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Presupuesto: las claves para entender lo que se viene

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¿Cuáles son las claves y los principales puntos del proyecto que el oficialismo buscará aprobar mañana en Diputados como señal política al FMI? Un ejemplo: el pago de intereses de deuda es el único ítem que aumenta respecto a la inflación en las partidas destinadas al gasto público, que significa veintiseis veces lo invertido en Vivienda. El ajuste previsto se multiplica en Educación, Salud, Ciencia y Tecnología y en asistencia social. Mientras tanto, el rechazo social se puso en marcha. Los movimientos sociales prevén para mañana una movilización de 100 mil personas al Congreso, y advierten: “Hoy estamos a la puerta de que se instale masivamente el problema del hambre en Argentina”. La CTERA y los gremios universitarios convocaron a un paro nacional docente con marcha. También lo harán las CTA, ATE, Camioneros y los sindicatos de la Corriente Federal de la CGT, junto al Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas. En este informe de lavaca, cifras y miradas para entender el proyecto que se discutirá en la calle.
Como una cuenta regresiva, la votación del Presupuesto 2019 se palpita en el espacio público. El oficialismo logró los apoyos suficientes en la Comisión de Presupuesto y consiguió el dictamen del proyecto, por lo que convocó a una sesión especial para mañana a las 11, donde los guarismos no están muy claros.
Sin embargo, afuera del recinto, el quórum está garantizado.
Un breve repaso:

  • Barrios de Pie, CCC y CTEP anunciaron una movilización de 100 mil personas.
  • La CTERA convocó -junto a los docentes privados de SADOP y los gremios universitarios CONADU, FAGDUT, FATUN y FEDUN- un paro nacional docente con movilización.
  • La Asociación Bancaria dispuso un cese de actividades desde las 10 de la mañana en el Banco Nación. También convocó a un paro para lxs trabajadorxs bancarixs de Ciudad y Gran Buenos Aires, desde las 11. También movilizarán.
  • El secretario adjunto de Camioneros, Pablo Moyano, anticipó que marcharán.
  • Las tres CTA.
  • ATE.
  • La Corriente Federal de la CGT (bancarios, judiciales, docentes de instituciones privadas, curtidores, molineros).
  • El Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas y la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo (CNCT).

El rechazo al Presupuesto, donde el único ítem previsto para aumentar por encima de la inflación son los servicios de deuda, es transversal. Los cálculos de las organizaciones y los sindicatos -que focalizan en la brutalidad del ajuste que significaría la aprobación del proyecto-, apuntan a una expresión masiva frente al Congreso, en espejo a lo que fue el multitudinario rechazo a la reforma previsional en diciembre. “En los últimos 15 años, no ha habido un presupuesto que tenga estas características”, apunta a lavaca el economista y coordinador del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP), Claudio Lozano. “Sí hubo textos donde la partida de deuda fue importante, pero en ningún caso enmarcado en un proyecto donde todo lo demás cayera”.
Hay un consenso claro: el oficialismo busca tener aprobado el Presupuesto en ambas Cámaras para fines de noviembre, en un claro guiño a las negociaciones con el FMI.
El primer round será mañana en Diputados.

El Presupuesto de la deuda

Lozano explica que lo primero que hay que hacer para entender el Presupuesto es ubicarlo en contexto. “Es el resultado al que se arriba a partir de una política que puso en marcha el Gobierno, absolutamente irresponsable en materia de endeudamiento, que colocó al país al borde de la cesación de pagos a fines de 2017. Allí se produce el recurso de ir al FMI, que propone una terapia conocida: para recompensar esa capacidad de pago, hay que ingresar en una fase recesiva y de caída de la actividad económica. Es decir que esto no es consecuencia de una equivocación, sino una estrategia específica que entiende la recesión como forma de resolver el problema”.
En ese marco, el Presupuesto a discutir tiene algunas características básicas: una de ellas es que el proyecto privilegia el pago de deuda pública por sobre cualquier otro gasto del Estado. “El servicio de intereses es el rubro de gastos más importante de todo el gasto público: es el único que sube respecto del 2017. Todos los demás caen”. Lozano subraya que el gasto público nacional tiene 29 funciones: “El pago de intereses (746 mil millones) no sólo es el rubro más importante, sino que representa el 30 por ciento del gasto y equivale a una sumatoria de 24 de esas funciones”.
Para ser más claro, Lozano apunta que el pago de intereses equivale a:

  • Casi dos veces lo que se invierte en Seguridad Social.
  • Más de tres veces de lo que se invierte en Educación y Cultura.
  • Cinco veces lo destinado a Salud o Transporte.
  • Once veces la inversión de Promoción y Asistencia Social.
  • Dieciseis veces lo destinado a Ciencia y Tecnología.
  • Veintiseis veces lo invertido en Vivienda.

No hay metáfora.
Lozano sintetiza: “Es claramente un presupuesto dedicado al servicio de la deuda”.

