CABA
Expresión de libertad: seis años de El Ciudadano, de Rosario
Vivieron 18 años con distintos dueños, soportaron múltiples cierres, padecieron despidos y vieron pasar a un empresario de medios, al presidente de Newell’s y a Cristóbal López. Hoy son más de 50 trabajadoras y trabajadores que sostienen el tercer medio más leído en Rosario detrás de dos monopolios. Desafíos, risas, conflictos y huevazos. Por Lucas Pedulla.

La imagen no es de Orson Welles, aunque la diagramadora Georgina Rantica la narra como si fuera un guion cinematográfico:
Escena uno: “Imaginate de estar muy cómodos en una redacción…”.
Escena dos: “… a llegar un día con las oficinas cerradas…”.
Escena tres: “… y tener que prender fuego gomas, cortar la calle…”.
Escena cuatro: “… hasta que en un momento me encontré tocando un bombo gigante en la peatonal…”.
Escena cinco: “… tirando huevos…”.
Escena seis: “… estando bajo la lluvia 12 horas con la batucada, con pancartas, y tomando la Secretaría de Trabajo de Rosario”.
En seis actos, esta trabajadora de 54 años borda un travelling que sirve como flashback para el inicio de esta historia que se empezó a contar a sí misma seis años atrás cuando en la página web del diario El Ciudadano apareció una entrada titulada: “Desde hoy caminamos solos”.
Y decía: “No nos rendimos. ¿Sería exagerado decir que El Ciudadano consiguió volverse un ave Fénix? Creemos que no, porque cuando todo se complota para impedir el oxígeno que respira el cuerpo vivo del diario, la acción crucial que nos mueve a comunicar e informar para que se efectivice el bien fundamental de toda sociedad democrática, el derecho a la libertad de expresión, hay un soplo nuevo que levanta los ánimos y el horizonte se tiñe de una sola certeza: tenemos que continuar, la nuestra es otra voz necesaria para que la pluralidad informativa no sea una manifestación de deseo sino una realidad necesaria”.
El texto es la poética con la que más de 50 trabajadores y trabajadoras informaron quizá una de las noticias más importantes de sus vidas, que los tiene como título, bajada y cuerpo: el 30 de octubre de 2016 salieron a la calle con su primera edición autogestiva.
Sin patrón.

¿Amarillo o popular?
El Ciudadano fue fundado el 7 de octubre de 1998 por el empresario Orlando Vignatti, que había sido parte del directorio del Banco Provincial de Santa Fe, dueño de Ámbito Financiero. Silvina Tamous tiene 54 años y entró a trabajar al flamante diario después de una experiencia en La Capital y Radio 2. “El diario surge en un lugar donde las publicaciones están terriblemente concentradas en monopolios, y como una alternativa a lo que había en ese momento que era La Capital. Apareció como un medio distinto, buscando tener agenda propia, una narrativa y una imagen diferentes. El proyecto fue tan exitoso que el dueño, a los dos años, lo vendió a La Capital y lo cerró”.
Salieron a las calles como lo describía Georgina cinematográficamente. Silvina recuerda que, para Rosario, fue una lucha histórica: “Eran acciones muy visibles que no eran común ver en periodistas. La proletarización de nuestro oficio no es algo muy consciente en general, pero la contundencia de la persiana baja hacía ver lo que iba a venir”.
Era el año 2000 y, pese a la crisis que se avizoraba, lograron la continuidad del trabajo, pero ya la planta se había reducido: de 170 trabajadorxs quedaban 100. Lograron que quienes no siguieran pudieran cobrar indemnización, y cuando no la cobraban, retomaban las acciones: “Siempre estábamos en la calle reclamando y eso también tiene que ver con nuestra identidad. Ninguno de los patrones que se sucedieron estuvieron en regla con nosotros”.
El siguiente patrón fue Eduardo López, presidente de Newell´s Old Boys desde 1994 a 2008. En esos 14 años, en los que Rosario vio a tres intendentes distintos y la provincia se dirimía entre Carlos Reutemann y Jorge Obeid hasta la llegada de Hermes Binner a la gobernación, López transcurrió su reinado en Newell´s sin llamar nunca a elecciones. Daniel Schreiner tiene 53 años, hoy es director del diario, y describe: “Fue una continuidad de precarización. El diario siempre fue una suerte de acuerdo tácito entre dueño de turno con gobierno de turno para una equis cantidad de pauta que permitía a ese dueño llevarse una buena tajada e incumplir con requerimientos laborales, no pagar aportes, en una crisis permanente que llevaba a una negociación encabezada por el sindicato para sostener los puestos laborales”.
