CABA
Buenos Aires es Indoamérica
Racismo, clasismo, manipulación y muerte. Para leer y escuchar: cómo el conflicto por la ocupación por parte de vecinos sin techo del Parque Indoamericano, Villa Soldati, puso de manifiesto la falta de políticas sociales y la constante argentina de resolver los problemas de los pobres mediante la violencia. NOTA CON AUDIOS
De paso, reveló una especie de «quién es quién» que confirma la mediocridad y el resentimiento de Mauricio Macri y su entorno, y cuestiona también las actitudes del gobierno nacional frente al problema de fondo. Diosnel Pérez (delegado de la Villa 20), Raúl Zibechi (periodista e investigador uruguayo, autor de Genealogía de la Revuelta y Territorios en resistencia, entre muchos otros libros), Gastón Chillier (Director Ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales) y Ricardo Dios (del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires) conversaron con lavaca sobre estas cuestiones (incluimos los audios de esas charlas). La llegada de la Gendarmería, (aplaudida por los ocupantes del parque, atacados en estos días por un aluvión de funcionarios, patotas, policías, vecinos y medios), la creación de un nuevo Ministerio de Seguridad encabezado por la hasta ahora ministra de Defensa Nilda Garré, y el enigma de cómo proyectar el futuro, son ahora los enigmas pendientes.
[audio:https://media.lavaca.org/audios/indoamericano-resumen.mp3]
Un resumen musicalizado por Calle 13
La solución es morirse
El delegado de la Villa 20 Diosnel Pérez acertó con un diagnóstico sobre el país: «¿Por qué se llegó a tanta saña? ¿Por qué no se arregló esto antes de que se mueran cuatro personas? Siempre tiene que morir alguien para que el gobierno decida hacer algo. Siempre fue así. Ojalá algún día se cambie, que se solucionen los problemas antes de que se muera nadie».
Raúl Zibechi alertó sobre la actuación policial «como una banda», y el modo en que se combatió a los ocupantes como si se tratara de un ejército extranjero, además de preguntarse qué hubiera pasado si el jefe de gobierno porteño hubiese sido kirchnerista, en lugar de haber sido Macri.
Gastón Chillier, además de la crítica al racismo y clasismo del gobierno de la Ciudad, plantea en qué medida esas posiciones son también las de un sector importante de la sociedad porteña, y critica la especulación política del gobierno nacional, que priorizó su enfrentamiento con Macri en lugar de defender a las personas que estaban siendo atacadas. Y Ricardo Dios considera que además del estricto problema de vivienda, hay en todo esto una jugada política de intenciones más amplias.
«La gente no se va a ir»
Diosnel Pérez salió de la reunión con las autoridades porteñas y nacionales planteando que «lo que se acordó no es mucho, pero es algo. Tampoco se puede pedir que mañana terminen las viviendas. Pero se va a poner un puesto sanitario, baños químicos, agua potable, y un cordón de seguridad para que no pase lo que todas las noches está pasando».
Este lunes, confirmó Pérez, se volverán a reunir para avanzar con el tema concreto de las viviendas. «Lo que dejamos bien claro al gobierno de la Ciudad y la Nación es que la gente no va a salir de ahí hasta que tengamos la seguridad de que nos van a dar vivienda a los compañeros que la necesitan». Recordó que por ley, las organizaciones sociales habían obtenido un acuerdo para la construcción de viviendas que quedarían supuesamente a cargo de la Asociación Madres de Plaza de Mayo, sin que se haya avanzado al respecto. «Si se hubiera hecho eso, capaz que no hubiera pasado lo que está pasando aunque sea con la gente de la Villa 20». Reclamó también la urbanización de las villas de la ciudad. «Ya tendríamos que haber tenido 2.600 viviendas ahí, si hubieran tenido un poquito de política para solucionar la emergencia habitacional». Mencionó que en la Villa 20 un cementerio de autos que no se elimina por estar en situación judicial, provocó que haya 40 chicos contaminados con plomo: «Uno es mi hijo, cada tanto le agarran convulsiones y tenés que ver a tu hijo cómo se está retorciendo por culpa de que algo está judicializado.
¿A quién vamos a judicializar por la enfermedad que está trayendo a nuestros hijos por culpa de ese cementerio de autos?»
Otro tema frente al que la clase política no da respuesta: «Yo personalmente reclamé que nadie se hizo cargo de las muertes que hubo estos cuatro días. Queremos justicia y que paguen los asesinos y vayan a la cárcel».