La definición política

La secretaria general de CTERA, Sonia Alesso, recuerda a lavaca que el mismo día de la Marcha Federal Educativa que llenó Plaza de Mayo con 350 mil docentes de todo el país, el presidente anunció la creación de 3000 jardines, una noticia que fue bien recibida. “A Santa Fe le habían otorgado sólo 3 de esos 3000, pero la semana pasada notificaron que no los iban a terminar. Y eso está pasando en todo el país”.
El mayor gremio de docentes de Argentina convocó a un paro nacional con movilización al Congreso en rechazo a un Presupuesto que estudiaron bien: Alesso señala que el recorte en Educación significará una caída real del 39 por ciento.
El informe de CTERA, entregado en mano a diputadxs, desglosa área por área:

  • 77 por ciento menos en Infraestructura.
  • 68 por ciento menos en Jardines Infantes.
  • 69 por ciento menos en Conectar Igualdad.
  • 36 por ciento menos en Formación Docente.
  • 60 por ciento menos en Programas Socieducativos.
  • 35 por ciento menos en Becas para estudiantes.

Alesso contextualiza: “Nosotros veníamos denunciando la subejecución presupuestaria y lo que pasa ahora es una disminución increíble en las partidas. Baja mucho la inversión a las provincias, tanto en construcción como en el fondo de incentivo, lo que se suma a la subejecución en Ciencia y Tecnología. Entre este recorte y el del Fondo de la Soja, las provincias van a estar muy afectadas. Muchas ya están en conflicto, ya sea porque la paritaria nunca se cerró o porque están pidiendo la reapertura”.
¿El Presupuesto es la cristalización de la subejecución de estos años? “Es mucho más brutal, porque los años anteriores había subejecución sobre partidas ya presupuestadas. Luego, insistíamos para ver dónde iba toda esa plata ya planteada para Educación. Ahora ya es una definición política: es un Gobierno que no le importa la educación”.

La redistribución de la pobreza

En materia de Salud, un informe de la Fundación Soberanía Sanitaria advierte qué significa el recorte. Alguna de las áreas afectadas:

  • El Instituto Nacional del Cáncer sufrió una reducción real del 23,5% en el crédito asignado de acuerdo a la inflación promedio estipulada para 2019.
  • La Fundación observa una reducción real del 60,7% en el Apoyo a la reproducción médicamente asistida del programa de salud sexual respecto al crédito asignado de acuerdo a la inflación promedio estipulada para 2019.
  • El área de salud sexual y reproductiva (tiene entre sus objetivos garantizar a toda la población el acceso a métodos anticonceptivos y prestaciones de servicios, y capacita a los equipos de salud) tendrá una reducción real del 14,7%.
  • “En el Programa de lucha contra el SIDA y enfermedades de transmisión sexual se observa una disminución absoluta en la mayoría de las metas propuestas, sobre todo en aquellas vinculadas a la prevención, detección y diagnóstico de las infecciones de transmisión sexual”.
  • El área responsable del Programa de Equipos Comunitarios (ex Programa Médicos Comunitarios), que otorga becas de capacitación universitaria y financia equipos interdisciplinarios de salud para que se desarrollen en efectores en todo el país, presenta una reducción real del 66,4%.
  • Salud de adolescentes, una reducción real del 45 por ciento.
  • En el Programa de Atención de la Madre y el Niño, la reducción global es del 76,4 por ciento.

Lozano dimensiona qué implican estas cifras: “El presupuesto descarga el costo en la sociedad poniendo a salvo algunos actores locales que se cuida de no afectar, como los exportadores, que han tenido una duplicación de la renta por exportación que iban a tener durante 2018”. En la práctica, esos sectores capturaron 448 mil millones de pesos de renta exportadora extraordinaria: “Eso debería haber sido capturado por el Estado para poder financiar los desequilibrios de las cuentas públicas”.
Por el contrario, el Presupuesto paraliza la obra pública, reduce transferencias a las provincias y produce una caída de la masa salarial de estatales (19 por ciento respecto a 2018). Por eso, en caso de aprobarse, Lozano apunta nuevos detalles a tener en cuenta:

  • Más de 250 mil personas no van a recibir alguna de las prestaciones que hoy recibe, como pensiones no contributivas o prestaciones de la Seguridad Social.
  • Habrá una reducción del 3,3 por ciento para Educación Superior.
  • Un recorte del 41 por ciento en formación e innovación tecnológica.
  • Se prevén 1800 millones de pesos menos en abordaje territorial del Ministerio de Salud y Desarrollo Social.
  • 587 millones menos en Promoción y Asistencia a Espacios de Primera Infancia.
  • Una caída del 18 por ciento en planes de promoción integral de derechos de Niñas, Niños y Adolescentes.
  • Una reducción del 12 por ciento en partidas vinculadas a la Economía Social.

