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Bolivia hoy: “Este es el momento de las mujeres”

(lavaca en La Paz) Entrevista con la Confederación Sindical de Mujeres Interculturales de Bolivia, que reúne a distintas organizaciones de mujeres que apoyan al MAS. Denuncian amenazas y persecuciones, y aseguran sobre el gobierno de facto: “Han venido a saquear Bolivia”. En esta charla con lavaca y Yolanda Mamani (Radio Deseo/Mujeres Creando) reflexionan sobre cómo se llegó al golpe de Estado. Relatan cómo actores del gobierno del MAS han ido aislando a los movimientos sociales. Analizan la mala estrategia electoral hacia adentro del partido. Cuentan casos de machismo y arbitrariedad en las decisiones. Lo indígena como un instrumento. Y la posibilidad de plantear dentro del MAS nuevas ideas de cara a lo que se viene: “Es el momento de nosotras”.
Debajo de una whipala gigante y una foto de Evo Morales siete mujeres despliegan empanadas de queso y sirven té de manzanilla con canela. Todas son integrantes de la Confederación de Mujeres Interculturales y de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia, más conocidas como Las Bartolinas. Pero la que hablará es Angélica Ponce, ejecutiva nacional de Mujeres Interculturales. Cuando termina de contestar preguntas, todas asentirán diciendo: “Ella ya habló todo”.
Estamos apretados en una oficina de la Comisión de Derechos Humanos de la Cámara de Diputados, a metros del Palacio Quemado y de la Asamblea Legislativa. Esta incomodidad es lo primero que las mujeres denuncian: su sede ha sido saqueada por seguidores de la Presidenta de facto Jannine Añez -posiblemente los mismos que hoy pululan por la Plaza como paramilitares- y ya no tienen las llaves ni las ganas de volver al espacio que fue suyo. “El mismo sábado 9 (previo al golpe) rompieron nuestras oficinas y nos han saqueado”, cuentan. “Se llevaron computadoras, ollas, víveres: todo”. La sede de Mujeres Interculturales en La Paz funcionaba como lugar de reunión y también como depósito de insumos que la Confederación reparte a las distintas organizaciones.
La resistencia
Angélica Ponce comenzará saludando formalmente el encuentro y subrayando la necesidad de denunciar “lo que sucede” a la prensa internacional. Al igual que otras dos mujeres, lleva una bufanda marrón con las insignias de la Federación: C.S.M.C.I.B. Está cayendo la tarde y todas tienen rostros cansados; alguna, incluso, alcanzará a cerrar los ojos durante la charla. Es que son días más que agitados: “Se han hecho marchas de las diferentes organizaciones, primero como alianza de mujeres en el departamento de La Paz, de las cuales somos parte como hermanas Bartolinas. Luego en Cochabamba, donde hubo una concentración masiva de mujeres en defensa de la democracia: más de 5 mil compañeras marchamos desde Sacaba hasta Cochabamba”.
Por movilizaciones como éstas fueron reconocidas por un plenario de organizaciones ligadas al MAS como una de las resistencias clave tras el golpe en Bolivia. Defienden la figura de Evo Morales y hablan de recuperar “el poder político para nuestra gente”. Antes de las preguntas, enseguida dicen: “Hemos ganado las elecciones generales. El tema del fraude solamente ha sido pretexto para hacer el golpe de Estado. El campo no ha sido contabilizado. Nos han excluido”. Repreguntada sobre las sospechas que despertó la demora del escrutinio, Angélica declara: “Hasta ahora no se ha comprobado fraude. Y mientras no se compruebe, sigue siendo legal la participación de todo el pueblo boliviano. Y en esas elecciones hemos ganado”.
La Confederación Sindical de Mujeres Interculturales nació formalmente el 25 de marzo de 2010 como otra de las variantes de organización de los pueblos originarios de Bolivia y, en particular, de sus mujeres. Primas hermanas de Las Bartolinas –fundada dos décadas antes en las áreas rurales de Bolivia-, en los últimos años se han distanciado; las razones formarán parte de la charla. Como mujeres campesinas, más acá de las siglas, todas aseguran haber formado parte de alguna u otra manera de la fundación del Movimiento al Socialismo en 1995. Y fueron protagonistas en distintas luchas, como en los enfrentamientos en la zona de Chapare en defensa de la coca. Angélica Ponce historiza: “Fuimos fundadoras del instrumento político, en el año 1995 nació la Federación intercultural en el trópico de Cochabamba”. Angélica pertenece precisamente a ese trópico, y cuenta que conoce a Evo desde sus tiempos de dirigente cocalero: “Hemos hechos huelgas de hambre, muchas marchas juntos”.
Los primeros días tras el golpe
Angélica revela que está amenazada. “Tengo dos hermanas que viven en Buenos Aires y ellas recibieron llamadas y mensajes después que salí en Telesur (canal tevé de alcance latinoamericano). Les dijeron: ´Que ya no incite más, está cometiendo sedición y va a ir presa´. A mi Facebook también me llegaron amenazas”.
-¿Qué dicen?
-Que los masistas siempre buscan acusar falsamente, que ya no es momento de los narcotraficantes, de los terroristas, de los vandálicos. O sea: a nosotros nos culpan de todo lo que son ellos. Y en un momento me dijeron que conocían mi casa, mis hijos, mis parientes y que debería desaparecer. Yo me callé, no hurgué mi Facebook por dos días, porque me quedé asustada pensando: ´qué voy a hacer ahora´… Me sentía muy atormentada. Pero luego entendí que debía estar como cabeza de una organización delante de ellos luchando, porque eso es lo que he aprendido.
