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Travesticidios: ocho balas para la décima víctima de 2019

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La foto muestra el ataúd de Laly Heredia, una de las 10 travestis asesinadas en la Argentina en lo que va de 2019. Ocurrió en La Matanza, el domingo pasado. Ayer fue velada en soledad. Los 8 balazos fueron del calibre que usa la policía bonaerense. El poder judicial argumenta que en cuatro días no se pudo ver las cámaras de seguridad que pululan en la zona.  La abogada trans Cristina Hendrickse y su mirada sobre lo que representa que se considere sub humano a un sector de la sociedad.  
En esta cochería de Villa Luro. en Homero al 700, reina el silencio.
Son las 14:30. Hay cinco personas y el ataúd donde descansa el cuerpo de Laly Heredia espera en soledad. Hay un amigo, dos amigas (una chica trans con la que Laly trabajó) y dos familiares, que compraron flores y mandaron a imprimir una foto grande.
Tuvieron que hacer una colecta para poder velar a su amiga, su familiar, su compañera.
Toda la escena revela lo que significa un travesticidio hoy en Argentina.
Imagen del velatorio de Laly Heredia. Tenía 36 años. (Fotos de Martina Perosa)
A Laly Heredia la asesinaron de un balazo en la cadera el domingo a la madrugada después de haberle disparado ocho veces con un arma 9 milímetros. Su cuerpo fue descubierto en la intersección de Camino de Cintura y Arribeños, en La Matanza. Era una joven travesti de 36 años que había llegado de Lima, Perú, hacía 10.
Vivía con su pareja, Emanuel Ferraro, en una vivienda alquilada en Morón. Tenían tres perros. “Era muy alegre, buena y solidaria. Todos los vecinos la querían. Era muy respestuosa. Y en la calle nunca tuvo problemas con nadie”, la recuerdan sus familiares.
La causa está en la Unidad Fiscal de Investigación de Homicidios del departamento judicial de La Matanza. En el velorio, sus familiares dicen a lavaca que el caso tiene que difundirse para que no quede en la nada y piden que, por ahora, no citemos sus nombres.. “Fuimos a la fiscalía y preguntamos si ya vieron las cámaras de la calle”, cuentan. “Pero nos dijeron que todavía no las han podido ver. No entendemos: ya pasaron cuatro días. Brindamos testimonio pero todavía no hay ni un detenido”.
Tal como publicó Agencia Presentes, el cuerpo de Laly fue identificado por su hermana y por su pareja Emanuel Ferraro. “Por lo que me dijo la policía, la mataron a eso de las 3 de la mañana”, dijo Ferraro a la agencia. “Ella estaba trabajando, cuando la abordó un hombre pidiendo servicios (sexuales), y ahí la ejecutaron de una, en la puerta de un hotel sobre Camino de Cintura. Creemos que estuvo agonizando de 3 a 7 de la mañana. Nadie la ayudó”.
Las vainas encontradas concuerdan con el calibre que utiliza la policía, pero fuentes judiciales informaron a la agencia que por el calibre no generan hipótesis de trabajo.
Su familia cuenta a lavaca que están exigiendo medidas concretas a la fiscalía. “Nos dicen que no saben nada, que no avanza, y que no es el primer caso: ya tuvieron otros parecidos, también con chicas travestis. Nos dijeron que puede ser trata. Pero están mandando a investigar a las amigas de Laly en Morón, donde ella trabajaba antes. Yo les digo que tienen que ir a Camino de Cintura, al lugar de los hechos. Tenemos miedo que cajoneen esto, que digan que no pasó nada, como si fuera otra víctima más”.
Mafias y neotransfobia
En estos 38 días del 2019, se cometieron ya 10 travesticidios.
En Paraná (Entre Ríos), el 24 de enero, un vecino encontró muerta a Jésica Benavídez, una mujer trans de 33 años.
En Salta, el tres días después, murió Antonella Mirna Di Marzo, una joven trans de 30 años, después de pasar tres meses en coma cuando fue atacada por un hombre a la salida de un boliche.
En La Rioja, un comisario atacó a otra y huyó en una moto policial.
Los casos se multiplican y se repiten. También en Camino de Cintura: en octubre del año pasado, Alma Clara Solano, de 42 años, fue atropellada por un colectivo de la línea 338 cuando (según testigos) escapaba de dos varones que habían intentado asaltarla. Ocurrió en Esteban Echeverría e intervino la Fiscalía General de Lomas de Zamora, un territorio denunciado por pedidos de coimas y extorsiones por parte de la Policía Bonaerense. De hecho, en junio de 2017, un juez federal ordenó la detención de siete policías (entre ellos un comisario inspector y un jefe de comisaría) acusados de manejar una red de prostitución en la zona.
“La cantidad de travesticidios refleja la vulnerabilidad de nuestro colectivo, que está muy expuesto”, contextualiza la abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse, integrante del equipo jurídico de la Defensoría LGTB en la Defensoría del Pueblo de la Ciudad de Buenos Aires. “Siempre se vivió la exclusión y la marginalidad, con el trabajo sexual como la única salida para poder sustentarse, con todos los riesgos que conlleva: la exposición a enfermedades de transmisión sexual, a la explotación de redes de trata y a la violencia de gente perversa”.
Cristina Montserrat Hendrickse en Mu.

