Nota
Pepino Fernández: Esquivando la cárcel y las 4×4
José Pepino Fernández fue detenido y luego liberado por reclamar trabajo, podría figurar en los libros de récords con más de 100 causas abiertas en su contra, y van dos veces que intentan atropellarlo premeditadamente en los últimos meses a bordo de sendas camionetas: primero el gerente de una multinacional, y luego el intendente de Mosconi que venía de calificar a los trabajadores como “grupo de ratas”: la situación en Salta es tan normal como siempre. Lo que hace la UTD, y la percepción de Pepino: en Argentina hay cada vez más –y no menos- petróleo.
“Yo pensaba presentarle un petitorio a Cristina Kirchner porque veo que cada vez sale más petróleo, más gas y más cereales, pero nada de eso llega a la gente. Para mí fue por eso que mandaron a detenerme” dice José Pepino Fernández. La presidenta finalmente no fue a Salta durante junio, pero sí lo hizo el ministro Julio De Vido. En cualquier caso, Pepino fue detenido en Mosconi el 9 y trasladado a Orán para declarar en una causa abierta en 2005 por una de las empresas a las que Fernández y la Unión de Trabajadores Desocupados (UTD de Mosconi) suelen ir a reclamar trabajo, muchas veces con éxito, ya que se trata de trabajadores con alta capacitación especialmente en el oficio petrolero.
Pepino Fernández ya no recuerda cuántas veces fue detenido en el marco de la persecución judicial cotidiana a la que es sometido desde hace años por intentar conseguir trabajo para la gente de Mosconi, y preservar los recursos naturales del saqueo criollo y multinacional (si es que alguien quisiera separar depredaciones).
Un procesamiento por mes
“Creo que ya superé los 100 procesos en mi contra” dice. Cuando lavaca y otras organizaciones lanzaron una campaña contra la criminalización de la protesta en 2005 Pepino ya sumaba 76 causas en su contra. Por lo tanto, puede estimarse que a este hombre sencillo y amable, que a fuerza de cabeza dura (en el mejor sentido) se convirtió en referente de los ex petroleros y de las luchas ambientales, le abren un promedio de un procesamiento por mes, siempre por delitos graves. El de 2005 por el que tuvo que ir a declarar a Orán fue “coacción”, iniciado por un “guardia” de seguridad de la empresa Atacama, que lleva gas a Chile. “Yo siempre voy a pedir trabajo a las empresas, esta vez era en Coronel Cornejo”.
Pepino no deja de asombrarse: “A Videla, a Menem, a los gerentes de las empresas petroleras, a los terratenientes, nadie les hace nada. Fijate que acá en Tartagal con las fumigaciones de los terratenientes han muerto perros, caballos, abejas. No se hace nada. Pero si uno reclama por las consecuencias de esas fumigaciones, o por lo que hacen las petroleras, va preso”.
Cada vez hay más petróleo
Otro asombro: “Los que sabemos de los yacimientos, vemos que los pozos petroleros producen cada vez más, y no menos, como se dice. Las petroleras ganan cada vez más, y extraen más. El problema no es que no hay recursos, sino que concentran toda la riqueza con la complicidad de los políticos, los intendentes, gobernadores”. Conclusión: “Perforan más, y sacan cada vez más. Había pozos de 1 millón de metros cúbicos, perforan más abajo, y ahora sacan 3 o 4 millones. Y somos cada vez más pobres. Entonces alguien se está llevando la plata”.
La UTD viene denunciando el tema desde hace mucho, y presentó proyectos a nivel nacional de recuperación de los pozos abandonados. Calculan que YPF no aprovechaba al máximo los pozos (y por eso los trabajadores pedían que los abandonados fueran recuperados). “¿Qué hacen ahora las multinacionales? Van directamente a buscar esos pozos que nosotros señalábamos y que siguen llenos de petróleo. Usan los pozos viejos, es lo que hizo Techint, de los Rocca. Eso es lo que vino a inaugurar De Vido”. (¿Hay alguna parte de esta ecuación que no se entienda?) El Estado nacional cede esos pozos (y ese petróleo) cuya perforación había iniciado YPF, por lo que ahora Techint debe invertir la quinta parte de lo que hubiera gastado en una perforación normal. El Estado hace con las empresas lo que habían propuesto primero los trabajadores. Cuando se le dice a Pepino que todo esto quizás se haga para redistribuir la riqueza, se queda callado.
En vez de dar trabajo, dar Planes Trabajar
Pepino cree que existe una línea de conducta coherente en la clase política: “Prometen todo, y nunca hacen nada. Con los recursos naturales y económicos los pueblos viven. Pero aquí los recursos desaparecen y en vez de trabajo los políticos dan planes trabajar”.
Pepino percibe que cada decimal de inflación es como una puñalada para amplios sectores sociales. “Las empresas suben los precios de todo: si sube el dólar, si sube el petróleo, si sube la carne. Y si todo baja, nunca bajan, siguen subiendo”. Calcula que además hay subsidios y fondos estatales para todos los grupos agroempresarios, pero nunca para los trabajadores.
“Hay que decir la verdad, el gobierno nacional dentro de todo ayudó. Otros gobiernos, nada. Pero lo que yo hago al reclamar y conseguir trabajo para los compañeros, lo tendrían que hacer los funcionarios. No lo hacen por los curros que tienen. Mirá vos: Menem es senador. Romero es senador. Lo que tendría que hacer el gobierno es sacarle a estos políticos y a los militares toda esa riqueza y las acciones en las petroleras. Esto es una cadena de empobrecimiento y de saqueo. Ningún funcionario va a pelear por cosas que están enriqueciéndolos a ellos y a sus partidos políticos”.
