Nota
Rita Segato: respuesta a una polémica distorsionada
La antropóloga Rita Segato, por sus declaraciones a Radio Deseo transcriptas por lavaca, generó críticas, elogios y ataques por una descripción del golpe de Estado en Bolivia que busca no ser rehén de los reduccionismos. En diálogo con el programa radial Pasaron cosas se explayó sobre su postura. La aclaración sobre el «golpe atroz» y su trabajo para generar un amicus curiae para denunciar el uso de la violencia militar en Bolivia. Habla sobre el «terror al pensamiento, a la crítica y a la autocrítica» y propone un debate fundamental sobre los avances y los límites del progresismo. Y pregunta: ¿Cuál es el momento oprtuno para criticar? Responde: siempre. «Si no analizamos dónde paran (los gobiernos progresistas) no vamos a poder hacer que la Historia fluya en la dirección que queremos, que es una vida mejor para más gente».
Transcripción del diálogo entre Rita Segato, antropóloga, y el staff del programa Pasaron Cosas de Radio Con Vos, conducido por Alejandro Bercovich
Segato: Eso fue una transcripción muy tergiversada y recortada de una transcripción anterior de algo que yo verbalmente di a solicitud de la feminista boliviana María Galindo que conduce el gran Parlamento de las Mujeres, que es una de organizaciones que está funcionando crítica a la situación que vive en Bolivia, con grandes personalidades como Silvia Rivera Cusicanqui, Raquel Gutiérrez y otras. Ella me pidió mi visión de lo que ocurre en Bolivia, y yo no podía omitirla. Le grabé un audio de menos de 4 minutos, que es lo que luego circuló en la Argentina. Curiosamente, en Bolivia no.
Incluso Cooperando es una organización boliviana muy importante está preparando protestas ante el gobierno de facto o de transición, por la ley que todo el mundo ya conoce que es la ley que permite a las FFAA usar la fuerza sin tener consecuencias con impunidad absoluta, una institución boliviana está preparando un proceso por anticonstitucionalidad y por herir los derechos humanos a ese decreto del gobierno de facto, cooperando conmigo y buscando solidariamente con varios países de América Latina. La acusación sobre mí es realmente injusta, no leen en profundidad. Han aprovechado un mal corte que hizo Infobae.
Bercovich. Compartimos parte de tu audio. Más allá del recorte la polémica que se generó es por un fragmentito que quiero leer en el que te manifestás con respecto a lo tremendo que ocurre en Bolivia. “En mi comprensión de los sucesos Evo cayó por su propio peso, el incurrió en inacciones a lo largo del tiempo que le causaron un quiebre en la credibilidad y luego un quiebre en la gobernabilidad. Para mí no ha sido la víctima de un golpe sino la víctima de un descrédito general en que se encontró en razón de varios …… “ después decís que lo que ocurrió en Bolivia fue un golpe de Estado pero que no fue Evo la víctima.
-Segato: Claro, la víctima es la gente, la whipala, los pueblos, ellos son la víctima. Yo creo que le debemos poner el nombre a las cosas. Es un golpe ahora. Lo digo al final de mi entrevista. Y ella me dice ‘quizás no fuiste muy lógica en el orden que presentaste las cuestiones’. Mi intención fue poner el énfasis en los errores que no pueden cometer, para que no perdamos las victorias. Evo tuvo inmensas victorias en este tiempo y luego las arriesgó. Eso es algo que no se debe repetir.
Porque así como en los Derechos Humanos tenemos el principio de la no repetición, en la política también existe un principio de la no repetición de errores que fragilizan las conquistas que ya tenemos. Eso es lo que sucedió en Bolivia, y yo no voy a ser rehén de las amenazas de la gente enloquecida que solo consigue pensar en blanco y negro, que solo consigue pensar en Boca-River, que solo consigue pensar de forma absolutamente esquemática. Porque si nuestros enemigos como Camacho y los fundamentalistas cristianos, son los enemigos de un proyecto progresista y enérgico para más gente, no significa por eso que los que hayan llevado parte de ese proceso adelante estén libres de críticas.
Es un error muy grande pensarlo así, porque si lo pensamos así no criticamos, no apuntamos a los defectos que fragilizaron el proceso, vamos a repetirlo siempre.
–Es interesante lo que decís porque puede aplicarse no solo a Bolivia, sino a todos los procesos populares latinoamericanos
–Claro, hay terror al pensamiento, terror a la crítica, terror a la autocrítica. El consenso nefasto que lleva a repetir errores todo el tiempo.
–Cuando decís que cayó por su propio peso, como consecuencia de las acciones que llevaron a su descrédito y la pérdida de credibilidad, ¿no perdés de vista que hubo… tenés en cuenta que hubo un actor como el Imperialismo? ¿Los EEUU?
