CABA
Teatros independientes: denuncias e ideas para salir de la crisis ante el público y los funcionarios
La suba de las tarifas, la baja de los subsidios, la merma de público y el cierre parcial de teatros independientes. Todo eso denunció este viernes la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI) en una conferencia pública en la que estuvo presente el secretario de cultura de CABA, Enrique Avogadro. Un nuevo fondo específico, y las reflexiones desde una actividad que sigue haciendo latir, como puede, a la cultura actual.
La convocatoria a conferencia de prensa urgente se hizo con una consigna: “El teatro independiente dice basta”.
La idea: “La necesidad de poner un freno y hacer llegar el reclamo a las autoridades gubernamentales que tienen el deber de sostener políticas culturales que fomenten, protejan y mantengan la relevancia que tiene el sector teatral independiente como patrimonio cultural de la Ciudad de Buenos Aires y el país en su conjunto”, según la convocatoria, que planteó la situación límite que vive el sector frente a “las NO políticas de Cultura del Gobierno”.
La sede del encuentro fue el mítico espacio Timbre 4, en Boedo, ciudad de Buenos Aires. ARTEI (La Asociación Argentina del Teatro Independiente) comenzó leyendo un documento en el cual resume los principales problemas del sector, según el termómetro de sus 100 teatros porteños asociados:
- “Denunciamos la constante disminución en el presupuesto de Proteatro en términos reales, provocando el desfinanciamiento del instituto que redunda negativamente en el otorgamiento de subsidios a la actividad
- Denunciamos el atraso sufrido en los pagos de los subsidios del año 2018 en el INT debido a su crisis institucional
- Denunciamos la falta de pago de las prestaciones que las salas han brindado y brindan a distintos organismos del Estado para la realización de festivales como el Fiba
- Exigimos el pago en tiempo y forma de los subsidios de los institutos antes mencionados
- Denunciamos el grosero aumento de las tarifas de servicios eléctricos que nos arrojan de una manera violenta al cierre de nuestros espacios
- Expresamos la necesidad de poner un freno y hacemos llegar nuestro reclamo a las autoridades gubernamentales que tienen el deber de sostener políticas culturales para que fomenten, protejan y mantengan la relevancia que tiene el sector teatral independiente”.
Como en una obra teatral, el fin del comunicado fue recibido con encendidos aplausos de esa sala colmada, con el agregado de presencias como la de Norman Briski, Raúl Rizzo, Cristina Banegas y el político Daniel Filmus. El clima de la sala principal de Timbre 4 –en efecto, una sala teatral- se volvió denso ante la presencia de funcionarios municipales y nacionales, destinatarios del mensaje de la Asociación.
Los números de la crisis
La comisión directiva de ARTEI mostró diapositivas que exhibieron datos concretos del panorama. “En nuestros espacios trabajamos más de 25 mil personas y en total se realizan más de 700 obras por año”, calcularon. “Somos parte de un movimiento de gran envergadura y reconocimiento en nuestro país y en el exterior”.
Un gráfico mostró entonces los presupuestos estatales asignados: el menor es el de este año, 2019, casi un 50% de lo que representaba en términos reales hace dos años. Pero ningún dato era peor que el otro, sino que debían leerse en sintonía: los números sobre los gastos de energía de cada sala superan el 300%, llegando al 400% en algunos casos. “El valor de la entrada aumentó entre 30 y 40%”, relataron desde la Asociación, y agregaron que al mismo tiempo los subsidios aumentaron apenas entre 25 y 30%. La desproporción de esos factores explica por sí misma la debacle del sector.
ARTEI también reveló que, previo a la conferencia de hoy, mantuvo reuniones con todos los sectores del gobierno municipal e incluso con el Secretario de Cultura Nacional, Pablo Avelluto. Se llevaron la promesa de pasar a tener una tarifa energética diferenciada. Sobre el gobierno porteño, contaron que recibieron un llamado a último momento según el cual apareció el compromiso de aumentar la partida presupuestaria.
Consultado por lavaca una vez finalizada la charla, Enrique Avogadro eligió no hablar, y en cambio lo hizo la jefa de prensa de la Secretaría, Julieta Mondet, quien precisó: “Entendiendo la coyuntura y los desafíos que atraviesa el sector cultural. Además de los 111 millones de pesos que estamos transfiriendo este año a través de las líneas de fomento (Fondo, Proteatro, Ba Música, BA Milonga) vamos a acompañar con un fondo específico, extraordinario y por única vez que contempla 20 millones de pesos adicionales destinados a financiar parte de los gastos de funcionamiento de los espacios culturales independientes de la Ciudad. El objetivo es que este acompañamiento ayude a cubrir parte de los costos de los servicios básicos como la luz, el gas y agua del año en curso”.
-¿Cómo se va a ejecutar?
-A través del Fondo Metropolitano mediante la creación de una nueva sublínea llamada Funcionamiento. La convocatoria abre el 15 de mayo y este subsidio se va a pagar en dos instancias durante el año.
-¿Cuál va a ser el criterio de distribución?