La letrada destaca que la Legislatura bonaerense votó en 2015 la Ley de Cupo Trans para la provincia de Buenos Aires, pero que la gobernadora María Eugenia Vidal nunca la reglamentó. “Que las chicas tengan acceso al trabajo, esas son acciones positivas concretas para enfrentar estas situaciones de exclusión. Si Laly hubiera tenido la posibilidad de un trabajo, con obra social, no habría estado expuesta a este tipo de violencias”.
Cristina Montserrat Hendrickse también subraya la neotransfobia presente en discursos y en prácticas cotidianas concretas. “Surge de discursos religiosos. Recordemos a Bergoglio cuando habló de ‘guerra santa’ contra el matrimonio igualitario, o definió como ‘ideología de género’ a la identidad de género, que es un derecho humano. Este incipiente discurso se potencia con un evangelismo extremo. Acá hay representantes minoritarios, como el diputado Alfredo Olmedo, que propone exponernos a un retroceso de nuestros derechos. No nos consideran seres humanos, sino subhumanos. Y como no somos humanos, se nos puede eliminar”.
La abogada alerta además sobre el peligro que estos discursos de odios representan: “Si no tenemos derecho, nos pueden robar, torturar, asesinar. Además de las mafias que siempre existieron, asusta el discurso de esta nueva derecha. Nos preocupa y nos obliga a organizarnos más”.
 

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Mía: Cuando el arte abraza

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Mía es una obra de teatro que podríamos encuadrar dentro del biodrama o autoficción. Y es mucho más: es grito, es abrazo y, también es un espejo. La actriz y médica psquiatra Mercedes Bertuzzi expone en escena su propia historia: una situación de violencia machista que sufrió por parte de una ex pareja. Este sábado 18 de marzo y en el marco del 8M, esta obra testimonial se presenta en MU Trinchera Boutique a las 21 hs, entradas a la gorra.

“Los primeros años, luego de salir, fueron de mucha confusión, angustia y mucha bronca. Escribir me permitía depositar esas emociones en el texto. El primer objetivo fue descargar. Siempre estuvo el deseo de poder denunciar a través de ese texto que iba escribiendo, pero no estaba segura de si iba a encontrarle la forma. En el proceso empecé a entrenar con Marina Otero, ella hace autoficción, y ahí algo se destrabó, la vi, vi la obra”, cuenta Mercedes. Al terminar de escribir el texto, tomó conciencia de que no era exclusivamente autorreferencial sino que involucraba la historia de muchas otras. Así tomó coraje para llevarla a la escena. “En cada función se me acercan decenas de mujeres emocionadas a abrazarme diciéndome ‘somos muchas’. Todas pasaron por una situación de violencia o acompañaron a otra mujer que la pasó. Siempre termino la función con ganas de gritar cada vez más fuerte el texto de esta obra. Siento que estoy entregando mi historia al colectivo y eso hace que ya no me pese, ya no lucho contra ella. Cada mujer que se identifica con la historia se la apropia un poquito y le va dando más cuerpo al personaje de Mía”.

Con sus herramientas artísticas, Mercedes logró una obra poética, sin golpes bajos, con ironía y momentos muy divertidos.

En una escena, dos niñas juegan a ser actrices, prueban vestuario y declaman en nombre del amor. Las palabras son extraídas de las típicas canciones románticas de cantantes famosos, las que hemos aprendido y cantado a lo largo de los años. “Para quienes fueron víctimas, no es fácil hablar. La violencia nos deja mudas, vacías, solas, no hay palabras que alcancen para explicar. El arte nos habilita un lenguaje a través del cual poder decir lo indecible, nos devuelve la voz, en la forma que cada una elija expresarse. Y para quienes son público, adentrarse a la temática desde una propuesta artística creo que les permite hacerlo sin tantas resistencias. Te permite escuchar con otra disponibilidad. El relato atravesado por la dramaturgia, la música, los cuerpos. Mantiene su fuerza y su crudeza, pero es amortiguado de ternura, poesía, risa. Y eso permite que hablemos de violencia con personas que quizás no se acercarían de otras formas”. 

