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Generación verde: estudiantes secundarias por #AbortoLegalYa!
Más de 100 estudiantes de colegios porteños y del conurbano bonaerense se reunieron en MU para firmar su Carta Abierta a diputadas y diputados en apoyo al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Las delegadas se comprometieron a llevar los textos a sus colegios para seguir sumando adhesiones. Qué representa y ve esta generación. Las discusiones en sus colegios y en sus familias. El pañuelo verde como símbolo de pertenencia e ícono de lucha. Nuestra crónica, video y reportaje fotográfico.
Fany leyó la convocatoria publicada por redes sociales y le dijo a su hija, Oriana. No dudó. Se tomaron el tren Sarmiento en la estación Paso del Rey, al oeste del conurbano bonaerense, viajaron catorce estaciones y combinaron con la línea A del subte para llegar a MU a la firma de la Carta Abierta de estudiantes secundarias a diputadas y diputados en apoyo al proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Oriana tiene 13 años. “Quiero apoyar la causa: por eso vine”, dice a lavaca. “No sólo teniendo el pañuelo verde o estar en mi casa publicando en redes sociales: hay que poner el cuerpo”.
Oriana lo dice con la firmeza de esta generación verde, que lleva el color aborto legal en sus morrales, en sus muñecas, en su color de pelo, en sus labios, en la purpurina de sus ojos. “En mi colegio no se habla mucho. Tampoco mis compañeros: no les importa mucho o lo ignoran. No le prestan atención, quizá por no estar informados”. ¿Y en la familia? “Es muy religiosa. Hablan del señor y esas cosas. Mis primas tienen casi mi misma edad y discutimos mucho. Están en contra y yo intento informarlas de que no se trata de un feto sino de la vida de muchas mujeres que mueren por año en situaciones clandestinas”.
-¿Qué significa el verde para vos?
-La esperanza.
La marea inevitable
La Carta fue firmada por 111 estudiantes, pero cada delegada de cada colegio se comprometió a llevarlo a su institución para lograr muchas firmas más. Las primeras en llegar fueron Chiara, Lusín y Victoria, de la Escuela Técnica N°6 Fernando Fader. “Nos toca de lleno a todes les adolescentes: tienen un valor súper importante que las nuevas generaciones estén concientizadas en que es nuestro cuerpo y nuestra decisión”, dice Chiara, 17 años. A su lado, Victoria, misma edad: “También para sacar esto de que una mujer sólo por ser mujer tiene que ser madre, criar un hijo y nada más. Una mujer tienen que poder decidir cuándo quiere y cuándo no”.
Lusín, 16 años, cuenta que en el colegio lograron activar una Comisión de Género dentro del Centro de Estudiantes para tratar las violencias cotidianas. “Hoy se puede hablar de los abusos que hay, lo que buscamos es elevar un protocolo porque las instituciones no tienen ninguna respuesta a cómo accionar en estos casos”.
Chiara habla de cómo repercute la discusión a nivel familiar. “No sé si a mis papás les gustaría mucho que diga que voy a abortar, pero entienden que estamos hablando de una problemática social. Estamos hablando de que hay un montonazo de mujeres que antes de nosotras se la bancaron y se callaron cuando este tema no podía ni hablarse. En mi familia seguramente hayan abortado, pero no se habla. Ahora, al verlo en los medios, en los colegios, y en un montón de círculos sociales, el tema sale. Es inevitable”.
Lo inevitable también es, agrega Victoria, asociar todos los colores verdes a la misma lucha. “Una baldosa, un piso, una pintura. Pero, sobre todo, cuando lo vemos en otra mujer, sabemos que somos compañeras. Que estamos en la misma. Y, eso, nos conecta”.
Estética verde
Morena, Juana y Julia tienen 16 años y vienen del Carlos Pellegrini. Hablan juntas: “Es una causa que hay que apoyar. Somos cuerpos gestantes y nos vemos afectadas. Es muy importante porque cada vez falta menos para que se trate y tenemos que estar conectadas e informadas. Hoy el tema es mucho más viral, la gente está consciente: más allá de sus creencias, es un tema de salud pública. El tema son las autoridades de la escuela: ahí, en los adultos, ves más trabas que en chiques de nuestra edad. Por ejemplo, pedimos falta justificada para poder venir hoy porque es un tema importante: no nos la dieron”.
Juana agrega que la discusión sigue en su familia. “Mi mamá ahora es feminista porque discutió mucho conmigo. Siempre dice que yo sé mucho más que ella, pero porque nuestra generación es hoy la que está más informada y activa. A mi papá todavía le falta un largo camino, pero confirmé que discutiendo se puede. Y la ley va a salir”.
