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Cambiar el mundo desde arriba

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El fin de un ciclo progresista. La fractura geopolítica en el continente. Los riesgos de la reforma laboral brasilera. Odebrechtl, lo narco y el 1%.Cuáles son los movimientos sociales que están debilitados y quiénes crean otros mundos. Los ejes de una charla magistral del periodista e investigador Raúl Zibechi en #MUTrincheraBoutique.

El fin de un ciclo

En estos últimos años se acabó un ciclo, el de los gobiernos progresistas, aunque sigue habiendo algunos que se proclaman progresistas. Y más que nada se acabó un ciclo de una cierta gobernabilidad, de un cierto orden de gobierno más o menos estable, previsible, incluso donde hay gobiernos conservadores como en Perú, aunque quien tiene la sartén por el mango de ese gobierno es el fujimorismo. Se acabó la estabilidad porque ya ningún gobierno de derecha, de izquierda, conservador o progresista tiene posibilidad de gobernar con cierta calma y con cierta tranquilidad, por decirlo de alguna manera. No hay estabilidad en México, que hay guerra. No hay estabilidad en Centroamérica, en Venezuela, donde quizá el tema de la ingobernabilidad es más evidente. No la hay en Argentina, por razones de que hace más de 40 años no hay estabilidad de nada y no la hay en Brasil, que es la mitad de Sudamérica.
A mi modo de ver, hay dos hechos que explicarían esta situación.
Uno es el modelo. Hubo una cierta estabilidad, sobre todo progresista pero también conservadora (con Ollanta Humala en Perú), cuando los precios de las materias primas estaban arriba, y con 120 dólares el barril de petróleo puede haber dinero suficiente para dar planes y políticas sociales a los pobres sin tocar la riqueza. Caído fuertemente los precios de las commodities, ya no hay más recursos para seguir repartiendo sin tocar la riqueza concentrada, ese 1 por ciento famoso. Eso pasa también en Venezuela.
Y lo otro es que hay amplios sectores de la sociedad que se han empoderado. Tienen clara conciencia de sus intereses y en general estos sectores son los que irrumpieron en Brasil: 20 millones de personas, entre 153 ciudades en la calle, diciendo queremos que esto cambie. Y bajo el gobierno del PT, que hasta el día de hoy no entendió lo que pasó porque parecía que debían estar en el paraíso, y no lo estaban. Lo que sucedió fue que millones de personas, porque mejoró la situación económica -en gran medida por los precios de las commodities y también por las políticas sociales de los gobiernos de Lula y Dilma-, empezaron a salir de sus barrios, a ir a la universidad, a moverse. Y la ciudad estalló. El sistema de transporte no era suficiente. Los sectores populares se activaron fuertemente y las clases medias también, por diferentes motivos. No en todos los países pero si en varios de ellos.

La fractura geopolítica

Las dos patas de la gobernabilidad, precios altos de commodities y paz social, se resquebrajaron en muy poco tiempo. Estamos en situación de ingobernabilidad. Me hago la pregunta: ¿qué período estamos viviendo en América Latina? Tiendo a pensar que lo que más conozco es el periodo de las independencias: la clase dominante gobernante en los virreinatos y una clase criolla emergente que buscaba desplazarlos. Y por supuesto ambos querían el apoyo de los sectores populares para derrotar al otro. Estos sectores apoyaron más bien a los criollos, pero no tuvieron proyecto propio capaz de imponerse en ese momento. Estamos en una situación bastante parecida: las viejas burguesías están en crisis, aparecen sectores emergentes, una poliburguesia que busca desplazarlos buscando apoyo de sectores populares que pelean por tener espacio propio. Esta es una de las peleas fundamentales de hoy.
Lo que quiero decir con las independencias es pensar a largo plazo. No pensar en las coyunturas, pensar en 30 o 40 años para adelante, y lo que estamos asistiendo es una profunda reconfiguración de nuestro continente donde China se reposiciona como país sumamente atractivo como mercado de la soja, de los minerales, como país inversor, independientemente del color de los gobiernos. Macri reactiva y profundiza los acuerdos con China, principal mercado. Y China está dispuesta a invertir en energía nuclear y entonces en esta reconfiguración mundial aparece como un país clave en América del Sur. Aquí quiero introducir un texto del economista Oscar Ugarteche, peruano, que analiza las inversiones y exportaciones de toda América Latina: hay un quiebre a la altura del Caribe. El Caribe, Centroamérica y México es zona de fuerte presencia de EE.UU que se profundiza: el 80 por ciento de las exportaciones de México van a EE.UU. Sudamérica mira hacia China y algunos países como Venezuela también hacia Rusia. Concluye este economista: creo que hay una guerra en ciernes, por primera vez veo posible una guerra cuyo epicentro podría ser Venezuela que es la que tiene la línea de quiebre. Tiene grandes exportaciones de petróleo a EE.UU., pero sus inversiones son chinas y su armamento es ruso. Y se pregunta: ¿por qué será que Colombia pidió ingreso a la OTAN? ¿Qué líneas de fracturas se están dando allí?

Reforma laboral y ajuste

El avasallamiento laboral es parte de un ajuste, de una oleada conservadora muy fuerte que empezó suavemente en los últimos años del gobierno de Dilma. Una derechización que se profundiza brutalmente con estos gobiernos. Eso por un lado. Por otro, el empresariado y las derechas entienden que tienen que sacar estas trabas legales que le dan poder a los trabajadores. En el caso de Brasil la edad de jubilación es todavía de 60 años, es muy baja, y los trabajadores estatales tienen una serie de privilegios jubilatorios que quieren eliminar. Hay que tener en cuenta que los déficit fiscales son grandes porque se incrementa el salario mínimo, las políticas sociales y los beneficios y a la vez hay crisis económica: los precios de las exportaciones han caído, hay que cerrar las cuentas y normalmente se cierran de esa manera. Hay un fuerte arrasamiento de sectores empresariales que entienden que lo necesitan para recuperar más que su tasa de ganancia -porque nunca fue muy tocada-, es su libertad como empresarios. Y así el estado necesita sobre todo atacar a los funcionarios públicos. En Argentina hubo una limpieza de funcionarios porque hay que reducir.
La reforma laboral afecta muchísimo a los trabajadores pero mucho a los estatales. Y el Estado necesita bajar eso. Ese es un tema. Por ejemplo los sistemas jubilatorios hay que moverlos: no puede ser que en España sea de 67 años y en Brasil 60. Está muy bien que sea 60, pero los déficit son muy altos y las jubilaciones se están moviendo en todas partes. Y esta oleada conservadora apunta eso: a reducir derechos laborales, jubilatorios, en todos los terrenos para reducir más que nada el gasto del Estado, menos en policías y armamentos.

