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La ESMA, del banquillo al banco

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Se postergó por segunda vez el inicio del juicio oral por los delitos cometidos en la ESMA, a raíz de la repentina decisión del Poder Ejecutivo de disponer una nueva integración del Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 5.
La fecha próxima no fue dictada, y la espera de justicia abre la polémica.
La ESMA, del banquillo al banco¿Qué significa que el juicio no comience este jueves, como estaba planeado, y su fecha esté nuevamente indefinida? En palabras del comunicado lanzado este martes 17, el directorio del Espacio para la Memoria señala: «Esto implica que tenemos que seguir esperando para que sean juzgados los represores de uno de los más grandes centros clandestinos que funcionó en nuestro país, y que sigan gozando de impunidad. Ya esperamos más de 30 años, no podemos seguir esperando; no queremos seguir esperando. Queremos justicia por todos los compañeros y que las madres y abuelas puedan vivirlo. Necesitamos justicia para poder decir genocida y que no sea sinónimo de impunidad».
El martes 17 de noviembre estaba programada una visita y conferencia de prensa en la Escuela Mecánica de la Armada, ahora ocuapda en parte por la Asociación Madres de Plaza deMayo, en parte por el Espacio para la Memoria. En ese marco y, desde las 11, los medios de comunicación pudieron recorrer guiados por especialistas las instalaciones del campo de concentración. Se abrieron las puertas – y evidencias – de aquel lugar tan tenebroso.
Cartografía del terror
La ESMA, del banquillo al bancoLa ESMA es escalofriantemente grande; las pseudo calles se cuelan entre enormes edificios, cada uno asignado a una función específica de esa máquina de terror.
Ahora, Al fondo de la Enfermería, la Asociación Madres de Plaza de Mayo le pone vida al lugar con su espacio cultural. En el último edificio se alza el Casino de los Oficiales; y para llegar a su zona habremos pasado primero por el edificio de los Automotores – destinado la reparación mecánica de los Falcon sin patente-, la imprenta – donde se emitían documentos falsos-, el llamado Pabellón Coy y la mencionada Enfermería.
Por un costado, tras salir por una puerta lateral del Salon Dorado -hoy sede de la conferencia-, el guía lleva al tumulto de cámaras y libretas a la primera parada: el sótano. Y así anticipa el tono de la recorrida.
Al sótano lo separan no más de 20 escalones de la superficie. Debajo, una especie de galpón vacío se extiende 50 metros. Las separaciones están señaladas por carteles explicativos – al mejor estilo museo – que describe un sitio o transcribe algún testimonio. El primero de ellos, junto al umbral: «Por esta puerta, la mayoría de los desaparecidos fueron trasladados a su destino final».
El sótano funcionó, en efecto, como la principal sala de torturas. Todos los miércoles se renovaban los detenidos, y a aquellos que ya habían pasado por allí los trasladaban hacia Aeroparque. Y luego, historia conocida.
Está conectado mediante escaleras con diferentes arterias del edificio. La famosa Capucha, donde convivían los detenidos, una de ellas.
Otras separaciones distinguen oficinas y la llamada «huevera», donde se producía el material audiovisual para la difusión de la propaganda de la dictadura.
Salimos y el respiro nos dura hasta la nueva orden del guía. «Suban hasta el último piso». Y marchamos.
El primero y el segundo edificio no son parte de la recorrida; los carteles, sin embargo, muestran que allí estaban los dormitorios de los militares, tanto aquellos del Grupo de Tareas como los que trabajaban en la propia Escuela. Allí traían regularmente a sus respectivas familias, y en las escaleras mismas se cruzaban con los encapuchados detenidos. Todos sabían qué estaba pasando allí dentro.
Los pisos están alfombrados, hay lámparas, placards, ventanales y hasta un balcón. Bastante diferente de lo que se verá más arriba.
El tercero piso responde a la simetría propia del edificio: está separado en dos facciones iguales, pero con distintas funciones históricas.
A la izquierda, estaban las «cuchas» – en jerga militar – donde comían, dormían y vivían los detenidos-desaparecidos. Es la famosa Capucha, y se estima que se agrupaban allí alrededor de 100 o 150 personas; tres, en poco más de 2 metros cuadrados.
Las estructuras metálicas que sostienen el techo y el techo a dos aguas mismo son los únicos vestigios de los años siniestros. Los pisos y paredes fueron remodeladas ante una visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 1979. Visitar la Capucha, entonces, obliga a desatar la imaginación. No hay elementos que sensibilicen más que la articulación de los propios testimonios, como el que Víctor Basterra – detenido del 79 al 83 y acompañante de la visita- desparrama sobre el lugar: «Nos tenían con grilletes en los pies, maniatados y con una capucha en la cabeza» – de aquí el nombre del lugar -; «Comíamos mate cocido y pan a la mañana; un trozo de carne semi – podrida al mediodía; y la dieta se repetía en merienda y cena».
Sobre uno de los carteles que acompañan un sitio, el testimonio de Lila Pastoriza reza: «Estar en la Capucha: sin movilizarse, sin ver, sin saber quién me amenazaba o golpeaba, sin tener la menor idea sobre mi situación y destino».
Los testimonios coinciden en la suciedad y olor del lugar. Y recuerdan la música de Radio del Plata, a todo volumen, las 24 horas.
En el paso hasta la otra ala del piso tercero, hay dos cuartuchos: es el sector de las embarazadas. Las mujeres de panza eran trasladadas allí una vez pasado el séptimo mes. Una vez que daban a luz, volvían a la Capucha. Pero ya no acompañadas.
Los bebés eran apropiados por miembros de las Fuerzas Armadas o allegados a ella. El sector de embarazadas lo comandaba Héctor Febres, hace dos años encontrado muerto mientras se desarrollaba su juicio.
«De 30 partos, tan sólo 10 lograron restituir su identidad», asegura el guía.
Siguiendo el pasillo se abre el Pañol grande, subdividido en secciones.
Por una parte, se guardaban allí las pertenencias de los detenidos, producto del desvalijamiento de sus casas: cocinas, equipos de música, etc.
Supo estar también la llamada Pecera, sector que le vale su nombre a la estructura de acrílicos que formaban pequeñas oficinas. Allí trabajaban aquellos detenidos de los que se aprovechaba su capacidad intelectual; profesores, políticos, escritores, archivaban diarios o clasificaban información luego utilizada por las fuerzas. Se entiende que fue un sitio clave en relación directa con el proyecto político de Massera. «Hay que pensar que este lugar fue utilizado por los secuestrados como un lugar de resistencia, simulando estar recuperado de los valores, y permitirse sobrevivir. Muchos lo lograron, otros no».
Subiendo una escalera más desde el tercer piso, en el altillo, funcionó la Capuchita, sitio de tortura y hábitat para los detenidos que no eran de la ESMA. Allí fueron secuestrados decenas de personas por el Servicio de Inteligencia, y sólo cuando la Capucha rebalsaba, mandaban a detenidos por el Grupo de Tareas.
El cuarto está dividido por un gran tanque de agua – que consta en las declaraciones del juicio – y dos de sus cuatro paredes alojan marcas de los detenidos en el sitio. Se ve débilmente trazada una cruz, junto a la palabra «fe» y el nombre Mónica. Del otro lado, hay un pequeño corazón.
Su función era doble: contenía dos salas de tortura y otra para los secuestrados. Entonces, se dormía, comía y vivía junto a las sesiones de tortura.
Nos invitan a bajar al Salón Dorado; la visita termina, la conferencia está por empezar. De lo expuesto se destacó:

  • La explicación y opinión de Víctor Basterra sobre la postergación del juicio oral:»Tengo entendido que se trasladó el juezGuillermoGordo; el mismomagistrado queformó parte del tribunal que condenó al prefectoHéctorFebres, pero que postergó mucho su enjuiciamiento. Y que además, enel momento final de eseproceso, el principal imputado, o bien se le permitió matarse, o bien lo mataron».Traducción: muy confiable no era este juez.
  • Sigue Baszterra: «Además, al ser nombrado este sustituto, tengo entendido que fue recusado, o intenta recusarlo, la defensa de los militares. Es una pausa más a lo largo de, en mi caso, estos 25 años, pero seguimos peleando y no vamos a bajar los brazos. La herida tan profunda que le hicieron a la sociedad argentina, hace que uno se juramente para no olvidar, para no perdonar y para no reconciliarse».
  • La explicación del abogado Adrián Gómez, representante de varias querellas -entre ellas la del propioBasterra-sobre la postergación del juicio: «A la justicia la vamos a respetar, pero no queremos dejar, bajo ningún punto de vista, la puerta abierta para que en algún momento los criterios políticos que cambian puedan afectar las sentencias que se dicten. Nosotros queremos sentencias sostenidas en el tiempo, que no puedan ser revisadas. No queremos que el día de mañana, los genocidas salgan a la calle diciendo que habían sido juzgados mal».
  • Se agradeció insistentemente a la prensa por haber asistido y difundir la recorrida; que es una muestra de cara al postergado juicio.

En tanto, Madres, Abuelas y sobrevivientes observan como los victimarios eluden el banquillo y regresan al banco. Así es el entretiempo de la impunidad.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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