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Todos los jueves, el jueves: la ronda de Madres antes de las elecciones

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“Asco. Pero le vamos a ganar” dijo una de las Madres, Nora Cortiñas, al hablar sobre lo que siente en estos días, sin que hicieran falta más palabras. Recorrida por la Ronda, los argumentos de un adolescente que simpatiza con Milei, las jóvenes que votarán por Massa, en tiempo de espera hasta el domingo.

Texto: Franco Ciancaglini

Fotos: Sebastiàn Smok

Todos los jueves a las 15:30, desde tiempos de a dictadura, las Madres de Plaza de Mayo realizan la ronda alrededor de la Pirámide de Mayo. Esta vez, en la última antes de las elecciones presidenciales, estuvieron acompañadas por miles de personas que se acercaron a apoyarlas como un símbolo y una acción contra los discursos y prácticas negacionistas en curso, acaso como una antesala de lo que se juega el domingo.

Todos los jueves, el jueves: la ronda de Madres antes de las elecciones

Fotos Sebastián Smok/lavaca.org

Desde el micrófono de la Asociación de las Madres de Plaza de Mayo una de “las viejas” avisa que no es momento de simplificar discursos: “No empecemos a echarle la culpa a los Milei. Las culpas son pasajeras. Trabajaremos para sostener estas banderas cómo hicimos siempre y ahora más que nunca”.

Nora Cortiñas, de Madres Línea Fundadora, también sorprende con su respuesta, al contestar a lavaca que esta no es una vuelta especial: “Hoy es un jueves más. Cada jueves es especial porque es el reencuentro con nuestros hijos e hijas. Todos los jueves tienen un significado”.

Más acá de las elecciones entonces, ¿cómo hacemos par que no siga avanzando el negacionismo? “Discutir, discutir por todos lados qué paso con el terrorismo de Estado, con los chicos jóvenes. Hay que hacer todavía docencia, nos quedamos chicos, nos quedamos cortos”.

¿Por qué? “Porque ahora hay muchos jóvenes que parece que no saben lo que pasó. Hay que ir a buscarlos”.

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Fotos Sebastián Smok/lavaca.org

¿Qué te provoca Milei? “Asco. Pero le vamos a ganar”.

Nora está rodeada por decenas de personas, muchas de ellas jóvenes, que celebran esta respuesta como una arenga. Algunas como Milagros y Sofía no es la primera vez que vienen, aunque no suelen hacerlo. Otros, como Bruno, sí dan la vuelta por primera vez pero no por voluntad sino por obligación del colegio Almafuerte de Pilar Norte. Mientras ellas aseguran que votarán a Massa pero serán críticas desde el primer día, Bruno, que no vota, simpatiza por Milei.

Participaron también de la marcha y brindan su testimonio en esta nota el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis y la ex detenida desaparecida, y correctora de la revista MU, Graciela Daleo.

Estas son algunas de sus respuestas que tal vez nos permitan hacernos más preguntas para encontrar las respuestas que nos faltan. Mientras tanto las Madres y las Abuelas marcaron hoy como siempre el lugar y el camino: la calle.

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Fotos Sebastián Smok/lavaca.org

Repriman a la prima

Milagros, 24 años, y Sofía, 22, marchan juntas como parte de una organización universitaria peronista.

Desde esa militancia explican la diferencia con otros jóvenes que votan a Milei: “Nosotros militamos por ende tenemos cierto nivel de conciencia, nos juntamos con gente, pero además en mi caso tengo un abuelo desaparecido por la última dictadura. ¿Cómo hago para pararme en frente de mi abuela a hablar de negacionismo?”.

Dice Sofía: “Para mí es una cuestión de desinformación, no de haberlo vivido o no”.

Milagr: “En mi caso había muchos pibes desinformados, y en la clase de historia se hablaba, había preguntas y había charlas y mostraban videos. Es muy importante que la educación lo siga recordando”.

Sofía: “Depende de la escuela. En mi escuela que era religiosa era un tabú. Después fui al Lengüitas y había pintadas en todas las paredes”.

¿Cómo la ven para el domingo?

Sofía: “Difícil”.