Lo que no se toca

El problema de fondo no tiene que ver con la masa salarial ni con el envejecimiento de la población sino que el 1 por ciento de los ricos acumula cada vez más rentas y, a partir del 2008, acumularon mucho más. Incluso economistas neoliberales como Paul Krugman y Joseph Stiglitz, están planteando que este nivel de concentración de la riqueza hace no solo que la economía sea insostenible sino que la sociedad sea insostenible. Estamos llegando a niveles de desigualdad similares a los que hubo en la Edad Media, antes de los que hubo de la sociedad industrial. Ese es el problema número 1 y el tema es hasta qué punto hay voluntad política de los que podrían tenerla para tocar ese 1 por ciento. No la hay.
En el caso de Brasil nunca la hubo. Brasil es uno de los grandes países más desiguales del mundo. Hay solo 4 o 5 países más desiguales que Brasil. Además es una desigualdad en la que la desigualdad de renta se superpone a una herencia colonial brutal en donde las mismas familias como el caso de Colombia -que junto a Brasil nunca tuvieron reforma agraria-,  que se   beneficiaron de la esclavitud, están hoy en el núcleo del poder.
No es solo desigualdad económica -que es lo que tiene Europa- sino desigualdad racial y eso implica una profunda agresión patriarcal sobre las mujeres porque el colonialismo tiene en las mujeres pobres uno de los ejes de violencia más brutales. Lo que hicieron los gobiernos progresistas en general fue repartir mejor la torta salarial entre los altos salarios y los más bajos. La desigualdad bajó si mirás la masa salarial, pero si mirás la renta como en el estudio de Thomas Piketty sobre sobre el 1% en base a los impuestos y la renta que pagan, revela que la desigualdad no solo no se dio sino que aumentó. Y en ese lio estamos metidos.

Odebrecht

Surge en los años ´30 en el nordeste. Es una familia de emigrantes alemanes. Marcelo Odebrecht -que está preso- es la tercera generación. Es una empresa que surge con el desarrollismo brasilero y se fortalece mucho en la dictadura. Pero en los 70, desde que emerge el nuevo movimiento sindical, Odebrecht también financia las campañas del PT. En Brasil, la burguesía brasileña –si se puede llamar así-, está compuesta por varias grandes empresas de la construcción (Odebretch, Camargo Correa, OAS, algunas del acero, JBS, etc). Odebretch es la más importante de todas de la construcción. Tiene negocios en 100 países, 200 mil empleados. Solo en Angola tiene 25 mil. Entonces cuando Lula llega al gobierno establece una alianza con esta burguesía. Esa es una parte que habla que en América del Sur el Estado no financia las campañas electorales sino las empresas privadas y ahí hay negociados bastante pesados. Pero eso es la mitad de la historia: la otra mitad es que Lula en 2008 firma un acuerdo militar con Francia para que Brasil construya submarinos nucleares en un astillero. Solo 5 países tienen submarinos nucleares: EE.UU, Francia, Inglaterra, China, Rusia. Ahora India y Brasil. Entonces la fabricación en alianza con Francia con transferencia de tecnología se le da a Odebrecht. Entonces: todas las empresas de Brasil son corruptas pero Odebretch está en el ojo de la tormenta y yo creo que allí hay un interés de alguna agencia estadounidense.

Extractivismo

La lucha megaminera es muy potente. Desde aquel plebiscito en Esquel hasta hoy se han conseguido muchas victorias, en Argentina, en Chile, Perú, Colombia. En Cajamarca, el norte de Perú, hay una mina de oro y ahí hay una resistencia muy interesante de las comunidades. Ahí está metida Odebrecht. Creo que el capitalismo y el neoliberalismo son extractivos. Hay que tener mucha voluntad política para salir del extractivismo.
El modelo extractivo tiene una gran capacidad de lubricar la economía porque para un gobierno cómodo es bueno tener a principio de mes caja para pagar salarios. Además el modelo extractivo tiene una gran capacidad de corrupción y de coerción, está muy metido en los núcleos fundamentales de la sociedad: en la prensa, en la política, en las universidades. ¿Cuántas financia el agronegocio y la minería aquí en Argentina? La resistencia al poder extractivo está ya desplegándose pero va a demorar mucho en poder derrotarlo. Lo que quiero decir es que desarmar el poder extractivo no se va a hacer desde arriba sino desde abajo. Es mi imagen hoy: no veo ningún gobierno que tenga voluntad política de salir del extractivismo.
El extractivismo no es solo una economía, es una sociedad, una relación social extractiva, funcionales al narco, a los femicidios, a toda esta situación de despojo que vivimos en las ciudades. Es un modelo de sociedad total que todavía tiene fuertes y que si salimos de él es porque la gente consigue bloquearlo. No genera empleo: el modelo industrial generaba millones de empleos y millones de consumidores. ¿Quién consume oro, cobre, soja? El extractvisimo genera empleo e integra a la mitad de la población, la otra queda afuera. Esa es la es que es víctima. Vos tenías en la época industrial familias enteras que llegaban del campo a los pueblos y a lo largo de una vida el varón y la mujer tenían un desempeño ascendente. El varón terminaba de mecánico, tornero, un oficio, y los hijos podían aspirar a estudiar, a la universidad. Hoy el desempeño de los hijos es menor: 10 años de superávit y sigue habiendo pobreza. Es escandaloso lo que se ve.

