Nota
La aventura del cine: Laura Citarella y Laura Paredes

La directora y la actriz de Trenque Lauquen, la película del momento, revelan aspectos de la trama, de las fórmulas de su filmación, de lo que cuesta hacer cine hoy, y de la potencialidad de hacer algo que quede para siempre. Argentina 2023: nuestro cine sigue escribiendo su propia historia. Por María del Carmen Varela.
En un mundo donde un minucioso sistema de satélites permite señalar con precisión una posición en términos de latitud y longitud para saber dónde estamos y adónde queremos o debemos ir, Laura decide perderse. Probablemente, lo que desee no es tanto perderse como no ser encontrada. La tierra no se la traga, sino que besa sus pies y ella se entrega al camino. Porque Trenque Lauquen, la película dirigida por Laura Citarella, protagonizada por la actriz Laura Paredes y con guion de ambas es, entre otras tantas cosas, un homenaje a la aventura, una gran madeja de donde puede tirarse para devanar las hebras que formarán los entramados de nuevas historias. Cuatro horas y media divididas en dos partes y cada una en seis capítulos son el resultado de un proceso creativo que llevó más de una década, desde el momento en que germinó la idea hasta que sonó la claqueta y la ¡acción! se plasmó en los cuerpos de un elenco de ensueño. Además de Laura Paredes, forman parte de este film Elisa Carricajo, Verónica Linás, Rafael Spregelburd, Ezequiel Pierri, Juliana Muras, entre otrxs.
Las Lauras habían trabajado ya juntas en Ostende, película estrenada en 2012, también con dirección de Citarella y actuación de Paredes. Allí la protagonista pasa unos días en esa localidad balnearia gracias a un concurso radial y mientras espera la llegada de su novio, su aguda capacidad de observación la induce a ser espectadora de lo impensado. Entre Ostende y Trenque Lauquen se arma una saga.
En la primera aparecía una observadora que establecía hipótesis sobre lo que ocurría ante sus ojos y en la segunda, Laura —la actriz y el personaje comparten nombre— adquiere en cambio un rol activo; avanza, se involucra. “Se va entregando a las situaciones y, paradójicamente, no poner mucha voluntad le da carácter. Las cosas la empiezan a impregnar y ella sigue adelante como si nada de eso le generara mucho peso, como si bailara entre las tramas con mucha liviandad”. La ficción tenía el desafío de dibujar con el lápiz de la verosimilitud, ya que la realidad suele ser implacable: hablamos de mujeres que desaparecen.
Citarella refiere a la sensibilidad de esa chica que “tiene la pulsión de irse”. Dice: “Eso suele estar atravesado – según quien lo esté mirando – por la locura, por la idea de que si una mujer se va es ‘porque está loca’. La figura de una mujer en el medio del campo, yéndose, es una imagen muy enigmática: estaba bueno repensar esa figura. La idea de alguien que se va, se pierde y que esa pérdida es algo intencional, del mundo de la voluntad del personaje. La ficción parte de esa figura. El relato se construyó casi de atrás para adelante”.
Perderse es cada vez menos habitual, por más empeño que se le dedique, pero sí es posible empaparse de ese estado de fluidez, la sensación de un viaje permanente, allí donde el cuerpo se encuentre. Paredes y Citarella compartieron a la distancia, durante época de vacaciones, la lectura del libro de escritora estadounidense Rebecca Solnit Una guía sobre el arte de perderse, donde podemos seguir reflexionando sobre las mil y una posibilidades de apelar al juego y al instinto. Dice Solnit: “Perderse es estar completamente presente, y estar plenamente presente es ser capaz de encontrarse sumergido en la incertidumbre y el misterio. Y no es acabar perdido, sino perderse, lo cual implica que se trata de una elección conciente, una rendición voluntaria, un estado psíquico al que se accede a través de la geografía”.

