CABA
Invisibl3s: Les gauches
El folclore diverso no para de crecer y cuatro de sus exponentes formaron una banda que canta por la visibilidad, contra el silencio y el odio. Del festival de Mataderos, a escenarios de lucha, chacareras anti-apatía y lo que ya no se esconde. Por María del Carmen Varela.

Una chacarera funciona como un antídoto contra la apatía. Zarandeos, zapateos, pañuelos surcan el aire en una tarde de sol; el cemento levanta temperatura con el movimiento acompasado de los cuerpos. Sobre el escenario, alguien baila y concentra las miradas: minifalda, medias de red y remera. Las prendas son de color negro y la remera dice “Gauche”, en letras de colores. Es Ari Lorenzo y es parte del grupo folclórico Invisibl3s, junto al cantante Bebo Chacoma, Fer Borquez en bombo y Marcelo Lapido en flauta, un conjunto que invita a repensar el folclore, sus manifestaciones, las maneras de bailarlo.
Como gesto político, proponen este manifiesto surgido desde la práctica al que le ponen voz en sus presentaciones:
“¿Puedo bailar folclore siendo yo misme, o debo esconderme detrás de ciertas imágenes impuestas?
Si el folclore es el saber del pueblo y es mi forma de explicar el mundo que me rodea, ¿por qué no podría bailarlo?
Yo no soy la otredad, no estoy por fuera ni soy el nuevo folclore. Siempre hemos estado acá, la diferencia es que no vamos a escondernos más.
¡Y sí, esto es político, el folclore siempre ha sido político! Lo ha usado el poder para imponer su ¨ser nacional¨ blanco, macho y heterosexual, pero también lo ha usado el pueblo contra ese poder. ¡La reivindicación de las plumas es mi gesto político!
Un país, una música, una danza, el sexo, la ropa… ¿algo de esto nos define? ¿Qué te define? ¿Quién te define?
Yo soy las plumas y el folclore, ¿y vos sos lo que querés ser o sos lo que te enseñaron a ser?”
El debut oficial como banda fue en el escenario armado frente al Congreso en la Marcha por Tehuel, el pasado 11 de marzo. Les cuatro vienen transitando caminos que confluyeron en Folclore por todes, un espacio para difundir artistas del colectivo LGBTQ+, plataforma de amistad y complicidad desde la cual decidieron armar este proyecto.
¿Por qué Invisibl3s? Ari hace una analogía con el juego infantil “Veo, veo”, en el que hay cosas maravillosas que no se ven: “Entre nosotres sí nos podemos ver, es como un súper poder. Y si lo usamos para meternos dentro de la cultura nacional sin que nadie nos vea, podriamos ir cambiando las cosas desde adentro”.
Ari propone las letras, Bebo las melodías y así, con los aportes de Fer y Marce, están conformando su propio cancionero. Bebo: “Tenemos muchas cosas en común. Nos agarró la pandemia en el medio, ahí hicimos muchos proyectos, videos y se fue dando. Pero más allá de pasarla bien, con Ari queríamos hacer una propuesta concreta”. Muchos de esos videos están subidos a Youtube en el canal de Folclore por todes.
En enero de este año Ari festejó su cumpleaños con una peña en Parque Avellaneda. Fer fue con bombo y palillos, tocó con Bebo y después le mandé un mensaje “de caradura, preguntándole si podia acompañarlo con el bombo”. Resultado: “Acá estoy”.
Marce, como todes, conocía a Ari de La Peña de Lorenzo, un ciclo que organiza desde 2017. Kitsch, disidente e itinerante, la Peña nació en el barrio de Mataderos, en pisos de tierra en convivencia con patos y gallinas, que hace bailar a quien se acerque.
Les Invisibl3s empezaron a juntarse una vez por semana para ensayar y cuando llegó la propuesta para cantar en el festival por Tehuel, no lo dudaron. “Tenemos que estar”. Otro gran evento al que fueron invitades el último domingo de marzo fue la Feria de Mataderos: por primera vez artistas de la comunidad LGBTQ+ se subieron a ese escenario emblemático de la música popular argentina. Compartieron la tarde con la cantante Ferni de Gyldenfeldt y con la coplera salteña Lorena Carpanchay. La reacción del público –que por lo general es habitué de la feria y gustan de bailar todos los ritmos folclóricos– fue muy cálida. “Pudimos nombrar a Tehuel —dice Ari— hablamos sobre el clima con una chacarera anticapitalista, hicimos un recitado cuestionando la construcción del ‘ser nacional’y tocamos visibilizando nuestras identidades. Pudimos hacer lo que queríamos y la repercusión fue increíble, mil veces mejor de lo que esperábamos. En las transmisiones en vivo aparecieron les insultadores de siempre, pero en la vida real no había trolls”.
