Nota
Otro año sin ley: todo lo que pasó desde que 38 senadores votaron a favor del aborto clandestino
Desde la muerte de Elizabeth seis días después del rechazo de la Ley de aborto, hasta los médicos denunciados por avanzar con la ILE de una niña de 11 años en Tucumán: de todo lo que son responsables los 38 senadores que votaron a favor del aborto clandestino. Las acciones que siguen reclamando #AbortoLegalYa, y el avance silencioso de proyectos antiderechos en el Congreso durante un año electoral. El 8 de agosto, a un año del rechazo del proyecto que había sido aprobado en Diputados, convocamos a realizar un pañuelazo a las 13 horas en Riobamba 143, CABA.
Seis días después del voto de 38 senadores y senadoras por el aborto clandestino, la colectiva Las Criadas realizó en la puerta del Congreso de la Nación una acción sintética por lo brutal: colgaron en las rejas del palacio legislativo 38 perchas con los nombres de cada uno de los 38 legisladores. La disposición en el espacio público conmociona. Hablan al mismo tiempo pero el tono de sus palabras las convierte en una sola voz, en un mantra, que se repite frente al parlamento: “¿En qué clase de país quieren vivir? ¿En uno sin ley o en uno con derechos? Nosotras ya elegimos: ¡aborto legal ya!”.
Luego, colgaron las perchas.
Cada percha llevaba un cartel.
Cada cartel, un apellido y una frase:
- Urtubey, a favor del aborto clandestino.
- Mayans, a favor del aborto clandestino.
- Elías Pérez, a favor del aborto clandestino.
- Menem, a favor del aborto clandestino.
- Larraburu, a favor del aborto clandestino,
- Bullrich, a favor del aborto clandestino.
Ese mismo día se conoció que Elizabeth, una mujer de 34 años, había muerto en el Hospital Magdalena Villegas de Martínez, de Pacheco, luego de ser trasladada desde el Hospital Manuel Belgrano, en San Martín, por una infección generalizada producto de un aborto clandestino: la joven había llegado con un tallo de perejil en el cuello del útero. Los profesionales de la salud confirmaron que había llegado “con un cuadro grave de septicemia posaborto” y que tuvieron que derivarla a Pacheco porque en San Martín no había camas de terapia intensiva: murió en menos de 24 horas.
El mismo lunes en que se conoció la muerte de Elizabeth, otra joven murió en el Hospital Juan Sanguinetti, de Pilar por complicaciones derivadas de un aborto clandestino. Ambas jóvenes eran de la misma Región Sanitaria de la provincia de Buenos Aires, que no cuenta aún al día de hoy con un Protocolo de ILE que se adapte a lo exigido por la Corte Suprema de Justicia en 2012.
Sin ley ni protocolo: otra muerte por un aborto clandestino en la Provincia
El debate en el Senado había llegado con otro impacto sobre su conciencia. Cinco días antes, Liliana Herrera -22 años, dos hijos- murió por un aborto practicado por yuyos. Nacida en una familia humilde en un paraje olvidado de Santiago del Estero, le negaron una ambulancia porque había un acto gobernante. Fue la segunda de seis hermanas que murió por un aborto clandestino.
Durante el debate de la ley se difundió un dato que da contexto y dimensión: desde el regreso de la democracia más de 3030 mujeres murieron a causa de abortos clandestinos.
La pesadilla tucumana
Si estas muertes impactaron de lleno en el peso del voto de los 38 senadores, Tucumán expuso cómo funciona la máquina antiderechos. A partir del caso de la niña de 11 años que exigió la Interrupción Legal del Embarazo (ILE) -un derecho adquirido desde 1921- producto de haber sido violada por la pareja de su abuela, una trama se desplegó en la provincia que se declaró “Provida” a seis días del debate en el Senado. Esta trama implicó amenazas, médicos que se declararon “objetores de conciencia” en el momento de la ILE y el modo en que funcionarios estatales y judiciales buscaron dilatar el embarazo para prolongar la gestación. La organización ANDHES contó a MU cómo el viceministro de Salud Gustavo Vigliocco, responsable del Sistema Provincial de Salud (Siprosa), le propuso a la madre de la niña construirles una casa si decidían continuar con el embarazo. La promesa se desvaneció cuando la familia avanzó con la interrupción.
El avance de la gestación provocó que la única forma de interrumpir el embarazo fuera a través de una microcesárea, realizada por la pareja de médicos José Gijena y Cecilia Ousset. Ambos fueron denunciados por un grupo de abogados antiderechos, luego de la muerte de la beba que había nacido con 660 gramos. La denuncia fue presentada ante la Fiscalía especializada en Homicidios, cuya titular, Adriana Giannoni, intervino de forma directa en el caso de la niña: no sólo mandó un oficio a los médicos del Hospital Eva Perón (donde estaba internada Lucía) para obstaculizar la ILE, sino que pidió la designación de un defensor oficial para el feto.
Por otro lado, el Encuentro de Profesionales contra la Trotura denunció al gobernador Juan Manzur a la ministra de Salud, Roxana Chahla, y a Vigliocco, entre otras autoridades políticas y sanitarias de la provincia, por impedir el acceso al aborto legal a la niña y someterla a “tratos crueles o degradantes y tortura”. Los abogados precisaron a lavaca que los embarazos forzosos están previstos en el Estatuto de Roma como delitos de lesa humanidad.
Otro dato que grafica la situación: según la Dirección de Estadísticas e Información de Salud (DEIS), 137 niñas fueron madres con menos de 14 años en Tucumán.
#NiñasNoMadres: denuncia contra Manzur y otras autoridades políticas y sanitarias por tortura
Provincia antiderechos
En la provincia de Corrientes por día nacen diez bebes de madres que tienen entre 15 y 19 años. Es “territorio próvida” y, claro, es una de las siete provincias que no adhirió al “Protocolo para la atención integral de las personas con derecho a la interrupción legal del embarazo”.
En ese contexto una adolescente embarazada, abusada desde los 13 por su padrastro, madre de un hije de dos años del abusador, se presentó ante la jueza de familia Marta Legarreta de la ciudad de Paso de los Libres para solicitar interrumpir el embarazo.
La jueza, que en una entrevista periodística se justificó diciendo “Esto es Corrientes”, realizó una nota al hospital para que garanticen la interrupción aunque en casos de aborto no punible no es necesaria la judicialización. En el hospital le hablaron de “los riesgos” de realizar la interrupción. Días después de nuevo en el juzgado dijo que quería darlo en adopción. Fue entonces cuando la jueza, que denunció al padrastro de la adolescente por abuso sexual, autorizó la “adopción prenatal”, una figura que no existe en la legislación vigente.
“Bienvenida la adopción prenatal” tituló una columna el Diario La Nación días después de que se conociera el caso. “Como persona humana, sujeto de derechos, desde su concepción recibió el beneficio de la adopción, que preservó precisamente el primero de sus derechos: el derecho a la vida”, dice la columna siguiendo el eje discursivo de los sectores antiderechos.
En la misma línea, Cynthia Hotton, precandidata a vicepresidente del Frente Nos que lleva como precandidato a presidente a Juan José Gómez Centurión y se pesenta como “la opción celeste”, dijo que su partido impulsará un proyecto de ley en Diputados que permita la “adopción prenatal”.
Los proyectos antiderechos
En marzo, el Gobierno nacional envió al Congreso el anteproyecto del Código Penal y desató las críticas de derechos humanos por restringir aún más el acceso al aborto. Entre los puntos más oscuros y peligrosos, introduce la figura de “aborto culposo” y el delito de “lesión a la persona por nacer”. El texto limita así el acceso aun contemplado en el viejo Código de 1921 y en la interpretación del fallo FAL de la Corte Suprema de Justicia.
Dos ejemplos:
- Una de las figuras más polémicas del nuevo Código es la incorporada según el artículo 87, que habla del “aborto culposo” en los siguientes términos: “Se impondrá prisión de uno a tres años al que con violencia causare un aborto sin haberse representado esa consecuencia, si el estado de embarazo de la mujer fuere notorio o le constare”. Diversas organizaciones sostuvieron en un documento en octubre – cuando se difundió el borrador del Anteproyecto- que “el aborto culposo es una figura de muy escaso uso en la legislación comparada”. Es decir, ni el mundo se animó a tanto.
- El artículo 88 es el que termina de encender las alarmas. Según el Código Penal vigente “la mujer que causare su propio aborto o consintiere que otro se lo causase” puede ir de 1 a 4 años presa. Si bien el anteproyecto actual reduce a 3 los años de prisión, le da un inédito margen de parcialidad a los jueces que definen la pena. Es entonces cuando se agrega que “el juez podrá disponer que la pena se deje en suspenso o eximirla de ella, teniendo en cuenta los motivos que impulsaron a la mujer a cometer el hecho, su actitud posterior, la naturaleza del hecho y las demás circunstancias que demuestren la inconveniencia de aplicar pena privativa de la libertad”.
En ningún otro artículo del Código Penal aparece la posibilidad de que una jueza o un juez tome la decisión de perdonar o no a quién cometió un delito con las consideraciones vagas que permite en el caso del aborto. La abogada especialista en derechos humanos Verónica Heredia enfatiza a MU: “No hay ninguna norma en el Código Penal que habilite al juez a poner o no pena de esa manera. En el derecho penal, como es lo más gravoso que le pasa a una persona, tiene que estar todo muy específicamente establecido y acá se le está dejando a un juez abierta la posibilidad para que determine si le corresponde o no la pena. Quieren evaluar quién sos, por qué lo hiciste y si merecés o no que te perdonemos. Volvemos a la inquisición”.
La ofensiva antiderecho también se explicitó en mayo en la Cámara alta. Dos senadoras (Ada Rosa del Valle Itúrrez y Silvia Giacoppo) y un senador (Claudio Poggi) buscaron lograr dictamen en la Comisión de Legislación General del Senado de tres proyectos antiderechos para modificar el Código Civil y Comercial e introducir la figura de “adopción de personas por nacer”. Si bien los textos se unificarán, la discusión volvió a asesores. El contexto de esta avanzada: el 28 de mayo se presentó por novena vez en la historia la ley de IVE. Itúrrez de Cappelini, presidenta de la Comisión, se identificó “próvida” y reconoció a lavaca: “Este proyecto es para evitar el aborto”.
Alerta: un proyecto en el Senado busca introducir la figura de «adopción de personas por nacer»
Por otro lado, y a contramano de estas iniciativas antiderechos, también en Senadores se presentó un proyecto para reparar a lxs niñxs afectadxs por la muerte de su madre causada por un aborto. Fue el 13 de junio, mismo día que el año pasado se obtuvo la media sanción, y lo hizo la senadora Nancy González (Frente Para la Victoria – PJ). Allí anunció que la Ley busca “reconocer y reparar a los niños, niñas y adolescentes cuya progenitora o persona gestante haya resultado muerta como causa de embarazo finalizado en aborto”. La norma propone crear un régimen de reparación económica para les menores de 21 años o personas con discapacidad, que debe ser abonada por el Estado Nacional mensualmente por un valor equivalente a un haber jubilatorio mínimo. “Las estadísticas muestran que estas muertes se producen mayoritariamente en familias vulnerables, y menos en familias donde pueden pagar y está todo controlado”, agregó la Senadora González en diálogo con MU.
El porqué del proyecto es el grito de la calle: “Estamos convencidos de que el Estado es responsable”.
La alfombra verde
Ana María Acevedo tenía 19 años y tres hijos cuando le diagnosticaron un cáncer en la mandíbula. Tiempo después supo que estaba embarazada. Su caso entraba dentro de las causales que contempla el aborto no punible en Argentina, pero los médicos del Hospital Iturraspe, en Santa Fe, se lo negaron. En abril de 2007, los médicos decidieron adelantar el parto y realizarle una cesárea por su pésimo estado de salud. Llevaba 22 semanas de gestación.
La beba murió a las 24 horas.
Y Ana María, también, el 17 de mayo de 2007.
Su mamá, Norma Cuevas, viajó al Festival de Cannes junto al director de cine Juan Solanas para la presentación de la película “Que sea ley” que retrata la movilización social para pedir por la legalización del aborto. La única película que representó a Argentina en el Festival fue exhibida en las Proyecciones Especiales.
La noche fría de la votación en el Senado Juan estuvo en la calle. Cuando 38 senadores votaron que el aborto siga siendo clandestino supo entonces que, más que nunca, lo que venía filmando iba a ser una película. “Después de Senadores filme muchísimo más ya con el propósito de hacer esta película absolutamente política. También con una idea muy clara: que la película muestre la realidad. Para mí la realidad es indiscutible. Yo no quería ni quiero hacer un panfleto, no es necesario; cuando escuchas a una chica que te cuenta su historia lo que te queda es cerrar la boca y abrazarla, no hay nada que decir. Filmé esa realidad”.
Candidatos pro aborto clandestino
Varios de los 38 senadores que votaron a favor del aborto clandestino se presentan para renovar bancas o a cargos ejecutivos este domingo en las PASO.
Algunos de ellos y fragmentos de sus discursos durante el debate:
- Alfredo De Angelis.
Candidato a Senador Entre Ríos. Juntos por el Cambio
“Digo esto, porque los que venimos de una familia numerosa, como tantas familias –en el caso mío, de diez hermanos– valoramos mucho el encuentro. Valoramos mucho el encuentro familiar. Y lo vemos en el interior profundo de nuestras provincias, a esas familias numerosas donde jamás se le pasó por la cabeza a la madre abortar a un hijo. Y lo criaron con humildad, le hacían la ropa, no tan prolija, pero nos vestían. Y vuelvo de vuelta: ¿cuántas veces a mi madre la vi sentada frente a la máquina de coser haciéndome la ropa o haciéndonos el pan casero, porque éramos muchos y no alcanzaba? ¡Dos o tres amasijos por semana! ¡No nos dejaba faltar nada! Y jamás se le hubiera pasado por la cabeza –como a mi madre, a tantas otras madres– practicar un aborto. Y no era porque eran religiosas, no era por eso; era por la dignidad de ser madre”.
- Silvina García Larraburu.
Candidata a Senadora por Río Negro. Frente de Todos
“Y hace poco, en estas charlas que tengo cuando recorro los barrios, estaba conversando con una vecina de un barrio carenciado de mi ciudad; no voy a dar su nombre porque creo que no corresponde. Tiene cuarenta y siete años y está transitando su embarazo del noveno hijo. Yo le decía “Lali, ¿te parece, en esta situación?” Y me decía “Es lo único que tengo, Silvina. No he estudiado, no he ido a la universidad. Es lo único que tengo, mis hijos, y son mi orgullo.”
“Un horizonte de grandeza no se edifica prescindiendo del rol fundamental de la familia, y quiero hacer en esto especial hincapié; ni tampoco ignorando la posición esencial que ocupa la mujer en la construcción de una Nación”.
- Juan Carlos Romero.
Candidato a Senador por Salta. Juntos por el Cambio
“También me queda la sensación de que es posible que esta ley no salga, pero con ello no hemos resuelto, ni vamos a tener resuelto mañana ninguno de los problemas que hoy existen con el tema del aborto. Los abortos clandestinos van a continuar. Los riesgos de las mujeres, de las madres, por complicaciones de esos abortos clandestinos van a seguir estando”.
- Adolfo Rodríguez Saa.
San Luis. En junio fue candidato a gobernador por Juntos por la Gente. Salió tercero.
“Yo vengo acá y voy defender mis convicciones; mis convicciones de argentino, mis convicciones de cuyano, de puntano, mis convicciones de peronista y mis convicciones de católico apostólico romano. Defender los derechos humanos también es defender las dos vidas, también es defender al niño que se ha concebido. Y como se ha planteado, ningún derecho es absoluto, pero tampoco puede ser arbitrario”
Nota
Daniel Solano: la Corte Suprema confirmó la detención de los siete policías condenados por homicidio

