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#DeMiTíoNoNosVamos: un festival ante la clausura de la pizzería recuperada

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La pizzería recuperada Mí Tío fue clausurada por el Gobierno porteño cuando la Justicia les había dado el aval para seguir funcionando mientras se definiera la quiebra de la empresa. “Que nos hagan esto en tiempos en los que no hay trabajo y la plata no alcanza, no es nada bueno”, dicen a lavaca los trabajadores que habían podido vencer los sueldos impagos y la fuga patronal con trabajo cooperativo. Ahora, entre caterings y envíos a domicilio, preparan un festival para el 22 de diciembre en San Telmo para contar con la solidaridad del barrio y de los clientes, bajo una consigna clara: «Por una Navidad con trabajo, de mi tío no nos vamos».
El 29 de marzo de 2017, Daniel Nieva, maestro pizzero, llegó a trabajar a la pizzería Mi Tío a las 7:15 de la mañana con un catálogo de acontecimientos que astillaba su cabeza.

  • Tres meses sin cobrar.
  • Aguinaldo de junio de 2016 sin cobrar.
  • Aguinaldo de diciembre sin cobrar.
  • Aumentos paritarios sin cobrar.
  • Vacaciones sin cobrar.
  • Aportes sociales sin cobrar.
  • Casado, tres hijos.

La lista se unió en un solo punto cuando Nieva -46 años, 28 en la empresa- llegó a la esquina de Defensa y Estados Unidos, en el barrio de San Telmo, Ciudad de Buenos Aires: estaba todo cerrado. Daniel era el primero que llegaba después de los dueños porque era el que arrancaba la producción. Un canillita le informó que los dueños habían estado, pero luego se fueron dejando la imagen que Daniel entendió al instante: persianas bajas con candados.
Llamó a sus compañeros. Ese día iban a tener una reunión por la tarde con el dueño Héctor Villarroel y sus sobrinas María Marta y Rosauro Romero. Los trabajadores decidieron esperar al encargado porque era la persona que tenía la llave. Así podrían saber qué había pasado. Pero, cuando llegó, se enteraron de otro detalle: los candados habían sido cambiados. “Ahí tomamos la decisión de entrar”, dice Adrián Fernández, 48 años, 14 en la pizzería como mozo.
Así nació la cooperativa de trabajadores que, de forma autogestionada, recuperó la pizzería Mi Tío y comenzó la producción sin patrón en el icónico y pequeño bodegón porteño que hoy es la principal fuente de trabajo para las 9 personas. Sin embargo, hoy la noticia es que el local fue clausurado el 18 de noviembre por la Agencia Gubernamental de Control (AGC) de la Ciudad de Buenos Aires por un problema con la habilitación del comercio.
“Que nos hagan esto en tiempos en los que no hay trabajo y la plata no alcanza, no es nada bueno. Es un muy mal momento”, sintetiza Fernández. Por esa razón, el 22 de diciembre, previo a las fiestas, harán un festival con todo el barrio en la puerta de la pizzería con una consigna clara: «Por una Navidad con trabajo, de mi tío no nos vamos».

#DeMiTíoNoNosVamos: un festival ante la clausura de la pizzería recuperada

Foto: Lina Etchesuri.


#NoNosVamos
Mi Tío es un bodegón cálido, que en sus primeras semanas como cooperativa adornó el lugar con carteles que transmitían la solidaridad de la clientela con los trabajadores. #DeMiTíoNoNosVamos era el hashtag promocional que decoraba las paredes y los menúes, que también tenían su correlato turístico: #FromMiTioWeWillNotLeave. Los pizzeros explicaron que el local siempre trabajó bien, pero que una mala administración, sumada a la situación económica del país (la factura de luz les había pasado de 1000 a 7500 pesos), encadenó una serie de problemas que concluyó con la fuga de los patrones.
Adrían: “Logramos tener la matrícula, la personería jurídica. Estamos al día con la parte legal e impositiva. Sólo restaba la decisión del juez, que es quien lleva el proceso de quiebra del anterior dueño. Él había presentado la quiebra en mayo del año pasado, y desde ese momento nos presentamos para porque teníamos la prioridad para quedarnos con el fondo de comercio y así poder seguir trabajando. Teníamos el aval del juez y, además, del Ministerio de Trabajo, para seguir trabajando mientras durara el trámite. Lo único que faltaba era la habilitación del comercio a nombre de la cooperativa. Hace 42 años que está la empresa, y estaba habilitada, pero con la quiebra, supuestamente, queda sin efecto la habilitación a nombre de la sociedad anterior. Las transferencias tardan mucho y se complica a nivel judicial: nosotros necesitamos trabajar. Le dijimos a la AGS que teníamos el permiso del juez, pero no les interesa lo judicial”.
El proceso de habilitación, ahora, está encaminado, pero la clausura llegó en un momento crítico previo a las fiestas de fin de año. Por eso, pidieron a la AGC una prórroga para poder trabajar de cara a Navidad y Año Nuevo mientras ponen en regla los trámites. “Veníamos trabajando bien. Y, dentro de esta época, estábamos llegando para poder solventarnos, los sueldos y el costo de la mercadería. No es que sobraba, porque en la semana está difícil pero remontábamos viernes, sábado y domingo, pero llegábamos a solventarnos. Por eso necesitamos seguir trabajando”.
La cooperativa es el único sustento de los nueve trabajadores, y por eso durante este mes estuvieron promocionando un servicio de entregas a domicilio para catering, eventos o reuniones de pizzas (más de 20 combinaciones a elección), empanadas, postres (helados, flan, budín de pan) y bebidas. “Es lo que nos solventa, la única fuente de ingresos que tenemos”.
Por eso, los trabajadores están organizando un festival en la puerta de la pizzería para el 22 de diciembre. Será por la tarde y habrá bandas, cantantes y música popular. Adrián cierra: “Es lo que tenemos que hacer para seguir trabajando y bancar el trabajo sin patrón”.
Para el servicio de entregas a domicilio, comunicarse al: 15-3599-7293. O al mail: [email protected]

Pizzería sin patrón: Mi Tío recuperada

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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