Movimientos

Los movimientos están atravesando un momento muy complejo en general. Están bastante debilitados, divididos y desorientados. Uno puede decir que en Conga hay una resistencia fuerte a la megaminería, pero es local: cuando se intentó un movimiento contra la megamineria a escala del Perú, no funciona. Hay una resistencia aquí, otra en Arequipa, pero no hay un movimiento nacional. En Argentina hay resistencias valiosas y muy potentes, pero no alcanza a ser estrategia. Hay una tendencia muy fuerte a que la lucha directa no podemos trasladarla al terreno electoral. Todo desemboca en elecciones, en institucionalización. Hay formas de trabajo que ya no funcionan, seguir construyendo en base a planes no tiene sentido, es muy frágil esa construcción. Sin embargo hay nuevos movimientos que surgen. En argentina, un ejemplo: los campamentos sanitarios. Es una experiencia muy interesante.
Hay dos movimientos muy potentes nuevos en América Latina: el de mujeres, donde Argentina es un epicentro central con todo un activismo cultural escénico muy fuerte con Ni Una Menos, los Encuentros. Tal fuerza tiene que en movimientos de base están discutiendo hasta los varones. El otro movimiento fuerte es el negro, el afro, donde en Colombia ha habido una movilización muy fuerte en Buenaventura, y en Brasil, donde hay un nuevo activismo negro en favelas, muy difícil porque allí está la policía militar.

Narco

Cuando ganó el No a la Paz en Colombia implicó una alianza de latifundistas, el narco-uribismo y los pentecostales. Vivimos situaciones de esas. En México hay regiones enteras que las gobierna el narco en alianza con los militares y empresarios. Cuando se explicaba Ayotzinapa en el estado de Guerrero los compañeros mexicanos ordenaban: en Guerrero hay muchos cultivos de amapola (con los que se hace la heroína), a los cultivos los protege el Ejército, a los puertos por los que entran precursores la Marina, y el trabajo lo hace el narco. Estos chicos tuvieron la desgracia de ir en un autobús que llevaba droga. No sabían. A ese nivel de descomposición, México es el punto más alto. El asesor de seguridad de Peña Nieto se llamaba general Oscar Naranjo, jefe de la policía colombiana. O sea que hay una política de cruzarse saberes, por eso creo que el narco. El narco se puede equivocar, pero cuando se trata de matar población civil y movimientos los tiene muy claros.
La educación del sistema es cada vez más deficitaria. Hay soldaditos victimas del narco. Trata, prostitución, violencia directa y eso en México se visualiza de una forma muy clara.
Es responsabilidad nuestra trabajar con esos futuros soldaditos del narco. Si hubiera un proyecto revolucionario potente estarían con nosotros. Es muy difícil, pero ¿qué hacemos? Son carne de cañón de la Bonaerense, del narco grande, de los medios y de la clase media. Son descartables. Ahí hay una responsabilidad política de primer nivel nuestro.

Espacios propios

Hay que crear espacios propios, y defenderlos. Crear algo nuevo, y ese mundo nuevo deber lo suficientemente rico y amplio para que todos tengan lugar. Los niños, las mujeres, los jóvenes, los colores diversos. Y no es fácil defenderlos. Hay una constante: crear espacios, hacerlos lindos, fuertes, diversos. Y hacerlos durar en el tiempo. Hay dos claves fundamentales: una durar en el tiempo y para eso hay que tejer en base a la ética, no en base a lo inmediato. No hay atajos. Y la segundo la clave de los proyectos es el recambio generacional. Siempre llega un momento en el cual hay que pasarle la posta a los otros y eso es fundamental: la mitad de los zapatistas tienen menos de 20 años. Es un movimiento con futuro, y ya no desfilan con armas o pasamontañas. Hacen cosas artísticas. Van creando cosas nuevas, teatro, música y no muestran los fierros. El recambio es reinventarse como colectivo. Y ese momento de volver a nacer es muy importante. Y muy lindo.

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Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases

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Detenciones ilegales y acusaciones falsas. Patadas, palazos y balas de goma. Mujeres esposadas 15 horas en camionetas y pasillos, humilladas al ser desnudadas en celdas abiertas. Carceleros que tiran gas pimienta a los varones estando presos. Estas son algunas de las denuncias que exdetenidxs en la Ley Bases comunicaron en conferencia de prensa en el Serpaj, donde pidieron por la liberación de las cuatro personas detenidas, el rechazo a las apelaciones del fiscal federal Carlos Stornelli y el pedido de cierre de todas las causas. Además convocaron para este viernes una concentración con un festival en Plaza de Mayo, a un mes de la cacería, de 15 a 19.30 horas. Cómo viven hoy quienes estuvieron presos y qué dicen los abogados: “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad”. Y la voz de Emilia, pareja de Daniela, detenida: “Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

Por Lucas Pedulla

Gabriel Famulari tiene 41 años y está sin documentos. Saca de su bolsillo el papel que le dieron en los tribunales federales de Comodoro Py para su reemplazo: una hoja A4 doblada en cuatro partes que dice “Acta de excarcelación”. Hace casi un mes fue detenido en la cacería que el Gobierno desplegó con cinco fuerzas de seguridad distintas durante las protestas de la Ley Bases, y fue liberado por falta de mérito -es decir, por falta de pruebas- cinco días después por decisión de la jueza María Servini. Sin embargo, es una de las siete personas a quien el fiscal federal Carlos Stornelli apeló la excarcelación. No se enteró por su abogado -un letrado de la Defensoría oficial- sino por un mensaje de WhatsApp. 

“Stornelli apeló mi libertad”, dice Gabriel a lavaca una vez concluida la conferencia que la Coordinadora Por La Libertad de lxs Presxs de la Ley Bases convocó en el Servicio Paz y Justicia (SERPAJ), para exigir la liberación de las cuatro personas que siguen detenidas: Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Cristian Valiente y Roberto de la Cruz Gómez. Piensa Gabriel sobre esa apelación, que pesa sobre otras seis personas exdetenidas: “Somos nosotros como podría ser cualquiera, pero puntualmente somos gente que no está enrolada en organizaciones. Así hay más saña y por ahí piensan que, quizá, no tengas gente que salga a defenderte”.

Cuenta que, cuando lo llevaron al penal, en uno de los “interrogatorios ilegales” le preguntaron si estaba en alguna “orga”, de dónde era, en qué partido militaba. “Me rodearon un montón. Ese maltrato fue sistemático, porque te preguntaban siempre que podían. Y les dije: ‘Sabés que soy un perejil, porque si militara en algún lado ahora habría 500 personas afuera’”. Gabriel no milita en ninguna organización o partido, y el 12 de junio había ido tarde porque sabía que la ley se votaría de madrugada. “No estuve ni cuando tiraron los piedrazos. Sólo filmé una persona que estaban deteniendo en situación de calle. De hecho me subo a la vereda, tal como ordenaron los policías que estaban por la zona, y cuando me doy vuelta, sobre Callao, a media cuadra del Molino, escucho que dicen ‘ahora, ahora’, y me agarran por la espalda”. 

