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Cambiar el mundo desde arriba

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El fin de un ciclo progresista. La fractura geopolítica en el continente. Los riesgos de la reforma laboral brasilera. Odebrechtl, lo narco y el 1%.Cuáles son los movimientos sociales que están debilitados y quiénes crean otros mundos. Los ejes de una charla magistral del periodista e investigador Raúl Zibechi en #MUTrincheraBoutique.

El fin de un ciclo

En estos últimos años se acabó un ciclo, el de los gobiernos progresistas, aunque sigue habiendo algunos que se proclaman progresistas. Y más que nada se acabó un ciclo de una cierta gobernabilidad, de un cierto orden de gobierno más o menos estable, previsible, incluso donde hay gobiernos conservadores como en Perú, aunque quien tiene la sartén por el mango de ese gobierno es el fujimorismo. Se acabó la estabilidad porque ya ningún gobierno de derecha, de izquierda, conservador o progresista tiene posibilidad de gobernar con cierta calma y con cierta tranquilidad, por decirlo de alguna manera. No hay estabilidad en México, que hay guerra. No hay estabilidad en Centroamérica, en Venezuela, donde quizá el tema de la ingobernabilidad es más evidente. No la hay en Argentina, por razones de que hace más de 40 años no hay estabilidad de nada y no la hay en Brasil, que es la mitad de Sudamérica.
A mi modo de ver, hay dos hechos que explicarían esta situación.
Uno es el modelo. Hubo una cierta estabilidad, sobre todo progresista pero también conservadora (con Ollanta Humala en Perú), cuando los precios de las materias primas estaban arriba, y con 120 dólares el barril de petróleo puede haber dinero suficiente para dar planes y políticas sociales a los pobres sin tocar la riqueza. Caído fuertemente los precios de las commodities, ya no hay más recursos para seguir repartiendo sin tocar la riqueza concentrada, ese 1 por ciento famoso. Eso pasa también en Venezuela.
Y lo otro es que hay amplios sectores de la sociedad que se han empoderado. Tienen clara conciencia de sus intereses y en general estos sectores son los que irrumpieron en Brasil: 20 millones de personas, entre 153 ciudades en la calle, diciendo queremos que esto cambie. Y bajo el gobierno del PT, que hasta el día de hoy no entendió lo que pasó porque parecía que debían estar en el paraíso, y no lo estaban. Lo que sucedió fue que millones de personas, porque mejoró la situación económica -en gran medida por los precios de las commodities y también por las políticas sociales de los gobiernos de Lula y Dilma-, empezaron a salir de sus barrios, a ir a la universidad, a moverse. Y la ciudad estalló. El sistema de transporte no era suficiente. Los sectores populares se activaron fuertemente y las clases medias también, por diferentes motivos. No en todos los países pero si en varios de ellos.

La fractura geopolítica

Las dos patas de la gobernabilidad, precios altos de commodities y paz social, se resquebrajaron en muy poco tiempo. Estamos en situación de ingobernabilidad. Me hago la pregunta: ¿qué período estamos viviendo en América Latina? Tiendo a pensar que lo que más conozco es el periodo de las independencias: la clase dominante gobernante en los virreinatos y una clase criolla emergente que buscaba desplazarlos. Y por supuesto ambos querían el apoyo de los sectores populares para derrotar al otro. Estos sectores apoyaron más bien a los criollos, pero no tuvieron proyecto propio capaz de imponerse en ese momento. Estamos en una situación bastante parecida: las viejas burguesías están en crisis, aparecen sectores emergentes, una poliburguesia que busca desplazarlos buscando apoyo de sectores populares que pelean por tener espacio propio. Esta es una de las peleas fundamentales de hoy.
Lo que quiero decir con las independencias es pensar a largo plazo. No pensar en las coyunturas, pensar en 30 o 40 años para adelante, y lo que estamos asistiendo es una profunda reconfiguración de nuestro continente donde China se reposiciona como país sumamente atractivo como mercado de la soja, de los minerales, como país inversor, independientemente del color de los gobiernos. Macri reactiva y profundiza los acuerdos con China, principal mercado. Y China está dispuesta a invertir en energía nuclear y entonces en esta reconfiguración mundial aparece como un país clave en América del Sur. Aquí quiero introducir un texto del economista Oscar Ugarteche, peruano, que analiza las inversiones y exportaciones de toda América Latina: hay un quiebre a la altura del Caribe. El Caribe, Centroamérica y México es zona de fuerte presencia de EE.UU que se profundiza: el 80 por ciento de las exportaciones de México van a EE.UU. Sudamérica mira hacia China y algunos países como Venezuela también hacia Rusia. Concluye este economista: creo que hay una guerra en ciernes, por primera vez veo posible una guerra cuyo epicentro podría ser Venezuela que es la que tiene la línea de quiebre. Tiene grandes exportaciones de petróleo a EE.UU., pero sus inversiones son chinas y su armamento es ruso. Y se pregunta: ¿por qué será que Colombia pidió ingreso a la OTAN? ¿Qué líneas de fracturas se están dando allí?