A nivel periodístico, el diario mutó a un proyecto “más amarillo”, de corte más popular, una búsqueda entre Crónica y Diario Popular. Silvina recuerda: “Es una época que todos putean pero nosotros reivindicamos porque si bien el diario hacía cosas lamentables como ‘la chica de tapa’, cubríamos absolutamente todo lo que refiere a luchas sociales que en los otros medios estaban silenciadas: marchas, despidos, laburantes en riesgo, mucho gatillo fácil. Querían hacer un diario amarillo, pero nosotros lo transformamos en popular”.
La caída de López en Newell´s (en medio de denuncias de corrupción y marchas históricas de hinchas en reclamo de elecciones) significó, también, una nueva caída del diario. “Quedamos en la calle”, resume Daniel. El Sindicato de Prensa de Rosario los apoyó y, en 2009, reapareció Vignatti: retomó a 65 trabajadorxs. Así transitaron los últimos años: “Hasta que nos dijo que el diario ya no tenía futuro. Vignatti vendió entonces en 2015 Ámbito Financiero a Cristóbal López y, en el medio de ese negocio, metió El Ciudadano”.
Llegaron promesas de bonanza, saldar las deudas atrasadas y un horizonte que nunca se cumplió. “Por primera vez en mucho tiempo vamos a poder respirar”, era el comentario de pasillo en la redacción, pero López fue procesado y la justicia le trabó un embargo por 8 mil millones de pesos. Así llegaron hasta octubre de 2016.
Y el ave Fénix voló.

Sobre gritos & risas
Después de cuatro pasamanos distintos, al menos la transición fue pacífica, si es que aplica el concepto para 65 familias cuya fuente de trabajo cerró: la empresa pagó indemnizaciones y les dejó las máquinas. A su vez, había una experiencia reciente que fue inspiradora para los procesos de recuperación en medios: en abril de 2016, Tiempo Argentino se había conformado como cooperativa. Silvina: “Creíamos que otro diario era posible, que podía ser un semillero de pibes que aprendieran. Era un desafío”. La experiencia gremial fue un motor importante: “Fue el gran apoyo. Si no fuera por el sindicato, la cooperativa no existiría”. Daniel coincide: “Esto era impensable sin una experiencia gremial previa. La conducción del diario es la misma conducción sindical de comisiones internas de sucesivos períodos. Hay un espíritu de comunidad. Y asumimos como propia la marca del diario: la sobrevida”.
La recuperación se dio en pleno macrismo: “Teníamos a favor que en Santa Fe estaba el socialismo y que le interesaba que hubiera otra voz dentro de la concentración”. Ese apoyo, además de las máquinas y una sede prestada que funcionó como redacción los primeros años, significó un empujón crucial para un mundo nuevo. Silvina piensa: “Tenemos la estructura de una empresa recuperada: somos los que quedamos. Por ejemplo, yo no sé si era la mejor jefa de redacción, por lo que nos basamos mucho en la capacitación: género y redes, sobre todo. Hoy somos el tercer medio en visitas después de dos multimedios: La Capital y Rosario 3”.
Con la recuperación, también regresaron compañeros y compañeras. Una fue Lucila Demarchi, 36 años: había entrado en 2006, se fue en 2014 con un retiro voluntario y sus compañerxs le ofrecieron volver en 2019. Estaba trabajando en La Capital. Por qué regresar: “Me entusiasmó el proyecto cooperativo, poder tener incidencia en la línea editorial y qué contar sobre los hechos que una elige narrar. Se pueden instalar otras voces y temáticas sin que esté atravesado por lo económico ni los grandes poderes”.
En su última etapa hacía policiales, para La Capital llegó a cubrir el juicio a Los Monos, y regresó al diario cooperativo con una condición: “No hacer policiales ni judiciales. Estaba quemada”. El periodismo sin patrón le dio la posibilidad de decidir qué hacer: hoy es la editora de La cazadora, un suplemento mensual de género, que fue reconocido con el premio Juana Manso de la Municipalidad de Rosario. “Es una linda vidriera de activismo y cuestiones culturales, y ya no el mundillo de abogados”. ¿Esa decisión es parte de otra lógica de trabajo? “Hoy tienen más peso las opiniones de socios y socias. Podemos discutir de otra manera. Incluso el conflicto es distinto. Y eso que discutimos mucho, pero está todo bien: si llegás y estamos gritando, es parte del proceso, pero si llegás y ves que nos reímos, también. Porque además de todo, nos queremos mucho. Lo afectivo atraviesa”.