Desde entonces no recuperó su DNI. En el penal le dijeron que estaba en la comisaría 28 y en la comisaría 28 le dijeron que estaba en el penal. “En la 28 protesté y, a los 10 minutos, vino alguien que me dio mi tarjeta de débito y mi SUBE, que estaba todo junto en la billetera junto con el documento. Ya no sé qué pensar”, dice, y es tan sólo una de las historias cuyas vidas cambiaron para siempre hace un mes, tras 33 detenciones al voleo.

Cuatro de ellas todavía siguen detenidas. 

Detenciones injustificadas, golpes, humillaciones y persecución: la grave denuncia de las personas detenidas en la cacería de la Ley Bases
El flyer de convocatoria para el festival del viernes.

La barbaridad jurídica

La última persona liberada fue Facundo Gómez, el vendedor de cafés de Plaza Serrano (Palermo), a quien detuvieron mientras estaba hablando con su mamá. La noticia se conoció el jueves pasado, minutos antes de que comenzara la ronda de las Madres de Plaza de Mayo, que fue masiva. Al mismo tiempo las partes se notificaron de los rechazos de las otras cuatro excarcelaciones. La decisión la tomó la Cámara de Apelaciones con los votos en contra de Martín Irurzun y Eduardo Farah. “Los votos tienen nulo fundamento técnico-jurídico”, dice a lavaca Daniel Vázquez, abogado de Daniela. “El fallo dice, en líneas generales, que tanto ella como los que quedan presos podrían entorpecer la investigación estando libres. Planteamos que es una barbaridad. Los detenidos están en un penal, la totalidad de la prueba instrumental y documental son de cámaras del Gobierno de la Ciudad y medios masivos. No hay ningún elemento de prueba que pueda ser entorpecido por los detenidos”. El único juez que votó a favor fue Roberto José Boico.

Las partes tienen 10 días para apelar ante la Cámara de Casación Federal. “No hay elementos jurídicos para sostener esta barbaridad -sostiene Vázquez-. Es la expresión de un gobierno ultraderechista con prácticas violatorias de la Constitución y los tratados internacionales. Lo estamos afrontando en las calles y, jurídicamente, en los tribunales”. El abogado también defiende a Sofía Ottogali, la primera de las liberadas, otra de las apeladas por Stornelli. “La fiscalía no fundamentó absolutamente nada. No hubo ningún planteo nuevo, ni siquiera un adorno”. Todos los abogados ya presentaron los memoriales por sus represantados y representadas, que fueron elevados a la Cámara. “Podría y tendría que resolver hoy, pero tiene la potestad de tomarse cinco días”, dice Claudia Leaños, abogada de Sasha Lyardet, la joven estudiante de la UNSAM, otra de las apeladas. 

Estos atropellos fueron presentados por familiares y exdetenidxs en el Serpaj, acompañados por organismos, legisladores y diputados de la izquierda y del peronismo. Otra de las que habló fue Emilia, pareja de Daniela y compañera en el MTR-Votemos Luchar (Movimiento Teresa Rodríguez): “Tuvimos la posibilidad de verla, y a pesar del contexto de mierda, la compañera está fuerte, entera, pero lo que principalmente la sostiene es que está organizada. Luchar no es un delito y estar organizados, tampoco”. 

A Daniela la acusan de quemar bicicletas del gobierno de la Ciudad, aunque Emilia explicó a lavaca que esta acusación es falsa y dio su versión de los hechos. David Sica está en situación de calle, y lo acusan de pegarle a una policía, cargos que él negó. Roberto de la Cruz Gómez es empleado de una panadería, lo acusan de tirar piedras, delito que también negó. El último es Cristian Valiente, trabajador de una verdulería, a quien denunciaron por tener una granada de mano, pero en realidad era un aerosol químico de los que usan las fuerzas para gasear manifestantes. Su hermano Jonathan dijo a lavaca: “Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

Las familias convocaron a una concentración con festival este viernes 12 de julio, a cumplirse un mes de las detenciones, en Plaza de Mayo. La cita es a las 15 horas y se extenderá hasta las 19.30. Habrá música en vivo con Sudor Marika, Paula Maffia, El príncipe idiota, La piba berreta, Saga.hfk, Flopa Lestani, Julio y Agosto (banda de Santiago Adano, uno de los exdetenidos) y La perra que los parió.

Compartimos el comunicado redactado por exdetenidxs y familiares, leído este miércoles en el Serpaj. 

Somos un grupo de liberadxs de los 33 detenidxs el 12 de junio en la movilización en contra de la votación de la Ley Bases.

Nos detuvieron ilegalmente, mediante acusaciones falsas y violencia brutal de la policía, con patadas, palazos y balas de goma en algunos casos. Nos llevaron a distintas comisarías y alcaldías sin decir en ningún momento cuál era la causa de detención, sin poder hablar con un abogado/a, sin poder usar los celulares, sin ver a ningún familiar, mucho menos a un médico. Desoyendo pedidos de Habeas Corpus, vulnerando nuestros derechos más básicos.

Las mujeres estuvieron/estuvimos 15 horas en una camioneta y pasaron/pasamos la noche ahí esposadas, para luego pasar el segundo día en el pasillo de una comisaría sin agua y donde la policía no les/nos dio ni un plato de comida. Cuando la causa pasó a fuero federal, las/nos trasladaron a la Unidad 29 en el edificio de Comodoro Py, las/nos desnudaron una por una en una celda a puertas abiertas donde había tránsito de gente, en lo que fue una situación de humillación más para ellas/nosotras. Las que no fueron/fuimos excarceladas el viernes 14, terminamos en el Complejo Penitenciario de Mujeres de Ezeiza.

Los varones fuimos/fueron a tres cárceles de máxima seguridad: Devoto, Ezeiza y Marcos Paz. Algunos fueron puestos contra una pared y les tiraron gas pimienta en la cara. Convivimos con ratas, cables de electricidad sueltos en habitaciones inundadas habiendo riesgo de quedar electrocutados.

Cabe destacar que en todo momento, tanto en las comisarias como en los penales, se nos preguntaba insistentemente si formábamos parte de alguna agrupación política, que habíamos hecho o si tirábamos piedras, lo que constituye interrogatorios extrajudiciales que las fuerzas de seguridad tienen prohibido por ley hacer.