Cada vez que Mía fue presentada en distintos teatros —Mercedes quiere que la obra circule y abra a la reflexión— los comentarios de personas del publico se multiplican: “Presencié ese mismo diálogo”, “sentí exactamente eso”, “estuve en pareja con un tipo igual”. No solo es reparador para ella sino para muchas. “Romper el silencio es imprescindible. Me sigue sorprendiendo la cantidad de mujeres que se acercan después de la función a abrazarme emocionadas por haber ‘contado su historia’, estuvieron ahí mismo o acompañaron a otra. De todas las edades, todas las clases sociales. Es escalofriante, es triste. Pero es también esperanzador encontrarnos. Ya no nos estamos quedando calladas, estamos denunciando y estamos convencidas de cambiar esa realidad. El haber sido víctima de violencia ya no queda solo como una herida que duele y mejor callar y olvidar. Hoy somos víctimas enojadas, creativas y sobre todo, en red. Compartir Mía me abrió los ojos a eso… Es mi historia, es la de muchas otras y, por suerte, es parte de la historia que estamos modificando”.

MU Trinchera Boutique, Riobamba 143

Sábado 18 de marzo a las 21 hs

Actúan: Mercedes Bertuzzi, Juliana Gotta, Gonzalo Pungitore, María Tibi

Entradas “a la olla”.

Podés reservar en este link:

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Punitivismo y feminismo en el caso de Lucía Pérez: una mirada sobre esa falsa dicotomía

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La abogada trans Cristina Montserrat Hendrickse analiza por qué es falsa la dicotomía que pretenden instalar sectores que siempre trabajan para categorizar las divisiones del movimiento feminista. Así crean grietas sociales que les permiten alentar congresos, investigaciones y polémicas de las cuales viven.

Por Cristina Montserrat Hendrickse

Una corriente muy minoritaria de los feminismos entiende que reclamar la sanción penal del femicidio es una actitud punitivista.

Llegan a tal conclusión partiendo del concepto de que el castigo refuerza la violencia.

Evidentemente la idea de la que se parte es correcta, pero el error de la conclusión reside en asociar pena a castigo. En no distinguir la finalidad de la pena que impone nuestro Derecho de la triste realidad de castigo que significa la ejecución efectiva de las penas privativas de libertad.

Los feminismos en nuestro país se encuentran justificados jurídicamente en la Convención Contra Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW, por sus siglas en inglés) incorporada a nuestra Constitución en 1994; la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra La Mujer (Convención de Belem do Pará) que es un tratado internacional de jerarquía superior a las leyes; y las leyes nacionales y provinciales que reglamentan a estos tratados.

Nótese que la convención de Belem do Pará obliga a los Estados a “sancionar” la violencia de género, además de prevenirla y erradicarla. El marco jurídico “sancionatorio” por excelencia es el Derecho Penal.

De allí que en nuestro sistema de derecho pretender eludir o abolir la punición de la violencia de género resulta jurídicamente anticonvencional, y por tanto anticonstitucional.

No por ello se deja de valorar el aporte del antipunitivismo feminista en cuanto sostiene que el castigo refuerza la violencia. Pero el problema del antipunitivismo reside en cuestionar al sistema (de origen convencional interamericano) de sanción de la violencia de género, y no al sistema de castigo que en los hechos (y apartándose del Derecho) sucede con la aplicación de la pena.

En efecto, la finalidad esencial de las penas privativas de la libertad es la reforma y la readaptación social de los condenados (art. 5.6. de la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también incorporada a nuestra Constitución en 1994), sin olvidar el mandato de que “…Las cárceles de la Nación serán sanas y limpias, para seguridad y no para castigo de los reos detenidos en ellas…” (artículo 18 de la Constitución Nacional). De ambas reglas de jerarquía superior surge que la finalidad jurídica de las penas no es el castigo, como erradamente lo entiende cierta expresión del feminismo antipunitivista, sino la resocialización.

De allí que se impone una diferenciación entre “antipunitivismo” y “abolicionismo” que permita distinguir: si se pretende que la pena no se constituya en castigo sino como resocialización (antipunitivismo); o si se pretende abolir todo tipo de pena (abolicionismo penal).

La primera debería hacer foco en una reforma penitenciaria feminista, que lejos de reforzar el patriarcado lo deconstruya, no aboliendo las penas, sino modificando su ejecución a la finalidad que el impone el Derecho.

La segunda implicaría la abolición de todas las prisiones; y además, el desafío de construir respuestas ante los crímenes o lo que cada sociedad considera crímenes.

Evidentemente el castigo refuerza la violencia. Por lo que el mismo debe ser eliminado del sistema de ejecución penal, pero no el sistema de sanción; salvo que se sostenga el abolicionismo, teoría también respetable, pero que resulta anticonstitucional en nuestro sistema de Derecho, al menos en materia de violencia de género ya que la República Argentina se obligó ante la comunidad interamericana a sancionarla.