–Bueno, pero eso lo digo también y lo he dicho muchas veces corriendo incluso un gran riesgo. Yo en menos de 4 minutos dije lo que era urgente dedicado a una persona que habla en el Parlamento de las Mujeres. Dije lo esencial. No puedo decir en menos de 4 minutos, pero sí dije que las fuerzas nefastas estaban al acecho.
Tenía un buen candidato, extraordinario cuadro político. Lo tenía no es que no lo tenía. Y luego su actitud de no llamar a catástrofe nacional con la quema de la Chiquitanía del mismo modo que Bolsonaro no llamó a catástrofe nacional. Y una cantidad de errores imperdonables.
La parada después no se sabemos quién la produjo. Puede ser una fuerza conspiratoria que produjo que se parasen los cómputos por 24 horas, pero la facilidad estaba dada y bueno, él no protegió su perfil. No tomó noción de lo que acecha. Y lo que acecha lo digo claramente en mi declaración está asesorado internacionalmente, asesorado por grandes enemigos de nuestras naciones, que es sin duda es el grupo de fundamentalistas cristianos que no deberían ser llamados cristianos. Yo creo que las personas en la Argentina, lo que está pasando sobre todo en la Argentina, este reclamo general, este linchamiento moral de mi persona equivocadísimo porque he dado mil pruebas de poner mi voz y mi cuerpo para denunciar al imperialismo o denunciar todo lo que nos oprime.
Tenemos un vicio en Argentina, el tema del enemigo, que nos inspira, que nos levanta. Que solo sabemos pensar en términos de la política del enemigo, y así no se puede pensar. Hay que pensar en forma más compleja, más rigurosa, más filigranada.
Si yo no puedo dar mi opinión quiere decir que nosotros no estamos habituados a un ambiente de libertad de opinión. Nuestro país ha reaccionado de una forma absurda a la opinión que he dado. Digamos que yo esté equivocada. ¿No puedo equivocarme? No es el momento de analizar y de pensar.
Alguien me dijo: si se hubieran parado a analizar los franceses en la época de la toma de la Bastilla, no la hubieran tomado. Pero claro: por eso la tomaron y la perdieron.
Lo que estamos haciendo en América Latina es avanzar un paso y retroceder dos, justamente por no pensar de forma filigranada, rigurosa, y además con la posibilidad del disenso. Al clausurar el disenso en nuestro pensamiento, estamos clausurando la posibilidad de la verdad.
Si clausuramos el disenso es que somos una sociedad convocación autoritaria que no soporta las opiniones divergentes o la pluralidad de opiniones, la pluralidad de discursos.
Afortunadamente he recibido en el día de hoy más de cien mensajes de personas que no son sospechadas por su posición política o capacidad crítica, de apoyo que me han dicho: ‘nos permitís pensar de una forma más compleja’. El balance para mí no es negativo, ni tampoco de la gente que lo critica porque ha suscitado la polémica. Me han dicho.
Bercovich: Creéme que este llamado es nuestra manera de decirte gracias porque creemos que los intelectuales tienen que hacer esto: ponernos a polemizar, a repensarnos y autocriticarnos, ir contra estas estas canonizaciones y es un honor que estés eligiendo este lugar para responder después de un día en el cual, me imagino cómo se habrá visto desde adentro la cantidad de ataques a lo que fue una opinión crítica de un proceso…
-Segato: Y una opinión que di para Bolivia. El papel de Infobae ahí, estoy lejos, en México, y no es fácil para mí replicar, pero voy a pedir derecho a réplica porque el titular que colocaron a mi texto es tendencioso: yo no niego que en Bolivia haya un golpe atroz. E inclusive, como les digo, estoy dedicada a cooperar y dediqué una parte de mi día de hoy para conseguir amicus curae en el continente para que una institución boliviana presente un proceso contra el gobierno por la ley del uso irrestricto de la fuerza contra el pueblo boliviano. Y todos los que me critican, ¿qué están haciendo?
–Rita te saluda Noeli Barral Gigera, Como parte de tu lectura de la pérdida de legitimidad de Evo Morales con respecto a los errores cometidos cuando desoyó el referéndum por el cambio constitucional, la decisión de buscar esa misma modificación constitucional en tribunales, ¿cómo analizás esto que vos ves como una pérdida de legitimidad que termina siendo un error que, de alguna manera, le da pasto a las fieras, cómo lo analizás a la luz de la cantidad de votos que sacó Evo Morales el 20 de octubre que no deja de ser una buena cantidad, superando el 45%?
