Nota
Escena Política Día 1: cómo se piensa la desobediencia cultural
El primer día intensivo del Congreso Transversal Escena Política movilizó cuerpos de artistas, periodistas, abogados y participantes desde el Centro Cultural Paco Urondo al Caras y Caretas. De la videoconferencia con Bifo y la acción de abogados manteros en pleno microcentro a los apuntes de talleres sobre el cuerpo, el pensamiento, el extractivismo, el baile y Lopérfido. Todo partió de una pregunta: cómo la inteligencia colectiva se organiza en acción. Apuntes de un día intenso.
La pregunta no era sencilla.
La respuesta, menos.
El primer día intensivo del Congreso Transversal Escena Política, tras la jornada de apertura en el Centro Cultural Caras y Caretas, comenzó a las 11 de la mañana en el Centro Cultural Paco Urondo, y durante todo el día se buscó la construcción de un pensamiento que respondiera a un interrogante inquietante: cómo la inteligencia colectiva se organiza en acción.
Por ese motivo, el día uno del Congreso arrancó con una videoconferencia con el filósofo, teórico de los medios y activista Franco Berardi, mejor conocido como Bifo, quien dialogó con un auditorio repleto durante dos horas. “Mi camino personal ha estado marcado en la percepción del hecho de que todo es posible. Es lo que lo que yo he aprendido de mi experiencia vital, pero al mismo tiempo me doy cuenta del hecho de que vivimos como una ceguera en la cual no somos capaces de ver cuántas posibilidades de aprender hay en el futuro”.
Los medios de comunicación juegan un papel clave en la construcción de esa ceguera. “Los media no nos dicen qué tenemos que pensar, porque somos libres y podemos pensar lo que queremos, lo que hacen es definir el contexto en el que podemos pensar, el imaginario. Los media son esencialmente herramientas de producción de la ceguera, no porque nos impiden ver sino porque transforman el campo amplio en un campo muy estrecho de probables”.
Bifo destacó el paro nacional de mujeres de Argentina y Polonia: “¿Cuál es la novedad? Se está manifestando la dimensión de la corporeidad como una autonomía de la corporeidad emocional, es como el territorio que el capitalismo neuro-totalitario no puede integrar en sí mismo”.
Abogados Manteros
Tras la videoconferencia comenzaron dos actividades en simultáneo. Una de ellas fue un diálogo peripatético que consistió en una caminata desde el Paco Urondo al Caras y Caretas. La otra fue una acción llamada “Abogados Manteros”, que consistió en ubicar a expertos y expertas en materia legal, con trayectorias en organismos de derechos humanos y litigios internacionales, en Lavalle y Florida, pleno microcentro porteño. Allí arrojaron mantas y realizaron consultas legales y jurídicas “a la gorra” (10 pesos), para visualizar una problemática que ha marcado al espacio público de la Ciudad de Buenos Aires en los últimos años: la persecución policial y estatal a los manteros.
El cuerpo social
De 15 a 18, ya en Caras y Caretas, se desarrollaron talleres con diversos colectivos. Uno de ellos –Contra la crítica- estuvo coordinado por lavaca y contó con la participación del filósofo, investigador y científico Miguel Benasayag, hoy radicado en Francia. “El cuerpo social actual se encuentra casi muerto, hacen falta muchas operaciones para sanarlo, pero ninguna hoy es posible”, sostuvo. “Grecia es un ejemplo: votás lo que querés, pero son los técnicos de la macroeconomía los que dominan. Lo es que todavía posible es lo imposible: desarrollar nuevas experiencias y paradigmas”.
En ese sentido, y a partir de su trabajo con el Foro Arte y Época, en Francia, Benasayag subrayó la importancia del arte. “El arte tiene esa posibilidad de no estar capturado por el objetivo. Aceptar la no finalidad como estructuración de mi acto tiene que ver con el arte, porque yo estoy en un aquí y ahora, en esta situación, y eso es lo más bello. Lo que podemos hacer es actuar con potencia, por y para la situación. Los límites son los que permiten la potencia: que haya cuerpos quiere decir que no todo es posible, pero que no todo sea posible implica pensar nuevos”.
Escapar de la pirámide
Luego de los talleres fue la puesta en común, donde se sintetizaron los principales aportes de los trabajos colectivos realizados en cada uno de ellos. El primero en hablar fue Benasayag, quien planteó qué puede hacer el arte por el periodismo. “Lo que tratamos de comprender es la relación entre la función del arte y los movimientos sociales, tratando de explicar -contrariamente a lo que pensaba mi generación- que el arte no es un mero instrumento del movimiento social. El arte puede dar a los movimientos sociales una estructura para que no queden entrampados en la búsqueda de puestos, de lugares, que lleva a esa repetición permanente del fracaso de los movimientos revolucionarios. La idea es que para poder escaparse de la disciplina actual, el rol del arte es fundamental porque en un mundo capturado por el utilitarismo, es lo único que te permite pensar dónde se encuentra un lugar que resiste a esto. Siempre se busca cuál es la llave del cambio, despreciando el camino, la multiplicidad conflictual, sin ver que el paradigma artístico es el único que permite pensar un modo de vida, de lucha, que no quede entrampado en esa visión de pirámide”.