Poner el cuerpo, dar la cara
Angélica cuenta que ya cuando tenía 13 años fue representante de “vinculación femenina” de la juventud de la Federación Carrasco, en el trópico de Cochabamba. “Ahí me enseñaron que un líder tiene que ir por delante de sus bases. Eso es lo que hice: dar la cara. Y empecé a llamar a los ejecutivos nacionales y les dije: nos juntaremos. Haremos fuerza por nuestros hermanos”.
-¿Cómo fue la comunicación con los funcionarios del MAS esos primeros días?
-Les mandé mensajes diciendo que tenían que hacer algo porque nosotros, como sectores sociales, estábamos siendo acribillados. Ellos también sufrieron: nuestras senadoras no podían pasar a la Asamblea Legislativa. La Plaza Murillo estaba recontra cercada, no podían pasar las hermanas diputadas; yo las llamaba diciendo “entren a sesionar, entren”. Se han quedado ahí esa noche. Han sido momentos muy duros.
-¿Qué es lo que más preocupa a las organizaciones de las primeras acciones del gobierno de facto?
-Personalmente, creo que esta gente no tiene la menor idea de irse del Palacio ahora. Hemos visto su accionar desde el momento que ha entrado la ex senadora Añez: ha empezado a cambiar el gabinete, a poner decretos, ha levantado la culpabilidad al Ejército y ha seguido cambiado la institucionalidad.
-¿Qué lectura hacen del pacto al que llegó Añez con Eva Copa Murga como representante del MAS?
-Sinceramente, quisiera que respeten los acuerdos que han hecho. Pero dudo que lo hagan. Su intención no es solamente momentánea, no es transitoria: ellos históricamente han sido golpistas, esa familia (por la familia Camacho) es golpista. Una muestra clara para nosotros ha sido la decisión de entregar Boliviana de Aviación (la aerolínea de bandera del Estado) a manos de Amazonas (una empresa privada): eso es privatización. En catorce años de gobierno de Evo Morales se ha respetado y se ha nacionalizado las instituciones privadas que han sido tomadas anteriormente por los capitalistas. Ahora nuevamente la idea es seguir privatizando, y estamos viendo todos los días que han cambiado directores, vocales y siguen dejando una estructura por la que nos quieren gobernar a puro decreto. Las organizaciones sociales a nivel nacional ya hemos debatido, hemos sacado conclusiones… Estamos haciendo también nuestras estrategias de combate, de cómo recuperarnos. Sabemos que ellos van a manipular las elecciones y nos van a querer someter: es lo que han hecho históricamente.
Las bases y el hermano Presidente
-En estos debates al interior del movimiento y del partido, ¿qué análisis hacen de cómo se llegó al golpe de Estado?
-Entre los puntos principales está el tema del litio. Y otro, es que han infiltrado muchos actores políticos o ejecutivos dentro del entorno de nuestro Presidente. Nos han alejado, simplemente, de nuestro presidente a los sectores sociales que nosotros cuidábamos. Siempre habíamos dado recomendaciones, siempre habíamos dado el horizonte adonde debía caminar el Presidente. Pero en los últimos tiempos nos han ido alejando. No tenía tiempo para reunirse y cuando nos reuníamos, también teníamos personas infiltradas dentro de las mismas organizaciones, incluso. Nos han ido trabajando. Y nuestro error ha sido ser inclusivos, ser abiertos ante toda la sociedad: en los catorce años no hemos tenido un dirigente, un campesino que haya podido llevar una cierta parte del Poder Ejecutivo. Nunca hemos tenido. De las clases que tiene Bolivia se les ha dado la oportunidad a todas y desde ahí nos han ido haciendo daño. Nosotros, los sectores sociales, somos agradecidos por las carreteras, por todas las obras, y seguimos siendo agradecidos y vamos a valorar la gestión del Presidente. Pero tenemos ahora una visión de reestructurar el Poder Ejecutivo, si vuelve a confiar nuestra gente.
Yolanda Mamani: ¿Cómo van a volver a tener la credibilidad de la gente? Porque muchas organizaciones sociales se han fracturado prácticamente con el MAS.
-Simplemente nos han hecho ver que solo había pequeños espacios para nosotros. Solamente era la cabeza de Evo en la presidencia y lo demás, nosotros, no éramos capaces de administrar el país. Eso es lo que nos han hecho ver los invitados que hemos tenido. Ciertamente la nueva esperanza para recuperar a nuestros sectores sociales es respetar la Constitución política del Estado. Ya no tiene que ser discurso el tema de la igualdad de oportunidades. Ya no puede ser discurso respetar los derechos de mujeres. Tiene que ser una práctica. Tiene que ser una práctica (repite).
Yolanda Mamani: ¿Cuántas veces en estos 14 años tú te has reunido con el Presidente Evo Morales? Y cuéntanos si en alguna oportunidad le has corregido cuando se ha vuelto soberbio y autoritario, si le has jalado la oreja.