Familias rodantes
Su novio Rafael y Ezequiel, su compañero de trabajo, la buscan por toda la ciudad. Eso nos quedará claro apenas comenzada la película; luego iremos recopilando más información. Uno verborrágico, algo petulante, el otro callado y de perfil bajo, ambos comparten un genuino interés por encontrarla. La tranquila atmósfera de Trenque Lauquen —donde la Laura de la ficción fue a ejercer su profesión de bióloga — propone un mapa en el que va marcando lugares significativos: la radio donde participaba de un programa con la columna “Mujeres que hicieron historia”; el bar de sillas tapizadas en el que se reunía con Ezequiel; la biblioteca de la que se llevaba prestados libros de biografías femeninas como Autobiografía de una mujer sexualmente emancipada, escrito en 1923 por la política marxista y feminista rusa Aleksandra Kollontai.
Esa ciudad también representa mucho para Citarella, ya que ahí vive parte de su familia y es el ámbito donde pasaba los veranos cuando era una niña. “Es un lugar idílico para mí: la vacación, los amigos de verano, mi abuela, mis primos viviendo en la misma manzana. Conozco bien el lugar y cuando nos sentamos a escribir, era muy fácil decir qué construye el retrato de Trenque Lauquen”.
En el film actúa su tío Rolo, que interpreta a un conductor radial que no puede despegarse de las palabras y entrega tarde el programa. En la vida real, Rolo tiene un programa de radio allá y no se priva del placer de entrevistar a su sobrina cada vez que va de visita.
Además de intentar dilucidar qué pasó con Laura y el porqué de su partida, durante la primera parte de la película se cuela y cobra magnitud una irresistible historia amorosa. En un libro que le prestaron en la biblioteca Laura descubre una carta camuflada, y prestando atención a algunos detalles, logra encontrar más correspondencia de una pareja que pertenece al ámbito de los amores clasificados como prohibidos. ¿Está Laura recolectando material para su tesis? ¿Persigue algún fin concreto con esta entusiasta búsqueda? ¿Forma parte de una investigación que merezca algún premio? No, las horas dedicadas a esta tarea meticulosa no se relacionan con lo útil en términos mercantilistas. La curiosidad, el apasionamiento, la intriga son los condimentos que le dan sentido a ese fervor.
Desbordada, le cuenta a Ezequiel y encuentra un cómplice dispuesto a saborear con ella la fruta jugosa de ese amor de antología. La protagonista de esta historia dentro de la historia se llama Carmen Zuna y quien la encarna es Citarella. “Cuando Carmen empieza a crecer en el relato —cuenta Paredes— dijimos: ¡vos tenés que ser Carmen Zuna!”. Citarella: “Contábamos con los materiales. Era cuestión de completar algunas lagunas que se armaban en el relato pero esa mujer embarazada ya estaba filmada: tuvimos un viaje a Italia con Ezequiel, mi compañero y actor en Trenque Lauquen y Lucía, nuestra hija. Eso nos permitió sumar mucho más material a la secuencia”. Ese material está incluido dentro del romance de riesgo. La película registra también el crecimiento de Lucía, que aparece siendo muy pequeña y en otro tramo del relato, siendo una niña que juega con “Pepón”, el hijo de Paredes y el cineasta Mariano Llinás. “La película todo el tiempo se alimentaba de sus propios elementos, de su propio rodaje, de las personas que hacían la película. Por eso algunos hablan de un esquema de trabajo ‘familiar’, porque es un traslado de una vida doméstica al cine. Hay una escena de un pianista, que es mi hermano tocando Chopin. A veces tomás decisiones de producción o inventás escenas con las cosas que te rodean. De eso está lleno Trenque Lauquen”, explica Citarella.

¿Es larga una película?
En la primera parte Rafael y Ezequiel se preguntan qué pasó con Laura, la añoran, la buscan. La película vuelve sobre sus pasos y somos testigxs del arrebato que le provocan las cartas. En la segunda parte otra historia acapara la atención y se posa sobre el terreno de lo sobrenatural: una noticia conmociona a la ciudad, un ser en apariencia mitad humano mitad animal aparece en la laguna. De esta manera Laura se topa con dos científicas -interpretadas por Elisa Carricajo y Verónica Llinás- y se inmiscuye en esta nueva fábula de la criatura que come flores amarillas.
La aparición fantástica impacta, conmueve, nos ubica en otro plano, nos hace dudar de lo que asumimos como natural, como real, e interpela hasta nuestra propia esencia. ¿Cómo se vuelve de esa sensación?
