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Represión en el comedor de Lanús: testimonios de una noche de terror

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La Policía Local de Lanús reprimió un comedor del Movimiento de Trabajadores Excluidos en el que comen 100 chicos y 200 adultos por día. Hubo dos jóvenes detenidos de los que no se supo su paradero durante tres horas: los tuvieron esposados en patrulleros, golpeados y amenazados. Los efectivos también dispararon balas de goma y tiraron gas pimienta a mujeres embarazadas y niños. “Con un poco de agua sale”, dijo el secretario de Seguridad local, Diego Kravetz, quien reconoció que estuvo en persona en el lugar. La policía también tiró gas en las ollas con comida. El MTE convoca a una movilización el 4 de abril a la Municipalidad de Lanús para exigir justicia.
Los videos, comunicados y audios comenzaron a circular por WhatsApp durante la noche del jueves y a la medianoche la noticia ya era viral: un grupo de efectivos de la Policía Local de Lanús, bajo la coordinación del secretario de Seguridad y Movilidad Sustentable municipal, Diego Kravetz, reprimió el comedor “Cartonerito”, en Villa Caraza, perteneciente al Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE). El saldo fueron varias personas heridas (entre ellas, mujeres embarazadas), dos jóvenes detenidos y mucha comida desperdiciada. “¡Le descargaron gas pimienta a nuestra comida!”, dijo la cocinera del merendero, María Saracho, en un video que difundió el MTE. La policía tiró gas pimienta también sobre mujeres y niños. Consultado al respecto, Kravetz minimizó el hecho y dijo que “con un poco de agua sale”.
La presencia de Kravetz en el lugar fue confirmada por el propio funcionario en entrevistas radiales, en las que justificó el accionar policial en la persecución de un supuesto delincuente con pedido de captura que, para resguardarse, se había metido en el comedor. Los vecinos lo desmienten. “No es verdad que ingresó un prófugo al comedor”, dice a lavaca Juan Martín Carpenco, militante del MTE, que junto a vecinos y vecinas del lugar se movilizaron en la madrugada a la Comisaría 5° para exigir la liberación de los detenidos. “No le encontramos sentido, esto no tuvo nada que ver con un procedimiento legal”, dice Alejandro Valiente, otro integrante del movimiento.
El MTE convoca a una movilización el 4 de abril frente a la Municipalidad de Lanús para exigir justicia.

Qué pasó

Carpenco cuenta a lavaca lo que ocurrió:
“Fue alrededor de las 7:30, 8, porque era el momento donde estaban sirviendo la comida. Había 70 chicos dentro y otra fila de 70 afuera porque no entran todos en el comedor. Desde hace mucho tiempo andan por la zona operativos grandes del Municipio con todos los policías locales levantando motos. En un momento, paran un auto a 10 metros del comedor. Empezó una trifulca. La policía le tira gas pimienta al hombre y la gente se asusta y entran todos corriendo al comedor. Ahí estos tipos se vienen con todo el operativo al lugar, rompen la puerta, entran y empiezan a tirar balas de goma, gas pimienta a los chicos y tiran hasta dentro de la olla de comida. Fue terrible”.
Sigue: “Hay mujeres embarazadas con pérdidas, internadas todavía. Y se llevaron detenidos dos compañeros: uno tenía 17 años. Por suerte reaccionamos rápido y fuimos a la Comisaría 5°, el destacamento más cercano que tenemos y empezamos a pedir por la libertad. La conseguimos a la 1:30 de la mañana. Pero en todo ese tiempo no sabíamos dónde estaban: ni el comisario sabía. Cuando aparecieron, estaban muy golpeados. Cuentan que los tuvieron dos horas secuestrados y esposados dentro de un patrullero en un lugar oscuro, cerca de la vía, mientras les pegaban y amenazaban. Luego los llevaron a la Comisaría 9°, a cuarenta cuadras de donde estábamos”.

