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A 10 años de la represión en el Borda: País de locos

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Este miércoles 26 se realizan actos en el Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda al cumplirse 10 años de una represión inaudita por parte del gobierno porteño. Uno es coordinado por el Frente de Artistas del Borda, Pan del Borda, La Colifata y otras organizaciones que nuclean a internos, externos y trabajadores autoconvocados en el interior del hospital, y se espera la presencia de la Madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas. El otro evento es gremial, en la entrada del hospital.

Aquel 26 de abril de 2013 se destruyó con topadoras un Taller Protegido destinado a la salud mental y la construcción de camas, bancos y otros muebles para hospitales y escuelas públicas.

Hubo 50 heridos y 9 detenidos. La justicia porteña absolvió a los principales responsables: Mauricio Macri (jefe de gobierno), María Eugenia Vidal (vicejefa), Horacio Rodríguez Larreta (jefe de gabinete) y Guillermo Montenegro (ministro de “seguridad y justicia”). Vidal y Larreta participaron personalmente de los eventos de aquel día. El trasfondo inmobiliario de la violencia contra pacientes, personal médico y de enfermería, y contra las propias instalaciones hospitalarias. La mirada sobre la situación para que cada quien intente distinguir dónde está la locura y dónde la racionalidad en estos extraños tiempos.  

A 10 años de la represión en el Borda: País de locos

Unos 400 integrantes de la Policía Metropolitana, varias topadoras y empleados municipales llegaron a las 6 de la mañana, subrepticiamente, y comenzaron la demolición del Taller Protegido 19 del hospital neuropsiquiátrico Borda.

Fue el 26 de abril de 2013. Lo subrepticio se debió a que un año antes (agosto de 2012) habían intentado lo mismo, pero los propios pacientes internos y externos –integrantes además de organizaciones como el Frente de Artistas del Borda, Cooperanza y La Colifata– se plantaron ante las topadoras impidiendo la destrucción. Hubo un amparo dictaminado por la justicia porteña, pero aquel gobierno, encabezado entonces por Mauricio Macri, siguió adelante con su proyecto de demolición, que concretó en 2013.

Nuevamente los pacientes y el personal de salud intentaron defender ese taller en realidad desprotegido, lo que motivó la represión contra enfermos mentales, personal hospitaliario e incluso periodistas que cubrían el hecho. La violencia, a través de golpes y balas de goma mientras las topadoras seguían haciendo lo suyo, dejó un resultado de 50 heridos y 9 detenidos.     

En medio de la violencia el colifato Hugo López (en ese momento tenía 79 años), uno de los tantos reunidos allí, se plantó frente a la policía con los brazos en alto: “¡Viva Macri, viva la muerte!” gritó parafraseando el lema del fascismo español.

Los policías lo miraban riéndose.

Hugo gritó: “Para eliminar la pobreza lo mejor es eliminar a los pobres. Hagan una cámara de gas y nos matan a todos. ¡Macri Presidente!”. Ni él se imaginaba que eso que parecía una ironía sobre Macri terminaría convirtiéndose en una realidad dos años después. Les dijo también: “No hagan obediencia debida, porque los que están atrás de ustedes y los hicieron venir, después los van a largar solos. Vino Julio, otro externo, y me sacó de ahí: ‘vení viejo loco, que te van a cagar a tiros’”.

Recuerda hoy: “Éramos muchos, fue toda la comunidad del hospital y del barrio la que estuvo presente, mucha gente solidaria”.  

Aquel día, algunos de los colifatos (las fuentes más confiables en estos casos) informaron que vieron arrojar piedras a gente conocida como perteneciente a la barra brava del club Chacarita, una de las  tercerizadas por funcionarios y políticos para agitar conflictos y justificar represiones.
Uno de los delegados de ATE, Adrián Soranelli, explicó a lavaca que la sala del Taller Protegido terminó de demolerse durante los enfrentamientos. Entre las detenidas estuvo la enfermera Cristina Díaz Alem, del Garrahan, golpeada y descompensada en la Comisaría 4° hasta que resultó liberada. En el Argerich había al menos cinco internados por las agresiones, incluyendo a la enfermera del Borda Susana Bejarano. Entre los baleados y golpeados se encontraban el camarógrafo de C5N Mario Otero, y el fotógrafo de Clarín José «Pepe» Mateos, uno de los que había fotografiado en 2001 el crimen de Darío Santillán y Maximiliano Kostecki a manos de la Policía Bonaerense.

Varios pacientes pidieron públicamente que la justicia ordenara tratar mentalmente a los funcionarios que ordenaron la represión y a la Policía: “Los que hacen esto están desquiciados, el poder judicial tiene que obligar a que los traten”.  

A 10 años de la represión en el Borda: País de locos

Negocio para los poseídos

El proyecto del gobierno porteño, aparentemente, era instalar en la zona un “centro cívico” aunque desde el Borda se venía denunciando una intención más profunda, según lo describe hoy el propio Hugo López (integrante de la Cooperativa Lavaca que en aquel momento además conducía el programa radial El hombre de la vaca:

“Son terrenos de los más valiosos de la ciudad y del país. Ahí querían hacer como en otras partes, un negocio inmobiliario para los poseídos. No los desposeídos, sino los que poseen plata, autos, cuentas en cualquier parte. Querían usar esos terrenos para construir un country, edificios, shoppings y todas las formas de especulación”.

Jamás los funcionaros se acercaron a hablar con la comunidad del Hospital: “Nunca pidieron perdón, ni intentaron explicar qué querían. Nosotros en cambio lo hicimos púbico siempre, porque todas las organizaciones querían algo similar” explica Hugo.  

A 10 años de la represión en el Borda: País de locos

Parte del Mural que se inaugura en el Borda.

La Ciudad de la Salud

¿Cuál era esa propuesta de los así llamados “locos”?

Cuenta Hugo las características del proyecto: “Proponíamos hacer una Ciudad o un Pueblo de la Salud, con atención psiquiátrica, con emprendimientos comunitarios y huertas para la producción de alimentos sanos. Las de Borda y el Moyano son tierras fértiles, se podrían haber plantado también árboles frutales, hacer talleres de artes y revalorizar la ciencia”.

“O sea, un lugar para la ciencia, la educación, la salud. Y la alegría. No para hacer barrios privados con canchas de golf o de tenis, pero sí con deportes para el pueblo, ¿se entiende? Porque eso también es salud”.  

Cree Hugo que el 26 de abril debería ser declarado como Día de la Salud Mental y en defensa del Hospital Público. El acto principal será puertas adentro del Hospital desde las 9 de la mañana, organizado por el Frente de Artistas del Borda, Pan del Borda, trabajadores autoconvocados del hospital y con transmisión de La Colifata.

Julio César «Creativo» Báez, artista plástico e integrante del FAB, cuenta a lavaca que allí esperan la presencia de figuras como Nora Cortiñas, el fundador del FAB Alberto Sava y Alfredo Grande. Habrá además talleres, performances y algo clave que comenta Julio: “Las obras que se presentan son de los propios compañeros internos del Borda. Nosotros compartimos herramientas artísticas, pero la creación y el trabajo lo hacen ellos ellos”. Esto incluye el mural que representa la represión policial y la destrucción del Taller Protegido. En ese lugar hoy solo quedó la base.  

Por otro lado las Juntas Internas de los Hospitales Borda, Tobar García, Moyano y de Talleres Protegidos harán un acto a las 10 de la mañana en la entrada. Plantean en un comunicado: “A 10 años de la locura más grande de la historia, exigimos justicia. Queremos juicio y castigo a los responsables políticos e intelectuales: Macri, Vidal, Larreta, Montenegro, Reybaud y los jefes de la entonces Policía Metropolitana. Es una fecha que nos interpela, nos lleva a pensar cómo construimos día a día el lugar que ocupamos dentro de los hospitales y dentro de Talleres Protegidos; queremos garantizar con nuestro trabajo diario la salud pública, gratuita y de calidad para todos y todas”.

Alberto Sava ha explicado así esta división de actos. “Acordamos en la memoria de este día, pero hay diferencias porque los gremios defienden al manicomio. Nosotros, en cambio, siempre estuvimos a favor la desmanicomialización y de la ley (Nacional de Salud Mental), de un proyecto que creemos más amplio y de trabajo con los propios internos».  

A 10 años de la represión en el Borda: País de locos

Otro Nunca Más

Hugo López planteó hace tiempo una especie de mensaje colifato al resto del mundo:

Nunca antes en la historia había invadido la policía a los más olvidados, los más estigmatizados, los más pobres: los locos”.
“Con una máquina de demoler y un escuadrón de la entonces Policía Metropolitana entraron al Borda por la parte de atrás, desoyendo un amparo judicial y dirigidos por María Eugenia Vidal y Rodríguez Larreta. En ese tiempo era Macri el alcalde de Buenos Aires. Destruyeron un edificio histórico, un taller protegido donde se construían bancos, escritorios y camas para hospitales y escuelas públicas. Iban a seguir destruyendo para realizar un emprendimiento inmobiliario con la empresa IRSA y la Corporación del Sur… pero no pudieron.
No pudieron por la resistencia de los médicos, de los pacientes, de los estudiantes, de algunos diputados, del periodismo. La primera vez que sufrió una derrota la Policía Metropolitana fue con los locos.
Estamos esperando que estas personas que hicieron semejante perversidad se arrepientan: es de ser humano arrepentirse.
Los que defendemos el hospital público decretamos el 26 de abril como Día Nacional de Defensa de la Medicina Pública.
Y sobre todo, esperamos que esto sea otro Nunca Más.
Publíquese, archívese, notifíquese.
Atte,
Superior Gobierno de los que nos consideramos colifatos.
¡Basta de normales mediocres e incapaces!

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

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Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.

Por María del Carmen Varela

La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.

La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro
Gabriela Pastor en escena. Detrás, Juan Zuberman interpreta a un ciego que toca la guitarra.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario.  Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.

El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.

Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.

Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.

La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.

Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA

Domingos 18 y 25 de mayo, 20  hs

Más info y entradas en @perlaguarani

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