Reforma laboral y ajuste

El avasallamiento laboral es parte de un ajuste, de una oleada conservadora muy fuerte que empezó suavemente en los últimos años del gobierno de Dilma. Una derechización que se profundiza brutalmente con estos gobiernos. Eso por un lado. Por otro, el empresariado y las derechas entienden que tienen que sacar estas trabas legales que le dan poder a los trabajadores. En el caso de Brasil la edad de jubilación es todavía de 60 años, es muy baja, y los trabajadores estatales tienen una serie de privilegios jubilatorios que quieren eliminar. Hay que tener en cuenta que los déficit fiscales son grandes porque se incrementa el salario mínimo, las políticas sociales y los beneficios y a la vez hay crisis económica: los precios de las exportaciones han caído, hay que cerrar las cuentas y normalmente se cierran de esa manera. Hay un fuerte arrasamiento de sectores empresariales que entienden que lo necesitan para recuperar más que su tasa de ganancia -porque nunca fue muy tocada-, es su libertad como empresarios. Y así el estado necesita sobre todo atacar a los funcionarios públicos. En Argentina hubo una limpieza de funcionarios porque hay que reducir.
La reforma laboral afecta muchísimo a los trabajadores pero mucho a los estatales. Y el Estado necesita bajar eso. Ese es un tema. Por ejemplo los sistemas jubilatorios hay que moverlos: no puede ser que en España sea de 67 años y en Brasil 60. Está muy bien que sea 60, pero los déficit son muy altos y las jubilaciones se están moviendo en todas partes. Y esta oleada conservadora apunta eso: a reducir derechos laborales, jubilatorios, en todos los terrenos para reducir más que nada el gasto del Estado, menos en policías y armamentos.

Lo que no se toca

El problema de fondo no tiene que ver con la masa salarial ni con el envejecimiento de la población sino que el 1 por ciento de los ricos acumula cada vez más rentas y, a partir del 2008, acumularon mucho más. Incluso economistas neoliberales como Paul Krugman y Joseph Stiglitz, están planteando que este nivel de concentración de la riqueza hace no solo que la economía sea insostenible sino que la sociedad sea insostenible. Estamos llegando a niveles de desigualdad similares a los que hubo en la Edad Media, antes de los que hubo de la sociedad industrial. Ese es el problema número 1 y el tema es hasta qué punto hay voluntad política de los que podrían tenerla para tocar ese 1 por ciento. No la hay.
En el caso de Brasil nunca la hubo. Brasil es uno de los grandes países más desiguales del mundo. Hay solo 4 o 5 países más desiguales que Brasil. Además es una desigualdad en la que la desigualdad de renta se superpone a una herencia colonial brutal en donde las mismas familias como el caso de Colombia -que junto a Brasil nunca tuvieron reforma agraria-,  que se   beneficiaron de la esclavitud, están hoy en el núcleo del poder.
No es solo desigualdad económica -que es lo que tiene Europa- sino desigualdad racial y eso implica una profunda agresión patriarcal sobre las mujeres porque el colonialismo tiene en las mujeres pobres uno de los ejes de violencia más brutales. Lo que hicieron los gobiernos progresistas en general fue repartir mejor la torta salarial entre los altos salarios y los más bajos. La desigualdad bajó si mirás la masa salarial, pero si mirás la renta como en el estudio de Thomas Piketty sobre sobre el 1% en base a los impuestos y la renta que pagan, revela que la desigualdad no solo no se dio sino que aumentó. Y en ese lio estamos metidos.