Los siete policías condenados a prisión perpetua por el asesinato de Daniel Solano, el joven salteño de 27 años desaparecido en Choele Choel el 5 de noviembre de 2011, fueron detenidos tras el rechazo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a un recurso de queja de los efectivos, y así deberán empezar a cumplir la pena en prisión por primera vez desde la sentencia. El juicio concluyó el 1 de agosto de 2018, pero desde entonces los oficiales Sandro Berthe, Pablo Bender, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel, Diego Cuello y Héctor Martínez estaban en libertad, a la espera de la resolución de la Corte. “Nunca los sacaron de la policía: tenían libertad, cobrando sueldo y portando armas”, dice Leandro Aparicio, uno de los abogados de la familia Solano, que subrayó su “satisfacción” por el fallo: “Uno está golpeado, pero esto da energías para poder avanzar. No hay muchos casos que se detengan a 7 policías”.
La desaparición de Daniel se produjo tras un episodio de violencia policial en la vereda de un boliche de la ciudad. Antes había reclamado por su sueldo y el de sus compañeros como trabajadores rurales de la empresa Agrocosecha, tercerizada de Expofrut Argentina. Aparicio: “Fue un homicidio más allá de la desaparición, y fue un homicidio en un contexto de trata de personas, que está denunciada en la justicia federal de Roca, como está denunciado el narcotráfico, pero la causa no se mueve como se debería. Está parada. Pero esto va a servir para darle un impulso a toda esas cuestiones pendientes”.

