Nota
Poné la fecha: un día que marca la historia de la CGT
En el masivo acto de la CGT había una coincidencia generalizada: la necesidad de un paro frente a las medidas de ajuste y empobrecimiento económico. Pero la marcha tuvo su contramarcha: en los discursos no se fijó fecha del paro, y la gente empezó a reclamar: “Poné la fecha”. Algunos saltaron al palco e insultaron a los dirigentes cegetistas. La calle movilizada, las voces y las descripciones del presente.
Carlos estaba entre una columna de la Federación Gráfica Bonaerense y otra de Aceiteros, en medio del ritmo ensordecedor de los bombos y redoblantes. Es un vendedor ambulante de unos gatitos de plástico hechos en China con los que se hacen pompas de jabón. Soplando pompas que estallaban sobre la Avenida de Mayo, y rodeado por las columnas sindicales, ante la consulta dijo a lavaca algo premonitorio: “Ojalá todo lo de hoy no termine en una burbuja”.
El acto de la CGT fue una movilización tan imponente como la del 29 de abril del año pasado. La calle dejó de ser simplemente un lugar de tránsito, para convertirse en un espacio público en el que la multitud pudo verse y escucharse. En cada charla había una certeza: el llamado a un paro nacional con fecha concreta. Algunos imaginaban el 30 de marzo, a 35 años del paro de la CGT contra el gobierno de Leopoldo Galtieri. Los cegetistas ya habían negado esa posibilidad en declaraciones previas: insinuaban comienzos de abril.
Los discursos del triunvirato cegetista (Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña) fueron nerviosos y veloces. Ante las ambigüedades, contradicciones y la falta de una fecha concreta, un joven en una columna de la siempre dialoguista UPCN dijo fastidiado: “Mirá cómo patinan. ¿Por qué no se dejan de joder?”.
Héctor Daer confirmó ante el micrófono: “Vamos a hacer una medida de fuerza de 24 horas antes de fin de año… de fin de mes”, se corrigió. Las columnas de los sindicatos industriales (Unión Obrera Metalúrgica, Cerveceros, Asociación Obrera Textil, entre otras) empezaron a entonar: “Poné la fecha la puta que te parió”.
Terminados los discursos comenzaron algunos forcejeos, empujones, insultos, sillazos y dirigentes haciendo el clásico mutis por el foro detrás del palco. Empezaron a correr las hipótesis sobre internas, externas y conspiraciones. Un dirigente de la CTA de los Trabajadores dijo a lavaca: “El paro estaba maduro, pero si seguís frenándolo, lo maduro se pudre. Sin fecha, no hay paro. Eso que decían de que ya iban a poner la fecha son pelotudeces. Para mí no fue ninguna cosa de una organización, ni una interna, sino de tipos que estaban ahí que se cansaron de oír pavadas”.
Hugo Godoy, Cachorro, secretario general de ATE: “Había una angustia legítima frente a la política de este gobierno. Pero no pusieron fecha, y la gente expresó su indignación. Es muy difícil creerles a dirigentes que negocian a la baja todos los conflictos con el gobierno. El año pasado el acto fue enorme y después se pinchó todo porque les dieron las obras sociales. La gente ya pescó cómo es la cosa, le dieron tiempo al gobierno, y todo sigue peor. Ese es el caldo para esto. Vi que decían que había algunos comercios rotos: en ese caso ya deben ser los servicios, para dejar la imagen de que no hay que movilizarse porque rompen cosas”.
CGT light
El día tuvo una música de fondo: bombos y redoblantes, que pueden ser oídos como un latido, un signo de vida, y también como el inquietante tic-tac de un reloj. Desde el mediodía se empezaron a instalar las columnas sindicales, con más de 40 enormes globos de gas y zeppelines de Alimentación, Aceiteros, ATSA, UOCRA, UDA, Judiciales, Dragado y balizamiento, UOM, AOT, UTA. Un señor disfrazado de esqueleto llevaba una pancarta: Macri = hambre.
El acto se organizó en un lugar atravesado: Diagonal Sur y Moreno, frente al Ministerio de Producción que conduce Francisco Cabrera, ex directivo del HSBC y del Grupo Roberts. Las columnas llenaron desde ahí la Diagonal hasta Belgrano, doblaban hacia la 9 de Julio, otros grupos marchaban por calles adyacentes, y también ocuparon la Avenida de Mayo. La idea de no hacer el acto en Plaza de Mayo ya le iba dando un tinte a la convocatoria.