-Yo me acuerdo cuando el hermano Presidente Evo Morales era sólo dirigente (social). Hemos hecho huelga de hambre juntos, y marchas también. Y después que ha subido al poder hemos tenido varios ampliados en el trópico de Cochabamba. Me he reunido muchas veces. Una de las veces que le he llamado la atención es cuando en el trópico de Cochabamba una de las compañeras, la alcadesa Lidia Poma, había ganado con mayoría de votación y nuestro hermano Presidente pues no aceptó porque… no sé, eso es lo que no me explico, porque era mujer, tal vez. Se ha equivocado. Yo vi personalmente cómo Lidia Poma ha tenido apoyo masivo, que debería respetarse. Y en uno de los ampliados yo me paré y le dije: “Hermano Presidente, cuando éramos dirigentes hemos quedado en que si subíamos al poder debíamos respetar la decisión de las bases; efectivamente la compañera Lidia ha sido la ganadora y debería respetarse”. Y una de las repuestas de mi hermano ha sido, directamente me ha señalado y me dice: “Hermana, usted parece de la oposición, ¿me está diciendo que yo estoy fallando? Pareces de la oposición”. Y yo me callé. Y se paró otro compañero, Gregorio Mamani, y le dijo: “Hermano Presidente: la compañera te está diciendo la verdad”. Y yo le dije: “Hermano Presidente, esto que estamos haciendo puede ocasionar que esa gente quede disconforme”. Y no pasó más de un mes que abrieron una casa de campaña en Chinoata los de la oposición, y quisieron apuntarle a la compañera Lidia Poma; la compañera no aceptó, hasta el momento sigue siendo masista. Me dijo: “Yo voté por el Evo, hermana, por más que me ha hecho mal”. En las elecciones nacionales nos hemos encontrado con el hermano Presidente y me pidió disculpas. Me dijo: “Reconocer es de los humanos, me he equivocado”.
-¿En qué año sucedió esto?
-Anterior gestión: 2015. En ese entonces no había una sola oposición en el trópico. Pero después de eso hubo en el municipio dos concejales de la oposición. El único municipio que no tuvo oposición fue mi federación (Cochabamba). Quedamos en trabajar nuevamente y respetando a las bases. Pero este entorno que ya ha empañado… En estas elecciones pasadas se ha delegado a los ministros como delegados políticos en los nueve departamentos. Han ido a dividir las organizaciones y no han respetado a las bases. Han puesto a la mayoría de los diputados y los senadores. Y eso ha hecho que muchos de los compañeros estén resentidos. Ha habido un voto castigo, puede ser, porque nosotros hemos superado siempre arriba de los 50 puntos.
-¿Cómo fue que actuaron esos ministros en las organizaciones? ¿No las conocían?
-Conocían, pero es que es más intereses de amistades, de compañeros, era un entorno favorable a intereses personales, más allá de las masas. Por ejemplo, a mi organización nos han sacado de la Conalcam (Coordinadora Nacional para el Cambio) y del Pacto de Unidad. Nunca hemos podido participar como organización, siendo las fundadoras del instrumento político. Nos han aislado, simplemente porque somos leales a las bases y al Presidente Evo Morales. Nos han empezado a dividir. Por ejemplo, a nivel nacional hay dos organizaciones grandes: las hermanas Bartolinas y las Confederación sindical que representamos. Pero nos han dividido, con una y otra situación nos han dividido: con mentiras, con chismes, con otras cosas.
-¿Puede brindar un ejemplo concreto de cómo se gestaron esas divisiones y quiénes fueron sus responsables?
-Hacíamos nuestros eventos, para otros había financiamiento para pasajes, talleres, pero para nosotras, no. ¿Por qué nosotros no? Era una pelea interna entre organizaciones y eso hicieron los mismos ministros. El principal fue el coordinador de las organizaciones sociales, el Alfredo Rada. Yo le dije: “Usted no es del proceso de cambio, usted no nos representa porque está coartando nuestros derechos”. Cuando nos sacaron de la lista del Conalcam le pregunté al hermano Presidente por qué nos habían sacado de la reunión. Me dijo: “Hermana, yo no tenía conocimiento que no estaba participando. Llama a Alfredo Rada”. Llamé a Rada miles de veces: nunca me contestó. Y sabe perfectamente Alfredo Rada que las Mujeres Interculturales somos parte. Así nos han ido coartando la única oportunidad que yo tenía para hablar con el Presidente allá en el trópico. Luego no había tiempo más que para decirle “fuerza compañero” en algún acto. Lamentablemente nos han ido coartando a diferentes organizaciones sociales, y eso nos duele mucho. La participación de las mujeres dentro de las asambleas plurinacionales del Senado, departamentales, consejos municipales nunca ha sido fácil. Y hasta ahora el machismo sigue. A veces los hombres deciden quiénes van a ir como candidatas, incluso como candidata da mujer intercultural. Son los que apuntan y dicen: «Ella va a ir», solo porque ellos han decidido. Y las candidatas que nosotras elegimos, no respetan.

“Nadie es más que nadie”
Yolanda Mamani: ¿Cómo piensa reestructurarse de nuevo el MAS?
