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34º Encuentro Plurinacional: postales desde el pogo feminista más político del mundo

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A pesar de la lluvia, los alertas meteorológicos y la suspensión del acto inaugural, La Plata amaneció revolucionada con mujeres, trans, travestis, lesbianas y no binaries que están dando vida al 34 Encuentro Plurinacional, único en el mundo. De las aulas repletas en las facultades a las ferias en las calles. De los talleres a cielo abierto a la marcha contra los travesticidios. Voces y fotos que nos grafican una certeza: «El Encuentro es lo que nos devuelve las ganas de seguir peleando».

Cuando Jose llegó a La Plata, en ese preciso momento, el cielo se desplomó sobre ella, su moto, y las once motoqueras que completaban la caravana. Salieron a media mañana desde Independencia y Avenida 9 de Julio, cuando la lluvia dio algo parecido a una tregua que duró poco. Tardaron dos horas, «en el medio paramos a ver cómo nos sentíamos, como estábamos, a abrazarnos un poco, a estirar las piernas. El hecho de estar en moto genera identidad»
Horas después el cielo sigue tronando y quienes iban a estar feriando al aire libre se mueven a pasillos en facultades bajo techo. En mesas, tablones, mantas, se ven libros, comida vegana, parches y fanzines, remeras de fútbol, juguetes sexuales, pañuelos a favor del aborto legal, y un etcétera tan amplio como la creatividad feminista. La feria permite, en muchos casos, viajar a pesar de la crisis. Mariana, de San Luis, trajo remeras estampadas por ella. Es su quinto encuentro y lo define como «lo que le devuelve las ganas para seguir peleando».

34º Encuentro Plurinacional: postales desde el pogo feminista más político del mundo

Foto: Martina Perosa.


Estamos en La Plata, una Ciudad tomada por mujeres, trans, travestis, lesbianas, no binaries, para darle vida al 34 Encuentro, el pogo feminista más político del mundo.
Hasta acá llegaron mujeres trabajadoras estatales de Santa Fe que compartieron micros con docentes de esa provincia. «Pensar un sindicato feminista es hacerlo generando derechos, muchos más», dicen y comparten la urgencia que las trae al debate, una urgencia que no tiene que ver con el trabajo, sino con la vida: «Para la ciudad y la provincia de Santa Fe el tema son los femicidios. Nos están matando. Las leyes no son claras. Es algo pendiente»
Giuliana es de un pueblo de Córdoba y a los ocho años descubrieron que tenía cromosomas XY, testículos no descendidos y vagina. Sin ecografía previa, la abrieron y decidieron extraerle las gónadas. «La pasé mal mientras no supe que era intersex. Cuando en la escuela me explicaban que solo había dos sexos y había una correspondencia lineal entre los cromosomas y los genitales. Cuando a los 13 años yo esperaba mi menstruación y mi mamá me explicó llorando que no iba a pasar ni iba a poder engendrar como si fuera una tragedia irremediable. Me dijo que era un secreto que tenía que guardar para siempre. Más adelante lo empecé a hablar con amigas y en círculos de mujeres. Hasta que encontré la palabra intersexualidad, pensé que era un monstruo. Entendí que lo diverso es propio de la naturaleza».
34º Encuentro Plurinacional: postales desde el pogo feminista más político del mundo

Foto: Martina Perosa.


En tiempos donde las formas de nominar están en el centro del debate, las historias muestran de forma explícita que nombrar es una forma de reconocer.
Cuando la marcha que grita Basta de travesticidios y transfemicidios empieza a recorrer la ciudad, Carola de La Plata agrega: «Que el Encuentro sea acá aporta a visibilizar que nos están matando todos los días, que nuestras compañeras están siendo violentadas y detenidas arbitrariamente. El 80% de las radicadas en esta ciudad somos del cono sur, migrantes. Lo que no se ve, no se nombra, no existe, y acá estamos»
Un pañuelazo se alza y el grito por el aborto legal, seguro y gratuito es un estruendo. Gambu, de 21 años, que llegó a la madrugada, habla claro: «Hemos recuperado la movilización tanto políticamente como socialmente. El movimiento de mujeres y de las disidencia ha sacado esa conclusión: en las calles es donde ganamos».
34º Encuentro Plurinacional: postales desde el pogo feminista más político del mundo

Foto: Martina Perosa.


Ya no llueve y la calle se llena.
«Cada vez somos más y los espacios quedan chicos», dice alguien.
La calle, mojada, ventosa, fría, de charcos anchos imposibles de cruzar sin sumergir pies, dedos y tobillos.
La calle, de cuerpos miles con paraguas, bolsas de chalecos, pilotos de colores, camperas, capuchas, zapatillas en el agua.
La calle que pregunta dónde vamos.
La calle, el único espacio que parece capaz de ser escenario de una marea que sube sus olas y se desparrama por la Ciudad.
34º Encuentro Plurinacional: postales desde el pogo feminista más político del mundo

Foto: Martina Perosa.


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Foto: Martina Perosa.


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Foto: Martina Perosa.


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Foto: Martina Perosa.


34º Encuentro Plurinacional: postales desde el pogo feminista más político del mundo

Foto: Martina Perosa.


34º Encuentro Plurinacional: postales desde el pogo feminista más político del mundo

Foto: Martina Perosa.


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Foto: Martina Perosa.


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Foto: Martina Perosa.

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Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

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En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).

Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.

Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo. 

Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.

Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.

Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.

Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.

El video de 3,50 minutos

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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