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Criminalizan reclamo gremial de Cispren: El pacto antisocial

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El diario La Voz del Interior ,de Córdoba, propiedad de Clarín (85%) y La Nación (15%) impidió las negociaciones salariales con los trabajadores de prensa, logró que un fiscal procese a cuatro de ellos penalmente por reclamar. Exigió además que se quite la tutela sindical a integrantes del gremio para poder despedirlos. Las garantías constitucionales avasalladas, en medio del obvio silencio de los medios, las intimidaciones y ataques a la libertad sindical y de expresión: la lógica monopólica frente a la que el gobierno no actúa mientras se habla “pacto social”. Uno de los integrantes del sindicato dialogó con lavaca.
“Reclamar no es una acción delictiva” se ve obligado a aclarar Javier De Pascuale a lavaca, cuando explica la situación por la que está pasando el Círculo del Sindicato de Prensa de Córdoba (Cispren). “Es nuevo que a los periodistas nos imputen por piqueteros, pero tenemos a cuatro compañeros procesados por el artículo 194 del Código Penal por reclamar en el espacio público por nuestros derechos, frente al boicot de La Voz del Interior a todo intento de negociación salarial, y además piden que les quiten sus garantías gremiales para poder despedirlos del diario”.
El artículo 194 es el que reprime con prisión de tres meses a dos años a quien «sin crear una situación de peligro común, impidiere, estorbare o entorpeciere el normal funcionamiento de los transportes por tierra, agua o aire o los servicios públicos de comunicación, de provisión de agua, de electricidad o de sustancias energéticas”.
El fiscal Javier Praddaude, desmintiendo que la justicia sea lenta (cuando de estos monopolios se trata) imputó a Guido Dreizik (secretario general del cispren), Esteban Liendo (prosecretario gremial), Walter Moyano (delegado de La Voz del Interior) y Daniel Klorcker (editor de Prensared, la agencia de noticias del Cispren) por el artículo 194. Luego el diario pidió a la justicia que excluya a tres de ellos (Dreizik, Liendo y Moyano, que trabajan en La Voz del Interior) la tutela sindical que impide que sean despedidos.
El fondo del problema, según lo plantea el Cispren, es “un nuevo e ilegítimo intento e judicializar el reclamo salarial y las meidas de acción que el sindicato formula en ejercicio de la libertad sindical y en abierta violación a las garantías constitucionales en la materia”. El sindicato, además, precisó que todo esto en el fondo “es un modo de desviar el eje de discusión de la ostensible realidad de que estas empresas mientras perciben ganancias extraordinarias, pagan salarios de hambre”.
¿De quién es el espacio público?
“En marzo habíamos comenzado las negociaciones con la cámara de empresas periodísticas que es un grupo siempre liderado por el diario La Voz del Interior, que es la empresa más grande” explica De Pascuale. “De siete empresas, cinco querían cerrar un acuerdo con el Cispren, pero el diario empezó a operar para frenar ese acuerdo hace tres meses”.
“Operar” significa que el tamaño mismo de la empresa en Córdoba hace que las demás la sigan en sus decisiones. No se trata de “desacuerdos” en este caso, sino que La Voz del Interior no aceptó negociación salarial alguna, e impidió que las otras empresas acordaran.
Los trabajadores decidieron llevar a cabo algunas medidas como asambleas y paros parciales (de dos horas), y finalmente el viernes 29 de junio se hizo una protesta reclamando aumento salarial frente a la sede del diario. “Lo hicimos muy premeditadamente, de 1 a 3 de la mañana. Cortamos la calle totalmente durante media hora a lo sumo, y apenas llegó la policía el corte se hizo parcial y siguió habiendo flujo de tránsito. Pero la propia protesta atrasó la edición nochera del diario y atrasó la salida de las camionetas a otras provincias y puntos del interior de Córdoba. Lo impedimos, y boicoteamos la posibilidad de que llegara a horario”.
¿Por qué? “Porque consideramos injusto que una empresa estuviera boicoteando y esterilizando todas las discusiones. Evaluamos la medida y pensamos que es parte de la protesta social y gremial. El espacio público es el único con el que cuentan los trabajadores para protestar”.
Ese mismo día el grupo Clarín consiguió que el ministerio de Trabajo de la Nación dictara la conciliación obligatoria, y que el fiscal Praddaude imputara penalmente a los trabajadores. La Voz del Interior, debe recordarse, ya no tiene al socio español y ha quedado en manos de Clarín en un 85% y La Nación, 15%.
Para la libertad
Los trabajadores reclamaban 2.200 pesos como básico, pero había un preacuerdo con las otras empresas de 2.000. “De siete empresas, cinco querían el acuerdo. Las dos que se negaron son las monopólicas” explica de Pascuale. “La que lidera es obviamente La Voz del Interior, que tiene el 70% del mercado (pude agregarse que otro de los diarios, Día a Día, también pertenece a Clarín). Y Cadena 3 es la radio que reúne al 70% de audiencia, un fenómeno inédito en cualquier gran ciudad. Entre ambos tienen todo el poder para que las empresas más pequeñas no saquen los pies del plato”.
Una de las estrategias del grupo empresario fue desconocer la “nueva” formación del Cispren, fusión del Sindicato de Prensa, el Círculo de Prensa y la Asociación de periodistas de Río Cuarto efectivizada hace 27 años.
El contexto, según De Pascuale, es el siguiente: “Nosotros venimos hace dos años reconstruyndo la fuerza gremial, que había sido destruida en los 90. Lo hacemos con un estilo nuevo. A las paritarias no van los dirigentes del gremio, sino todos los compañeros. Discutimos con los empresarios en grupos de 30 o 35 trabajadores. Hacemos asambleas de todo el gremio prácticamente cada 15 días. Vamos al paso del más lento, par ir todos juntos”.
Una de las decisiones tomadas de ese modo fue reconocer la caída salarial y reconocer también que hay un esquema nacional donde el virtual ministro de Trabajo Hugo Moyano “pone un techo del 19 % a las negociaciones”. En Córdoba decidieron ignorar ese corset, y el reclamo era por el 40% con opción a cerrar por el 24% (los 2.000 pesos de básico). “Somos un gremio de tradición combativa, pero también tenemos tradición de seriedad y cuando pactamos las cosas las respetamos. Es nuevo que nos consideren piqueteros a los periodistas, pero a este estado de cosas nos empuja la intransigencia de estos empresarios” dice De Pascuale.
El ejemplo de la arbitrariedad de las imputaciones es el mismo Javier, secretario de cultura del Cispren, que trabaja en el diario Comercio y Justicia y fue orador en el acto criminalizado, con fotos y demás. Sin embargo a él no lo imputaron, cosa que sí hicieron con trabajadores de La Voz del Interior que, en algún caso, ni siquiera participaban de la medida.
Las patronales ahora están impidiendo la realización de asambleas, amenazan con descuentos salariales y consideran que cualquier reunión de los trabajadores constituye en sí misma una medida de fuerza. De Pascuale: “No somos un gremio loco ni trosco, tenemos una acción bien democrática, queremos que se garantice la libertad sindical y de expresión porque además este conflicto ha sido absolutamente silenciado por los medios. Vamos de a poco. Nuestro objetivo sigue siendo recuperar el salario que baja día a día, y estamos discutiendo qué medidas tomar. Van a ser las que decidamos entre todos”.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

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Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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