Cuando las Lauras se juntaron en Trenque Lauquen a elaborar el guión intuyeron que la película iba a ser larga: “La cantidad de cosas que pasaban no se sostenían en una hora y media —cuenta Citarella— y no queríamos sacrificar nada. La disrupción del relato de los dos hombres buscando a Laura tenía que estar, la irrupción de lo fantástico tenía que estar, las cartas, el retrato del pueblo, los medios. Hubo un momento en que la película se transformó en una mole gigante, cargada, llena de cosas y veíamos que no estaba fácil. En ese momento hicimos una reestructuración. Decidimos que la película empezara con la figura de una mujer que se fue, atravesada por la mirada de dos hombres enamorados que la buscan”. Agrega con respecto a la duración: “No hay capricho, no hay intenciones deliberadas de hacer películas de cuatro horas. Los procesos manifiestan su necesidades. Es el tiempo que necesita este relato para ser narrado. Las películas son mucho más que lo que cualquiera de nosotras tenga para decir y ahí está la magia. Es un objeto que tiene conexión directa con el mundo, donde nosotras, que hicimos la película, desaparecemos, y pasa otra cosa”.

El vigor de filmar
Laura Paredes forma parte de la compañía teatral Piel de lava, integrada también por las actrices, dramaturgas y directoras Elisa Carricajo, Pilar Gamboa y Valeria Correa, quienes brillan actualmente en la obra Petróleo. Junto a Mariano Linás, Agustín Mendilaharzu y Alejo Moguillansky, Laura Citarella integra por su parte la productora audiovisual El Pampero Cine, que cuenta con 22 películas en su haber. Hacer cine independiente requiere, entre otros menesteres, de delirio y constancia. “Hay mucho vigor para hacer películas en Argentina —reconoce Citarella— ante cada dificultad, los directores, directoras, productores, saben como seguir sosteniendo ese espacio. El cine independiente tiene grandes herramientas para defenderse. Después está el cine mainstream. Y el gran problema, me parece, lo están viviendo los que trabajan en estructuras medianas. Está siendo muy difícil poder producir películas juntando fondos como antes, coproducciones y apoyos de acá y apoyos de allá. La fórmula se volvió: o la hacés con tus amigos como si fueras una banda de rock, en seis años mientras vivís la vida, con entrega, con amor, de manera más colectiva o alguien se adueña del proyecto con un único presupuesto – lo suficientemente alto como para adueñarse – y hacés la película con esa plata. Las estructuras medianas están en riesgo.
El INCAA ayudaba; ahora hay incertidumbre y lo que termina pasando es que muchos cineastas terminan haciendo telefilms, series u otros formatos para sobrevivir. Abandonan un poco el oficio. Incluso está siendo dificil conseguir gente para trabajar porque son las estructuras, no del cine, sino de otras ramas audiovisuales las que están pudiendo garantizar solidez económica”.
Presentada en el Malba y en la sala Lugones, Trenque Lauquen agota localidades a las pocas horas de ponerlas a la venta. Participó en los Festivales de Cine de Venecia y de Viena; fue exhibida en San Sebastián, Nueva York y en el Festival Internacional de Mar del Plata, donde resultó ganadora como Mejor Largometraje Latinoamericano; y próximamente lo será en Toulouse y Clap, Francia.
Trenque Lauquen llevó tiempo, esfuerzo e imaginación. Amor, familia y talento. Un acto de fe que propone rescatar algunos aderezos que escasean en estos tiempos: azar y misterio. Paredes rescata: “Correr los límites”. Citarella recomienda: “Preguntarnos cómo sería perderse y cómo el cine puede abordar esa pregunta”.
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Resultados en la Cumbre Científica de Naciones Unidas: Argentina con agrotóxicos al 100%

El total (100%) de participantes argentinos en una investigación internacional sobre agrotóxicos “presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal”. El problema incluye a personas que viven lejos de las fumigaciones, por lo que se consideró a estos plaguicidas como «omnipresentes». Se encontraron además los venenos en los alimentos, el polvo del hogar, los granos de cultivos, animales, alimentos para animales, suelos y agua.
