Nota
Gualeguaychú: cuando el río suena
Buscan frenar la construcción de las papeleras para dialogar, y se rebelaron para ser reconocidos como interlocutores en un problema que puede afectar su vida, sus derechos y su futuro. La Asamblea de Gualeguaychú logró exhibir nuevos modos de organización, debate y acción, con una potencia tal que puso en vilo al gobierno provincial, al nacional, al uruguayo, al Mercosur, y se vienen finlandeses, españoles, la OEA y La Haya. lavaca estuvo en el piquete de la ruta 136, para comprender cómo funciona esta experiencia horizontal, sus dilemas, y cómo se ven desde allí los políticos, los medios, las empresas y una idea tantas veces contaminada de amnesia: qué significa ser un ciudadano.
Pintaron también dos banderas celestes y blancas con un sol: una de Argentina, la otra de Uruguay.
En la banquina, sobre el pasto, cerca del Arroyo Verde, hay reposeras alrededor de las cuales juegan los chicos. Van llegando más y más vecinos. Cada noche, después de las 20, se congrega una gran asamblea pública. Los viernes son más de 500, o 600, y siguen llegando. ¿Ágora, polis, ecologistas impermeables al progreso? ¿Foro vecinal, piquete a la entrerriana, fundamentalistas irracionales? Ellos han decidido darse otro nombre: Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú. (Una curiosidad política o psicoanalítica: los medios los llaman “ambientalistas” y jamás “asambleístas” ni “ciudadanos”).
Anochece. La hilera de autos llega por la ruta 136 y se estaciona a un costado. Ya hay más de 200. Más reposeras, más termos, más mate. Unos metros más allá, algunos empiezan a encender fogones sobre la tierra: pronóstico de asado pos asambleario. Hay dos reflectores para que todos se vean la cara. Más allá, la oscuridad del campo, y la luz de la noche de Entre Ríos, que parece haberse quedado con todas las estrellas que ya no se ven en Buenos Aires.
Instalan un micrófono y varios parlantes. Cuando empiezan las exposiciones la asamblea sigue cada palabra con un silencio atento, cortado solo por algún bebé que llora, o por alguna acotación que le hacen al orador de turno. Muchos hablan, todos escuchan, hay un coordinador para que la secuencia no se diluya. Hay aplausos, hay desacuerdos y broncas, propuestas que se votan. La asamblea funciona con fluidez, sin monopolios del micrófono y sin jergas militantes.
Una mujer dice con naturalidad, sin arengar a nadie: “Nunca nos vamos a ir mientras se construyan las papeleras” y la noche se convierte en un estallido iluminado por reflectores, entre el asfalto pintado, los fogones y las estrellas que en Buenos Aires no se pueden ver.
Piquete con oxígeno
Pese a todos las actas de defunción extendidas a este tipo de experiencias, los vecinos de Gualeguaychú reflotaron el piquete y la asamblea como formas de buscar soluciones para problemas concretos. Alfredo Casella es uno de los que maneja el tractor-puerta del piquete. Dejan pasar a gente que va a trabajar del lado uruguayo, o a una ambulancia si fuera necesario. El último caso fue un camión con insumos hospitalarios (oxígeno, más precisamente) para Fray Bentos, Uruguay.
Esta frontera que libera el paso del oxígeno y busca impedir la instalación del veneno -por nombrar sólo uno de los límites que demarca- está inundada de mate. Casella, paisano entrador y autocrítico, dice: “Somos muy parecidos a los uruguayos. Pero la yerba de ellos es mejor, la Canarias”. Esa yerba en realidad se hace en Brasil, se toma en Uruguay y se envidia en la Argentina.
Alfredo cuenta que todo este debate empezó cuando organizaciones uruguayas como el Movitdes (Movimiento por la Vida, el Trabajo y un Desarrollo Sustentable) y Guayubira, junto a vecinos de Fray Bentos cruzaron el Río Uruguay para anunciar o denunciar ante sus vecinos argentinos la instalación de multinacionales con la intención de fabricar pasta para papel según una exitosa receta: la parte sucia del proceso en el hemisferio sur, mientras la industria, el valor agregado, la generación de riqueza y de fuentes de empleo se concentran en el norte.
“Ya en el 89 y 90 empezaron las grandes plantaciones de eucaliptos con créditos a largo plazo de los bancos uruguayos, con financiaciones del Banco Mundial. Y esto de los dos lados. Hay más hectáreas acá en Entre Ríos que en Uruguay” dice Alfredo bajo el sombrero del que no suele desprenderse.
“Después llegaron las empresas. Los españoles de ENCE hicieron el puerto para llevarse la madera. Hasta ahí no contaminan porque se la llevan y la blanquean allá, se tragan la dioxina” dice señalando el asfalto donde también han pintado un barril de dioxina “made in Europa” según reza.
“Pero después viene la finlandesa Botnia, que es más grande que todas las papeleras argentinas juntas. Es fácil saber que van a emplear millones y millones de litros diarios de agua del río para enfriar la pasta, y el agua va a salir con una cantidad de deshechos químicos que van a influir en la naturaleza, primero en los peces, después a los seres humanos. Con las dioxinas en el aire las lluvias van a ser ácidas. Todo esto va a afectar las carnes, los cereales, los arándanos, la apicultura, no nos van a querer comprar nada de lo que se produce en 100 kilómetros a la redonda”.
La prevención de Alfredo no incluye entonces lo estrictamente “ambiental” sino el perjuicio económico que amenaza el área. Pero hay algo más:
“Muchas veces nos hemos quedado callados. En la historia, digo. Me parece que tenemos que enseñarle a nuestros hijos y nietos que hay que meterse y comprometerse para tener una mejor calidad de vida”.
¿Cómo hacer para no callar? “Empezamos a reunirnos, a movilizarnos, nunca en contra del hermano uruguayo. Nos subíamos al puente. Me parece que en Uruguay mucha gente está bastante temerosa porque trabajan para el Estado, no se pueden manifestar. La vez pasada iba a haber una manifestación de unas 70 personas, de Guayubira, y mandaron 100 soldados para amedrentarlos”.
Alfredo cuenta que la asamblea nació espontáneamente, los encuentros se sucedieron en la Casa de la Cultura en Gualeguaychú. “Y mientras todos nos decían que nos bajáramos, más arriba nos quedábamos. Los políticos quieren decirnos qué hacer. Ahí está Terragno (Rodolfo) hablando pestes de nosotros. Y algunos políticos de aquí están con nosotros, pero como miembros de la asamblea”.
Más o menos cuestionados por otros vecinos, es el caso de algunos integrantes del gobierno comunal (peronistas opuestos al gobernador Busti como el secretario de Cultura Javier Villanueva o el propio intendente Daniel Irigoyen) o concejales como el radical Osvaldo Moussou.
“Lo importante acá no es que sean políticos, sino de la asamblea. La asamblea es totalmente horizontal, cualquiera puede tomar la palabra, proponer cosas. Lo digo de corazón, las mujeres nos ganan en fuerza y en voluntad. Tanto para las cosas cotidianas, como para decidir el corte y mantenerlo. La vez pasada una de ellas dijo que si no hay huevos, va a haber ovarios”.
-Hay gente que de buena que puede pensar que mantener el corte no es la mejor estrategia.
-Mire, hay algunos políticos que nos quieren bajar líneas de arriba ¿Le parece que con esta gente de las empresas se puede hablar de estrategias? Lo que hay que hacer es cortar hasta que ellos paren de hacer la planta. Cuando paren, levantamos y nos sentamos a dialogar.
-¿Y si no paran?
-Seguimos.
-Pueden estar jugando al desgaste.
-¿Le parece, che? Acá somos cada vez más.
-Pero el gobierno argentino puede apostar a que se cansen.
-Vamos a ver. Pensamos en eso. Es lo que hicieron con los piqueteros. Pero acá no hay agresión, dejamos pasar a la gente del campo. Yo mismo voy y saco el tractor. El asunto es cortar el cruce al Uruguay hasta que acepten dialogar con nosotros. El problema es que el gobierno uruguayo bajó una cortina metálica, no quiere hablar. Tabaré Vázquez hasta insinuó que habría que reprimirnos.
-¿Y qué opina de la actitud del gobierno argentino?
-(Se ríe como si uno estuviera hablando de algo pecaminoso?)
-Si ustedes están aquí, cortando la ruta, es porque demasiada confianza no le tienen.
-Ni a los de allá, ni a los de acá. Así que vamos a seguir así. No necesitamos que vengan 6.000 personas a la asamblea todos los días. Con ser los que somos está todo bien, nos vamos turnando, y que el resto quede de reserva. El día que nos movilizamos, llenamos el puente. Si ponen la piedra fundamental en Botnia, yo creo que nos van a escuchar, porque vamos a ir hasta el último metro de frontera que podamos.
Se estima que en marzo la piedra fundamental de la fábrica será colocada por la embajadora de Finlandia en el Uruguay, con la presencia de Tabaré Vázquez.
Perros, espuma, y ansiolíticos
La situación del corte de la frontera enfrentó a la gente de Gualeguaychú con situaciones inéditas. Una persona del grupo Clarín hizo lobby ante un integrante de la asamblea para conseguir que dejen regresar dos camionetas con los perros de la señora Ernestina Herrera de Noble, que pasaron sus vacaciones en Punta del Este. “Para ustedes es es-tra-té-gi-co dejarlas pasar. Un favor, ¿se entiende? Estamos hablando de Clarín, Canal 13, TN, Radio Mitre. Además los estamos tratando bien en las notas, no estamos matándolos, no les conviene ponerse en contra al Grupo”.
El caballero víctima de tal discurso, contestó con cortesía entrerriana: “Puedo ver qué hacer, pero decide la asamblea”.
Esto no conformó a la persona enviada, que volvió a enumerar las empresas del grupo. El caballero entrerriano se fue mascullando su perplejidad ante lavaca: “¿Perros? ¿Cómo le decimos a la asamblea que levanten el corte para que pasen perros? Los podrían mandar en barco”.
Quedó naufragando un dilema: ahora que supuestamente “los tratan bien”, el periódico ya ha editorializado sobre la actitud de los vecinos usando palabras como “fundamentalismo” e “irracionalidad”. No está muy claro cómo los calificarán cuando los traten mal. lavaca no pudo confirmar el actual paradero de los canes.
La recorrida por Gualeguaychú había comenzado en el bello edificio de la Casa de la Cultura, donde muchas veces se reunió la asamblea hasta que comenzaron los cortes y las reuniones pasaron a la ruta. Hay una alegre agitación en el lugar, por dos cuestiones que indican otro modo, justamente, de considerar la cultura: el piquete en la ruta, y el corso popular. El corso está potenciando viejos y nuevos esplendores. Entre otros, obligó a imprimir un cartel informativo bajo el siguiente título: “Vendedores de Espuma”.
Javier Villanueva es secretario de Cultura, representante del municipio en la asamblea, peronista del grupo Nuevo Espacio que gobierna Gualeguaychú, y sumamente descriptivo con respecto al modo en el que el sector político es visto por la asamblea: “No te puedo explicar cómo me putean, pero nos conocemos todos. El otro día me agarré una bronca y vino uno de los muchachos a darme un Alplax, un calmante (Acción terapéutica según el prospecto: Ansiolítico con acción antidepresiva. Agente antipánico, indicado para trastornos por ansiedad, y ansiedad asociada con depresión. Asimismo, está indicado para el tratamiento del pánico, con o sin agorafobia). Bueno, me hizo pensar que por lo menos no quieren que me muera”.
Tal vez la asamblea tenga acción antidepresiva y antipánico. Villanueva relata una historia de la situación. “La clase política está desprestigiada, así que recibimos palos todo el tiempo. Acá venimos del peronismo de los 70. Hicimos Nuevo Espacio, ya tenemos varios períodos intercalando intendentes. El actual es Daniel Irigoyen. Pero cobra 2.000 pesos, yo tengo un Falcon 73: acá el que está en política no lo hace por plata. Nos presentamos en la provincia, contra Busti. No nos ha ido mal, pero estamos segundos, lejos”. Villanueva pasó en el 2000 de Cultura al Programa Río Vivo, ya que consideran al río como un monumento natural que hay que defender. Se trabajó con el curso del Gualeguaychú, para evitar el trabajo de las areneras y, en general para aliviar la contaminación.
“Aparece lo de la papelera. Nos lo cuentan los grupos ambientalistas uruguayos. Hay espacios burocráticos que no sirven para nada, salvo para encontrarte. Cervezas del lado de allá, unos vinos del lado de acá, y te vas conociendo. Uno de esos espacios es la Comisión Administradora del Río Uruguay (CARU), la gran responsable de esta situación. Es una comisión binacional. El Tratado del Río Uruguay plantea cómo convivir sobre el río y uno de los puntos dice que cuando uno de los dos países va a realizar un emprendimiento potencialmente perjudicial para las aguas, debe consultar a la otra parte para después tomar la determinación en conjunto. Eso no se hizo. ¿Quién es responsable? Los representantes argentinos en la CARU”.