Rajar de las estructuras
Desde el taller Primero hay que saber rajar (una escritura del agite), se planteó la importancia de ubicar la escritura al servicio de vincular vida y política. “La escritura concebida como una máquina al servicio de los comunes posibles. Una escritura que exagere, provoque cosas, que no sea solo de registro. Antes de la escritura hay un raje y un momento sensible que después se traduce a texto. Ya se va escribiendo antes de escribir”. Desde lxs participantes del taller subrayaron el Paro Nacional de Mujeres y al colectivo Ni Una Menos como un eje de vinculación para ejemplificar cómo la escritura debe responder a lo caliente, a lo que late, al murmullo que se escucha. Una mujer que participó en la movilización en Mar del Plata sostuvo: “Sentir esa indefensión y, al mismo tiempo, el sentimiento de comunidad de estar todos juntos. Lo que primaba ahí era la emoción. Había una subjetividad diferente donde se jugaban cosas nuevas que estaban presentes, pero más que nada en lo emocional. Eso quedó flotando. Algo que nos tocaba profundo, pero sin una respuesta intelectual. Lo importante es apropiarnos de la experiencia y ponerle palabras. Fue un paro, un parar para demorarse, de estar en lo que está pasando, de hurgar en otros sentidos. Y de parar a la violencia. De mantenerse vivo y bien potente. No explicarlo, ni representarlo o controlarlo, sino seguir sintiéndolo”.
La potencia es colectiva
Más ideas, esta vez acerca de lo se apuntó como un problema recurrente en los colectivos: “Una dificultad para hablarnos hacia dentro. En nuestro taller surgieron términos como: destapar, demostrar, convencer. Siempre cuando se habla a un otro se hace desde una verdad que descubriría algo, de alguien que es dueño de lo que dice. Pero si esa verdad es enunciada colectivamente tiene un valor más que una enunciación más. La potencia de la enunciación crece cuando es colectiva”.
Bailar
Desde el taller La hazaña colectiva (política del goce de la actividad nocturna de la Ciudad de Buenos Aires), coordinado por el club de baile Hiedrah: “Queríamos ser parte de una escena política. Nos empezamos a preguntar por qué teníamos tanta necesidad de bailar, y entendimos que esa necesidad expresa que el baile es un espacio de construcción cultural yde militancia social. Los cuerpos ordenados o desordenados son un espacio de gestión. Deconstruir qué significa para el neoliberalismo personas bailando en un espacio reducido. Discutir los microfascismos. Tomar la noche como espacio de encuentro de cuerpos, proponer un convide de otro tipo de dinámicas, estar atento a cómo encontrarnos”.
La captura de lo extractivo
Desde Contra la crítica surgió otra reflexión: “Hablamos de la relación entre ciencia, comunicación y arte. Para el proyecto macroeconómico actual que nos gobierna, un cuerpo es una cantidad de información, por lo tanto el objetivo de este poder es capturar toda esta información para capturar todo lo vivo. Y a eso llamamos modelo extractivo, entendido como un sistema de captura cultural, estética, política, económica. Pero los cuerpos tienen algo que no pueden disolverse en información, y para la neurociencia, en lugar de tomar ese dato como un síntoma de resistencia, lo decodifica como un error, como falta de información. Lo que le falta para perfeccionar la captura de lo vivo. Pero Lla vida es una trama de lazos sutiles imposibles de capturar. Por eso en esta época el sistema de resistencia está más en los signos a-semánticos porque no son capturables por el lenguaje, que es una máquina de dar sentido a lo que sentimos”.
El pescado
Al finalizar el día, el Colectivo Trabajadores de la Cultura dio una conferencia en un gran auditorio repleto. Los artistas analizaron lo que llamaron el Caso Lopérfido. El pez por la boca muere o cómo hacer saltar un Ministro con palabras. Se proyectaron videos que registraban distintos momento todo lo que sucedió desde las declaraciones del ex Ministro de Cultura porteño, Darío Lopérfido, sobre los desaparecidos. Los trabajadores de la cultura independiente analizaron -cual conferencia teórica –académica- cómo acciona un colectivo frente a una coyuntura determinada, cuando lo que sucede lo mueve a hacer algo. También sumaron al debate cómo se generan ámbitos de participación política en acciones concretas.
La recopilación de materiales fue amplia y variada. Se pudo ver en pantalla gigante cuáles fueron las reuniones con representantes del poder gubernamental y cómo organizaron sus acciones artísticas para hacerle frente a cada contestación negativa sobre el pedido de renuncia. Se analizaron las estrategias discursivas del Gobierno de la Ciudad.
Los videos dieron cuenta de qué manera se sostuvo con el cuerpo la imagen de Lopérfido como un Ministro Negacionista. “Los artistas tenemos ojos y oídos en todas partes. Estamos en sus reuniones. Sabemos quiénes son. Eso nos sirvió para organizarnos”, sostuvieron y agregaron: “Hubo que trabajar para refinar la estética de las acciones y para que no quedara como algo endogámico del teatro y la danza. Cuando llegamos con el repudio al Bafici fue un salto”.
Por último, entre aplausos, cerraron la charla con una pregunta muy a tono con el Congreso: ¿Cómo se sigue?
La respuesta es parte del debate de este sábado.











Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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