¿Conocen mucha gente que vota distinto a ustedes?

Milagros: “Sí. Pero igual, gane quien gane, me voy a parar en una situación crítica. Mi voto es un sí a la democracia, no es un cheque en blanco. Me paro desde el lugar de querer construir algo mejor”.

Con esos amigos que votan a Milei, ¿qué hablan?

Sofía: “Son muy violentos. Los que conozco votan más por lo económico que por negacionismo”.

Milagros: “Dicen que los derechos humanos no son tan importantes. O sea, mi primo le dijo a mi mamá que a mí me tendrían que reprimir un poco más por ser peronista. Directamente”.

¿Qué se hace con eso?

Sofía: “Mi respuesta como feminista y como militante siempre es: aunque vos no estés, yo voy a estar, porque a mí me interesa que todos estemos bien”.

Milagros: “No somos individualistas, vamos a defender los derechos hasta de las personas que voten a Milei”.

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Fotos Sebastián Smok/lavaca.org

En la Plaza, pero con Milei

“El que conoce más es mi amigo”. Esa fue la frase con la que un joven redireccionó hacia otro las respuestas a una serie de preguntas en el contexto de la marcha. Bruno, del colegio Almafuerte de Pilar Norte, asegura que “no tenía muchas ganas de venir”. Sabe que es por las Madres de Plaza de Mayo y dice que de la historia de estas madres conoce “no tanto, más o menos: no tengo orientación política”.

¿Qué conoce? “Que durante la última dictadura militar fueron las que salieron a las calles para que devuelvan a sus hijos y sus nietos”.

¿Qué te parece esa historia? “La verdad es que fue bastante valiente, porque si hacías algo así durante la dictadura te podía llegar a pasar algo malo”.

¿Te interesan las elecciones del domingo? “No mucho, no soy de hablar tanto de política”.

¿Votás? “No, tengo 14”.

Y de los candidatos que están, ¿a quién votarías? “Entre Massa y Milei, prefiero a Milei”.

¿Por qué? “Hay cosas que me gustan de Milei, y otras no tanto. Pero de Massa, nada”.

¿Qué te genera Massa? “Si él es ministro de economía hace un año y medio, subió una banda la inflación y hay cada vez más pobreza, es medio contradictorio: ¿va a resolver los problemas que él mismo hizo?”

¿Y de Milei qué te gusta? “Que fundamenta por lo menos lo que él dice, y lo veo como alguien más serio que Massa. Hay cosas que por ahí no son tan buenas… en general veo que está un poco loco, a veces se pone como muy agresivo, y esto no es tan bueno en un Presidente. Pero antes que Massa, mejor”.

¿Te importa que Milei esté en contra de estas Madres que están acá hoy, o que niegue los derechos humanos? “No creo que Milei niegue los derechos, no creo que vaya a hacer una tiranía como dicen”.

Milei dice que hubo una guerra, y estas Madres enseñaron que fue el Estado el que asesinó y desapareció a 30 mil personas de manera sistemática. ¿Vos qué pensás? “En la escuela me contaron bastante acerca de esto, también tengo familiares que me contaron: yo por ejemplo tuve una abuela que estuvo en medio de un tiroteo entre militares y Montoneros. Pero… no sé”.

¿No te parece tan importante ese tema para la elección? “Sí, me parece importante, pero no creo que saque derechos Milei, porque ya de por sí faltan muchos derechos”.

Como joven, ¿qué te gustaría que haga el Presidente que viene? “Me gustaría que el próximo gobierno mejore la seguridad, baje la inflación y que no haya tanta corrupción más que nada”.

¿Y vos qué soñás? “Todavía no tengo una profesión, pero puede ser algo de programación”.

¿Tus papás piensan como vos? “Piensan parecido a mí, tengo las mismas convicciones que ellos, pero también me dejan que piense cosas diferente, y eso me gusta”.

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Fotos Sebastián Smok/lavaca.org

Un Ministro en la ronda de las Madres de Plaza de Mayo

Alguien llega desde la Casa Rosada, desde adentro. Al principio las personas no lo reconocen, y solo cuando uno, dos, tres se sacan una foto, alguien lo relaciona con el ministro que tal vez más horas de tevé recorre, sobre todo en este año electoral: Gabriel Katopodis se sumó a la ronda. Y contestó a lavaca, en medio del tumulto:

-¿Esta es una ronda especial?

