Nota
Últimas noticias sobre el reclamo de tierras en Jujuy

Mientras trece representantes de los asentamientos jujeños mantienen un acampe en Avenida de Mayo y 9 de Julio, en la provincia de Jujuy, cientos de personas llegaron para quedarse frente a la Casa de Gobierno provincial, reclamando la regularización de sus viviendas y lotes, que ocuparon cerca de 50 mil familias en distintas localidades. Hasta ahora, la única cara del Estado que se acercó fue la Infantería y no para trazar acuerdos: el miércoles 13 sufrieron una brutal represión que dejó heridos y detenidos. María Hoyos relata en primera persona cómo la privaron de su libertad: “Nos detuvieron y llevaron, primero a la Brigada de Investigaciones y después a la sección de antecedentes. Ahí nos sacaron fotos, nos pintaron los dedos y nos armaron una causa, sin darnos ninguna explicación ni a nosotras ni a nadie. Porque sé que primero un abogado y después mi marido fueron a buscarnos, pero les dijeron que no estábamos ahí, que no había detenidos”.
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El acampe frente a la sede del gobierno jujeño devino en movilización por la ciudad de San Salvador y frente al departamento policial en pedido de que liberen a María, dos mujeres más y tres hombres detenidos. Paralelamente, cortaron las rutas de Monte Rico, Fraile Pintado, San Pedro y Purmamarca, tomaron algunas municipalidades y bloquearon los puentes de accesos laterales a San Salvador, (“donde viven los funcionarios” detalla María) y el puente Gorriti.
La otra represión
En la tarde del miércoles 12 de octubre, los trece representantes de asentamientos de distintas localidades de Jujuy, junto a organizaciones sociales y quienes se acercaron, cortaron la Avenida 9 de julio como medida de reclamo: que alguien los escuche, alguien solucione la regularización de sus lotes en la provincia y, antes, se les garantice seguridad a aquellos que quedaron en el norte: que no suceda otro Ledesmazo.
Cerca de las 20 horas irrumpieron en escena carros de asalto, un camión hidrante, varias motos y una treintena de uniformados al mando del mismo comisario que negociaba, hace meses, con los qom para que despejaran la avenida. Frente a los jujeños formaron entonces una fila de guardia de infantería, carro hidrante al medio, y otra de policías civiles. Primero salieron los chorrazos de agua contra la pacífica protesta que mantenía interrumpido el tránsito; luego todo empezó a dispersarse y, entre corridas y nervios, la excusa para que avance infantería estaba ya echada: cargaron sobre los manifestantes, los desconcentraron y fueron a formarse en línea, de nuevo, esta vez rodeando el propio campamento. Mujeres desesperadas, con heridas a la vista, gritaban llorando al comisario; una mujer de casi 80 años que se acercó solidariamente terminó empapada por el carro; horas después todavía podía verse afectados por el gas pimienta. El campamento se mantuvo.
«Todos o ninguno»
Salvo palazos y chorros de agua, todavía no tienen respuestas por los reclamos de tierra y vivienda. Cuenta María: les entregaron cinco mil certificados provisorios de propiedad, “pero nosotros somos cincuenta mil. Lo hacen, a propósito: para que nos peleemos y desarticulemos. Nos pusimos entonces de acuerdo y los rechazamos: todos o ninguno». ¿Cómo sigue todo esto para las familias que están en Jujuy? Responde María: “Seguimos cortando las calles para que el gobierno se acuerde que estamos aquí. Ahora mismo tenemos gente de la Brigada de Investigaciones dando vuelta dentro de nosotros, sacándonos fotos”.
Acá: 12 de octubre. 9 de Julio y Avenida de Mayo, 19.30 horas.
Allá: 12 de octubre. Casa de gobierno de Jujuy. 20 horas
Fotos: Imágen Insurrecta.
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Proyecto Litio: un ojo de la cara (video)

En un video de 3,50 minutos filmado en Jujuy habla Joel Paredes, a quien las fuerzas de seguridad le arrancaron un ojo de un balazo mientras se manifestaba con miles de jujeños, en 2023. Aquella represión traza un hilo conductor entre la reforma (in) constitucional de Jujuy votada a espaldas del pueblo en 2023, y lo que pasó un año después a nivel nacional con la aprobación de la Ley Bases y la instauración del RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones).
Pero Joel habla de otras cuestiones: su pasión por la música como sostén. El ensayo artístico que no se concretó aquella vez. Lo que le pasa cada día al mirarse al espejo. La búsqueda de derechos por los hijos, y por quienes están siendo raleados de las tierras. Y la idea de seguir adelante, explicada en pocas palabas: “El miedo para mí no existe”.
Proyecto Litio es una plataforma (litio.lavaca.org) que incluye un teaser de 22 minutos, un documental de casi una hora de duración que amplía el registro sobre las comunidades de la cuenca de las Salinas Grandes y Laguna Guayatayoc, una de las siete maravillas naturales de Argentina, que a la par es zona de sequía y uno de los mayores reservorios de litio del mundo.
Además hay piezas audiovisuales como la que presentamos aquí. La semana pasada fue Proyecto Litio: el paisaje territorial, animal y humano cuando el agua empieza a desaparecer.
Esos eslabones se enfocan en la vida en las comunidades, la economía, la represión y la escasez del agua en la zona.
Litio está compuesto también por las noticias, crónicas y reportajes que venimos realizando desde lavaca.org y que reunimos en esta plataforma.
Un proyecto del que podés formar parte, apoyando y compartiendo.
El video de 3,50 minutos
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Orgullo

Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.
Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.
Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.
Y no es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org


Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org
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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?
El podcast completo:
Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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