al lugar y a averiguar datos desde otro plano. Porque había un montón de información técnica de las industrias, pero nosotros decidimos correr el velo para ver a la gente que sufre. Encontramos personas muy complicadas del otro lado de la refinería de Shell.
-¿Qué quiere decir “personas muy complicadas”?
-Hay chiquitos que tienen altos índices de plomo en sangre, lo cual ya les produjo deficiencias en el crecimiento. En esa zona del polo petroquíco itambién hay abortos espontáneos, criaturas malformadas. Es una cosa increíble, si se piensa que ocurre a sólo 30 cuadras de la Plaza de Mayo. Y no es gente que vive hace dos días, sino 35 años. A partir de ahí comenzamos a ampliar el espectro de la investigación. Hablamos con profesionales de la zona y se dieron cuenta de que nuestra intención no era solo levantar datos, sino que queríamos hacer algo en serio. Nos contactamos con muchos médicos del Hospital Fiorito y nos trajeron los análisis de sangrerealizados allí: tenían tolueno en sangre, ácidos, diferentes metales. Así se armó un consorcio activo. Con ellos llevamos adelante la presentación judicial colectiva, como habilita la reforma constitucional del 94. Por eso puede beneficiar al conjunto de los habitantes.
Demandando a los grandes
-¿ Este tipo de demandas pueden asemejarse a esas megadenuncias contra empresas tabacaleras que cada tanto aparecen en los Estados Unidos para resarcir a los enfermos de cáncer?
-Acá no tenemos la posibilidad de hacer class accion, que es como se llaman esos procesos. Sí podemos hacer una presentación por lo que se conoce como derechos difusos: cualquiera puede reclamar por un daño colectivo. La diferencia es que mientras que en la class accion los damnificados directamente pueden percibir una indemnización; acá, hay que probar el daño individual en cada caso. En el expediente del Riachuelo, la Corte Suprema tomó la parte de la causa por el daño colectivo y envió a cada presentación particular a los juzgados de primera instancia. No creo que sea por una cuestión de competencia, sino para que no se le llenen los despachos con 300 expedientes. En esos casos multimillonarios contra tabacaleras, la persona damnificada se lleva una parte, según le corresponde, y el resto va a un fondo compensador para atender a otras víctimas. Esto es lo innovador que nosotros le pedimos a la Corte.
-¿Cómo funcionaría ese fondo?
-No es un invento nuestro, existe en muchos países. Y acá está contemplado en la Ley General del Ambiente. Pero como esta ley no está reglamentada, la Corte tiene libre creatividad para interpretarla. Para nosotros, el fondo compensador debería funcionar dando asistencia primaria a quienes resulten damnificados por la contaminación de la cuenca Riachuelo-Matanza. Otro objetivo también tiene que ser el saneamiento final. Hace cien años que se está contaminando, no se va a solucionar en un ratito, pero hay que empezar.
-¿De dónde debería provenir el dinero para ese fondo?
-Debería nutrirse de las empresas que contaminan, a través de penalizaciones o royalties anuales. Hay empresas que por su actividad están signadas como agentes contaminantes. Por ejercer ese tipo de producción deberían pagar una tasa anual. Ese fondo, más un aporte estatal, puede dar asistencia a las víctimas.
-¿Por qué la contaminación del Riachuelo, un problema centenario, se judicializa recién ahora?
-No lo sabemos. Tal vez haya algún juicio personal, por daños en contra de algún agente contaminante puntual. Pero no una causa colectiva que pida la recomposición de la cuenca. El Defensor del Pueblo, mas allá de que valoro el informe amplísimo que realizó, no llevó adelante una actuación judicial, sólo alertó a las autoridades.
-¿Cómo se lleva la representación de 150 damnificados en una causa?
-Es un trabajo fuerte, porque cada persona tiene un perjuicio diferente. Es como tener 150 juicios individuales. Pero tenemos otras experiencias, en un caso representamos a 163 damnificados por contaminación de cromo en un pueblito de Santa Fé. No es nada fácil: cada uno tenía que firmarnos un poder y la única escribana del pueblo trabaja para la curtiembre que demandamos. Tuvimos que alquilar un micro y llevar a todos a otra ciudad para hacer los poderes. Después, la jueza donde tramita el expediente nos dijo que no se podía llevar la causa de manera conjunta y nos pidió que dividiéramos el expediente, abriendo uno por cada demandante. Para eso, había que sacar 18.000 fotocopias. Me quejé y la jueza me dijo que me iba a beneficiar porque así iba a poder tener una dedicación exclusiva a cada expediente. Después agregó que el problema económico era mío, porque era yo el que presentaba 163 expedientes. Como no hay muchos antecedentes sobre daños y perjuicios en contaminación, uno hace camino al andar.
El futuro ya llegó
-Si bien el derecho ambiental tiene rango constitucional no parece estar incluido dentro de los derechos de ejercicio real. Pasa algo similar a lo que ocurre con el derecho al trabajo o a la vivienda. ¿Por qué cree que existe esa brecha jurídica?
-Los desocupados podrían demandar por el derecho a trabajar, pero aparece la discusión de quién es el que está obligado a dar trabajo y se complica todo. Pero en los casos ambientales por contaminación, existen agentes concretos contaminantes. Hay tipos que se están llevando fortunas a costa de todo esto. Otro ejemplo: si en el subte se produce un alto índice de ruido y existe un pliego que fija estándares de calidad, alguien incumplió.
-Sin embargo, no se acostumbra a penalizar al que no cumple. Acaba de reconocer que es la primera vez que se judicializa la contaminación del Riachuelo.
-Tal vez se esté instaurando de a poco. Pero estamos frente a una disyuntiva muy grande. Hay empresas que dan trabajo a miles de argentinos. No se si tanto en el Riachuelo, pero en el interior hay pueblos enteros que se mueven alrededor de estas industrias. Y eso pesa. Tenemos un caso de una curtiembre muy grande en Esperanza, una localidad de 35.000 habitantes al norte de Santa Fé. Nosotros consideramos que tiene un índice de contaminación altísimo. Ahora bien, la planta –directa o indirectamente- incide en el 30 por ciento de la población. Ahí uno es Montesco o Capuleto. Pero para mi no puede haber producción útil y rentable a costa de la salud de la gente.
-Las empresas suelen argumentar que si cumplen con los estándares ambientales pierden competitividad.
-En las curtiembres, un caso que conozco bien, los clientes no están en la Argentina, sino en Europa. Si un cuero que llega a allá a 10 pesos, sólo 5 pesos representan el valor de la producción, los otros cinco corresponden al transporte. No hay que ser inteligente para darse cuenta que la empresa no puede instalarse en el país que consume el producto, porque no se lo permiten. Entiendo que no vivimos en un lugar con un PBI espectacular y que necesitamos de las inversiones. Pero no a cualquier precio, hay un montón de lugares para instalarse. Claro, hay una cuestión de costos de producción, pero si no son rentables, que se vayan. No soy un negado del trabajo que dan, pero no a cualquier precio.
-¿ Pero qué pasa cuando un pueblo defiende la contaminación para preservar una fuente laboral?
-Te imponen necesidades sociales sobre cualquier cosa a futuro, pero resulta que el futuro es hoy. Estas son empresas que trabajan hace mucho tiempo. Los malformados están hoy, el índice de abortos espontáneos es de hoy, la enfermedades congénitas, cutáneas y respiratorias corresponden a hoy. El futuro del Riachuelo es hoy. Esta historia tiene cien años, hubo un cúmulo de incumplimientos y a río revuelto la ganancia es de los pescadores.
El fondo del asunto
-Otro aspecto poco habitual en la justicia argentina es que un fallo que intime a 44 empresas de primer nivel.
-Ahí hay mil industrias que son clandestinas y el que no es clandestino se ampara en el que lo es para lavar sus culpas. Pero el clandestino es nada en niveles de producción. Yo tengo un amigo que tiene una curtiembre pequeña, de la que viven su familia y las de sus dos hijos, y da trabajo a 25 empleados. Si bien no es clandestino, sus dimensiones pueden ser similares a cualquiera de ellas. Y él me cuenta que con esa estructura no podría curtir en un año la cantidad de cueros que produce una curtiembre de las grandes en un solo día. Las grandes empresas ya hicieron el lobby antes e impidieron la reglamentación de la Ley del Ambiente. Tenemos una ley marco modernísima, que data de noviembre de 2002, y no se reglamentó. Por ejemplo, en un capítulo establece que todas las industrias que tienen actividad contaminante deberán poseer un seguro de responsabilidad civil, pero no hay una sola compañía en la Argentina que pueda brindar esa cobertura. No está reglamentado en la ley, no está reglamentado cómo deberían ser esas pólizas en la Superintendencia de Seguros y, entonces, no hay tales seguros. Si existieran, hoy tal vez estaríamos citando en garantía a las aseguradoras. La pregunta es si los aseguradoras querrán hacer negocios con las compañías que contaminan el Riachuelo.
-¿Qué grado de transparencia pueden tener los informes que la Corte le pidió a estas empresas?