El economista apunta: “Las únicas áreas del gasto social que mantienen o pierden menos son aquellas ligadas a la Asignación Universal por Hijo (AUH) y a las jubilaciones. En todo caso, se financian con la caída brutal del gasto social”.
¿Qué signfica esto? Lozano no duda: “Es una redistribución al interior de la pobreza”.

La verdadera discusión

Los movimientos sociales de Barrios de Pie, la Corriente Clasista y Combativa (CCC) y la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) movilizarán el miércoles 100 mil personas al Congreso nacional. Para el debate previo en comisiones, pensaron un esquema de ollas populares y una intervención en el plenario para exigir la incorporación de la Emergencia Alimentaria dentro del Presupuesto, que implique la destinación de partidas de asistencia a comedores comunitarios y escolares.
El referente de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, dice a lavaca que las organizaciones están considerando acampar a la espera del debate del miércoles. “El presupuesto es un conjunto de malas noticias”, define. “Es un presupuesto de ajuste, enmarcado en las exigencias del FMI, que no da respuesta a los problemas sociales y profundiza la situación económica, con recortes en todas las áreas del Estado”.
-Desde el punto de vista del gasto social, ¿qué lectura hacen del proyecto?
-El problema del gasto social tiene que ver con el concepto de modelo económico, que genera cada vez mayor pobreza. Por lo tanto, hay una presión de asistencia mucho más significativa que otros años. En ese marco, el presupuesto queda chico en el sentido que consolida la recesión a partir de otras medidas, como el recorte a la obra pública. Eso va a traer una caída en materia económica y de ingreso a los hogares, que hace que cada vez más dependan de subsidios del Estado, como la AUH u otros programas de empleo, que es lo único que tiene la familia para subsistir. Vamos poco a poco a consolidar un esquema de asistencia social vinculado a que la gente no pase hambre. Pero en ese objetivo mínimo, el Presupuesto no da respuesta ni garantiza recursos para cumplirlo.
Según el INDEC, la pobreza en Argentina alcanzó durante el primer semestre de este año a un 27,3 por ciento de la población urbana, un crecimiento de 7 puntos respecto al semestre anterior. Seis cada diez nuevos pobres viven en el conurbano bonaerense.
En ese sentido, Menéndez propone una mirada integral del Presupuesto, el cual cree que no se comunicó de forma concreta para visualizar el impacto que tendrá sobre la población, como ocurrió con la reforma previsional. Y precisa: “Lo que sobresale es el ajuste. Podés poner un poco más de asistencia, pero vas a generar más demanda y necesidad. Hoy estamos a la puerta de que se instale masivamente el problema del hambre en Argentina. Ese es el elemento clave que tenemos que procurar evitar”.

Foto: Nacho Yuchark.

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Daniel Solano: la Corte Suprema confirmó la detención de los siete policías condenados por homicidio

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Los siete policías condenados a prisión perpetua por el asesinato de Daniel Solano, el joven salteño de 27 años desaparecido en Choele Choel el 5 de noviembre de 2011, fueron detenidos tras el rechazo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación a un recurso de queja de los efectivos, y así deberán empezar a cumplir la pena en prisión por primera vez desde la sentencia. El juicio concluyó el 1 de agosto de 2018, pero desde entonces los oficiales Sandro Berthe, Pablo Bender, Juan Barrera, Pablo Albarrán Cárcamo, Pablo Quidel, Diego Cuello y Héctor Martínez estaban en libertad, a la espera de la resolución de la Corte. “Nunca los sacaron de la policía: tenían libertad, cobrando sueldo y portando armas”, dice Leandro Aparicio, uno de los abogados de la familia Solano, que subrayó su “satisfacción” por el fallo: “Uno está golpeado, pero esto da energías para poder avanzar. No hay muchos casos que se detengan a 7 policías”.

La desaparición de Daniel se produjo tras un episodio de violencia policial en la vereda de un boliche de la ciudad. Antes había reclamado por su sueldo y el de sus compañeros como trabajadores rurales de la empresa Agrocosecha, tercerizada de Expofrut Argentina. Aparicio: “Fue un homicidio más allá de la desaparición, y fue un homicidio en un contexto de trata de personas, que está denunciada en la justicia federal de Roca, como está denunciado el narcotráfico, pero la causa no se mueve como se debería. Está parada. Pero esto va a servir para darle un impulso a toda esas cuestiones pendientes”.

Pedidos de justicia por Daniel Solano en 2012, a meses de su asesinato.

Entre esas cuestiones, en abril habrá audiencias por la acusación a otros cuatro policías, entre ellos Tomás Vega, a quien la familia lo señala como el “nexo” con la empresa: “Vega estuvo cuando le pegaban a Solano en el boliche. Vio todo eso. Y fue el que estuvo a cargo de la investigación los primeros día de la desaparición”.