[audio:https://media.lavaca.org/audios/indoamericano-diosnelperezgallardo.mp3]
Diosnel Pérez (delegado de la Villa 20)
Los nuevos cabecitas
Desde Montevideo, Raúl Zibechi evocó en conversación con lavaca cuestiones del 2001 y, antes aún, 1945. «La policía actuó como una banda. Como en una guerra. Como si estuvieran peleando contra un ejercito extranjero. No actúa del mismo modo cuando se trata de una protesta sindical, o incluso de los piqueteros de ahora que ya están como más institucionalizados».
«Me hace acordar al 2000 al 2001, cuando se reprimía a los piqueteros que recién estaban en su primera fase, como a lo extraño, lo diferente, el enemigo. Lo otro, que me parece brutal, es la actitud e Macri. Por un lado es xenófoba sin duda, pero me remite a algo muy tradicional de la clase media y la oligarquía argentina. En el 45 eran los «cabecitas negras» que habían venido del norte de Argentina, pero tratados como si fueran de otros países. Te acordará la frase de Borges sobre el aluvión zoológico».
¿Xenofobia o pobrefobia?
«La segunda cuestión» dice Zibechi» es que hay una porción muy importante de la sociedad argentina, o por lo menos de la de Buenos Aires, que ve con muy malos ojos a los extranjeros. Perdón, a bolivianos y a los paraguayos. Porque cuando llegan los europeos o norteamericanos que en esos barcos gigantes, todos están felices porque traen plata y son rubios y de clase alta. Aquí lo que hay no es un rechazo a los extranjeros, es un rechazo a los pobres».
Sobre el gobierno nacional: «Más allá de las declaraciones a los medios, que me parecen correctas, criticando el racismo de Macri, hace falta una política distinta. Una cosa son declaraciones pidiendo perdón a países como Bolivia y Paraguay que se podían sentir lastimados, que me parecen muy bien, y otra cosa es decir qué vamos a hacer con esto».
[audio:https://media.lavaca.org/audios/indoamericano-raulzibechi.mp3]
Raúl Zibechi, periodista e investigador
Cinismo: de Villa Soldati al country
«Si el gobernador de la Ciudad no fuera Macri sino un kirchnerista, no sé que estaría diciendo el gobierno. Me quedan esas dudas. Porque declarar contra Macri es fácil, pero aquí hay que tomar una política distinta», reflexiona Zibechi.
¿Es comparable lo que ocurre aquí con lo de Brasil? «Es diferente, las favelas tienen 50 años instaladas, es una situación muy compleja, donde efectivamente hay una guerra entre narcotraficantes muy importantes que no se resuelve como la resolvió Lula. Lo que hay en común es la solución represiva, militar o policial a un problema social. Lo que me parece de un cinismo brutal es cuando hablan de usurpación del espacio. Les preocupa cuando bolivianos y paraguayos ocupan en Villa Soldati el Parque Indoamericano, pero no les preocupa cuando la iniciativa privada ocupa islas del Tigre para hacer barrios cerrados».
Clarín, La Nación, y el respeto
Para Zibechi «todo esto esconde un racismo y un clasismo feroz por parte de los grandes medios, Clarín, La Nación, todos los medios que piden mano dura. No les tengo el menor respeto, me parece que actúan como lo que son: agentes de clase y agentes racistas y xenófobos. Por eso me recuerda la actitud del aluvión zoológico, los cabecitas. Es una constante de la historia argentina ese racismo de la clase media y media alta, y de los medios de comunicación porteños. Quiero aclarar que e un fenómeno muy porteño, porque en otros lados de la Argentina no lo encontrás, donde también hay paraguayos o bolivianos. Ni siquiera en el conurbano encontrás esa actitud feroz mente racista. Hay una historia muy larga que avala ese sentimiento de rechazo al diferente, al otro, la de piel más oscura».
500.000 en situación de calle
Gastón Chillier, del CELS, consideró ante lavaca que «las dos primeras muertes ocasionadas por la Policía Federal, o en un contexto generado por la Federal y la Metropolitana, son consecuencia directa de una política de seguridad que hasta el momento sigue insistiendo en delegar la seguridad en las policías, y darles total autonomía».
