Nota
Andalgalá: policía sí, consulta popular no
«Es una forma de intimidarnos» dice el profesor Aldo Flores a lavaca. al referirse al amenazador aumento y despliegue de fuerzas policiales en Andalgalá, Catamarca, donde los vecinos de la asamblea El Algarrobo impiden y lograron detener por ahora al proyecto minero Agua Rica. También se supo que el proyecto de referéndum para apoyar o rechazar la minería, aprobado por el Concejo Deliberante, fue ahora rechazado por el poder judicial provincial.Flores es uno de los Vecinos Autoconvocados de Andalgalá, donde los asambleístas fueron reprimidos ferozmente el 15 de febrero último, ocasionando la posterior pueblada que derivó en la quema de parte de la intendencia. Ahora la infantería patrulla las calles y los vecinos notan un aumento de presencia policial, semana tras semana.
Flores plantea: «Es una forma de intimidarnos. ¿A qué más pueden venir? ¿Se incrementaron los robos, los asesinatos? Acá no pasa nada de eso, todo el mundo conoce a todos. Que venga la marina, el ejército, lo que sea… No les tenemos miedo». Mientras en la gobernación aseguran que el personal cumple «tareas comunitarias», desde El Algarrobo sugieren que las fuerzas se encargan de «vigilar y recolectar información sobre quién piensa bien y quién mal sobre la minera», dice Aldo. Según un comunicado que circuló vía mail, se han detectado policías preguntando a jóvenes sobre la actividad minera, los incidentes tras la represión, y el referéndum, cuya realización ha sido rechazada por el poder judicial. El reclamo por el injustificado aumento policial y de infantería ya fue denunciado por los vecinos a diputados de Congreso y Nación.
Para recordar
El 15 de febrero vecinos autoconvocados prohibían el paso vehicular a la planta de la empresa minera Agua Rica. Desde la fiscalía de Andalgalá llegó la orden de desalojo, y la policía fue también la protagonista de los hechos que dejaron decenas de personas heridas y contusas, – sin omitir mujeres y niños- y más de 40 detenidos. La reacción espontánea fue una pueblada, que derivó en la quema de parte de la intendencia y la rotura de vidrios de las oficinas de la propietaria de la mina, la canadiense Yamana Gold. Tras los incidentes el gobierno ordenó detener las obras en la planta «hasta que vuelva la paz social». En el reciente comunicado los vecinos proclaman que no habrá paz social sino hasta que la minera deje el pueblo, y aún más: presentaron una ordenanza para extender la prohibición de la minera en toda la provincia.
Colonia y 25 de Mayo
Mientras tanto, y respetando los caracolescos tiempos burocráticos, los vecinos impulsaban un referéndum que defina la opinión de la comunidad sobre la instalación de la minera en Andalgalá. El 11 de marzo el Concejo Deliberante aprobó el pedido, aunque no lo fechó. Semanas más tarde se supo que la justicia catamarqueña y dejó al plebiscito sin validez, hasta tanto «determinar su constitucionalidad».
Aldo Flores: «Lo están estirando para más adelante porque saben que si lo largan ahora, pierden. Están trabajando para dar vuelta a la gente y ver si mejoran las condiciones, pero el pueblo está firme en la idea de no querer la minería». Además, llegado el caso de la votación, los vecinos desconfían del eventual recuento en los comicios. Por eso, algunos insisten en dar vuelta la página del referéndum y apurar con fuerza la ordenanza provincial que prohíba la minería a cielo abierto en todo el territorio.
En esa línea se mueve la reunión del 1° de mayo, en Catamarca, a todas las asambleas ambientales del noroeste argentino. La propuesta es trabajar por una ley nacional de minería que controle los rastreos de las empresas y limite el otorgamiento de licencias. Además, Aldo invita: «Después, en la semana del 25 de mayo, estaremos realizando una serie de actividades con la idea de refundar la Nación, porque estamos tan colonizados como antes».
La trampa de las mineras
La palabra cae justa con el contexto actual: los vecinos de Andalgalá sienten que el pueblo está sitiado, militarizado. El discurso de la paz social comienza a derretirse. «Es una provocación», dice Aldo, al tiempo que dispara una sospecha vecinal: que la minera se está filtrando por detrás de la montaña, en camionetas (y para ello no hay seguridad), «pero nosotros no tenemos la logística para comprobarlo y seguirles cada paso».
En tanto, los asambleístas de El Algarrobo mantienen el corte sobre la ruta y se reúnen en asamblea todos los días. Un modo de compartir esperanzas, incertidumbres y conversar los pasos a seguir. Aldo resume: «Todo lo que venga por la vía legal nos genera desconfianza, pero nuestra firmeza está en la convicción de que el pueblo de Andalgalá no quiere la minería, y eso va más allá de la burocracia. Sabemos que si sale el plebiscito pueden derogarlo dentro de un año, o hacer lo que quieran. Con una ley lo mismo. No creemos en eso. Creemos en la fuerza de la gente, en su consciencia, y vamos a seguir trabajando con el pueblo con la convicción de que queremos vivir y tenemos derecho a elegir esas condiciones».
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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