A través de una conferencia virtual desde Nueva York, durante más de 3 horas, el proyecto SPRINT reveló este miércoles 27 -Día de la Salud Ambiental- los resultados del estudio realizado en Europa y en la provincia de Buenos Aires (como principal exportadora de soja para alimentación animal).
Entre los venenos detectados están obviamente el glifosato (genotóxico y probable cancerígeno) y el clorpirifos (que pese a estar prohibido en Argentina se sigue vendiendo hasta en los supermercados). El informe señala además los “cócteles”, que mezclan químicos para aumentar la potencia de cada veneno, reuniendo hasta 120 plaguicidas.
La dirección del INTA prohibió a la doctora Virgina Aparicio (que integró en la investigación) participar en cualquier instancia actual del proyecto, y hablar con la prensa, siendo que se trata de un tema de salud pública.
Algunos de los datos que, pese al silencio y a la mordaza oficial, se revelaron en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
En alimentos: “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos: “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales: “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales: “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos: “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial: en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Por Anabel Pomar

Resultado global presentado sobre las concentraciones de glifosato en seres humanos. Argentina lidera esa tabla con absoluta comodidad.
En el día de la celebración del día de la salud ambiental, miércoles 27 de septiembre, en Nueva York, EE. UU., en el marco de la Cumbre Científica de la Asamblea General de las Naciones Unidas (UNGA78) por primera vez para grandes audiencias pudieron conocerse parte de los resultados del proyecto europeo SPRINT (siglas en inglés de Transición Sostenible de Protección Vegetal: Un Enfoque de Salud Global 2020/2025).
¿Qué es el SPRINT? Es un proyecto financiado por La Unión Europea (UE) que busca identificar los residuos de los agrotóxicos, en ecosistemas y en humanos, y analizar el peligro de la sinergia (la combinación o mezcla) entre los plaguicidas hallados. Esto último, algo jamás contemplado a la hora de aprobar esos peligrosos venenos en el mercado, ni en el llamado “viejo continente”, ni en nuestro país.
En 2021 los muestreos en el marco de ese proyecto además de realizarse en los 10 países europeos participantes se ampliaron a la provincia de Buenos Aires.
¿Por qué se incluyó a nuestro país? Por ser el principal exportador de soja para alimentación animal al mercado europeo.
Entre las principales conclusiones del evento de este miércoles en NY, pudieron escucharse las voces de expertas y académicos participantes de ese proyecto. Contaron, basados en rigurosa información, cómo los agrotóxicos usados en la agricultura veneno-dependiente están contaminándolo todo. Cuerpos, comida y ambientes. Una de las palabras que más se repitió en las presentaciones, fue “omnipresente”. Los agrotóxicos están en todos lados: incluso en donde no son utilizados.
Entre los cuadros con centenares de nombres de moléculas químicas usadas en la agricultura, destacan algunos de los agrotóxicos más fumigados en nuestro país. El herbicida glifosato, y su metabolito AMPA, en los primeros puestos. Y para los muestreos en Argentina, en cantidades hasta tres veces superiores en algunas matrices. También el clorpirifos, recientemente prohibido en el país pero que se puede seguir comprando en cualquier góndola de supermercado en el sector de insecticidas.

Resultados de plaguicidas en las muestras en orina.
El momento de la presentación es importante ya que este próximo 13 de octubre la Unión Europea deberá votar si decide re-autorizar el uso del glifosato. Desde la coordinación del SPRINT aseguraron que a la brevedad la información –que ya fue presentada en la euro-cámara– será publicada y distribuida al público general para lograr mayor difusión. También aseguraron que esperan que tales resultados impidan que se concrete la renovación del peligroso herbicida.
Omnipresentes
Ver la presentación de esos estudios que respaldan una afirmación que muestra la magnitud del daño, estremece. Hasta las personas que consumen o producen alimentos sin usar agrotóxicos tienen sus cuerpos contaminados. Y aquellas que consumen alimentos libres de agrotóxicos, también. El cuadro completo muestra que la exposición ambiental llega a todas las personas, no solo a quienes producen con venenos o viven en zonas rurales. Y por todas las rutas de exposición.

Los resultados de los venenos en materia fecal.