Odebrecht

Surge en los años ´30 en el nordeste. Es una familia de emigrantes alemanes. Marcelo Odebrecht -que está preso- es la tercera generación. Es una empresa que surge con el desarrollismo brasilero y se fortalece mucho en la dictadura. Pero en los 70, desde que emerge el nuevo movimiento sindical, Odebrecht también financia las campañas del PT. En Brasil, la burguesía brasileña –si se puede llamar así-, está compuesta por varias grandes empresas de la construcción (Odebretch, Camargo Correa, OAS, algunas del acero, JBS, etc). Odebretch es la más importante de todas de la construcción. Tiene negocios en 100 países, 200 mil empleados. Solo en Angola tiene 25 mil. Entonces cuando Lula llega al gobierno establece una alianza con esta burguesía. Esa es una parte que habla que en América del Sur el Estado no financia las campañas electorales sino las empresas privadas y ahí hay negociados bastante pesados. Pero eso es la mitad de la historia: la otra mitad es que Lula en 2008 firma un acuerdo militar con Francia para que Brasil construya submarinos nucleares en un astillero. Solo 5 países tienen submarinos nucleares: EE.UU, Francia, Inglaterra, China, Rusia. Ahora India y Brasil. Entonces la fabricación en alianza con Francia con transferencia de tecnología se le da a Odebrecht. Entonces: todas las empresas de Brasil son corruptas pero Odebretch está en el ojo de la tormenta y yo creo que allí hay un interés de alguna agencia estadounidense.

Extractivismo

La lucha megaminera es muy potente. Desde aquel plebiscito en Esquel hasta hoy se han conseguido muchas victorias, en Argentina, en Chile, Perú, Colombia. En Cajamarca, el norte de Perú, hay una mina de oro y ahí hay una resistencia muy interesante de las comunidades. Ahí está metida Odebrecht. Creo que el capitalismo y el neoliberalismo son extractivos. Hay que tener mucha voluntad política para salir del extractivismo.
El modelo extractivo tiene una gran capacidad de lubricar la economía porque para un gobierno cómodo es bueno tener a principio de mes caja para pagar salarios. Además el modelo extractivo tiene una gran capacidad de corrupción y de coerción, está muy metido en los núcleos fundamentales de la sociedad: en la prensa, en la política, en las universidades. ¿Cuántas financia el agronegocio y la minería aquí en Argentina? La resistencia al poder extractivo está ya desplegándose pero va a demorar mucho en poder derrotarlo. Lo que quiero decir es que desarmar el poder extractivo no se va a hacer desde arriba sino desde abajo. Es mi imagen hoy: no veo ningún gobierno que tenga voluntad política de salir del extractivismo.
El extractivismo no es solo una economía, es una sociedad, una relación social extractiva, funcionales al narco, a los femicidios, a toda esta situación de despojo que vivimos en las ciudades. Es un modelo de sociedad total que todavía tiene fuertes y que si salimos de él es porque la gente consigue bloquearlo. No genera empleo: el modelo industrial generaba millones de empleos y millones de consumidores. ¿Quién consume oro, cobre, soja? El extractvisimo genera empleo e integra a la mitad de la población, la otra queda afuera. Esa es la es que es víctima. Vos tenías en la época industrial familias enteras que llegaban del campo a los pueblos y a lo largo de una vida el varón y la mujer tenían un desempeño ascendente. El varón terminaba de mecánico, tornero, un oficio, y los hijos podían aspirar a estudiar, a la universidad. Hoy el desempeño de los hijos es menor: 10 años de superávit y sigue habiendo pobreza. Es escandaloso lo que se ve.

