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II Marcha nacional en defensa del medio ambiente

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Es una marcha de muchos poquitos. Poquitos que lograron llegardesde los más diversos rincones del país. Entre todos, zurcieron lo largo de Avenida de Mayo un verdadero noticiero de los problemas ambientales que padecemos los argentinos. Convocada por la Unión de Asambleas Vecinales, más de cien organizaciones se manifestaron desde el Congreso hasta la Casa Rosada en la II Marcha Nacional Ambiental bajo el lema “No al saqueo y la contaminación”.
La cita es el 12 del 12 a la 12. Los vecinos de la Asamblea Ciudadana de Gualeguaychú son de los primeros en llegar y, sin duda, los más numerosos. Según sus propias estimaciones cerca del millar de entrerrianos llegaron hasta aquí para exigir que Botnia, la pastera instalada en la localidad uruguaya de Fray Bentos, cese su funcionamiento. Aprovecharon la oportunidad, también, para dejar un petitorio en Balcarse 50, que entre otras cosas incluye la solicitud de audiencia con la presidenta Cristina Fernández..
Los jóvenes de la Asamblea Juvenil de Gualeguaychú encabezan la columna con remeras verdes. Portan una enorme bandera que anuncia: “Marcha por la vida y el medio ambiente”. Detrás, caminan a paso cansino los poquitos que llegaron desde la lejana Santa Cruz: “El agua vale mucho más que el oro”, advierte la banderola que porta Jorge Fagiano, de los Autoconvocados en Defensa del Lago Buenos Aires, el segundo más grande de Latinoamérica después del Titicaca. Sus vecinos informan que está amenazado por los cateos exploratorios en busca de oro y plata en la zona de Monte Cevallos y Paso Roballos. “Queremos proteger el agua dulce, que va a escasear en las próximas décadas”, explicaba Fagiano.
Muy cerquita van los poquitos sanjuaninos que lograron viajar, integrantes de la Asociación de Viñateros Independientes, preocupados por las 181 minas que descargan sus desperdicios en el Río San Juan. Y a la par, camina la Asamblea de los Vecinos Autoconvocados de González Catán, con títeres cadavéricos gigantes que llevan una leyenda: “Asesino”.Se refiere al CEAMSE, un nombre que se repite en los reclamos de otros muchos de los poquitos del Gran Buenos Aires que están allí. Los de Ciudad Evita y los de La Plata, por ejemplo, con globos negros y una enorme bandera que asegura: “CAMSE abrió con la dictadura, los vecinos lo cerrarán en democracia”.
“Paren de Fumigar”, reclama una pancarta que llevan los santefesinos. Van detrás de los Vecinos Indignados de Vicente López porque –denuncian a viva voz- les están privatizando los espacios verdes. Los de Caballito, en cambio, arremeten contra las torres de cemento.
“Peugeot también contamina”
Aquellos que llegaron desde Sierra de la Ventana y desde Andalgalá marchan con una misma bandera: “No a la minería a cielo abierto”. Informan: “Hace un año y medio comenzaron los estudios de exploración y prospección en Sierra de la Ventana, todos sigilosamente”, señala Luis. Se acerca para escucharlo mejor una señora que lleva una remera amarilla con la leyenda que grita una primicia: “Peugeot también contamina”. El volante que entrega lo informa así: “La Autovía 201 arrasará con un barrio residencial e histórico: Ciudad Jardín, del Palomar. Solo tendrá como fin solucionar los inconvenientes de logística de la empresa Peugeot”.
Entre las columnas más grandes se encuentra la de la Asociación Vecinal de la Boca, que lleva una mediasombra de veinte metros que simula ser el Riachuelo. Sobre ella hay botellas, bolsas de nylon, zapatillas viejas y todo tipo de basura. “El Riachuelo es uno de los treinta sitios del planeta con mayor contaminación: su estado actual equivale a la contaminación de 4.000 papeleras”, recita un señor desde un megáfono. Y completa: “Tenemos 500.000 personas en la indigencia al borde del Riachuelo, 3.500.000 sin cloacas y 2.500.000 sin agua potable”.
De la marcha participa un inodoro gigante del que sale una canilla. Lo empujan los miembros del Espacio Intercuencas, un conjunto de organizaciones que incluye a los defensores del Riachuelo, del Río de la Plata, el Reconquista y el Matanza. Están, además los del Foro Hídrico de Lanús y también de Lomas de Zamora.
El cementerio de la soja
La música de fondo es una cumbia cuyo estribillo proclama “no a las papeleras” y una bandera argentina gigantesca se mueve acompañando el ritmo. Pertenece a la Asociación Amigos del Río Uruguay de Colón, entre Ríos.
Adelante están los vecinos de Marcos Paz, que protestan contra un incinerador industrial: “Nuestro municipio es agroalimentario y se instaló un incinerador de residuos peligrosos. Lanza metales pesados al aire, partículas que terminan en nuestros pulmones y dioxinas que provocan cáncer”, explica Ingrid.