Daniel sigue desaparecido. Gualberto, su papá, murió en medio del juicio, sin poder llegar a la sentencia por homicidio, y fue el principal motor de la causa que denunció la desaparición forzada y la connivencia judicial y estatal bajo un reclamo concreto que repitió una y otra vez a lo largo de seis años y medio: “Quiero encontrar el cuerpo y llevarlo”. No se detuvo un día: hizo huelgas de hambre, inició acampes y se encadenó al juzgado para exigir respuestas. Así reveló la trama de explotación laboral en Río Negro, la corrupción judicial que cubrió el caso y logró la detención de los oficiales que hoy están presos. Aparicio lo recuerda: “Nosotros tenemos esperanza de que el cuerpo aparezca. Algún policía capaz que se puede quebrar, o Vega mismo, sabiendo lo que se viene, puede dar información. Hemos hecho lo imposible para que aparezca el cuerpo”.

Compartimos la investigación de MU sobre este caso:

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Sí, podemos: 20 años del No a la Mina de Esquel

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Esquel está cumpliendo 20 años del histórico plebiscito en el que por más del 81% de los sufragios la comunidad votó «No a la Mina» y rechazó así la instalación de la megaminería en la región. A qué le dijeron que «Sí», desde la nota histórica que se hizo desde MU en uno de los tantos viajes, el primero, a la madre de muchas batallas.

El 23 de marzo se cumplieron 20 años del rechazo a la megaminería en Esquel, símbolo de lucha contra los proyectos contaminantes, inconsultos, impuestos en silencio y con violencia, y símbolo también de la democracia participativa, la organización y una lucha que se contagió a otros lugares del país.

En estos días hubo recitales, charlas, caminatas, marcha el 23 de marzo, y este domingo culminará la celebración con un ascenso al cerro Calfu Mahuida, un modo de simbolizar ese contacto permanente de la comunidad de Esquel con la naturaleza.

La historia viva cuenta que un puñado de vecinas y vecinos, que fueron cada vez más, comenzaron a reunirse, a estudiar la situación, a ir a escuelas, clubes, barios, difundiendo capilarmente, en una movilización a la vez inmensa, lo que se estaba tramando para hundir a Esquel en la megaminería. El 4 de diciembre de 2002 fue la primera marcha que reunió a más de 6.000 personas. Nunca desde entonces se dejó de marchar el 4 de cada mes.

Esa creación de movilización involucró otro hecho histórico: se había formado la Asamblea No a la Mina, grupo apartidario, horizontal, democrático, diverso, expresión de las nuevas formas de organización social que emergían en el país tras la crisis de 2001.  

El mecanismo asambleario en el que participaba todo el que quisiera, llevó a presionar la situación hasta obtener la posibilidad de la que se celebraron ahora 20 años: el 23 de marzo de 2003 se realizó un plebiscito en el que la comunidad rechazó por más del 81% de los votos al proyecto que intentaban imponer la empresa Meridian Gold y el Estado. Esquel hizo nacer aquel No, pero además generó un contagio en diferentes lugares en que se manifestaban  conflictos ambientales en todo el país (Gualeguaychú, Famatina, Andalgalá, como emblemas de una actitud ciudadana no ha dejado de crecer hasta hoy frente a diferentes situaciones territoriales, de salud, y hasta de derechos humanos). Se ponía en foco al modelo extractivo.

Desde aquellos años Esquel ha pasado por situaciones de todo tipo que han sido reflejadas tanto en lavaca.org como en la revista MU:

  • la intención de dar vuelta la decisión de la población a través de campañas de acción psicológica y desinformación;
  • el espionaje a vecinas y vecinos que integraban la Asamblea, por parte de la AFI, como forma de amedrentamiento y control social;
  • las presiones políticas y hasta laborales que sufría toda persona involucrada con el proceso asambleario;
  • el contagio fundamental de la acción de Esquel a toda Chubut, que se pobló de asambleas en todo el territorio, incluyendo a las comunidades de pueblos originarios, siempre rechazando los proyectos y negociados minero-estatales;
  • las trampas legislativas detectadas cuando se obtuvo la foto del diputado Gustavo Muñiz (del Frente para la Victoria) chateando por celular con el gerente Gastón Berardi de Yamana Gold, la empresa que había asumido el proyecto para impedir y ningunear la Iniciativa Popular presentada por la ciudadanía para que se convirtiera en Ley;
  • las represiones a los manifestantes en Rawson, cuando la lucha debió concentrarse en la capital provincial; el acoso mediático a toda esta movida en defensa de la naturaleza por parte de buena parte del sistema mediático, dependiente de pautas publicitarias estatales y privadas.
  • Y, por nombrar algo de lo más relevante en los últimos tiempos, el Chubutazo, o “Chubutaguazo”, con que la provincia movilizada logró dar vuelta de un modo comovedor en 2020 un nuevo intento de legislación que bajo el disfraz de una “zonificación” provincial buscaba lo de siempre: ir por la minería. La ciudadanía logró tumbar esa intentona y reponer la ley que prohíbe los megaproyectos extractivos.
  • Otro detalle de estos tiempos: ya hay una tercera generación de integrantes de las asambleas participando plenamente, un sub-17 que demuestra el alcance de todo lo que se ha realizado, también desde el punto de vista inter-generacional.