-Lo sé, pero igual eso no niega… soy una persona que visita seguido Bolivia y tengo mucho contacto con bolivianos y en los últimos tiempos he visto claramente una caída de prestigio de Evo y de Linera como gobernantes. No puedo omitir esa cantidad de testimonios que recibí en los últimos tres, cuatro años, con relación a la perdida de camino, al desvío del proceso de cambio en Bolivia. Por otro lado, sí existe la duda: hubo caída de los cómputos durante 24 horas. Y eso realmente, sea cual sea su origen, su causa – no la sabemos- también fragiliza el resultado de esa elección. E inclusive te voy a decir una cosa de unos mensajes que recibí ahora de Bolivia: el MAS está trabajando para que más gente salga a la calle y está con dificultades en El Alto para tener la cantidad de gente en la calle y no es por la represión solamente: hay dudas. Hay dudas sobre la figura de Evo, y además yo también las tengo como ciudadana del continente. Y pesan ahí las terribles frases que Evo ha dicho sobre las mujeres y eso no es un problema menor para una feminista, para alguien que piensa que la injusticia, la agresión de género, el destrato de la figura de la mujer, públicamente y mucho más por la boca de un gran gobernante, una figura que genera opinión. La manera que él ha hablado de la mujer hace que yo, como feminista, tenga también que intentar hacer circular esa duda sobre ese gobernante.
-Rita, buenas tardes: Alejandro Wall. Teniendo en cuenta los temas que has trabajado en profundidad, una de las metáforas que se utilizan cuando alguien intenta explicar razones por las cuales se llegó al golpe de Estado es la figura de la pollerita corta en un caso de violación. Es decir, que una chica tenía la pollerita demasiado corta y eso provocaba en un hombre no el derecho, pero sí una de las razones de la violación. Teniendo en cuenta que es una de tus temáticas la violencia de género, los crímenes sexuales, me gustaría si vos podrías hacer una reflexión acerca de la utilización de esa metáfora cuando se busca explicaciones para un golpe de Estado…
-No: lo que estás diciendo no tiene nada que ver con el foco de mi crítica. No hay nada de eso de la pollerita corta. Un hombre que es Presidente de una Nación y líder de un proceso que por tanto tiempo fue un proceso sin igual y absolutamente exitoso, en un país y dice ‘el día que me retire me iré con mi charango, mi acullico y mi quinceañera’, con la idea de que una mujer es entonces un objeto de placer y de descarte, porque ¿qué haríamos cuando la quinceañera cumple 16 o 17 años? No tiene nada que ver con la pollerita corta. No es un acoso, no es un abuso, es una frase modelar para su sociedad que pone a las mujeres, a pesar de todas las leyes de igualdad, en la boca del gobernarte una virilidad que usa a una niña que pronto tendrá 30, 40, 20 y no sirve más.
-Esa frase no la conocía.
-No la conocías porque entonces no me escuchaste.
-No, no: la escuché por primera vez en el audio tuyo
-Ah bueno: andá buscarla en Google y la vas a encontrar
-Me sorprendió cuando escuché que vos la glosabas…
-Vos no la escuchaste porque estamos en Argentina, pero Bolivia lo sabe, Bolivia lo sabe…Y entonces estamos hablando de una sociedad argentina que conoce muy poco de Bolivia y eso también lo digo en mi declaración. Estoy hablando ahora de la recepción en Argentina de la situación boliviana, pensamos Bolivia de una forma absolutamente estereotipada, casi caricaturesca: eso es lo que digo.
-Igual me parece que lo que aludía Hugo es a que muchos, cuando fue el golpe, acá tardó cinco días buena parte de la prensa a decirle Golpe de Estado al golpe de Estado en Bolivia. Nosotros desde el primer día advertimos que había un milico diciéndole al Presidente que renuncie y el Presidente renuncia después de que a sus funcionarios los perseguían paramilitares o agentes de este golpe, pero en ese contexto –que una buena parte de la prensa negaba el golpe- muchos compararon…
-No importa: lo fue. Ahora es un golpe de Estado. En este momento hay un golpe de Estado en Bolivia. Eso es lo que importa y eso es lo que yo digo.
-Pero mucha gente, caricaturizando tu opinión, piensa que justificas el golpe…
-Pero no es lo que yo dije: esas no son mis palabras. Yo no dije eso. Lo que pasa es que el recorte que hizo Infobae, el titular que colocó, enfatiza algo de un discurso que estaba circulando, que fue un discurso lento, muy pensado… En realidad yo no estoy segura de que se deba transcribir de esa manera, como lo hizo lavaca, en sí dio a circular mi palabra porque fue un discurso a una radio, a distancia, y lo dije lentamente, pensando muy buen cada palabra, y lo que menciono sobre Evo, sobre esa fragilidad que es necesario conocerla y que en Argentina no la vemos porque no sabemos pensar en grados de variaciones. Es “Camacho es un canalla, Evo es un santo”, pero por favor: eso no es pensar.
