CABA
Andrea Álvarez: A los golpes
Compositora, baterista y cantante, transita el mundo del rock desde hace varias décadas con estilo personal. Con un trío propio y nuevo disco, sigue dando batalla a los prejuicios. Una historia con sudor y lágrimas, pero con final feliz.
Si algún productor televisivo ideara un programa que bien podría llamarse El gen rockero, Andrea Álvarez sería una de las grandes favoritas para quedarse con el galardón del rubro femenino. Es que, lejos de la suave pátina folk de emblemas como Fabiana Cantilo, Hilda Lizarazu o Celeste Carballo, supo forjar su destino castigando baterías y sets de percusión en Divididos, Soda Stereo, Attaque 77, Charly García, Tito Puente y Celia Cruz, entre otros. Entre alumno y alumno, Andrea se hace un hueco en su sala de ensayo de Almagro para recibir a mu. Sin ocultar la excitación que le provoca Mothership, el último compilado de Led Zeppelin, da indicios de por qué toca con la rabia del fallecido Jason Bonham: “¡Hacía cosas increíbles! Hay cosas suyas que después se convirtieron en material de estudio”.
La recta final del año, que cierra el 20 de diciembre en Plasma, la encuentra fogueando al potente power trío solista que comparte junto al guitarrista Mauro Quintero y al bajista Nano Casale. Junto a ellos descarga la electricidad de ¿Dormís?, el disco que la consolida como compositora, baterista y cantante, después de haber compartido escenario con varias figuras del rock local. “Empecé con Lito Vitale y formé parte del grupo mia. Después, a los 18, hicimos Rouge con Claudia Sinesi y María Gabriela Epumer, que derivó en las Viudas e Hijas de Roque Enroll. Como ensayábamos en la sala de Nito Mestre nos venían a ver todos los músicos porque llamábamos la atención”, repasa Álvarez, que vivió tres años en Nueva York (“Allá pude ver grosos como Miles Davis o Stevie Wonder”). Andrea recuerda que de chiquita le llamaban la atención actividades “con poder físico” como el atletismo y los deportes extremos. Eso, combinado a su primer disco de los Beatles y con impacto que le causaron mujeres tras los parches, como Karen Carpenter y Liliana Vitale, hicieron el resto.
¿Qué opinaban tus padres de tener una hija música y baterista?
Es que yo soy muy testaruda y era imposible no darse cuenta de que era lo que yo quería, entonces iba a llevar mi deseo hasta las últimas consecuencias. Quizá con otro tipo de familia no lo hubiese podido hacer hasta más grande. En esa época estaban los militares, así que la música era mi lugar de resistencia, por eso creo que me lo permitieron mis viejos.
¿Creés que la mujer se relaciona distinto con el oficio?
Me parece que, como el varón se compromete más con la parte profesional, queda bien que relegue su parte afectiva por la música. Si una mujer hace lo mismo, está mal visto y se la hace sentir muy sola, como si fuese una persona fría. Porque las mujeres somos educadas para ser queridas, nos hacen ejercitar la vanidad y todo eso, y cualquier gesto de desaprobación nos duele y terminamos por amoldarnos a los parámetros normales.
Para vos, que empezaste hace mucho, ¿se redujo el grado de machismo en el rock?
No mucho. Lo que pasa es que ahora hay más mujeres músicas. Puede ser que ahora la mujer esté más aceptada, pero las que son dominantes o más autosuficientes, que compiten de igual a igual, no. Sin embargo, en los compañeros músicos no hay una desaprobación muy grande. Creo que quizá pasa más en el público o en ese periodismo que gusta de las mujeres pasivas o del estereotipo Julieta Venegas. No es que me disguste ella como artista, hace buenas canciones, pero creo que no es rockera. A lo que voy: ellos, mientras la música sea “de minitas”, está todo bien. Por ejemplo, el último álbum de pj Harvey es tranquilo, pero tiene una intensidad rockera y un riesgo artístico como tiene Björk, otra artista de rock. Pero bueno, ahora parece que Avril Lavigne es lo rockero cuando es una publicidad de una boutique de la calle Santa Fe.
