Nota
#NiOlvidoNiPerdón: la respuesta de las militantes a los senadores de sus partidos que votan en contra
La opinión y el análisis de las militantes de los partidos más representativos dentro del Senado, cuyos senadores en parte votan en contra de la legalización del aborto. Jóvenes de veintipico cuentan la distancia entra la militancia en los barrios y lo que pasa adentro del Congreso. Critican los discursos y los mitos alejados de la realidad. Y auguran por un futuro partidario que dé cuenta de un cambio histórico: «El año que viene el 70% del electorado será joven. Ellos solos van a quedarse afuera”.
Mientras en el Senado se perfila una mayoría en contra de la ley, en la calle la gran parte de las personas que se acercaron al Congreso reclaman el voto positivo. Si bien la marea verde trasciende partidos, generaciones y geografías, muchas son militantes y forman parte de los partidos que tienen representatividad en el Congreso. Algunas siguen el debate por streamming, la mayoría hace la suya a pura bandera, cartel, blitter, bombo o lo que venga. También, se da el espacio para discutir cómo sigue este día más allá de la ley, y sobre todo, cómo sigue el debate en los propios partidos políticos para los cuales militan.

La columna de ATE.
La casta y la caterva
Una carpa de la UCR y algunas del peronismo están sobre Callao o sobre 9 de Julio. De las organizaciones que militan a favor del aborto, son las únicas que tienen senadores en la votación. Forman parte de partidos con alcance a nivel nacional que, en los próximos comicios, volverán a tener miembros en el Congreso. El desafío, aseguran, además de transformarse internamente, será mover los futuros candidatos. Preguntarles qué piensan sobre el aborto. Votarlos si se bancan el pañuelo verde. Y, para eso, seguir transformando a los militantes: “Muchas veces, los militantes no saben a quiénes votan en las listas de diputados o senadores. Vamos a tener trabajar en eso. Generar senadores que nos representen y salir de la casta que está ahora”, explica Cynthia Salama, del Peronismo x la ciudad, comunera de la 10.
Romina Chiesa, militante del Movimiento Evita en la Oleada, pone la bronca en la r y señala al Congreso. Si Cynthia usó el término «casta», ella elige otro más particular: dice “caterva” para hablar de algunos y de algunas que -en teoría- la representan como ciudadana y como militante en el Congreso. Según el diccionario, una caterva es un “grupo grande de personas, animales o cosas que se consideran despreciables o de poca importancia”.
Romina está parada sobre Callao, con el verde en los labios y en el pelo y en el corazón. Se dice peronista, es parte del Movimiento Peronista y votó la lista del Partido Justicialista en las elecciones legislativas del 2015 y del 2017. Sin embargo, dice que los senadores no la identifican en esta votación por la legalización del aborto. Ni a ella ni el movimiento feminista.

Lucía, militante de Nuevo Encuentro.
Cerca de ella, Emilse Portela, de Unidad Ciudadana, concejala del Partido de General Rodríguez a su vez plantea: “El enemigo, el año que viene, es Macri. El o la candidata que elijamos como oposición será lo que más rinda. Pero esto es diferente. Este día enseña que tendremos que presionar a los futuros candidatos a senadores a que digan, previamente, qué piensan del aborto. Y de muchas temáticas que tiene que ver con la soberanía de nuestros cuerpos”.
Jimena, 20 años, es del Frente de Mujeres Nacional de La Cámpora. Vino desde temprano y asegura: “Somos de las organizaciones que más actividades hizo en barrios, le pusimos mucho el cuerpo para que el debate tuviera lugar en nuestros espacios de militancia”. Cuando se menciona el caso y el efecto la senadora rionegrina Larraburu contesta que hicieron un comunicado pidiéndole que repiense su postura. ¿El rol de Cristina? “Creemos que Cristina tiene que haber visto la revolución de las hijas y eso la hace haber cambiado de opinión y Larraburru, no. No se me ocurre otra explicación de que no entendió la importancia de este momento. Lo importante es que la lucha no termina acá, sino que recién empieza”.
Con respecto a otros argumentos escuchados en bocas peronistas sobre que las pobres no abortan o que las mujeres del interior están en contra, contesta: “Milito en una villa y en esos espacios del barrio la verdad que se ve un cambio que es imparable. No lo van a poder parar porque ya entendimos y las vecinas ya entendieron que sólo hay dos caminos: que sea legal o clandestino”.

La columna de La Cámpora.
Más pibas, menos Iglesia
“Anoche no pude dormir por lo que pasaba hoy. Estos años reforzamos los lazos entre nosotras y tenemos un reclamo unido que es ampliación de derechos: no pueden no escucharnos”, dice Vicky de la agrupación El Homirguero, vinculada al partido Unidad Ciudadana, con emoción en la voz. Agrega: “Es una cagada que alguien del bloque se haya dado vuelta. Será cuestión de reforzar las representaciones para que esto no vuelva a pasar. Igualmente la sensación es que tenemos una mayoría que sí está representando el voto de la militancia pero tendremos que ver que los que no puedan entender eso, que se vayan”. Cuando se le pregunta por el caso y efecto Larraburru, Camila pone cara de resignación, y dice: “La presión de la Iglesia es muy fuerte y es más en las provincias, pero no sabemos por qué vota en contra”.
¿Hay un quiebre entre los representantes y los representados, al menos en este tema? Camila dice: “La militancia cambia concepciones. Es mentira que las pobres o en los barrios se esté en contra como se dijo. Tuvimos conversaciones con compañeras de la 31 que empezaron mandando corazones celestes y terminaron mandando corazones verdes por WathsApp, diciéndonos que nuestra lucha era genuina y hoy están acá. No se las puede culpabilizar de una falta de derechos. Al ser clandestino y no tener la posibilidad de acceder al mismo, tampoco tienen el conocimiento de qué implica. La responsabilidad es de los que tienen cargos políticos”.
Lucía, 23 años, de Nuevo Encuentro: “Vivo con mucho nervios e intensidad este momento histórico. Para nosotras es fundamental estar a favor del aborto, es un pilar. Pero el movimiento peronista es amplio y es un problema que eso haga que una diputada vote en contra”. Mientras sostiene su bandera y su paraguas celeste y blanco con la otra mano, dice: “Creo que tiene que salir, pero si no tenemos que aprender que el peronismo tiene que moverse a una postura menos cercana a la Iglesia. Ya les contestamos a los compañeros que hablaron en contra y creo que es fundamental que se sumen al crecimiento político y de movimiento que estamos haciendo las mujeres porque es justicia social”.

Mujeres de El Hormiguero.
La batalla generacional
Desde el lunes a la noche el Comité Central de la Unión Cívica Radical se encuentra en vigilia. Distintos referentes del partido, pero sobre todo su juventud, tomaron la sede de la calle Alsina para pedirle explicaciones a los 9 senadores radicales que votan en contra de la legalización del aborto.
Parada justo en frente del Comité, Tatiana Bances, de Franja Morada, es categórica:
- ¿Cómo va a ser militar para alguno de los candidatos que votaron en contra?
- No. Ni olvido, ni perdón. No militamos nunca más para uno de estos Senadores que votaron en contra. No nos representan y no nos van a representar.
Tatiana Bances es también miembro de la Juventud de la UCR y de la Campaña por el Aborto. Hace tres días que no duerme en su casa: los dos primeros estuvo en el Comité Nacional de su partido, el último en una carpa sobre 9 de Julio. En la sede central de la calle Alsina, estuvo porque lo tomaron y entraron en vigilia.
Bances recuerda que el radicalismo siempre fue por esencia laico y que, por Carta Orgánica, las bancas en el Congreso no son de las personas sino del partido. Durante meses, agotaron las instancias para comunicarse con sus representantes que anunciaron votarán en contra: cartas, comunicados, discursos. Nada. “Esto es traición”, dice una militante mendocina, haciendo referencia precisa a Julio Cobos, senador por su provincia.
“No es que pedimos. Exigimos que nuestro Partido se mantenga ajeno a las estructuras clericales. Ellos no nos representan. No vamos a pegar un cartel más de ellos. Esto termina siendo una pelea entre nueve senadores contra un montón de militantes. Una batalla generacional. El año que viene el 70% del electorado será joven. Ellos solos van a quedarse afuera”, agregan, desde el radicalismo.
Mujeres de distintas agrupaciones miran desde la Av. 9 de Julio cómo los Senadores deciden el futuro sobre sus derechos sexuales y reproductivos. Ellos hablan de los cuerpos de ellas, ellas se abrazan y abuchean a los que votarán por la negativa. Están tomadas de la mano y mirando hacia arriba como si, a esta altura, le legalización fuera una cuestión de fe. Pero no: saben que, a esta altura más que nunca, lo que pase en un futuro más o menos próximo será más gracias a la calle que a sus partidos.

UCR
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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