-Obviamente nadie esta obligado a declarar en contra de sí mismo. A mí me parece que la Corte lo hace para tener información y después contrastarla con pericias que vaya a producir o con estudios oficiales que ya existan. La actividad que ellos generan es contaminante y está claro que en el Riachuelo no hay oxígeno. No hay que olvidarse que la Ley General del Ambiente invierte la carga de la prueba, no es el damnificado que tiene que probar quién lo contamina, sino que solo hay que acreditar al daño y es el denunciado el que tiene que demostrar que no contamina. Me parece que la Corte quiere sus informes para resolver después sobre el fondo de compensación. Esa es nuestra expectativa. Y eso sí sería un precedente importantísimo, tanto en la Argentina como en Latinoamérica. Estamos en un momento con las arcas llenas, con superávit impensado. Con ese fondo administrado correctamente se puede atender a los damnificados sin perder de vista el fondo del asunto: que no se siga contaminando más.
-Los opositores a este fondo de compensación señalan que no es posible garantizar que el dinero no se desvíe para otros fines, como sucede con otras partidas estatales.
-Me parece que la administración debería ser compartida con organismos, instituciones y ONGs serias, que podrían garantizar los objetivos del fondo.
Dónde fue la plata
-A lo largo de cien años, hubo más de dos decenas de planes de saneamiento del Riachuelo, ¿qué garantías hay de que el proyecto que exigió la Corte no sea uno más?
-En realidad, ninguna. Solo, que estando la Corte de por medio, se supone que ya no serán “Dios y la Patria” quienes demanden por incumplimiento.
Estamos en un país que tiene siempre prioridades de emergencia que seguramente le quitaron espacio a este tema, que es silencioso. Acá se gastó muchísimo en consultorías, elaboración de proyectos. Hasta hubo un plan aprobado en el gobierno de Eduardo Duhalde con un presupuesto de 500 millones de dólares para comenzar con el saneamiento. Se gestionó un crédito ante el BID por el 50 por ciento, se aprobó, y se recibieron 150 millones. Pero se redireccionaron a planes sociales. Vamos a ver qué hace la nueva secretaria (la abogada Romina Picolotto), por sus antecedentes deberíamos tener alguna expectativa positiva. Esta mujer tiene una oportunidad muy buena para estrenarse en el cargo.
-¿Cuánto tiempo habrá que esperar para que haya una sentencia definitiva en la causa del Riachuelo?
-No va a ser poco, me imagino un par de años. Mi expectativa a corto plazo es la creación del fondo, que exista y que la gente que está en problemas tenga un lugar a donde ir para que se la compense. No necesariamente con plata. Si alguien tiene plomo en sangre, que pueda acceder a médicos, medicamentos o una casa lejos de donde vive. Es infinita la cantidad de respuestas que puede dar el fondo y no es tan oneroso.
-¿Y los daños colectivos como se compensarían?
Habrá que liberar la imaginación para ver como se compensa el daño moral colectivo por la contaminación de la cuenca. Hay un precedente interesante que es la causa de la Municipalidad de Tandil contra la empresa El Cóndor-La Estrella porque un micro destruyó una estatua en medio de una plaza. Había sido donada por un escultor y era irremplazable. ¿Cómo se compensa eso? Se condenó a la empresa a que hiciera un montón de obras en la plaza, se les dio a los habitantes un lugar nuevo para disfrutarlo. De eso se trata también acá. Eso está en manos de la Corte.
Del lado de Gualeguaychú
-¿Para usted el clima que se generó en torno a las pasteras de Gualeguaychu ayudó para que saliera este fallo de la Corte?
-Hay lecturas que pueden llevar a la conclusión de que no era muy oportuno que salga esto ahora. Si se piensa que el presidente le está reclamando al extranjero que no nos contamine y, de repente, su propia Corte lo condena a limpiar su casa, no debería ser demasiado feliz el fallo. Desde otro punto de vista, si el discurso presidencial en los foros internacionales reclama a las empresas extranjeras radicadas en la Argentina inversiones para no generar contaminación, el fallo es oportuno. Hay que ver, yo no lo relaciono con tiempos políticos.
-¿Qué mirada tiene sobre el conflicto con Uruguay?
-Me llama la atención que las empresas insistan en la instalación. Me lleva a pensar que probablemente quieran hacer las cosas bien. Pero pagar para ver puede llegar a ser carísimo. ¿Cuánto cuesta equivocarse? Me parece bárbaro que no quiera asumirse ese riesgo. Por eso, si tengo que ponerme de un lado, me pongo del lado de Gualeguaychú. Estaría bueno que se instalen en otra parte.