Segunda cuestión: «Este conflicto se genera por la falta de política para un problema social profundo como es el déficit de vivienda en la Ciudad de Buenos Aires, donde hay más de 500.000 personas en situación de calle, y en la cual la única respuesta que ha tenido el gobierno son los desalojos compulsivos. De eso se jacta el gobierno, estrictamente la diputada Michetti lo ha dicho en un programa de TV: que han desalojado 400 predios».
[audio:https://media.lavaca.org/audios/indoamericano-gastonchillier-cels.mp3]
Gastón Chillier, Director Ejecutivo del Centro de Estudios Legales y Sociales
La irresponsabilidad
Tercer elemento: «El componente racista que tuvo el gobierno a partir de las declaraciones gravísimas e irresponsables tanto de Macri como de su jefe de gabinete Rodríguez Larreta, en relación con que el problema había sido ocasionado por personas de países limítrofes que eran los que habían producido la toma, que la responsabilidad era de ellos. Esto marca una concepción absolutamente racista de lo que es el trato que deben tener las personas independientemente de su origen y nacionalidad». Chillier aclara que el acceso a la vivienda para los inmigrantes, de acuerdo a la nueva ley, no implica un regalo sino la posibilidad de créditos a personas que tengan la ciudadanía, entre otros requisitos.
«Entonces este brote xenófobo que produjo la muerte de las dos personas por parte de personas o patotas, sin intervención de las fuerzas de seguridad para prevenir esas muertes, habla de un estado de situación en el cual las políticas de seguridad del Estado están en absoluta deficiencia, acefalía, debilidad» opina Chillier.
La especulación nacional
¿Y la sociedad? «Yo creo que la visión racista y clasista del gobierno de alguna manera se construye sobre una visión que tiene una parte importante de la Ciudad de Buenos Aires. Las manifestaciones en la televisión de personas que fueron a agredir a los ocupantes del Parque Indoamericano cantando el himno nacional o gritando que se tenían que ir a otro país, creo que son elocuentes. Yo no sé hasta dónde la sociedad porteña estaría dispuesta a explicitar que es racista, pero no creo que las posiciones de Macri sean dichas en el vacío, tienen un sustento social importante».
Sobre el gobierno nacional, Chillier considera que «se especuló políticamente en desmedro de resolver o por lo menos tomar medidas urgentes para proteger la vida de las persona que habían tomado el parque. Recién ahora parecería que hay un principio de solución respecto en ese punto, al poner a Gendarmería, o cualquier fuerza de seguridad confiable en el sentido que cumpla con las órdenes claras del poder civil para prevenir enfrentamientos. Pero volviendo a la pregunta, ha sido bastante lamentable la especulación política por sobre la protección del derecho de las personas».
Más televisión que realidad
Para Ricardo Dios, abogado e integrante del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (cuyo audio también acompaña este trabajo) «hubo una falta de control sobre el accionar policial que se dio en la primera represión de la policía. Eso trajo todo lo demás. Y después, la pelea entre el gobierno nacional y el de la Ciudad, dos días seguidos mientras seguían los problemas en Soldati. Creo que hubo reacciones tardías y un poco de alejamiento de los problemas reales para dedicarse a la pelea por televisión».
[audio:https://media.lavaca.org/audios/indoamericano-ricardodios.mp3]
Ricardo Dios, del Observatorio de Derechos Humanos de la Ciudad de Buenos Aires
Sin nenes de pecho
Dios cree que el origen de todo esto es la ausencia de políticas, o en realidad la presencia de una política que quiere correr de la ciudad a los sectores más desprotegidos, preservando una ciudad para pocos, para otra clase social. Sobre la decisión de introducir a la Gendarmería como medida de apaciguamiento del conflicto, Ricardo opina que «si es prevención y no represión, es razonable. Y está bien que sea la Gendarmería, no digo que sean nenes de pecho, pero tienen más control político que la Policía Federal. Si hay una buena orden y una buena conducción, probablemente puedan hacer un trabajo de prevención, que achique los márgenes del conflicto».
Sin embargo, al segundo día de la militarización de la zona, el delegado de la Junta Vecinal de Los Piletones, Julio Cari, dirigente del Polo Obrero, denunció “las fuerzas de seguridad enviadas por el gobierno nacional han prohibido el ingreso y el egreso de las personas que están en el Indoamericano. Por otro lado, el gobierno de la Ciudad no está enviando comida y agua tal como se había comprometido. De esta forma, las familias están pasando hambre y sed, y no pueden siquiera salir a comprar lo que el gobierno no les envía”.
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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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