-Bueno, es una ronda de un momento especial de la Argentina y de la defensa de los derechos humanos, la reivindicación de esta lucha, el rechazo a cualquier expresión de violencia y mucho más a las que expresaron de manera irresponsable Milei y su gente en relación a la dictadura, que nos obliga a tener una expresión muy clara y muy firme.

¿Qué pasó, qué se hizo mal para que el negacionismo esté acá, a pasos de la Casa Rosada?

Hay que seguir trabajando, hacer lo que hacen las Madres y las Abuelas. Hay que seguir militando.

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Fotos Sebastián Smok/lavaca.org

Combatir no solo a Milei

Graciela Daleo estuvo secuestrada-desaparecida entre el 18 de octubre de 1977 al 20 de abril de 1979 en la ex Esma. Hoy, desde Plaza de Mayo, reflexiona sobre el momento histórico político, los sentidos y los derechos en pugna:

-La ronda de hoy tiene la singularidad de expresar en este momento donde están fuertes las expresiones de reivindicación de la dictadura, de los genocidas, de anunciar que van a repetir no lo que hicieron hace 45 años atrás sino traer herramientas nuevas. Tiene esa singularidad, singularidad importante porque además noto mucha presencia de pibes y pibes: eso es para resaltar.

-¿Por qué está tan fuerte el discurso negacionista?

-Para hacer un análisis histórico, en algún momento existió la idea de que “de lo conquistado, no se retrocede”. Yo siempre estuve en contra de esa frase. La historia nos demuestra exactamente lo contrario: los pueblos luchan, logran conquistas, y también quienes están en contra reaccionan, son nuevamente derrotados, y hay que seguir con la lucha. Creo que lo que nos sigue demostrando esto es que la lucha es un proceso continuo y que las conquistas hay que defenderlas sabiendo que se puede retroceder, pero sobre todo hay que avanzar. La historia nos demuestra que nada se conquista de una vez y para siempre, y que nada se pierde de una vez y para siempre.

-Hablé con un joven que estaba acá y simpatizaba con Milei, después con otras chicas que plantearon un horizonte muy distinto a ese. Hablaste de las pibas y pibes, ¿cómo los ves?

-Hay que correr el eje del análisis de que vos te ubicás en cierto eje cultural, social, porque lo viviste. Porque si no, no festejaríamos el 25 de mayo de 1810 porque no vivimos en la colonia… Por otro lado, creo que hay una multiplicidad de cuestiones por las que Milei les causa simpatía a los jóvenes. En lo económico se concentra un altísimo porcentaje de las falacias de Milei, que tiene la habilidad de plantear una serie de cuestiones complejas de una manera supuestamente sencilla; pero en realidad son falacias. Para sectores sociales jóvenes, para quienes el dólar se ha convertido en una garantía del buen vivir y una aspiración, él dice: hay que dolarizar. Bueno, recordemos que nuestro país ya vivió la dolarización en la década del 90 y el 1 a 1, y eso dejó millones de desocupados y una situación catastrófica que desembocó en la rebelión del 2001. Entonces hay una especie de transmisión falaz que te hace creer que todo es fácil. Y me parece que eso se asienta en algo que se construye en el mundo, el inmediatismo. Si lo que se explica no se hace en 120 caracteres, no se entiende. Comprender requiere esfuerzo. Hay una especie de adhesión al facilismo combinada con una situación que viven muchos sectores de empobrecimiento, de sensación de falta de futuro, y una construcción cultural en relación a eso: la idea de que no hay posibilidad de futuro. No hay posibilidad de futuro con la propuesta de Milei.

-¿Cómo se combinan los derechos humanos con esto económico, MIlei y Villarruel?

-Hay una combinación en la que LLA ha tenido la habilidad de conjugar la situación económica con la reivindicación de los crímenes de la dictadura, que también es una apuesta al futuro. Decir que los asesinos son héroes también es un sustento a la represión que ya han dicho que va a hacer falta, precisamente, para imponer las políticas económicas.