Cosas de la política
En el 2003 la cuestión seguía sin estar clara. Pero como en la CARU no se había hecho ningún reclamo, las papeleras avanzaban en su proyecto. Desde el punto de vista político los vecinos de Gualeguaychú interesados en el tema comenzaron un curso acelerado de realismo mágico.
“En agosto del 2003 llegamos a la Cancillería” cuenta Villanueva. “Nos atendió el embajador Raúl Estrada Oyuela, de asuntos ambientales. El discurso fue penoso. Salimos diciendo: estamos entregados de pata y manos. Nos trató medio de loquitos. Le dijimos lo que pasaba, las miles de hectáreas de eucaliptos plantados (que proveen la madera para la pasta), ya sabíamos lo que pasaba en Pontevedra, en España, donde no se puede estar de la contaminación. Estrada Oyuela dijo: es imposible parar las plantas, no podemos meternos en la vida de otro país”.
Lógica de sillón: no se puede hacer nada. El tiempo demostró que se podía. “Él no sabía del Tratado, le explicamos que había que reclamar por lo menos una buena tecnología. Volvimos, hicimos una carta explicando todo, y hubo una nueva reunión donde además de Estrada Oyuela estaba Roberto García Moritán”.
Para Villanueva, García Moritán es el gran responsable de que el conflicto esté donde está. Presidió la CARU y no hizo nada en ese rol como representante argentino. El actual gobierno ascendió a García Moritán al cargo de vicecanciller, lo que hace que Villanueva se agarre la cabeza cual necesitado de ansiolíticos antipánico.
“En esa reunión García Moritán nos agredió a todos los que fuimos de Gualeguaychú. Fue tan violento que el propio Estrada Oyuela lo echó de la sala diciéndole que en esos términos no podía participar”.
García Moritán es lo que se llama un funcionario de raza, cuya trayectoria merecería ser estudiada en los cursos de ciencias políticas: fue nombrado por el menemismo, surfeó exitosamente el delarruísmo y el duhaldismo, y el kirchnerismo lo elevó aún más en la farándula del poder. El gobierno de Menem lo había nombrado ante la Comisión Binacional para la construcción del puente Colonia Buenos Aires, con resultados que saltan a la vista. También fue presidente de la Comisión Administradora del Río de la Plata y -queda dicho- de la CARU, logrando gracias a todo lo que hizo, y principalmente a lo que no hizo -según la denuncia generalizada de la gente de Gualeguaychú- ser uno de los responsables de que el conflicto en el Uruguay llegue a su actual estadio.
Villanueva considera que el canciller Jorge Taiana no está tan mal visto: “Capaz que también es un traidor, pero da la sensación de tener otro origen, ser un tipo preparado. Pero a este Moritán le conocemos la historia y cuando lo nombraron vicecanciller nos queríamos morir. Se lo dijimos a Taiana, y lo tuvo que escuchar. En eso han estado bien en el gobierno: se comen todos los garrones”.
“Nos pasó por arriba”
Durante el 2004 siguieron las gestiones, reuniones, creciente efervescencia comunitaria y una ilusión alimentada por la propia Cancillería argentina a través del entonces ministro Rafael Bielsa: el casi seguro triunfo del Frente Amplio con Tabaré Vázquez a la cabeza solucionaría todo inmediatamente. Villanueva: “Ahí perdimos un año, porque apenas ganó Tabaré se puso a respaldar a las papeleras, contra todos sus discursos previos donde hablaba en defensa de lo ambiental. Ahí quedamos desubicados muchos de los que por ahí creemos un poco en la política, porque ahora cuando te dicen que los políticos son inútiles, corruptos y mienten todo el tiempo, ¿qué contestás?”
En octubre del 2004 hubo una marcha con autos a Fray Bentos donde se entregó un petitorio reclamando el cumplimiento del Tratado. “A alguno de los muchachos se le descompuso un poquito el auto sobre el puente y ya ese fue un primer corte que hicimos” se ríe Villanueva. “Fijate que eso lo tendría que haber hecho Cancillería, pero lo tuvimos que hacer nosotros. Y lo que pedíamos principalmente era el diálogo”.
No hubo respuesta, Tabaré Vázquez asumió en marzo, respaldó la construcción de las papeleras, el gobierno argentino mantenía su política de Estado de no hacer nada, y Gualeguaychú terminó alzándose el 30 de abril de 2005, copando el puente en una manifestación que las fuentes más pesimistas calculan en 30.000 personas y otros elevan a 40.000, en una ciudad de 70.000 habitantes. (Proporciones: es como si en la ciudad de Buenos Aires se hubieran movilizado un millón y medio de personas).
Villanueva reconoce: “Habíamos calculado que podrían ir 10.000 a lo sumo, pusimos colectivos, movimos lo nuestro, pero esto nos pasó por arriba. Mucha gente fue por convencimiento, otros porque iba el malón para ese lado, pero fue impresionante”.
El grupo que se dedicaba al tema de las pasteras era hasta ese momento relativamente reducido, pero desde la movilización se multiplicó. “Ahí nació la asamblea, había un grupo de autoconvocados que la llamó, nos tuvieron que aceptar a algunos del campo político, y nació ese nuevo espacio con horizontalidad total, sin jerarquías, sólo con un coordinador que anota quién pide la palabra. Antes éramos un puñadito pero empezó a haber reuniones de 60, 80 personas, cada vez más, 200, 300, y ahora están las asambleas en la ruta que de golpe puede haber 800 personas. El tema es, ¿cómo te organizás para que 800 se pongan de acuerdo?”
El gobierno entrerriano pareció encontrar un modo de evitarlo, nombrando a algunos ambientalistas en cargos en la CARU. “Es una estrategia para romper la asamblea, con sueldos de 4.000 dólares”. La relación del gobierno comunal con el provincial es, dirían los viejos periodistas, de tensa calma. “Nosotros les disparamos, pero en este tema se trata de trabajar juntos. Siempre pasa que si uno sale en televisión te llaman después diciendo: che, no me nombraste, te olvidás que la provincia puso plata. Pero bueno, son esas cosas de la política”.
Ya a fines de 2005 los vecinos veían crecer las papeleras ante sus narices, escuchaban a Tabaré respaldando el proyecto, percibían que el gobierno argentino hacía méritos para ser incluido entre los Vendedores de Espuma. Comenzaron los cortes de 12 horas, hubo otro de 24, el de 36.
“Y ahora se llegó a este corte donde no se abonan tantas ideas, donde hay gente que quiere el corte y nada más”. Villanueva está un poco dolido porque en las últimas votaciones en la asamblea sus propuestas perdieron. Gracias a “esas cosas de la política” logró ganarse la desconfianza de los otros asambleístas.
“Para mí hay que pensar en levantar el corte como una señal para hablar, y para demostrar que venimos y nos vamos de la ruta cuando queremos. Cuando fue la reunión con Kirchner (el 10 de febrero) vino el vicegobernador Guillermo Guastavino que es de aquí, y nos conocemos el colegio diciendo que si no levantábamos el corte, Kirchner no nos iba a recibir. Ahí lo fuimos a proponer, porque yo creo que la ruta tiene un límite. Se votó y nos mataron. A los dos días Kirchner, que no es ningún opa, llamó diciendo que fuéramos a la Casa Rosada. Yo había pedido que levantaran el corte para ir, y ahora llamaba él. Tuve que ir a la ruta y pagar ese costo. Y encima cuando nos reunimos Kirchner dijo que él no había hecho ninguna presión para levantar el corte”. Villanueva se ríe: “Ahí sí que nos mató. Y bueno, hay que seguir, porque todo esto es como un juego donde siempre va a quedar mal el que está más abajo”.
El valor de la asamblea
Villanueva logró ganarse que en la asamblea lo miren de reojo, o le den ansiolíticos en el mejor de los casos. “La realidad es que la gente no se quiere ir de la ruta. Yo no le encuentro salida a esto. Si tuviéramos la suerte de que Tabaré Vázquez mañana dice que para la construcción de las papeleras, habrá que aplaudir a todos los muchachos que quisieron seguir. Pero yo creo que esta no es la batalla final, que todavía conviene hacer corte, levantar, exigir, moverse”.
Hace pocas semanas, las cosas habían sido distintas. El gobernador Jorge Busti le pidió a los funcionarios de Gualeguaychú que trabajaran para levantar los cortes: “En ese momento yo le dije que esa propuesta no pasaba la asamblea. Y después del pedido de Busti, un lunes, el martes empezamos un corte más grande, el viernes otro, y de ahí no nos fuimos más. Todo es una muestra de que acá no se responde a la parte política. Como parte de la política municipal estamos metidos adentro, discutimos, yo puedo decir: tarado, así no vamos a ganar, pero es distinto, porque es una discusión entre nosotros. Aunque yo pierda una votación en la asamblea no digo: loco, rompo”.
Para Villanueva la asamblea tiene un valor “que sería una locura intentar desactivar. Yo hago críticas pero tampoco sé cómo salir de este problema sin desmovilizar, y conseguir resultados”.
-¿La presencia de los medios cambió a la asamblea?
-Claro, mucha gente se siente importante porque sale en la tele. Hay gente que se puede enamorar del micrófono.
-Le pasa a demasiadas personas, incluyendo a casi todos los políticos. Pero al margen, si la asamblea no hubiera hecho lo que hizo ¿qué hubiera pasado?
-Sin la presión de Gualeguaychú acá no pasaba nada. Lo reconoció el propio Rafael Bielsa a quien le rescato cierta franqueza en el discurso.
Bielsa es el ex canciller caído en desgracia en el kirchnerismo. Otros integrantes de la asamblea piensan que Bielsa fue el gran responsable de que el conflicto llegara hasta aquí, tanto si sabía lo que pasaba, como si no lo sabía por haber sido desinformado por sus funcionarios (cosa que Bielsa parece haber dado a entender cuando estuvo en Gualeguaychú). Actualmente Estrada Oyuela se ha puesto a favor del discurso de la gente de Gualeguaychú: “Primero nos echó flit (antiguo insecticida), pero ahora cambió. Me parece que quería el cargo de vicecanciller pero lo eligieron a García Moritán, así que no sé cómo seguirá ahí la cosa”.
Villanueva critica a la asamblea “porque a veces te abuchean, y aunque después se callen el abucheo ya entra a jugar. O por ejemplo, Adolfo Pérez Esquivel propuso hacer un gesto de los dos lados: el nuestro era salir de la ruta. Además de que la votación fue a favor de seguir el corte, y ganó por paliza, mucha gente decía. ¿y este quién se cree que es para pedir eso?”
Las asambleas, si gozan de buena salud, presentan esa característica: hasta los premios Nóbel pueden resultar cuestionados, no existe necesariamente la obediencia a ninguna instancia. Villanueva:
-Yo te confieso que estoy desconcertado. Creo que habría que presionar en otros ámbitos, armar por ejemplo una caravana a Buenos Aires de 2000 autos, armar un flor de bolonqui en la Panamericana y en pleno centro, y te garantizo que todos se van a enterar. Pero ni lo puedo proponer, porque nadie quiere salir de la ruta.
-¿Vino la izquierda? Una acusación que se hizo en las asambleas del 2002 en Buenos Aires es que la izquierda aparecía para dominarlas, y terminaba rompiéndolas.
-No hay lugar para eso porque todo el mundo se conoce. Vinieron unos chicos del Partido Obrero, creo, divinos, pero con una idea de la realidad medio difícil. Yo pensaba que acá en el gremio docente, por ejemplo, donde yo estoy, tenés gente de esa que está en contra de todo. Pero esos no van a la asamblea, porque ahí te exponés mucho. Si van, los vuelan enseguida.
-¿Qué clic hicieron ustedes, como políticos, para sumarse a la asamblea cuando lo habitual es que los partidos políticos quieren controlar esos espacios? ¿Es lo que ustedes buscan?
-No, nos metimos como Estado pero hay un espíritu de participación en Gualeguaychú, está lleno de agrupaciones. No digo que no haya individualismo, pero también hay muchas ganas de participar. Lo único incómodo es que cada tanto te dicen: los políticos son tal o cual. Y yo digo: pará, ¿me lo estás diciendo a mí?
-El político tiene una secuencia perpetua: campaña- elecciones- gestión. La asamblea implica lo que usted dice, que lo pongan en tela de juicio.
