CABA
Un Corte a esta justicia: la impunidad, desde abajo

La convocatoria a marchar contra la Corte Suprema surgió desde distintas agrupaciones políticas y sindicales pero tuvo como protagonista a familiares de víctimas, los principales afectados por la impunidad y la corrupción judicial. Sus voces se hicieron escuchar desde arriba y abajo del escenario: madres y padres de Lucía Pérez y de Cecilia Basaldúa dijeron presente, además del hermano de Santiago Maldonado y Nora Cortiñas. Qué dijeron, por qué marcharon contra este poder que denuncian hace años, y los ejemplos cotidianos de las consignas «fuera Corte», hoy mezclado con otro grito: «Fuera FMI». El contexto, lo político, la política, y la otra agenda de la impunidad, más acá del lawfare: femicidios y travesticidios, desapariciones forzadas, gatillo fácil, delitos económicos, ambientales y más.
Una hoja A4 pegada sobre el vallado de Tribunales recuerda que se cumplen 4 años del asesinato del joven mapuche Rafael Nahuel y que los responsables siguen impunes. Al lado, otro cartel clama que “es hora de democratizar a un poder judicial oligárquico, elitista, sexista, patriarcal, racista, xenófobo”, y pide basta de presos políticos. Sobre el escenario ubicado en Talcahuano y Tucumán las actrices Cristina Banegas y Luisa Kuliok leen un extenso documento que enumera más de una decena de razones por las que “esta Corte se tiene que ir”, frente a una Plaza de Tribunales repleta, mientras la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora Nora Cortiñas escucha con atención, y dice a lavaca: “Concuerdo en que hay que modificar la justicia en Argentina, que trabajen para el pueblo y por el pueblo. Basta de esta justicia corrupta”.


La convocatoria al llamado 1F frente a la Corte Suprema, y que se replicó en más de 30 ciudades de todo el país, llegaba cubierta con un aura oficialista a partir de sus principales consignas -democratización de la justicia, repudio al desempeño de los miembros de la Corte, “el fin del lawfare”- y sus convocantes -organizaciones políticas, sindicales, judiciales y sociales, en su mayoría, cercanas al Frente de Todos-, pero muchos de las familias presentes expresaban algo más complejo y amplio, con reclamos que no eran consignas, sino el urgente grito que arrastran hace años en sus cuerpos.
Allí están -por ejemplo- Marta Montero y Guillermo Pérez, mamá y papá de Lucía Pérez, que desde 2016 exigen respuestas por el femicidio de su hija de 16 años, y que sólo a base de movilización social lograron un freno a la justicia machista: los jueces que dejaron impune el femicidio, Facundo Goméz Urso y Pablo Viñas, fueron separados preventivamente de sus cargos y serán juzgados por su fallo misógino. El tercer juez, Aldo Carnevale, eludió todo cargo ya que el macrismo le concedió la jubilación anticipada. “Puede ser que el kirchnerismo haga más fuerte el reclamo, o no, pero no creo que la Justicia tenga que tener un color político”, dicen Marta y Guillermo, que llegaron desde Mar del Plata para participar. Recuerdan que el actual presidente de la Corte, Horacio Rosatti, fue denunciado por intentar frenar una causa de violencia machista contra su hijo Emilio, que a su vez es secretario de un tribunal oral y concursa a cargos para la justicia federal, por lo que aclaran: “No es ajena a la violencia machista la composición de esta Corte”. Marta y Guillermo se subieron al palco en la Plaza de Tribunales con sus características pecheras blancas con el rostro de Lucía.