¿Cómo le ponemos freno, antes de tener que ir al choque de esa represión?

-Todo lo que nos falta no lo vamos a alcanzar si no nos organizamos, si no luchamos, diría yo hasta una variable más simbólica: si no hacemos crecer en la subjetividad individual que la comprensión de cada uno de nosotros y nosotras está atada al colectivo. Hoy no se está viendo eso, hay que recuperar el sentido de la solidaridad, que era un valor de los verdaderos anarquistas y los verdaderos libertarios, y no de estos que son el capitalismo neoliberal. Eso también hay que decirlo: dicen que son antisistema pero son un refuerzo cada vez mayor del sistema capitalista neoliberal. Lo que hay que combatir es eso.

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Orgullo

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Texto de Claudia Acuña. Fotos de Juan Valeiro.

Es cortita y tiene el pelo petiso, al ras en la sien. La bandera se la anudó al cuello, le cubre la espalda y le sobra como para ir barriendo la vereda, salvo cuando el viento la agita. Se bajó del tren Sarmiento, ahí en Once. Viene desde Moreno, sola. Un hombre le grita algo y eso provoca que me ponga a caminar a su lado. Vamos juntas, le digo, pero se tiene que sacar los auriculares de las orejas para escucharme. Entiendo entonces que la cumbia fue lo que la protegió en todo el trayecto, que no fue fácil. Hace once años que trabaja en una fábrica de zapatillas. Este mes le suspendieron un día de producción, así que ahora es de lunes a jueves, de 6 de la mañana a cuatro de la tarde. Tiene suerte, dirá, de mantener ese empleo porque en su barrio todos cartonean y hasta la basura sufre la pobreza. Por suerte, también, juega al fútbol y eso le da la fuerza de encarar cada semana con torneos, encuentros y desafíos. Ella es buena jugando y buena organizando, así que se mantiene activa. La pelota la salvó de la tristeza, dirá, y con esa palabra define todo lo que la rodea en el cotidiano: chicos sin futuro, mujeres violentadas, persianas cerradas, madres agotadas, hombres quebrados. Ella, que se define lesbiana, tuvo un amor del cual abrazarse cuando comenzó a oscurecerse su barrio, pero la dejó hace apenas unas semanas. Tampoco ese trayecto fue fácil. Lloró mucho, dirá, porque los prejuicios lastiman y destrozan lazos. Hoy sus hermanas la animaron a que venga al centro, a alegrarse. Se calzó la bandera, la del arco iris, y con esa armadura más la cumbia, se atrevió a buscar lo difícil: la sonrisa.

Eso es Orgullo.

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Al llegar al Congreso se pierde entre una multitud que vende bebidas, banderas, tangas, choripán, fernet, imanes, aros, lo que sea. Entre los puestos y las lonas que cubren el asfalto en tres filas por toda Avenida de Mayo hasta la Plaza, pasea otra multitud, mucho más escasa que la de otros años, pero igualmente colorida, montada y maquillada. El gobierno de las selfies domina la fiesta mientras del escenario se anuncian los hashtag de la jornada. Hay micros convertidos en carrozas a fuerza de globos y música estridente. Y hay jóvenes muy jóvenes que, como la chica de Moreno, buscan sonreír sin miedo.

Eso es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Sobre diagonal norte, casi rozando la esquina de Florida, desde el camión se agita un pañuelazo blanco, en honor a las Madres, con Taty Almeyda como abanderada. Frente a la embajada de Israel un grupo agita banderas palestinas mientras en las remeras negras proclaman “Nuestro orgullo no banca genocidios”. Son quizá las únicas manifestaciones políticas explícitas, a excepción de la foto de Cristina que decora banderas que se ofrecen por mil pesos y tampoco se compran, como todo lo mucho que se ofrece: se ve que no hay un mango, dirá la vendedora, resignada. Lo escaso, entonces, es lo que sobra porque falta.

Y no es Orgullo.