-Y uno se tiene que acostumbrar. Ya te digo, muchas cosas no me gustan, pero yo creo que la gente tiene que estar, y es un deber nuestro saberla convocar y saber cómo sumarnos. En la época del 2002 acá había asambleas gorilas, de ahorristas, y después vino el fenómeno Blumberg (Juan Carlos Blumberg convertido en adalid de la “mano dura” y las leyes represivas tras el secuestro y asesinato de su hijo Axel). Ahí había gente con la que no me sentaría ni a hablar. Pero esto es distinto porque hay mucha gente común, gente del pueblo, que no está manijeada. También es cierto que todo el mundo decide igual y a veces hay un tipo que estudió, que es experto, y su voto vale igual que el de uno que no sabe.
Tal vez el problema es que los expertos, como los que Javier mismo menciona de la Cancillería, han hecho tantos desaguisados que deben revalidar sus títulos ante quienes sólo conocen los efectos de sus decisiones. El tema que deja traslucir la asamblea es que sólo mostrar títulos no alcanza para generar confianza. Dice Javier:
-Te pongo un ejemplo. Bielsa propuso que alguien de la asamblea tuviera un puesto pago en la Cancillería, en las comisiones de estudio. Y la asamblea lo rechazó diciendo que quiere seguir siendo independiente para poder seguir cuestionando.
-¿Ese criterio de independencia en qué consiste?
-En que la asamblea no quiere estar atada a nada. Y yo mismo lo pregono desde mi lugar político. La asamblea es la asamblea, y hay que venir a pelarse acá adentro.
Cuando el gobernador Busti decidió armar un recital con Soledad Pastorutti, Víctor Heredia y Tarragó Ros como forma de sumar música al conflicto, la asamblea rechazó la idea de hacer el show en otro lado. “Que vengan al corte. Nos quieren desmovilizar, de acá no nos movemos”. Una nueva demostración del grado de confianza que los políticos y funcionarios han sabido ganarse entre la ciudadanía, que parece preferir que se vayan con la música a otra parte.
Gatos locos
Uno de los expertos que revalidado títulos ante la asamblea es el ingeniero Héctor Rubio, nacido en Gualeguaychú, mudado a Buenos Aires durante 30 años y ahora otra vez en su terruño.
-En el origen había un problema de contaminación grande en el propio río Gualeguaychú. Mi hijo tiene una agencia que estudia impacto ambiental y descubrimos lo siguiente: se invitaba a los turistas a bañarse en el río, pero el código de agua para recreación dice que pasando las doscientas partes por millón de materia fecal, el agua ya no es aconsejable. ¿Sabe cuánto había?
-No quiero imaginarlo.
-Dele. Diga un número.
-Quinientos.
-Siete mil. Y había tramos del río con medio metro de materia fecal estacionada. Por hacer las denuncias querían declararme persona no grata porque atentaba contra los intereses turísticos.
-¿Y lo de las papeleras?
-Empezó a través de contacto con la gente del Movitdes, que propuso crear una red ambientalista. Hicimos una ONG llamada Ñandubay, muy mal vista por todos lados. Se descubrió plomo en la desembocadura del Gualeguaychú sobre el Uruguay, pero todo se tapaba, nadie quería hablar de esas cosas. El primer grito por las papeleras fue en el 97, con una que se llamaba Transpapel que creo que era de origen canadiense. Mientras tanto el Banco Mundial ya estaba poniendo plata y créditos para impulsar la forestación con eucaliptos. Uruguay tiene unas 700.000 hectáreas ya sembradas y en Entre Ríos hay 1.200.000. No era para escarbadientes. Era para papel. Le daban gratuitamente las plantitas a cualquiera. Un paisano que tiene su chacrita en la punta del cementerio plantó eucaliptos porque ese era el negocio. ENCE, la empresa española, empezó a hacer el puerto para mandar todo a Europa.
-Cuántos eran los que trabajaban en el tema.
-Cuatro gatos locos.
Rubio logró ir a Pontevedra, España, y olfateó que algo andaba mal. “La gente que vive frente a la ría donde está la papelera, te recibe por el lado de atrás de la casa, porque el frente lo tienen totalmente sellado por el olor a huevo podrido y la contaminación. No me lo contaron, lo vi en el lugar”.
Contaminación: el hielo de Finlandia
El ingeniero no sabe qué responder con respecto a las ventajas uruguayas por instalar estas pasteras:
-No se entiende, les dio zona franca para que no paguen impuestos, firmó convenios donde si alguien perjudica la imagen de las empresas, el propio gobierno las tiene que indemnizar, modificaron leyes como la que decía que a 200 kilómetros de la cabecera del puente no podían instalarse emprendimientos industriales. Para mí lo tienen arrinconado a Tabaré entre las empresas y los partidos opositores que firmaron todo eso.
-¿Cómo ve al gobierno argentino?
-Nunca tuvo idea de lo que estaba pasando. Y los políticos de acá también jugaron a desmovilizar en un momento, por ejemplo en la reunión con Kirchner cuando decían que había que levantar el corte para poder ir a la Casa Rosada. Acá lo fundamental es entender que el gran traidor que nos hizo perder un año y pico fue Bielsa.
-Hay otros, del gobierno municipal, que lo defienden.
-Es una vergüenza que lo hagan. Dijo que iba a parar la construcción, iba a hacer de todo, le creímos, y no hizo nada de nada.
-¿Y Busti?
-Otro. Ganó las elecciones en la costa del Uruguay porque se subió a este tema. El día de las 40.000 personas estaba en Paraná. Le avisaron que la cosa era grande, lo trajeron en helicóptero. Pero como no pudo ponerse adelante en la marcha, al final se fue. Busti siempre quiso desmovilizar, pero un día nos llevó a la casa de Entre Ríos en Buenos Aires a dar una conferencia de prensa y se empezó a jactar de haber sido él el que empezó toda esta movida. Yo escucho esas cosas y me quedo sin saber cómo contestar. Y fue Busti el que empezó a decir que había que hacer un estudio de impacto ambiental, y esa es la trampa en la que caímos todos.
-¿Por qué?
-Porque me juego la cabeza de que un estudio de impacto ambiental va a decir que son contaminantes, pero se pueden controlar. Y esos controles son de tal envergadura, que en países como los nuestros son impracticables.
-¿Para usted qué sería lo ideal?
-Lo que siempre dijo la asamblea: no a las papeleras, ni siquiera con controles.
-En los diarios dicen que los finlandeses fabrican pasta en su país, y tienen un standard ambiental maravilloso.
-Lo que hace la española ENCE lo vi yo. Y los finlandeses tienen el ochenta por ciento del tiempo su territorio congelado, con lo cual los vertederos se depositan debajo del hielo de los lagos. Ricardo Carrere, el uruguayo que es una eminencia en el tema de la forestación, visitó Finlandia y no le pudieron contestar ninguna de sus dudas y planteos sobre cómo es el proceso y la contaminación. Aquí va a estar fluyendo por el río: la contaminación no la vamos a poder meter debajo de ningún hielo.
Modelo de subdesarrollo
Para Rubio hay intereses argentinos que juegan a favor de las papeleras de Fray Bentos: “Somisa les vendió la misma producción que lo que Uruguay compra en todo un año. Y los que se pusieron a plantar eucaliptos como materia prima del lado entrerriano, ahora están esperando para vendérselo a las papeleras”.
Con respecto a los eucaliptos, el ingeniero explica que se trata de un árbol “que chupa alrededor de cien litros de agua por día, no permite que crezca nada alrededor. El tema es que se hace la pasta, la parte más sucia del proceso, todo lo llevan para Europa y el papel lo van a hacer allá. El valor agregado allá”. Queda descripto un modelo de desarrollo típico, con tendencia al monocultivo y, para colmo, monocultivo depredador de otras producciones.
Rubio considera que desde varios puntos de vista, la pelea es desproporcionada: “No es un conflicto con Uruguay, sino contra un capitalismo internacional que decidió usar al Uruguay como fuente del papel que va a consumir el mundo”. Con ese criterio geográfico, el ingeniero observa otra característica: “Uruguay tenía todo tremendamente atado, y pasó lo que pasa en esta parte del mundo: uno se entera de la verdad cuando todo está hecho. Lo que pasa es que empezamos a gritar, y se encontraron con una oposición que nadie tenía en sus planes”.
La trastienda de las reuniones
Las experiencias que le ha tocado vivir en estos tiempos son una fuente de asombro para el ingeniero Rubio:
-Usted va a las reuniones en Cancillería, por ejemplo. Pero una cosa es la reunión en sí, donde se guardan los modales y se dicen unas cosas, y después termina, salís, y charlás con todos los mismos de un modo muy distinto.
-Ahí se dice la verdad.
-Exactamente. Ahí hablan en serio.
-¿Por ejemplo?
-La gente de Cancillería misma me dijo, afuera, informalmente, “a La Haya no podemos ir porque perdemos antes de empezar”. No creen en serio que eso vaya a servir para algo. O por ejemplo, Greenpeace hizo la propuesta de que se puede controlar la planta, hacer la producción limpia, un circuito cerrado de agua. Estrada Oyuela tiró la propuesta en la Comisión Binacional para ver cómo la tomaban los uruguayos. No lo dijeron abiertamente, pero les pareció bien, factible. Sin embargo, a la siguiente reunión estaban totalmente en contra.
-¿Cuál era la explicación?
-Ninguna, pero cuando salimos le pregunté a uno de los muchachos uruguayos: ¿por qué se cerraron otra vez con lo de Greenpeace si la vez pasada les pareció razonable? Me contestó: “porque en esta reunión los uruguayos ponemos la cara pero el discurso lo dictan las empresas”. Eso da la pauta de cómo se manejan las cosas en la política.
-¿Y del lado argentino?
-Lo mismo. Usted fíjese que en la Cancillería nos dijeron que teníamos que tomar conciencia de que nos vamos a convertir en los chicos malos de la película por hacer los cortes.
-Pero Taiana mismo les dijo que siguieran movilizándose.
-Claro, pensando en provocar un acuerdo en la comisión binacional. Pero cuando eso no ocurrió, nos agarran afuera de la reunión y nos dicen: ojo, que ahora los medios de difusión se les van a poner en contra, porque el gobierno maneja los medios.
-Pero parecería que el gobierno no los cuestiona tanto.
-Lo que querían era advertirnos que nuestra posición finalmente va a tener esa contra, y que el gobierno la va a manejar con los medios. Y uno lo nota, lo que nos costó salir en los medios fue tremendo. Nadie nos quería atender. Y ahora hay radios, una Radio 10 o algo así, que nos dicen cosas muy pesadas, nos atacan todo el tiempo. Se ve que el gobierno les va marcando línea y lo que tienen que decir. Es evidente. Bueno, me lo advirtieron ellos mismos en esas charlas informales.
-El gobierno argentino nunca se preocupó por lo de las papeleras, ni le parecía mal que se instalaran, hasta que estalló lo de la asamblea, a la que hasta ahora no pudo desmovilizar. ¿Puede ser que la diferencia entre Argentina y Uruguay no sea tanto lo que opinan los gobiernos, como que en un país hay una asamblea activa y en el otro no?
-Es así, totalmente. El gobierno argentino acaba de tomar noticia de todo esto. La semana pasada fuimos al Congreso y los diputados no sabían de qué les estábamos hablando. ¿Cuál es el problema, por qué nos peleamos con los uruguayos? Me pedían mi mail para hacerme consultas. No tienen ni los datos más elementales. Y que me los pidan ahora para mí es peor todavía: es para morirse. Porque el momento de hacer algo en serio era hace dos años, cuando ni nos atendían el teléfono. Mire: ya le podría plantear un caso similar. En la Patagonia se están plantando miles y miles de hectáreas de pinos de una variedad especial para hacer la pasta para papel. Como aquí antes se plantaron eucaliptos. Entonces, dentro de equis tiempo, va a aparecer por la Patagonia la empresa que diga: ustedes tienen la materia prima, nosotros hacemos la producción. ¿Usted se imagina que algún gobernante va a hacer algo al respecto?
-Si esa empresa les dice que va a haber una buena inversión, sea cierto o no, los gobernantes van a ir felices a poner la piedra fundamental.
-Y si la gente del lugar arma una asamblea, volvemos a tener lo mismo de Gualeguaychú.
-En estos casos siempre se busca al culpable. ¿De quién diría usted que es la culpa?
-De los gobiernos. El gobierno uruguayo tendría que haber cumplido el Tratado del Río Uruguay y avisar a la otra parte que estaba autorizando la construcción de plantas que pueden contaminarlo. Y el gobierno argentino tendría que haber actuado a tiempo, porque la información la tenía, haciendo cumplir el tratado. Lo podrían haber denunciado hace dos o tres años. En el 2002 o 2003 Uruguay le dio la autorización a ENCE y Argentina no hizo nada. Después aparece Botnia, le dan el permiso, y tampoco la Argentina dijo nada. El gobierno miró para otro lado, no le dio bola, y por eso Bielsa es el culpable al decir que él iba a solucionar todo con Tabaré. Mire cómo lo solucionaron.
-¿Por qué Argentina miró para otro lado? ¿Por estar de acuerdo con que las empresas se instalen y produzcan? ¿Por una mentalidad amoldada a dejar que las empresas hagan lo que quieran?
-Puede ser. Sobre el Paraná hay diez papeleras, y nueve habría que cerrarlas ya mismo si somos coherentes.
-¿Qué sería ser coherentes?
-Algo que le da temor a la Argentina, como por ejemplo reclamar un tremendo control a otro país, cuando vos para adentro sos un relajo.
-¿Cómo ve la cuestión hacia delante?
-No sé. La fuerza de la asamblea no está manejada. El gobierno tendría que manejarla. Con un buen proyecto y el apoyo consensuado de la asamblea, esto se arreglaría.
-Pero usted mismo decía que los gobiernos son los culpables de la cuestión porque nunca les interesó resolverla. Si el gobierno manejara a la asamblea ¿qué pasaría?
-Estaríamos hablando de cualquier otro tema.
-Se puede pensar que la asamblea, al decidir el corte, permitió que se vea claramente un modelo de crecimiento que queda encubierto por los discursos progresistas de estos gobiernos.
-Estuvimos más de un año pidiendo entrevistas con Kirchner. Cuando nos recibió nos palmeó mucho la espalda, pero nadie toma el problema en serio. Ese es el drama.
-¿Cuál es el horizonte de este conflicto?
-Para mí se van a terminar instalando las papeleras, nosotros mordiéndonos la cola de la bronca por no poder pararlas, y empezando a sentir el famoso olor a huevo podrido. Para mí, no tendrían que instalarse, pero yo como ingeniero sé que hay posibilidades de hacerlo más o menos bien.
-Me perdí. ¿La asamblea, quiere que las plantas se hagan bien, con lo que se llama tecnología limpia, o que no se hagan?
-Gualeguaychú no quiere papeleras acá enfrente.
-O sea, tampoco acepta la idea de una producción limpia, como la que usted mencionaba por parte de Greenpeace.
-No. Aquí no se quiere a estas industrias. Pero eso no quiere decir que no sepamos que las plantas se pueden controlar. Pero hay que hacerlo con una seriedad, una firmeza y un nivel tecnológico, que ni Argentina ni Uruguay pueden llevar a cabo. Pero la asamblea no quiere ese tipo de industria. Ni quiere ese tipo de forestación que es un desastre en campos que son muy buenos para la agricultura y la ganadería. O algo que está funcionando muy bien, la producción de miel con abejas, ya sabemos que Europa no va a comprar nada que esté en un radio de 100 o 200 kilómetros alrededor de la planta. Y la parte turística. Ningún balneario va a poder tener la aceptación que existe ahora, con semejantes vertederos delante de la nariz. Sinceramente, no sé qué actitud va a tomar la asamblea.
-Cómo va a hacer, incluso, para evitar el desgaste.
-Sí, porque ahora empiezan las clases. Mucha gente no va a poder estar en el corte todo el tiempo. Vamos a ver hasta cuándo podemos aguantar. El gobierno apuesta al desgaste para pasarnos por encima. Pero la verdad es que nada les dio resultado. Pensaban que esto se desarmaba. Ojo, nosotros también lo pensábamos, y nos sorprende lo que está pasando. Yo soy uno de los históricos, y estoy asombrado. Y muchos de los históricos ligados al gobierno provincial hicieron lo posible para desarmar la asamblea, desarmar el corte, de acuerdo a lo que les pedía Busti. Y no pudieron. Nos sobrepasó a todos. Los políticos están desconcertados y no se atreven a enfrentar a la asamblea. Ni nosotros nos imaginábamos que esto podía llegar a tener tanta fuerza.
De la peluquería al corte
Otra vez en el corte en la 136, siguen llegando autos, bajan las reposeras, los chicos salen corriendo, se movilizan los termos, se comprueba el sonido para el micrófono, la gente pasea por esa ruta que ha hecho suya.
Sira Muñoz convida facturas. En el corte no parecen hacer falta ansiolíticos antipánico, ni antidepresivos. Debe reconocerse que tampoco hay trastornos de ansiedad. Sira va con su pechera verde y su gorra (que dicen No a las papeleras) sus anteojos y su tono afable. Se ha ganado el cariño de todos en la ruta. Cuenta que desde hace más de un año se metió en las reuniones y debates en torno a este tema, ahora participa en los cortes, para lo cual abandonó su trabajo en una peluquería. Acaso por oficio, descubrió que el mejor modo de difundir el conflicto fue “de boca en boca”. Es posible que la peluquería haya sido un semillero de activismo por esta causa.
Cree, como tanta gente repite en Gualeguaychú, que los vecinos uruguayos están condicionados en sus opiniones por la gran cantidad de empleo estatal. “Allí les lavaron la cabeza” dice, argumento que difícilmente facilite ganar amigos en la otra orilla, donde más de uno acaso piense lo mismo de los argentinos.
Sira, de todos modos, es un caso testigo de una actitud de la asamblea que consiste en no dividirse con quienes hay desacuerdos (sean representantes del gobierno local o provincial): no dejar a nadie de lado. Comparte facturas, sonríe tras sus anteojos y se va a trabajar en el baño ecológico que los vecinos están construyendo pensando que el piquete puede durar mucho más tiempo que el que nadie podía imaginar hace apenas unas semanas.
La política de desechos humanos
Unos pasos más allá María Elena Marchiolli es de las que va mirándolo todo, confirmando que todos estén bien, hablando con cada uno. Anda en ojotas caminando la ruta, y alguna vez sorprendió diciéndole a la asamblea que si no hay huevos, habrá ovarios. Dice que el corte es una trinchera, pero sin embargo no habla con estilo de barricada sino con una enorme serenidad, se permite emocionarse, y decir todo lo que hay que decir sin apelar a tonos pomposos.
Tiene tres hijas: las mayores (Soledad y Fernanda, 29 y 30 años) en Buenos Aires, y la menor (Lisa, 27) en Montevideo. “Tengo que llevarle ropa y no puedo ir, porque tengo que dar el ejemplo. Si nadie cruza, yo tampoco. Yo sé que me dejarían ir en auto, pero jamás lo haría”.
María Elena trabaja del lado uruguayo de la frontera, en el peaje:
-Me vienen a buscar hasta la trinchera, yo voy, trabajo y vengo. No hay casi movimiento y todos, mis compañeros uruguayos y yo, estamos re preocupados por el tema del trabajo. Son mis compañeros y mis amigos.
-La paradoja es que usted participa en un corte que pone en riesgo su propio trabajo.
-Pero las cosas hay que hacerlas. Yo estoy segura de lo que estoy haciendo porque sé lo que va a pasar. Fray Bentos es un pueblo muy pintoresco que vive del turismo y ha venido creciendo, que ahora lo matemos con esto sería terrible, se van a convertir en pueblos fantasmas. Pueblos sombríos.
-¿Cómo empezó la asamblea?
-Muchos grupos estuvieron trabajando el tema del medio ambiente, los mismos grupo uruguayos nos avisaron de la instalación de estas pasteras y nació una asamblea ciudadana, como le pusimos. Porque somos todos ciudadanos.
-Asamblea, como las que surgieron en el 2001 y 2002.
-Tal cual. Y todo esto es horizontal, todos hablamos, opinamos, todos tenemos el derecho y se respeta la opinión de la mayoría. A mí siempre me interesó el tema del agua.
-¿Por profesión?
-No, yo siempre fui empleada, fui productora de seguros, pero me interesaba el tema porque una ve que si se contamina el agua, es algo que no se va a poder reponer. ¿Y sabe qué pasa? Como las clases sociales se van dividiendo cada vez más, la brecha entre el pobre y el rico es cada vez más grande, va a haber un momento en el cual el tema va a ser quién va a poder comprar el agua y quién no. En realidad, ya está pasando. Todos pagamos por el agua y si esto sigue así, va a empeorar.
-¿De qué modo?
-Hace muchos años que vienen con todos estos planes. Primero fue la globalización en la cual los grandes capitales se adueñaron de empresas y nos dejaron a todos estos pueblos de Sudamérica sin trabajo, como para empobrecernos y dejarnos con la materia prima y el recurso humano. Y ahora viene la otra etapa que es llevarse la materia prima, y dejar el desecho humano. Porque cuando dejan toda esta contaminación va a quedar gente enferma, y otra gente degradada.
-Desechos humanos: le parece que la cuestión llega a esos términos.
-Sí, porque te quitan todo, te enferman y te van matando. Sudamérica es riquísima, Argentina también, pero matan el valor humano. Duele mucho cuando veo que mucha gente no se da cuenta de lo que nos van a hacer, porque nuestros descendientes e van a ir degradando cada vez más. Los niños (mira a los chicos que nos van gambeteando mientras hablamos) sin la alimentación necesaria, sin los recursos necesarios, ¿qué van a ser?
-…
-Esclavos. Esclavos de estos grandes emporios que vienen a llevarse todo y a someternos a través del hambre
-¿Cómo es la relación de la asamblea con los partidos políticos?
-Nunca se ha permitido que los partidos quieran adueñarse de la asamblea. Yo no soy política y una de las cosas por las que acuso a todos los políticos que estuvieron, a los que están y seguramente a los que estarán, es que no han podido. El gobernador se ha querido hacer cabeza de la asamblea en algún momento, prometiendo cosas, y de golpe da vuelta el discurso porque lo manda el Presidente a que nos levanten de la ruta porque no saben cómo sacarnos. Vinimos a la ruta, después fuimos apoyados llámese por el gobierno, Busti, la cancillería, Kirchner a través de otros funcionarios. Pero resulta que ahora quieren que salgamos de la ruta y todavía no nos han dado soluciones. Quiero decir: si vinimos acá a matar un monstruo, yo quiero ver al monstruo muerto antes de irme. Si no al pueblo se le da un sabor de que siempre es derrotado.
-El gobierno les genera desconfianza.
-A mí sí. Eso de ir a La Haya son todos papeles, y no me da ninguna confianza lo que hagan. Si no era por la asamblea, acá no pasaba nada. Si era por ellos, que se construyan las pasteras, que sigan haciendo lo que quieran, a nadie le interesaba lo que eso iba a producir en la naturaleza y en el ser humano.
-Pero hace lo que hace la asamblea, ¿no es política?
-Si la vida pública es política, esto es política. No sé, lo que yo digo es que nuestra misión es que las papeleras no se instalen. Además creo que este es un momento importante, porque esas empresas son la apertura para que se sigan colocando muchas más en Latinoamérica. Y me parece que no es un problema de Argentina, Uruguay, Gualeguaychú o Fray Bentos. Es un tema del Mercosur. Algunos dicen que no conviene ir al Mercosur a buscar soluciones porque ahí está Lula y qué sé yo. Pero entonces yo le digo a Lula y a todos los otros: pónganse a hablar un poquito en serio, esto parece un campeonato de truco donde gana el que miente más. Aquí hay que ganar con las cartas en la mesa y mostrar a los pueblos por qué traen semejante monstruo.
-No parece que se pueda lograr semejante sinceridad. Se diría que a veces son como vendedores de espuma.
-Mire, si son tan inoperantes que no saben atraer capitales genuinos para instalar empresas genuinas, es problema de ellos. Cuando se postularon para presidentes en cada país, prometieron cosas buenas. Quiere decir que saben que hay cosas buenas en el mundo, por eso hicieron esas promesas.
-Es como un teorema: las cosas buenas existen, pero antes de las elecciones. Otra promesa es la de las papeleras: ¿qué pasaría si lograran demostrar que pueden trabajar sin contaminar, o contaminar menos?
-Sí, claro, nosotros decimos: que salga agua bendita por los vertederos. Y bueno, si realmente lograran demostrar que el agua que van a verter al río puede ser tan limpia como dicen, cosa que sabemos imposible, veremos. Pero también hablamos de evaporación de gases en el trayecto de la pasta celulósica: van limpiando ese puré y lo elevan a 180 grados para disolver productos químicos y hay evaporaciones de gas. No sé cómo se garantiza que haya poca contaminación.
-¿Cuál cree que es la estrategia del gobierno nacional frente a este problema?
-Quieren que nos desgastemos, como hicieron con los piqueteros. Y comprando cabezas. Es súper evidente cómo compran.
-¿De qué modo es evidente?