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La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos

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Este domingo a la madrugada murió María Teresa López, asambleísta contra la contaminación en su ciudad natal, Caleta Olivia, luego mudada a Capital Federal y parte del grupo Jubilados Insurgentes. Mary se enfermó de cáncer producto de la contaminación que ella misma denunciaba, y luego fue abandonada por el Estado en modo motosierra: el PAMI se negaba a entregarle medicamentos, pese a amparos judiciales a su favor. Una historia que genera bronca e impotencia, pero que a través del recuerdo de sus compañeras de lucha se revela como una lección de vida, en el más profundo sentido de la palabra: lo colectivo frente a lo personal, la idea de no perder el tiempo, la movilización permanente, la generosidad, la sabiduría, y qué es la muerte.

Por Franco Ciancaglini

Algunos dirán que Mary era bajita y otros que tenía el porte enorme de Nora Cortiñas.
Desde la pandemia solía esconder su sonrisa detrás de un barbijo, aunque sus motivos de alegría eran cada vez menos:

  • su salud era cada vez más delicada;
  • los medicamentos oncológicos no llegaban;
  • y la lucha que encaró desde siempre —primero en su Caleta Olivia natal contra la contaminación, luego contra el sistema de salud público y, al final, como parte del grupo Jubilados Insurgentes— cada vez implicaba poner más el cuerpo.

Fue su cuerpo lo que, este domingo 21 de julio, dijo basta.

Mary se convierte así en algo odioso: un símbolo. Un símbolo de la muerte sistemática que genera un sistema que enferma y abandona. Pero también en un símbolo de lucha por la vida, en el sentido más profundo de la palabra.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Mary junto a Nora Cortiñas.

Contaminada

María Teresa López nació en 1959 en Caleta Olivia, Santa Cruz. Falleció el domingo pasado a sus jóvenes 67 años, en un hotel de la calle La Rioja, en Once, ciudad de Buenos Aires. Sí: vivía en un hotel. Sola, producto del desarraigo que le produjo tener que trasladarse para atenderse de un cáncer de hígado.

Ese fue el diagnóstico médico: una metástasis que avanzó en el último tiempo al ritmo frenético de una motosierra.

La causa que no figura en su partida de defunción es aquella que ella misma denunció hasta el final: a Mary le negaban medicamentos oncológicos indispensables para su tratamiento.

Lo que tampoco figura en su partida es que Mary fue arrancada de su Caleta Olivia natal porque se enfermó, al igual que decenas de personas de esa localidad, producto de la contaminación del agua por actividades extractivas en la zona.

Contaminada

La vida de Mary fue la de una militante social de una estirpe rara: austera, firme, silenciosa, estudiosa, imparable.

Sus compañeros reconstruyen sus historias: que de chica le hicieron un test de inteligencia y un profesional le dijo a su madre que ella era más o menos superdotada; que seguramente podría hacer dos carreras universitarias a la vez; que terminó la secundaria antes de tiempo y luego cursó dos carreras; que se enganchó con el ambientalismo muy joven y empezó a investigar cuando las empresas petroleras negaban la contaminación de las napas de agua.

