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Abrazo al Banco Central: “No es por la maquinita, lo que quieren es la patria offshore”

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Dilemas, lágrimas, bromas y paradojas en la calle, a tres días de las elecciones. La canción sobre el domingo.

Texto: Franco Ciancaglini

Fotos: Lina Etchesuri

A las 12 del mediodía en el centro porteño se respira una tensa calma. Se sabe que es el horario del almuerzo para los empleados públicos, pero esta vez la marea no confluirá en los locales de comida sino en el Banco Central, donde está previsto un abrazo a la entidad: un modo de defenderla antes de las elecciones.

Porque si hay una de las pocas promesas –tal vez la única– que Javier Milei, el candidato de LLA, sostiene desde el comienzo de la campaña es el cierre a esta institución, cuya maqueta destruyó a golpes descontrolados en distintos videos y eventos públicos.

“Nunca pensé que estaría defendiendo a un banco” dice con sorna Marcelo, de 33 años, trabajador estatal afiliado al sindicato UPCN, con una pechera de ese gremio. Marcelo se mueve por el microcentro –entre camiones blindados, pizarras que actualizan la cotización del dólar, publicidades de banco que dicen “Vení con tu sueldo”– desde su lugar de trabajo hacia el Central.

Uno de sus compañeros retruca: “Es que no es el banco, son los puestos de trabajo”. Él reafirma: “No: es el banco, es este banco”, ya señalando la estructura color pastel del edificio donde comienza a juntarse cada vez más gente.

Belén, que hace 13 años trabaja en el Banco Central, confirma la teoría de Marcelo: “No es solamente una defensa de los puestos laborales, lo de Milei es un ataque a la democracia, porque el Banco Central es una de las instituciones representativas de la democracia”.
María del Carmen, 35 años en el banco, tiene la teoría de que al candidato anti-libertario le interesa no la inflación sino otra cosa: “No es la maquinita de hacer dinero, lo que quieren es la patria off shore. El Banco Central representa un montón de cosas: desde controlar a los bancos hasta que no se abusen con las tasas. Eso es una lucha, que aun con la existencia del Banco Central logran esquivar”.

Patricia, que tiene mirada larga, rememora la lucha de los 90 en este mismo lugar, pero luego se traslada a la época del gobierno del actual socio de Milei: “Cuando asumió Macri, echó un montón de gente de acá que controlaba el comercio exterior y la fuga de capitales; eso, al día de hoy, costó a volver implementarlo, durante la gestión de Pesce no se pudieron restaurar los controles necesarios. Por eso sigue la fuga”.

Sergio Palazzo, secretario general de la Asociación Bancaria y diputado: “¿Por qué al Banco Central? Porque quieren funcionar con más evasión, paraísos fiscales, con políticas neoliberales. No es solo la maquinita: tiene que ver con una concepción ideológica del sistema financiero”.

Abrazo al Banco Central: “No es por la maquinita, lo que quieren es la patria offshore”

La movilización alrededor del Banco Central (Foto Lina Etchesuri/lavaca.org)

Los que votan la destrucción

Hay carteles que, en cualquier otro contexto, podrían sonar al menos extravagantes como “Defendamos el sistema financiero”, pero que junto al resto acomodan conceptos: “Sí a la banca pública”, “No a Milei” y “Basta de agresiones”.

¿Cómo impacta la violencia en los trabajadores? “Es complicado. Mucha gente de propio Banco no es consciente de lo que puede llegar a pasar”, asegura Belén. “Entiendo que la situación económica está bastante complicada, pero las propuestas de Milei no son la solución, sino justamente el problema. Sin Banco Central, con dolarización, la situación económica para la mayoría va a ser peor, no solo para nosotros”.

María afirma que incluso muchos trabajadores del Banco Central votan a Milei: “Hay mucho individualismo, mucho. Acá gracias a la lucha gremial tenemos buenos sueldos, la gente vive bien, pero tenés que agradecer porque eso es un privilegio y fruto de la lucha de todos. ¿Cuesta mucho entender eso? Se ve que sí.”.

Belén: “Muchos piensan “no, eso no lo va a poder hacer”, que no va a llegar a hacer lo que dijo porque alguien lo va a frenar. Pero no asumen que quienes lo van a frenar van a ser siempre los mismos. Nosotros. Y que puede costar vidas”.

María del Carmen: “Yo me estoy por jubilar. A mí la lucha gremial me dio todo…”.

La entrevista termina cuando comienzan sus lágrimas.

Abrazo al Banco Central: “No es por la maquinita, lo que quieren es la patria offshore”

Foto: Lina Etchesuri/lavaca.org

“El domingo cueste lo que cueste”

Otros llantos se despiertan cuando se entona frente a la puerta del Banco Central el Himno Nacional. Enseguida se retoman cánticos más agitados como “el Banco no se cierra” y “El domingo cueste lo que cueste”. Los empleados cantan, y también bromean: “Mirá si llegaban Bullrich-Milei al balotaje, ¿también ibas a cantar este tema?”, lo chicanea uno a otro, que responde: “Estaría acá gritando: ¡Dale, Pato!”. Otro le achaca a su colega que no se pone el pin que dice “Defiendo al Banco Central” por temor a perforar su chomba Kevingston.

Las canciones se interrumpen cada tanto cuando representantes gremiales piden la palabra: «Vamos a defender cada puesto de trabajo como siempre lo hicimos, como lo hicimos con Macri y en los 90: frenamos todos esos embates», dice una de ellas. Otra mujer toma el micrófono, pero apenas puede sostenerlo por cómo le tiembla la mano de la emoción y los nervios. Dijo: “Me da pánico el país que le puedo dejar a mis hijos y a mis nietos”.

El abrazo simbólico culminó con una vuelta manzana con una bandera argentina como protagonista. Encabezó la marcha el secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, junto a otros representantes sindicales de distintas seccionales.

Dijo Palazzo a lavaca: «No nos asustan las declaraciones que se arrogan propuestas que no podrán llevar a cabo institucionalmente y porque nosotros las vamos a rechazar. Un presidente no puede cerrar el Banco Central, menos con nosotros que vamos a llenar esta calle todas las veces que sea necesario».

¿De verdad no lo asustan? “Lo que quiero decir es que hay instituciones que le impiden poder avanzar. Y si esos mecanismos institucionales no funcionaran, claramente está la calle”.

Esta calle está llena, ¿cómo están las instituciones? “La política de él es eliminar, destruir, son sus palabras. Nosotros esperamos que la sociedad acompañe al otro espacio, al de Sergio Massa, para no desaprovechar esta oportunidad de construir”.

Abrazo al Banco Central: “No es por la maquinita, lo que quieren es la patria offshore”

Foto Lina Etchesuri/lavaca.org

Abrazo al Banco Central: “No es por la maquinita, lo que quieren es la patria offshore”

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Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

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Hoy se cumplen 23 años de los asesinatos de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki que estaban movilizándose en Puente Pueyrredón, en el municipio bonaerense de Avellaneda. No eran terroristas, sino militantes sociales y barriales que reclamaban una mejor calidad de vida para los barrios arrasados por la decadencia neoliberal que estalló en 2001 en Argentina.

Aquel gobierno, con Eduardo Duhalde en la presidencia y Felipe Solá en la gobernación de la provincia de Buenos Aires, operó a través de los medios planteando que esas muertes habían sido consecuencia de un enfrentamiento entre grupos de manifestantes (en aquel momento «piqueteros»), como suele intentar hacerlo hoy el gobierno en casos de represión de sectores sociales agredidos por las medidas económicas. Con el diario Clarín a la cabeza, los medios mintieron y distorsionaron la información. Tenía las imágenes de lo ocurrido, obtenidas por sus propios fotógrafos, pero el título de Clarín fue: “La crisis causó 2 nuevas muertes”, como si los crímenes hubieran sido responsabilidad de una entidad etérea e inasible: la crisis.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Darío Santillán.

Darío y Maxi: el presente del pasado (video)

Maximiliano Kosteki

Del mismo modo suelen mentir los medios hoy.

El trabajo de los fotorreporteros fue crucial en 2002 para desenmascarar esa mentira, como también ocurre por nuestros días. Por aquel crimen fueron condenados el comisario de la bonaerense Alfredo Franchiotti y el cabo Alejandro Acosta, quien hoy goza de libertad condicional.

Siguen faltando los responsables políticos.

Toda semejanza con personajes y situaciones actuales queda a cargo del público.   

Compartimos el documental La crisis causó 2 nuevas muertes, de Patricio Escobar y Damián Finvarb, de Artó Cine, que puede verse como una película de suspenso (que lo es) y resulta el mejor trabajo periodístico sobre el caso, tanto por su calidad como por el cúmulo de historias y situaciones que desnudan las metodologías represivas y mediáticas frente a los reclamos sociales.

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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

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Pablo Grillo
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83 días.

Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.

83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.

83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.

83 días y seis intervenciones quirúrgicas.

83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo. 

83 días hasta hoy. 

Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro. 

Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”. 

Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).

Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca. 

El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”. 

La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».

La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería. 

Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.

Esta es parte de la vida que no pudieron matar:

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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

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Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.

Por María del Carmen Varela.

La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen

La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia. 

La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.

Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.

La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional.  A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.

Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.

Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro. 

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA

Viernes 30 de mayo, 20.30 hs

Entradas por Alternativa Teatral

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