Queremos remarcar la situación de ilegalidad de todas las detenciones y el contexto de violencia institucional por el que pasamos porque creemos que tiene que ver directamente con una estrategia política de este gobierno, que no somos lxs primerxs ni vamos a ser lxs últimos, pero nos preocupa ver como la criminalizacion de la protesta está en escalada. Y al mismo tiempo que aumenta la represión, nos entristece ver como vacían los espacios de memoria y de DDHH tan necesarios para nuestra historia y el fortalecimiento de la democracia.

2)

Desde que nos detuvieron sufrimos incontables delitos llevados a cabo por las fuerzas policiales y el personal del Servicio Penitenciario Federal pero ello no es nada comparado con el sentimiento indefensión que genera las irregularidades procesales de la causa por que:

No son peores las lesiones y amenazas, que los procesamientos que aún sufren David Sica, Cristian Valiente, Daniela Arredondo y Roberto De la Cruz Gomez, que siguen detenides después de casi un mes, y Facundo Gómez, excarcelado el pasado jueves.

No es peor ver las actas de detención ser llenadas horas después de las mismas y firmadas por el propio personal policial en lugar de ser firmadas por testigos, que las apelaciones de Fiscalía de las faltas de mérito de 7 personas de las que no hay ni una sola prueba.

No son peores los apremios ilegales, que la confirmación por parte de la sala del rechazo de las excarcelaciones de nuestros 4 compañeres. Todo este despliegue ilegal y antijurídico tiene un solo fin: amedrentarnos, hacernos creer que pueden hacer con nosotrxs lo que quieren.

Hoy en día toda esta estigmatización por parte del poder, desde que nos llamen terroristas que queríamos hacer un golpe de Estado hasta la privación de la libertad que aún continua en 4 casos, nos ha dejado secuelas. Muchxs de nosotrxs sufrimos persecución policial, política, laboral y mediática. Nos han amenazado y hostigado por redes sociales. Nos ha parado la policía para verdugearnos y hacernos requisa solo por mostrar el dni. Muchxs estamos con estrés post traumático que nos impide hacer nuestra vida normal, por lo que les pedimos que nos sigan acompañando hasta que se cierre este armado judicial.

Creemos que somos un ejemplo para mostrarle al pueblo que seas quien seas, hagas lo que hagas, si vas a protestar contra las políticas de hambre de este gobierno, sos un terrorista que puede terminar en un penal de máxima seguridad sin siquiera estar procesado. Tenemos claro que no fue contra nosotres, sino contra todes los que quieren seguir viviendo en libertad y democracia.

3)

Por último, queremos agradecer la solidaridad de las redes humanas tejidas por distintas personas y organizaciones de todo el arco político, que se nuclearon en la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases. Aprovechamos para que se amplíe la convocatoria y se sumen más organizaciones porque entendemos, ahora más que nunca, que la unión hace la fuerza.

Vamos a seguir con solidaridad, amor, lucha y trabajo, mucho trabajo, teniendo el objetivo principal de la Liberación de Cristián, David, Roberto y Daniela y el sobreseimiento de lxs 33 imputadxs.

Como dijo nuestro compañero Facundo: nuestras convicciones están intactas y seguimos defendiendo el derecho a la protesta y luchando por nuestro lugar en las calles.

Para ello, queremos invitarlos el próximo viernes 12 de julio, a un mes de las detenciones, a concentrarnos en Plaza de Mayo a partir de las 15 y compartir el Festival Solidario #Faltan 4, organizado por la Coordinadora por la libertad de los presxs de la Ley Bases.

¡Libertad a todos lxs presxs politicxs!

¡Cierre de todas las causas !

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Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia

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420 trabajadoras y trabajadores (de 700 al inicio del conflicto; alrededor de 300 tomaron retiros voluntarios) volverán a trabajar en una agencia dividida: el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., específicamente para el tema de la pauta oficial; y creó RTA Noticias bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina. “Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”, dice a lavaca una de las delegadas del sindicato SiPreBA, que repasa la situación. El desgaste, las presiones, las y los compañeros que no están; la histórica agencia, que tampoco. Lo que se logró con la lucha: reconocimiento de antigüedad, del estatuto del periodista profesional, de los convenios colectivos y de la representación sindical. Y volver a trabajar. Lo que falta, y lo que empieza a partir de hoy.

Por Francisco Pandolfi

“Si se calla el periodismo, también se calla la vida”.

Esa inscripción pintada en un corazón de madera estuvo colgada durante cuatro meses en una de las carpas montadas en la puerta de la Agencia de Noticias Télam. Un medio público fundado el 14 de abril de 1945, que en sus 79 años intentó ser cerrado, privatizado y vaciado por gobiernos variopintos: peronistas, radicales, macristas y militares. Una agencia que se encargaba de dos actividades: por un lado la pata publicitaria, que distribuía la pauta oficial; por el otro la pata informativa, a través de una agencia de noticias federal con un alcance de punta a punta del país.

En la apertura de sesiones legislativas, el viernes 1º de marzo pasado, el presidente Javier Milei anunció por cadena nacional la promesa de “cerrar la agencia Télam”. Y cumplió, en un pestañear: el lunes 4, las dos sedes porteñas amanecieron valladas. Los trabajadores desde entonces no pudieron entrar a sus edificios y fueron “dispensados” de cumplir tareas.

Télam: tras 130 días de acampe y lucha, los trabajadores vuelven a la agencia
La postal del conflicto: la sede de Bolívar, vallada por la Policía. Al lado, los trabajadores montaron uno de los acampes. Foto: somostelam

Un paso importantísimo

La resistencia estuvo a la altura de los acontecimientos: ese mismo día, las y los trabajadores junto al Sindicato de Prensa de Buenos Aires (SiPreBA), instalaron dos carpas en las puertas de los edificios de las calles Bolívar 531 y avenida Belgrano 347. La lucha colectiva se mantuvo, indeclinable. E instó a que cuatro meses después, el 1 de julio, el gobierno decretara la reconversión de Télam en APE S.A.U. (la Agencia de Publicidad Estatal Sociedad Anónima Unipersonal), que se encargará del eje publicitario. Las funciones periodísticas continuarán dentro de Radio y Televisión Argentina (RTA), en una agencia de noticias pública. Anteayer se sacaron las vallas y se levantó el acampe. El corazón de madera fue descolgado, cuidadosamente. 