Entre esas cuestiones, en abril habrá audiencias por la acusación a otros cuatro policías, entre ellos Tomás Vega, a quien la familia lo señala como el “nexo” con la empresa: “Vega estuvo cuando le pegaban a Solano en el boliche. Vio todo eso. Y fue el que estuvo a cargo de la investigación los primeros día de la desaparición”.
Daniel sigue desaparecido. Gualberto, su papá, murió en medio del juicio, sin poder llegar a la sentencia por homicidio, y fue el principal motor de la causa que denunció la desaparición forzada y la connivencia judicial y estatal bajo un reclamo concreto que repitió una y otra vez a lo largo de seis años y medio: “Quiero encontrar el cuerpo y llevarlo”. No se detuvo un día: hizo huelgas de hambre, inició acampes y se encadenó al juzgado para exigir respuestas. Así reveló la trama de explotación laboral en Río Negro, la corrupción judicial que cubrió el caso y logró la detención de los oficiales que hoy están presos. Aparicio lo recuerda: “Nosotros tenemos esperanza de que el cuerpo aparezca. Algún policía capaz que se puede quebrar, o Vega mismo, sabiendo lo que se viene, puede dar información. Hemos hecho lo imposible para que aparezca el cuerpo”.
Compartimos la investigación de MU sobre este caso:
Nota
Sí, podemos: 20 años del No a la Mina de Esquel

Esquel está cumpliendo 20 años del histórico plebiscito en el que por más del 81% de los sufragios la comunidad votó «No a la Mina» y rechazó así la instalación de la megaminería en la región. A qué le dijeron que «Sí», desde la nota histórica que se hizo desde MU en uno de los tantos viajes, el primero, a la madre de muchas batallas.

El 23 de marzo se cumplieron 20 años del rechazo a la megaminería en Esquel, símbolo de lucha contra los proyectos contaminantes, inconsultos, impuestos en silencio y con violencia, y símbolo también de la democracia participativa, la organización y una lucha que se contagió a otros lugares del país.
En estos días hubo recitales, charlas, caminatas, marcha el 23 de marzo, y este domingo culminará la celebración con un ascenso al cerro Calfu Mahuida, un modo de simbolizar ese contacto permanente de la comunidad de Esquel con la naturaleza.
La historia viva cuenta que un puñado de vecinas y vecinos, que fueron cada vez más, comenzaron a reunirse, a estudiar la situación, a ir a escuelas, clubes, barios, difundiendo capilarmente, en una movilización a la vez inmensa, lo que se estaba tramando para hundir a Esquel en la megaminería. El 4 de diciembre de 2002 fue la primera marcha que reunió a más de 6.000 personas. Nunca desde entonces se dejó de marchar el 4 de cada mes.
Esa creación de movilización involucró otro hecho histórico: se había formado la Asamblea No a la Mina, grupo apartidario, horizontal, democrático, diverso, expresión de las nuevas formas de organización social que emergían en el país tras la crisis de 2001.
El mecanismo asambleario en el que participaba todo el que quisiera, llevó a presionar la situación hasta obtener la posibilidad de la que se celebraron ahora 20 años: el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito en el que la comunidad rechazó por más del 81% de los votos al proyecto que intentaban imponer la empresa Meridian Gold y el Estado. Esquel hizo nacer aquel No, pero además generó un contagio en diferentes lugares en que se manifestaban conflictos ambientales en todo el país (Gualeguaychú, Famatina, Andalgalá, como emblemas de una actitud ciudadana no ha dejado de crecer hasta hoy frente a diferentes situaciones territoriales, de salud, y hasta de derechos humanos). Se ponía en foco al modelo extractivo.
Desde aquellos años Esquel ha pasado por situaciones de todo tipo que han sido reflejadas tanto en lavaca.org como en la revista MU:
- la intención de dar vuelta la decisión de la población a través de campañas de acción psicológica y desinformación;
- el espionaje a vecinas y vecinos que integraban la Asamblea, por parte de la AFI, como forma de amedrentamiento y control social;
- las presiones políticas y hasta laborales que sufría toda persona involucrada con el proceso asambleario;
- el contagio fundamental de la acción de Esquel a toda Chubut, que se pobló de asambleas en todo el territorio, incluyendo a las comunidades de pueblos originarios, siempre rechazando los proyectos y negociados minero-estatales;
- las trampas legislativas detectadas cuando se obtuvo la foto del diputado Gustavo Muñiz (del Frente para la Victoria) chateando por celular con el gerente Gastón Berardi de Yamana Gold, la empresa que había asumido el proyecto para impedir y ningunear la Iniciativa Popular presentada por la ciudadanía para que se convirtiera en Ley;
- las represiones a los manifestantes en Rawson, cuando la lucha debió concentrarse en la capital provincial; el acoso mediático a toda esta movida en defensa de la naturaleza por parte de buena parte del sistema mediático, dependiente de pautas publicitarias estatales y privadas.
- Y, por nombrar algo de lo más relevante en los últimos tiempos, el Chubutazo, o “Chubutaguazo”, con que la provincia movilizada logró dar vuelta de un modo comovedor en 2020 un nuevo intento de legislación que bajo el disfraz de una “zonificación” provincial buscaba lo de siempre: ir por la minería. La ciudadanía logró tumbar esa intentona y reponer la ley que prohíbe los megaproyectos extractivos.
- Otro detalle de estos tiempos: ya hay una tercera generación de integrantes de las asambleas participando plenamente, un sub-17 que demuestra el alcance de todo lo que se ha realizado, también desde el punto de vista inter-generacional.
Esquel fue el nacimiento de la resistencia de Chubut, que no significa solamente un rechazo al saqueo y la contaminación, un No, sino también múltiples Sí:
- Sí: sí a la vida.
- Sí a la reivindicación por la positiva de otras formas de producción que no impliquen la destrucción.
- Sí a la necesidad de licencia social para cualquier proyecto, de cuidado de ambiente como forma de preservación de la vida y el trabajo.
- Sí a nuevas formas de relación entre lo humano y la naturaleza. A nuevas relaciones también entre las personas para plasmar la idea de que el agua vale más que el oro, y de que el futuro es posible.
Como homenaje a todo eso aquí puede verse la primera de las notas publicadas en MU sobre la asamblea de Esquel: “La madre del No”, para conocer esa experiencia histórica hecha de resistencia, inteligencia, generosidad y, también, alegría.
Nota
24 de marzo de 2023: Que la memoria (los) ilumine
Crónica de un nuevo 24 de marzo desde la voz de la gente, que habla de todo: de cuánto estaba el chori la marcha pasada a cuánto está hoy; de la pesificación de los fondos jubilatorios y de las elecciones por venir; de las dos marchas, y de la realidad. La necesidad de seguir enfrentando al fascismo, ¿cada vez más presente?, y la energía que da la calle. El recuerdo de Hebe, la presencia y las palabras de Nora Cortiñas, la partida sin condena de Carlos Blaquier. Lo pendiente: los juicios aún en curso, la falta de respuestas del Poder Judicial y de la política, les desparecides de hoy. La presencia de niñas y niños como herencia de una sana costumbre: memoria, verdad y justicia, ahora y siempre.

Y si de vos
“Octubre 1976”, de Ana María Ponce, desaparecida.
me dijeran que no exististe,
les gritaría que me quedan,
tus ojos tristes,
tu caminar lento,
tu sonrisa apenas esbozada,
tu caricia leve,
y una espera,
una larga espera
de la que no volveremos
nunca,
o tal vez sí…

Ahora es marzo de 2023.
24 de marzo de 2023.
Un pibe alto camina lento, con ojos tristes; el frente y el dorsal de su musculosa negra, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi abuelo”. Al lado, su mamá, camina lento, con una sonrisa apenas esbozada. Su musculosa gris, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi papá”. Caminan lento porque hay un océano de cabezas, pies y corazones que se dirigen desde el Congreso de la Nación hacia Plaza de Mayo, a reivindicar la Memoria, la Verdad y la Justicia, a 47 años de la noche más sombría.
El pibe alto se llama Thomas Aballay y sostiene un cartel que contiene la foto de su abuelo, cuya sonrisa es tan ancha que parece desbordarse de la imagen. Se lee: “Jorge Oscar Tanco, detenido desaparecido, 16/09/1976”. Dice: “Pertenezco a la agrupación de Nietos de desaparecidos, conmueve un montón estar acá. El Nunca Más no debe quedar en el aire, por eso hay que seguir luchando”. Lo escucha su mamá, Maika Tanco, la hija de Jorge. Plantea deudas de esta democracia en relación a los castigos por los crímenes de lesa humanidad: “Necesitamos hablar no sólo del pasado, sino del presente y del futuro. La cárcel para los genocidas debe ser definitiva; cárcel común, no que estén en sus casas. Además, los juicios están retrasados. En los últimos cuatro años no hubo adelantos significativos y eso quedó manifiesto en que el empresario Carlos Blaquier acaba de morir sin ser juzgado por su complicidad con la dictadura. 47 años después, no es justicia. Y él ni siquiera la tuvo; falleció como inocente, y no lo fue”.


Lo que plantea Maika, minutos después lo confirman en números desde Sobrevivientes, Familiares Compañerxs y Amigxs del Centro Clandestino de Detención «El Olimpo”, emplazado en el barrio porteño de Floresta: “Hoy, 8 de cada 10 condenados por delitos de lesa humanidad están en sus casas cumpliendo las penas que debieran completar en cárcel común”. Desde que se reabrieron los juicios, entre 2006 y 2022 hubo 283 sentencias dictadas, 1115 personas condenadas y 171 absueltas. Hay 15 juicios en curso y 75 causas aguardan fecha de debate. En relación a la falta de celeridad, se debe a la escasez de tribunales orales disponibles. Un ejemplo es el proceso judicial por las violaciones de derechos humanos en el Centro Clandestino “Puente 12”, en La Matanza. El debate, pactado para principios de 2022, recién comenzará el próximo 3 de abril “por cuestiones de agenda”.
Como el mundial
El olor a humo que emana de decenas de parrillas acompañan toda la marcha. Hay olor a chori, hay olor a un pueblo que, pese a ser una fecha que evoca la peor de las crueldades, se hermana, se abraza. Se trata de una fecha para encontrarse y reencontrarse, con unx mismo y con el resto. El barro que se multiplica con el paso de las horas en varios sectores de la Plaza de Mayo refleja la masividad de la cita ineludible. Hay mil banderas de organizaciones sociales, de partidos, de sindicatos; pasacalles, stencils, graffitis viejos y que acaban de nacer; bombos, cánticos, intervenciones artísticas; hay sueños compartidos: “La importancia de estar acá es mostrar que la derecha, los milicos, la policía, no tiene la cancha libre; desearía que fueran menos, pero no lo son, siguen teniendo mucho poder. Entonces, la única defensa que tenemos es la calle”, alza Cecilia, 69 años, de Florida Norte. Y profundiza: “Hay que apuntar a la igualdad social como eje; tenemos alimentos para millones de personas, pero la mitad de nuestra población infantil es pobre. Alguien se la está llevando y es contra ellos que debemos pelear”.
Antes de empezar a marchar, Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, le dice a la lavaca que está “con mucha fuerza para seguir pidiendo Memoria, Verdad y Justicia”; le dice que “el país está cada día peor, porque este gobierno, gobierna para los ricos, y hay que resistir en la calle”; le dice que pasó su cumpleaños (93, el 22 de marzo) “muy feliz, llena de abrazos y de afecto, pero la felicidad nunca es completa y será así hasta encontrar a Gustavo (su hijo, desaparecido)”; dice que el compromiso “debe ser hasta morir” y antes de terminar la charla, en medio de un intenso calor, propone ir tomar una cerveza al final de la jornada.

Lucía Iérmoli tiene 35 años y está embarazada de seis meses. “Las conquistas hay que defenderlas acá, contra el poder concentrado que sigue creciendo. No estar un día como hoy marcaría una ausencia. Que reviente de gente esta plaza es un logro de todas, de todos. No sé cuántos lugares en el mundo tienen un día que reivindique la memoria”, dice, con voz tierna y con Vera en la panza, que también sigue creciendo. A su lado, su amiga Alejandra Spinetta, 59 años, agrega: “No se puede no estar acá; si uno falta, si no se compromete, es dejarle el lugar para que avance la derecha”.
A unos metros, Laura, de 66, está contenta. Muestra una vitalidad que está recuperando, a medida que avanzan las horas: “Es mi primera movilización después de la pandemia; estuve muy enferma, durante muchos años, pero hoy sentía que debía estar con mi pueblo y no me arrepiento: me llena de energía”.
Detrás, una imagen bellísima que retrata a Hebe de Bonafini, en el primer 24 sin su presencia física. Está con sus dos hijos, chiquitos, ambos desaparecidos. Una frase acompaña el cuadro, a 40 años de la recuperación de la democracia: “El día que me muera no me tienen que llorar. Hagan una fiesta en la calle, porque hice lo que quise y peleé con todo como quise”.

El 24 de marzo de 1995 a las 6 de la mañana llegó al mundo Victoria Rossi. “Victoria por la frase del Che, de ‘hasta la victoria siempre’, por el concepto del triunfo del pueblo”, rememora Viqui, a metros de la Catedral vallada, en su cumpleaños 28. “A partir de que empecé a militar en el centro de estudiantes del secundario, sentí que los 24 de marzo ya no había lugar para festejos personales, sí para abrazos, sí para estar con mi gente, pero desde un lado más colectivo”. Su mamá y su papá, militantes de izquierda, venían a las marchas mucho antes de que se decretara feriado, allá por 2022: “Desde chiquita fui consciente del valor que tenía esta fecha y me acuerdo que en cuarto grado fue el último cumple que festejé en la escuela. Sin embargo, estar acá es lo más importante en este día; un año no vine y algo me faltó. Decidí que esa sensación no la quiero sentir más”. Y asocia: “Más allá de que esto no sea una celebración, vivo un 24 de marzo como lo más parecido a ganar un campeonato del mundo, porque hay un gran motivo para juntarse: hay orgas, partidos, familias, parejas, gente que va de la mano con quien quiere y eso tiene que ver con la búsqueda de la libertad por la que peleaban las y los desaparecidos”.

Ideas de ayer a hoy
Un hombre cuarentón camina de la mano de su hija. Ambos tienen puesta el mismo modelo de remera que exige “Juicio y castigo”. La diferencia es que una es talle X y la otra es talle S. Expresa Lucas: “Estamos acá por dos motivos: por responsabilidad social y porque mi papá es uno de los 30 mil”. ¿Qué utopías de su viejo hay que traer al presente? “Nunca dejar de hacer política seria y trabajar mucho en los barrios”. Se va a seguir marchando, siempre de la mano de su hija. En su espalda, de su mochila cuelga un pañuelo blanco que denuncia: “Pablo Córdoba, desaparecido”.

Ana Valverde escucha atentamente el documento leído por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Tiene 72 años, milita hace 54 y lleva bien alto un cartel con la foto y el nombre de Patricia Gaitán, desaparecida por la última dictadura cívico militar eclesiástica. “La principal pelea de los 70 que hay que dar hoy es cómo lograr la unidad de las y los laburantes”. Dice que es jubilada y protesta porque “el gobierno nacional acaba de confiscar el fondo de garantía de sustentabilidad que estaba en dólares y que por un DNU lo pesificó. Esto no perjudica a quienes ahora somos jubilados, sino también a ustedes, los más jóvenes”.
–¿Vos aportás? –me pregunta.
–Sí.
–Bueno, te acaban de afanar.
Un pasacalle grita: “30.000 razones contra el FMI”; un cartel pegado con engrudo sigue la línea: “Basta de extorsiones del FMI”; desde arriba del escenario, en el documento que leen los organismos de derechos humanos, se agita: “El Poder económico es el gran ausente de este proceso, y su impunidad la seguimos pagando como pueblo, porque nos siguen sometiendo a la miseria, buscando un enriquecimiento sin límites y sin importar los costos”. Abajo, la inflación arrasa. Alberto es de Avellaneda y atiende una parrilla que instaló en la esquina de Avenida de Mayo y Carlos Pellegrini: “En la marcha pasada, el chori estaba 150 pesos, cobrándolo caro; hoy, yo lo tengo 700, como barato; en otros puestos está hasta 900”. A 50 metros, Viviana está sentada en un banquito. En el piso, sobre una lona, expone pañuelos blancos y azules, con la consigna “Nunca Más”. “El año pasado estaban 250 pesos, hoy 500”. Agrega: “Fue muy floja la venta, hoy se vendió mucho menos que en 2022”.



La primera actividad que arranca el 24, a media mañana, y la que cierra, a eso de las 20, se da en Plaza de los Dos Congresos. Es un festival por la memoria donde cantan bandas de heavy metal, que se organiza desde hace 16 años. Quien presenta a las bandas se llama Fernando Ricart, tiene 52 años, un pelo larguísimo y un padrino que estuvo detenido desaparecido: “Se lo llevaron por ser delegado, como si eso fuera un delito. Estuvo un mes y medio desaparecido, pero el daño que le hicieron fue para siempre. Se lo llevaron siendo uno, y me devolvieron a otra persona. Nunca se recuperó”. Andrés, 39 años, escucha la música pesada junto a su hijo de 6. Lleva una remera que se pregunta qué hicieron con Santiago Maldonado. Le pregunto qué ideas de la militancia de los 70 serían importantes que hoy sean prioridad: “Se perdió la perspectiva de un cambio revolucionario real; el peronismo tiene su eje en la Justicia, como si no fuera parte de este sistema que hay que cambiar de raíz; mientras que la izquierda partidaria sigue en la pelotudez, discutiendo en el Congreso sobre concepciones marxistas de hace tiempo, sin pensar en el cambio social actual”.