-La distribución de este fondo va a ser de acuerdo al tamaño y la capacidad de cada espacio; criterio que ya se utiliza en los mecanismos de fomento para la entrega de recursos.
El sonido del Timbre
Claudio Tolcachir, el director y gestor del espacio Timbre 4, dijo a lavaca: “La situación de las salas para todos es muy complicada. Hay algunas que están más cerca del cierre. Timbre 4, en relación al año anterior, está casi un 40% abajo en cantidad de espectadores. Nosotros por ahí lo podemos sostener, por los talleres, pero la situación es muy complicada por la suba de las tarifas, la baja de los subsidios, y porque la gente tiene menos plata para ir al teatro. Es un cuello de botella. Si no reaccionamos ahora vamos a darnos cuenta muy tarde de que una enorme cantidad de salas se cerraron”.
¿Cómo es la relación con el Estado, que viene a esta conferencia pero sin estar dando respuestas concretas? “Lo que pasa es que cuando tenés una responsabilidad de construcción, hay que saber dialogar. Uno tiene que asumir que el Estado tiene la obligación, entonces nosotros tenemos la obligación de pedirle al Estado. Si uno quema las naves, ellos van a seguir teniendo el dinero y el poder y vos no vas a tener nada. Entonces, siendo muy sinceros, ellos saben lo que nosotros pensamos, y entendemos que su obligación es responder. Me parece positivo que esté acá, hay que valorarlo. Ahora, si no dan respuestas, habrá que subir el nivel de la protesta, pero creo que es necesario construir. Y yo tengo la esperanza de que alguien escuche, porque si no sería aún más catastrófico todo”.
El mensaje de ARTEI no solo fue al Estado, sino a la sociedad: “Absolutamente –reconoce Tolcachir-. Buenos Aires es una ciudad que vota como vota y que al mismo tiempo tiene una enorme cantidad de espectadores de teatro. Ojalá que la gente tome conciencia que no es casualidad que haya periodos donde la gente y el teatro pueden crecer y hay proyectos en las que nadie puede crecer: ni el teatro ni nadie”.
¿Qué estrategias están pensando? “ARTEI lleva muchos años, con mucha experiencia. Coincidimos entonces en que hay que pedir diálogo, que hay que protestar, que hay que llamar la atención, que no hay que dejar que esto evolucione. ARTEI es la fuente donde depositamos la acción para generar movimientos. Lo difícil del teatro es que si no hay alguien a quien le interese venir, o que le llame la atención, pasamos desapercibidos. Hay que encontrar la manera. Pero también es un espacio con experiencia en gestión, en reciclarse, en sobrepasar momentos de baja.
La experiencia, reconoce Claudio Tolcachir, enseña a no quedarse sentados, cosa que en todo caso queda para los espectadores. “Creo que hay que tener esperanza, pero sobre todo acción. Tenemos que saber que podemos hacer algo para cambiar las cosas, y que nadie lo va a hacer por nosotros”.
Lo que va a florecer
Liliana Weimer integra la comisión directiva de ARTEI.
¿Qué piensa de la presencia del secretario de cultura, Enrique Avogadro, uno de los principales destinatarios de los reclamos? “Vino él y vino Marcelo Allasino, director ejecutivo del Instituto Nacional del Teatro. Ellos son nuestros interlocutores y están gestionando sus áreas en medio de un gobierno que tiene determinadas líneas. Cuando armamos esto les planteamos lo que está pasando tanto a Avogadro como a Avelluto (secretario de Cultura nacional). Más allá de la gestión específica de Cultura, estamos ante la consecuencia de una política económica nacional que nos está mandando a todos al diablo. Lo que antes nosotros podíamos bicicletear un poco, ahora no podemos más: no es viable. Por eso decimos basta. Hay algunas propuestas que posiblemente son parches, para paliar la situación, pero bueno: vinieron y escucharon. No quisimos promover un debate o una pelea entre él y el público porque no gana nadie”.
Weimer calcula cuál sería un saldo positivo tras la conferencia: “Lo que nosotros queremos es un trabajo que vaya a fondo. Es decir, sabemos que hay que modificar cuestiones en la Ley nacional, en el Instituto Nacional del Teatro, en Proteatro… Y bueno, operar con las autoridades de turno y con el Poder Legislativo para ir aggiornado las leyes que nos regulan. Esa es la idea. Obviamente que si no nos escuchan, el plan de lucha seguirá y obviamente se va a sumar más gente”.
¿Cuáles son las fortalezas que tiene el sector del teatro independiente para pensar que esto puede cambiar para bien?
Liliana habla del futuro a partir de saber que nunca la tuvieron fácil: “Nosotros agrupamos a 100 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Y hay otras organizaciones en todo el país. A mí me parece que –lo digo por experiencia de vida- en épocas de crisis mayores, desde los ámbitos culturales surgen las ideas, las renovaciones, las posibilidades. En muchos sentidos la cultura ha salvado al país en los momentos de crisis. O sea que de acá algo va a florecer”.
Claudio Tolcachir, Timbre 4 como anfitrión de la conferencia.
Liliana Weimer, de la Asociación Argentina del Teatro Independiente.
Resistencia teatral y mate para Norman Briski
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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