-Reestructurar con gente que no ha sido partícipe dentro de los gobiernos anteriores. Los dirigentes que han sido partícipes pueden ser asesores desde la base, pero que dejen el lugar a otros líderes que no han tenido. Hay muchos líderes que no han podido subir a la departamental, a la nacional, que han sido coartados. Y uno de nuestros errores ha sido no fortalecer a nuestros líderes. Ha habido mucha envidia. Eso es lo que yo quisiera que termine. La discriminación: no debemos discriminarnos entre nosotros, no debemos coartar los derechos entre nosotras. Ya está empezando a crecer un líder, y por asesoramiento de estos anteriores actores del Poder Ejecutivo – ministros, directores, o mismos asambleístas invitados- no dejaban que crezcan. Por ejemplo, el Foro Indígena ha sido bien preparado para los líderes. Junto con el hermano Presidente ha habido grandes líderes. Pero, ¿qué han hecho? Lo han desarmado. Yo digo: nadie es más que nadie y nadie es menos que nadie. Han habido personajes del mismo entorno del Presidente que nos han hecho separar. Incluso cuando nos han dado cuotas en los plenarios, hacían que otros participen menos que los otros. Me acuerdo cuando nos dijeron: «Veinticuatro compañeras por departamento». Cuando llegaba el momento, decían: «A vos te tocan solamente cinco». Los que decidían no eran compañeras. No eran las hermanas Bartolinas: eran los que estaban coordinando, los coordinadores con los sectores sociales; manejaban las planillas, manejaban los cupos, manejaban los recursos. Desde ahí nos damos cuenta que no hemos sido nosotros los que nos hemos separado: nos han (subraya esta palabra) separado. Es momento que recuperemos esa unidad y luchemos por recuperar el poder político para nuestra gente, para nuestros hermanos y hermanas.
Yolanda Mamani: ¿Cómo van a construir un nuevo partido y cómo van a controlar que no exista esta nueva gente que quiere llegar al poder usando a las organizaciones como instrumento político? Porque al inicio ha nacido este movimiento como un instrumento indígena, pero finalmente nos hemos dado cuenta que los indígenas solamente hemos sido su instrumento: las cholas, los indios, las indias nunca hemos ocupado cargos altos. ¿Cómo piensan ustedes viendo ese pasado utilitario indígena estructurar esto nuevo?
-Cambiar profundo… Tienes mucha razón, hermana. Porque en verdad hemos pasado esa historia. Pero desde mi punto de vista creo que hoy los campesinos y la gente de los pueblos ya tenemos nuestros hijos formados sindicalmente. Creo que ahora es la oportunidad de ellos. Por ejemplo la equidad de género. Yo decía: tenemos más de veintidós ministerios y solamente las mujeres hemos entrado como lunares: tres, cuatro máximo. Y de verdad como mujeres queremos ser tomadas en cuenta. Y lo vamos a hacer, porque si nosotros no luchamos esos lugares, nadie nos lo va a dar. Como mujeres vamos a pelear: en el Poder Ejecutivo también tiene que haber equidad de género. Y también en la Presidencia, ¿por qué no? Las organizaciones de mujeres hemos aportado mucho, hemos resistido mucho.
“Somos muchas personas bien organizadas”
-¿Creés que solo ha sido un discurso el tema indígena?
-En un momento venimos acompañando a nuestro hermano Presidente y en cierto momento nos han aislado. Y últimamente hemos sido los que hemos sostenido el proceso de cambio, sinceramente. Los sectores sociales hemos creado el instrumento político y las organizaciones sociales a plan de agua y coca. Y hemos sostenido también hasta el momento a plan de agua y coca. Nunca nos hemos vendido. Los verdaderos líderes no negociaron, no se pueden vender. Seguimos. Somos muchos. Si nos paran a todos, les va a costar mucho: somos millones, somos muchas personas organizadas. Estamos bien organizadas. En este momento hemos caído moralmente porque nuestro Presidente nos ha abandonado, pero preferimos que esté vivo a que esté muerto, porque sabemos que la DEA está detrás de él. Hay que recuperar las cosas buenas, pero también hay que ver las cosas malas para hacer cosas buenas. Es la única visión que nos da el seguir adelante. Una de las fortalezas es aprender de los errores.
-¿Qué estrategias se van a dar como organización para esta nueva etapa?
-Ahora vamos a abrir nuestros sectores y acoplar a nuestras hermanas jóvenes. A todas las mujeres que todavía no hemos participado en las organizaciones sociales, ahorita vamos a invitarlas. Con las debilidades que hemos tenido, con los tropiezos que hemos tenido, vamos a seguir mejorando, vamos a unificar con las hermanas Bartolinas, a nuestras hermanas de las Sierras Bajas, y vamos a salir como ha sido en la historia. Como mujeres también nosotras vamos a pedir nuestra posición en el Poder legislativo y en el Ejecutivo, y también dentro de las organizaciones sociales. Hemos venido luchando por esto desde hace muchos años.
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Escritos sobrevivientes: Un nuevo libro escrito por ex detenidos desaparecidos
Este 24 de marzo, a 49 años del golpe, la editorial lavaca publica Escritos sobrevivientes, un libro creado junto a un grupo de personas que estuvieron secuestradas y desaparecidas en distintos centros clandestinos de represión durante la última dictadura militar. Se presenta el próximo viernes 28, pero ya podés pasar a buscarlo por MU (Riobamba 143) desde hoy. En este texto, Claudia Acuña cuenta qué representa esta obra parida en colectivo y en medio de aires negacionistas.
Por Claudia Acuña
Este libro representa muchas cosas y todas y cada una nos parecen decisivas para estos tiempos desesperados.
