Nota
Desde adentro de Barrick Gold: “La minería también se tiene que ir nacionalizando”
Los daños ambientales, el saqueo del agua, la desprotección de los trabajadores, las enfermedades, la mentira sobre el supuesto “progreso”, la propuesta de una minería a otra escala y de un control del país sobre sus recursos. José Leiva, operador perforista de la mina Veladero de San Juan (Barrick Gold), y referente del sindicato al que gobierno y burocracia no reconocen, habló con lavaca sumando la voz de los trabajadores a un debate crucial para el presente y el futuro.
Algunas definiciones
Dijo José Leiva a lavaca:
“Se habla mucho de la estatización del 51% de YPF. Bueno, yo creo en una minería que también se vaya nacionalizando, que el país tenga el control de esa extracción minera”.
“El problema es la megaminería, que es tan destructiva. Se puede hacer una minería a otra escala”.
“Nosotros estamos destruyendo un cerro. En 5 años lo hemos hecho mierda”.
“Lo peor es el uso del agua. La cantidad que se consume es inimaginable. Acá no hay caudalímetro a propósito, para que nadie sepa cuánta usan”.
“Lo que es seguro es que no alcanza el agua en Veladero, están secando totalmente los ríos y las fuentes de agua, y por eso riegan con mierda (sic) los caminos de la mina para que no levanten polvo”.
“Tiene que haber menor escala, con mucho control estatal, impositivo, laboral y de salud. Cuando manejan todo estas multinacionales, no hay ningún control”.
“Lamentablemente tengo que decir que Barrick Gold es la que gobierna en San Juan”.
“Sólo con lo que ganan por la escoria (el sobrante) de la fundición de oro, pagan las regalías y nos pagan a nosotros. La ganancia por el oro y la plata se la llevan completa”.
“Si no hay control por los derechos de los trabajadores, imaginate: ¿qué control puede haber al medio ambiente?”
“¿Por qué te creés que nadie, ni los periodistas, pueden subir a esta burbuja impenetrable que es Barrick Gold?”
“No estoy de acuerdo con los ambientalistas que dicen ‘que cierre la mina y chau’. ¿Y los trabajadores?”
“AOMA (el sindicato cegetista) le ha iniciado juicios a los trabajadores. Por eso queremos que se reconozca al nuevo sindicato que reúne a muchos más compañeros de Veladero, para sacar a los traidores”.
Progreso fantasma
“No tenemos señal para el celular en la mina. Me agarraron justo porque en un rato salgo para allá” dice José Leiva con voz pausada al iniciar el diálogo desde San Juan. Hace unas semanas organizó un paro de dos días en Veladero. Ahora está a 3 kilómetros, desde el cual volverá a su puesto de trabajo a 4.500 metros de altura. “Aquí te das cuenta de la mentira del progreso minero. Alrededor de esta zona son todos pueblos fantasma, como Tudcum, que no tuvieron ninguna mejora. Aprovechan lo buena que es la gente. Les regalan cositas para tenerlos tranquilos. ¿Eso es el progreso?”
Teléfonos pinchados a -10 grados
Leiva trabaja como perforista en Veladero desde 2005, cuando el proyecto de Barrick Gold se puso en marcha. Ante la dócil relación del gremio AOMA (Asociación Obrera Minera Argentina) con la empresa y con el gobierno sanjuanino de José Luis Gioja, Leiva inspiró la creación de OSMA (Organización Sindical Mineros Argentinos) nuevo sindicato que triplica en adherentes al anterior, que no ha sido reconocido, y que realizó un paro de dos días el 2 y 3 de abril en la mina, cortando el acceso a los camiones, a una temperatura de 10º bajo cero.
“Nuestro reclamo es que aumenten un 40%. Pero AOMA negoció un 23% que en realidad es menos porque dividen un 13% en el básico, un 5% por presentismo y 5% a partir de julio. Nos toman el pelo. Como decidimos parar, empezaron las amenazas, nos quitaron la comida y vino un tipo de la oficina de recursos humanos de la empresa para anunciar que iban a empezar a echarnos. Al final el secretario general de AOMA Héctor Laplace fue traído por la propia Barrick Gold desde Buenos Aires, que al final terminó firmando el acuerdo”. Ante la conciliación obligatoria y las amenazas, los trabajadores quedaron en alerta permanente. “Tenemos que cuidarnos porque nos escuchan los teléfonos de línea, los celulares, esto se comprobó en 2009 cuando me echaron y tuvieron que reincorporar. tienen cámaras en toda la mina. Falta que te pongan una en el baño”.
AOMA es el gremio oficialista. Laplace avaló a Armando Domínguez, el falso “trabajador minero” al que un lapsus permantente denominó “Antonio” en una teleconferencia donde Cristina Kirchner lo trató como “verdadero trabajador, no un político”, sin saber acaso que Domínguez es presidente del PJ de Olavarría y lobbysta junto a José Luis Gioja contra leyes como la de protección de glaciares. Otro dato: el sindicato que propone Leiva está enrolado en la CTA (Central de Trabajadores Argentinos).
“El problema es la megaminería”
“Se habla mucho de la estatización del 51% de YPF. Bueno, yo creo en una minería que también se vaya nacionalizando, que el país tenga el control de esa extracción minera” plantea Leiva. “Nosotros somos parte de la energía, la minería también abarca el tema del uranio. La idea mía y de la mayoría de los trabajadores (porque tenemos la mayor parte de afiliaciones en Veladero) es: ¿por qué no hacer una minería a menor escala, que no produzca tanto daño con el tema de glaciares, con el tema del agua? Se puede hacer. El problema es la gran escala: la megaminería”.
Este es un debate complejo, en el que Leiva explica lo que ve desde su puesto de trabajador: “Las mineras vienen, destruyen un cerro en el menor tiempo posible, le sacan todos los minerales al menor costo posible, y ahí entramos nosotros los trabajadores, en ese costo. Se llevan todo y no nos dejan nada. Porque lo que nos dejan, como provincia, como Nación, ese 3% que de regalías, es nada”.
El agua y el cianuro
Otra descripción: “El problema es la megaminería, que es tan destructiva. Se puede hacer una minería a otra escala. Nosotros estamos destruyendo un cerro, en 5 años lo hemos hecho mierda. Y no solo eso: lo peor es el uso del agua. La cantidad que se consume es inimaginable. Acá no hay caudalímetro a propósito, para que nadie sepa cuánta usan. Se habla mucho del cianuro, pero el cianuro es lo de menos. ¿Pensás que pierden una gota de cianuro? La realidad es que lo aprovechan al 100% porque es muy caro eso y es lo que les permite extraer el oro de la tierra. El problema es la cantidad de agua que se usa. Lo que es seguro es que no alcanza el agua en Veladero, están secando totalmente los ríos y las fuentes de agua, y por eso riegan permanentemente con mierda (sic) los caminos de la mina para que no levanten polvo”.
Utilizan los desechos cloacales, para humedecer la minera, confirmando que la Argentina es un país sin metáforas.
“Que se vaya nacionalizando”
Leiva propone por eso lo que llama una “minería distinta”: “Tiene que haber menor escala, con mucho control estatal, impositivo, laboral y de salud. Cuando manejan todo estas multinacionales, no hay ningún control”. Entre los vecinos y asambleas hay debates al respecto ya que muchos desconfían acerca de que esa “menor escala” minera encierre una trampa para terminar siendo más de lo mismo.
Leiva en ese punto razona con la lógica de un gremialista: “No estoy de acuerdo con los ambientalistas que dicen ‘que cierre la mina y chau’. ¿Y los trabajadores? Acá en San Juan somos unos 5.000”.
¿Cuánto cuesta el gasoil-minero?