Lena y Maia también son del Pellegrini: tienen 14 años. “Cada vez estamos más informadas, discutimos más. Esto antes era tabú: ahora nos pasamos fotos por WhatsApp para ver dónde firmar”. Maia, además, suma bijouterie feminista: en cada aro lleva una frase.
- «Ni una menos»
- «Vivas nos queremos»
La revolución imparable
Inti y Giovana también llegaron del conurbano bonaerense: son del Colegio Eccleston, en Lanús. Vieron la convocatoria por redes e Inti convenció a su madrina, Romina, de traerlas. Tampoco dudó: “Participo hace años de los encuentros de mujeres. Este hecho es una reencuentro con otra generación. Tenemos que acompañar ese camino y empujar”.
Inti y Giovavana tienen 15, y dicen que este momento es histórico. “Va a marcar un antes y después en el contexto de nuestro país y de nuestra Historia: la revolución será feminista o no será. Y la coyuntura política del movimiento está en su momento de máxima expresión. Es verde por todos lados. ¿Qué significa eso? Es un renacer. Un acá estoy. Un mirame. Un escuchame. Es, fundamentalmente, esperanza”.
El lado de la cancha
Juanita Pedrozo, secretaria general del colegio Julio Cortázar, posa para la foto al lado de Manuela Begino Lavalle, secretaria general del Rodolfo Walsh. Tienen 17 años.
Manuela: “Es importante dejar constancia de toda esa lucha. Las menores abortamos y, sea legal o no, se va a seguir abortando. Que nos saquen el derecho a abortar en un hospital solo va a generar que las pibas se sigan muriendo y las pibas sigan faltando a las aulas”.
Juanita: “En nuestros colegios lo que más vemos es la falta de información. Mis compañeras muchas veces preguntan cómo tomar la pastilla anticonceptiva, de qué manera, y eso provoca que haya embarazos no deseados y no se nos permita abortar. Es responsabilidad del Estado que no haya educación sexual integral en los colegios”.
¿Cómo trabajan en las escuelas? Manuela: “Si se habla es por nuestra autogestión, porque metemos el debate en aulas, en asambleas. Muchas vamos a capacitarnos a lugares para poder hablar con los compañeros. Pero, en realidad, es responsabilidad del Estado”.
Ambas llevan el pañuelo atado al cuello. Juanita: “Es una manera de expresarle a este mundo de qué lado de la cancha estamos. Los secundarios, sobre todo, tenemos un tema muy fuerte con la vestimenta porque no nos permiten vestirnos como queremos. En colegios católicos, se está prohibiendo el verde. Es fuerte: ya es una postura política”.
Nosotras, el eje
Sofía Zibechi es presidenta del Centro de Estudiantes del colegio García Lorca. Tiene 17 años. “Es importante que les estudiantes dejemos por sentado cual es la opinión en este tema. Por mucho tiempo se trató de hablar de nosotres, lo que sentíamos o pensábamos. La realidad es que desde nuestros centros nos organizamos y tenemos en claro lo que queremos y necesitamos, y eso es educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir. Representa un montón la realidad que vivimos en nuestros colegios: es fundamental demostrarles a diputados que somos muchas, que estamos acá, que nuestros votos cuentan y no queremos que hablen más por nosotras y nos escuchen”.
Zibechi fue una de las expositoras en el Congreso a favor del proyecto de ley. “Fue muy especial, porque son siete minutos donde uno puede contar una versión de la realidad que no se escucha. Fue la posibilidad de contar lo que pasa a mis compañeras cuando tenemos que ir con cajitas de misoprostol en el bolsillo y el deseo de que no se muera nadie, mientras escuchamos diputados que dicen que lo que necesitamos son abrazos y dar en adopción”.
-¿Cómo se hace para no correrse de eje?
-A diferencia de los que opinan esas barbaridades, vemos la realidad todos los días. Ese es el mejor cable a tierra que podemos tener. Vemos las compañeras embarazadas, el miedo cada vez que la chica no quiere seguir con el embarazo, los novios prohibiendo usar anticonceptivos en las relaciones: lo vemos cada día. Si bien es complejo, es fácil mantener el eje, porque el eje somos nosotras y son ellas. Y si bien se intenta tratar de discutir un feto o una coma, es bastante sencillo: nos morimos, y por eso queremos que legislen para que eso deje de pasar. Es un reclamo muy conciso, y tiene que ver con nuestros derechos y nuestro futuro.
















Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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