Nota
Ciudad contaminada: trabajadoras y trabajadores del subte llevaron el reclamo por el asbesto a la Academia Nacional de Medicina

La Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro expuso el impacto en la salud por exposición al asbesto en la Ciudad de Buenos Aires en el III Congreso Internacional de Medicina del Trabajo. Ocurrió horas después de que trabajadorxs de la línea B denunciaran que fueron agredidos por una patota por negarse a manipular materiales con ese contaminante. En el informe que presentaron, revelaron que al menos 13 operarios fueron diagnosticados por enfermedades relacionadas al asbesto y otras fibras materiales. Aún restan evaluar más de 4000 obreros y obreras. “Mientras tanto, los pulmones los ponemos nosotros”, dicen a lavaca.
Todo sucedió en la misma mañana.
A las cinco y media de la mañana del último viernes las formaciones de la línea B no salieron. Sus trabajadores y trabajadoras pararon hasta las 13 horas. El resto de los talleres lo hicieron hasta el mismo horario, desde las once de la mañana. El motivo: trabajadrxs del taller Rancagua, debajo del Parque Los Andes en Chacarita, denunciaron que fueron agredidos. Mediante un comunicado la Asociación Gremial de Trabajadores del Subte y Premetro informó que “cerca de la medianoche, un integrante de la patota y delegado de la UTA, ingresó al taller Rancagua y comenzó a increpar a operarios que se negaban a manipular materiales con asbesto”.
A las nueve de la mañana, lxs trabajadorxs del subte subieron al escenario del Aula Magna de la Academia Nacional de Medicina y frente al auditorio, en el III Congreso Internacional de Medicina del Trabajo, expusieron sobre el impacto en la salud de los trabajadores del subte de la Ciudad de Buenos Aires por exposición al asbesto.
A las diez de la mañana, la marcha de miles de trabajadorxs de la salud comenzó a caminar hacia el Obelisco en rechazo a la ley de residentes que la Legislatura porteña aprobó a puertas cerradas y con represión. Por eso, la ronda de exposiciones en el III Congreso Internacional de Medicina del Trabajo de la que los trabajadorxs del subte participaron terminó con el repudio a la represión, la lectura del comunicado de médicos municipales, el apoyo a los residentes, y un extenso aplauso.
Todo eso bajo la cúpula de aula magna en la Academia Nacional de Medicina.
La exposición

El término asbesto viene del griego y significa “inextinguible”. También se lo nombra amianto, que en griego significa “incorruptible”. Es un mineral que fue utilizado como aislante porque posee alto grado de resistencia a la combustión. Es muy volátil, sus fibras se descomponen con facilidad y se pueden inhalar quedando en los pulmones y pudiendo provocar graves patologías. Si las fibras entran al organismo representan un peligro potencial a largo plazo.
La agencia lavacaaccedió en exclusiva a la ponencia presentada por la Asociación Gremial Trabajadores del Subte y Premetro (AGTSyP) en la segunda sesión de temas libres del III Congreso Internacional de Medicina del Trabajo. La presentación fue armada por trabajadores y médicos, presentada por el médico Ariel Rossi y comenzó con la historización del conflicto.
En primer lugar, relata cómo el Gobierno de la Ciudad adquirió en 2011 por compra directa al Metro de Madrid 36 coches para la Línea B “a pesar que en los manuales y planos de especificaciones técnicas se expresaba claramente que estas formaciones contenían asbesto”
Las formaciones que se compraron habían sido retiradas de circulación en España a principios del 2000. Fue a comienzos del 2018 cuando los trabajadores del metro de Madrid denunciaron “un trabajador fallecido por Mesotelioma Pleural (Cáncer de Pleura) y varios enfermos y contaminados por la exposición al amianto en el Metro de Madrid”.
Lo que sigue es cómo se inicia la lucha en nuestro país. A mediados de 2018 los Metrodelegados inician la denuncia a la empresa para que se investigue si en las formaciones que se habían comprado estaba presente el asbesto.
“La empresa argentina niega sistemáticamente la presencia de amianto. Comienza entonces, la investigación por parte del Sindicato”, relata la exposición. La investigación se inició en los trenes comprados a España, se extendió al resto de las flotas que estaban en circulación Líneas A, B, C, D, E, H y Premetro y luego a los trenes que ya no circulaban.
Las muestras a analizar fueron enviadas para su análisis a la Universidad Nacional del Sur, Departamento de Geología. Los resultados fueron contundentes: de las 143 piezas analizadas, más del 40% presentaban asbesto. “A partir de esta situación y por comenzar una búsqueda más dirigida, se encontró asbesto azul (crocidolita) en los techos de los coches Mitsubishi, y se supo que las carrocerías están pintadas con pintura bituminosa con contenido de amianto blanco (crisotilo). Esto no solo afecta a los trabajadores cuando realizan las reparaciones sino a los pasajeros ya que las formaciones que no están en buen estado fueron fabricadas en 1955”.
Recién en diciembre de 2018, la empresa Sbase reconoce la presencia de asbesto en los coches CAF 5000. Y, en enero de 2019, Metrovías S.A. reconoce que hay trabajadores de los talleres afectados por la exposición directa al asbesto. Ese mismo mes se incluyó a los trabajadores de los talleres Rancagua -sí, el mismo taller en el que fueron agredidos el último viernes- y Urquiza en el Registro de Agentes de Riesgo: cinco meses después comenzaron a realizarles los estudios médicos específicos para determinar el nivel de afectación de la salud. En julio se incorporaron conductores y guardas de la Línea B al Registro y, actualmente, están en vías de estudio.
Los resultados duelen:
- De los 190 trabajadores de los talleres evaluados (Rancagua y Urquiza), 13 (6,84%), fueron diagnosticados con neumoconiosis debida al asbesto y a otras fibras minerales.
Aún restan evaluar más de 4.000 trabajadorxs de los Subterráneos de Buenos Aires expuestos al asbesto.
Francisco Ledesma, técnico Electromecánico, trabajador del subte y Secretario de Salud Laboral de la AGTSyP, resume a lavaca: “Mientras tanto, los pulmones los ponemos nosotros”.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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