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Un Corte a esta justicia: la impunidad, desde abajo

La convocatoria a marchar contra la Corte Suprema surgió desde distintas agrupaciones políticas y sindicales pero tuvo como protagonista a familiares de víctimas, los principales afectados por la impunidad y la corrupción judicial. Sus voces se hicieron escuchar desde arriba y abajo del escenario: madres y padres de Lucía Pérez y de Cecilia Basaldúa dijeron presente, además del hermano de Santiago Maldonado y Nora Cortiñas. Qué dijeron, por qué marcharon contra este poder que denuncian hace años, y los ejemplos cotidianos de las consignas «fuera Corte», hoy mezclado con otro grito: «Fuera FMI». El contexto, lo político, la política, y la otra agenda de la impunidad, más acá del lawfare: femicidios y travesticidios, desapariciones forzadas, gatillo fácil, delitos económicos, ambientales y más.
Una hoja A4 pegada sobre el vallado de Tribunales recuerda que se cumplen 4 años del asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel y que los responsables siguen impunes. Al lado, otro cartel clama que “es hora de democratizar a un poder judicial oligárquico, elitista, sexista, patriarcal, racista, xenófobo”, y pide basta de presos políticos. Sobre el escenario ubicado en Talcahuano y Tucumán las actrices Cristina Banegas y Luisa Kuliok leen un extenso documento que enumera más de una decena de razones por las que “esta Corte se tiene que ir”, frente a una Plaza de Tribunales repleta, mientras la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas escucha con atención, y dice a lavaca: “Concuerdo en que hay que modificar la justicia en Argentina, que trabajen para el pueblo y por el pueblo. Basta de esta justicia corrupta”.


La convocatoria al llamado 1F frente a la Corte Suprema, y que se replicó en más de 30 ciudades de todo el país, llegaba cubierta con un aura oficialista a partir de sus principales consignas -democratización de la justicia, repudio al desempeño de los miembros de la Corte, “el fin del lawfare”- y sus convocantes -organizaciones políticas, sindicales, judiciales y sociales, en su mayoría, cercanas al Frente de Todos-, pero muchos de las familias presentes expresaban algo más complejo y amplio, con reclamos que no eran consignas, sino el urgente grito que arrastran hace años en sus cuerpos.
Allí están -por ejemplo- Marta Montero y Guillermo Pérez, mamá y papá de Lucía Pérez, que desde 2016 exigen respuestas por el femicidio de su hija de 16 años, y que sólo a base de movilización social lograron un freno a la justicia machista: los jueces que dejaron impune el femicidio, Facundo Goméz Urso y Pablo Viñas, fueron separados preventivamente de sus cargos y serán juzgados por su fallo misógino. El tercer juez, Aldo Carnevale, eludió todo cargo ya que el macrismo le concedió la jubilación anticipada. “Puede ser que el kirchnerismo haga más fuerte el reclamo, o no, pero no creo que la Justicia tenga que tener un color político”, dicen Marta y Guillermo, que llegaron desde Mar del Plata para participar. Recuerdan que el actual presidente de la Corte, Horacio Rosatti, fue denunciado por intentar frenar una causa de violencia machista contra su hijo Emilio, que a su vez es secretario de un tribunal oral y concursa a cargos para la justicia federal, por lo que aclaran: “No es ajena a la violencia machista la composición de esta Corte”. Marta y Guillermo se subieron al palco en la Plaza de Tribunales con sus características pecheras blancas con el rostro de Lucía.