Ni sé por dónde comenzar a enumerarlas, así que sin orden de importancia ni cronológico enumero algunas, aunque sin duda me faltarán otras que invito a que completen quienes lo lean.
Lo primero, para mí, es reconocer el valor social, político, histórico y ético que merecen las personas detenidas-desaparecidas por la dictadura cívico militar que azotó este país desde el 24 de marzo de 1976. No olvidamos esa fecha gracias a ellas, pero no siempre se las nombra con la relevancia que han tenido para construir verdad, justicia y memoria.
A algunas de ellas he tenido el honor de escucharlas y verlas testimoniar en los juicios de lesa humanidad, pero también en los diferentes procedimientos contra la impunidad que crearon y sostuvieron para que esos juicios sucedan.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Una y otra vez.
Hasta lograrlo.
Solo a una pude agradecerle con palabras y lágrimas el esfuerzo, el coraje y el legado que recibíamos por su esfuerzo, pero fundamentalmente por sus vidas consagradas a hacer posible lo imposible. Fue en la puerta de los tribunales de Comodoro Py, mientras los altoparlantes transmitían la primera condena a los genocidas responsables del centro de detención clandestino y de tortura que funcionaba en la Esma. Ahora, con este libro queremos extender esas gracias a cada una, a cada uno.
Sé, porque comprendí la lección que nos daban, que no puedo afirmar que lo hicieron solo ellas, ellos. Esa es otra de las cosas que representa este libro: el saberse parte – y reconocerlo siempre- de algo más grande, más importante y más trascendente no solo del yo, sino incluso del núcleo colectivo en el que nos organizamos, reflexionamos y tomamos fuerza para resistir. Nuestras fuerzas individuales y nuestras construcciones políticas suman, activan, empujan, pero alcanzan sus objetivos cuando sincronizan con la necesidad social, con la época y con la Historia. Tienen alas porque tienen raíces y mueven al mundo hacia lugares mejores porque se sabe más grande y más poderosa que lo que nos rodea.
Eso que aquí las y los autores definen como “subjetividad sobreviviente” nos advierte eso: somos nuestros cuerpos y la sombra que proyectan, lo que hacemos y lo que soñamos, nuestras obras y nuestra imaginación, nuestros saberes y nuestra intuición, pero también y además aquellos cuerpos, proyecciones, hechos, batallas ganadas y perdidas, que nos anteceden y desbordan para fortalecernos y sostenernos de pie. Aquello que ilumina la oscuridad es la memoria sensible: de eso se trata este libro, además.
Otra: el valor de las utopías. En los momentos más aterradores hemos gritado “Aparición con vida y castigo a los culpables”. Bueno: la noticia es que hemos tenido éxito y aquí están las personas que cuando pronunciábamos esas palabras mágicas no podíamos abrazar. Algunas de ellas son las que el tercer sábado de cada mes vimos ingresar a nuestra trinchera durante el largo y desalentador año 2024. Para nosotros ese taller de escritura significó una cita con la esperanza, cada vez. Y una comprobación: el futuro se construye con el hacer colectivo, cada vez.
Por último: este no es un libro de testimonios sobre el horror de la dictadura, sino su contracara o quizá, lo que se puede pensar después de cruzar el abismo de la impunidad.
Quizá.
Me falta todavía superar la alegría de haberlo logrado, de sostener con las manos esta pequeña utopía realizada en tiempos de saqueo de recursos simbólicos y materiales, en las cuales sólo proponerlo sonaba casi irresponsable, para poder encontrar las palabras certeras, que expresen lo que representa que personas empobrecidas y violentadas podamos hacer lo que querramos financiadas sólo por el deseo y la convicción, que siempre es política.
Quizá la palabra exacta sea una sola: Argentina.
La presentación
Escritos sobrevivientes y compila una serie de textos producidos en un taller de escritura que tuvo lugar en MU durante 2024. Estos relatos abordan historias marcadas por lo que el grupo denomina «subjetividad sobreviviente». El resultado es un conjunto de textos poéticos, políticos y filosóficos, de una potencia y belleza conmovedoras.
Participan: Rufino Almeida, Margarita Fátima Cruz, Graciela Daleo, Lucía Fariña, Mercedes Joloidovsky, Eduardo Lardies, Susana Leiracha, María Alicia Milia, Claudio Niro, Silvia Irene Saladino, Stella Maris Vallejos e Inés Vázquez.
Así lo resumen sus autoras y autores: «Un grupo de compañeras y compañeros, ex detenidos desaparecidos por el terrorismo de Estado, nos reunimos en un taller de escritura para crear textos enfocados en la subjetividad sobreviviente, mientras la voz del poder alimenta el negacionismo y la reiteración del sufrimiento popular por variados medios».
El libro se presentará el próximo viernes 28 de marzo a las 20 horas en Mu Trinchera Boutique, Riobamba 143.
Podés conseguirlo desde hoy, 24 de marzo, también en MU.

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La Justicia esquiva la causa por el disparo a Pablo Grillo: “Hasta ahora no se investigó nada”

La recuperación de Pablo “es muy rápida” pero la investigación sobre su intento de asesinato, muy lenta, o directamente inexistente. Qué dijo el padre hoy frente al Hospital Ramos Mejía donde Pablo sigue pelando por su vida, aún en terapia intensiva pero con avances prometedores, y las abogadas del caso que presentaron ante la Justicia: primero Servini de Cubría y luego el candidateado a la Corte Ariel Lijo rechazaron la causa, y ahora se sortea en la Cámara Federal de Casación a qué juez le tocará investigar a quien le disparó y a sus superiores jerárquicos. Los dichos de Adorni en conferencia de hoy, y quién cortó el diálogo con la familia; las pruebas que se pidieron y las que se aportaron; y el texto de la presentación judicial en la que la familia pide ser querellante, con las pruebas que aportamos desde decenas de medios, fotoperiodistas y organizaciones sociales.