¿En qué actitudes el rock es machista?
El otro día estaban ensayando acá al lado The Beladies, unas chicas que tocan temas de los Beatles, y los que estaban escuchando se sorprendían porque las minas tocaban bien. Otra cosa; a las mujeres siempre les quieren pagar menos. Y también se les exige menos. Si una mina está buena, dentro de esos parámetros sociales, no importa nada más, ya está bien. Incluso puede ser perdonada por el mayor intelectual. Si la minita es bonita y toca así nomás, está bien. Esa misma mina, siendo varón, ni siquiera llamaría la atención.
¿Cómo lograste que te respeten en el ambiente del rock?
Me costó 25 años. Mi personalidad nunca dio lugar al verdugueo, me peleé con todo el mundo y lloré. Pero soy muy buena compañera de laburo y tengo mucha comunión con el género masculino. El problema es con los mononeuronales. Ojo, también hay mononeuronales mujeres y me duele mucho cuando las veo, pero los que ocupan espacios de poder en el negocio de la música, son hombres. A veces tenés que tratar con incultos, con tipos que no tienen ningún tipo de nivel, y hay que hacerse la pelotuda, porque si te mostrás autosuficiente no les sirve. Necesitan sentir que te están haciendo un favor y es realmente agotador actuar de boluda.
¿Existe una forma de tocar femenina?
Tenemos otra forma de comunicarnos para todo. Por eso, cuando una mujer hace bien las cosas, tiene mucha más gracia que un hombre, más magia. Creo que una toca de acuerdo a su personalidad. Una mujer dominante toca de una forma y una mujer pasiva, de otra. No tiene que ver con la fuerza física, sino con el encare. Los tipos igual: un gay no asumido toca de determinada manera. Yo me doy cuenta de todo, quién es trolo, quién machista, quién curte bien, quién curte mal…
La escena de las groupies esperando a los músicos después del show, ¿se da a la inversa?
A mí me pasó muy pocas veces. A la mujer le gusta más levantarse a un músico varón porque le cuesta comprometerse con su propia proyección. Entonces proyecta siendo acompañante del otro y lo hace perfecto. Después le pasa la factura, porque lo hace estrella, lo ayuda a vestirse, lo pone lindo, lo maquilla, y cuando el chabón se aburrió, le pasa la factura. Claro, le dieron su vida y su energía en lugar de hacerlo para ellas. En cambio, al hombre le cuesta más acompañar. A veces te das cuenta de que les gustás pero no se animan a venir a decírtelo o a invitarte abiertamente, como lo hacen las chicas que van, se quedan y piden por favor pasar al camarín. Aunque, si bien van con una determinación, actúan de pasivas porque para el varón eso es como un trofeo. No creo que para la mujer.
¿Por qué aparecés desnuda en la tapa de tu último disco?
Cuando lo grabé estaba muy en carne viva porque me pasaron muchas cosas y me hice más cargo de mí misma; acepté mi persona y lo que soy como ente, a todo nivel. Me parece que necesité representar esa angustia, esa soledad y esa desnudez. En realidad, iba a ser distinta esa tapa. En la original, iba a estar en un quirófano, llena de marcas, para hacerme una cirugía estética. Como a punto de cometer una equivocación. La foto es una reacción a la mujer que te están mostrando, al estereotipo que quieren imponer. Yo quiero una mujer como yo, que tenga mi edad y no esté tapada de colágeno aparentando que tiene 20. Se puede estar bien sin tener nada, sólo una luz de tubo y sin photoshop. Yo estoy en contacto con muchas chicas, y las que tienen la misma edad de las que aparecen en las revistas se sienten ofendidas y mal representadas. Si por lo menos fueran actrices porno, que tienen actitud, todavía… pero son unas frígidas que responden al deseo ajeno del capitalismo. Yo digo, en vez de gastarse la plata haciéndose las tetas, ¿por qué no hacen un viaje a Europa? O que se compren una batería.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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