Esquel fue el nacimiento de la resistencia de Chubut, que no significa solamente un rechazo al saqueo y la contaminación, un No, sino también múltiples Sí:

  • Sí: sí a la vida.
  • Sí a la reivindicación por la positiva de otras formas de producción que no impliquen la destrucción.
  • Sí a la necesidad de licencia social para cualquier proyecto, de cuidado de ambiente como forma de preservación de la vida y el trabajo.
  • Sí a nuevas formas de relación entre lo humano y la naturaleza. A nuevas relaciones también entre las personas para plasmar la idea de que el agua vale más que el oro, y de que el futuro es posible.

Como homenaje a todo eso aquí puede verse la primera de las notas publicadas en MU sobre la asamblea de Esquel: “La madre del No”, para conocer esa experiencia histórica hecha de resistencia, inteligencia, generosidad y, también, alegría.  

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24 de marzo de 2023: Que la memoria (los) ilumine

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Crónica de un nuevo 24 de marzo desde la voz de la gente, que habla de todo: de cuánto estaba el chori la marcha pasada a cuánto está hoy; de la pesificación de los fondos jubilatorios y de las elecciones por venir; de las dos marchas, y de la realidad. La necesidad de seguir enfrentando al fascismo, ¿cada vez más presente?, y la energía que da la calle. El recuerdo de Hebe, la presencia y las palabras de Nora Cortiñas, la partida sin condena de Carlos Blaquier. Lo pendiente: los juicios aún en curso, la falta de respuestas del Poder Judicial y de la política, les desparecides de hoy. La presencia de niñas y niños como herencia de una sana costumbre: memoria, verdad y justicia, ahora y siempre.

Y si de vos
me dijeran que no exististe,
les gritaría que me quedan,
tus ojos tristes,
tu caminar lento,
tu sonrisa apenas esbozada,
tu caricia leve,
y una espera,
una larga espera
de la que no volveremos
nunca,
o tal vez sí…

“Octubre 1976”, de Ana María Ponce, desaparecida.
24 de marzo de 2023: una de las intervenciones callejeras con el Nunca Más como bandera. Foto: Sol Tunni

Ahora es marzo de 2023.

24 de marzo de 2023.

Un pibe alto camina lento, con ojos tristes; el frente y el dorsal de su musculosa negra, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi abuelo”. Al lado, su mamá, camina lento, con una sonrisa apenas esbozada. Su musculosa gris, cuenta: “Son 30.000 y uno es mi papá”. Caminan lento porque hay un océano de cabezas, pies y corazones que se dirigen desde el Congreso de la Nación hacia Plaza de Mayo, a reivindicar la Memoria, la Verdad y la Justicia, a 47 años de la noche más sombría.

El pibe alto se llama Thomas Aballay y sostiene un cartel que contiene la foto de su abuelo, cuya sonrisa es tan ancha que parece desbordarse de la imagen. Se lee: “Jorge Oscar Tanco, detenido desaparecido, 16/09/1976”. Dice: “Pertenezco a la agrupación de Nietos de desaparecidos, conmueve un montón estar acá. El Nunca Más no debe quedar en el aire, por eso hay que seguir luchando”. Lo escucha su mamá, Maika Tanco, la hija de Jorge. Plantea deudas de esta democracia en relación a los castigos por los crímenes de lesa humanidad: “Necesitamos hablar no sólo del pasado, sino del presente y del futuro. La cárcel para los genocidas debe ser definitiva; cárcel común, no que estén en sus casas. Además, los juicios están retrasados. En los últimos cuatro años no hubo adelantos significativos y eso quedó manifiesto en que el empresario Carlos Blaquier acaba de morir sin ser juzgado por su complicidad con la dictadura. 47 años después, no es justicia. Y él ni siquiera la tuvo; falleció como inocente, y no lo fue”.

Lo que plantea Maika, minutos después lo confirman en números desde Sobrevivientes, Familiares Compañerxs y Amigxs del Centro Clandestino de Detención «El Olimpo”, emplazado en el barrio porteño de Floresta: “Hoy, 8 de cada 10 condenados por delitos de lesa humanidad están en sus casas cumpliendo las penas que debieran completar en cárcel común”. Desde que se reabrieron los juicios, entre 2006 y 2022 hubo 283 sentencias dictadas, 1115 personas condenadas y 171 absueltas. Hay 15 juicios en curso y 75 causas aguardan fecha de debate. En relación a la falta de celeridad, se debe a la escasez de tribunales orales disponibles. Un ejemplo es el proceso judicial por las violaciones de derechos humanos en el Centro Clandestino “Puente 12”, en La Matanza. El debate, pactado para principios de 2022, recién comenzará el próximo 3 de abril “por cuestiones de agenda”.