Todo ocurre en medio de ventajas para las mineras que incluyen no pagar determinados impuestos: “En San Juan hay problemas de gasoil. Yo tengo que hacer colas de 5 o 6 cuadras. Y acá en Veladero permanentemente hay un stock de combustible de 5 millones de litros. Se consumen en Veladero por día más de 700 mil litros de gasoil. ¿Sabés a qué precio le llega? A 1,75. ¿Cómo puede ser? En Veladero lo cobran a 1,75 a los camiones, y nosotros lo pagamos 6 pesos y haciendo colas en la ciudad de San Juan. ¿Eso es sustentabilidad? ¿Darle a estas empresas todas las facilidades económicas en el gasoil, en los impuestos?”
Agregado: “Sólo con lo que ganan por la escoria (el sobrante) de la fundición de oro, pagan las regalías y nos pagan a nosotros. La ganancia por el oro y la plata se la llevan completa”. Se calcula que Veladero aportará a Barrick Gold ganancias por 20.000 millones de dólares, en uno 15 años hasta terminar de extraer el oro. Quiere decir que en menos de una década sólo quedará el cráter minero, la falta de agua, y el drenaje ácido.
Se agranda el corazón
El sistema laboral hace que los mineros trabajen 14 días seguidos, en jornadas de 12 horas, sin que les paguen un día de ida y otro de vuelta a sus pueblos. “No te pagan los feriados, no te pagan por el trabajo insalubre, tenemos problemas de silicosis, por el sílice que flota en el aire que se incrusta como partículas en los pulmones y se encapsulan allí. A 4.500 metros de altura cambia la circulación, aparecen problemas cardíacos. Se agranda el corazón. También hay cantidad de problemas de columna. Y todo esto sin que nadie controle cómo se trabaja. Yo estoy aquí hace ocho años y no sé cuánto me va a dar el cuerpo. Me dicen ‘andate’ pero yo tengo mi antigüedad y estamos tratando de que las cosas cambien”.
Explica Leiva: “Somos 1.200 trabajadores, acabo de chequear las listas porque están amenazando con echar compañeros. Pero una parte son trabajadores directos y otra parte contratados, que también tienen enormes problemas. Acá en Barrick Gold existe el trabajo en negro. No lo vas a creer, pero hay gente que viene a trabajar por 600 pesos mensuales. Es negro, o es gris: tomanmuchachos jóvenes, los preparan 3 meses, los dejan ‘stand by’ y cuando se quieren deshacer de trabajadores más antiguos, los reemplazan con éstos, pagándoles mucho menos y con contratos por seis meses a renovar”.
Salarios
El sueldo de Leiva es de 7.200 pesos, como perforista. “El promedio en la mina es de 6.500 pesos. En Vanguardia, en Santa Cruz, un perforista gana 15.000 y en Alumbrera 14.000. Un camionero en Alumbrera gana 10.000 y acá 7.000. Sin embargo Gioja mintió en el programa de Víctor Hugo Morales diciendo que aquí se cobraban los salarios más altos del país”. Editorial político: “Lamentablemente tengo que decir que Barrick Gold es la que gobierna en San Juan. Por eso también digo: Si no hay control por los derechos de los trabajadores, imaginate: ¿qué control puede haber al medio ambiente?”
También considera el sindicalista que el hermetismo de Barrick es una especie de fatalidad: “¿Por qué te creés que nadie, ni los periodistas, pueden subir a esta burbuja impenetrable que es Barrick Gold?”
OSMA sigue intentando que se lo reconozca gremialmente para las próximas negociaciones, porque se considera además el sindicato genuinamente representativo, en calidad y en cantidad. “Estamos en alerta permanente. Lo que queremos es darle forma al sindicato, hacer una nueva inscripción, queremos cambiarle el nombre y lo haremos a nivel nacional. Queremos la personería para que los propios trabajadores puedan decidir quién quiere que los represente. AOMA (el sindicato cegetista) incluso les ha iniciado juicios a varios de los trabajadores. Por eso queremos que se reconozca al nuevo sindicato que reúne a muchos más compañeros de Veladero, para sacar a los traidores”.
Para detectar a Leiva hicieron falta muchos días. Como su turno es nocturno, habló con lavaca recién levantado, a las 6 de la tarde. En este momento, cuenta, en Veladero sigue nevando.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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