Allí está -por ejemplo- Sergio Maldonado, que desde el 1 de agosto de 2017 exige una investigación imparcial e independiente sobre la desaparición forzada seguida de muerte de su hermano Santiago. La familia aún espera una resolución de la Corte Suprema que designe un nuevo juez en la causa y otra que se expida sobre el espionaje ilegal que sufrió mientras denunciaban al Estado hasta en tribunales internacionales. “Tengo dos causas paralizadas acá: una 2 años y la otra, 3”, cuenta a lavaca. “Necesitamos imperiosamente que la causa se mueva y para eso hace falta voluntad política, que no está habiendo desde este Gobierno. Por más que hagamos manifestaciones y le pidamos a la Corte Suprema, si no hay voluntad política esto no va a avanzar. Esto es algo que abarca a todas las víctimas, no sólo del lawfare, y también a muchas causas particulares que no son contra el Estado y no tienen tanta visibilidad. Me hubiera gustado que estuvieran los movimientos de izquierda, también. En esto no hay algo partidario. Cuando es el FMI, marcha un sector, y cuando es la justicia, otro.
Se tiene que cortar eso. En las marchas por Santiago no hubo ninguna diferencia partidaria, y esto tiene que ser lo mismo. Contra el FMI y la Corte tiene que abarcar a todas y todos. Sin color”.
Allí están -por ejemplo- esas otras causas que no salen en los medios de comunicación. Elsa Suárez es una mujer de Caballito que cuenta que a su hija Laura la condenaron a 8 años por la muerte de Carla Maidana, en Once. “Le hacen cargo a ella, pero no tuvo nada que ver. En abril van a ser dos años que está detenida en Ezeiza. La condena no está firme y nosotros pedimos que busquen al verdadero asesino, pero por lo menos pedimos urgente que le puedan dar arresto domiciliario, porque tiene cinco hijos de 14, 12, 9, 4 y 2 años. Queremos que los derechos humanos y los de la niñez se acerquen. Estamos con defensor público, con lo que implica, como que no te atiendan personalmente por Covid, que todo sea por teléfono, que desde el penal mi hija no se pueda comunicar con el abogado porque no entienden, y así. Todo es imposible”.



Allí están también Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia Basaldúa: encontraron el cuerpo de su hija el 25 de abril de 2020 en Capilla del Monte, Córdoba, luego de 20 dias de rastrillajes por la zona, con signos de abuso sexual y estrangulamiento. Daniel: “Teníamos el deber de estar porque estamos reclamando que haya justicia para la gente humilde y para el pueblo. Tendría que haber más gente. Es muy importante que esto prenda y sea el comienzo del fin de esta casta de jueces corruptos porque es eso lo que estoy viendo en Córdoba ahora: son una asociación ilícita que mete preso a pibes perejiles y deja a los verdaderos responsables afuera. Un ejemplo: el director de Defensa Civil de Córdoba encargado de buscar a Cecilia está preso por violento y violador mientras metieron preso a un pibe del pueblo que nada que ver. Esa es la justicia patriarcal que tenemos”. El funcionario del que habla Basaldúa es Diego Concha y la denuncia que pesa sobre él es concreta: la bombera Luana Ludueña, de 21 años, se suicidó hace poco más de una semana luego de denunciar a Concha por abuso sexual.
Daniel y Susana, junto a Marta y Guillermo, integran Familiares Sobrevivientes de Femicidios, un colectivo que se reúne cada segundo miércoles de cada mes en Plaza de Mayo para pedir una audiencia al presidente Alberto Fernández. Horas antes de la marcha, Marta recibió un llamado de Daniel Caresani, psicólogo en la Subsecretaría de Acceso a la Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Le preguntó qué era lo que querían.
Marta le explicó sencillamente que querían que las recibiera el presidente: no a ella sola, sino al colectivo completo. El funcionario quedó en mandarle un escrito al Presidente. Cabe recordar que las familias ya llevan 16 cartas presentadas.
La información sobre el funcionario Caresani la completa el Alfredo Soggiu, papá de Carla, asesinada el 26 de diciembre de 2018: su cuerpo apareció flotando en el Riachuelo, cuatro días después de activar dos veces el botón antipánico. Cuenta que se acercó a su casa cuando encontraron el cuerpo de Carla, como funcionario del Centro de Asistencia a la Víctimas de Delito (CENAVID, dentro del Ministerio de Justicia). Desde el centro le dijeron que estaban a su disposición, pero la directora le dejó en claro que si hacía cualquier tipo de litigio contra la Ciudad esa ayuda “podía desaparecer”. En esa conversación, tres años atrás, Alfredo cuenta que estaba Caresani.
Toda la conversación sucedió el propio 1F.

En la plaza, mientras tanto, el documento está finalizando: mencionan el cajoneno por parte de la Corte sobre la liberación de Milagros Sala, recuerdan el 2×1 a favor de los genocidas, la convalidación de políticas neoliberales, entre otros puntos.
Del escenario baja otro de los oradores y principales convocantes del acto, el juez del Tribunal Oral Criminal Nº29 Juan María Ramos Padilla, quien se dio un sentido abrazo con Nora Cortiñas, y dijo a lavaca sobre el acto: “Es empezar una nueva república con un servicio de justicia. Esto no es un cambio: es empezar con lo que nunca tuvimos”.
Eso mismo, con esos cuerpos que llevan años batallando contra jueces, fiscales y cortes supremas, es lo que expresan familias, víctimas y sobrevivientes.
No es color partidario.
Son gritos urgentes, desde abajo, contra la impunidad de arriba.
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83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
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La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani