Nota
#Nosotras en los medios: Manifiesto de la Asociación de Revistas Independientes para el #8M
Rechazamos todas las políticas, explícitas y encubiertas, de ofuscamiento patriarcal.
Retomamos, en un gesto de complicidad y afecto, las palabras que las compañeras de diferentes movimientos feministas han ido manifestando en los últimos años (de las artistas autoconvocadas en el Manifiesto Nosotras Proponemos, los Encuentros Nacionales de Mujeres, el movimiento trans argentino, las cientos de organizaciones que impulsaron y sostienen el movimiento social Ni Una Menos, las trabajadoras escénicas que impulsan Escena Política, entre muchas otras) y colocando este abrazo de palabras y cuerpos en el centro del espacio público, decimos:
Nosotras, las trabajadoras, las artistas, las más pobres, las indígenas, las migrantes, las viejas, las más jóvenes, las adolescentes, las negras, las refugiadas, las travas, las estudiantes, las detenidas, las presas políticas, las criminalizadas, las lesbianas, las trans, las víctimas de trata y explotación sexual, las madres y las que no queremos serlo, las mujeres con diversidad funcional, las amas de casa, las trabajadoras de casas particulares, las cuidadoras, las trabajadoras sexuales, las mujeres en situación de prostitución, las jubiladas, las pensionadas, las docentes, las pibas, las enfermeras, las médicas, las trabajadoras del Estado, las de la economía popular, las luchadoras populares, las sindicalistas, las desocupadas, las precarizadas, las taxistas, las plomeras y las trabajadoras de las revistas culturales independientes, quienes nos sumamos hoy a este largo etcétera de mujeres, lesbianas, travestis y trans diversas, PARAMOS.
Y nos comprometemos con este Manifiesto a sostener, practicar y garantizar una práctica comunicacional feminista, basada en los siguientes principios:
Entre nosotras:
1) Construir en nuestras prácticas una cultura de solidaridad y de no competencia, que tenga en cuenta la diversidad de posibilidades de participación y respete todas las formas de estar y aportar a lo común.
2) No criminalizar el conflicto. Aceptar el debate, propiciarlo. Analizar siempre y primero el contenido de lo que se expresa. Y construir entre todas, analizando nuestras experiencias, nuevas formas de relacionarnos que no sean violentas y respeten todas las posibilidades de sentir.
3) Sola no se puede. Solas no podemos. Juntas, podemos todo. Apoyarnos en la calle, siempre. Y en los espacios laborales, más. Reconocer a la otra como una aliada, un respaldo y también como una obligación de respaldar. Las diferencias de formas de hacer y pensar no nos transforma en enemigas. Nuestro único enemigo es el patriarcado y cuesta reconocerlo cuando nos captura para enfrentarnos hasta hacernos romper lo común. El enfrentamiento que busca la ruptura, entonces, será un síntoma patriarcal a erradicar. Pero también lo serán las órdenes de silencio, de postergación o de no conflictividad, en la supuesta búsqueda de una unidad en la que nunca se prioriza ni nuestra voz, ni nuestra visión ni nuestro aporte. Bienvenido el conflicto que nos transforme, malvenido el enfrentamiento que nos parte.
4) Estimular y apoyar que tomemos responsabilidades, voz pública y, sobre todo, espacios centrales en la toma de decisiones.
5) Crear redes que respalden a aquellas que deben denunciar violencias. Apoyarlas, contenerlas y abrazarlas.
6) Garantizar que en nuestros medios -organizados en la supuesta horizontalidad de la autogestión- ocupemos tareas creativas y de liderazgo, y no meramente “secretarias” o lugares accesorios, cuya función es justamente sostener el dominio patriarcal en los instrumentos que nos gobiernan.
En nuestros medios:
1) Erradicar los contenidos que propicien la cultura patriarcal, con sus consecuentes mandatos de cosificación de los cuerpos, las violencias del consumo y la binarización de las opciones de vivir la vida.
2) Acompañar -y no meramente difundir- aquellas experiencias que produzcan formas de estar juntxs que nos permitan imaginar el post patriarcado
3) Reflejar la igualdad, poniendo en claro que esto implica que en nuestras publicaciones la prioridad es para aquellas formas no visivilizadas en medios comerciales, buscando y poniendo énfasis en las culturas más violentadas por el stablishment patriarcal.
4) Esforzarnos por darle un marco respetuoso, profesional, riguroso y comprometido a todas las denuncias de abuso y violencia.
5) Comprometernos con trabajar por el fin de la impunidad de la violencia institucional, padre de las diferencias sociales, sexuales y de acceso a la justicia y a la cultura, entendidas estas como herramientas que nos ayudan a construir mundos mejores, más justos y más sanos de los que hoy sufrimos.
6) Analizar la posición de las mujeres y otros cuerpos feminizados en relación a la raza, clase social, edad, identidad, orientación sexual, territorio y otros paradigmas que nos permitan subvertir el orden discriminatorio patriarcal que domina el universo de la comunicación.
El patriarcado fracasó.
Hace tiempo comenzamos a construir el después.
Y hoy 8M se nota.
Llegó la hora.
Estamos para nosotras.
Nota
Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Nota
Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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