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El aborto es materia de salud

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Por primera vez una universidad nacional incorporó al aborto como materia de formación. Este hecho histórico tiene como escenario la Facultad de Medicina de Rosario. En qué consiste esta cátedra que ya completó los cupos disponibles para este cuatrimestre y tiene alumnos en lista de espera.
Estar con otras, en la calle, juntas, hermanadas, parece ser el escenario ideal para formar alianzas que fortifiquen e impulsen luchas históricas de las mujeres.  Así, en el año 2003, en el Encuentro de Mujeres en Rosario, se creó la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Doce años después, como parte de la Campaña, se creó la Red de Profesionales de la Salud por el Derecho a Decidir. La Red es nacional y tienen distintas regionales que se encuentran en una jornada anual. Este año será en Neuquén. En el 2016 sucedió en Rosario y se debatió, entre otras cuestiones, la necesidad de capacitación profesional que garantice el acceso de las mujeres a la interrupción legal del embarazo. De ahí salió la propuesta que la regional de Rosario, conformada por casi 40 personas, hizo a la Universidad: crear la materia El aborto como un problema de salud.
El debate que llevó a aprobar la incorporación de la materia duró un poco más de un año y fue democrático, en cada una de las comisiones en las que se trató se escucharon diferentes voces y opiniones de estudiantes y docentes. El proyecto fue impulsado también por el Centro de Estudiantes con mucho entusiasmo, característica que  la doctora Raquel Tizziani reconoce en todo el alumnado. En cambio, entre los profesionales las opiniones son más heterogéneas.
Finalmente el Consejo Directivo de la Facultad voto por unanimidad en el mes de mayo que la materia pase a formar parte de la currícula, como una de las materias electivas por las que pueden optar los estudiantes que para recibirse: deben cursar 300 horas de materias de este tipo.
Desde el próximo cuatrimestre, una materia que aborde el aborto como problema de salud estará disponible en la oferta académica por primera vez en una facultad de Medicina a pesar de que grupos que defienden el aborto clandestino, casi inmediatamente después del anuncio, salieron a hacer campaña en su contra.
La doctora Raquel Tizziani, titular de la nueva cátedra, analiza: “Son voces que pretenden sostener el tema de aborto en la oscuridad, como trasfondo quieren seguir intentando controlar la sexualidad y la salud sexual de las mujeres. De alguna manera, le hacen el caldo gordo al negocio clandestino porque sabemos que las mujeres que mueren o quedan con lesiones graves son las mujeres que no lo pueden pagar. Son dos voces en contra. Por un lado, la que sabemos que proviene de sectores eclesiásticos, voces milenarias que hace siglos sostienen el mismo discurso y en el fondo intentan controlarnos. Y por otro lado, si nosotros garantizamos intervenciones legales dentro del sistema de salud, estamos boicoteando un negocio que aparentemente es bastante rentable para algunas personas”
En oposición a quienes protestaban para que anulen la decisión de incorporar la materia están quienes festejan: “El terreno que ha ganado la lucha feminista se refleja en las y los estudiantes. La lucha feminista va calando en las nuevas generaciones y es una demanda por parte de ellos que esta cátedra exista. Hubo un claro apoyo desde primer momento”.

El aborto es materia de salud

La doctora Raquel Tizziani. Foto: Camila Villaruel para lavaca.org


Qué pasa en la provincia
Desde que en el año 1922 entró en vigencia el aborto no punible en el derecho argentino, la interrupción legal del embarazo pasó a ser un derecho de las mujeres.
En marzo de 2012 la Corte Suprema de Justicia mediante el fallo F. A. L. ratificó el artículo N° 86 del Código Penal donde dice que el aborto es no punible cuando: “Si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios; Si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto”.
Santa Fe es una de las ocho jurisdicciones, según el informe “Acceso al aborto no punible en Argentina: Estado de situación” publicado en 2015 por la Asociación por los Derechos Civiles, que posee protocolo de atención que no obstaculiza el acceso a la interrupción legal del embarazo.
Raquel Tizziani es especialista en clínica médica y sexóloga clínica. Trabaja en el Hospital Roque Sáenz Peña, un hospital que define como “de avanzada, sobre todo lo que respecta a salud sexual y reproductiva” y que la ayudó a formarse para dictar la cátedra: “Aprendí mucho de mis compañeros y compañeras del hospital que venían trabajando en el tema. Después uno empieza a asociarse, a estudiar e investigar. Hay mucha bibliografía, muchas organizaciones internacionales trabajando y produciendo material con información científica”
Desde esa experiencia analiza la situación de la provincia que, aunque reconoce que es mejor que muchas otras regiones del país, todavía depende de la suerte de a dónde llegue la mujer para ser atendida: “Tenemos determinados equipos que garantizan las interrupciones legales, pero es eso: equipos. No te va a tratar bien cualquier profesional que te atienda en una guardia. Depende de la suerte y eso es un gran problema”.
¿Por qué los profesionales no garantizan el derecho de las mujeres? La doctora Tizziani cree que es, principalmente, por falta de formación y reconoce que hay distintos niveles en los cuales esa formación profesional falla: en la carrera de grado y posgrado.
“Dentro de la Facultad de Medicina es un tema tabú el aborto. Se trabaja muy conceptualmente, desde los libros de Obstetricia en la materia de Tocoginecolgía y después, dentro de la Medicina Legal, pero simplemente se explica lo que para el Código Penal, nada más. No hay un tratamiento de lo que después va a ser la realidad profesional. También en el posgrado hay un gran problema. La formación de los que son tocoginecólogos: la especialidad donde se tendría que brindar esta formación, pero tampoco lo trabaja”
Los tocoginecólogos deben estar capacitados a derecho. Es primordial porque, resalta la doctora, es dentro de ese sector que “muchos profesionales se autodefinen como objetores de conciencia”.
Explica: la objeción de conciencia comprende solamente a los profesionales que están directamente vinculados con la práctica. Eso significa que no puede ser objetor de conciencia el que te hace la ecografía, ni quien te saca sangre; tampoco quien te da un turno, ni quien te realiza la primera consulta. Tampoco puede ser institucional: la objeción es siempre individual. “La ley solamente habilita la objeción al profesional que realiza la práctica”, resalta  la doctora Tizziani, para señalar la importancia de trabajar con los servicios de tocoginecología, especialidad dedicada a la obstetricia y ginecología.
Esa falta de conocimiento en los profesionales que deben garantizar el derecho a la interrupción legal del embarazo produce principalmente miedo. La objeción de conciencia que la doctora Tizziani describe como “objeción de práctica porque la cuestión moral, personal, no puede estar por encima del derecho del otro”, muchas veces está dada “por la falta de conocimiento de los aspectos legales que resguardan al profesional y de los que lo responsabilizan por no garantizar interrupciones legales”.
Ese desconocimiento rompe el vínculo de la Medicina con la mujer. El grado más extremo de esa situación es la denuncia. “El profesional denuncia porque tiene miedo a estar involucrado en una situación ilícita, generalmente por mucha falta de información. Quiero pensar que actúan para protegerse erróneamente , porque se están incriminando y están violando el secreto profesional”.
Para que esto deje de pasar y no siga empujando a las mujeres a los peligros de la clandestinidad es que se deben replicar en todas las universidades esta materia.
La doctora Tizziani es clara: “Todo aborto es resultado de un embarazo no deseado y de esto también es responsable el Estado: esa mujer no ha tenido la posibilidad de decidir previamente a esa gestación porque no pudo acceder a los métodos anticonceptivos, no tuvo información, fue víctima de violencia sexual o violencia del micro machismo que interfiere en toda relación de pareja estable”. El ejemplo más claro de esto es el hombre que no quiere ponerse el preservativo.
El aborto es materia de salud

Foto: Camila Villaruel

Radiografía de lo interesante

La radiografía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Rosario da una institución constituida mayoritariamente por mujeres. La relación es casi 8 a 1.
Otra característica: es la única del país que no tiene ingreso restringido.
Otra: recibe gran cantidad de estudiantes de diferentes puntos del país y muchos del exterior.
Toda esa diversidad da otro dato aportado por la lectura de la doctora Tizziani: “Es una facultad muy interesante”.
Desde una perspectiva interdisciplinaria, y fundamentalmente apuntando a la prevención, la materia va a proponer cuatro módulos:

  • Marco legal vigente en Argentina.
  • Aborto seguro, desde donde se propone trabajar la consulta médica: cómo preguntar, cómo hacer la historia clínica, cómo escribir, cómo evaluar los causales.
  • Técnicas y procedimientos, tanto farmacológicos como quirúrgicos.
  • Atención integral post aborto. Identificar cuestiones de violencia y tratar de resolverlas dentro del sistema de salud. Identificar las posibilidades de infección de transmisión sexual. La anticoncepción. Pensar y preguntarse ¿qué pasó?

En esas aulas, llenas y diversas, se empieza a pensar la primera cursada.
En el primer módulo, dedicado al del marco legal, se utilizaran como disparadores situaciones emblemáticas en las cuales a las mujeres se les negó la interrupción legal del embarazo. “Tenemos ganas de empezar con una situación de la provincia de Santa Fe: el caso de Ana María Acevedo. Pensamos hacerle un homenaje como primera clase y utilizarlo como disparador para pensar qué cosas se hicieron mal, qué cosas habría que hacer, cómo hubiera sido sí…”
Ana María Acevedo tenía 19 años y tres hijos cuando murió. Le habían diagnosticado cáncer en la mandíbula y aunque el aborto es no punible si está en riesgo la vida de la mujer, en el hospital municipal Iturraspe le negaron el derecho de acceder a la interrupción del embarazo. También le negaron el tratamiento oncológico, para preservar el feto.
La materia propone trabajar a través de situaciones reales por un motivo concreto: “Han marcado el camino para que hoy estemos en este lugar”, reconoce Raquel.

La ley que falta

El año pasado se presentó en el Congreso por sexta vez el Proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. La historia de la búsqueda de la legalización del aborto es larga, el primer proyecto es del año 1937.
La creación de la materia El aborto como un problema de salud en una universidad pública empuja a la necesidad del tratamiento legislativo del tema , que por ahora no fue tratado ni en la primera comisión a la que tuvo giro: Legislación General, presidida por Daniel Andres Lipovetzky de Unión PRO.
“Sacar el tema a la luz, hablarlo abiertamente, informar con argumentos científicos y con datos estadísticos reales, que no sea una cuestión basada en la opinión pública, en el prejuicio y en el miedo, afrontarlo como lo que es: un problema de salud integral, un problema de derecho y un problema de justicia social. Creo que es el camino hacia donde tenemos que ir para que todas las personas gestantes podamos decidir sobre nuestra sexualidad plena. El aborto forma parte de lo que es el derecho reproductivo: poder elegir cuándo tener un hijo, cómo, de qué manera y en qué circunstancia. Es el camino hacia el aborto legal”, sintetiza la doctora Tizziani.
 

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Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

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A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.

Por María del Carmen Varela

Fotos Lina Etchesuri para lavaca

Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.

Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.

Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.

Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.

El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.

Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.

Continuará.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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