Lucila se queda pensando: “Eso también es es algo por lo que volví”.

Macri, plata y pasiones
El camino de seis años sin patrón es complejo, sobre todo en un medio de comunicación. “Aprendimos a ser cooperativistas como antes aprendimos a ser sindicalistas”, dice Daniel.
En el medio, la pandemia: “Si me preguntás por Macri, la verdad es que no fue un problema porque era un blanco con el que podíamos construir identidad y hacer tapas fabulosas: no nos dio un peso ni tampoco fuimos a buscarlo. Pero los dos años de pandemia, con Perotti (Omar, gobernador de Santa Fe) y Alberto, fueron peores. No hubo una sola política para nosotros. Nos hambrearon a un punto de saña”. Lo que dice Daniel quedó reflejado en el manejo de la política social durante el confinamiento: mientras el Estado se hizo cargo de hasta dos Salarios Mínimo, Vital y Móvil con el programa de Asistencia a la Producción y el Trabajo (ATP), la ayuda a las cooperativas quedó supeditada a planillas que cada unidad debía presentar para acceder a programas como la Línea 1 ($6.500, aunque luego hubo un aumento por dos meses a $16.500), Potenciar Trabajo ($8.500), o IFE ($10.000). Las empresas cooperativas quedaron fuera del ATP porque este estaba diseñado solo para empresas privadas con empleados en relación de dependencia. Se pagaba entre uno y dos salarios mínimos (mucho más que los otros planes). Además, tampoco podían acceder en plenitud a los otros programas ya que fueron planteados según grados de vulnerabilidad: los programas no se complementan y se dan de baja si algunx de lxs socixs percibe otro ingreso “en blanco”. Esto significó que los multimedios La Capital y Rosario 3 cobraran ATP.
¿Y El Ciudadano? Silvina responde: “Nosotros nada. Si te tiraban algo, te sacaban el salario familiar, con lo cual la pasamos muy mal, porque eso generó mucho conflicto. Fue terrible. Y fue muy malo el trato del Estado a las cooperativas. Estuve en reuniones con el Ministerio de Desarrollo Social, y vos veías tipos que estaban en frontera alfabetizando y no tenían guita ni para alcohol en gel. Hoy, con la crisis que hay a nivel mundial, las cooperativas son el futuro, pero si no fabricás tuercas no entienden qué es lo que hacés, porque los formularios que te dan para aplicar a algún financiamiento están hechos para que pidas una máquina de tuercas”.
Desde esa mirada gremial, que requiere sí o sí una vuelta de tuerca, Daniel subraya también un cambio de lógica: “Hay una crisis del periodismo gráfico, pero también de la prensa y los medios en general, donde el laburo en relación de dependencia está desapareciendo. Los sindicatos tienen cada vez menos afiliados, y eso se va a seguir profundizando”.
En ese marco de crisis del empleo, donde los desafíos del periodismo sin patrón lo cruzan entre la consolidación del sector y la búsqueda de una producción competitiva, El Ciudadano también apuesta a nuevas fuentes de trabajo. Una de ellas es Candela Ramírez, 31 años, que conoció a Silvina mientras realizaba otro medio autogestivo llamado Sin cerco. También sabe lo que implica la crisis en el oficio: su papá es periodista. “Yo tenía muy mal internalizado que los periodistas cambiaban de trabajo todo el tiempo. No lo veía como desempleo, sino que llegaba diciembre y se ‘terminaba el programa’”.
¿Qué significa entonces este puesto de trabajo? “En términos periodísticos estoy en el lugar ideal. Podés sentirte libre. Autogestionar tu trabajo te da otra satisfacción. En otro lugar es otra persona la que se ocupa de que esté tu sueldo, acá vamos juntos, y eso es una forma de protegerte”. Otra posibilidad es ser parte de las discusiones colectivas: “No formo parte de la comisión porque recién ingreso, pero me gustaría. Estoy esperando que llegue el momento. ¿Por qué? Para participar de las decisiones, pensar el camino, la dirección”.
El periodismo siempre es caos y conflicto, y lo cooperativo le suma la complejidad de su organización. Por ende, seis años de periodismo cooperativo -donde ese caos, ese conflicto y esa organización adquieren una dinámica propia, nueva y única- es un recorrido que la diagramadora Georgina piensa nuevamente en otro lenguaje. “Todos estamos atravesados por el amor, el dolor y la pasión que hace que sigamos con esta locura: hace que sigamos amando lo que hacemos. Y disfrutándolo, a pesar de que decimos que estamos todos re locos”.
Y concluye: “El amor es lo que hace que hoy esté El Ciudadano”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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