Hoy, 130 días después, los trabajadores de Télam vuelven a trabajar.

Un empleado de la agencia desde hace más de 15 años cuenta que el lunes, ni bien quitaron el vallado, entró al baño del edificio de Bolívar y se le “explotaron los ojos de tanto llorar”. Dice que prefiere no dar su nombre hasta firmar el nuevo contrato. 

Andrea Delfino es una de las delegadas de Télam e integrante del SiPreBA. Le cuenta a lavaca que hace 34 años trabaja en la agencia, que es periodista en la sección economía. Ella fue una de las que anteayer ya firmó el nuevo contrato que la une a RTA Noticias. Detalla la situación: “Con la vigencia del DNU 70/2023, el gobierno reconvirtió a Télam Sociedad del Estado en APE S.A.U., que va a funcionar en el edificio de la calle Bolívar específicamente para el tema de la pauta oficial. Allí irán un centenar de compañeros, que ya trabajan en ese rubro. Cambia el nombre de la empresa, pero las condiciones laborales no se modifican”. 

Sobre el eje informativo, explica: “Todos los demás, o sea periodistas, camarógrafos, reporteros gráficos, infografistas, empleados de administración, recursos humanos, comercialización, pasamos a formar parte de RTA Noticias, una nueva unidad de negocio que funcionará bajo el paraguas de Radio y Televisión Argentina, igual que Radio Nacional y la Televisión Pública. Nosotros trabajaremos en el edificio de Belgrano”. Al margen de los datos, abre el corazón: “Estamos dando un paso muy importante al volver a trabajar. Muy importante –remarca Andrea, con la u del “muy” extendiéndose en el aire por un par de segundos–. Claro que no es la empresa que queríamos, que no estamos de acuerdo con la división, pero volvemos a trabajar y eso se logró por la lucha colectiva y organizada”. 

Radiografía de un vaciamiento

Como la relación de dependencia es con una nueva empresa, el lunes pasado se inició la firma de contratos, que continuará hoy y los próximos días. “Las condiciones son las mismas que teníamos hasta el 3 de marzo: se nos reconoce la antigüedad, el estatuto del periodista profesional, los convenios colectivos y la representación sindical de la Comisión Interna del SiPreBA para quienes somos delegados”.

Sin embargo, cambiaron muchos otros aspectos. Dice Andrea: “Dieron de baja el portal, la cablera y nos achicaron un montón en lo periodístico. En total éramos más de 700 trabajadores y quedamos 420 entre las dos empresas. O sea, hay 300 personas menos. Por lo tanto, habrá que hacer todo un reordenamiento de secciones, porque hay algunas que quedaron desmanteladas”.

Sergio Arboleya hace 30 años que trabaja en Télam, donde empezó como colaborador. Hace 15 que es editor de la sección Espectáculos. “Vengo usando la idea del milagro, porque en este contexto de ajuste salvaje, de recorte, de persecución en todo lo estatal, es una alegría haber sostenido el trabajo y en breve ya arrancaremos a producir noticias para la cablera de RTA. El aspecto milagroso se dio a partir de la resistencia, con tantos días de acampe, con una organización que realmente funcionó muy bien, con un manejo del SiPreBA que ha sido eficaz para lograr lo que parecía imposible: conservar los puestos de trabajo de aquellos que finalmente decidimos quedarnos”.

Respira profundo: “Esto resulta muy impresionante, pero no disimula la pérdida de un montón de colegas de enorme valor que se fueron un poco asustados por la política expulsiva de los retiros y que dejan un hueco enorme en la estructura periodística. Y también entender que la marca Télam, con esa simbología, con esa carga, ya no existe más. Hablábamos el otro día con un compañero sobre si podremos recuperar un poco el sentido de la agencia, en este nuevo lugar. Aún con las críticas que podía tener a sus gestiones y a nuestra propia falencia para plantarnos como colectivo de trabajadores a hacer realmente la agencia federal, plural, sabíamos que Télam funcionaba en una dimensión, con sus abonados en todo el país, con su red de corresponsalías que ahora han quedado prácticamente todas afuera”.

La gente que se fue lo hizo mediante retiros voluntarios que, semana tras semana, el gobierno nacional renovaba por decisión del ahora ex interventor de los medios públicos Diego Chaher (la semana pasada tomó su lugar el ingeniero aeronáutico y espacial Eduardo González). La delegada Delfino retoma: “Este conflicto tuvo mucho de psicológico, porque no hay nada peor que tener a la gente sin tareas; fue destructivo. Nos jugaron en contra muchas presiones, tanto externas como internas. En cuanto a las externas, la empresa extendió cada semana el programa de retiro voluntario, a la par que algunos medios publicaban notas que buscaban generar miedo: si no agarrabas el retiro, parecía que se venía el apocalipsis”.

Trabajar para volver a trabajar

Las presiones también las hubo internas y “bien intencionadas”. Describe un aspecto neurálgico de la resistencia: “Los fines de semana eran momentos clave y por eso los lunes o martes hacíamos las asambleas. En el fin de semana es común encontrarse con los seres queridos, que con la mejor intención te decían ‘pero te parece seguir yendo’; ‘hace frío y llueve’; ‘¿por qué estás haciendo una cobertura si en realidad estás dispensado de trabajar?’. Esa presión bien intencionada fue la más difícil de vencer y superar. Con el paso del tiempo, notamos que si nos hubiésemos quedado dispensados y tranquilos en nuestras casas viendo Netflix, esta resolución no hubiese pasado. Me parece importante resaltarlo, porque en una época en que se habla tanto del individualismo y que te hacen creer que solo te salvás por tu mérito, el resultado de esta lucha colectiva muestra lo contrario”.