Formó parte de la Asamblea Ambiental de Caleta Olivia, desde donde luchó sin descanso contra la contaminación provocada por el fracking. Mucho antes de enfermarse, denunciaba que el agua que llegaba a las casas estaba contaminada con petróleo. Lo sabía por la evidencia científica más contundente que tiene una comunidad contaminada: que sus vecinos, familiares y amigos enfermen y mueran.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
En Plaza de Mayo, con una bandera contra la megaminería contaminente en Chubut.

Ante los medios Mary describía lo que vivía y veía alrededor: “La gente se muere o queda discapacitada”. En una entrevista para el programa Conciencia Solidaria, precisaba sobre su territorio:

  • “Caleta Olivia… tiene un problema grave: falta de agua potable, y encima está contaminada por la industria petrolera. Los muestreos de agua que hemos sacado y analizado han dado positivo: está contaminada el agua que estamos tomando.”
  • “La situación es muy grave, se está muriendo muchísima gente de esas 11 localidades, 9 están en terrible condición… además tuvimos un caso muy grande de gastroenteritis que afectó a 340 personas”.
    También contextualizó el vínculo entre agua contaminada y salud pública: “Los metales pesados son cancerígenos, mutagénicos, van mutando de una generación en otra… nacen chiquitos con problemas… o fallecen de cáncer».

Denunciaba en Caleta Olivia la presencia de hidrocarburos, arsénico y metales pesados en el agua, además de enfermedades poco frecuentes que, como decía ella, “no tienen cura” y crecen en esa región patagónica. Alertaba con claridad: “No es solamente cáncer, sino Enfermedades Raras o Poco Frecuentes. Muchos pacientes no están bien atendidos… La situación se agrava cuando se trata de estas patologías: solo se ofrecen tratamientos paliativos.”

Un mal día le tocó a ella, ya con la certeza profunda de que la contaminación ambiental fue parte del combustible de su cáncer de hígado.

En agosto de 2015, en un foro en defensa del agua organizado en Comodoro Rivadavia, otras asambleístas como Lidia Campos, de la asamblea contra el fracking de Allen (Río Negro), la conocieron personalmente luego de años de tramar resistencia contra el extractivismo: “En el Foro en Comodoro había gente de todos lados… Y estaba Mary, que ya tenía problemas, como un problema en la boca del estómago… No se sabía bien… Uno tapa esas cosas y habla de la lucha, la salud quedaba en segundo plano. Mary no era de hablar de lo personal; siempre se preocupaba más por lo colectivo».

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Lidia y Mary, durante el acampe del Malón de la Paz en Buenos Aires, hace dos años.

La describe así: “Era menuda, callada. Pasaba desapercibida. Pero cuando abría la boca, te dejaba con la boca abierta. Sabía muchísimo. Y tenía una convicción inquebrantable.”

Recuerda Lidia que, en 2019, Mary pasó de la denuncia mediática a la judicial: presentó un amparo colectivo ante la Corte Suprema contra la contaminación del agua con hidrocarburos, arsénico y metales pesados. Denunciaba así, ante el máximo tribunal argentino, el abandono del sistema cloacal, basurales a cielo abierto, y exigía la puesta en marcha de una planta de ósmosis inversa paralizada (actualidadjuridicaambiental.com). En ese expediente Mary detallaba:

  • “Frecuentes interrupciones en el suministro… agua contaminada con hidrocarburos totales y arsénico… napas freáticas contaminadas por fracking…”.
  • Solicitaba medidas cautelares urgentes: provisión gratuita de agua apta, saneamiento cloacal, cierre de basurales y puesta en funcionamiento de la planta de ósmosis inversa.

Esa presentación inédita, que firmó ella misma, reflejaba años de trabajo comunitario, denuncias y… enfermedades. Pero su denuncia fue ignorada, archivada y judicialmente ninguneada: tras seis años, la Corte se declaró “incompetente” y desestimó el recurso, sin resolver la situación de fondo.

Mary no se rindió: en 2020 fue caminando hasta Balcarce 50 para presentar a través de Mesa de Entradas de la Casa Rosada una carta firmada por una red de organizaciones en defensa del agua dirigida a Alberto Fernández, denunciando la contaminación del agua y relacionándola lúcidamente con argumentos que el ex Presidente daba como recomendaciones durante la pandemia.

Lidia Campos es la que recupera y comparte a lavaca este documento, y la que como asambleísta define su legado: “Lo que ella hizo fue histórico. Vale la pena hablarlo para las próximas generaciones… En esta época hemos perdido tanta humanidad que a nadie le importa. Pero acá hay alguien que dio su vida. Dio, literalmente, su vida.”

El último recuerdo que Lidia conserva data del 14 de julio de 2023, durante una jornada de lucha contra Mekorot, la empresa nacional de agua israelí que intentaba desembarcar en Argentina con intenciones sospechosas. Relata Lidia: “Ella estaba afuera del Anexo del Congreso con los Jubilados Insurgentes para protestar… Después fuimos a una confitería. Le pregunté si había comido al mediodía… no había comido nada. Le sugerí unos tostados o medialunas con queso. Pidió un té. Cuando llegó lo que pedimos, no lo pudo comer”. Igual, se sacaron esta hermosa foto compartiendo. Y ese mismo día, antes de despedirse, Mary le regaló una pashmina rosa a Lidia para protegerla del frío.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Carlos Ponce, Mary y Lidia Campos: una amistad atravesada por la lucha ambiental del sur del país.

Abandonada

Cuando se enfermó y vio que su asamblea se desarmaba –entre otras cosas precisamente porque muchos enfermaban- Mary se trasladó a Buenos Aires. Pretendía resistir y atenderse bien, cosa que logró durante muchos años: su lucha logró que PAMI le asignara el Hospital Italiano para su tratamiento.

Tuvo un cáncer controlado que se descontroló al ritmo del deterioro del sistema de salud: primero Macri, luego Fernández, la pandemia y finalmente Milei como garrotazo final.

Desde 2023 su situación empeoró drásticamente. Su compañera Zulema, de Jubilados Insurgentes, relata: “El PAMI decía que tenían medicamentos para esa patología, pero no eran los que había indicado su médica… entonces no los aprobaban. A veces los recursos judiciales salían favorables, pero el PAMI tampoco los entregaba. La impotencia era terrible».

Sino miren este video.

María Teresa López dice claramente: “El mecanismo es simple: es eliminarnos, gastando menos… llegar al déficit cero… matándonos.”

El video la muestra junto a sus compañeros de Jubilados Insurgentes en un reclamo frente al PAMI por sus medicamentos.

Sigue: “Es más fácil eliminarnos de manera nefasta e inhumana… Para mí ustedes son asesinos, y les importa un bledo”.

Hoy, un año y mes después, Mary tenía razón.

Zulema continúa: “Ella no podía hacer la quimio porque la droga fundamental no estaba… íbamos al PAMI con compañeros, hacíamos reclamos, pero no facilitaban nada. Cuando le autorizaban un tratamiento de ocho sesiones, solo le entregaban dos dosis. Nos confesaron que no se molestaban en dar el tratamiento completo porque muchos morían antes… Pero Mary resistía, resistía… llegó un momento en que el cuerpo no resistió más».”

Una de las últimas veces de manifestación ante el PAMI, sin Mary, el personal de seguridad preguntó por ella en la puerta: “¿Cómo está Mary?”

La respuesta era obvia: mal.

Insurgente

Pese al deterioro físico, Mary se unió a los Jubilados Insurgentes. Entendió que el sistema no solo descarta a quienes enferma, sino también a los que ya no pueden “producir”.
Zulema recuerda: “¡Tenía un carácter! Ese carácter es el que la hizo resistir cuando muchos se daban por vencidos”.

Llegó a ese espacio dos años atrás, íntimamente vinculada con su enfermedad. “Se metió en todo lo legal… recursos, fiscalías, Comodoro Py… sabía de litigio ambiental”, dice Zulema.

El 12 de junio de 2024, durante la lucha contra la Ley de Bases, estuvo firme en Plaza los Dos Congresos. “Nosotros la cuidábamos porque estaba débil, pero se escapaba, quería seguir.” Conocía a todos. “Era muy luchadora. Y hablaba con energía. Siempre nos pedía que unamos las luchas».

Lo que posiblemente sea su último legado lúcido: unir las luchas del ambientalismo con las banderas de los jubilados.