Atropellen a Pepino
Pepino Fernández, además, fue premeditadamente atropellado dos veces en los últimos meses, primero por Jorge Mayorga, gerente colombiano de la petrolera multinacional HP (en diciembre), y luego, en enero, por el intendente de Mosconi Isidro Ruarte, que había llamado por radio a combatir a los desocupados, calificándolos como “grupo de ratas” y amenazando de muerte a Pepino ante decenas de personas.
Ruarte intentó atropellar a siete manifestantes, que estaban reclamando trabajo en la ruta 34. “Pero este hombre viene siendo intendente durante 12 años, y no pudo construir ni un barrio. Nosotros en enero entregamos 120 viviendas y estamos construyendo 240. Eso lo enfurece” cuenta Pepino. Las viviendas se hicieron con apoyo del ministerio de Planificación (nuevamente De Vido en escena). La provincia es kirchnerista, aunque para la UTD el gobernador Juan Manuel Uturbey es más de lo mismo con respecto al ex menemista y luego kirchnerista Juan Carlos Romero. El intendente Ruarte está más allá, pertenece al Partido Renovador, pro militar, creado por el capitán de navío Roberto Ulloa, con varios de sus integrantes acusados de delitos de lesa humanidad. El colombiano Mayorga embistió también a Pepino con su camioneta (“sólo me lastimó la mano”), cuando la empresa rechazó la presentación de 40 currículums de especialistas en perforaciones petroleras, miembros de la UTD. La impunidad salteña es de orden feudal, psicópata, y coherente.
“Aquí no ha cambiado nada” dice Pepino. “Nosotros seguimos reclamando trabajo, pero además hemos puesto en marcha toda clase de proyectos y emprendimientos. Y seguimos defendiendo los recursos naturales: el petróleo y los montes que están siendo devastados”.
Independizarse de Salta
La persecución a Fernández y a la UTD es parte del paisaje común provincial. Mosconi había sido sitiada y reprimida en 2001 por miles de gendarmes. Los conflictos en esos años derivaron en al menos cinco asesinatos por parte las fuerzas de seguridad, y más de 200 heridos con armas de fuego. El Centro Comunitario Educativo Tecnológico Universitario para el Desarrollo Sustentable creado por la UTD se llama JU.VE.GO.SA.BA. (Justiniano, Verón, Goméz, Santillán y Barrios, asesinados por la represión). Aníbal Verón fue el trabajador tomado como bandera por tantos movimientos de desocupados de todo el país.
En 2004 diez integrantes de la UTD fueron detenidos y torturados en cárceles salteñas, a instancias de la empresa Tecpetrol (esto generó una campaña internacional que los liberó tras 50 días). “Hoy veo que Techint, dueña de Tecpetrol, negocia con el gobierno y le pide plata a Chávez en Venezuela. Chávez tendría que venir a invertir aquí, al norte argentino. Mucho más útil que darle plata a esa gente”.
Del conflicto ruralistas vs. gobierno, Pepino dice: “Yo estoy con el productor pequeño y mediano. Acá los gobiernos permitieron miles de latifundios que son o han sido de (Marcelo) Tinelli, (Jorge Rafael) Videla, (Manuel) Ginóbili, (Los) Macri, (Los) Romero y demás. Los productores verdaderos son los perjudicados”. La situación provincial es de tal arbitrariedad, cuenta, “que ya independizarse de la provincia”. Bolivia, al revés.
¿Qué hace la UTD?
La UTD está compuesta por unas 4.000 familias, calcula Fernández, y funciona no sólo como una máquina de resistir y pelear contra empresas, policía y camionetas, sino también como una usina de ideas.
- El proyecto educativo JU.VE.GO.SA.BA queda en un edificio de la vieja YPF, y de allí, con apoyo del INTI, egresan técnicos para el trabajo en las petroleras.
- Además de levantar barrios (con lo que solucionan problemas de vivienda y de paso dan trabajo para 320 personas), la UTD reflotó una fábrica de cerámicos que ya tiene 120 trabajadores (empezó con 4).
- Tienen 15 ladrilleras, y huertas orgánicas que permiten el autoconsumo, generan un excedente para comercializar, y dan trabajo a miles de familias de comunidades indígenas; wichis, chulupies y ava guarani,
- Una fábrica de ropa (cooperativa de 11 mujeres).
- Hay un taller metalúrgico que capacitó gratuitamente a 300 jóvenes como soldadores, amoladores, cepilleros y oxigenistas, dándoles una capacitación inédita y recobrando la cultura del trabajo, no como cacareo discursivo sino como realidad.
- Inventaron un proyecto maderero que debería replicarse en todo el país, dirigido por Rubén Sedán y Mari Acosta, con 20 jóvenes menores de 25 años incorporados, que logró impedir que los sojeros quemen los bosques talados, evitando el daño ambiental por el humo y además recuperando esa madera. Estas personas dependían de los planes Jefes y Jefas. Hoy ya tienen su propio ingreso, desayuno y almuerzo durante la jornada laboral, y con el excedente económico la UTD decidió cubrir el sueldo de la maestra de la escuelita rural de Trementinal.
- Crearon un basurero ecológico, una clasificadora de semillas y Hippy Fernández, el hermano de Pepino, todavía sueña con el proyecto de turismo de aventura en la zona.
Es apenas una introducción a la UTD. “Nosotros hacemos todo lo que podemos contra la desocupación, el hambre y la destrucción ambiental” dice Pepino. El proyecto de turismo de aventura quizás debiera incluir no sólo escalamiento, pesca y navegación en rápidos. Gambetear 4 x 4 de los que manejan el poder y el record Guiness de procesamientos a una persona, es también una aventura sobre la que la UTD sabe demasiado.
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
Nota
Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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