CABA
Crimen sin castigo
Los responsables políticos de las muertes de Darío y Maxi. Se cumplieron 20 años de la Masacre de Avellaneda y se conoció el anticipo de la segunda parte de La crisis causó 2 nuevas muertes, el documental de Patricio Escobar. Duhalde, Solá, Matzkin, Álvarez y otros protagonistas revelan ante las cámaras –a veces involuntariamente– la complicidad política, policial y de inteligencia detrás del asesinato a mansalva de dos jóvenes de 21 y 22 años. La “embajada”, los gobernadores, las excusas y el objetivo: disciplinar a las organizaciones sociales. Por Franco Ciancaglini.

«La responsabilidad política es indelegable”. Felipe Solá.
Cuando las imágenes se funden a negro se escucha esa última frase del ex canciller, ex diputado, ex ministro de Agricultura, en su rol de ex gobernador de la provincia de Buenos Aires: uno de los responsables políticos cuando ocurrió la Masacre de Avellaneda del 26 de junio de 2002, que derivó en el asesinato de Darío Santillán y Maximiliano Kosteki, además de dejar un tendal de más de 30 heridos con balas de plomo.
Patricio Escobar tiene la virtud en sus documentales de convertir testimonios, incluso excusas, en confesiones, porque logra hacer hablar al poder. En La crisis causó 2 nuevas muertes había usado aquel título del diario Clarín para mostrar cómo el propio periodismo ocultó y desinformó sobre lo que había ocurrido, como si las muertes fueran debidas a “la crisis” y no a personas, instituciones y políticas concretas.
La segunda parte de aquel documental, de la que se acaba de conocer un anticipo de media hora, implica un avance de la investigación que busca comprender dónde estuvo la responsabilidad política e ideológica de aquella represión. Si el comisario Alfredo Fanchiotti y el cabo Alejandro Acosta, de la Policía Bonaerense, fueron condenados a prisión perpetua, ¿de dónde surgieron las órdenes y el aval político que facilitó y permitió que los crímenes se cometieran?
“Yo no iba a hacer esta película” dice ahora Patricio Pato Escobar en su casa porteña de Barracas al fondo, a pocas cuadras del Puente Pueyrredón y de su amado club San Telmo. La chispa para el film saltó cuando, como camarógrafo, fue a entrevistar al ex presidente Eduardo Duhalde para el documental Diciembre, de César González y Alejandro Bercovich. “Yo le voy a peguntar del 26”, pactó Escobar con los directores (que no usaron ese tramo). Así nacía, sin quererlo, la segunda parte de La crisis…, de la cual Patricio compartió el primer adelanto durante el acto del 26 de junio en Puente Pueyrredón, y que puede verse en YouTube y en la productora Artó Cine. Allí están disponibles libremente otros documentales de Escobar como Sonata en Si menor (sobre el Plan Cóndor en Argentina y Uruguay), Bienaventurados los mansos (Iglesia y poder) o Bufones de la risastencia, entre otros.
En esta nueva saga Duhalde asegura que no conocía que, además de los asesinatos, hubo al menos 30 heridos con bala de plomo aquel 26J. Y le discute a Escobar que él no dio la orden de matar, sino la de que no cruzaran a Capital Federal. La estrategia, tanto de Duhalde como de Solá, parece girar alrededor del mismo argumento: no dimos la orden de matar, por tanto, no somos responsables de las muertes. Escobar: “Dicen eso porque evitarían ir presos; yo soy responsable político, pero no soy un asesino. Yo lo que pienso es: por lo menos habría que impedirles seguir siendo funcionarios. Si no podés manejar a la policía, no seas funcionario. Y estas personas siguen en carrera política desde hace 20 años”.
El nuevo documental busca, por eso, desmontar la hipótesis de que la responsabilidad política no es condenable. La media hora de anticipo es una obra en sí misma, que empieza a mostrar las evidencias: las reuniones anteriores y la planificación de la represión; las horas posteriores que intentaron sellar el encubrimiento, sin éxito. Una revelación: Duhalde confiesa que tenía las fotos que Clarín no había publicado de Fanchiotti ejecutando uno de los fusilamientos ya el 27 a la madrugada, antes de una conferencia de su gobierno en la que Jorge Matzkin, ministro del Interior, aseguraba que los piqueteros se habían matado entre ellos. El propio Matzkin aparece reconociendo que esa teoría y la de que había habido una suerte de intento piquetero de golpe de Estado (que él mismo difundió) eran falsedades provistas por la SIDE, la entonces Secretaría de Inteligencia, que luego tuvo que salir a rectificar: otra confirmación de la relación enferma entre política y servicios.