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

Orgullo

Foto: Juan Valeiro/lavaca.org

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Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

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(Escuchá el podcast completo: 7 minutos) Coca Cola, Nestlé, Danone & afines nos hacen confiar en ellas como confiaríamos en nuestra abuela, nos cuenta Soledad Barruti. autora de los  libros Malcomidos y Mala leche. En esta edición del podcast de lavaca, Soledad nos lleva a un paseíto por el infierno de cómo se produce, la cuestión de la comida de verdad, y la gran pregunta: ¿quiénes son los que realmente nos alimentan?

El podcast completo:

Cómo como 2: Cuando las marcas nos compran a nosotros

Con Sergio Ciancaglini y la edición de Mariano Randazzo.

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Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

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Otro miércoles de marcha al Congreso, y una encuesta: ¿cuál es el pronóstico para el domingo? Una pregunta que no solo apunta a lo electoral, sino a todo lo que rodea la política hoy, en medio de una economía que ahoga: la que come en el merendero; el que no puede comprar medicamentos; el que señala a Trump como responsable; la que lo lee en clave histórica; y los que aseguran que morirán luchando, aunque sean 4 gatos locos. Crónica y fotos al ritmo del marchódromo.

Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla

Fotos Juan Valeiro

El domingo son las elecciones legislativas nacionales pero también es fin de mes, y Sara marchó con un cartel que no necesitaba preguntas ni explicación: “Soy jubilada y como en un merendero”.

Tiene 63 años, es del barrio Esperanza –Merlo, oeste bonaerense–, y para changuear algo más junta botellas y cartón, porque algunos meses no le alcanza para medicamentos: “El domingo espero que el país mejore, porque todos estamos iguales: que la cosa cambie”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

El miércoles de jubilados y jubiladas previo a las elecciones nacionales de medio término –se renuevan 127 diputados y 24 senadores– tuvo, al menos, tres rondas distintas, en una Plaza de los Dos Congresos cerrada exclusivamente para manifestantes. Nuevamente el vallado cruzó de punta a punta la plazoleta, y los alrededores estuvieron custodiados por policías de la Ciudad para que la movilización no se desparramara ni tampoco avanzara por Avenida de Mayo, sino que se quedara en el perímetro denominado “marchódromo”. Un grupo encaró, de todas formas, por Solís, sobrepasó un cordón policial y dobló por Alsina, y se metió de nuevo a la plaza por Virrey Cevallos, como una forma de mostrar rebeldía.

Unos minutos antes, un jubilado resultaba herido. Se trata de Ramón Contreras, uno de los rostros icónicos de los miércoles que llegó al Congreso cuando aún no estaba vallado después de la marcha por el recorte en discapacidad, y mientras estaba dando la ronda alrededor del Palacio un oficial lo empujó con tanta fuerza que cayó al suelo. “Me tiraron como un misil –contó a los medios–. Me tienen que operar. Tengo una fractura. Me duele mucho”. La Comisión Provincial por la Memoria (CPM) presentó una denuncia penal por la agresión: “Contreras fue atacado sin razón y de manera imprevista”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

La violencia desmedida, otra vez, sobre los cuerpos más débiles y más ajustados por un Gobierno que medirá esa política nuevamente en las urnas. Jorge, de 69 años, dice que llega con la “billetera muerta”. Y Julio, a su lado, resume: “Necesito tener dos trabajos”.

Juan Manuel es uno de esos jubilados con presencia perfecta cada miércoles. Una presencia que ninguna semana pasa desapercibida. Por su humor y su creatividad. Tiene 61 años y cada movilización trae mínimo un cartel original, de esos que hacen reír para no llorar. Esta vez no sólo trae un cartel con una inscripción; viene acompañado de unas fotocopias donde se leen una debajo de la otra las 114 frases que creó como contraofensiva a la gestión oficialista.

La frase 115 es la de hoy: “Milei es el orificio por el que nos defeca Trump”. 

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Muestra la lista que arrancó previo a las elecciones de octubre de 2023. Sus primeras dos creaciones:

  1. “Que no te vendan gato por león”.
  2. “¿Salir de la grieta para tirarse al abismo?”. 

Y elige sus dos favoritas de una nómina que seguirá creciendo:

Sobre el veto al aumento de las jubilaciones: “Milei, paparulo, metete el veto en el culo”.

Sobre el desfinanciamiento de las universidades: “Milei: la UBA también tiene las facultades alteradas”.  

Juan Manuel le cuenta a lavaca lo que presagia para él después de las elecciones: “Se profundizará el desastre, sea porque pierda el gobierno o porque gane, de cualquier forma tienen la orden de hacer todo tipo de reformas. Como respuesta en la calle estamos siendo 4 gatos locos, algo que no me entra en la cabeza porque este es el peor gobierno de la historia”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después

Sobre el cierre de la marcha, en uno de los varios actos que se armaron en esta plaza, Virginia, de Jubilados Insurgentes y megáfono en mano, describió que la crisis que el país está atravesando no es nueva: “Estuvo Krieger Vassena con Onganía, Martínez de Hoz con la última dictadura, Cavallo con Menem, Macri con Caputo y Sturzenegger, que son los mismos que ahora están con este energúmeno”. La línea de tiempo que hiló Virginia ubica ministros de economía con dictaduras y gobiernos constitucionales en épocas distintas, con un detalle que a su criterio sigue permaneciendo impune: “La economía neoliberal”.

Allí radica la lucha de estos miércoles, dice. Su sostenibilidad. Porque el miércoles que viene, pase lo que pase, seguirán viniendo a la plaza para continuar marchando. “Estar presente es estar activo, lo que significa estar lúcido”, define.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Carlos Dawlowfki tiene 75 años y se convirtió en un emblema de esa lucidez luego de ser reprimido por la Policía a principio de marzo. Llevaba una camiseta del club Chacarita y en solidaridad con él, una semana después la mayoría de las hinchadas del fútbol argentino organizaron un masivo acompañamiento. Ese 12 de marzo fue, justamente, la tarde en que el gendarme Héctor Guerrero hirió con una granada de gas lacrimógeno lanzada con total ilegalidad al fotógrafo Pablo Grillo (todavía en rehabilitación) y el prefecto Sebastián Martínez le disparó y le sacó un ojo a Jonathan Navarro, quien al igual que Carlos también llevaba la remera de Chaca.

Carlos es parte de la organización de jubilados autoconvocados “Los 12 Apóstoles” y habla con lavaca: “Hoy fui a acompañar a las personas con discapacidad y me di cuenta el dolor que hay internamente. Una tristeza total. Y entendí por qué estamos acá, cada miércoles. Y sentí un orgullo grande por la constancia que llevamos”.

La gente lo reconoce y le pide sacarse fotos con él. “Estás muy solicitado hoy”, lo jode un amigo. Carlos se ríe, antes de ponerse serio: “Hay que aceptarlo, hoy somos una colonia. Pasé el 76 y el 2001, y nunca vi una cosa igual en cuanto a pérdida de soberanía”. De repente, le brota la esperanza: “Pero después del 26, volveremos a ser patria. Esperemos que el pueblo argentino tenga un poquito de memoria y recapacite. Lo único que pido es el bienestar para los pibes del Garrahan y con discapacidad. A mí me quedarán 3, 4, 5 años; tengo un infarto, un stent, así que lucho por mis nietos, por mis hijos, por ustedes”.

Elecciones: lo que ven y sienten los jubilados para el domingo y después
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Carlos hace crítica y también autocrítica. “Nosotros tenemos un país espectacular, pero nos equivocamos. Los mayores tenemos un poco de culpa sobre lo que ocurrió en las últimas elecciones: no asesoramos a nuestros nietos e hijos sobre lo que podía venir y finalmente llegó. Y en eso también tiene que ver la realidad económica. Antes nos juntábamos para comer los domingos, ahora ya no se puede. No le llegamos a la juventud, que votó a la derecha, a una persona que no está en sus cabales”.

Remata Carlos, antes de que le pidan una selfie: “Nosotros ya estamos jugados pero no rendidos. Estos viejos meados -como nos dicen- vamos a luchar hasta nuestra última gota. Y cuando pasen las elecciones, acá seguiremos estando: soñando lo mejor para nuestro país”.

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