Como el mundial

El olor a humo que emana de decenas de parrillas acompañan toda la marcha. Hay olor a chori, hay olor a un pueblo que, pese a ser una fecha que evoca la peor de las crueldades, se hermana, se abraza. Se trata de una fecha para encontrarse y reencontrarse, con unx mismo y con el resto. El barro que se multiplica con el paso de las horas en varios sectores de la Plaza de Mayo refleja la masividad de la cita ineludible. Hay mil banderas de organizaciones sociales, de partidos, de sindicatos; pasacalles, stencils, graffitis viejos y que acaban de nacer; bombos, cánticos, intervenciones artísticas; hay sueños compartidos: “La importancia de estar acá es mostrar que la derecha, los milicos, la policía, no tiene la cancha libre; desearía que fueran menos, pero no lo son, siguen teniendo mucho poder. Entonces, la única defensa que tenemos es la calle”, alza Cecilia, 69 años, de Florida Norte. Y profundiza: “Hay que apuntar a la igualdad social como eje; tenemos alimentos para millones de personas, pero la mitad de nuestra población infantil es pobre. Alguien se la está llevando y es contra ellos que debemos pelear”.

Antes de empezar a marchar, Norita Cortiñas, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, le dice a la lavaca que está “con mucha fuerza para seguir pidiendo Memoria, Verdad y Justicia”; le dice que “el país está cada día peor, porque este gobierno, gobierna para los ricos, y hay que resistir en la calle”; le dice que pasó su cumpleaños (93, el 22 de marzo) “muy feliz, llena de abrazos y de afecto, pero la felicidad nunca es completa y será así hasta encontrar a Gustavo (su hijo, desaparecido)”; dice que el compromiso “debe ser hasta morir” y antes de terminar la charla, en medio de un intenso calor, propone ir tomar una cerveza al final de la jornada.

Lucía Iérmoli tiene 35 años y está embarazada de seis meses. “Las conquistas hay que defenderlas acá, contra el poder concentrado que sigue creciendo. No estar un día como hoy marcaría una ausencia. Que reviente de gente esta plaza es un logro de todas, de todos. No sé cuántos lugares en el mundo tienen un día que reivindique la memoria”, dice, con voz tierna y con Vera en la panza, que también sigue creciendo. A su lado, su amiga Alejandra Spinetta, 59 años, agrega: “No se puede no estar acá; si uno falta, si no se compromete, es dejarle el lugar para que avance la derecha”.

A unos metros, Laura, de 66, está contenta. Muestra una vitalidad que está recuperando, a medida que avanzan las horas: “Es mi primera movilización después de la pandemia; estuve muy enferma, durante muchos años, pero hoy sentía que debía estar con mi pueblo y no me arrepiento: me llena de energía”.

Detrás, una imagen bellísima que retrata a Hebe de Bonafini, en el primer 24 sin su presencia física. Está con sus dos hijos, chiquitos, ambos desaparecidos. Una frase acompaña el cuadro, a 40 años de la recuperación de la democracia: “El día que me muera no me tienen que llorar. Hagan una fiesta en la calle, porque hice lo que quise y peleé con todo como quise”.

Retrato de Hebe de Bonafini: símbolo de lucha y de una época. Foto: Sol Tunni

El 24 de marzo de 1995 a las 6 de la mañana llegó al mundo Victoria Rossi. “Victoria por la frase del Che, de ‘hasta la victoria siempre’, por el concepto del triunfo del pueblo”, rememora Viqui, a metros de la Catedral vallada, en su cumpleaños 28. “A partir de que empecé a militar en el centro de estudiantes del secundario, sentí que los 24 de marzo ya no había lugar para festejos personales, sí para abrazos, sí para estar con mi gente, pero desde un lado más colectivo”. Su mamá y su papá, militantes de izquierda, venían a las marchas mucho antes de que se decretara feriado, allá por 2022: “Desde chiquita fui consciente del valor que tenía esta fecha y me acuerdo que en cuarto grado fue el último cumple que festejé en la escuela. Sin embargo, estar acá es lo más importante en este día; un año no vine y algo me faltó. Decidí que esa sensación no la quiero sentir más”. Y asocia: “Más allá de que esto no sea una celebración, vivo un 24 de marzo como lo más parecido a ganar un campeonato del mundo, porque hay un gran motivo para juntarse: hay orgas, partidos, familias, parejas, gente que va de la mano con quien quiere y eso tiene que ver con la búsqueda de la libertad por la que peleaban las y los desaparecidos”.

