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Bolivia hoy: El congreso del MAS por abajo y por la unión

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En una asamblea con más de diez mil representantes de movimientos sociales el MAS debatió, en medios de críticas y arrepentimientos, la estrategia para restructurarse. Con sus principales líderes exiliados y ocultos por las persecuciones, enfrentó así el mayor desafío de sus veinticinco años de historia.  Fueron las mujeres las que, sin medias tintas, reclamaron que los candidatos no sean elegidos “desde arriba”. El documento final le otorgó a Evo Morales el título de jefe de campaña. Con la ultra derecha golpista dividida todo parece indicar que otra vez las elecciones se decidirán entre quienes consagre el MAS y el partido de Carlos Mesa, así que la fórmula que resulte elegida deberá cargar con el desafío de una campaña electoral en pleno gobierno de facto.

(Sebastián Ochoa desde Cochabamba) En la mañana de ayer, miles de campesinas, campesinos, mineros y trabajadores comenzaron a juntarse en la plaza San Sebastián de esta ciudad, ante la mirada impávida de la población urbana, que ya había perdido la costumbre de ver a tanta gente del pueblo reunida. Con sus wiphalas flameando, subieron 200 metros por la colina de La Coronilla, para ingresar al Coliseo donde tuvo lugar el Ampliado Nacional del Movimiento Al Socialismo (MAS), el partido más grande de Bolivia, que en las últimas semanas sufrió ataques implacables que terminaron con 38 asesinatos aún no esclarecidos. Con sus principales líderes exiliados u ocultos, el MAS enfrenta al mayor desafío en sus veinticinco años de historia. Golpeado, de luto y desbandado, debe elegir de inmediato candidato o candidata a Presidente y vice, armar listas de postulantes para cargos en la Asamblea Legislativa Plurinacional, además de restructurarse para tener algo de la solidez que tenía cuando Evo Morales estaba en cada detalle orgánico.

El líder, el ausente, solamente se materializaba en los gritos y en los cantos de quienes ingresaban por miles al Coliseo. “¡Viva el Presidente Evo!”, “¡Evo no está solo!”, coreaban mientras subían la empinada colina. Con estas y otras frases invocaban al Presidente constitucional derrocado hace ya casi un mes. El camino escarpado estaba repleto de feriantes que aprovecharon la concurrencia para armar sus qhatus y vender lo que sea: desde milagroso jugo de maca hasta videos de las masacres de Senkata y Sacaba “con imágenes inéditas, nunca vistas en televisión ni en redes sociales”, como pregonaban a cada paso, entre otros vendedores de wiphalas, frutillas y mocochinchi. La gente había llegado de todo el país, en muchos casos luego de viajar más de un día, por lo cual estaban hambrientos y cansados. Algunos de ellos, con platos calientes sobre las rodillas, comían quinua, mote, chuño, trigo; comidas típicas que habían llevado las caseras en enormes ollas, tapadas con trapos para no perder el calor. 

Las y los feriantes recibían con aplausos y aliento a quienes iban entrando al Coliseo. En la ciudad de Cochabamba, donde ahora no se puede hablar del golpe en voz alta, se había formado un microclima de amor por la Bolivia perdida el último 10 de noviembre. En las cercanías del Coliseo, las y los campesinos podían estar tranquilos, que allí nadie los iba a discriminar ni acusar de “terroristas”. Podían hablar de política a los gritos y no ahorrarse insultos para la autoproclamada Áñez y el ahora candidato presidencial Luis Fernando Camacho. Mientras hacían fila para entrar, tres ancianos debatían:

-Todos los de la derecha se quieren adueñar de nuestras riquezas para venderlas a otro país.

-¡Así es!

-¡Tenemos que levantarnos!- gritó uno de los tatas.

Cada tanto, las voces quedaban tapadas por el ruido de helicópteros del Ejército, que sobrevolaban  la zona de cerca.


Críticas y arrepentidos

Bolivia hoy: El congreso del MAS por abajo y por la unión

En los últimos años, se había instalado en el imaginario boliviano la idea de que Evo era un personaje dictatorial. El mismo Morales contribuyó a cimentar esta imagen, al desobedecer el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016. Según esos comicios, él no tendría que haberse postulado a las elecciones del 20 de octubre pasado, que ya fueron anuladas por la Asamblea con mayoría del MAS.

Pese a su fama de autoritario, Evo abandonó de inmediato la Presidencia cuando el golpe lo puso en jaque. Eso desconcertó a los golpistas, quienes esperaban que sanguinariamente se aferrara a su cargo. De modo que este “caudillo” se fue al exilio y sus bases, desde senadores y diputados hasta centrales campesinas, tuvieron que ver cómo arreglárselas sin que Morales les dijera qué hacer. En ese plan estaban ayer, cuando iniciaron el Ampliado.