Sobre su convicción, Zulema dice: “Cualquier cosita que ella hacía la asumía con total responsabilidad… vino con cartulina, se traía el cartel… Cuando asumió Milei hizo un cartel que decía ‘Toda la clase política es responsable de la debacle del país’, lo diseñó ella misma”.

La muerte ocurre en vida: se fue Mary, jubilada que no recibía medicamentos oncológicos
Un cartelito que le hicieron tras su muerte, Clarisa y Agus, que lo dice todo: «Se lo hicimos porque ella era doña cartelitos, y lo dejamos con ella».

Otra anécdota: “Una vez vino a una reunión, con anotador en mano, ya predispuesta. Algunos comenzaron a hablar de su vida personal, y se enojó. Se levantó, juntó sus notas y se fue. Dijo: ‘acá se pierde tiempo, no van a llegar a nada’. Pero volvió. Con dramas y todo, no quería perder el tiempo: estaba alerta. Era consciente de que la tarea era enorme, y le ponía ímpetu”.

Mary sabía que no le quedaba mucho tiempo y por eso nunca bajó la guardia.

Siguió yendo cada miércoles a las rondas frente al Congreso, siempre con barbijo, para cuidarse y cuidar. Participó del Malón de la Paz, llevó agua, militó con grupos ambientalistas, jubilados y religiosos. Organizó actos, escribió cartas, e insistía en que el 22 de marzo, Día Mundial del Agua, había que salir a las calles. Siempre. Aunque lloviera, aunque doliera.

Porque Mary enseló que la muerte no es algo que ocurre al final: es eso que va sucediendo en vida ante la indiferencia, el silencio de los tribunales, el apagón de las protestas, la descomposición del cuidado, la impunidad de los contaminadores y la complicidad del silencio.

La muerte es el abandono.

La muerte es el olvido.

Y en ese sentido, Mary sigue más viva que nunca.

odas las agrupaciones de jubilados que se juntan los miércoles a protestar en Congreso, preparan un homenaje a Mary y, a través de ella, “a todas las víctimas del sistema y de este plan siniestro de exterminio de los más vulnerables”.

Será mañana, después de la marcha, en un acto en Plaza de Mayo.

Mary: gracias.

Hasta mañana.

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Pablo Grillo: llaman a indagatoria al gendarme Guerrero a seis meses de un disparo criminal

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El 2 de septiembre el gendarme que disparó una granada de gas lacrimógeno por fuera de todos los protocolos de la fuerza deberá comparecer ante la justicia. La decisión la tomó la jueza María Servini de Cubría más de cuatro meses después del hecho. Pablo Grillo luchó por su vida, perdió masa encefálica y hoy se encuentra en plena rehabilitación. Todo lo que deberá explicar Héctor Guerrero y que implica a su principal defensora y la responsable de la violencia estatal: Patricia Bullrich.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cuatro meses y una semana pasaron desde el miércoles 12 de marzo. Ese día, durante otra violenta represión a la marcha de jubilados y jubiladas, el Gendarme Héctor Guerrero le disparó fuera de toda legalidad una granada de gas lacrimógeno al reportero gráfico Pablo Grillo, cuyo impacto casi lo mata, y por el que perdió parte de la masa encefálica, estuvo casi tres meses internado en terapia intensiva en el Hospital Ramos Mejía y por el que hoy continúa en proceso de rehabilitación. Cuatro meses y una semana pasaron hasta hoy, lunes 21 de julio, en el que la jueza María Servini citó a indagatoria al gendarme, autor material de lanzamiento, para el próximo 2 de septiembre.

Es decir: entre la ejecución y la audiencia habrán pasado 131 días, casi seis meses, casi medio año. 

El camino de la in-justicia

En un primer momento, la jueza había rechazado el expediente y el caso había pasado al Juzgado Federal N° 12, donde tramitaba otra denuncia por los mismos hechos. Como ese juzgado estaba vacante y subrogado por Ariel Lijo, quien también se declaró incompetente y declinó la competencia, el expediente regresó al Juzgado N° 1 el 28 de marzo y la jueza Servini lo tiene en sus manos desde el 10 de abril, a la vuelta de una licencia. 

