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Feminismo, antiespecismo y derechos humanos

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La compositora Liliana Felipe estuvo en MU Trinchera Boutique en un conversatorio sobre feminismos, antiespecismos y derechos humanos, junto a la activista trans Violeta Alegre y la cofundadora de Voicot, Malena Blanco. “No me resigno a ser parte de una humanidad que lo mejor que le puede ofrecer a los animales es el matadero”, afirma Felipe. En esta nota, fragmentos de una charla sobre alimentación, alianzas, sistemas de producción y cómo dejar de comer veneno.

Por Florencia Paz Landeira

¿Qué une a una pianista exiliada en México, a una activista trans y a una publicista vegana? El antiespecismo, el feminismo y los derechos. Sobre estos temas se juntaron Liliana Felipe, Violeta Alegre y Malena Blanco a hablar en MU Trinchera Boutique, con el objetivo de tejer alianzas. “No me resigno a ser parte de una humanidad que lo mejor que le puede ofrecer a los animales es el matadero”, afirma Liliana Felipe. Además de alimentos ultraprocesados y repletos de antibióticos por los medicamentos suministrados a los animales, las tres van un paso más allá: la especie humana no es superior a ninguna otra especie. Por ese motivo -apuntan- hay que dejar de consumir animales.
Felipe, Alegre y Blanco lo definen como una postura política. No es nuevo: el especismo es una palabra que el procesador de textos marca en rojo sin sugerencias. Fue inventada por el psicólogo inglés Richard Ryder en 1970 e incorporada por la RAE en 2017, con la siguiente definición: “discriminación de los animales por considerarlos especies inferiores” o “creencia según la cual el ser humano es superior al resto de los animales, y por ello puede utilizarlos en beneficio propio”.
Así como el feminismo no plantea que haya absoluta igualdad entre los géneros y en las formas de expresarlos y vivenciarlos, el antiespecismo tampoco plantea la igualdad entre las especies. A lo que apunta es a cuestionar las jerarquías clasificatorias que ubican a la especie humana por encima del resto de los animales, a que detrás de esa supuesta superioridad y dominio se encuentra la misma lógica que opera en el sexismo y el racismo. Por eso, para ellas tres el antiespecismo solo tiene verdadero sentido en el marco de una actitud ética antipatriarcal, anticapitalista, anticapacitista. “Capitalismo viene de cápita”, nos recuerdan, “mide la riqueza en cabezas de ganado”.

Feminismo, antiespecismo y derechos humanos

Foto: Sebastián Smok.


El acto político
Felipe es una música argentina exiliada en México en los ’70, por la dictadura que desapareció a su hermana. Es a partir de esa experiencia de la violencia del Estado que llegó hace ocho años, junto a su pareja, la actual senadora mexicana Jesusa Rodríguez, al antiespecismo. Hoy en día plantea algo tan radical como que comer carne es un genocidio comparable al que puede perpetrar cualquier dictadura, en tanto se basa en la eliminación de una idea, de un proyecto, en establecer que hay vidas que valen más que otras a partir de una operatoria discriminatoria y jerarquizante. Proyecta una foto del genocida Luciano Benjamín Menéndez y expresa: “Ahora hay una sociedad cómplice que le llama ‘carne’ a los cadáveres y no se hace responsable de la violencia que genera. Los que hemos sido golpeados por la violencia de Estado y patriarcal tenemos que entender que dejar de comer animales es un acto político muy profundo. El veganismo no es una decisión personal. Las decisiones que afectan a otras personas no son personales. Es la toma de posición ante una opresión real”.
Liliana se pregunta cómo tardó tanto en comprender la violencia que implica comer carne: para los propios animales forzados a condiciones de maltrato extremo, para los seres humanos que terminamos ingiriendo los antibióticos que les inyectan a esos animales y para aquellos otros que mueren de hambre, mientras la mayor parte de la producción agrícola se destina a alimentar a esos animales que luego vamos a matar. “Porque no quieren que lo sepamos. Ahora que Jesusa asumió como senadora, a nadie le importa que sea lesbiana, lo que escandaliza es que sea vegana. Porque los actuales gobiernos neoliberales basan sus negocios en generar más pobres. Mientras más animales comas, más gente se va a morir de hambre. Todo este mundo está diseñado por la Suciedad Rural para darle de comer a esas legiones interminables de animales. Macri asumió su presidencia en La Rural. Trump hizo su fortuna vendiendo carne. A Dilma la quitan de su gobierno los dueños de las cámaras frigoríficas. Comer animales es seguir enriqueciendo a la derecha”.
Feminismo, antiespecismo y derechos humanos

Malena Bianco, de Voicot, junto a la activista trans Violeta Alegre. Foto: Sebastián Smok.


Cómo tejer alianzas
Violeta Alegre es activista trans y propuso este conversatorio como desafío, en tanto ella suele intervenir en la agenda travesti y trans y en temas de identidad de género: “Para trabajar en una coherencia discursiva y política, en el marco de la justicia social, ambiental y animal. Todas ellas están relacionadas. Son los mismos sistemas asesinos los que nos hacen víctimas y cómplices partícipes de sostenerlos. El feminismo interseccional procura atender a las desigualdades por género, orientaciones sexuales, clase, etnia, edad, personas en situación de discapacidad, especie, etc”. Violeta llama a transformar las calles, los trabajos, las camas y también los platos.
Malena Blanco viene del mundo publicitario y decidió poner sus herramientas de la comunicación al servicio de la causa antiespecista. Así co-fundó Voicot, un movimiento artístico de lucha por la liberación animal. Está convencida de que el camino es dificultoso porque es una verdad incómoda, que molesta. Y que por eso es urgente unir luchas y tejer alianzas. “No es un tema de compasión, es un tema de justicia. Estamos destruyendo el mundo. El veganismo es una parte del ser que tenemos que ser. Es un ser ético. La ganadería contamina más que todos los medios de transporte del mundo. El 80% de la tala de Argentina está destinada a alimentar al ganado. Se tala para el pastoreo y para plantar soja, que en su gran mayoría es alimento para ganado, solo en un 5% para consumo humano. Para generar 1 kilo de proteína animal se necesitan 15 kilos de vegetales”.
Como acostumbra a hacer en sus espectáculos, Liliana encendió un reloj antes de empezar a hablar. Para recordarnos que cada segundo son injustamente asesinados diez mil animales. Y que la carne es lo vivo, es movimiento, es cuerpo, es sensación.
Y apunta: “Eso que está en tu plato no es carne, es un cadáver”.
Feminismo, antiespecismo y derechos humanos

Liliana Felipe en Mu Trinchera Boutique. Foto: Sebastián Smok.

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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