Desde Córdoba había llegado una docena de vecinos autoconvocados que se organizaron para frenar posibles emprendimientos mineros. Ya lograron que los municipios de Capilla del Monte y San Marcos Sierras prohíban la minería a cielo abierto, pero temen por Ongamira, donde ya se están haciendo exploraciones.
“Tierra para los pueblos originarios”, exige la enorme bandera portada por la comunidad chaqueña de Nalá. Debajo de ella marcha, taciturno, Venancio, con una remera naranja que proclama: “Soja para hoy, hambre para mañana”. Cuenta que el Estado vendió las tierras de su comunidad a un terrateniente, con 38 familias adentro. “Hasta un cementerio indígena fue arrasado para sembrar soja”.
Sale Meridian, entre Yamana Gold
La pequeña delegación de Esquel también tiene su bandera. La lleva Daniel “Bigote” Perrone, quien informa que la multinacional Meridian Gold vendió la mina que se empeñaba en explotar en Esquel, a pesar de la oposición de la población local. La nueva dueña es la compañía Yamana Gold. “Siguen apostando a que habrá minería, a pesar de la ley que la prohíbe. Por algo siguen pidiendo permisos de exploración. En toda Chubut se concedieron más de 400 permisos”.
Las Madres Jachalinas marchan delante. “El río Jachal ya tiene cianuro por el Proyecto Veladero”, aseguran. Se trata de la explotación minera de la empresa Barrick Bush Gold, que hace poco comenzó la explotación de otro proyecto en tierras sanjuaninas: Pascua.“Será tres veces más grande que Veladero, por eso nos oponemos. Nos va a dejar sin agua, porque usará millones para la extracción: ya ni tendremos agua contaminada”.
Muy cerca, Violeta, de los Autoconvocados de Calingasta denuncia al gobernador José Luis Gioja: “Con los planes sociales busca desarmar a todas las organizaciones: llegó a regalar hasta bolsas de cemento ante de las elecciones”.
El documento
Todos unifican sus voces cuando comienza el acto central en la Plaza de Mayo. Primero entonan el Himno Nacional, después gritan “Argentina, Argentina” y por último, se lee en alta voz el documento de nueve páginas que dice: “A un año exacto de exigir en esta plaza histórica las mismas respuestas, no estamos mejor. Por el contrario, soportamos 365 días más de impacto ambiental y el saqueo a los bienes comunes, responsabilidad de los acuerdos entre los gobiernos y las corporaciones empresariales”, arranca la declaración. “Hoy –continua- reafirmamos nuestra lucha en repudio de la política gubernamental; la destrucción y el saqueo por parte de los monopolios extranjeros y de sus socios locales”.
El documento rescató particularmente la lucha de los vecinos de Gualeguaychú y Esquel, quienes lograron impedir la puesta en funcionamiento del yacimiento de oro gerenciado por Meridian Gold. También subrayó la lucha que Famatina, Pituil, Chilecito y Chañar llevan adelante contra la minera Barrick Gold, así como también la que tiene como protagonista a la comunidad indígena de Lonko Purrán, en Neuquen, contra las petroleras sureñas.
“Como resultado de esta lucha y resistencia, ya son seis las provincias que sancionaron leyes que prohíben la minería a cielo abierto con uso de sustancias tóxicas: Chubut, Tucumán, Río Negro, La Rioja, La Pampa y Mendoza”, enumera el documento.
El escrito hace referencia a los problemas que trae la minería a cielo abierto para la provisión de agua; a la contaminación que provocan las fábricas de pasta de celulosa; a los trastornos que ocasiona la permanente expansión de las fronteras agropecuarias –fundamentalmente con la soja- y al sobrepastoreo que trae como consecuencia la erosión del suelo. Además, hay párrafos dedicados al “saqueo de los hidrocarburos, “a la persecución y el desalojo de los pueblos originarios” y a los polos petroquímicos de Dock Sud, La Plata y Villa Inflamable. No quedó afuera la sobreexplotación de la pesca continental y marítima “en franco proceso de agotamiento”, la contaminación en la cuenca Matanza-Riachuelo ni “el calamitoso manejo del CEAMSE y los rellenos sanitarios”.
Las exigencias
El documento finaliza con casi dos decenas de exigencias al gobierno. Entre ellas, el principio de licencia social o consulta popular previa a cualquier emprendimiento que intente explotar las riquezas naturales. El documento también exige al gobierno que cumpla con el compromiso firmado por Néstor Kirchner el 3 de mayo de 2003, donde asumió los problemas ambientales como ”causa nacional”.
Después de escuchar las canciones de Joselo Schuap, el músico que recorre el país en un micro haciendo campaña por la defensa del agua, los poquitos comienzan a dispersarse y a retornar a su lugar en el mundo. Se van con una promesa: reencontrarse a las 12 del 12 del 12 de 2008

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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