Nota
«Hay que terminar con la segregación laboral: tienen que contratar más mujeres»
Vanesa Siley fue la única mujer en la foto del nuevo frente sindical inaugurado con Moyano como protagonista en Ferro la semana pasada. También forma parte del frente Mujeres Sindicalistas que reúne mujeres de las CTAs, la CGT, la Corriente Federal, la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo y la CTEP. De cara al paro de mañana responde a lavaca sobre el rol de las mujeres en los sindicatos, el machismo en las cúpulas, los derechos obtenidos y las propuestas para reducir la brecha de salarios y desempleo.
Por estas horas movimientos sociales, la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP) y la CTA Autónoma inician lo que será una jornada de movilizaciones y ollas populares en la previa al paro nacional convocado para mañana. “La idea es hoy llenar las calles y mañana vaciarlas”, explica a lavaca Vanesa Siley, diputada nacional por Unidad Ciudadana, abogada y secretaria general del Sindicato de Trabajadores Judiciales, SiTraJu-CABA.
Esta tarde, a 15 horas, el acto central tendrá como escenario la Plaza de Mayo. Hacia allá marchan sindicatos, organizaciones de base, las CTAs conducidas Hugo Yasky y Pablo Micheli y el Frente Sindical para el Modelo Nacional que tuvo su debut la semana pasada en un acto en Ferro.
Vanesa aparece en la primera línea en la foto de lanzamiento; a sus lados y atrás, todos hombres. “A veces la foto nos arruina la película”, dice y explica que en el instructivo que se mandó a las regionales de todo el país que viajaban se hacía énfasis en que haya paridad, cosa que no sucedió: «Estaba hasta en negrita”, grafica sobre ese documento y asegura que más acá de la foto la mayoría de quienes tomaron el micrófono fueron mujeres.
Desde que Siley asumió en la conducción, el SiTraJu conquistó varias medidas que batallan contra el machismo. Entre otras, lograron llevar la licencia de maternidad a 120 días y a 180 días en caso de parto múltiple o con complicaciones y la licencia por paternidad subió a 60 días, “de las más altas del país”, dice orgullosa. También incorporaron la “licencia de violencia de genero y/o familiar”, de 60 días con posibilidad de ampliarla a 60 más. Y si la víctima debe mudarse a raíz de la violencia cobra extra el monto correspondiente al último sueldo. Otra: en los edificios principales ahora hay lactarios: “La preocupación no es de un espacio de género sino de todos los compañeros y compañeras”, explica Vanesa después de enumerar algunas de las conquistas.
La lista de derechos entusiasma, pero más acá de la realidad la foto de las cúpulas sindicales demuestra que las cúpulas siguen siendo en su mayoría de hombres. “Es importante que las mujeres puedan estar afiliadas a sus sindicatos, dar las discusiones, pelear espacios de poder”, remarca Siley, que hace énfasis en que las conquistas se incorporaron en el convenio colectivo de trabajo. No habla de mercado laboral, sino del mundo del trabajo y de pensar las acciones que puedan “modificar la planificación social del trabajo”. En concreto: “Hay que trabajar en que la mujer ingrese al mercado laboral”.
“Se reclama al sindicato pero no al empleador”, dice en relación a que si no hay mujeres en esos ámbitos no los habrá en sus espacios de poder, aunque reconoce que distinta es la charla en gremios donde son mayoría mujeres –por ejemplo docentes- y tienen un secretario general varón. La discusión se complejiza si se tiene en cuenta que las mujeres somos quienes engrosamos el índice de trabajo en negro. La síntesis: «Realizamos tareas feminizadas y ocupamos la base de la pirámide laboral”.
Siley forma parte del frente Mujeres Sindicalistas, que define como un espacio “sin precedentes” que reúne mujeres de las CTAs, la CGT, la Corriente Federal, la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo y la CTEP, quienes elaboraron un proyecto de ley llamado “Equidad de géneros e igualdad de oportunidades en el trabajo” frente a la propuesta que presentó el oficialismo en la misma línea y que ellas definen como una “reforma laboral encubierta”. “Las leyes tienen que ser prácticas, no decir lo que ya dice la Constitución”, explica en relación a misma remuneración por mismo trabajo que ya está establecido en el artículo 14 bis de la Constitución Nacional y explica que desde el proyecto que elaboró Mujeres Sindicalistas se propone por ejemplo “que se multe al empleador que no cumpla con la equidad salarial”.
“La brecha en Argentina no tiene que ver con diferente salario en el mismo puesto. Si agarrás el sueldo de una mujer en la base de la pirámide laboral y de un varón en espacio de decisión o poder, ahí tenes la brecha. Hay que terminar con la segregación laboral: tienen que contratar más mujeres”, cierra Siley.
Mientras tanto los números últimos números del INDEC terminan de dibujar la radiografía alarmante. Según la Encuesta Permanente de Hogares el desempleo escaló a 9,6%. Entre las mujeres la tasa de desempleo se elevó a 10,8%, y entre aquellas de entre 14 y 29 años la cifra trepa 21,5%.
Nota
Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.
Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío Santillán.

Maximiliano Kosteki
Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.
El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.
Siguen faltando los responsables políticos.
Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.
Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
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