Por Francisco Pandolfi
Pablo Grillo todavía no está fuera de peligro, pero la mejoría día a día, paulatina y constante, le permite a la familia hablar ya no sólo de su estado de salud. Hasta hoy, el único foco era la supervivencia de este fotógrafo de 35 años impactado por una granada de gas lacrimógeno, fuera de toda legalidad, por las fuerzas de inseguridad comandadas por la ministra Patricia Bullrich.
La pérdida de masa encefálica y la fractura de cráneo con la que llegó de urgencia al Hospital Ramos Mejía –el miércoles 12 de marzo, cuando se desató la represión en la marcha por las paupérrimas condiciones en las que viven las y los jubilados–; la primera operación esa misma noche en la que se bajó la presión intracraneal y se le reconstruyó algo del tejido. Las pupilas que empiezan a reaccionar bien. La merma en la sedación. Los primeros movimientos – prematuros e inesperados por los propios médicos–. Otra operación por un derrame que es revertido a tiempo. La baja de los glóbulos blancos como síntoma de la baja en la infección. Y a solo una semana del disparo, Pablo abre los ojos. Y le sacan el respirador para ver cómo reacciona y lo hace agarrándole la mano a la mamá. Y por si fuera poco le susurra las palabras más hermosas a su papá: “Hola, viejo”.
Pablo continúa en terapia intensiva, en estado crítico, pero respondiendo bien neurológica y físicamente. “Es asombroso el nivel de avance que tuvo”, dice Fabián, su viejo, con los ojos emocionados e incrédulos por la mejoría impensada en tan poco tiempo. Esa sucesión de buenas noticias las que posibilitan a la familia convocar este viernes a una conferencia de prensa «para contar novedades en la causa judicial».
Primero, habla Fabián, su papá, sobre la salud de Pablo: “Las novedades son que está estable, por lo tanto es bueno. Está con los ojos abiertos y sigue sin respirador”.
Fabián lleva puesta una remera azul, con letras blancas que dicen: “Justicia por Pablo Grillo”. Se lo nota cansado, pero más distendido. Se ríe cuando cuenta: “Tengo un video con saludos de (Ricardo) Bochini, veremos si los médicos nos permiten que se lo pasemos. Si lo escucha al Bocha, va a volver a hablar seguro Pablo”. Mantiene los pies sobre la tierra: “Todavía la situación es grave: está en terapia y con riesgo de vida. Pero en ese marco todo lo que estuvo ocurriendo es favorable. A todos nos sorprendió su evolución. Incluso los médicos manifiestan que la evolución que está teniendo es asombrosa. Es muy rápida”.
Este jueves, el vocero presidencial Manuel Adorni dijo que el diálogo con la familia quedó roto desde que el padre de Pablo acusó a Bullrich de ser cómplice. Fabián le responde: “Nosotros no cortamos nada porque nunca existió el diálogo. Lo mío fue una respuesta a una declaración mentirosa de Bullrich, por tanto si es que alguien cortó el diálogo fueron ellos. Yo estoy dispuesto a escuchar, si alguien me llama”. Y agregó: “A esta altura no lo espero (ese llamado). Espero poco. Pero demostraría que tienen todavía un grado de humanidad”.
En relación a las mentiras de Bullrich sobre el trayecto del proyectil, expresó: “Me da vergüenza la forma en que fue acomodando la mentira. La va acomodando a medida que la realidad se lo desmiente, es hasta absurdo, burdo, grotesco: no sé que palabra utilizar”. Cuando le preguntaron si le diría algo al gendarme que, según los elementos reconstruidos hasta el momento, sería quien disparó (presuntamente, el cabo Guerrero), afirmó: “Personalmente no le diría nada. Sí lo vamos a decir de forma jurídica. El mejor diálogo que podemos tener con esta gente es en lo judicial”.
La causa, sin avances
Fabián estuvo acompañado por Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos, y a Paula Litvachky, del CELS, organismos que patrocinarán legalmente a la familia, que este 21 de marzo se presentó ante el Juzgado Criminal y Correccional Federal Nº 1 para ser tenida en cuenta como querellante en la investigación judicial.
Lo más importante de la causa hasta ahora: desde el 12 de marzo “no se investigó nada y reclamamos que se empiece a investigar urgente”. Las abogadas cuentan el por qué: “La causa iniciada por la denuncia de la Procuvin (Procuraduría de Violencia Institucional) que dio inicio a la instrucción estaba presentada en el Juzgado 12 de Ariel Lijo, quien se la devolvió a la Jueza Servini de Cubría, que otra vez la rechazó. Ninguno de los dos quiere hacerse cargo de la investigación. Ahora irá a sorteo para definir quién la sigue. La Cámara Federal de Casación Penal tiene que resolver”. Agregan: “Hasta ahora el Ministerio de Seguridad dijo que no hará sumarios internos por el accionar de su Fuerza, lo que refleja el encubrimiento”.
