Nota
Tortura, hacinamiento y hambre en las cárceles: las conclusiones del nuevo Registro
Hoy se presenta el Registro anual de casos de tortura y/o malos tratos, que halló un promedio 17 hechos de tortura o malos tratos por día durante 2016. Agresiones extremas, pésimas condiciones de encierro y hambre. Las conclusiones del Registro Nacional realizado por la Procuración Penitenciaria de la Nación, el Comité contra la Tortura de la CPM y el Grupo de Estudios de Sistemas Penales y Derechos Humanos revelan qué pasa puertas adentro de los complejos penitenciarios. El informe completo.
Más de 600 páginas acumulan tres investigaciones de los organismos que se encargan de monitorear qué sucede puertas adentro de los complejos penitenciarios. El Registro Nacional de torturas y/o malos tratos es un clásico que visibiliza en cantidad y calidad cómo funciona el sistema penal y carcelario en la Argentina, a través de encuestas a los propios reclusos.
El libro, presentado hoy en el Instituto de Investigaciones Gino Germani, es el sexto realizado por la Procuración Penal de la Nación, la Comisión por la Memoria y el Grupo de Estudios de Sistemas Penales y Derechos Humanos (GESPyDH).
Los resultados
la Procuración Penitenciaria de la Nación y el Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria registraron durante el año 2016 un total de 1953 víctimas de torturas y malos tratos. Distinguiendo los distintos tratos por persona, se llega a un total de 6391 hechos de torturas y/o malos tratos.
El trabajo de campo del RNCT se realizó en 18 unidades penales y 5 institutos de menores, de la Provincia de Buenos Aires, 23 unidades penales del Servicio Penitenciario Federal, 2 alcaidías penitenciarias, cuatro comisarías de la Policía Federal Argentina, una comisaría de la Policía Metropolitana y un escuadrón de la Gendarmería Nacional en la Provincia de Jujuy. También se relevaron víctimas en otras 25 unidades federales y en unidades de servicios penitenciarios provinciales (Misiones, Córdoba y Mendoza).
Las 688 víctimas de tortura y/o malos tratos son en su gran mayoría varones: 646 (93,9%) y el promedio de edad de las víctimas es de 29 años.
Entre los casos se registraron 21 de jóvenes menores de 18 años. La distribución de las personas entrevistadas según su edad es la siguiente:
En contraste con los primeros años del Registro, en los que las agresiones físicas se presentaban como el tipo de tortura relevado con mayor frecuencia, en 2016 las malas condiciones materiales de detención agrupan la mayor cantidad de hechos descriptos.
La falta de elementos de primera necesidad como agua, iluminación, colchón y ropa de cama, elementos de higiene y limpieza, las pésimas condiciones de salubridad con presencia de cucarachas y ratas, el deterioro de las instalaciones y en particular de sanitarios, erigen a las condiciones de habitabilidad deficitarias como común denominador de la gestión de las cárceles federales y de la Provincia de Buenos Aires.
La práctica del aislamiento aparece en segundo lugar agrupando 1021 hechos descriptos,
En tercer lugar, los 898 hechos descriptos de agresiones físicas marcan la persistencia de la regularidad y sistematicidad de la violencia física penitenciaria, a través de la reiteración de actos como la golpiza que suele combinar golpes de puño, patadas, palazos.
Así, el informe analiza que «en los últimos años se produjo un paulatino des-anclaje espacial y una progresiva redefinición funcional del aislamiento por parte del servicio penitenciario. Des-anclaje en tanto la aplicación de esta técnica se ha extendido hacia sectores de la cárcel no identificados a priori con estas funciones, como son los pabellones de alojamiento común (habitualmente denominados ‘de población’38). Y redefinición funcional contemplando que se produjeron cambios en relación a las utilidades que reviste el aislamiento en el programa actual de gobierno penitenciario».
Hambre
Se registraron 378 víctimas de falta o deficiente alimentación, de las cuales se cuenta con descripciones sobre 34548. De estas últimas, el 41,7% (144 personas) refirió pasar o haber pasado hambre en algún momento durante los últimos 2 meses.
En cuanto a las víctimas que pudieron precisar durante cuánto tiempo pasaron hambre, un total de 130 casos, el promedio de tiempo fue de 22 días para los 2 últimos meses. Un 50% de las víctimas sufrió hambre por períodos que van de 1 a 10 días; un 24,6% entre 11 y 30 días; el 7,7% entre 31 y 60 días y por último, el 17,7% llevaba 60 días o más en esta situación, o sea, en situaciones verdaderamente crónicas de hambre, destacando que la mitad de estos casos superan los 6 meses y algunos el año.Frente a la pregunta “¿en qué consiste la comida?” se obtuvieron respuestas que describen lo que el Servicio Penitenciario les “ofrece” para comer. A las diferentes falencias organolépticas que presenta la comida penitenciaria (llega fría, sin sabor, sin sal y siempre con las mismas texturas –guisos, polenta, caldo–) se agrega la escasa cantidad que reciben.
Uno de los relatos:
– “[Durante el aislamiento en celda propia] te pasan en una bolsa la comida por un espacio chiquitito. Casi ni comí, estuve a té y a pan. La comida es horrible. La carne es incomible, es re dura, viene como osobuco, no sé qué es. Encima tenemos un solo calentador. 50 personas para un ‘fuelle’. ¿Cómo hacés para cocinar, para tomar unos mates? Buscamos horarios que nadie cocine, porque trae conflictos. Digamos que estamos en una forma inhumana. Está bien que estemos presos, pero no como perros” (CPF II).
En este sentido, cabe mencionar que 89 (25,8%) de las víctimas de mala alimentación refirieron que la comida de la institución les provocó dolencias, que en muchos casos se suma al hambre padecida y no es atendida por el área médica.
Salud
Se han relevado 336 víctimas de falta o deficiente asistencia de la salud. Las dolencias o problemas desatendidos pueden catalogarse en 3 tipos según las características más generales que asumen: ser una dolencia aguda en relación a la intensidad del dolor o lesión, poseer o no diagnóstico médico.
Se cuenta con información detallada sobre 238 de las 336 víctimas. La distribución de los hechos por tipo de dolencia o afección desatendida puede verse en el siguiente cuadro:De 137 víctimas, 118 (86,1%) expresaron que directamente no habían sido atendidas por el servicio de salud, mientras que 19 (13,9%) eran atendidas de manera deficiente.
Es de destacar que las deficiencias en la atención más frecuentes fueron: dificultades en la entrega de medicamentos, servicio médico ignoraba sus dolencias a pesar de haber tomado conocimiento de las mismas, impedimentos para realizar estudios, y en cuarto lugar, impedimentos para realizar intervenciones.
Amenazas
«Las amenazas de muerte y de nuevas agresiones físicas ponen de relieve la impunidad con que cuenta la agencia penitenciaria por la falta de investigación judicial», asegura el Registro. «Resulta evidente que la potencial o efectiva denuncia no amedrenta a los agentes ni los obliga a cesar en las prácticas de agresión y hostigamiento sino que, por el contrario, despliegan una serie de prácticas de ocultamiento legitimadas institucionalmente».
Durante el año 2016 se relevaron 319 víctimas que mencionaron hechos de amenazas. Del total se cuenta con información para 57 de estos hechos51. En el 66% de los casos las amenazas se produjeron en combinación con otras torturas o malos tratos que sufrió la propia víctima, en tanto en un 33,9% se vincularon con malos tratos sufridos por otras personas presas. En el 39,3% de los casos el personal penitenciario que lo amenazó estaba directamente relacionado a esos hechos como victimario.
Por otro lado, se relevaron un total de 152 víctimas que dieron cuenta de haber sufrido el robo y/o daño de sus pertenencias. Las principales circunstancias en que se efectúan los robos y/o daños son durante la requisa de celda, enmarcadas en las requisas rutinarias de pabellón, en las requisas extraordinarias, en el traslado a buzones (celdas de castigo), o al volver de las visitas, en el ingreso a nuevas unidades que se produce también, en el caso de traslados, durante las requisas de ingreso.
El informe ahonda sobre otros tipos de torturas como traslados constantes, alejamiento de las familias, las agresiones físicas y los métodos de tortura que, aunque parezca mentira, sigue teniendo a la picana, al submarino y al abuso sexual como parte del menú del horror.
Nota
83 días después, Pablo Grillo salió de terapia intensiva

83 días.
Pasaron 83 días desde que a Pablo Grillo le dispararon a matar un cartucho de gas lacrimógeno en la cabeza que lo dejó peleando por su vida.
83 días desde que el fotógrafo de 35 años se tomó el ferrocarril Roca, de su Remedios de Escalada a Constitución, para cubrir la marcha de jubilados del 12 de marzo.
83 días desde que entró a la guardia del Hospital Ramos Mejía, con un pronóstico durísimo: muerte cerebral y de zafar la primera operación de urgencia la noche del disparo, un desenlace en estado vegetativo.
83 días y seis intervenciones quirúrgicas.
83 días de fuerza, de lucha, de garra y de muchísimo amor, en su barrio y en todo el mundo.
83 días hasta hoy.
Son las 10 y 10 de la mañana, 83 días después, y ahí está Pablito, vivito y sonriendo, arriba de una camilla, vivito y peleándola, saliendo de terapia intensiva del Hospital Ramos Mejía para iniciar su recuperación en el Hospital de Rehabilitación Manuel Rocca, en el barrio porteño de Monte Castro.
Ahí está Pablo, con un gorro de lana de Independiente, escuchando como su gente lo vitorea y le canta: “Que vuelva Pablo al barrio, que vuelva Pablo al barrio, para seguir luchando, para seguir luchando”.
Su papá, Fabián, le acaricia la mejilla izquierda. Lo mima. Pablo sonríe, de punta a punta, muestra todos los dientes antes de que lo suban a la ambulancia. Cuando cierran la puerta de atrás su gente, emocionada, le sigue cantando, saltan, golpean la puerta para que sepa que no está solo (ya lo sabe) y que no lo estará (también lo sabe).
Su familia y sus amigos rebalsan de emoción. Se abrazan, lloran, cantan. Emi, su hermano, respira, con los ojos empapados. Dice: “Por fin llegó el día, ya está”, aunque sepa que falta un largo camino, sabe que lo peor ya pasó, y que lo peor no sucedió pese a haber estado tan (tan) cerca.
El subdirector del Ramos Mejía Juan Pablo Rossini confirma lo que ya sabíamos quienes estuvimos aquella noche del 12 de marzo en la puerta del hospital: “La gravedad fue mucho más allá de lo que decían los medios. Pablo estuvo cerca de la muerte”. Su viejo ya lloró demasiado estos casi tres meses y ahora le deja espacio a la tranquilidad. Y a la alegría: “Es increíble. Es un renacer, parimos de nuevo”.
La China, una amiga del barrio y de toda la vida, recoge el pasacalle que estuvo durante más de dos meses colgado en las rejas del Ramos Mejía exigiendo «Justicia por Pablo Grillo». Cuenta, con una tenacidad que le desborda: «Me lo llevo para colgarlo en el Rocca. No vamos a dejar de pedir justicia».
La ambulancia arranca y Pablo allá va, para continuar su rehabilitación después del cartucho de gas lanzado por la Gendarmería.
Pablo está vivo y hoy salió de terapia intensiva, 83 días después.
Esta es parte de la vida que no pudieron matar:
Nota
La transfiguración de Miguelito Pepe: los milagros seducen
Una obra teatral que recurre al milagro como ingrediente imprescindible para una transformación. Un niño santo en un pueblo perdido. Su primera intervención paranormal desata furor y de todas partes van a suplicarle lo imposible. La transfiguración de Miguelito Pepe es un unipersonal con la dramaturgia y dirección de Martina Ansardi en el que el actor Tuco Richat se pone en la piel de varios personajes que dialogan con lo sagrado y lo profano. Este viernes 30 de mayo a las 20.30 podés ver en MU Trinchera Boutique la primera de tres funciones.
Por María del Carmen Varela.
La transfiguración de Miguelito Pepe gira en torno a un fenómeno que sucede en un pueblo norteño. Miguelito, un niño de Famaillá, se convierte de la noche a la mañana en la gran atracción del pueblo. De todas partes van a conocerlo y a pedirle milagros. En todo el pueblo no se habla de otra cosa que del niño santo, el que escucha los pedidos de quien se le acerque y concede la gracia.
La obra tiene dramaturgia y dirección de la activista y artista travesti Martina Ansardi, directora teatral, actriz, bailarina, coreógrafa y socia de Sintonía Producciones, quien la ideó para que fuera itinerante.
Se trata de un unipersonal en el que el actor Tuco Richat se luce en varios personajes, desde una secretaria de un manosanta que entrega estampitas a quien se le cruce en el camino, una presentadora de televisiòn exaltada a un obispo un tanto resentido porque dios le concede poderes a un changuito cualquiera y no a él, tan dedicado a los menesteres eclesiásticos.
La voz de la cantante lírica Guadalupe Sanchez musicaliza las escenas: interpreta cuatro arias de repertorio internacional. A medida que avanza la trama, Richat irá transformando su aspecto, según el personaje, con ayuda de un dispositivo móvil que marca el ritmo de la obra y sostiene el deslumbrante vestuario, a cargo de Ayeln González Pita. También tiene un rol fundamental para exhibir lo que es considerado sagrado, porque cada comunidad tiene el don de sacralizar lo que le venga en ganas. Lo que hace bien, lo merece.
Martina buscó rendir homenaje con La transfiguraciòn de Miguelito Pepe a dos referentes del colectivo travesti trans latinoamericano: el escritor chileno Pedro Lemebel y Mariela Muñoz. Mariela fue una activista trans, a quien en los años `90 un juez le quiso quitar la tenencia de tres niñxs. Martina: “Es una referenta trans a la que no se recuerda mucho», cuenta la directora. «Fue una mujer transexual que crió a 23 niños y a más de 30 nietes. Es una referenta en cuanto a lo que tiene que ver con maternidad diversa. Las mujeres trans también maternamos, tenemos historia en cuanto a la crianza y hoy me parece muy importante poder recuperar la memoria de todas las activistas trans en la Argentina. Esta obra le rinde homenaje a ella y a Pedro Lemebel”.
