Nota
Enero autónomo 2005: Los recursos naturales y el hambre
«Nosotros podemos resolver de manera autogestiva el problema del trabajo, también el del hambre, pero ¿cómo hacemos para que los compañeros del barrio La Juanita incorporen como propio la lucha por el petróleo cuando no tienen para la cena?. Nos parece difícil, porque no forma parte de lo inmediato», preguntó Jorge del MTD de La Matanza y el taller «El petróleo y los recursos naturales en la lucha emancipatoria», propuesto por Alerta Salta, ingresó en un debate tan rico como la diversidad de la Ronda que sesenta personas formaron en el primer piso de la fábrica Tucuypaj, en La Tablada, en la segunda jornada de Enero Autónomo.
Había ingleses, alemanes, estadounidenses, uruguayos y argentinos. Desocupados, asambleístas y «recuperados», tal como se presentaron trabajadores de fábricas recuperadas. También participaron militantes por los derechos humanos, periodistas, educadores populares y estudiantes de Filosofía y Letras. Todos comenzaron escuchando atentamente como Mario Rearte, coordinador de los ex trabajadores de YPF, realizó una reseña histórica de lo que ocurrió con la privatización de la petrolera estatal. «Dimos una lucha solitaria, tanto los sindicatos como los dirigentes vendieron nuestro patrimonio», sintetizó y agregó: «De los 4.500 empleados que había en los yacimientos del norte, sólo el diez por ciento tiene trabajo. Nos sacaron nuestra fuente laboral y solo nos dejaron desocupación, alcoholismo y drogadicción. Nos deben el dinero del Programa de Privatización Participada y nadie nos escucha, solo cuando hay problemas como el año pasado, cuando se quemaron unas petroleras, Mosconi se llena de periodistas».
Sentado a su lado, José Pepino Fernández, de la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD)de Mosconi, lo complementó: «Los pueblos más ricos en gas y petróleo, como el de Mosconi, son los más pobres. Encima sufrimos enfermedades por la contaminación de las aguas subterráneas. Nuestra lucha es por eso. Las leyes se hicieron para perjudicarnos a nosotros y a ustedes, porque YPF se creó para beneficiar al país, no a las multinacionales. YPF daba trabajo al 90 por ciento de Mosconi, las multinacionales ocupan sólo al 7 por ciento». Enseguida introdujo el tema de la criminalización de la protesta, comentó que la gendarmería se capacitó para reprimir en la Escuela de las Américas y que en su terruño se hacen simulacros de liberación de destilerías. «Ahora cambiaron los métodos de represión, van a la casa de los cabecillas, los torturan y después las mujeres les preguntan para qué se meten con la UTD. Y la justicia no es pareja. En Caleta Olivia metieron presos a gente que acusan de tomar una petrolera, pero a las multinacionales que sacan más petróleo que el que declaran no le hacen nada».
Un activista inglés interrumpió para globalizar el tema. «No puede separarse el asunto del petróleo de la política internacional. Se habla de contratos de las empresas privatizadas al mismo tiempo que se renegocia la deuda externa. Entre líneas se lee que se negocia deuda por recursos naturales. No hay que olvidarse que uno de los puntos de la carta de fundación del G-8 habla de garantizarse el aprovisionamiento de energía. No es un tema pequeño, hoy se va a la guerra por el petróleo.»
Y allí llego la pregunta de Jorge que inició el debate. «La necesidad inmediata de Mosconi hace que pongan la luz en el petróleo, ¿pero cómo hacemos en La Juanita para explicar la importancia del petróleo cuando no tenemos resuelto el problema del hambre?»..
Mario Rearte se paró y ocupó el centro de la ronda y comenzó a agitar su botella de gaseosa. Mirando a Jorge, de La Matanza, lanzó: «¿Saben cómo van a trasladar el problema del petróleo a sus barrios? Cuando nosotros cortemos en el Norte los gasoductos y todos se queden sin gas. Si mañana aumenta el 50 por ciento las tarifas van a ver cómo todos salen a las calles».
Mirta intentó conciliar las posiciones y pidió asumir la complejidad de la cuestión. «Debemos hacer una autocrítica -dijo Claudia Acuña, de lavaca-. No es fácil integrar espacios comunes. Hay una necesidad de abrir espacios fraternales, donde se escuche al otro. No sólo ser escuchado. Tenemos claro contra quién peleamos, pero no con quién», dijo.
Rearte, de vuelta en su lugar, señaló que si el país recupera los recursos naturales, la desocupación dejará de ser un problema.
«Hay que luchar por los recursos naturales, pero también saber para qué los queremos, cuál es nuestro proyecto. Este es un proceso lento. Y en el camino no se trata de establecer cuál es la mejor lucha, sino de entender que todos somos luchadores, que todos enfrentamos el mismo proyecto de muerte desde las realidades en las cuales nos tocan enfrentarlo», opinó Neka Jara del MTD de Solano.
Claudia Acuña insistió en que se trata de una lucha global y en que es necesario descubrir lugares de encuentro: «Las luchas reivindicativas sean por petróleo o por polenta son todas importantes. El desafío es ver cómo las articulamos porque el enemigo es muy fuerte». Para detectar dónde están, habrá una nueva ronda el domingo a la mañana.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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