La causa aún no tiene carátula porque no está radicada en ningún juzgado. La denuncia presentada es por tentativa de homicidio agravado, por abuso de autoridad e incumplimiento de funcionario público.
Dice Paula Litvachky, del CELS: “Es muy importante que la causa salga de este limbo judicial y se inicie el pedido de pruebas antes de que pase más tiempo”.
Dice Claudia Cesaroni, de la Liga Argentina por los Derechos Humanos: “Esperamos que en estos primeros 9 días en los que no se hizo nada, no haya ninguna prueba que se haya destruido, modificado, alterado. Hay cámaras del Gobierno de la Ciudad que tienen un tiempo de duración determinado, o de negocios que también se van borrando y si no las pedís inmediatamente después ya no están. Es vergonzoso que un hecho así no lo esté investigando nadie”.
Las abogadas pidieron una serie de pruebas. Las más relevantes: “Quién dio las órdenes, cómo se manifestaron esas órdenes y cuáles fueron, antes y después del impacto; cuál fue el protocolo que se aplicó, quienes integraban el equipo donde estaba incluido el cabo Guerrero y qué órdenes se le impartió a ese grupo en particular; qué armas utilizaron”. También exigen que se lo llame a indagatoria a Guerrero. “Ya hay suficientes elementos para hacerlo”.
Completa Paula Litvachky: “Hicimos una presentación con los hechos, tenemos un montón de pruebas para que se reconstruya ese tramo del operativo de modo tal que se pueda tener la responsabilidad de quién disparó y de toda la cadena jerárquica”.
Concluyen ambas: “Las pruebas están. Nunca hubo tanto registro fotográfico y audiovisual. Necesitamos el acompañamiento social para empujar a que se haga justicia y que no quieran desviar el foco de la investigación”.
Nota
La causa de la caída: la denuncia de Beatriz Blanco, la jubilada gaseada y golpeada por la Policía

Traumatismo encéfalo craneano, herida cortante e irritación ocular: las heridas causadas a Beatriz Blanco (81 años) ya forman parte de una causa judicial que inició ella misma y también la Procuraduría de Violencia Institucional, y apunta contra dos efectivos que la gasearon y le pegaron, provocando su caída. También apunta a la responsable del operativo, la ministra Patricia Bullrich, que se desplegó el miércoles de manera feroz, pero que -plantea la denuncia- es parte de un “plan sistemático”. Beatriz fue golpeada a las 16:10, antes de los principales incidentes, mientras se manifestaba en una esquina: cómo fue el momento, según relata ella misma en la denuncia y cuenta su hija. Quién es esta jubilada que trabajó de todo. Cómo está: recuperándose, enojada y “con más fuerza que nunca”. La voz de una de sus hijas junto a quienes lucha por justicia, y paz.
Por Franco Ciancaglini.
La imagen de Beatriz Blanco cayendo en seco al suelo -tras ser gaseada y empujada por dos efectivos de la Policía Federal- dio la vuelta al mundo.
En el video se ve el fin de una secuencia más larga que inicia cuando la Policía Federal empuja de manera violenta a jubiladas y jubilados que se encontraban haciendo el clásico semaforazo de todos los miércoles en el Congreso.
“Ella lo que cuenta es que estaba con el grupo de jubilados, cortando Entre Ríos, para mostrar sus carteles. Y cuando el semáforo se pone verde se vuelven a la esquina. Y en ese momento vino la policía, apurando a todos los viejos a subirse a la vereda”.
La que habla es una de sus hijas, Paula.
El relato coincide con la temprana decisión de las fuerzas de abalanzarse sobre personas que hacen lo mismo todos los miércoles -un semaforazo, y luego una movilización que da la vuelta al Congreso-: Beatriz fue atacada a las 16:10.
Esta vez, por lo especial de la fecha, los Policías iban además con el gas apretado y el palo suelto. Cualquiera que estuvo en la manifestación pudo apreciar cómo apenas una persona se acercaba a los efectivos, o incluso estando a metros, sin hacer nada, podía ser gaseado. Incluso teniendo 81 años.

Los camiones hidrantes fueron parte de la cacería desatada. Foto: Lina Etchesuri.
El arma y la palabra
Beatriz Blanco no está afiliada a ninguna barrabrava ni milita en ningún partido político.
Es jubilada.
Trabajó toda su vida como empleada en cooperativa de fletes, empleada cuidando niños, costurera, y de casera hasta los últimos tiempos.
Tiene tres hijas.
Una de ellas, Paula Ippolito, cuenta que junto a su madre Beatriz y su hermana Paula suelen ir juntas a las marchas. “Esta vez fue sola porque justo yo estaba operada de la rodilla. Suele ir, no va todos los miércoles pero cuando puede va”.
Beatriz ya conocía a varios y por eso se acercó al grupo de jubilados que realiza los miércoles el semaforazo. Luego de que la empujaran a la vereda, se puso a hablarle a un cordón policial, una práctica habitual de jubilados anodados ante la violencia sin sentido que ejercen las fuerzas: “Ella siempre es de ir y hablar, de decir qué están haciendo, cómo no les da vergüenza; mi mamá siempre como que quiere hacer conciencia. Ella le debería estar gritando al policía que estaba de espaldas y lo toca con el bastón como diciendo ´mirame´. Ahí el chabón se da vuelta y le tira el spray, y el otro que le pega con el palo en la cabeza”.