Ideas de ayer a hoy

Un hombre cuarentón camina de la mano de su hija. Ambos tienen puesta el mismo modelo de remera que exige “Juicio y castigo”. La diferencia es que una es talle X y la otra es talle S. Expresa Lucas: “Estamos acá por dos motivos: por responsabilidad social y porque mi papá es uno de los 30 mil”. ¿Qué utopías de su viejo hay que traer al presente? “Nunca dejar de hacer política seria y trabajar mucho en los barrios”. Se va a seguir marchando, siempre de la mano de su hija. En su espalda, de su mochila cuelga un pañuelo blanco que denuncia: “Pablo Córdoba, desaparecido”.

Ana Valverde escucha atentamente el documento leído por el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia. Tiene 72 años, milita hace 54 y lleva bien alto un cartel con la foto y el nombre de Patricia Gaitán, desaparecida por la última dictadura cívico militar eclesiástica. “La principal pelea de los 70 que hay que dar hoy es cómo lograr la unidad de las y los laburantes”. Dice que es jubilada y protesta porque “el gobierno nacional acaba de confiscar el fondo de garantía de sustentabilidad que estaba en dólares y que por un DNU lo pesificó. Esto no perjudica a quienes ahora somos jubilados, sino también a ustedes, los más jóvenes”.

–¿Vos aportás? –me pregunta.
–Sí.
–Bueno, te acaban de afanar.

Un pasacalle grita: “30.000 razones contra el FMI”; un cartel pegado con engrudo sigue la línea: “Basta de extorsiones del FMI”; desde arriba del escenario, en el documento que leen los organismos de derechos humanos, se agita: “El Poder económico es el gran ausente de este proceso, y su impunidad la seguimos pagando como pueblo, porque nos siguen sometiendo a la miseria, buscando un enriquecimiento sin límites y sin importar los costos”. Abajo, la inflación arrasa. Alberto es de Avellaneda y atiende una parrilla que instaló en la esquina de Avenida de Mayo y Carlos Pellegrini: “En la marcha pasada, el chori estaba 150 pesos, cobrándolo caro; hoy, yo lo tengo 700, como barato; en otros puestos está hasta 900”. A 50 metros, Viviana está sentada en un banquito. En el piso, sobre una lona, expone pañuelos blancos y azules, con la consigna “Nunca Más”. “El año pasado estaban 250 pesos, hoy 500”. Agrega: “Fue muy floja la venta, hoy se vendió mucho menos que en 2022”.

La primera actividad que arranca el 24, a media mañana, y la que cierra, a eso de las 20, se da en Plaza de los Dos Congresos. Es un festival por la memoria donde cantan bandas de heavy metal, que se organiza desde hace 16 años. Quien presenta a las bandas se llama Fernando Ricart, tiene 52 años, un pelo larguísimo y un padrino que estuvo detenido desaparecido: “Se lo llevaron por ser delegado, como si eso fuera un delito. Estuvo un mes y medio desaparecido, pero el daño que le hicieron fue para siempre. Se lo llevaron siendo uno, y me devolvieron a otra persona. Nunca se recuperó”. Andrés, 39 años, escucha la música pesada junto a su hijo de 6. Lleva una remera que se pregunta qué hicieron con Santiago Maldonado. Le pregunto qué ideas de la militancia de los 70 serían importantes que hoy sean prioridad: “Se perdió la perspectiva de un cambio revolucionario real; el peronismo tiene su eje en la Justicia, como si no fuera parte de este sistema que hay que cambiar de raíz; mientras que la izquierda partidaria sigue en la pelotudez, discutiendo en el Congreso sobre concepciones marxistas de hace tiempo, sin pensar en el cambio social actual”.

Rocío y Darío viajaron desde Tandil junto a su hijo Amadeo, de un año recién cumplido, para sentir en vivo y en directo la marcha que tantos años recorrieron cuando vivían en Buenos Aires. “La memoria se construye desde la cuna y las Madres y las Abuelas son la escuela”, recuerda ella. “La mejor manera de reivindicar a las y los desaparecidos es seguir su camino: el trabajo de base que se hacía en esos años”, recuerda él, que al igual que su bebé lleva puesta una remera de Diego Maradona. A su lado está Belén, una amiga de la pareja que por primera vez es parte de esta movilización: “En Tandil es diferente; hay un espacio fuerte y comprometido con los derechos humanos, pero es una ciudad mayormente oligarca; para mí es muy fuerte estar acá. Más que nunca debemos mantener viva la memoria y para eso hay que movernos”.

Memoria en este momento

Hay un graffiti recién pintado en la estación de subte Lima, de la línea A, que reza: “Memoria en este momento”.

Aparece también en paredes, en carteles y en diversos reclamos. Elizabeth tiene 70 años y lleva colgado un cartel que pide “Libertad a Assange, una verdad sin mordaza”. Lo relaciona con el 24 de marzo: “En el caso de Julian, se condena la libertad de expresión, no hay derecho a la información de la población y se expone cómo se persigue a la gente cuando se descubren los secretos de los gobiernos”. Detrás de ella, un stencil negro exhorta: “Abran los archivos secretos de la Dictadura”. Elizabeth tiene tres compañeros desaparecidos: Mónica Epstein, Hernán Abriata y Klaus Zleschank. “De ellos, además de recordarlos, hay que seguir su ejemplo: militar por una mejor redistribución de los ingresos”.

