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#AbsoluciónParaMarian: la apelación al fallo de la vergüenza

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La joven condenada por besarse en la estación de Constitución en 2017 apeló la sentencia de la jueza Marta Yungano que la condenó a un año en suspenso por “resistencia a la autoridad y lesiones leves”. Los detalles de la apelación. Los argumentos de por qué fueron erróneas las aplicaciones de los artículos del Código Penal. Y el abrazo social que acompañó a Marian a Tribunales: “Trato de exponerme o dar la cara porque, si no, queda en la nada como tantos otros casos y situaciones. Es lo único que pude hacer para tener algo de respuesta”. El texto completo.

“Esperamos que lleguemos a la absolución”, dice Marian Gómez mientras camina hacia Paraguay al 1500, en la Ciudad de Buenos Aires, donde presentará junto a su abogado Lisandro Teszkiewicz y su esposa Rocío Girat, la apelación al fallo de la jueza Marta Yungano.
El 28 de junio, el Día Internacional del Orgullo, la jueza del Tribunal Oral en lo Criminal N°26 de la Ciudad de Buenos Aires condenó a un año de prisión en suspenso y a pagar los costes del juicio a Mariana Gómez por resistencia a la autoridad y lesiones leves. El 5 de julio se entregaron los fundamentos y hoy, el primer día después de la feria, presentaron la apelación.
De víctimas a sobrevivientes
Marian y Rocio se conocieron en 2014 en el living de un programa televisivo al que fueron a exponer sus historias para batallar contra la justicia que es injusticia.
Marian, junto a sus hermanas Maira y Luana, fue abusada a lo largo de más de una década por su padrastro y el padre de este, Guillermo y Osvaldo Sosa, quienes fueron condenados mediante un juicio abreviado por el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Azul a 8 años de prisión, gozando al momento de la condena del beneficio de la prisión domiciliaria en Olavarría, misma ciudad en la que vivía Mariana.
Rocío fue abusada por su progenitor, Marcelo Girat, sistemáticamente entre sus 13 y 17 años: el Tribunal en lo Criminal Nº 3 de Mar del Plata lo condenó a 14 años de prisión. De todos modos, un fallo de la Sala 1 de la Cámara de Apelaciones y Garantías en lo Penal de esa ciudad había hecho lugar a un recurso de la defensa y le había otorgado prisión domiciliaria.
“Me vine de Olavarria a Buenos Aires con otro eje y objetivo, y termina pasando esto”, dice Marian camino a presentar la apelación. “Me tengo que exponer nuevamente en experiencias personales porque el Estado está ausente. No creo en lo que se llama justicia argentina. Sí puedo llegar a creer en una condena social. Trato de exponerme o dar la cara porque, si no, queda en la nada como tantos otros casos y situaciones. No me queda otra porque, si no, nadie hace nada. Así terminas optando si queres ser víctima o sobreviviente. Sobrevivir es  todos los días y ser víctima es cuando alguien tiene poder sobre vos. Es difícil pero lo principal es hablar, poner nuestros problemas en voz alta. Hay que exponerse, aunque no es nada grato. Es lo único que pude hacer para tener algo de respuesta”.
Cuando Marian llega al tribunal, la calle la abraza y grita por su absolución. Luego, se besarán con Rocío y el grito desde quienes las acompañan será el pedido de destitución para la jueza Yungano.
La apelación
El 2 de octubre de 2017 Mariana Gómez y Rocio Girat hablan, se besan y fuman un cirgarrillo en la estación de trenes de Constitución. Un empleado de Metrovias se acerca y le dice que lo apague. Mariana le contesta que no hay ningún cartel que lo prohíba. El empleado entonces llama al policía Jonatan Rojo, que la trata de “pibe” y la anota como “soltera”, a pesar de que Rocio le dice que es su mujer. Luego llega la oficial Karen Villareal. Con forcejeos la arrestan y llevan hasta la oficina de la Policía de la Ciudad de la estación Boedo de la línea E. Estuvo detenida siete horas en las que se tuvo que desnudar para que la revisen. La acusaron de resistencia a la autoridad y lesiones graves. María Fontbona de Pombo, jueza de instrucción, la envió a juicio. Y la jueza Marta Yungano la condenó “a la pena de un año de prisión cuyo cumplimiento se deja en suspenso y al pago de las costas procesales, por hallarla autora penalmente responsable del delito de resistencia a la autoridad en concurso real con lesiones leves agravadas por tratarse la damnificada de personal policial” –
En la apelación el abogado Lisandro Teszkiewicz solicita la absolución de Marian “por errónea aplicación de la ley sustantiva”. Los motivos que detalla en su escrito:

  • Error en la aplicación de los art. 72 y 89 del Código Penal. Sobre la acusación de lesiones leves por el tirón de pelo a la oficial Villareal, el texto explica que no se puede llevar adelante esa denuncia porque no la impulsó la misma oficial. Dice: “En tanto no exista un impulso efectivo de la supuesta víctima, agregando como excepción cuando existan razones de seguridad o interés público”. Y agrega que no se encuentra “esa voluntad exteriorizada de instar la acción penal por parte de Karen Villarreal, ni en su declaración policial, ni en su declaración ante la primera instancia, ni en su declaración en el debate”. Con respecto a la posibilidad de que existan razones de seguridad e interés público, puntualiza: “Por su parte la fiscalía no aportó al debate elemento alguno tendiente a probar o argumentar la posible existencia de razones de seguridad o interés público, que permitan tener por acreditada la excepción que habilita la suplantación de la víctima por el perseguidor estatal, para instar la acción de oficio”.
  • Error en la aplicación de la Ley C.A.B.A. N° 1.799 y de la Ley Nacional N° 26.687. Sobre la acusación de resistencia a la autoridad, en la apelación se detalla que la jueza se basa en que atenderse a la Ley Nacional N° 26.687, «que prevé sanciones para las personas fumadoras”, mientras que el abogado especifica que debe basarse en la Ley local N° 1.799, “que no habilita ni la detención, ni la demora, ni la identificación de la persona presuntamente infractora”. Y agrega: “De la propia normativa queda claro que las opciones legales de actuación para el Oficial de Policía Rojo no incluían el arresto, la detención o tan siquiera la identificación de Mariana Gómez, si no la invitación a apagar el cigarrillo o retirarse del lugar”.

En la apelación se cita el informe «Violencia contra Personas Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans e Intersex en América» elaborado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en el que se detalla la manera sistemática en la que se repite en todo el continente la violencia institucional sobre las disidencias. El procedimiento recurrente que se describe:

  • Inicia con una acción abusiva de integrantes de una fuerza policial o de seguridad, movida por estereotipos de discriminación u odio de genero u opción sexual;
  • Esa acción abusiva es convalidada por la autoridad judicial o política, sea por avalar sus motivaciones, sea por encubrir las prácticas abusivas, sea por una combinación de ambas;
  • Como consecuencia se inician causas penales contra quien fuera víctima del abuso policial imputando delitos menores o de mera desobediencia, prolongando su tramitación en el tiempo, manteniendo a la persona sometida a proceso;
  • Finalmente se dictan sentencias ejemplificadoras o estigmatizantes, con gran difusión pública, que llevan por objeto el disciplinamiento social del colectivo.

Todo lo sucedido en estos dos años desde la detención de Marian en Constitución aplica perfectamente a la descripción de la CIDH. “Existe un accionar sistemático de nuestras instituciones cuando se enfrentan incidentes de violencia de género y/o de violencia institucional, y lo sufrido por mi defendía califica para ambas”, dice el abogado en la apelación.
Y finaliza: “La detención de Mariana Solange Gómeza efectuada por el Oficial Jonatan Maximiliano Rojo cuando intentaba retirarse del “Domo” de la estación Constitución, fue una agresión ilegitima, a la que mi defendida tenía derecho a repeler, así lo demuestra la prueba, y así lo establece la legislación aplicable. Sobre la lesión leve sufrida por la Oficial Karen Roxana Villareal la vindicta pública no tenía habilitada la persecución en tanto la acción no fue instada por la supuesta víctima, ni entraña en si misma un riesgo a la seguridad o al interés públicos. Solo la ausencia de perspectiva de género en el proceso puede haber permitido llegar a este punto luego de veintidós (22) meses. Tiene ahora el Tribunal la oportunidad de volver las cosas a su cauce natural, reafirmar el imperio de la Ley y hacer justicia, absolviendo a Mariana Solange Gómez”.
Mientras tanto la calle canta: “Para Marian la absolución, para Yungano queremos destitución”.

La apelación completa

 
 
 
 
 
 

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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