En los hogares
Como ejemplo se puede mencionar lo que se encontró al medir el polvo de hogares, presentado por Daniel M. Figueiredo, de la Universidad de Utrecht de Países Bajos. Los resultados indican que los agrotóxicos llegan a impactar en los organismos más por los ambientes que por la dieta misma: también son una ruta de exposición directa. El más detectado es el glifosato y su metabolito AMPA, en un cóctel de sustancias químicas peligrosas en un rango de entre 25 y 120 plaguicidas.
Otra constante: los cócteles de agroquímicos. No hay una sola sustancia sino decenas o cientos, mezcladas para aumentar la potencia del veneno. En el caso presentado impactaban tanto a los vecinos de producciones convencionales cómo orgánicas.
A su turno, Hans Mol de la Universidad de Wageningen de Países Bajos, en la presentación de lo hallado en muestras de fluidos humanos –en los que el glifosato vuelve a estar entre lo más detectado. Los resultados señalan que hay presencia del herbicida genotóxico y probable cancerígeno en orina en el 86,1% de los argentinos muestreados y en el 35,2% de los europeos, mientras al analizar las heces humanas se detecta ese plaguicida en el 70,5% de las personas residentes en Europa y en el 100% de los bonaerenses.
Para el caso del clorpirifos, el 3,7% de europeos tiene en sus heces ese tóxico, mientras que para la Argentina el número asciende a 37,7%. Nuevamente salimos campeones, esta vez de otro podio tóxico.
La mordaza
En la conferencia virtual –toda en inglés– que duró tres horas y a la que asistió lavaca y aproximadamente un centenar de personas conectadas desde distintas partes del mundo, no estuvo la investigadora a cargo del proyecto en Argentina, la doctora Virginia Aparicio.
Lavaca consultó a la investigadora del INTA el porqué de su ausencia que para la decena de personas conectadas desde Argentina no pasó desapercibida. Aparicio no tiene autorizado por orden directa de la dirección de ese organismo estatal participar de ninguna instancia del SPRINT, ni hablar con la prensa.
Lavaca se comunicó con el INTA (socio número 16 identificado como CSS11-Buenos Aires dentro del proyecto SPRINT) pero nuevamente, como sucede desde hace meses, no hubo respuesta oficial.
El organismo público impidió que hasta el día de hoy los resultados de lo muestreado en nuestro país se difunda. En julio de este año, pese a esa censura oficial, la vaca pudo conocer los resultados de ese muestreo en territorio y población bonaerense y publicarlo.
Del muestreo en Argentina participaron 73 personas. De las 73, 1/3 consumidoras, 1/3 habitantes de pueblos pequeños y “vecinos de productores”. Y 1/3 productores agropecuarios de los cuales la mitad usa plaguicidas y la otra mitad trabaja agroecológicamente. También se incluyó un monitoreo en 14 establecimientos rurales. Se tomaron pruebas en ambiente, alimentos, grano y muestras biológicas en animales.
“El total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 13 plaguicidas en orina, un rango de 2 a 10 plaguicidas en sangre y un rango de 0 a 18 plaguicidas en materia fecal” es una de las revelaciones de la investigación.
En los ambientes en los que esas personas se mueven a diario, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 7 a 53 plaguicidas en las pulseras” de detección.
La vida cotidiana asediada
En las consideraciones preliminares de esos estudios personales que trascendieron se consigna: “Las mezclas de residuos de plaguicidas están presentes en los cuerpos humanos. Las personas se exponen a los plaguicidas en su vida cotidiana (datos de pulseras). La mayoría de los residuos son peligrosos para el ecosistema y los humanos”.
En alimentos, “el total de participantes argentinos presentó un rango de 6 a 22 plaguicidas en la muestra de alimentos”.
En el polvo del hogar, en “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 43 a 86 plaguicidas en polvo del hogar”.
Granos de cultivos, en “el total de muestras analizadas en Argentina presentó un rango de 0 a 8 plaguicidas en grano”.
En animales, en “el total de animales analizados en Argentina presentó un rango de 1 a 12 plaguicidas en orina, un rango de 0 a 16 plaguicidas en materia fecal”. (Los de sangre continúan pendientes).
En alimento para animales, en “un rango de 5 a 25 plaguicidas en alimento animal”.
En suelos, “el total de muestras analizados en Argentina presentó un rango de 0 a 12 plaguicidas en suelo”.
Agua superficial (en la zona de trabajo de SPRINT) en “el total de muestras analizadas presentó un rango de 10 a 28 plaguicidas en agua superficial”.
Nota
Tucumán: condenan a un funcionario judicial y en el fallo recomiendan colgar placas en Tribunales que digan «un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia»
Un funcionario judicial de Tucumán fue condenado por abuso sexual: 4 años, obligación de reparación económica, capacitación y placas en Tribunales. El hecho no es aislado: el Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro que incluye 420 funcionarios (integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las cúpulas de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católica) denunciados por violencia de género. Los argumentos e implicancias de un fallo ejemplar.
Jorge Edmundo Mistretta, exjefe de despacho de la Secretaría Electoral del Juzgado Federal N° 1 de Tucumán, jubilado desde 2019, fue condenado a cuatro años por abuso sexual contra dos de sus empleadas. Los abusos ocurrieron en 2013 y 2015: incluye tocarle los pechos a una de ellas y querer besarla, comentarios sexuales groseros, e intento de tocar a otra de las denunciantes.
En el fallo del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Tucumán, compuesto por la jueza María Noel Costa, y los jueces Carlos Enrique Jiménez Montilla y Enrique Lilljedhal, se ordenó:
- La inmediata detención, aunque cumplirá prisión domiciliaria por su estado de salud.
- Una indemnización de $4.4 millones de pesos y 3.6 millones de pesos para cada una de las víctimas.
- La realización de un programa de capacitación sobre perspectiva de género y en política de prevención, sanción y eliminación de la violencia contra la mujer.
- Se solicitó a Recursos Humanos de la Corte Suprema de Justicia Nacional que “se arbitren los mecanismos administrativos necesarios por una medida restaurativa que contemple la incorporación a una de las oficinas judiciales de esa jurisdicción -de la Cámara o del Tribunal Oral -, debiendo garantizar la ‘no revictimización’ de una de las víctimas”.
- Además se recomendó que se coloquen placas en tribunales donde sucedieron los hechos que digan: “Un ambiente violento de trabajo afecta el servicio de justicia. No a la violencia ni al acoso”.
Los fundamentos se conocerán el próximo 29 de septiembre.
El “caso” no es aislado. El Observatorio Lucía Pérez lleva adelante un registro de denuncias por violencia de género contra integrantes del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Poder Judicial, de las Fuerzas de Seguridad y de la Iglesia Católicas.
El registro incluye ya 420 funcionarios denunciados, entre intendentes, diputados, fiscales, sargento, jueces, asesores, concejales, cabos, decano, sacerdotes y un largo etcétera. De todos los denunciados 99 son del Poder Judicial, al igual que Jorge Edmundo Mistretta; 139 del Poder Ejecutivo; 62 del Poder Legislativo; 67 de la Iglesia Católica; y 53 de las cúpulas de las fuerzas de seguridad.
El padrón de funcionarios denunciados se puede ver acá

El Estado argentino se comprometió en 2020 a llevar un registro público de funcionarios judiciales denunciados por violencia de género como parte de un acuerdo amistoso alcanzado en el marco de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Hasta el momento lo hizo de forma incompleta y escasa, por ello comenzó a realizarlo, de manera autogestiva, el Observatorio Lucía Pérez que sumó además otros poderes para completarlo y con esa información reflexionar acerca de qué relación hay entre la ausencia de políticas públicas de contención y prevención y estas prácticas impunes.
Lo que se ve: la consigna “El Estado es responsable” se hace carne en la sistematización de esta información. No lo es solamente por omisión, o ineficaz: es un Estado violento.
Nota
El escenario y la vida: el universo Cárdenas
Dos obras teatrales de un mismo autor nos invitan conectar con su universo personal: Martín Flores Cárdenas, dramaturgo y director, no se define como actor pero actúa, o como prefiere decirlo “está en escena”. El duelo por la muerte de su abuelo, la propuesta para montar una obra en Brasil y lxs amigxs como tesoro y sostén son algunos de los temas que aborda en No hay banda; mientras que en La fuerza de la gravedad el desafío fue escribir una obra y dedicársela a una amiga actriz, que se convierte en la protagonista. Cómo llevar la vida al escenario —o el escenario a la vida— para que la experiencia traspase la propia piel.
Fotos: Nora Lezano
“No creo que sea teatro documental. Tampoco una conferencia performática. En realidad, no es nada”, afirma el dramaturgo y director Martín Flores Cárdenas. Se refiere a su obra No hay banda, primera entrega del ciclo Obras Truncas, que está actualmente en cartelera junto a La fuerza de la gravedad, otra de sus producciones. Ambas transcurren en Casa Teatro Estudio, tres palabras que definen lo que sucede en Guardia Vieja 4257. Martín vive en la parte de arriba, pero aclara que la sala teatral es como si fuera una extensión de su casa: “Como lo son las obras, también, forman parte de uno: extensiones o sucursales de uno”.
Desde 2019 y junto al escenógrafo brasileño Ruslan Alastair Silva coordina esta sala artística del barrio de Almagro. “Es un espacio —cuenta Martín— que da la posibilidad de experimentar, sobre todo, nuevas formas de producción. Y eso, a veces con suerte, genera cosas reveladoras en el lenguaje escénico. Reveladoras para nosotros. Lo que más nos interesa es ir por caminos alternativos a los que ofrece la lógica de ´el mercado´. O al menos, tratar de producir sin que esas lógicas contaminen lo que hacemos. Es una sala re chiquita que permite crear sin presión de fechas ni, no sé… de objetivos económicos”.
No hay banda y La fuerza de la gravedad podrían encuadrarse en las clasificaciones de teatro documental o de “conferencia performática”. También como un biodrama, docuficción o teatro autobiográfico. Vamos a hacerle caso a Martín y dejaremos de lado las etiquetas que definen el género de una obra teatral. Sí vamos a decir que ambas abren una puerta —en sentido literal y simbólico— y nos permite instalarnos allí con agrado. Son invitaciones a navegar por un rato en el universo personal de quien las sintió, las escribió y puso el cuerpo en escena para contarnos parte de su vida. Y esa parte incluye la muerte de un ser querido: su abuelo.

Banda sonora
Imposible no identificarse con este duelo y sus reflexiones, incluso las más bizarras en un contexto de pérdida reciente, porque también hemos tenido esos pensamientos absurdos que dispara el dolor. Martín utiliza recursos eficientes para su narrativa, nos distrae, nos distiende, y nos vuelve a traer a una zona donde la piel se eriza y el corazón cruje. “No hay banda apareció como posibilidad de desobturar la escritura. Por más que quisiera escribir otras cosas, siempre aparecía aquella obra trunca como un tapón. Un duelo mal hecho que esta nueva obra me ayudó a atravesar. Como me parecía imposible ensayar solo, busqué un dispositivo que me contuviera. Me junté con amigos a armar los videos, a grabar los audios. Y, texto en mano, empecé a leer la obra a amigas, amigos. A mostrar lo que había pensado. Algo de esa combinación entre lo ultrapremeditado o realizado y la fragilidad del estar ahí y lo improvisado se volvió lo que es hoy la obra”.
La muerte de su abuelo y una llamada para proponerle montar una obra en Brasil. Ambas circunstacias sucedieron casi al mismo tiempo. El fin de una vida, el comienzo de un proyecto. “Me interesaba problematizar el concepto de existencia. Suena re pretencioso, ya sé. Un clásico. Pero bueno… Traté de ser honesto cuando la escribía y pensaba y trato de ser honesto ahora respondiendo esta entrevista. La existencia de una obra primero ¿Qué hace que una obra exista? ¿Dónde o cómo existe lo que imaginamos? ¿En qué momento una obra empieza a ser y cuando muere o termina? Y desde ahí poder dialogar con la relación entre existencia y materia. La existencia de aquellos que murieron y cuya falta generó una obra. Y la materialidad del cuerpo en general y del autor en particular que, bueno, en este caso soy yo. Que no soy actor pero estoy en escena. Me gusta decirlo así: estar en escena. Porque de alguna manera plantea o propone algo ¿Qué es estar en escena? ¿No es actuar acaso? Pensar el cuerpo en escena. Autor que escribe e interpreta. No hay límites o bueno… Esa es otra pregunta. Son muchas: no hay un sólo tema o eje, como verás”.
En los próximos meses No hay banda se va a presentar en Madrid, en el Festival Iberoamericano de Cádiz y en Alicante, España. “Tanto No hay banda como La Fuerza de la gravedad se hacen cuando se puede. El público tiene que estar atento a las fechas que aparecen en Alternativa Teatral. Porque como tenemos estos viajes pueden estar una semana sí y a la siguiente no y así”. Martín asegura que ambas obras tuvieron procesos muy diferentes y comparten dos elementos en común: el lugar desde donde fueron creadas y que no se puede determinar una fecha de estreno ya que comenzó a mostrarlas y se fue sumando público.


El otro como un territorio a descubrir
La fuerza de la gravedad es una pieza teatral cuya materia prima es la ternura. Un abrazo que nos incluye a quienes estamos sentadxs frente a la actriz Laura López Moyano y su pila de hojas A4 de las que irá descubriendo hilos de vivencias con la amistad como protagonista. Martín: “Apareció primero como una idea. Yo hacía mucho tiempo quería hacer una obra para mis amigos. Y tenía la idea de este dispositivo en la cabeza. Pero recién cuando se me ocurrió que Laura podía ser la amiga que pondría el cuerpo me puse a escribir. Es una obra dedicada a mis amigxs pero sobre todo a ella. Las ideas son ideas… Están ahí. Gracias a ella, a que existe y es mi amiga, existe esta obra”. La amistad como territorio a descubrir, como un vínculo necesario y elegido. “Quería hablar del vínculo con la otredad. No me gusta cómo suena esa palabra pero creo que es la que le hace más justicia. No hablar sólo de la amistad. En todo caso, usar ese vínculo misterioso para mí, para hablar de otros vínculos. La relación con la naturaleza, el planeta o el espacio. Poder pensar al otrx como un territorio desconocido. Y que mi relación con ese cuerpo me constituye”.
Sin espoilear diremos que el final de esta obra es un momento infinitamente disfrutable, de regresión al universo infantil, ese paraíso que puede no estar perdido si se lo sabe buscar. ¿Cómo se elabora en la escena lo personal y lo ficcional? ¿Te sentís cómodo trabajando con esos elementos? “No sé si es cómodo. Justamente por eso es divertido, supongo. O útil para hacer algo. Lo pienso en relación a mí pero también a Laura. Para ella no fue fácil ni cómodo. Pero lo quiso hacer, lo encontró o encontramos necesario. Forma parte del trabajo. Cómodo no era y justamente por eso nos dieron ganas de encararlo. Esa decisión nos permite meternos en lugares nuevos, propios o bueno… singulares, me gusta decir. Claro que hay otras de formas de hacerlo. No sé: nosotros elegimos esta”.
En ambas obras lxs amigxs están presentes, colaboran, aconsejan, observan, actúan. ¿Qué significan en tu vida tus amigxs?
Difícil responder esta pregunta. Todo lo que pienso suena mal. Me gusta la idea del amigo como algo que también es uno. Una parte de mí. Soy mis amigos, también. ¡No! Soy con mis amigos. Sin ellos no soy. Eso. Pero también con los otros. Los desconocidos. Estamos todos comprometidos. Los gravísimos problemas ambientales, sociales, económicos que sufrimos deberían hacernos tomar consciencia. Te lo digo a vos y me lo digo a mí que como ciudadano o terrícola no soy ejemplo de nada, la verdad. Pero bueno. Tenerlo presente, pensarlo me ayuda a hacer algo… Por el otro, otra. Hacer un poco más. Algo que nos vuelva menos mierda. Como amigos, como habitantes de este mundo.
Casa Teatro Estudio
Guardia Vieja 4257, CABA
No hay banda
Lunes, 20.30 hs, hasta el 9/10/23
La fuerza de la gravedad
Sábados, 18 y 20.30 hs, hasta el 7/10/23
@tatofc
@moyanolaura
@casateatroestudio
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