-Lo tenemos a un D’Elía (Luis D’Elía, ex piquetero y flamante funcionario del gobierno, además de declarado kirchnerista). Lo ves en la televisión. Cuando lo ves peinado de peluquería, con las uñas bien arregladitas, rostro tratado en algún spa o esas cosas, te muestra cómo es la persona. Y después se compra ropa cara, y sonaste. Empiezan con el poncho y después se ponen Armani. Ya sabemos cómo son, y esta historia la hemos vivido siempre.
-¿Existe el riesgo del desgaste de la asamblea, en la medida en que no haya respuestas? Usted dice que es a lo que apuesta el gobierno.
-Pero ellos se tienen que mirar primero en el espejo. Si no, Cristina (Fernández de Kirchner) no sería senadora después de 20 años, se habría desgastado. Y el marido salió a batallar para que su señora vuelva a ser senadora y cambie de un asiento a otro: no se ha desgastado, porque tiene otras aspiraciones. Y bueno, la aspiración nuestra es voltear todo esto, y nos llevó a estar en la ruta. Las mujeres somos constantes en esas cosas.
-Aparecería el ejemplo de las Madres de Plaza de Mayo.
(María Elena mira a la barricada, piensa, y hace una crítica que muestra un modo de interpretar lo ocurrido en los últimos años)
-Sí, pero si el doctor Kirchner les sacó el pañuelo blanco de las cabezas a las Madres, no vaya a querer tener mujeres con pañuelos verdes porque esta forma de capital nos va a matar a nuestros hijos y nuestra gente.
¿Qué es la libertad?
María Elena reconoce que la creación de la asamblea y toda la actividad que nació a partir de allí les cambió la vida a muchos de los vecinos de Gualeguaychú: “Totalmente, siempre hablamos con los que venimos a hacer el aguante. ¿Sabe qué? (Se emociona, se pone anteojos oscuros para disimular las lágrimas) No queremos estar en nuestras casas. Queremos estar acá. Yo no me puedo ir sin recorrer todo, ver que todos estén bien. A veces, cuando hay mucha gente, aprovecho y me voy a dormir, y después vengo a las cuatro de la mañana. Yo digo que es como en el velorio: a las cuatro de la mañana se fueron todos y se queda la viuda sola con el muerto”.
Nació en Basavilbaso: “Pero elegí vivir acá. Y ahora elijo quedarme. Yo podría hacer las valijas e irme, mis hijas ya se fueron. Pero tengo todo un sentimiento con este lugar”.
-¿Cómo funciona la asamblea?
-Y… hay luchas, cada uno quiere imponer su idea. Me parece que después de voltear a las pasteras, toda esta enegía tenemos que aprovecharla en seguir limpiando la casa. Por ejemplo, aquí se usan agroquímicos prohibidos en los Estados Unidos.
-La asamblea es ambiental, pero antes es ciudadana. Usted hablaba de la brecha entre ricos y pobres. ¿Una asamblea podría tomar ese tema, como toma las cuestiones ambientales?
-Seguro, e podrían generar fuentes de trabajo, buscar créditos para emprendimientos y proyectos. Hay créditos y nadie te los informa para hacértelos accesibles. Otro asunto es que llevamos mucho tiempo con gente que no ha trabajado. Gente que no sabe trabajar y no sabe crear, porque entre la desocupación y los planes sociales los levaron a ese desastre de estar esperando, y no crear nada. Una cosa pasiva. Yo digo que al pan hay que ganárselo. Cualquier ser sobre la tierra busca su alimento, un árbol, un pájaro. El ser humano tiene que aprender lo mismo. Lo contrario es degradarlo y tenerlo por inútil.
-¿Qué luchas hay en la asamblea?
-Hay gente que se quería bajar el día que el presidente Kirchner supuestamente mandó a decir que levantáramos el corte. Después lo negó… esto es encontrar quién fue el primero que mintió. Él desmintió, y quemó toda la tropa para abajo. Entonces los demás mintieron cuando dijeron que no nos recibían, o mintió él cuando dijo que no había dicho eso.
-Pero ni así lograron evitar el corte.
-Es que yo dije que conmigo no tiene que hablar, que hable con Tabaré. Y yo me quedo hasta que hablen y paren las papeleras. Esa es su misión, no hablar conmigo. Y otros decían había que hacer un gesto. ¿Y ellos? ¿Qué gesto hacen todos los demás?
-¿Qué pasa si se hace muy largo?
-Estamos viendo de qué forma hacemos turnos, hay mamás que están haciendo el aguante y tienen chicos que van a empezar a ir a la escuela, hay gente más joven que puede venir en distintos horarios, y vamos a hacer turnos. Pero yo no sé qué va a pasar, porque todo esto se ha ido haciendo, se ha ido haciendo. Eso es lo más efectivo. Lo que creo es que hasta que del otro lado no paren las papeleras, vamos a seguir acá. Lo bueno es que las voces del Uruguay ya se están levantando. Porque si algo lo va a movilizar a Tabaré es su propio pueblo.
-¿Qué voces?
-Hay gente de Fray Bentos, de Mercedes. Nadie puede decir “porque no” cuando pedimos que nos expliquen por qué no contaminan. Eso no se le puede contestar ni a un niño. Nosotros decimos que contaminan por tal y cual cosa. Botnia no da informes ciertos, no se puede hacer una evaluación de acuerdo a los informes que dan ellos, sí el sistema que van a utilizar que es el Kraft que es el más contaminante.
-¿Cuál cree que es la ventaja de organizarse como asamblea?
-En otras cosas que se arman, comisiones, partidos, o qué sé yo, siempre hay presidentes, secretarios, y de pronto esa comisión o partido resuelve algo y todos los demás socios o integrantes tienen que acatar, obedecer, y esperar a las próximas elecciones o recambio de autoridades si algo no les gustó.
-Un sistema representativo. Se delega el poder para que los otros hagan las cosas.
-Bueno, ni hablar, no queremos eso, queremos organizarnos pero no que haya uno que hagan y los otros que obedezcamos. Mire lo que pasó en la Argentina donde siguen estando todos los que queríamos que se fueran. Mis hijas fueron de las primeras que salieron con las cacerolas en Buenos Aires, pero a esta gente de la política no les entra nada, no se mueven del sillón, son terribles. Vos ves al Presidente que dice que vamos a ir a La Haya. Se cree que somos idiotas, ¿qué es eso? Van a estar años hasta decidir algo, y acá con las plantas instaladas ya va a estar todo contaminado. La gente enfermándose, los animales envenenados, las plantas muriéndose, todo con un olor insoportable, mientras esperamos lo que digan en La Haya.
-Parece haber una diferencia entre los vecinos que se sumaron en los últimos tiempos, que son más radicales con respecto al corte, y los “históricos” que empezaron toda esta movida y quieren más flexibilidad en la medida.
-Puede ser que algunos que están desde un principio tengan un poco de miedo. Yo no, ¿qué me puede pasar? Pero a alguna gente de la asamblea medio que los asustó la concientización que ellos mismos transmitieron a la gente. Se habló del tema, se explicó, se difundió, y al final la gente se sumó y ahora quiere que la cuestión se solucione en serio.
-Y los históricos sienten que ya esto no lo pueden manejar. ¿Será que ayudaron a generar conciencia, y tal vez por eso mismo la gente de la asamblea ahora se permite no hacerles caso?
-Sí, eso es lo que está pasando. Pero se puede manejar la cosa en este sentido: la gente escucha, razona, piensa bien, y elige lo que quiere. Eso es conciencia. Por ahí puede no estar de acuerdo con alguno de la asamblea que quiere ser un poquito más blando, compaginar, pensar que si aflojamos nosotros capaz que aflojan ellos. Algunos piensan así, pero la gente de la asamblea no.
-Ahí el cuestionamiento es que se han obsesionado con el corte en sí mismo. Que hay una actitud cerrada en la asamblea.
-(Mira sorprendida) No, para nada. Acá no hay nadie emperrado en nada. Y lo que se busca es generar diálogo. Algún dirigente de los que tienen miedo puede pensar esas cosas porque no lo obedecen, porque la gente viene a la asamblea y decide por sí misma. Ahora, si yo no estoy de acuerdo con alguien, tampoco me pueden contestar que estoy cerrada. Simplemente, no estoy de acuerdo. Mire, le voy a contar: muchos vienen a hacer lobby, a tratar de convencer a cada uno de hacer esto o de hacer lo otro. Y la gente después te dice: “Yo escucho, pero a la hora de levantar la mano nosotros sabemos qué es lo que queremos”. Eso me da mucha paz. Lo más hermoso que hay es la libertad de elegir. Los pueblos tenemos que elegir.
“No somos como nos muestran los medios”
María Elena está un poco enojada, aunque hay que reiterar que su tono y sus modos son totalmente opuestos a cualquier idea urbana de persona crispada. El enojo a la entrerriana es con el modo en el que se trata a veces a la asamblea.
-Nos dicen talibanes, fundamentalistas, ¿a usted le parece que estos vecinos con sus hijos aquí son eso?
-No, no me parece.
-En lo diarios y en las radios nos dicen esas cosas, y te quieren hacer olvidar que lo que hay que pensar es en lo de allá (señala hacia la frontera) en hablar con los hermanos uruguayos, dialogar allá, armar juntos equipos de trabajo y de conversaciones.
-Los ataques tal vez den la medida de la fuerza del corte.
-Pero te ponés mal porque esos periodistas o dueños de medios, ¿quiénes son? ¿Qué se creen? ¿Nos quieren matar? Es feo. Si un uruguayo se enoja con nosotros, yo lo entiendo, tiene lógica y yo por eso quiero que hablemos y dialoguemos. Pero no estos que tratan de formar ideas y opiniones. No somos como nos muestran los medios. Yo no soy así como ellos dicen. Nadie aquí es así.
-Cualquiera que se ponga firme en la defensa de sus derechos corre el riesgo e ser reflejado por los medios como un violento, irracional, sordo y agresivo.
-Pero justamente estamos luchando por el diálogo, que Tabaré no nos quiere dar. Él dice, levanten lo cortes y las papeleras no se paran. Ese es su tema. Nosotros entonces decimos: nunca vamos a levantar los cortes hasta que no paren las papeleras y nos sentemos a dialogar y a que nos expliquen por qué no van a contaminar. Tabaré lo sabe, pero no sé qué es lo que lo ata. Él tuvo la oportunidad de terminar con esto sin un costo.
-¿Por qué cree usted que no lo hizo?
-No sé qué pensar. Quiere que otras empresas vengan a instalarse. Los del grupo Guayubira decían: “queremos pensar que él quiere demostrarle al mundo que se respeta a las empresas”. Pero yo digo así no es el caso: podemos respetar respetando la vida, porque si no otra vez venimos con todos esos capitales que son garrapiñeros… Se supone que Tabaré siempre estuvo contra esos que vienen a sacarnos todo, que vienen a instalarse acá en Sudamérica como hicieron hasta ahora, roban y se van, nunca pagan nada.
-Se pasó de la economía de especulación a la de extracción. Y los gobiernos acompañan.
-Es lo que te decía: de la globalización se pasó a extraerte la materia prima, y el ser humano queda totalmente depreciado. Esto es como Cromañón: nos encierran en una situación donde nos van a matar, pero nadie es responsable de nada. Yo no sé si los que piensan así son los únicos que se presentan para políticos. Yo a veces pienso, ¿por qué una persona que sube, al día siguiente se da vuelta?
-Seguimos con los teoremas, María Elena: el sillón, como usted decía, tiene un efecto contaminante sobre las convicciones.
-Busti sigue estando, dice que se pone al frente de esto, va a escucharlo a Kirchner y vuelve diciendo que hay que levantar el corte. Y Kirchner dice que no hay que levantar nada. ¿Sabe qué son? El camaleón. Yo estoy contenta porque se logró meter el debate, que se vea el problema, que todos puedan hablar de esto. Ojalá haya un final feliz, y no algo doloroso en el medio. Una mamá decía: “Si esto sale mal, si ponen las plantas y la gente se va, yo no me voy a poder ir”. Es una mujer muy pobre. Yo le dije: vamos a ser dos, porque yo tampoco me voy a ir. Que nos aplasten los camiones.
Unos metros más allá hay música de chamamé, y llaman a la asamblea. Junto a la ruta se arma una especie de enorme anfiteatro de asambleístas sentados en reposeras o en el pasto. Mucho mate, ningún antidepresivo. Y ahora silencio: empieza el debate y van votar si se sigue o no con el corte.
Nota
Tres audiencias ante la CIDH que cuestionaron las políticas de Milei sobre mujeres, derechos humanos y economía popular
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) concedió tres audiencias temáticas a las organizaciones de la sociedad civil de Argentina para escuchar el impacto de las medidas regresivas que adoptó el Estado en políticas sociales, económicas y culturales. El gobierno de Javier Milei debió responder en Washington, sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), ante las autoridades internacionales respecto a la vigencia de los derechos humanos en nuestro país. Hubo en total tres audiencias:
- Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular;
- Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género;
- Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos.