Toda decisión que se aparte de ese compromiso violentaría el sistema jurídico argentino y comprometería a nuestra Nación frente a la Comunidad Interamericana exponiéndonos a ser destinatarios de reclamos, cuando no de sentencias condenatorias, ante el sistema interamericano de Derechos Humanos.

En resumen: debatamos sobre las cárceles, no sobre las penas.

Cristina Montserrat Hendrickse

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Pergamino: sentencia contra los agrotóxicos y triunfo de la comunidad frente a un intendente

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La Corte Suprema de Justicia de la Nación confirmó la distancia de 1.095 metros dentro de las cuales están prohibidas las fumigaciones terrestres con agrotóxicos, y de 3.000 metros para las aéreas. De ese modo denegó el recurso de amparo presentado por el intendente pro agronegocio de Pergamino, Javier Martínez. La denuncia original había sido presentada por Sabrina Ortiz (en la foto principal), vecina de Pergamino, que en su reclamo contra el envenenamiento cotidiano que sufrían ella, su familia y sus vecinos, y sin encontrar quien la defendiera legalmente, terminó recibiéndose de abogada para encarar sus propias causas. La sentencia de primera instancia había sido dictada por el juez del juzgado penal 2 de San Nicolás Carlos Villafuerte Ruzo.

Frente a la ratificación de la Corte dijo a Sabrina Ortiz a lavaca, entre otras cosas:

  • “Se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa”.
  • “Celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.

Publicamos además la nota completa realizada en la revista MU.

Por Francisco Pandolfi

Madres fumigadas: Silvana, Erika, Paola, Juana, Natalia. Fotos: Nacho Yuchark.

Un fallo de la Corte Suprema de Justicia ratificó la distancia de 1.095 metros de prohibición de fumigaciones terrestres y de 3.000 metros para las fumigaciones aéreas, denegando el recurso de amparo que había presentado nada menos que el intendente de Pergamino, Javier Martínez, pretendiendo fumigar en todas partes, pese a las denuncias sobre los efectos de los agrotóxicos en la comunidad, el suelo, el aire y el agua.

El fallo en primera instancia, apelado por Martínez, había sido del Juez Carlos Villafuerte Ruzo, titular del Juzgado Penal Número 2 de San Nicolás, en septiembre de 2019, como medida protectoria paliativa urgente frente a las masivas fumigaciones.

Paola, su nieto con sobrepeso, su nieta con déficit de crecimiento, parte de los efectos en la salud de las fumigaciones masivas para cultivos transgénicos. Fotos: Nacho Yuchark.

Quien realizó la denuncia original ante la justicia federal fue la activista ambiental y abogada Sabrina Ortiz, también víctima de los agrotóxicos. Ante este fallo de la Corte Suprema de la Nación, explica a lavaca: “Esperábamos la resolución desde hace bastante tiempo, con muchas expectativas, pese que los últimos fallos que ha tenido la Corte en materia ambiental no han sido para nada alentadores. Sin embargo, para nosotros era casi seguro que iba a fallar a favor. Se me vinieron un montón de situaciones a la cabeza, sobre todo por cómo comenzó esta causa, por la salud de mis hijos, por las afectaciones que tuvieron, con las afectaciones que tuve en mi cuerpo; se me vinieron a la mente un montón de recuerdos de personas que la pasaron muy mal, personas que ya no están incluso, que fueron víctimas de este modelo y que perdieron la vida por esta causa. Fueron recuerdos muy tristes, muy angustiantes, dolorosos, del vivir cotidiano, de hecho todavía están en controles mis hijos y hay un montón de gente que la sigue sufriendo”.

Pedro y Guido, dos de los agricultores que descubrieron que se puede producir de modo sano en las zonas en las que se prohíben los agroquímicos. Fotos Nacho Yuchark

Relata también con asombro: “Me da mucho dolor, que sea el propio municipio el que intenta ir en contra de la salud de las personas. Me da mucha impotencia que el intendente Javier Martínez sea quien quiere que nos fumiguen en la cabeza. Al mismo tiempo, celebro por duplicado porque cada batalla que damos tenemos oponentes muy fuertes, corporaciones, intereses políticos, corrupción, sectores del agronegocio. Entonces, en parte estoy feliz porque aunque sabemos que la solución sería que sea agrotóxicos cero para todo el mundo, no sólo para esta región, podemos decir que es un pasito más que estamos dando hacia el buen vivir”.

Aquí, el viaje, la investigación y la nota completa sobre la situación en Pergamino publicada en la revista MU: La capital del veneno.


https://lavaca.org/mu163/mu-en-pergamino-la-capital-del-veneno/

Salud humana y de la naturaleza: lo que está en juego en Pergamino, como caso testigo de tantos lugares del país.
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LA NUEVA MU. Lo que está en juego

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