Rocío y Darío viajaron desde Tandil junto a su hijo Amadeo, de un año recién cumplido, para sentir en vivo y en directo la marcha que tantos años recorrieron cuando vivían en Buenos Aires. “La memoria se construye desde la cuna y las Madres y las Abuelas son la escuela”, recuerda ella. “La mejor manera de reivindicar a las y los desaparecidos es seguir su camino: el trabajo de base que se hacía en esos años”, recuerda él, que al igual que su bebé lleva puesta una remera de Diego Maradona. A su lado está Belén, una amiga de la pareja que por primera vez es parte de esta movilización: “En Tandil es diferente; hay un espacio fuerte y comprometido con los derechos humanos, pero es una ciudad mayormente oligarca; para mí es muy fuerte estar acá. Más que nunca debemos mantener viva la memoria y para eso hay que movernos”.
Memoria en este momento
Hay un graffiti recién pintado en la estación de subte Lima, de la línea A, que reza: “Memoria en este momento”.
Aparece también en paredes, en carteles y en diversos reclamos. Elizabeth tiene 70 años y lleva colgado un cartel que pide “Libertad a Assange, una verdad sin mordaza”. Lo relaciona con el 24 de marzo: “En el caso de Julian, se condena la libertad de expresión, no hay derecho a la información de la población y se expone cómo se persigue a la gente cuando se descubren los secretos de los gobiernos”. Detrás de ella, un stencil negro exhorta: “Abran los archivos secretos de la Dictadura”. Elizabeth tiene tres compañeros desaparecidos: Mónica Epstein, Hernán Abriata y Klaus Zleschank. “De ellos, además de recordarlos, hay que seguir su ejemplo: militar por una mejor redistribución de los ingresos”.
El recorrido desde la 9 de Julio hasta la Plaza de Mayo está acompañado por afiches de la organización La Poderosa con un encabezado: “40 años alimentando la democracia”. Se da en el marco de un proyecto de ley que impulsa el conglomerado de asambleas villeras para que se reconozca con un salario a las más de 70 mil cocineras comunitarias que trabajan en el país sin percibir un salario. ¿Qué implica el reconocimiento laboral? “Un salario ligado al Mínimo Vital y Móvil como base; acceso al aguinaldo, vacaciones, seguridad social, cobertura contra riesgos en el trabajo por enfermedades y maternidad, por invalidez y vida, retiro, acceso a la jubilación y guarderías”, expresan desde el movimiento.
Uno de esos afiches lo tiene a su lado Francisca, que vive en la calle y ahora está delante de un kiosco de diarios cerrado. Tiene una bandeja de arroz por la mitad y una voz que pide escucha: “Se la pasa muy difícil acá”. Y en un puñado de palabras, esgrime una deuda sustancial de la democracia: “Pensemos, ¿cuántos políticos en los últimos años hablaron de la situación de calle, de las villas? Eso dice mucho de cómo estamos”.

Detrás de su lente, la mirada de Oswald, colombiano de 41 años que hace 14 vive en Argentina, fotografía a un pueblo que recuerda sin parar. “Es imposible estar acá y no compararlo con mi país. Allá, pese a que no hubo una dictadura tan marcada, la serie de gobiernos de derecha y los paramilitares han desaparecido a más gente que en cualquier dictadura del cono sur”. Añade: “Por eso es tan importante valorar lo que se consiguió acá. En mi país, el miedo y la violencia aún imposibilita la unión de familiares de víctimas para reclamar en conjunto. En el último tiempo la juventud comienza a jugar un rol clave y para esto la Argentina es un ejemplo a seguir”.
Sobre Avenida de Mayo, un gazebo contiene a un grupo de “peruanos autoconvocadxs” que vocifera por la “dictadura que vive Perú”. Más de 60 caras se alternan con cintas de luto negro, en un antimemorial que estremece. Son las “víctimas del Estado Peruano”. Merly tiene 36 años, nació en Parcona Ica y hace 20 vive en Argentina. “Estamos acá porque también queremos decir Nunca Más. Las muertes tienen rostro y la mayoría son de pueblos originarios, del sur del país”.
Carolina, de 23, muestra su juventud caminando rápido, para no perderle pisada a sus amigos que van un poco más adelante. “Recordar a los desaparecidos de la dictadura es luchar por los desaparecidos de hoy. La derecha sigue avanzando y no lo podemos permitir”. A pocos metros de la Plaza de Mayo, donde desemboca la enorme movilización, Daniela, de 35, vende hamburguesas veganas. En el frente de su heladerita de telgopor está pegado un cartel con los colores de la diversidad, que se pregunta: ¿Dónde mierda está Tehuel? “No se puede aceptar tener desaparecides en democracia. El Estado define de quién se ocupa y de quién no, discriminando a las identidades trans. El racismo sigue, nunca se fue”.

Pablo está a pasos de la Pirámide de Mayo. Tiene 36 años, una militancia desde la juventud y un miedo que le recorre el cuerpo: “La democracia vuelve a estar en riesgo; las voces que la amenazan vuelven a tener más peso, que se traducen en persecución, en proscripción, en prohibición”. Suma: “Sufrimos salarios de miseria que sólo lo podremos dar vuelta con una transformación obrera y un pacto social que resguarde un piso que la derecha busca perforar. Para esto, hay que poner el cuerpo como en los 70, porque salvo en determinados momentos como el 2001 o la reforma jubilatoria del macrismo, no pudimos hacerlo en unidad”. A su lado, lo escucha Fidel, su hijo de 8 años.
–¿Por qué estás acá? –le pregunto a Fidel.
–Por la desaparición de los compañeros.
La tarde empieza a caer, la multitud a desconcentrarse y, mientras las paredes siguen pintando preguntas, también se escuchan versos que alimentan la memoria.
Se que algún día dejaré de pertenecer al mundo,
“Poema para no morir”, de José Beláustegui, desaparecido.
y nunca más podré escribir,
ni hacer el amor,
ni disfrazar la naturaleza con un poema,
ni viajar en los libros,
ni exponer mis ideas.
Por eso en este poema dejo, mar, cielo y luna
mariposas, besos y sirenas,
y me dejo a mí,
porque cuando muera seguiré viviendo en estos
versos.

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