En el caso de violencia contra las mujeres y niñas, la presidenta de la CIDH Roberta Clarke planteó que se trata de “delitos de lesa humanidad”. La actitud del gobierno argentino, y los detalles de cada una de las audiencias.
Por Lucrecia Raimondi
Las audiencias ante la CIDH que se llevaron a cabo el jueves 14 noviembre reunieron a organizaciones sociales y de derechos humanos en la sede de la Ex Esma, desde donde se realizó la conexión. Fueron solicitadas por entidades de derechos humanos, políticas, sindicales, feministas, sociales, académicas y religiosas.
Durante el 191º Período de Sesiones, en un hecho inédito, la CIDH otorgó a la Argentina el tratamiento de tres temas:
- El “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular”;
- la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género”;
- el “Impacto de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia en los derechos humanos”.
En 10 meses de gestión, el gobierno de Milei debió presentarse cuatro veces a la CIDH para dar respuesta ante los reclamos de la sociedad civil por la violación a los derechos humanos. La primera fue en julio de este año sobre la “Situación de la protesta social y el derecho a la libertad de expresión” a partir de la represión durante el tratamiento de la Ley Bases en el Congreso Nacional.
Los representantes del Estado argentino sostuvieron la postura ultraliberal del presidente Javier Milei en todos los ámbitos internacionales de derechos humanos. Ante la CIDH, las intervenciones del gobierno y de la sociedad civil mostraron un país con una profunda división. En la exposición de los funcionarios oficiales quedó explícita su postura en “concordancia con los principales lineamientos del gobierno” en relación a la “racionalización de la gestión de los recursos disponibles”, según ellos como consecuencia de “la herencia institucional, económica y social recibida por la actual administración”.
En las tres audiencias el ex juez Alberto Baños, a cargo de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, argumentó que “los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes y la reducción de personal ineficiente, tienen que ver con la búsqueda de saneamiento que permita un renacimiento de la economía”. Las intervenciones de Baños se vieron plagados de un tono entre irónico y agresivo hacia las políticas de derechos humanos, con la habitual retórica oficialista que justifica la regresión en materia social amparándose en la crisis económica.
Por su parte, las organizaciones de la sociedad civil presentaron informes detallados del impacto negativo de las políticas de ajuste y desregulación del Estado en tres áreas donde Argentina es un ejemplo para el mundo:
- la colaboración comunitaria contra la pobreza en los barrios vulnerables,
- la lucha social por la erradicación de la violencia de género,
- las políticas de memoria, verdad y justicia por la no repetición del terrorismo de Estado.
La sociedad civil peticionó a la CIDH una visita a la Argentina para monitorear la situación con el fin de impulsar al Estado a cumplir con sus obligaciones y respetar los estándares internacionales de derechos humanos.
Milei pretende diferenciarse de la Agenda 2030, consensuada en la ONU como el “Pacto del Futuro”, que reúne esfuerzos para garantizar derechos de tercera generación y de incidencia colectiva. “Aunque bienintencionado en sus metas, es un programa de gobierno supranacional de corte socialista, que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación y violentan el derecho a la vida, a la libertad y a la propiedad de las personas”, disertó el presidente de Argentina en septiembre ante la 79º Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York. Al cierre de su discurso advirtió que “la Argentina no acompañará ninguna política que implique la restricción de las libertades individuales, del comercio, ni la violación de los derechos naturales de los individuos, no importa quién la promueva ni cuánto consenso tenga esa institución”. En esa línea fue la intervención de Baños, ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
La economía popular y el avance narco
La primera audiencia sobre el “Impacto de las políticas sociales en personas trabajadoras de la economía popular” fue solicitada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) y Mujeres en Empleo Informal Globalizando y Organizando (WIEGO).
La principal denuncia de este sector fue la falta de entrega de alimentos a los comedores comunitarios, el desmantelamiento de los programas de empleo social, la persecución y la estigmatización de las organizaciones sociales. Natalia Zarza, referente del Movimiento de Trabajadores Excluidos e integrante de la UTEP describió la dramática situación de los barrios populares ante la falta de alimentos: “No llegamos a fin de mes, no tenemos a la noche un plato de comida todos los días. Los espacios que brindan los alimentos a los pibes se hacen de manera amorosa y con compromiso, son una herramienta fundamental de contención. Pero cuando el Estado se retira avanza el narcotráfico que le destruye el proyecto de vida a nuestros pibes. Estoy acá con mucha bronca, vengo para que me escuchen. No somos fantasmas, somos los que sostenemos los comedores comunitarios dándole de comer a los chicos y los ancianos de todos los barrios de la Argentina”.
Alejandro Gramajo, secretario general de la UTEP, explicó las consecuencias de la política de ajuste: “En nuestro país hay 10 millones de indigentes, hay más de 20 millones de compatriotas que están en la pobreza que no pueden comer todos los días, que saltean comida. El gobierno congeló el salario social complementario, implica que el Potenciar Trabajo, que percibían trabajadores y las trabajadoras de la economía popular producto de una tarea socio productiva, cayera en peores condiciones sociales de las que estaban en términos de pobreza. El gobierno tomó una decisión de avanzar en un proceso de ajuste, no solo en la política de economía popular, sino en muchas políticas. Nosotros hacemos mucho hincapié en que cuando se destruye la comunidad avanza el narcotráfico, se rompen las redes de contención social y de contención comunitaria”.
Además Gramajo detalló: “Lo que hemos planteado hasta acá es producto de las decisiones que ha tomado el gobierno. Los trabajadores de la economía popular y trabajadores formales van perdiendo su trabajo y su poder adquisitivo, los jubilados y jubiladas caen en la pobreza, millones de niños y niñas van todos los días a dormirse sin comer, más de 10.000 empresas han cerrado, privatizó las empresas del Estado. El gobierno decidió desfinanciar la educación y la salud pública” y concluyó que para la sociedad civil peticionante “esto representa un plan de miseria planificado, un plan de exterminio social y una gran crisis humanitaria que necesita el acompañamiento de los diferentes organismos internacionales. Porque el avance en el narcotráfico que se ve en el territorio argentino y también la gran tasa de suicidios que ha aumentado violentamente, son producto del deterioro económico y social que está viviendo nuestro pueblo”.
En respuesta a los planteos de las organizaciones, Baños acusó a Gramajo de tener un “discurso político”, habló de infiltrados en las manifestaciones, de comedores fantasmas y tildó a la militancia social de coercitiva. Además sostuvo que “las políticas de intermediación y asistencialismo clientelar llevaron al país años de pobreza estructural” y agregó que “durante épocas de pobreza estructural y asistencialismo clientelar, tampoco se presentó ningún pedido de audiencia pública”, cosa que en la Ex Esma fue interpretada como una chicana.
Ante la pregunta del comisionado Caballero sobre si era una proyección o un dato concreto que la pobreza disminuyera a la par de la baja de la inflación, Baños agitó el discurso libertario: “No es que en el segundo semestre del 2024 la pobreza bajó sino que en este segundo semestre estamos viendo que la pobreza empieza a bajar a partir de una sostenida baja en los índices de inflación”.
Al cierre de su intervención sobre este tema, Baños describió para quién gobierna el presidente: “La gestión encabezada por el presidente Milei es para mejorar la calidad de vida de los argentinos de todas las clases socioeconómicas, apuntar a lograr una vida en libertad y hacer de la propiedad de cada uno un fin en sí mismo”.
La voz de los marginados
Roberta Clarke, presidenta de la CIDH, se dirigió a los funcionarios en relación a las respuestas insuficientes del Estado y la evidente falta de diálogo ante los reclamos de los trabajadores de la economía popular: “Quiero invitarles a las dependencias del Estado a que básicamente reconozcan los derechos humanos y políticos en el marco de los derechos humanos. ¿Entienden esta lucha de poder que existe entre las instituciones y las personas? Por ejemplo, eso tiene que ver con la distribución de recursos. Cuando hay desigualdades muchos quedan afuera en sus necesidades, no son cumplidas. Esta es la historia que vive nuestra región, de arriba hacia abajo. Entonces, el marco de los derechos humanos dicta que los Estados tienen que proteger los derechos y los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil tienen el papel de monitorear lo que están haciendo los Estados para cumplir con los derechos humanos. La Comisión también tiene que ser la voz de los marginalizados”.
Además, se refirió a la denuncia por la estigmatización y las campañas de desprestigio al sector de la economía popular que sostiene los comedores en los barrios: “La sociedad civil y los defensores de derechos humanos no deben recibir ningún tipo de represalia. Deben en forma sustantiva ser esa voz, no solamente una voz desde afuera, sino una voz que puede sentarse a la mesa de negociaciones para que se vean sus perspectivas, para que se vea el monitoreo que han realizado en cuanto a las políticas. Los defensores de derechos humanos están trabajando con mucho valor en contra de los poderes que tiene el Estado y por supuesto esto lo vemos en toda nuestra región. Así que quiero honrar la integridad del trabajo que están haciendo ustedes y sus intenciones”.
“La violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”
En la segunda audiencia sobre la “Situación de las políticas de prevención, sanción y erradicación de las violencias de género” participaron como peticionantes Amnistía Internacional, el CELS, el Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), la Fundación Mujeres x Mujeres y la Fundación para el Desarrollo de Políticas Sustentables. Los principales ejes de denuncia fueron el cierre del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y su posterior cartera disminuida en Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, la reducción drástica de los Centros de Acceso a la Justicia, el desfinanciamiento de la línea telefónica 144, del Programa Acompañar y el Programa Acercar que brindaba asistencia integral a las víctimas de violencia de género.
Destacaron la falta de políticas de prevención del abuso sexual en la infancia, las barreras para el acceso al aborto legal, el cierre del Plan ENIA de prevención de embarazos no deseados en la adolescencia, más el desmantelamiento de programas que promovían la equidad de género en empresas y de ayuda económica para personas trans. La audiencia comenzó con un claro mensaje de Clarke: “Dediqué casi toda mi vida profesional a este tema y no se ha visto una disminución en las estadísticas. Tal vez no contemos con cifras exactas por subregistro, pero la violencia contra mujeres y niñas es un crimen de lesa humanidad”.
Natalia Gerardi, directora ejecutiva de ELA, puso en contexto a la CIDH: “Desde que asumió el 10 de diciembre de 2023, el actual gobierno ha atacado sistemáticamente los derechos de las mujeres, niñas, adolescentes y personas LGBT. Desmanteló políticas públicas exitosas, desprestigió sin evidencias las instituciones encargadas de garantizarlas, recortó de manera arbitraria las partidas presupuestarias y redujo el personal que sostenía la implementación de las políticas públicas mediante despidos masivos. Con estas acciones el Estado incumple pactos y tratados internacionales vigentes como la Convención de Belém do Pará y la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW)”. Gerardi explicó que el desmantelamiento sistemático de estas políticas “se enmarca en un acelerado proceso de des responsabilización, el Estado Nacional abandona a las mujeres renunciando a su rol de rectoría en materia de política pública y garante de un piso mínimo de derechos en todo el país” y enfatizó en que “son medidas regresivas tomadas en manifiesto incumplimiento de los principios de progresividad y no regresividad en derechos humanos”.
Juliana Miranda, del Centro de Estudios Legales y Sociales, cuestionó ante la CIDH la actitud internacional del Estado argentino: “Nuestro país fue el único que se negó a firmar la Declaración sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de las Mujeres del G20. Hoy mismo, hace unas horas, en la Asamblea General de Naciones Unidas, Argentina fue el único estado de 184 países que votó en contra de una resolución que llama a intensificar esfuerzos contra la violencia contra mujeres y niñas en el entorno digital. Estas acciones regresivas del Estado, en términos de protección del colectivo de mujeres y personas LGBT, es contraria a los estándares fijados por la normativa internacional y los antecedentes del sistema interamericano e incluso los compromisos que asumió en la emblemática solución amistosa por el intento de feminicidio y actuación estereotipada y discriminatoria en perjuicio de Ivana Rosales”.
En ese sentido, Miranda analizó lo discordante de esta posición en relación a los derechos adquiridos con que cuentan las niñas, mujeres y disidencias en Argentina: “Este giro en la política exterior alejó al país de sus alianzas en América Latina y de los foros multilaterales regionalistas en los que promovió el avance de la protección de este colectivo, con la excusa de considerar los derechos humanos como ineficaces e ideológicamente dirigidos. Argentina se está alejando de su rol de liderazgo histórico en la promoción de derechos de las mujeres, iniciativas contra la violencia de género y la promoción y protección de derechos sexuales y reproductivos”.