Movimientos

Los movimientos están atravesando un momento muy complejo en general. Están bastante debilitados, divididos y desorientados. Uno puede decir que en Conga hay una resistencia fuerte a la megaminería, pero es local: cuando se intentó un movimiento contra la megamineria a escala del Perú, no funciona. Hay una resistencia aquí, otra en Arequipa, pero no hay un movimiento nacional. En Argentina hay resistencias valiosas y muy potentes, pero no alcanza a ser estrategia. Hay una tendencia muy fuerte a que la lucha directa no podemos trasladarla al terreno electoral. Todo desemboca en elecciones, en institucionalización. Hay formas de trabajo que ya no funcionan, seguir construyendo en base a planes no tiene sentido, es muy frágil esa construcción. Sin embargo hay nuevos movimientos que surgen. En argentina, un ejemplo: los campamentos sanitarios. Es una experiencia muy interesante.
Hay dos movimientos muy potentes nuevos en América Latina: el de mujeres, donde Argentina es un epicentro central con todo un activismo cultural escénico muy fuerte con Ni Una Menos, los Encuentros. Tal fuerza tiene que en movimientos de base están discutiendo hasta los varones. El otro movimiento fuerte es el negro, el afro, donde en Colombia ha habido una movilización muy fuerte en Buenaventura, y en Brasil, donde hay un nuevo activismo negro en favelas, muy difícil porque allí está la policía militar.

Narco

Cuando ganó el No a la Paz en Colombia implicó una alianza de latifundistas, el narco-uribismo y los pentecostales. Vivimos situaciones de esas. En México hay regiones enteras que las gobierna el narco en alianza con los militares y empresarios. Cuando se explicaba Ayotzinapa en el estado de Guerrero los compañeros mexicanos ordenaban: en Guerrero hay muchos cultivos de amapola (con los que se hace la heroína), a los cultivos los protege el Ejército, a los puertos por los que entran precursores la Marina, y el trabajo lo hace el narco. Estos chicos tuvieron la desgracia de ir en un autobús que llevaba droga. No sabían. A ese nivel de descomposición, México es el punto más alto. El asesor de seguridad de Peña Nieto se llamaba general Oscar Naranjo, jefe de la policía colombiana. O sea que hay una política de cruzarse saberes, por eso creo que el narco. El narco se puede equivocar, pero cuando se trata de matar población civil y movimientos los tiene muy claros.
La educación del sistema es cada vez más deficitaria. Hay soldaditos victimas del narco. Trata, prostitución, violencia directa y eso en México se visualiza de una forma muy clara.
Es responsabilidad nuestra trabajar con esos futuros soldaditos del narco. Si hubiera un proyecto revolucionario potente estarían con nosotros. Es muy difícil, pero ¿qué hacemos? Son carne de cañón de la Bonaerense, del narco grande, de los medios y de la clase media. Son descartables. Ahí hay una responsabilidad política de primer nivel nuestro.

Espacios propios

Hay que crear espacios propios, y defenderlos. Crear algo nuevo, y ese mundo nuevo deber lo suficientemente rico y amplio para que todos tengan lugar. Los niños, las mujeres, los jóvenes, los colores diversos. Y no es fácil defenderlos. Hay una constante: crear espacios, hacerlos lindos, fuertes, diversos. Y hacerlos durar en el tiempo. Hay dos claves fundamentales: una durar en el tiempo y para eso hay que tejer en base a la ética, no en base a lo inmediato. No hay atajos. Y la segundo la clave de los proyectos es el recambio generacional. Siempre llega un momento en el cual hay que pasarle la posta a los otros y eso es fundamental: la mitad de los zapatistas tienen menos de 20 años. Es un movimiento con futuro, y ya no desfilan con armas o pasamontañas. Hacen cosas artísticas. Van creando cosas nuevas, teatro, música y no muestran los fierros. El recambio es reinventarse como colectivo. Y ese momento de volver a nacer es muy importante. Y muy lindo.

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Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

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La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.

Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.

Fotos: Juan Valeiro.

Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos. 

“Pan y circo”, dice. 

Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro. 

Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.

Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.

Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.

Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El poco pan

La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:

“Si no hay aumento, 

consiganló, 

del 3% 

que Karina se robó”. 

Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”. 

Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”. 

Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El mucho circo

Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes. 

Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

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Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena. 

“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial. 

Silencio. 

“¿Me pueden decir sí o no?”. 

Silencio.  

Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.

Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”

“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.

La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

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También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival. 

Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:

  • “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
  • “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
  • El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.

El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.

Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

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Artes

Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

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La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.

Por María del Carmen Varela.

«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).

En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.

El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.

Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.

“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.

Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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