Allí está -por ejemplo- Sergio Maldonado, que desde el 1 de agosto de 2017 exige una investigación imparcial e independiente sobre la desaparición forzada seguida de muerte de su hermano Santiago. La familia aún espera una resolución de la Corte Suprema que designe un nuevo juez en la causa y otra que se expida sobre el espionaje ilegal que sufrió mientras denunciaban al Estado hasta en tribunales internacionales. “Tengo dos causas paralizadas acá: una 2 años y la otra, 3”, cuenta a lavaca. “Necesitamos imperiosamente que la causa se mueva y para eso hace falta voluntad política, que no está habiendo desde este Gobierno. Por más que hagamos manifestaciones y le pidamos a la Corte Suprema, si no hay voluntad política esto no va a avanzar. Esto es algo que abarca a todas las víctimas, no sólo del lawfare, y también a muchas causas particulares que no son contra el Estado y no tienen tanta visibilidad. Me hubiera gustado que estuvieran los movimientos de izquierda, también. En esto no hay algo partidario. Cuando es el FMI, marcha un sector, y cuando es la justicia, otro.
Se tiene que cortar eso. En las marchas por Santiago no hubo ninguna diferencia partidaria, y esto tiene que ser lo mismo. Contra el FMI y la Corte tiene que abarcar a todas y todos. Sin color”.
Allí están -por ejemplo- esas otras causas que no salen en los medios de comunicación. Elsa Suárez es una mujer de Caballito que cuenta que a su hija Laura la condenaron a 8 años por la muerte de Carla Maidana, en Once. “Le hacen cargo a ella, pero no tuvo nada que ver. En abril van a ser dos años que está detenida en Ezeiza. La condena no está firme y nosotros pedimos que busquen al verdadero asesino, pero por lo menos pedimos urgente que le puedan dar arresto domiciliario, porque tiene cinco hijos de 14, 12, 9, 4 y 2 años. Queremos que los derechos humanos y los de la niñez se acerquen. Estamos con defensor público, con lo que implica, como que no te atiendan personalmente por Covid, que todo sea por teléfono, que desde el penal mi hija no se pueda comunicar con el abogado porque no entienden, y así. Todo es imposible”.



Allí están también Daniel Basaldúa y Susana Reyes, papá y mamá de Cecilia Basaldúa: encontraron el cuerpo de su hija el 25 de abril de 2020 en Capilla del Monte, Córdoba, luego de 20 dias de rastrillajes por la zona, con signos de abuso sexual y estrangulamiento. Daniel: “Teníamos el deber de estar porque estamos reclamando que haya justicia para la gente humilde y para el pueblo. Tendría que haber más gente. Es muy importante que esto prenda y sea el comienzo del fin de esta casta de jueces corruptos porque es eso lo que estoy viendo en Córdoba ahora: son una asociación ilícita que mete preso a pibes perejiles y deja a los verdaderos responsables afuera. Un ejemplo: el director de Defensa Civil de Córdoba encargado de buscar a Cecilia está preso por violento y violador mientras metieron preso a un pibe del pueblo que nada que ver. Esa es la justicia patriarcal que tenemos”. El funcionario del que habla Basaldúa es Diego Concha y la denuncia que pesa sobre él es concreta: la bombera Luana Ludueña, de 21 años, se suicidó hace poco más de una semana luego de denunciar a Concha por abuso sexual.
Daniel y Susana, junto a Marta y Guillermo, integran Familiares Sobrevivientes de Femicidios, un colectivo que se reúne cada segundo miércoles de cada mes en Plaza de Mayo para pedir una audiencia al presidente Alberto Fernández. Horas antes de la marcha, Marta recibió un llamado de Daniel Caresani, psicólogo en la Subsecretaría de Acceso a la Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos. Le preguntó qué era lo que querían.
Marta le explicó sencillamente que querían que las recibiera el presidente: no a ella sola, sino al colectivo completo. El funcionario quedó en mandarle un escrito al Presidente. Cabe recordar que las familias ya llevan 16 cartas presentadas.
La información sobre el funcionario Caresani la completa el Alfredo Soggiu, papá de Carla, asesinada el 26 de diciembre de 2018: su cuerpo apareció flotando en el Riachuelo, cuatro días después de activar dos veces el botón antipánico. Cuenta que se acercó a su casa cuando encontraron el cuerpo de Carla, como funcionario del Centro de Asistencia a la Víctimas de Delito (CENAVID, dentro del Ministerio de Justicia). Desde el centro le dijeron que estaban a su disposición, pero la directora le dejó en claro que si hacía cualquier tipo de litigio contra la Ciudad esa ayuda “podía desaparecer”. En esa conversación, tres años atrás, Alfredo cuenta que estaba Caresani.
Toda la conversación sucedió el propio 1F.

En la plaza, mientras tanto, el documento está finalizando: mencionan el cajoneno por parte de la Corte sobre la liberación de Milagros Sala, recuerdan el 2×1 a favor de los genocidas, la convalidación de políticas neoliberales, entre otros puntos.
Del escenario baja otro de los oradores y principales convocantes del acto, el juez del Tribunal Oral Criminal Nº29 Juan María Ramos Padilla, quien se dio un sentido abrazo con Nora Cortiñas, y dijo a lavaca sobre el acto: “Es empezar una nueva república con un servicio de justicia. Esto no es un cambio: es empezar con lo que nunca tuvimos”.
Eso mismo, con esos cuerpos que llevan años batallando contra jueces, fiscales y cortes supremas, es lo que expresan familias, víctimas y sobrevivientes.
No es color partidario.
Son gritos urgentes, desde abajo, contra la impunidad de arriba.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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