“No había ningún chico”

lavaca se comunicó con la secretaría de Seguridad y Movilidad Sustentable de Lanús para pedir el testimonio de Kravetz, pero aún no tuvo respuesta. El relato del funcionario pudo conocerse a través de tres entrevistas radiales en los programas Siempre es hoy (Radio Del Plata) Novaresio 910 (La Red), El Destape (Radio 10). Kravetz enmarcó lo hechos en un operativo conjunto con Lomas de Zamora en la que estaba interviniendo la Policía Bonaerense. “A unos 50 metros del límite Lanús y Lomas había un auto con tres ocupantes, un Ford Falcon rojo, que junto a un Fora gris se había tiroteado una semana atrás con la policía que venía en persecución de un motochorro. La Policía Local trata de identificar a los ocupantes del auto, uno de ellos se baja a las trompadas, tira un cuchillazo a otro policía y acto seguido se tira por la ventana de lo que resultó ser un merendero”.
Aclara: “No es que se hizo un operativo en el merendero: el delincuente entra y la policía se mete atrás. Nadie fue a reprimir un merendero, nadie fue a reprimir a nadie. Si alguien cometió un error, será sancionado”.
Le preguntan por los chicos que estaban adentro. Kravetz: “No había ningún chico”.
Sobre el gas pimienta: «A la salida hubo gas pimienta, no gas lacrimógeno. Con un poco de agua se sale».
 
Le preguntan si cree que la policía cometió excesos: “Lo tengo que mirar. La parte que uno ve es difícil. Agradecí mucho a Dios que no haya habido un herido, porque fue una situación muy violenta”. La violencia que describe Kravetz no es la de la policía, sino la de los vecinos: “Gente en los techos tirando piedras. Empezaron a sonar tiros: el auto que me llevaba a mí tiene un impacto de bala en la ventanilla y otro impacto en la cuneta. Yo creo que la gente en los barrios humildes recibe así a las fuerzas de seguridad por la mala relación con la que se han portado con los vecinos”.
Kravetz dice que se detuvieron tres personas: dos de ellas por resistencia a la autoridad.
¿Y el delincuente? “El delincuente se escapó de la policía”.
Si se tratara efectivamente de una persecución, el caso se agrava al sumarse al de la semana pasada en que la Policía Bonaerense persiguió a un auto hasta La Boca y terminó disparando a mansalva hiriendo de muerte a una mujer.

El relato de la cocinera

Uno de los videos que el MTE difundió es el que registra el testimonio de María Saracho, cocinera del merendero. Habla con las dos manos extendidas: muestra los perdigones de la policía.
Dice: “Yo soy la cocinera de 70 chicos. El menor es de 7 u 8 años, y después hay personas grandes, como 100, haciendo cola en la calle para llevar una olla de vianda para comer en su casa. ¿Te parece a vos que tenía que entrar así la policía, sin traer una orden y yo resguardando a mis criaturas ahí? Me tiraron todo el gas pimiento adentro de la comida”.

Señala los desperdicios tirados al suelo: “No es justo que los chicos se queden sin comer. Hay muchos chicos en la calle. Necesitan. ¿Por qué tenía que ir el intendente? ¿Por qué tenían que ir esos pitufos a tirar con pistolas 9 mm? Nos tiraron con escopetas”. Aclaración: en la provincia de Buenos Aires se conocen como pitufos a los efectivos de las policías locales por sus trajes azules.
“Yo a mi hija la mandé a la clínica porque tuvo una pérdida: está embarazada de dos meses. Está mal”. No es la única. “Había otras compañeras embarazadas. Una, enferma, tuvo que irse a su casa: embarazada de 5 meses. ¿Te parece a vos que la policía llegue a empujar, a patear, a derramarle gas pimienta? Hay heridos, más de 40. A uno le pegaron un culatazo con el revolver”.

Una marcha por justicia

Valiente cuenta que “Cartonerito” es uno de los 30 comedores que tienen por la zona de Fiorito y Villa Caraza. “Este lo abrimos hace aproximadamente un año y medio, lo cual habla de que se siente una presión en los vecinos de que la plata no alcanza. Allí van a comer 100 chicos. La matoría son hijos de cartoneros. También vienen muchos grandes, pero a ellos les da vergüenza y se preparan viandas. Por ejemplo: la mamá va a comer con su hijo pero se lleva comida para su marido. En total, por el comedor pasan unas 300 personas”.
Carpenco llama a movilizar el martes frente a la Municipalidad de Lanús. “Kravetz miente. Está atravesando una política represiva y de legitimación. Saben que allí funciona un merendero y es parte del mismo problema: la gente necesita del lugar para comer un plato de comida. Creemos que esto fue totalmente premeditado para que la gente reaccione. Por eso, como no queremos caer en provocaciones, convocamos a marchar el martes. Pedimos el procesamiento de los policías y, también, de los responsables políticos. Acá tiene que haber justicia”.