La cronología detalla el tiempo que una familia debe atravesar para exigir justicia por un hecho de violencia estatal: desde el 21 de marzo en que el papá, la mamá y el hermano de Pablo se presentaron en la causa como querellantes, solicitaron se llame a Guerrero a declarar “en calidad de imputado, por tentativa de homicidio agravado por abuso funcional, abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público”. Pero no hubo respuesta. Por eso, el 6 de junio, reiteraron el pedido con estos argumentos: “Desde el inicio de la investigación, todas y cada una de las pruebas recabadas por el Juzgado corroboran lo que planteamos en nuestra querella del 21 de marzo: el cabo primero Héctor Jesús Guerrero de la Gendarmería Nacional Argentina fue el autor del disparo de la pistola lanzagases que hirió de gravedad a Pablo Grillo el 12 de marzo a las 17.18hs”. Y agregaron: “En el pedido que presentamos ante la jueza Servini ofrecemos una descripción de los hechos y un análisis pormenorizado de los elementos de prueba existentes hasta el momento”.

Y no hubo dos sin tres: el 15 de julio se le volvió a exigir al Juzgado que lo cite a Guerrero. 

Y la tercera fue la vencida: este lunes, Servini citó a prestar declaración indagatoria al cabo Guerrero como autor del disparo con cartucho de gas lacrimógeno calibre 38mm que impactó en la cabeza de Pablo Grillo. La audiencia será el 2 de septiembre a las 10. 

Guerrero es el primer efectivo formalmente imputado en la causa por el operativo policial del 12 de marzo. 

Desde la querella informaron: “El juzgado ordenó la realización de una pericia balística a cargo de la División Balística de la Policía de la Ciudad para reconstruir con el mayor nivel de precisión técnica posible el disparo que hirió de gravedad a Pablo. Si bien la jueza consideró que ya existen elementos de prueba contundentes respecto de la responsabilidad de Guerrero para esta instancia, sostuvo que la pericia es necesaria para afianzar la reconstrucción de la dinámica del hecho”.

 La pericia tendrá como objetivos precisar:

-La trayectoria y velocidad del proyectil que impactó en la cabeza de Pablo Grillo;

-La posición del arma al momento de efectuarse el disparo y el ángulo de salida del proyectil; 

-Analizar si el proyectil impactó previamente contra otra superficie, y si eso alteró su dirección o energía.

-Las ubicaciones de Grillo y de Guerrero al momento del disparo.

El juzgado también ordenó, previo a la pericia, una inspección en el lugar del hecho (la esquina de Hipólito Yrigoyen y Solís) que incluirá un relevamiento fotográfico terrestre y aéreo y la elaboración de un croquis detallado de la escena. 

Además, le prohibió a Guerrero la salida del país.

Compartimos el perfil de Pablo que realizamos en la edición 203 de MU.

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De la idea al audio: taller de creación de podcast 

Aprendé a crear y producir tu podcast desde cero, con herramientas concretas para llevar adelante tu proyecto de manera independiente.

¿Cómo hacer sonar una idea? Desde el concepto al formato, desde la idea al sonido. Vamos a recorrer todo el proceso: planificación, producción, grabación, edición, distribución y promoción.

Vas a poder evaluar el potencial de tu proyecto, desarrollar tu historia o propuesta, pensar el orden narrativo, trabajar la realización sonora y la gestión de contenidos en plataformas. Te compartiremos recursos y claves para que puedas diseñar tu propio podcast.

¿A quién está dirigido?

A personas que comunican, enseñan o impulsan proyectos desde el formato podcast. Tanto para quienes quieren empezar como para quienes buscan profesionalizar su práctica.

Contenidos:

  • El lenguaje sonoro, sus recursos narrativos y el universo del podcast. De la idea a la forma: cómo pensar contenido y formato en conjunto. Etapas y roles en la producción.
  • Producción periodística, guionado y realización sonora. Estrategias de publicación y difusión.
  • Herramientas prácticas para la creación radiofónica y sonora.

Modalidad: presencial y online por Zoom
Duración: 4 encuentros de 3 horas cada uno
No se requiere experiencia previa.

Docente:

Mariano Randazzo, comunicador y realizador sonoro con más de 30 años de experiencia en radio. Trabaja en medios comunitarios, públicos y privados. Participó en más de 20 proyectos de podcast, ocupando distintos roles de producción. También es docente y capacitador.

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