La respuesta de Baños fue la misma: la crisis económica y la ineficacia del Estado. “Los recortes de las partidas presupuestarias y el cierre de organismos ineficientes. La reducción de personal ineficiente tiene que ver con la búsqueda de saneamiento que permitan un renacimiento de la economía. Por la reestructuración total, los programas del ministerio fueron asumidos por la entonces Subsecretaría de Protección contra la Violencia de Género, donde se evaluaron oportunamente las estructuras organizativas. El análisis realizado puso en evidencia la superposición de tareas y duplicación de funciones con el consecuente exceso de personal, incluyendo coordinaciones y programas con objetivos similares. Se detectaron inconsistencias en materia patrimonial, incluyendo el incumplimiento de la aplicación de la normativa vigente en relación al seguimiento, supervisión y rendición de cuentas. Atento a eso, fue necesario llevar adelante un realineamiento de las acciones y programas provenientes de la ex subsecretaria”, justificó Baños.
Además, el Secretario de Derechos Humanos desacreditó y desconoció la especificidad de las políticas llevadas adelante hasta el momento, diseñadas y articuladas con actores sociales especializados en materia de género: “No existe, como pretenden las organizaciones peticionantes, un retroceso o proceso de desarme, desmantelamiento y el remanido y machacante uso de la violación al principio de progresividad y no regresividad porque son inexistentes las políticas orientadas a proteger, acompañar y asistir a la persona que se encuentra en situación de vulnerabilidad”.
Proyectos de vida y niñas violadas
Ante la falta de reconocimiento del Estado de Argentina a las políticas iniciadas contra la violencia de género y por la igualdad de las mujeres, el comisionado José Luis Caballero Ochoa apuntó: “Lo que no se nombra no existe. Esta es una convicción que me parece muy importante en el terreno del derecho de los derechos humanos. Si decían ustedes que la violencia no tiene género, si decimos que la violencia no tiene género, la protección del género no existe cuando hay discriminación estructural de años sobre grupos o colectivos tradicionalmente invisibilizados como las mujeres y el colectivo LGBTI, en violencia de género o en políticas de cuidado. Si no se protege, no existe. Este es un principio básico del derecho internacional de los derechos humanos, del derecho discriminatorio, de la igualdad. En ese sentido, debemos tener visiones muy claras desde la Comisión Interamericana”.
Amplió su llamado de atención dirigiéndose al Estado argentino luego de escuchar su postura: “El principio de progresividad es un principio que forma los derechos humanos. Los derechos humanos son universales, progresivos, interdependientes, indivisibles, inalienables. La prohibición de regresividad es un piso mínimo que tenemos en el patrimonio de la evolución del derecho internacional de los derechos humanos”.
En línea con su colega, la presidenta de la CIDH reforzó: “Me siento dando un sermón. A pesar de la ideología de igualdad de género, los actores estatales tienen que responder. Gran parte de la arquitectura del Estado comparte la cultura prevaleciente en donde se normaliza e invisibiliza esa violencia específica contra las mujeres. Entonces les pido como funcionarios del gobierno tener la conversación sobre por qué se tiene que nombrar, nombrar específicamente es importante porque tiene importancia simbólica”.
El secretario de Derechos Humanos cuestionó a las peticionantes respecto al acceso al aborto legal con una postura antiderechos: “La Convención Americana de Derechos Humanos protege la vida en general desde la concepción. La República Argentina es parte de la Convención sobre los Derechos del Niño que su preámbulo establece que la vida se debe proteger tanto antes como después del nacimiento. Seguramente los solicitantes están al tanto de que la Plataforma de Beijing y la del Cairo, no incluyen el aborto entre los derechos sexuales y reproductivos”.
Sobre el desmantelamiento del Plan ENIA, Baños sostuvo: “No es razonable exigir que se lleve adelante una política pública en donde les fallamos a las niñas y adolescentes”.
En respuesta, Clarke interpeló al Estado en relación a la violencia contra niñas, niños y adolescentes: “¿Dónde está la voluntad de proteger a los niños? ¿Cuál es el enfoque del Estado para darles a los niños y adolescentes lo necesario para protegerse? Los adultos tienen la responsabilidad de protegerse, pero se les pueden dar herramientas a los niños a través de la escuela, la educación sexual tiene relación. Doctor Baños, usted en la sesión anterior habló de darles autonomía a los niños para el proyecto de vida. Una niña de diez años que ha sido violada y quedó embarazada, ¿Cómo es su proyecto de vida en realidad? Pregunto para hacerme una idea de cuál es el enfoque de protección de los niños en tales situaciones”.
En su momento de réplica, Gerardi aseveró que “no hay una sola manera de garantizar la implementación de políticas públicas, pero sí hay una sola manera de garantizar su existencia y es con financiamiento en el presupuesto nacional. ¿De qué manera piensan que pueden implementar una política pública de atención y de distribución de recursos económicos para atención de violencia doméstica con cero presupuesto para el 2025? Al mismo tiempo, este presupuesto contiene una enorme cantidad de partidas dedicadas a exenciones tributarias y regímenes especiales como el régimen de minería”. También, contrapuso el cuestionamiento de Baños respecto al aumento de las denuncias a la Oficina de Violencia Doméstica: “Claro que aumentó a lo largo de los años la cantidad de consultas recibidas, porque aumentó el conocimiento y la percepción social de las mujeres, en particular de que hay algo que está mal en las formas de violencia que vivimos y que hay lugares donde podemos recurrir. Eso habla bien de la existencia de una política de conocimiento y difusión de derechos y de conocimiento y existencia de los lugares a los que se puede recurrir para conocer si aumenta o disminuye la incidencia de la violencia en el país”.
Estela de Carlotto: “Vengo a pedir su ayuda”
Estela Carlotto (Abuelas) junto a Taty Almeida (Madres Línea Fundadora) y, a su derecha, Carlos Pisoni, de H.I.J.O.S.
El auditorio de la Casa por la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo, en el Espacio por la Memoria Ex ESMA, estuvo repleto de movimientos sociales, organizaciones religiosas, sindicatos, universidades, equipos de investigación, organizaciones feministas, clubes y redes de comunicación comunitaria que acompañaron a los organismos de derechos humanos.
En conexión por videoconferencia expusieron sus opiniones Estela de Carlotto por Abuelas, Taty Almeida por Madres y Carlos Pisoni por H.I.J.O.S. De forma presencial en Washington, participó una comitiva de los organismos integrada por Paula Litvachky, directora ejecutiva del CELS; la nieta restituida Claudia Poblete, Carolina Vilella, integrante del equipo jurídico Abuelas de Plaza de Mayo; Verónica Torras, directora de Memoria Abierta, y el escritor Martín Kohan.
“Vinimos por primera vez a pedir su ayuda cuando en nuestro país nos cerraban todas las puertas y negaban las graves violaciones a los derechos humanos que estaban cometiendo. Desde ese entonces para nosotras y todos los organismos fue siempre fundamental y de gran importancia su acompañamiento. Ya con 94 años, vengo a pedir una vez más su ayuda ante todos los retrocesos que se viven en la Argentina en materia de derechos humanos y el Proceso histórico de Memoria, Verdad y Justicia. Todavía buscamos a 300 hombres y mujeres que hoy son padres y madres, por lo que también nos encontramos buscando a nuestros bisnietos”, expresó Estela de Carlotto como peticionante.
Durante la audiencia los organismos de derechos humanos expusieron el retroceso en las políticas públicas de memoria restaurativa. Explicaron cómo desde diciembre de 2023 el Poder Ejecutivo concretó sus promesas de campaña en la destrucción simbólica y material de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia, de Reparación y No Repetición. A través del desfinanciamiento del Banco Nacional de Datos Genéticos y de las recompensas para la búsqueda de prófugos de delitos de lesa humanidad, el cierre de líneas de trabajo en la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CoNaDI) para la búsqueda de los nietos apropiados y del Equipo de Relevamiento y Análisis documental del Ministerio de Defensa orientado a la apertura de los archivos. En paralelo avanzó con despidos masivos de trabajadores, vaciamiento de instituciones y la puesta en venta de sitios de memoria.
El secretario de Asuntos Internacionales de la Defensa del Ministerio de Defensa, Juan Battaleme, volvió a justificar el ajuste por “la necesidad de optimizar recursos” frente a la crisis económica. A los trabajadores de los organismos de derechos humanos los acusó de que “actuaban como vengadores”, al Ente Público Espacio para la Memoria y para la Promoción y Defensa de los Derechos Humanos (ex ESMA) y sus representantes los definió como un “ente opaco e inorgánico que funcionaban sin un superior jerárquico que imponga los criterios de actuación” y que “la arbitrariedad en esta dependencia era moneda corriente”. Battaleme expresó la posición del Gobierno en relación a la apertura de los archivos de integrantes de las fuerzas armadas para identificar su participación en el terrorismo de Estado: “No podemos permitir bajo ninguna circunstancia indagaciones generales o excursiones de pesca. Quiero recordar que toda la información de los legajos personales de militares se encuentran clasificados como secreto militar”.
En el cierre de su exposición, Battaleme quiso dejar un mensaje: “La lucha por la justicia es para nosotros un compromiso con todos los argentinos, no debe ni puede transformarse en un terreno de venganza o abuso de poder. Avancemos juntos en la búsqueda de un futuro donde la justicia sea para todos y la memoria completa una base sólida de libertad”, aclaró el funcionario con sentimientos de “profundo deber y convicción”. Por su parte, Alberto Baños, reafirmó esta posición del gobierno de Milei: “El problema aquí es que se consideran dueños del relato. Hablan de negacionismo y que se abandona la política de memoria. Pero la memoria es para todas las víctimas. Sin excusas ni banderas. Por las señoras que hoy participaron en el video uno no puede tener sino empatía por la situación que han vivido y siguen viviendo. Pero eso no las puede convertir en directoras de las políticas públicas a más de 40 años de perpetrados los hechos. Nosotros seguimos respetando la memoria de quienes hayan perdido sus vidas y hayan sido víctimas. Pero también el Gobierno está respetando la memoria de aquellos que hayan sido víctimas del accionar terrorista. Hablan de negacionismo pero en realidad pretenden dirigir las políticas públicas en materia de derechos humanos de las que el Estado hace honra y no cede ante las presiones ideológicas”.
La indignación en el auditorio de Abuelas pesaba en el aire. Estela y Taty negaban con la cabeza, se agarraban la mano, resoplaban por el desagrado de escuchar a los funcionarios argentinos hablar de esa manera ante un organismo internacional de derechos humanos. Los participantes aguantaron las ganas de chiflar y putear. Cuando terminó la audiencia, pudieron descargar: “¡30 mil detenidos desaparecidos presentes, ahora y siempre!”, gritaron entre abrazos y dedos en V en alto, con la convicción de no bajar jamás los brazos.
El representante de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Arif Bulkan, transmitió por videollamada la opinión de la ONU respecto a la Argentina: “La Oficina que represento comparte las preocupaciones de diversos actores sobre el cambio de narrativa de políticas y de institucionalidad en torno al proceso de memoria, verdad y justicia desde la recuperación de la democracia argentina”. Bulkan reconoció el esfuerzo del Estado y de la sociedad “por enfrentarse al legado de las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura cívico militar”. Destacó el trabajo de las Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, puso en valor los museos y sitios de memoria, en particular la Ex ESMA como Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Arif Bulkan fue categórico en remarcar que la situación económica no puede ser motivo de regresiones en materia de derechos humanos: “La existencia de una crisis económica no debería significar la limitación de recursos humanos y financieros para ciertas áreas de crucial importancia para los procesos de justicia transicional y reconciliación, como lo son las entidades dedicadas al esclarecimiento de crímenes de lesa humanidad durante la dictadura. La oficina expresa su preocupación por los riesgos que esto podría implicar para la garantía de los derechos a la verdad, justicia y reparación y garantías de no repetición”.
Además, expresó que en el Alto Comisionado de la ONU “preocupa la retórica de algunas autoridades que parecerían banalizar o relativizar los crímenes de la dictadura y cuestionar el proceso de juzgamiento de los responsables, lo que tiene un impacto real victimizante en las víctimas de la dictadura y además afecta al derecho a la memoria ante la sociedad en su conjunto. La Oficina quisiera alertar a la Comisión que todos estos cambios podrían contribuir a debilitar el proceso de justicia transicional que fue y es tan importante para nuestra región y al mundo”.