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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

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Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.

María del Carmen Varela

Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.

Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.

La historia

A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…

Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial.  Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.

A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.

Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.

El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal.  Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos  los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .

De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.

El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.

En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.

La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en  el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia. 

Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.

Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.

Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.

Atlas de un mundo imaginado

Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre

Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.

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Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

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Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».

Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.

Por Tiempo Argentino

Fotos: Antonio Becerra.

En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.

“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.

“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Represión como respuesta

La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.

“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Un reclamo federal

La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.

Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes, resaltó.

Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.

El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.

Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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El teatro sale a la calle por la derogación del decreto 345

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A 44 años del atentado al Teatro Picadero en plena dictadura, distintas salas, artistas, productores y gestores organizan un encuentro para conectar pasado y presente. De Teatro Abierto al Festival ENTRÁ, la organización contra el desmantelamiento del sector, representado en el decreto 345, para defender la cultura, la identidad y crear lo que viene.

Por María del Carmen Varela

El 6 de agosto de 1981, a pocos días de haberse iniciado el ciclo Teatro Abierto, el Teatro Picadero sufrió un atentado que lo dejó en ruinas. Por eso, 44 años después, bajo otro ataque sistemático a la cultura, la comunidad teatral sale a la calle para recordar y exigir.

La propuesta reza:

El Teatro está Abierto: ENTRÁ.

La historia no se repite igual, pero rima.

El miércoles próximo, de 17.30 a 19.30, en la puerta del Teatro Picadero, Pasaje Santos Discépolo 1857, CABA, trabajadorxs de las artes escénicas se reunirán para celebrar que el teatro sigue abierto y para defender al Instituto Nacional del Teatro que por el decreto 345 está siendo desmantelado.

La gacetilla anuncia la participación de Lorena Vega, Valeria Lois, Elisa Carricajo, Laura Paredes, Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y Mariano Sayavedra leyendo framentos de “Decir sí” de Griselda Gambaro, “El Acompañamiento” de Carlos Gorostiza, “Parlamento” del grupo Piel de lava y “Civilización” de Mariano Saba. Un diálogo entre obras que fueron parte de aquel ciclo y obras contemporáneas que hablan de nuestro presente. También habrá un cierre musical a cargo de Talleres Batuka.

Sigue la gacetilla: «Les invitamos a este evento que es, a su vez, un acto de conmemoración y un encuentro de resistencia. Como Teatro Abierto en los 80, hoy desde ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) seguimos encontrándonos para defender nuestra identidad cultural, nuestro teatro».

El texto poético que acompaña el mitín:

Ayer fue dictadura, hoy es democracia simulada

Ayer fue incendio, hoy es apagón

Ayer fue teatro como refugio, hoy es como grito

Ayer fue unión de artistas, hoy es red federal viva

Ayer y hoy: el teatro vuelve a responder como acto político y vital

En defensa de la cultura, exigimos la derogación del decreto 345.

Entrá porque es urgente

Entrá porque es ahora.

El emblemático ciclo Teatro Abierto arrancó el 28 de julio de 1981 en en el Teatro Picadero. Su organización fue un acto de resistencia en un contexto de dictadura que censuraba a dramaturgxs, directorxs teatrales, actores y actrices de la escena nacional. Un grupo de dramaturgxs comenzó a reunirse en la sede de Argentores para poner al teatro en acción: Así nació Teatro Abierto. Con una programación de 21 obras breves, se proyectó la realización de 3 funciones por día durante 3 meses. Con dramaturgxs como Carlos Gorostiza, Carlos Somigliana, Roberto Cossa, Pacho O´Donell, Griselda Gambaro y Aída Bortnik, entre otrxs, el ciclo se convirtió en un verdadero fenómeno artístico apenas iniciado. El público respondió a la convocatoria y se agotó la venta de abonos casi de inmediato. Una semana después, el 6 de agosto, se produjo el atentado que destruyó al Picadero. Al día siguiente se produjo una concurrida asamblea en el Teatro Lasalle y decidieron continuar. Varias salas teatrales ofrecieron sus instalaciones y finalmente el Tabarís, clásico espacio de la revista porteña, fue el elegido para reanudar el ciclo. Una semana más tarde, volvió Teatro Abierto con un apoyo multitudinario por parte del público que llenó la sala hasta la última función.

Contacto: +54 9 11 6914-3033 (Ana)

[email protected]

Instagram: @festivalentra

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