Con el correr de la obra, los distintos personajes nos irán contando lo que sucedió con Miguelito… ¿Qué habrá sido de esa infancia? Quizás haya continuado con su raid prodigioso, o se hayan acabado sus proezas y haya perdido la condición de ser extraordinario. O quizás, con el tiempo se haya convertido, por deseo y elección, en su propio milagro.
MU Trinchera Boutique, Riobamba 143, CABA
Viernes 30 de mayo, 20.30 hs
Entradas por Alternativa Teatral

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Relato salvaje guaraní: una perla en el teatro

Una actriz que cautiva. Una historia que desgarra. Música en vivo. La obra Perla Guaraní volvió de la gira en España al Teatro Polonia (Fitz Roy 1475, CABA) y sigue por dos domingos. El recomendado de lavaca esta semana.
Por María del Carmen Varela
La sala del teatro Polonia se tiñe de colores rojizos, impregnada de un aroma salvaje, de una combustión entre vegetación y madera, y alberga una historia que está a punto de brotar: Perla es parte de una naturaleza frondosa que nos cautivará durante un cuarto de hora con los matices de una vida con espinas que rasgan el relato y afloran a través de su voz.
La tonada y la crónica minuciosa nos ubican en un paisaje de influjo guaraní. Un machete le asegura defensa, aunque no parece necesitar protección. De movimientos rápidos y precisos, ajusta su instinto y en un instante captura el peligro que acecha entre las ramas. Sin perder ese sentido del humor mordaz que a veces nace de la fatalidad, nos mira, nos habla y nos deslumbra. Pregunta: “¿quién quiere comprar zapatos? Vos, reinita, que te veo la billetera abultada”. Los zapatos no se venden. ¿Qué le queda por vender? La música alegre del litoral, abrazo para sus penas.

La actriz y bailarina Gabriela Pastor moldeó este personaje y le pone cuerpo en el escenario. Nacida en Formosa, hija de maestrxs rurales, aprendió el idioma guaraní al escuchar a su madre y a su padre hablarlo con lxs alumnxs y también a través de sus abuelxs maternxs paraguayxs. “Paraguay tiene un encanto muy particular”, afirma ella. “El pueblo guaraní es guerrero, resistente y poderoso”.
El personaje de Perla apareció después de una experiencia frustrante: Gabriela fue convocada para participar en una película que iba a ser rodada en Paraguay y el director la excluyó por mensaje de whatsapp unos días antes de viajar a filmar. “Por suerte eso ya es anécdota. Gracias a ese dolor, a esa herida, escribí la obra. Me salvó y me sigue salvando”, cuenta orgullosa, ya que la obra viene girando desde hace años, pasando por teatros como Timbre 4 e incluyendo escala europea.
Las vivencias del territorio donde nació y creció, la lectura de los libros de Augusto Roa Bastos y la participación en el Laboratorio de creación I con el director, dramaturgo y docente Ricardo Bartis en el Teatro Nacional Cervantes en 2017 fueron algunos de los resortes que impulsaron Perla guaraní.
Acerca de la experiencia en el Laboratorio, Gabriela asegura que “fue un despliegue actoral enorme, una fuerza tan poderosa convocada en ese grupo de 35 actores y actrices en escena que terminó siendo La liebre y la tortuga” (una propuesta teatral presentada en el Centro de las Artes de la UNSAM). Los momentos fundantes de Perla aparecieron en ese Laboratorio. “Bartís nos pidió que pusiéramos en juego un material propio que nos prendiera fuego. Agarré un mapa viejo de América Latina y dos bolsas de zapatos, hice una pila y me subí encima: pronto estaba en ese territorio litoraleño, bajando por la ruta 11, describiendo ciudades y cantando fragmentos de canciones en guaraní”.
La obra en la que Gabriela se luce, que viene de España y también fue presentada en Asunción, está dirigida por Fabián Díaz, director, dramaturgo, actor y docente. Esta combinación de talentos más la participación del músico Juan Zuberman, quien con su guitarra aporta la cuota musical imprescindible para conectar con el territorio que propone la puesta, hacen de Perla guaraní una de las producciones más originales y destacadas de la escena actual.
Teatro Polonia, Fitz Roy 1475, CABA
Domingos 18 y 25 de mayo, 20 hs
Más info y entradas en @perlaguarani
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