Adrián Pérez, de la UOM Quilmes: “La situación es alarmante, en las últimas semanas hubo 100 despidos y nosotros ya tenemos 9.000 despidos en total y 15.000 suspendidos. La realidad es que la gente y hasta muchos dirigentes decían que a Macri había que darle tiempo, se le dio tiempo, y lamentablemente teníamos razón los que decíamos que no iba a hacer nada. Pero bueno, llegó al gobierno por el poder popular y ahora tenemos que salir a la calle para que no nos sigan hundiendo”. Adrián, antes de los discursos, estaba convencido de que se le iba a poner fecha al paro. “Por supuesto, tienen que lanzar el paro general. Si no va a ser una decepción muy grande, por lo menos para mí”.
Un poco más allá, con su hija de 13 años, estaba Raúl Ríos, auxiliar de educación de la Escuela 30 de Longchamps: “Todas las medidas del gobierno son para la gente del campo, las mineras, los que tienen plata. A nosotros nos ponen tarifazos y nos aplastan en las paritarias”. A su espalda pasaba una señora con una pancarta: “Si a la paritaria le ponen techo, nosotros les movemos el piso”. Raúl: “Esta movilización es enorme. Yo tengo una mirada crítica con la CGT porque ha sido muy light con el gobierno que garca mucho a los trabajadores. Hasta con la Ley antidespidos la CGT no hizo nada. Pero con el paro de los docentes y esta marcha, me parece que a los dirigentes cada vez más les va a costar hacerse los tontos”, dijo Raúl, aunque los dirigentes luego lograron contradecirlo.
Filosofía de la basura
“La basura es un indicador del consumo social. Y te digo que estamos muy mal. No menos 10: menos 20. Casi no hay cartones, ni botellas de plástico, y cada vez menos comida. ¿Sabés qué creció? La yerba. La gente come menos y toma más mate. Acá ves clarito cómo está cambiando la cosa”.
Lorena Pastoriza es una de las pioneras del barrio 8 de Mayo construido en José León Suárez sobre la basura, y es fundadora también de la cooperativa La Bella Flor, de reciclado de residuos. Lorena no fue a la marcha, pero sus percepciones explican mucho de lo que pasa con el casi 50% de la economía que no tiene trabajo formal ni representación sindical.
“Acá vivimos como en otro planeta, no entendemos las roscas de la CGT ni todo eso, y la verdad es que esos compañeros nunca se acercaron solidariamente a ver cómo estamos. Yo comparto y valoro todas las luchas por salarios dignos y todo eso. Pero los más postergados no entramos en ninguna discusión, en ninguna agenda”.
La situación: “Acá se busca la moneda para llegar al final del día. En la Cooperativa vemos que hay cada vez menos basura, o sea menos consumo. De 180.000 kilos diarios de basura que recibimos se sacaban 15 o 18 fardos por día de material para reciclar. Hoy el promedio es 3 o 4 fardos. Como no hay trabajo, y la cooperativa tiene 103 personas, aceptamos una changa para limpiar una empresa que tuvo un incendio. No nos pagan con plata sino con productos: lavandina, detergente. Nosotros limpiamos esos envases y salimos a venderlos, para juntar plata para la cooperativa”.
Lorena es una dirigente social en el sentido genuino del término, alejado de las caricaturas que suelen mostrar los medios. Desde ese lugar plantea otra novedad: “Se desmayaron dos compañeros. Cuando les preguntamos resulta que hacía un día que estaban solo a mate. Entonces pusimos una olla popular en la cooperativa para garantizar que todos coman. Y en el centro comunitario del barrio 8 de Mayo abrimos el comedor cuando vimos quee había cada vez más gente pidiendo comida. Empezamos con 30 familias en noviembre, pero ya son 90”.
La cooperativa y las vecinas del barrio si se movilizarán, en cambio, para el Paro de Mujeres. “Es que ahí hay algo concreto, y muchas ganas de participar. En lo laboral, la crisis es terrible pero no se habla de los dirigentes, de las roscas. Simplemente la gente está dando pelea para comer. Hace un par de años nadie iba a la montaña de la quema (del CEAMSE) a buscar basura. Hoy son al menos 150 personas por día que van ahí a cirujear”.
Simpson presente
El acto tuvo un tono casi sepia, por el humo de los puestos de choripán y hamburguesas (40 pesos cada uno). Otro merchandising: remeras a 100 pesos con imágenes como la de Homero Simpson diciendo: “Yo no lo voté”.
Horacio Arreceygor, secretario general del Sindicato de Televisión e integrante de la Corriente Federal (junto a gremios como La Bancaria y la FGB) fue al acto y antes explicó a lavaca: “Es inevitable convocar a un plan de lucha. Hace un año venimos planteando confrontar con este modelo, y el tiempo nos da la razón. Hay organizaciones que pueden opinar distinto. Pero dijimos que el esquema de importaciones conducido por gerentes de empresas aumenta la desocupación y empobrece a la gente, y eso es lo que está ocurriendo. Hubo gremios que se acercaron al macrismo y hoy están sufriendo las consecuencias. La gente se está cansando de la recesión, de los salarios bajos, de los aumentos de tarifas. Es todo cuestión de tiempo”, dijo como anticipando lo que ocurriría apenas un rato después. “El neoliberalismo es una ideología. Actúan creyendo que lo que hacen es la salida para el país. Nosotros creemos lo contrario”.
Desde Rosario, el secretario general de la CTA de Santa Fe, Gustavo Martínez, había planteado a lavaca: “Es positivo el paro docente, el acto, el Paro de Mujeres del cual somos convocantes. Es mostrar capacidad de movilización en defensa de derechos democráticos y sociales. Nosotros podemos tener diferencias con un dirigente como Roberto Baradel (SUTEBA) pero cuando se ve un gobierno que se mete hasta con los hijos de los dirigentes sociales, hay que acusar recibo del mensaje”.
Martínez no es partidario de las unificaciones ni unidades impuestas. “No queremos unificarnos con sectores que plantean que el sujeto de cambio de la historia son los Estados o los gobiernos. Pero en la calle marchamos con esos sectores. O sea: la unidad es la acción, no pretender hacer una organización que nos rejunte. Ni tampoco una construcción que se hace en un piso de televisión. Lo que tenemos que hacer es refundar un movimiento, que contenga también al 50% de trabajadores que están en negro o en una economía totalmente informal. Y además es reconocerles una identidad”. Sobre la convocatoria a un paro nacional: “Para mí la fecha nos la pone la historia: el 30 de marzo, a 35 años de aquel paro de 1982 que se hizo pese a las burocracias sindicales, durante la dictadura militar”.
Zombies
Eduardo Murúa, del Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas e IMPA decidió no ir al acto: “Nos están llevando a mayor desempleo y suspensiones y la política de importaciones va a destrozar el tejido industrial. Creo que nos llevan a un caos de acá a un año. A una industria en un 40% de su capacidad productiva. Es un plan sistemático de destrucción de empleos, de industria y del salario. Pero actos como el de la CGT ya sabemos lo que representan: movilizarte para que la CGT maneje el clima y el descontento para no molestar al sistema. Jamás van a dar una pelea en serio contra el establishment”.
El año pasado, 29 de abril, hubo otra movilización enorme: “Pero los mismos de la CGT se asustaron ante la cantidad de gente que fue, y se tiraron para atrás. No hay que hacer marchitas. Hay que hacer paros, resistir en la calle. De lo contrario lo que nos espera es la barbarie. Ya veníamos mal con el otro gobierno, este profundiza quitándole un 50% de capacidad de compra a los más vulnerables y entonces: ¿qué hacemos? ¿Marchitas? ¿Discutimos si la paritaria es 18 o 17%?”.
El impacto de la inflación: “Una cosa es para el que gana 30 o 40 mil pesos. Pero al que venía ganando menos de 12 mil le han quitado la mitad de su poder adquisitivo. La verdad es que a nadie le interesan los pobres. Con el gobierno anterior y con éste pasa igual: la política es determinada para los sectores formales, incluidos, y el resto que sea una sociedad de zombies. Nosotros aceptamos ir a luchar por el trabajo. Pero a luchar en serio”.
Algo similar, pero en el acto, planteaba Juan Littwiller, de la Federación Gráfica Bonaerense: “Desde un principio planteamos un paro nacional. En nuestro caso la situación es clara: la industria gráfica está trabajando a un 55% de su capacidad. Hay casos de empresas grandes como Clarín, con casi 400 trabajadores, pero también enorme cantidad de talleres con 10 o 15 personas”.
Carlos el vendedor ambulante de máquinas de pompas de jabón, cuenta que es peruano: “Pero me la busco y trabajo honradamente”, se ve obligado a decir, atajándose de una posible reacción xenófoba. Vendió 45 de sus gatitos. “Aquí se trabaja duro, pero ahorita mucha gente la pasa mal porque el gobierno debería concientizarse para pensar en las personas. Piensan como empresarios, no como gente del pueblo. El pueblo los eligió para un cambio. Pero el cambio no es estar a favor de los ejecutivos. No se trata sólo de que las empresas ganen, sino de que la gente viva mejor. Si no hacen eso, ¿qué es lo que hacen?”, dijo cuando ya la gente se estaba volviendo sin saber cuál es el resultado de todo lo ocurrido un extraño 7 de marzo.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Nota
S.O.S. Garrahan: el desfinanciamiento del hospital modelo
Un guardapolvo blanco, pintado de letras rojas en el dorso: “Salud en lucha”. Una pancarta naranja, con letras negras, que grita: “El Garrahan es insalubre”. Lo que adorna a las instalaciones del centro pediátrico de referencia en salud pública, gratuito, de altísima calidad y de máxima complejidad donde se atiende a infancias de todo el país, refleja el contexto de lucha: seis paros en diez semanas. Una movilización el martes pasado a Plaza de Mayo. Otros paros por venir. Y un festival que se está organizando para el 8 de noviembre. Seis mil laburantes que dijeron basta, que ya no se puede, que así no se sigue. Los reclamos son tan centrales como diversos: salario, condiciones laborales y presupuesto. Todos, repercuten en un problema tan primordial como poco tenido en cuenta: la salud mental de sus trabajadoras y trabajadores.
Por Francisco Pandolfi
Lo que pasa puertas adentro de esta entidad emplazada al sur de la Ciudad de Buenos Aires llevó a que en 2019 se creara la Comisión de Condiciones de Trabajo Insalubres y Agotamiento Prematuro del Hospital Garrahan.
Ivone Malla tiene 55 años y es, desde hace 12, médica hepatóloga del hospital e integra la comisión desde su nacimiento. Le cuenta a lavaca por qué surgió la necesidad imperiosa de organizarse y de ponerle ese nombre: “En 2019 empezamos a notar la situación compleja en la que estábamos. El grado de sufrimiento que padecíamos por estar expuestos durante tanto tiempo, todos los días, muchas horas por día, bajo una presión insoportable un tercio de nuestra vida. Armamos un grupo de whatsapp, primero entre cinco, seis personas, y en menos de una semana éramos 200. Hicimos reuniones y armamos la comisión con integrantes de distintas áreas del hospital. Y decidimos armar un informe que es contundente por los datos que denuncia. El documento de 40 páginas tiene cifras como estas: “En el Garrahan muere casi un paciente por día. La mayor parte es menor de un año y un cuarto menor a un mes”.
La salud de quienes cuidan la salud
Ivone actualiza algunos datos del informe presentado en marzo de 2020:
–El 26 por ciento de las licencias que se piden en el hospital se deben a trastornos de depresión y problemas de salud mental.
–Hicimos una encuesta y uno de cada 2 trabajadores del hospital toma psicofármacos.
–Otro dato alarmante tiene que ver con la tasa de suicidios. El hospital duplica a la tasa del país, que es de uno cada 12 mil personas por año. En el Garrahan somos 6 mil laburantes y tenemos un trabajador por año que se suicidó. De hecho, cuando empezó este reclamo se mató un compañero. Obviamente este no es un número oficial, porque pedimos el registro a las autoridades y no brindan la información, pero nosotros sabemos bien lo que pasá acá.
Frente a este escenario, desde la Comisión proponen medidas concretas: “Demostramos con datos fehacientes que el trabajo que realizamos afecta nuestra salud física y mental y amerita la aplicación de un régimen especial que contemple las condiciones de trabajo insalubres y/o agotamiento prematuro a los que estamos expuestos, y limite la exposición con reducción horaria sin afectar nuestros salarios (de ocho a seis horas el área médica y de siete a seis la enfermería), licencias por estrés (de cinco a quince días anuales) y reducción de nuestros requisitos jubilatorios (25 años de servicio, mínimo 50 años de edad y 82% móvil).
Ivone sentencia: “Se habla mucho del modelo Garrahan, que la manera de sostenerlo es que pasemos más horas en el hospital y debe suceder todo lo contrario. Un motivo por el que se están yendo muchos profesionales es por los bajos salarios, porque aunque siempre cobramos poco el ajuste de los últimos meses es feroz, pero otro factor es por ese mismo modelo Garrahan que te obliga a quemarte, a dejar la salud, porque te exprime a tal punto de ser expulsivo. No podemos continuar un sistema que no cuida la salud de quienes cuidamos la salud pediátrica de mayor complejidad del país”.
La situación de insalubridad de las y los trabajadores del Garrahan es gravísima.
El sueldo más bajo de la historia
Norma Lezana es la Secretaria General de la Asociación de Profesionales y Técnicos. Tiene 62 años y hace 36 que trabaja en el hospital, cuando ingresó meses después de la inauguración del Garrahan, el 25 de agosto de 1987. “Estudié en la universidad pública y recuerdo cómo mi sueño era trabajar en ese lugar que se estaba construyendo. Yo armé mi vida en paralelo a este hospital de tanto prestigio, que sigue solucionando las enfermedades más graves y raras de los niños y niñas de Argentina, que no son números. Cada historia es un pacientito, un nombre, una familia. Cada caso requiere una reunión, un equipo interdisciplinario detrás, esa siempre fue la intención acá, así nos formamos y así creció el Garrahan”, dice Norma, ya con los ojos vidriosos.
Esa labor en equipo, hoy la replican para otro tipo de lucha: “Ahora nos toca defender la importante misión que tiene esta institución, en un momento en el que quienes trabajamos estamos cobrando el sueldo más bajo de la historia. En menos de un año, la inflación fue de 236% y nuestro salario apenas subió el 100. Este cambio fue de golpe, entonces no hubo manera de acomodarnos, porque no podés de un día para el otro dejar de pagar internet, de mandar a tu hijo al colegio, ya no pagar los impuestos. Es angustiante lo que estamos viviendo. Una compañera el otro día me dijo que empezó a pagar el alquiler con el crédito que te da Mercado Pago, que te cobra mucho interés y en poco tiempo ya no va a tener sueldo. Otra me dijo que no tenía de dónde sacar para el campamento escolar de su hijo. Yo gastaba 5 mil pesos de luz y me vinieron 100 mil. Es muy estresante, esto antes no pasaba”.
Desde las distintas organizaciones que forman la vida política del hospital dan números concretos: los operarios y técnicos no llegan a 500 mil pesos. De enfermería a 750 mil. 900 mil del área médica con aproximadamente 15 años de experiencia. Ivone expresa: “Necesitamos una recomposición salarial del 100% y un sueldo inicial igual a la canasta familiar, que hoy está en 1.500.000 mil pesos”. Completa Norma: “Los sueldos más bajos están bajo la línea de la pobreza y los de la mayoría, salvo los de los médicos más antiguos y los cargos de conducción, tampoco llegan a cubrir la canasta básica. Frente a esto, nuestro sueldo subió un 1 y un 2% en las últimas paritarias, que es lo que firmó UPCN con el gobierno nacional. Por eso denunciamos al sindicato, a la CGT y a la CTA, porque firmaron esto calladitos, como si no se dieran cuenta la situación que vivimos”.
Norma es licenciada en nutrición y pone el foco en lo que compra (o no) la gente y en lo que mira (o no) el Gobierno nacional: “Veo changuitos vacíos, poca fruta, verdura y lácteos. El salario no es algo que nos puedan recortar, porque no es un gasto. Pero este gobierno es insensible, cruel, lleno de mercenarios. Pueden hablar de déficit cero, de que Caputo es el mejor ministro, pero la realidad es que varios enfermeros después de trabajar diez horas, cuando salen a las 7 de la mañana de acá se van a otro trabajo y no a descansar. Puede ser libertario o no libertario, pero si esta es la realidad sólo queda claro que es un gobierno pésimo”.
Mientras tanto, la perspectiva del Ejecutivo: “El Ministro de Salud Mario Lugones acaba de presentar un plan estratégico de recorte del 20% en la salud. Es criminal esta decisión. Y sólo se explica con el lobby que está haciendo la gestión privada. Los funcionarios son sus gerentes y nos están llevando a un retroceso tremendo”.
Hay salarios iniciales que no llegan a los 500 mil pesos.
El éxodo de trabajadores
Josmar Flores Arnéz es licenciado en bioimágenes, tiene 36 años y hace 15 que trabaja en el servicio de neurointervencionismo del hospital. “Desde hace varias semanas luchamos por una recomposición salarial y por mejores condiciones de trabajo. Este año convivimos con un presupuesto congelado que duró los primeros seis meses. El Ministerio de Salud mandó una ampliación de ese presupuesto, pero es insuficiente. Por eso exigimos la apertura de paritarias y un porcentaje acorde que por lo menos nos empate con la inflación. Las categorías más bajas no pueden cubrir ni lo básico, como vestirse, comer, educarse”.
Josmar es delegado de la junta interna de ATE y comparte un dato que refleja la situación extrema: “No nos quisieron decir el número concreto, pero desde la propia Dirección confesaron que en los últimos 9 meses renunció la misma cantidad de profesionales que en los últimos 9 años. Si bien esta situación no empezó con este gobierno, sí la profundizó muchísimo y potenció el éxodo de profesionales. Esa pérdida no se recupera”.
Guido Gromadzyn es neurocirujano y parte de Trabajadores Autoconvocados del Garrahan. Tiene 40 años y desde 2009 recorre estos pasillos. Su cumpleaños de 15 no está siendo el más feliz: “Nunca estuve tan preocupado, porque la salud pública está peor que nunca. El hospital hasta ahora, había sido un oasis al realizarse las técnicas más avanzadas y nunca nos faltó nada. Si bien muchas veces tuvimos conflictos de sueldo, es muy preocupante sentir cómo el hospital de a poco se va debilitando y desmantelando desde el recurso humano, y desgranando todo el trabajo interdisciplinario tan característico del Garrahan. Siempre tuvimos los mejores profesionales y ahora están renunciando porque no llegan a fin de mes, profesionales que tienen alquilar y les es imposible, hipermegaespecialistas que ya no les conviene hacer las jornadas extendidas de 8 horas cobrando un sueldo miserable y entonces se van a trabajar a otro lugar o directamente fuera del país”.