Ese combo, que representa un ataque, de gaseo, empujón y golpe, hace que Beatriz pierda el equilibrio instantáneamente, y caiga al suelo.
La primera pregunta es cómo está: “Se está recuperando. Está en reposo, en observación por el golpe que recibió en la cabeza. Está con mucho dolor en todo el cuerpo, con un poco de inestabilidad, con el dolor en los ojos por el gas que le tiraron. Tiene los ojos muy hinchadas: le tiraron gas directo en la cara”.
Este dato del gas directo a sus ojos explica a la vez la pérdida del equilibrio, desechando por tierra las mentiras del Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, que aseguró que se “cayó sola”. También el título de la empresa La Nación que habló de que la jubilada “atacó” a la policía previo a su “caída”: “Ella le tocó con su bastón para que se diera vuelta, para que la escucharan, no golpeó a nadie. Habría que mostrar los videos enteros donde la Policía increpa primero a los jubilados para que se suban a la vereda, con la agresividad que suelen tener”.

Beatriz Blanco, tras los gases recibidos y el golpe posterior. Foto: Lina Etchesuri.
El caso de Beatriz es uno de los dos -junto al del fotógrafo Pablo Grillo- denunciados por la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) ante la Cámara del Crimen. En esas denuncias a las que accedió lavaca, el organismo que se encarga de monitorear a las fuerzas -en estos tiempos, con menos entusiasmo- presenta como “pruebas” distintos recortes periodísticos alrededor del ataque a Beatriz. Y solicita a la justicia que requiera al Ministerio de Seguridad el personal policial afectado a los lugares de ambos ataques, así como los datos de la “sala de operaciones” a la que reportaban los agentes a cargo del operativo.
Por otro lado, la propia familia de Beatriz presentó una denuncia contra los dos agentes de la Policía Federal y contra la propia ministra Bullrich. Narra en su presentación lo mismo que refiere su hija en esta nota: “Siendo aproximadamente las 16:10 hs me encontraba en las inmediaciones de la esquina de las avenidas Entre Ríos y Rivadavia de esta ciudad (…) cuando fui rociada con una sustancia lacerante por un efectivo de la Policía Federal. Inmediatamente después, y también a manos de un efectivo de la PFA, recibí un golpe en la cabeza, con un elemento que creo se denomina ‘tonfa’, lo que provoca mi caída al piso”.
Tras el golpe, Beatriz fue derivada al Hospital Argerich, donde diagnosticaron lo producido por el ataque: traumatismo encáfalo craneano, herida cortante e irritación ocular.
Por eso, por un lado, reclama la identificación de los dos efectivos que la atacaron, plausibles de ser responsables de “delitos de lesiones leves” agravadas por tratarse de personal de la fuerza. Y por otro, califica a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich como “autora mediata” por ser responsable del operativo y algo más: la valiente presentación habla de que estos hechos son parte de un plan sistemático.

Una síntesis del plan sistemático. Foto: Juan Valeiro.
“Como en los momentos más aciagos de nuestra historia, desde el Poder Ejecutivo se ha montado un Programa de Miseria Planificada cuya consecuencia natural es la Protesta Social. Y sabido es que este tipo de políticas socioeconómicas sólo resultan aplicables cuando se pone a disposición de las mismas al aparato represor del Estado”.
Firma toda esta historia la propia Beatriz, acaso poniendo en contexto lo que representan los golpes que sufrió, su historia y el futuro por el que pelea junto a sus hijas. “Nosotras somos fieles a las marchas que son para los derechos del pueblo”, cuenta Paula, una de ellas. “No militamos en ningún partido político, siempre vamos independientes y solas”, aclara por si hiciera falta.
Paula habla siempre en plural femenino, pensando en su madre y su hermana. Desde ese lugar cuenta: “Nos están sacando todo. Nos están metiendo miedo para que no salgamos a las calles. Están imponiendo todo lo que quieren imponer. Siempre estamos atentas a todas las luchas. Esto va a por todos, no es solamente por los jubilados. A mi me han robado plata con la AFJP a pesar de que ya tengo 30 años de aportes. Estos vienen por todo, por todo lo que conquistamos”.
Junto a Natalia, las jóvenes militan tocando tambores en Batuka, uno de los conjuntos que lleva el ritmo a la calle y es la banda de sonido de la protesta social y la lucha. Hoy, del lado de la víctima, Paula asegura: “Estamos luchando para que esto no vuelva a suceder. Para que tengamos memoria y el pueblo no se duerma. No tenemos miedo. Ya la verdad que queda poco por perder”.
Esta lucha incluye, claro, a Beatriz: “Está más fuerte que nunca. Está enojada, muy enojada. Pero está fuerte para seguir la lucha”.
La lucha, ahora, es por justicia: “Solamente queremos que los responsables tengan justicia, sean los policías o la ministra de Seguridad: que la justicia trabaje a favor del pueblo. Y que no salga nadie más impune”.
¿Tenés esperanzas? “Y no. Pero hay que hacerlo igual: nos corresponde”.
La esperanza tal vez siga estando en la calle, mientras estas jóvenes sin contención psicológica ni asistencia estatal de ningún tipo enfrentan los golpes: “Estamos nosotras, las hijas, para cuidarla y para que se reponga de esto”.
¿Necesitan algo? “Sí: paz”.