Taty Almeida valoró la postura de los organismos internacionales: “Las mentiras que hemos escuchado por parte del Gobierno es lamentable, pero fue muy buena la postura de la ONU y de la CIDH. Los invitamos a que nuevamente vengan para que comprueben personalmente que todo lo que se ha denunciado es la verdad”. Por su parte, Miguel “Tano” Santucho, hijo de desaparecidos y parte del directorio de Abuelas, también expresó a lavaca sentir vergüenza de los funcionarios argentinos: “Una vez más hablaron de revanchismo y de organismos militantes, que lo somos, de una justicia y una verdad histórica que estamos reconstruyendo. Los que niegan toda la información son justamente el Estado Nacional y en particular las Fuerzas Armadas. Ellos saben perfectamente dónde están los 300 hombres y mujeres que estamos buscando. Desde que perpetraron los crímenes de lesa humanidad nunca permitieron acceder ni dieron ninguna información. Y ahora, en una tribuna tan importante como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, nos injurian de esta manera”.
Uno de los comisionados habló de la reconciliación en relación a la justicia transicional, un tema sensible en la lucha por el esclarecimiento de los crímenes de la última dictadura, que fue utilizado para instalar la teoría de los dos demonios y evitar el juzgamiento de los responsables. “Desde los 90 que vengo escuchando la palabra reconciliación -siguió Santucho- y yo siempre dije que la reconciliación es posible en la medida que se pueda hacer justicia, que se puedan hablar, que se puedan aclarar los casos que pasaron, que se puedan recuperar los nietos. Pero no hay ningún tipo de colaboración de parte de los perpetradores del terrorismo de Estado, que no hay ninguna persona que haya abierto los archivos o la información. Es muy difícil plantear una reconciliación porque todavía nos falta mucho por reconstruir y mucha justicia por obtener. Mi postura particular es que cuando tengamos justicia y encontremos los 300 nietos, nos sentaremos a hablar de reconciliación”.
Nota
Rosario y el asesinato de “Pillín” Bracamonte: las hipótesis, la pelea entre bandas y un corte de luz antes de las balas
En el atentado número 30 contra su vida, Andrés “Pillín” Bracamonte –líder de la barra brava de Rosario Central desde hace al menos 25 años– fue asesinado a balazos este sábado junto a su segundo, Daniel “Rana” Atardo. Ocurrió en el marco de un partido de Central contra San Lorenzo. Hubo una posible zona liberada, luces cortadas en la zona, y un crimen que se veía venir pese a la aparente calma de la violencia en Rosario en los últimos meses. Publicamos aquí las crónicas del medio cooperativo rosarino El Ciudadano, que dan cuenta del hecho, las primeras hipótesis, un perfil de Bracamonte y el contexto. Todo puede seguirse además en El Ciudadano (elciudadanoweb.com). Y agregamos una reflexión del periodista y diputado Carlos del Frade quien anticipa que estos asesinatos tendrán igual o mayores efectos que todo lo que ocurrió tras el crimen del “Pájaro” Cantero.
La muerte de Pillín: las hipótesis detrás del crimen que agita la pelea entre bandas y un sugestivo corte de luz antes de las balas
Quizás por haber sido víctima de 29 ataques a balazos, estaba regalado en una calle donde tampoco le llamo la atención que la luz estuviera cortada antes de que lo asesinaran. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
Con 29 ataques a balazos en el lomo, Andrés Bracamonte, único barrabrava capaz de sostenerse 25 años en el paravalancha canalla sabía que lo querían matar. Desde antes del último ataque, en agosto pasado, tenía esa certeza. Pero igual estaba regalado en la esquina de Avellaneda y Reconquista, con la luz cortada, sin sospechar lo que vendría. Algunos aseguran que contaba dinero de la recaudación.
El asesinato de Samuel Medina, el Gordo Samu, yerno del Guille Cantero abrió una serie de hipótesis que hoy desembocan en la muerte de Pillín. Una daba cuenta de una pelea entre Los Monos y Bracamonte que sus allegados desmienten. El Gordo Samu era allegado a Pillín, viajaban juntos y su muerte está orientada hacia una banda de un barrio periférico manejada desde Buenos Aires que la fiscalía tenía entre manos, según allegados a la investigación. Uno de los integrantes de esa banda fue golpeado personalmente por Pillín, algo que en la jerga se considera una especie de humillación. Pillín lo sabía, pero llama la atención que estuviera tan regalado en la esquina de Reconquista y Avellaneda. También llama la atención que un rato antes del ataque a balazos cortaran la luz de la calle en el marco de un partido de Central. Lo mataron a oscuras; a él y a su sucesor. Una versión da cuenta de que la pelea con el grupo del barrio periférico fue para evitar comercialización de sustancias en la cancha: Pillín no quería la Federal encima de ellos.
La escena del crimen, en las afueras del estadio de Rosario Central.
La banda señalada, que ya fue allanada, está vinculada directamente con una banda contraria a Los Monos. Si esta hipótesis se confirma habrá dos sectores en disputa, por un lado las dos grandes bandas que operan en Rosario y por otro lado la sucesión del paravalancha.
El perfil de un duro: a Pillín lo habían intentado matar 29 veces en los 25 años que estuvo al frente de la barra de Central
Andrés Bracamonte estuvo al frente de la barra canaya desde fines de siglo pasado, cuando era uno de los 7 jefes de fracciones internas y se quedó con todo. Desde entonces hubo plomos contra él: lo hirieron, lo rozaron, pero logró reponerse una y otra vez. Esta vez no pudo. Por El Ciudadano (elciudadanoweb.com).
—¿Es verdad que a Pillín lo balearon 29 veces?
—Sí, de locos, pero sí. Espero que podamos festejar las 30 con él sentado a mi lado.
Así confirmaba el número de gambetas a la muerte que llevaba Andrés Bracamonte un amigo que había ido a acompañar al hospital donde lo revisaban por heridas menores y roces de bala. Era el sábado 10 de agosto y Rosario Central acababa de vencer 1 a 0 en el Gigante de Arroyito a su archirrival Newell’s Old Boys. Y en medio de un torrente de personas a pie que caminaban por los bordes del parque Alem iba Pillin en su auto, despacio, junto a su pareja, y en avenida de los Trabajadores y José María Drago rociaron a ambos a balazos.
No habían ido a ver el partido, Pillín tenía restricción para entrar.
Según contaron testigos, un motociclista se acercó al auto y disparó ocho veces. Escapó. El entorno del jefe de la barra reaccionó rápido, pero no logró dar con el tirador. A Pillín una bala le entró en la espalda; también salió. No afectó ningún órgano, dijeron después en el hospital. A su pareja las balas le dieron en la zona costal derecha y en el codo derecho. También la atendieron sin que su vida estuviera en riesgo.
Pillín un cuarto de siglo al frente de la barra de Central. Había llegado a la cima antes del año 2000: era 1999 cuando quedó como jefe indiscutible de todas las fracciones. Y en los 25 años que se mantuvo fue acusado, condenado, detenido, liberado y baleado 29 veces.
De esos ataques, hay pocos registros en las crónicas policiales. Pero en el entorno del mandamás los tienen contados.
En julio de 2002, Pillín atacado por un desconocido que logró impactarle tres balas en el cuerpo. Fue en la puerta de un gimnasio ubicado en Ovidio Lagos al 1000. Pillín estaba en la puerta y vio a un desconocido cruzar la calle. Ese hombre extrajo un arma y le efectuó cuatro disparos, tras lo cual escapó a la carrera hacia la esquina donde al parecer lo aguardaba un auto.
Pillín recibió tres impactos de bala, dos en cada brazo y un tercero en la pierna derecha; el tirador falló el cuarto, que tenía como destino la otra pierna. Un balazo le provocó una fractura y el que recibió en el otro brazo le cortó una vena, lo que le produjo una importante pérdida de sangre.
En 2006 fue baleado por desconocidos en la puerta de su casa donde vivía entonces, en la zona norte. Recibió cuatro balazos: uno en el abdomen con orificio de salida, uno en cada pierna y otro en un tobillo. Rápidamente recibió el alta.
En febrero de este año, desconocidos balearon el frente de Los Álamos Club de Campo, el country de Ybarlucea donde vivía actualmente. Dejaron una nota amenazante contra el líder de la pesada.
Mediático
Pillín no pudo entrar a la cancha desde 2018. Antes del partido que Central disputó ante Talleres por la Copa Argentina, Bracamonte fue detenido mientras repartía entradas de protocolo, destinadas a dirigentes, en las inmediaciones del estadio de Lanús, donde se disputó el partido. Sólo quedó unas horas demorado. Pero la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) dispuso su prohibición de ingreso a los estadios.
En junio de 2010 fue uno de los diez barrabravas argentinos que no pudieron ingresar a Sudáfrica y fue deportado a la Argentina. Bracamonte, quien tenía tres causas judiciales en trámite, había sido autorizado por la Justicia local a salir del país.
Tres años antes el programa Crónicas Extremas del canal América filmó desde adentro a Los Guerreros, la barra canalla, con Pillín como estrella principal. Eso incluyó una visita a La Carpita, que el capo de la pesada también administra.
Causas judiciales
En diciembre pasado, Pillín pasó una semana preso, pero recuperó la libertad antes de la Navidad. Fue por una causa que involucra a un dirigente de la Uocra local por asociación ilícita, pero finalmente logró que sólo pesara sobre él una causa por extorsión.
Esa causa contra el gremio de albañiles reflotó un caso por lavado de activos que pesaba sobre Bracamonte, a raíz de la incautación de un cheque por el pase de un futbolista en su vivienda de Ybarlucea. Tras la imputación cuatro años atrás la causa quedó congelada, pero en diciembre la Justicia local decidió pasarla al fuero federal. Ante la apelación, la Cámara definió, finalmente, que la causa debía seguir bajo la órbita provincial.
Parecía intocable desde cualquier arista. Pero la suerte, si de tal cosa se trataba, esta vez le falló.
Daniel “Rana” Atardo, segundo de Pillín. Ambos asesinados ayer en Rosario.
Vienen días bravos
Este es el texto que escribió y distribuyó el periodista y diputado provincial santafesino Carlos del Frade, que este domingo a las 21 organizará un vivo en su Instagram @defradecarlos sobre las causas y consecuencias del asesinato de Pillín.
Por Carlos Del Frade
El asesinato del Pillín corta en dos la historia del presente criminal en Rosario.
Tendrá la misma o una mayor profundidad de lo que sucedió después del asesinato del Pájaro Cantero.
Era el único jefe de una barrabrava de primera división que permaneció por treinta años liderando esos negocios que surgen desde la cancha chica del fútbol y se expanden en la cancha grande de la realidad.
Más allá de las primeras informaciones, es claro que los últimos tres atentados contra él y su gente en los partidos de Central como local exhibían una voluntad manifiesta de matarlo.
Vienen días bravos en la ex ciudad obrera.
Portada
Hasta siempre, Mirta
Lo dijo con una sonrisa, amorosa, y con la mirada encendida, directo a los ojos: “El miedo es para los cobardes”. Fue un jueves de puro sol, cuando le preguntamos si tenía miedo en este contexto, antes de comenzar una nueva ronda que justo ella, con otras trece madres, fundó el 30 de abril de 1977, cuando buscaban con desesperación a sus hijos e hijas.
Mirta Acuña de Baravalle buscaba, además, a un nieto o nieta: su hija Ana María, a quien secuestraron el 26 de agosto de 1976 junto a su compañero Julio César Galizzi, estaba embarazada. Mirta murió este viernes sin saber qué pasó con ellos.
Su despedida será de 16 a 19 en el hall del Municipio de San Martín, el partido donde ella vivía, donde jugaba al scrabble sin cansarse, y donde seguía todos los jueves las rondas de Madres Línea Fundadora por las transmisiones de medios comunitarios, mandando saludos en vivo y recordatorios que una hermana leía sobre otras personas desaparecidas.
Tenía 99 años, la mirada encendida y la sonrisa amorosa, para indicarle a nuevas generaciones que la lucha sigue.
Gracias, Mirta.
Presente, ¡ahora y siempre!
Mirta en las marchas masivas del 24 de Marzo, marchando por la memoria, la verdad y la justicia junto a sus compañeras de Madres Líneas Fundadora. Foto Lina Etchesuri para lavaca
24 de Marzo de 2017. Mirta acompañada por Victoria Moyano, nieta recuperada. Foto Lina Etchesuri para lavaca
Esta foto fue tomada el 29 de febrero de este año y fue el último jueves de ronda donde estuvieron las tres Madres Líneas Fundadora juntas: Nora Cortiñas (fallecida el 30 de mayo), Mirta Baravalle (en el centro) y Elia Espen. Consultada sobre si tenía miedo en un contexto de discursos de odio y negacionistas, Mirta respondió a Lavaca con una sonrisa: “El miedo es para los cobardes”. Foto Lina Etchesuri para lavaca
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