El recorrido desde la 9 de Julio hasta la Plaza de Mayo está acompañado por afiches de la organización La Poderosa con un encabezado: “40 años alimentando la democracia”. Se da en el marco de un proyecto de ley que impulsa el conglomerado de asambleas villeras para que se reconozca con un salario a las más de 70 mil cocineras comunitarias que trabajan en el país sin percibir un salario. ¿Qué implica el reconocimiento laboral? “Un salario ligado al Mínimo Vital y Móvil como base; acceso al aguinaldo, vacaciones, seguridad social, cobertura contra riesgos en el trabajo por enfermedades y maternidad, por invalidez y vida, retiro, acceso a la jubilación y guarderías”, expresan desde el movimiento.

Uno de esos afiches lo tiene a su lado Francisca, que vive en la calle y ahora está delante de un kiosco de diarios cerrado. Tiene una bandeja de arroz por la mitad y una voz que pide escucha: “Se la pasa muy difícil acá”. Y en un puñado de palabras, esgrime una deuda sustancial de la democracia: “Pensemos, ¿cuántos políticos en los últimos años hablaron de la situación de calle, de las villas? Eso dice mucho de cómo estamos”.

Detrás de su lente, la mirada de Oswald, colombiano de 41 años que hace 14 vive en Argentina, fotografía a un pueblo que recuerda sin parar. “Es imposible estar acá y no compararlo con mi país. Allá, pese a que no hubo una dictadura tan marcada, la serie de gobiernos de derecha y los paramilitares han desaparecido a más gente que en cualquier dictadura del cono sur”. Añade: “Por eso es tan importante valorar lo que se consiguió acá. En mi país, el miedo y la violencia aún imposibilita la unión de familiares de víctimas para reclamar en conjunto. En el último tiempo la juventud comienza a jugar un rol clave y para esto la Argentina es un ejemplo a seguir”.

Sobre Avenida de Mayo, un gazebo contiene a un grupo de “peruanos autoconvocadxs” que vocifera por la “dictadura que vive Perú”. Más de 60 caras se alternan con cintas de luto negro, en un antimemorial que estremece. Son las “víctimas del Estado Peruano”. Merly tiene 36 años, nació en Parcona Ica y hace 20 vive en Argentina. “Estamos acá porque también queremos decir Nunca Más. Las muertes tienen rostro y la mayoría son de pueblos originarios, del sur del país”.

Carolina, de 23, muestra su juventud caminando rápido, para no perderle pisada a sus amigos que van un poco más adelante. “Recordar a los desaparecidos de la dictadura es luchar por los desaparecidos de hoy. La derecha sigue avanzando y no lo podemos permitir”. A pocos metros de la Plaza de Mayo, donde desemboca la enorme movilización, Daniela, de 35, vende hamburguesas veganas. En el frente de su heladerita de telgopor está pegado un cartel con los colores de la diversidad, que se pregunta: ¿Dónde mierda está Tehuel? “No se puede aceptar tener desaparecides en democracia. El Estado define de quién se ocupa y de quién no, discriminando a las identidades trans. El racismo sigue, nunca se fue”.

¿Dónde está Tehuel?. Foto: Sol Tunni

Pablo está a pasos de la Pirámide de Mayo. Tiene 36 años, una militancia desde la juventud y un miedo que le recorre el cuerpo: “La democracia vuelve a estar en riesgo; las voces que la amenazan vuelven a tener más peso, que se traducen en persecución, en proscripción, en prohibición”. Suma: “Sufrimos salarios de miseria que sólo lo podremos dar vuelta con una transformación obrera y un pacto social que resguarde un piso que la derecha busca perforar. Para esto, hay que poner el cuerpo como en los 70, porque salvo en determinados momentos como el 2001 o la reforma jubilatoria del macrismo, no pudimos hacerlo en unidad”. A su lado, lo escucha Fidel, su hijo de 8 años.

–¿Por qué estás acá? –le pregunto a Fidel.

–Por la desaparición de los compañeros.

La tarde empieza a caer, la multitud a desconcentrarse y, mientras las paredes siguen pintando preguntas, también se escuchan versos que alimentan la memoria.

Se que algún día dejaré de pertenecer al mundo,
y nunca más podré escribir,
ni hacer el amor,
ni disfrazar la naturaleza con un poema,
ni viajar en los libros,
ni exponer mis ideas.
Por eso en este poema dejo, mar, cielo y luna
mariposas, besos y sirenas,
y me dejo a mí,
porque cuando muera seguiré viviendo en estos
versos.

“Poema para no morir”, de José Beláustegui, desaparecido.
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