Desde el 4 de marzo hasta la reconversión de Télam, cada semana se renovaba la dispensa a cada uno de las y los trabajadores. “El presidente que dice que en el Estado somos todos ñoquis, nos está haciendo ñoquis, porque nos está pagando sin trabajar”, solían repetir desde los acampes, como una manera de desarticular el relato oficial. Con la agencia fuera de funcionamiento, decidieron lanzar el sitio web somostelam.com.ar e informar desde ahí. Al frente del portal estuvo Andrea Delfino: “Decidimos arrancarlo con el fin de que la sociedad sepa que nosotros estábamos trabajando para volver a trabajar. Nos enfocamos mucho en cubrir los despidos en el sector público y en el privado. Era difícil mantener esperanza, pese a que en Télam finalmente no hubo despidos. Hubo días muy difíciles y las asambleas parecían terapias de grupo. Las reuniones nos contuvieron y nos organizaron; las conducciones de SiPreBA y de FATPren (Federación Argentina de Trabajadores de Prensa) siempre estuvieron poniendo el cuerpo, al igual que delegados de otros medios de comunicación. Cuando hablo de los lazos de la base, me refiero a los lazos sociales que se fortalecen en estas instancias, al contrario de lo que esperan quienes generan estas acciones para desorganizar a los trabajadores”.

¿Qué no pudo lograr el gobierno?

Andrea: Callarnos, cerrarnos. Nos silenciaron durante cuatro meses y hoy estamos volviendo a laburar. Si logramos un resultado positivo dentro de este contexto es porque fuimos muy tozudos. Y porque tuvimos bien claro lo que queríamos, que se resume en algo hermoso que dijo un compañero en una asamblea: “Yo no quiero ser el último que apague la luz; quiero ser el primero que prenda la computadora cuando volvamos”. Ese es el espíritu del colectivo Télam.

Hoy, algunas luces se volvieron a encender.

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Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

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“Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”, dice el hermano de Cristian Valiente. Familias de personas que continúan presas realizaron ayer un encuentro para organizarse y desarmar las mentiras con las que se sostienen sus acusaciones. El caso de Cristian y el de de Facundo Gómez, que hablaba con su mamá cuando lo detuvieron: la justicia no tiene filmado sus supuestos “disturbios”, pero lo encarceló igual. Las causas armadas sobre los más vulnerables, mientras nunca se detuvo a quienes causaron los destrozos, por ejemplo, del auto de Cadena 3. Además, el fiscal Stornelli insiste con meter presas a siete personas que ya fueron liberadas por la jueza Servini por falta de pruebas. El terror que continúa, los ataques de pánico, las condiciones de detención: se puede colaborar económicamente con las personas detenidas (el alias: LIBRESYA) y existen 5 puntos de acopio de mercadería detallados en esta nota. Qué necesitan: abrigo, frazadas, comida. Las familias llaman al 10 de julio a una nueva conferencia y al 12 a una concentración en Plaza de Mayo.

Por Lucas Pedulla

Terrorismo de Estado: siguen detenidas 5 personas tras la represión de la Ley Bases

Jonathan dice que está un poco nervioso porque nunca habló en público, y ahora hay un aula llena de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, en el barrio porteño de Constitución, dispuesto a escucharlo. Tiene 34 años y es el hermano de Cristian Valiente, una de las cinco personas -junto a Daniela Calarco Arredondo, David Sica, Facundo Gómez y Roberto María De la Cruz Gómez– que sigue detenida en Ezeiza tras la cacería del Gobierno durante el tratamiento de la Ley Bases en el Senado, hace ya tres semanas.

Todavía no pudo ver a su hermano porque no tenía su documento; espera hacerlo el próximo fin de semana.

Vino con su compañera, su hija y un perrito desde Moreno, oeste profundo del conurbano, a pedir por favor que lo liberen: “No tiene justificación. La gran mayoría están detenidos solamente por protestar. Y mi hermano, mientras estuvo detenido, le hicieron un desalojo en la casa: cuando salga ahora no tiene dónde estar”.

El lugar de donde desalojaron a Cristian era una pieza de un hotel céntrico. Allí había trabajado tres años como portero: “Uno con todos los derechos y dos, en negro”, cuenta el hermano. Denunció la situación y fue a juicio, que determinó que debía vivir allí hasta que le pagaran lo que debían. Casualmente, un derecho que la Ley Bases barrió en su capítulo de reforma laboral.

A Cristian -41 años, dos hijos- lo acusan por provocar “disturbios”, “arrojando piedras y otros objetos contundentes” contra la policía, pero sobre todo por haberle “secuestrado entre sus pertenencias” una granada de mano. En su indagatoria, él aclaró que no se trataba de una granada sino de un aerosol químico de los que usan las fuerzas de seguridad para gasear en las manifestaciones; y que lo encontró en las propias inmediaciones del Congreso, y se lo guardó para mostrarlo a un canal de televisión porque había vencido en 2022. “Decían que lo vendía en el mercado negro -dice Jonathan a lavaca, y no lo puede creer-. Lo acusan de terrorista pero carrea cajones de frutas y verduras 12 horas al día. Es una locura”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808269566549622911

Este encuentro, motorizado por la Comisión de Solidaridad de la coordinadora por la liberación de lxs detenidxs y el cierre de todas las causas, fue el ámbito para que Jonathan pueda, por primera vez, dimensionar esa locura.

También pudo hacerlo Elena, la mamá de Facundo Gómez, 31 años, cuyo trabajo era ir con su carrito por Plaza Serrano, en Palermo, vendiendo cafés: “Lo detuvieron mientras hablaba por teléfono conmigo -dice mientras muestra un cartel con el rostro de su hijo, sonriente-. La causa debería caerse porque lo ponen arriba de una valla, diciendo que arengaba y tiraba piedras, pero la comunicación con mi hijo se detiene en el momento en que lo están deteniendo. Intenté llamarlo, hasta que me atendió una persona que supongo que era un policía, y me dice que le estaban haciendo averiguación de antecedentes. Le pregunto por qué, y me dice porque estaba en un lugar que no debía estar. Mi hijo grita bien fuerte: ‘¡Yo no estaba ahí!’”.

https://twitter.com/Lavacatuitera/status/1808262187380588878

Elena remarca que no hay registro fotográfico ni fílmico de Facundo, y su otra hija, Micaela, dice a lavaca que al fotógrafo que registraba su detención le rompieron la cámara: “Lo presentamos como testigo. Dijo que le pidió a Facundo que gritara su nombre, y cuando iba a hablar le pegaron una piña en el estómago”.

Elena dice que su hijo no aparece en los videos: “Ellos (la justicia) dicen que han mirado 100 horas, pero Facundo no aparece”. Y agradece la convocatoria: “Es una causa totalmente ilegal y armada para amedrentar y que no salgamos a protestar para que aceptemos todo lo que ellos quieren. Quiero la libertad de los cinco”.