-Estamos viendo cantidad de muertos -28 muertos- y recién te comentaba cómo tardaron los medios locales en reconocer el golpe, y si bien no pongo en duda tu postura, quizá lo que te pregunto es que si poner mucho énfasis en hacer un balance de lo que fue el gobierno de Evo ahora cuando hay una situación así, ¿no es también cambiar el foco del asunto?
– No. No importa. No cambio el foco porque como te digo estoy trabajando para conseguir amicus curae para frenar ese decreto. No, no: están entendiendo todo de una manera absolutamente reduccionista. No podemos evitar colocar las criticas fundamentales ahora y en todo momento. El golpe es contra el pueblo. El golpe es contra el pueblo boliviano, contra la whipala, contra un proyecto de revolución jurisdiccional que ya había decaído hace tiempo. No tengo tiempo yo para explicarles ahora, pero hace tiempo que esa devolución de la nacionalidad de los pueblos había entrado en decadencia y no había podido realizarse como la gente esperaba. En el último censo, la población indígena decreció…y así hay muchos problemas que desde Argentina no se ven y, ahora entiendo, mucha gente no los quiere ver, pero afortunadamente mucha gente me escribió agradeciéndome, porque… esto de decir “no es el momento” es como un chantaje. Es muy parecido a lo que las mujeres negras o indígenas se quejan -y hay muchos escritos sobre esto que yo cito- cuando dicen que los grandes caciques masculinos les dicen: ‘Bueno el problema de las mujeres es para después. Vamos a resolver la lucha del pueblo y después vemos, internamente, de hablar sobre la cuestión de las mujeres’. Es un chantaje. No hablen ahora porque ahora porque ahora estamos resolviendo un problema mayor: no. No. Cuando le viento de la historia sopla, sopla a través de todos los problemas y remueve todos los terrenos. Yo lo veo así. Es mi posición. Y me quieran tapar la boca y que se me quiera impedir colocar mi posición delata la manera opresiva y sofocante en la que pensamos los argentinos la política. Las críticas no me han llegado de otro lado: me han llegado de Argentina.
-Es interesante esto porque en Argentina se discute mucho Vos has hecho una crítica al binarismo, decís que es una rémora, una mochila, un legado malo de la Guerra Fría, que quizá eso nos hace pensar en este plan amigo-enemigo y acá en Argentina a nosotros muchas veces nos hace… por eso me hizo pensar tanto este fragmento tuyo, porque acá discutimos, en el periodismo pero también en cierta forma de pensamiento, en equiparar dos extremos y para salir de ese binarismo ubicarse en el centro
-Sí
-Lo tuyo por lo que entiendo no eso, pero quisiera que lo enriquezcas un poco más porque en una circunstancia como esta, donde muchos nos vimos criticados por decir un golpe de Estado, porque estábamos defendiendo a un tirano o éramos chavistas o cosas así…
– Evo no es un tirano: no. Es una persona que se fragilizó por una secuencia de errores. Pero la gente no sabe leer si no reduce todo a un binarismo muy rudimentario. Y es costoso para la opinión pública argentina esto.
-Bueno: como salir de ese binarismo sin caer en el centrismo…
-No, no, no, no, no: al contrario. Solo saliendo del binarismo podemos generar realmente cambios en la Historia. Por haber pensado en términos de ese binarismo no sabemos captar las fuerzas posibles… es muy complejo. Los progresismos en nuestros países han llegado a un tope, pero nos dicen que no es ahora la hora de analizar por qué se llega a ese tope y cómo traspasar ese tope. Yo lo he hablado en diversas entrevistas y conferencias en los últimos tiempos: lo que pienso que es ese tope y las varias causas de ese tope de estos gobiernos progresistas que, repito, son los mejores que hemos tenido. Pero si no analizamos dónde paran, dónde se bloquean no vamos a poder pasar a la fase siguiente, no vamos a poder hacer que la Historia fluya en la dirección que queremos, que es una vida mejor para más gente. Dios y el Diablo no nos dejan pensar, porque si pensamos diferente te cae una cantidad de gente encima, impidiéndote pensar libremente y, fundamentalmente, pensar qué nos detiene cada vez que damos un paso y nos llevan hacia atrás nuevamente, que es lo que nos ha venido sucediendo. Si pensamos, nuestra Historia es circular: avanzamos, retrocedemos, avanzamos y retrocedemos. ¿Por qué? Porque no podemos pensar. Y esta no es una posición centrista y nunca fui una persona de posiciones centristas. Al contrario. Mi crítica excede, va más allá, lleva el campo crítico más allá del punto de donde acostumbra a estabilizarse justamente por su binarismo.
Rita Segato sobre Bolivia: «Es el momento oportuno para pensar a Bolivia críticamente»
Nota
Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.
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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.
Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla
Fotos Juan Valeiro
El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.
Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.
Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.
Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.
La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”.

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:
- “Que no te vendan gato por león”.
- “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”.
Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:
Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.
Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.
Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.
Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.
Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.
La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.
Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.


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