Desde el comienzo de la reunión hubo abucheos a las intervenciones de algunos dirigentes. Entre diferentes sectores del MAS se echaban la culpa por no haber actuado correctamente ante el golpe de Estado. Consideraban que se podría haber hecho más para defender al gobierno de Evo. A lo largo de la tarde, por medio del debate se intentó aunar las posiciones que estaban enfrentadas. En cierta medida se lo logró, aunque el cierre de este encuentro estuvo a cargo de Juan Carlos Huarachi, el secretario general de la Central Obrera Boliviana (COB). Sí, esa misma que el día del golpe, con la Policía sublevándose en todo el país y con el Ejército lustrando sus botas, se sumó a los golpistas para pedir la renuncia de Evo. Huarachi pidió disculpas por lo que consideró “un error”, pero con ello no logró disminuir la silbatina y la rechifla generalizada.

Sin la presencia de Evo, que estaba en cada detalle del partido, quedó al descubierto una militancia decidida a representarse a sí misma.


Desde abajo

En 2009, fracasó el intento de golpe de Estado cívico prefectural urdido por las autoridades de la Media Luna, como se llamaba a esa mitad del país confabulada. En ese momento, los militares apoyaron a Morales, lo cual determinó su victoria. Pero una vez derrotados sus enemigos, Evo se encontró con un gran territorio, como los departamentos de Santa Cruz, Beni y Pando, donde el MAS aún no tenía llegada. Por ello, Morales optó por realizar alianzas con políticos de derecha, que permitirían al oficialismo asentarse en las Tierras Bajas.

En las organizaciones campesinas sienten que fueron relegados de la administración pública cuando Evo empezó a darle prioridad a “los invitados”, como le decía a esos políticos de derecha que fueron poblando el MAS.

Ayer, en el Coliseo, una dirigenta de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa” (CNMCIOB “BS”) tomó el micrófono para pedir “no aceptar más a los invitados. Porque ellos lo han traicionado al hermano Evo. Y en las reuniones nos han discriminado”.  

Para las elecciones de 2014, en varias partes de Bolivia las bases habían elegido a sus candidatos para diversos cargos. Pero en muchos casos, Morales terminó designando a otras personas, que no agradaban a las poblaciones locales. Muchas organizaciones obedecieron el mandato presidencial. Pero otras fueron con sus propios candidatos a sumarse a partidos de la oposición.

Para que no se repita este error, una dirigenta campesina de Pando reflexionó que “las bases deben elegir a los candidatos. Ya no podemos dejarnos imponer candidatos desde arriba”. Ella aseguró que si la elección de candidatas y candidatos respeta al clamor de las bases, “vamos a tener una victoria contundente. Esa va a ser nuestra forma de honrar a nuestros muertos”.

Si logra rearmarse, el MAS tiene grandes posibilidades en las próximas elecciones. El dúo golpista de Camacho y Marco Pumari se rompió, porque los dos quieren ser candidato a Presidente. Pero el exlíder cívico cruceño no tiene proyección nacional. Su ámbito de influencia se limita, por ahora, a su tierra natal. Lo mismo le pasa a Pumari, quien difícilmente consiga un voto fuera de Potosí. Con la fragmentación que quedó en el campo político de derecha extrema luego del golpe, los únicos que pueden aspirar a captar al 30 por ciento del electorado son el excandidato Carlos Mesa y el MAS.

Resoluciones

Luego de horas de debate, en el Coliseo fue leído un documento que fue aprobado por aclamación, en el cual califican al gobierno interino de Áñez como una “dictadura fascista racista”.

Convocaron a “mantener la unidad granítica de todos los movimientos sociales, militantes y simpatizantes de las organizaciones sociales, para organizar la victoria del pueblo boliviano en las elecciones de 2020. Para eso, se designa al compañero hermano Evo Morales Ayma como jefe nacional de la campaña del MAS-IPSP (Instrumento Político para la Soberanía de los Pueblos)”.

Asimismo, exigieron a la Asamblea Legislativa Plurinacional “instaurar el juicio de responsabilidades contra Jeanine Áñez Chávez, Presidenta autoproclamada, por la comisión de delitos de lesa humanidad”. En este sentido, indicaron que también deben presentarse a declarar los ministros que nombró Áñez, así como las cúpulas de la Policía y las Fuerzas Armadas.

Por su parte, las organizaciones sociales presentes se comprometieron a bajar a sus comunidades para compartir los avances y determinaciones dirigidas a reconstruir al MAS.

Para cerrar el encuentro, la concurrencia gritó varias veces: “Patria o muerte/ Venceremos”, frase que ya no repiten más los policías y militares, por orden de Áñez.

Terminada esta comunión, las diez mil personas que llenaban el Coliseo salieron a la intemperie, donde aún los esperaba dando vueltas un helicóptero del Ejército. Detuvieron su descenso por la colina de La Coronilla para alzar sus puños al cielo y gritarle al aparato: “¡Fuera!”. Este “fuera” -que iba acompañado de una serie de improperios que es mejor no repetir- condensaba la rabia contenida de un pueblo que, si sigue unido, “jamás será vencido”, como cantaban bajando y con sus wiphalas al viento.

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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