El aula, llena, la abraza con un aplauso.

Crueldad sin paz

Una mesa afuera del aula junta donaciones (galletitas, paquetes de yerba, azúcar, latas de arvejas, jugos en polvo, lavandina, shampoo, toallitas) mientras otras personas de la coordinadora pasan con una caja de cartón para juntar dinero. Adentro, sobre la pared, una gigantografía de Rodolfo Walsh recuerda su Carta abierta de un escritor a la junta militar.

En bancos de madera, mientras tanto, se van sentando, entre otras personas, exdetenidos como Gonzalo Duro, Fernando Leone, Sofía Ottogali y Santiago Adano -liberadxs en las primeras 17 excarcelaciones, el viernes 14 de junio-, o Juan Spinetto y Camila Juárez Oliva, liberadxs en una segunda tanda de 11 faltas de mérito dictadas por la jueza María Servini, el martes 18.

Es que, además de las causas abiertas y la solidaridad por las cinco personas que aún siguen presas, la alerta continúa, porque el fiscal federal Carlos Stornelli apeló y pidió nuevamente la prisión preventiva sobre siete personas: Ottogali, Spinetto, Juárez Oliva, Sasha Lyardet, Nicolás Mayorga, Gabriel Famulari y Brian Ortiz.

“Nos siguen criminalizando cuando la jueza ya dictó la falta de mérito”, dice Camila a lavaca. La falta de mérito se dicta cuando se considera que no hay elementos suficientes para acreditar el hecho que se imputa. La propia Servini habló de la “orfandad probatoria” en las acusaciones de Stornelli. Camila, junto a Sasha y Nicolás, es una de lxs tres estudiantes de la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) detenidxs: “Es una crueldad, porque todos los días me acuesto y miro la ventana porque no sé si un policía va a venir a decirme ‘agarrá tus cosas’, y ya en mi cabeza pienso que no tengo que agarrar ropa oscura para entrar al penal. Así está funcionando mi cabeza. Hasta que la Cámara no se expida, no estoy en paz”.

La sala II de la Cámara de Apelaciones, conformada por Roberto Boico, Eduardo Farah y Martín Irurzun, tiene ahora la palabra.

El docente Spinetto, otro de los “apelados” por Stornelli, dice lavaca: “Es ridículo, porque no aporta nada nuevo para apelar e insiste sobre algo que jurídicamente está zanjado. Básicamente lo que está haciendo Stornelli es continuar con la maquinaria de armado de causa. No tiene ningún sostén jurídico”.

Donaciones, acopio y concentración

La Comisión de Solidaridad abre el encuentro. Sus integrantes recuerdan que hay un alias (LIBRESYA) para contribuir a un fondo solidario común con montos de $500, $1000 o $2000. También subrayan que lxs detenidxs necesitan ropa de abrigo clara (no gris, sin capucha), frazadas de una plaza, y elementos de almacén. Los puntos de acopio:

  • ATE / INCAA: Lima 319, 1er piso, oficina 101.
  • SUTEBA Tigre: Santa Fe 11028, General Pacheco.
  • Mutual Sentimiento: Av. Lacroze 4181.
  • ATE Sur – Lomas de Zamora: Boedo 120.
  • ATE Alte Brown – Pte Perón: Somellera 481.

Luego habla Gonzalo Duro, trabajador judicial, uno de los exdetenidos: “En ese pabellón éramos 15 personas desconocidas y ahora somos amigas. Es una realidad y habla de la transversalidad del problema”. A continuación, Camila recuerda a Daniela Calarco Arredondo: “Le estamos tratando de juntar plata porque tiene que pagar el alquiler. También para pagarles el transporte a sus padres, que viven en Mar del Plata”. Grisel, hermana de Sasha, suma la preocupación por las apelaciones de Stornelli, y pide asistencia psicológica porque muchxs continúan con ataques de pánico. Valora la importancia de estos encuentros y pide, también, monitorear las trabas que les están poniendo los penales a las visitas familiares, para que el Sistema Penitenciario no siga “vulnerando derechos”.

Luego, y por un largo rato, pasan voces de diversos partidos y agrupaciones que hacen caracterizaciones del Gobierno. Algunos traen reclamos urgentes, como los trabajadores despedidos del Hospital Posadas o de la fábrica de neumáticos FATE, pero otros gritan pedidos de paro a la CGT. El músico Santiago Adano, otro de los exdetenidos, agradece con sensibilidad la solidaridad y el acompañamiento, pero sugiere avanzar en lo operativo del encuentro. Algunos no parecen escucharlo, y siguen. Otros sí, y piden acompañar, por ejemplo, la ronda de las Madres de este jueves en Plaza de Mayo para continuar la visibilidad por los detenidos. La propuesta es aceptada.

Las familias y exdetenidos, a su vez, proponen una nueva conferencia de prensa en el Servicio Paz y Justicia (Serpaj) para informar sobre la situación de las detenciones y las causas. En asamblea votan realizarla el miércoles 10. También votan, para el viernes 12, a un mes de la protesta, realizar una nueva concentración en Plaza de Mayo, con posibilidad de festival, buscando la convocatoria del amplio abanico político que movilizó la última vez, el día de las últimas excarcelaciones. Silvia, la mamá de Camila, recuerda que la urgencia de esos días fue lo que juntó a sindicatos, organismos, referentes de la izquierda y del peronismo: “Vengo a reforzar la idea de unidad, como lo hice desde el día uno”.

Cerca de las diez de la noche, la asamblea concluye.

Los ejes que se refuerzan:

  • Libertad a las cinco personas que siguen detenidas.
  • Pedir el rechazo de la Cámara a las siete apelaciones de Stornelli.
  • Cierre de todas las causas.

Leé la nota de tapa de la nueva MU: Qué es la libertad.
Sasha y su hermana, dos caras de lo que se vivió adentro y afuera tras la cacería policial el día de la votación de la Ley Bases. Sus reflexiones sobre la estigmatización, la persecución, y la vida en ¿libertad? Las redes y la calle. El ego y lo colectivo. Hablan Ramona y Santiago, también detenidos sin pruebas, con torturas. La organización entre familias. Y el reclamo por los que todavía están adentro.

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LA NUEVA MU. No podrán

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