Guido mira el futuro: “Es lo que más me preocupa. Somos un hospital escuela y va a llevar años y décadas formar este tipo de profesionales. Esto va a repercutir directamente en la salud de los chicos y si sigue así va a empeorar, porque muchos compañeros nos dicen: ‘Yo estoy hace 15 años, siempre me puse la camiseta, pero más allá de marzo no aguanto’. Es desesperante saber que en poco tiempo el gobierno está rompiendo todo y que nos va a llevar muchísimo reconstruirlo”.
Sobre el financiamiento freezado, Norma Lezana pone números: “Al presupuesto que teníamos de 60 mil millones del año pasado, que estuvo congelado todo el año y que en junio se acabó, llegó un refuerzo de 90 mil millones de pesos, o sea, un tercio más. Pero eso no tiene nada que ver con la realidad. Solo por poner un caso: el medicamento gammaglobulina aumentó 10 veces, y lo mismo sucede con el resto de los remedios, insumos y obras. Por eso en salud no se puede ajustar, pero el ministro Lugones es el hombre manos de tijera, solo piensa en recorte, recorte y recorte”.
Hay motosierra, licuadora y también organización como defensa de la salud pública.
El ministro que nunca pisó el hospital
El Juan Pedro Garrahan lleva ese nombre por un reconocido pediatra. En cuanto a su sostenimiento, depende un 80% del Ejecutivo nacional y un 20% del gobierno porteño. Cuando a principios de octubre asumió el ministro Lugones, una de sus primeras decisiones fue echar a todos los integrantes del Consejo de Administración, al otorgar un bono por única vez de $500 mil pesos a las y los trabajadores. Contextualiza Ivone: “El bono no fue una dádiva, sino el producto de varios meses de reclamo y además se obtuvo con recursos genuinos que producimos con nuestro trabajo, ya que ese dinero salió de una caja donde va la plata que se recauda de las obras sociales de los pacientes. Esa caja sigue existiendo, pero el mensaje de la patronal fue que ya no se repartirá entre las y los trabajadores”.
Josmar agrega: “Cuando Lugones se reunió hace 15 días con el nuevo Consejo de Administración (presidido por Soraya Anis El Kik) dijo públicamente que el presupuesto del hospital garantizaba su total funcionamiento, pero nosotros sabemos que no es así”. Da un ejemplo: “En una de las terapias especializadas en pacientes inmunosuprimidos donde sí o sí debe haber una determinada ventilación, en estos últimos días de calor los aires acondicionados no funcionaron. Y no funcionan desde hace varios meses porque dicen que no hay plata para arreglarlos. Da otro: “No solamente se nota en las habitaciones de los pacientes, también en los entrepisos técnicos donde está toda la maquinaria, hay mucha precariedad en el ambiente, con paredes, techos y pisos rotos”. Otro más: “En los vestuarios del personal hay humedad, hay ratas, hay baños clausurados”. Y explica el por qué de las palabras del ministro Lugones: “Nunca pisó el hospital”.
A 37 años de su inauguración, sus trabajadores denuncian cómo lo están desmantelando.
La resistencia
Por año, el Garrahan atiende 660 mil consultas. Realiza 12 mil cirugías. Trata el 40% del cáncer infantil del país. Hace más de 100 trasplantes pediátricos de órganos, lo que representa al 50% de toda la Argentina.
Eso, y muchísimo más, es lo que está en juego.
Tras la marcha blanca del martes pasado, donde confluyeron con las clases públicas universitarias, ayer se consensuó en la asamblea del Garrahan continuar el plan de lucha. Se votaron dos paros: el jueves 31 de octubre, con permanencia y distintas actividades. Y el viernes 8 de noviembre, con un abrazo cultural y social en defensa del hospital, y con el cierre de un festival musical.
Guido Gromadzyn: “Hace meses que reclamamos y, aunque esto nos está llevando un montón de desgaste mental y emocional, vamos a seguir organizándonos para que esto le llegue a toda la comunidad y así evitar que esto se desbande aún más. Vamos a seguir, porque aunque este gobierno parezca que nunca escucha, siempre sirve hacer ruido”.
Cierra Norma Lezana: “Hay mucho en riesgo y no sé si la población es consciente de lo que se puede llegar a perder si no hay un cambio de rumbo en un gobierno que no dialoga, que no entiende lo evidente. Acá estamos preparados para resistir, porque si no resistimos nosotros, no lo va a hacer nadie. Estamos fortalecidas y convencidos de que vale la pena defender todo lo que significa nuestro hospital Garrahan”.
Nota
Desalojo a una comunidad originaria en Jujuy: el poder político detrás de la violencia policial
La comunidad originaria kolla de Guerrero, al sur de la provincia, fue desalojada este martes en medio de una violenta y desproporcionada represión policial: “Casi 200 policías para un puñado de mujeres, niños y ancianos”. Hubo detenciones y vejaciones: “Les hicieron sacar toda la ropa; los tuvieron contra una pared con los brazos arriba por tres horas y si querían bajar los brazos, les pateaban las canillas”. La complicidad entre la Justicia y el poder político. La figura del empresario de medios y ex vicegobernador peronista Guillermo Jenefes, cuya familia reclama esas tierras. La voz de la comunidad desterrada, que hace siglos vive en ese territorio: “Pasaron las topadoras por nuestras casas, por nuestra chacra. Arrasaron con todo, no quedó nada”.
Por Francisco Pandolfi
En Jujuy, a la gente originaria la destierran de su tierra, por ejecución de la policía, por orden de la Justicia y por decisión de la política.
Los desalojos de las comunidades indígenas no son una excepción, sino una regla a piaccere de quienes manejan la provincia del norte del país. Fueron moneda corriente en la última parte de la gestión de Gerardo Morales. Y lo son desde que el pasado 10 de diciembre lo reemplazó Carlos Sadir, quien fuera su Ministro de Hacienda y Finanzas. Este martes, cinco familias campesinas fueron arrancadas de su tierra ancestral en la localidad de Guerrero, al sur de la provincia de Jujuy, a 20 kilómetros de la capital, San Salvador. Una comunidad que contaba con personería jurídica desde 2008, otorgada por el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI) y con el plano catastral que marcaba los límites de su territorio, publicado incluso en el Boletín Oficial de la Nación (resolución 62/2018). Ni ese marco legal impidió un operativo violento y descomunal conformado por más de 150 policías, luego que la jueza Lis Valdecantos Bernal, a cargo del Juzgado 7° de Primera Nominación en lo Civil y Comercial, ordenara el desalojo.
No se trata de un terreno más. Detrás de este desalojo se encuentra la todopoderosa familia Jenefes, que reclama las tierras como propias. Guillermo Jenefes fue vicegobernador de Jujuy entre 2011 y 2015, en la administración peronista de Eduardo Fellner. En ese lapso, nombraron a la Valdecantos Bernal como jueza. Guillermo Jenefes también fue uno de los constituyentes que votó a favor de la Reforma (in)Constitucional que el radical Gerardo Morales impuso el año pasado a espaldas del pueblo. Guillermo Jenefes además es un robusto empresario de medios de comunicación de Jujuy. Juan, su hijo, denunciante de la comunidad indígena, es diputado provincial por el PJ.
Fotos: comatoconvocada.jujuy
Arrasa-miento
Lorena Durand integra la comunidad kolla de Guerrero recientemente despojada. Cuando la contactamos desde lavaca, pidió si la podíamos llamar “en quince minutos” porque estaba entrando al colegio de sus hijos a justificar por qué no fueron a clase esta semana. Se la nota agitada. Con un dejo de agotamiento en el habla y en la respiración, que persiste en el aire cuando termina cada oración. Minutos después, lo primero que dirá son dos palabras, con múltiples significados: “Acá estamos”.
El acá estamos literal es en el portón de ingreso de su comunidad. “Nos acercamos a pedir por nuestros animales. Y a darles agua y comida, pero no nos dejaron. Además de animales grandes, como vacas, caballos y ovejas, quedaron gallinas, gatos y un corderito al que estábamos dándole mamadera. Una abogada proteccionista nos está ayudando y logró que nos los entreguen, aunque por tandas. Ayer nos devolvieron algunas perras, en un estado deplorable, golpeadas, asustadas. De 30 gallinas nos dieron 11, todas muy lastimadas. La Policía demolió nuestras casas, pasaron las topadoras cuando la orden judicial decía solamente desalojar. No deberían haber tocado las viviendas y creemos que en esa demolición aplastaron a muchos animales”.
El acá estamos, Lorena también lo dice suspirando injusticia y una lucha que seguirá, ahora sin un techo donde vivir, y en una abismal desigualdad de condiciones. Habla de corrido, como quien necesita diseminar lo que está pasando lo más rápido y contundente posible. “Los animales grandes no los vamos a sacar, porque sacarlos sería perder nuestra posesión y no lo vamos a hacer”. Y repite, porque cree que hay oraciones que necesitan subrayarse: “Y no lo vamos a hacer. Nosotros acá estábamos en uso y posesión de nuestra tierra, vivíamos, teníamos árboles frutales, nuestra chacra y los animales, que son nuestra principal fuente de ingreso. Todo fue arrasado. Todo. No quedó nada”.
Fotos: comatoconvocada.jujuy
Jenefes, el patrón
De fondo, se escuchan los bocinazos de gente autoconvocada que se acercó a apoyar a las familias. Hay mucho ruido en este desalojo: “Somos una comunidad aborigen con reconocimiento nacional, pero en Jujuy Guillermo Jenefes maneja absolutamente todo: el poder político, la policía, todo, todo, todo. Él quiere sacarnos del terreno para fraccionarlo y venderlo; al resistir estamos yendo contra el gran patrón de la provincia”.
Lorena argumenta: “Nosotros no somos una comunidad improvisada como él nos quiere hacer ver, no estamos fuera de regla. Hasta tenemos personería jurídica otorgada a nivel nacional. Figuramos en el ReNaCI (Registro Nacional de Comunidades Indígenas) y en el ReTeCI (Programa de Relevamiento Territorial de Comunidades Indígenas), además de tener nuestra carpeta técnica aprobada por el Estado Nacional. Desde Buenos Aires mandaron un equipo técnico y corroboraron nuestra existencia y preexistencia en este lugar, donde estuvieron nuestros antepasados mucho antes que cualquiera. Pero hoy, con el poder y el dinero que tiene, Jenefes hace lo que se le antoja”.
Fotos: comatoconvocada.jujuy
Una peli de terror
El martes a la mañana arremetió un operativo encabezado por efectivos del CEOP (policía provincial), con más de diez patrulleros, caballos y armas de fuego. Detuvieron a seis integrantes de la comunidad “por resistencia a la autoridad” y los liberaron algunas horas después. Cuenta Lorena: “Nos pasaron por encima. Vinieron casi 200 agentes para desalojar a un puñado de mujeres, niños y ancianos. A mi nene de 10 años le doblaron los brazos hacia atrás. Fuimos violentados y vulnerados, la situación fue totalmente caótica y traumática. Se llevaron a dos personas mayores de 70 años, sin comida, ni bebida, incomunicados. A mi esposo y a mi primo los golpearon, los vejaron, les hicieron sacar toda la ropa “para buscarles los celulares”; los tuvieron contra una pared con los brazos arriba por tres horas y si querían bajar los brazos, les pateaban las canillas. De terror la violencia que generaron, no hay palabras para describir lo que pasamos”.
Hay más. Clemencia Farfán tiene 99 años y vivió allí toda su vida. Es la abuela de Lorena: “La sacaron de la cama donde estaba, la empujaron a su silla de ruedas y la llevaron afuera, le cerraron las puertas de su propia casa y la pusieron de espaldas a su tierra. Fue terrible lo que hicieron y con muchísima brutalidad”. Su abuelo Carlos falleció hace tres años y está enterrado en su territorio. “El mayor miedo que tenemos es que saquen el cadáver de nuestro abuelo. Nos dieron 72 horas para que lo saquemos. ¿Cómo vamos a sacarlo de su tierra? Ellos están tratando de borrar todas nuestras huellas, causando el mayor daño posible antes de que regresemos a nuestro hogar, porque saben bien que hicieron las cosas mal, que la orden de la jueza está totalmente fuera del orden constitucional”.
Un puñado de kollas
La vocera de la comunidad asegura que la jueza Lis Valdecantos Bernal firmó el desalojo porque Jenefes, cuando era vicegobernador, la nombró en ese cargo. “Le pagó el favor y puso una firma donde no había argumento, pero Guillermo Jenefes mueve los hilos de todas las marionetas: el Poder Judicial, la Policía y el resto de los políticos. Él hace ostentación de su poder, a diestra y siniestra, sin importarle nada”.
La disputa la tierra lleva 17 años sin ninguna resolución: Explican desde la comunidad: “Si Jenefes tuviese algún papel que demostrase que es suya o de su familia, ¿alguien podría creer que el conflicto jurídico seguiría? No, nos hubieran sacado desde un principio. No hay ni un papel que corrobore que el terreno es de él, pero la jueza debió pagar el favor. Este hombre es dueño del canal 7 –la única señal que llega a todo Jujuy– y tiene mucha injerencia en el canal 4, por eso en la provincia no se nos abren los micrófonos”.
Además de un posible negocio inmobiliario, en zona de majestuosas yungas, pura vegetación verde y cerros, Lorena apunta a otro foco de la persecución: “Jenefes es una persona cuyo orgullo no le permite mirarnos como iguales. Odia que un puñado de kollas ose pararse delante de él, mirarlo a los ojos y decirle: ‘Vos no sos mi patrón’. El país tiene que saber que los desalojos a las comunidades originarias están siendo cada vez más frecuentes. Los terratenientes están tomando un impulso que debemos frenar. Lo que nos hicieron debe ser la gota que rebalsó el vaso”. Concluye, desde la puerta de su comunidad, aunque del lado de afuera del portón: “Somos la comunidad aborigen de Guerrero, pertenecientes al pueblo kolla, de piel oscura y estamos orgullosos de serlo. Acá estamos, y acá estaremos”.
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