Agrega Bebo: “Yo vengo del Oeste y nos están abriendo las puertas en las peñas, te convocan, acá en Capital es un poquito más duro. Hay que ir con calma, con paciencia, va a costar un montón, pero hay que seguir golpeando”.
“Late en mi pecho un corazón delator, derribando muros, encendido de pasión. Detrás de este zapateo, no me oculto más, La libertad no se pide, se exige ya.
¿Y quién te creiste para imponer tu moral? No necesito tu falsa legalidad. Si venís a que me oculte, da la vuelta ya. Acá estoy pa´que vos veas, es mi verdad. No tengo miedo a salir de acá porque ahora tengo la fuerza de la comunidad”.
Así dice la letra que Ari escribió para el escondido que se desafía a sí mismo: “No me escondo más”. Durante la pandemia se juntaron a grabarlo Susy Shock, Ivo Colonna, Ferni de Gyldenfeldt, Valen Bonetto, Bebo Chacoma, Yoli Campos, Vero Marjbein, Lautaro Matute junto a bailarinxs y músiques que le pusieron el cuerpo a la calle, al folclore y al grito:
-“No nos escondemos más”.
En noviembre del 2020 “Folclore por todes” participó desde el Centro Cultural Kirchner de la Marcha del Orgullo virtual que transmitió la televisión pública. Cantaron la “Copla del valle” con letra de Lorena Carpanchay y música de Ferni de Gyldenfeld, “No me escondo más” y la “Chacarera de los colores”, con letra de Ari, Bibiana Travi, Julián Suppo y Nadia Kilian Galván. Esta canción, cuentan, es utilizada en muchos colegios en el marco de la Educación Sexual Integral. Dice:
El mundo que conocía explotaba de exclusiones, podemos crear uno nuevo diverso y de mil amores. Al mundo de la nostalgia lo pintamos de colores.
En la Marcha del Orgullo de 2021, que volvió a la presencialidad, fue la primera vez que “Folclore por todes” estuvo en el escenario principal. Ari: “Hay un montón de artistas, pero muches no nombraban sus identidades porque quizás después no podían tocar en muchos espacios. Nombrar tu identidad implica que pierdas algunos espacios, puede ser que ganes otros también, pero eso pasa ahora, hace un par de años no pasaba. No podían decir su identidad y eso les avalaba tocar en peñas tradicionales, si la decían tampoco podían tocar en las otras porque no se les notaba y no vendía. La idea de ´Folclore por todes´ era mostrar que somos muches y en todo el país, no solo acá, en Capital Federal. Sucede también que hay artistas conocides del folclore “que no siempre apoyan porque pueden perder su público. Obviamente, con el apoyo de una de esas personas la repercusión de este folclore diverso sería aún mayor, pero no pasa”. Bebo se refiere a la capacidad de una canción para persistir en la memoria y —¿por qué no?— de generar nuevas ideas. “Hay muchísimas cosas con las que tenemos que lidiar de la cultura machista y cambiarlas de alguna manera. Poder transmitir alguna idea en cada persona que nos va a ver, algo, aunque sea”.
¿Por qué el folclore? “Me gusta la mística, el baile, la ronda, la chacarera —dice Flor. Yo antes tocaba en bandas de cumbia, de afrobeat, pero el folclore tiene algo…”. Bebo asegura que “el folclore te atrapa, más cuando estás en el escenario tocando, cantando y ves a la gente disfrutando, bailando lo que vos interpretás”. José Chacoma, padre de Bebo, es cantante, toca la guitarra y da clases en la Universidad Nacional de las Artes. Bebo no sabía qué estudiar y él le sugirió anotarse en Folclore. “Una vez que empecé en el mundo del folcore ya no me pude despegar, ni quise. Estudié un tiempo en la UNA, después terminé estudiando Laboratorio dental, algo totalmente diferente. Seguí haciendo música, tocando en los subtes, con diferentes grupos, hasta llegar a Invisibl3s”.
Marcelo estudió música clásica en el Conservatorio Manuel de Falla y cuando empezó a dar clases en escuelas, se conectó con la música argentina y latinoamericana. Tocaba en peñas y Ari lo contactó por Instagram para preguntarle si quería formar parte de “Invisibl3s”.
Esta “cosa maravillosa” y multicolor afirma Ari que no es algo nuevo ni está por fuera: “Estuvo siempre dentro del folclore: si no nos veían era porque no querían”.
La estrategia de Invisibl3s es un éxito: ya no lo son.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
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La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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