Por esas cosas el anticipo de la nueva versión de La crisis… es un aire fresco de periodismo, y un acto de justicia: Escobar les pregunta a los responsables lo que la justicia jamás les preguntó. ¿Por qué? “Es lo que me pregunto. Solá me dijo: ‘a mí no me llamó nadie. Si me llama la justicia voy corriendo a declarar’”. Habrá que ver si, tras este documental, Solá acelera esa carrera.
Lo que exigía la “embajada”
ras lograr el testimonio de Duhalde, el Frente Darío Santillán le pidió a Patricio la grabación para presentarla en la causa y lo alentaron a continuar la serie de entrevistas a otros responsables políticos. Ya lo había intentado en la primera parte (al final aparecía una larga lista de quienes no aceptaron contestarle). Ahora la cosa cambió: “Gracias al celular pude hablar directamente con los tipos, no con sus jefes de prensa, que antes me filtraban”, cuenta. Otro factor: “Ya pasaron 20 años, se ablandan o quieren hablar por alguna razón”. Hubo quienes a pesar de la tecnología y del tiempo, tampoco contestaron: “Aníbal Fernández (secretario general de la Presidencia de Duhalde, hoy ministro de Seguridad) me clavó el visto”.
Solá clavó el visto una semana, pero luego llamó a Escobar. “Me dijo: te voy a dar la entrevista, es una historia muy dura para mí. Escribí un libro, nadie lo leyó…”. En ese libro de Solá, un capítulo está dedicado a Darío y Maxi. En su versión asegura que fue engañado, que lo puentearon y le endilga la responsabilidad a un trío compuesto por Alfredo Atanasof (jefe de Ministros en aquel momento, ex diputado, actual embajador en Bulgaria), Jorge Matzkin y Oscar Rodríguez (ex vicejefe de la SIDE). Al repetir el argumento frente a la cámara, Escobar le sale al cruce: “No te creo que fuiste engañado”.
Escobar viajó a La Pampa a entrevistar a Matzkin en su mansión. Atanasof y Rodríguez no quisieron brindar testimonio. Otros entrevistados son Juan José Alvárez (que era ministro de Seguridad) y Marcelo Saín (ex subsecretario de Seguridad bonaerense, ex ministro de seguridad rosarino, hoy asesor del Ministerio de Seguridad de Aníbal Fernández). “En off dijeron un montón de cosas que, en cámara, no”, sintetiza Escobar sobre uno de los puntos comunes entre todos.
El documental demuestra que existieron reuniones previas en las que se planificó una represión violenta. Solá, Matzkin y Álvarez refieren una cita en La Pampa en la que los gobernadores de entonces reclamaron mano dura y “más firmeza” frente a las movilizaciones piqueteras. Álvarez revela que hubo otra reunión con funcionarios de la embajada de Estados Unidos que reclamaban que había que “endurecer fuertemente la política”, refiriéndose a la acción policial. También, recuerda, existen registros de reuniones entre la cúpula del gobierno e integrantes de la SIDE. Marcelo Saín dice que hubo “una decisión política de producir un hecho ejemplificador que fuera culminante en esa puja entre el peronismo duhaldista y los movimientos sociales” por el control de la calle. Solá se asombra de que ese “control de la calle” fuera pensado, por el peronismo, a partir de la policía. El documental recuerda que Néstor Kirchner –al margen de su gesto de recibir a los familiares de las víctimas– tampoco mostró interés en avanzar con la causa. Saín agrega que en 2002 la decisión política fue que la responsabilidad por las muertes “se corta en el hilo policial, como la mayoría de las veces ocurre”.
Pero la película aún no termina. “Hay que seguir investigando –remarca Escobar– cómo son los mecanismos políticos que estaban totalmente aceitados, para que se demuestre la responsabilidad de cada uno”.
Todavía no hay fecha para que este anticipo de media hora se convierta en un documental completo, mientras continúa la búsqueda de financiamiento. Patricio: “Me interesa investigar el accionar de la SIDE, y terminar de reconstruir esos días previos donde Duhalde, Atanasof, Álvarez y demás planificaron la represión con balas de plomo”.
El rol del tiempo se nota en un detalle autogestivo: uno de los camarógrafos de esta segunda parte es Teo Escobar, hijo de Patricio y de Carolina Fernández, coproductora del film. Teo tiene 15 años, no había nacido cuando se realizó La crisis… y ya casi pasa el metro 90 de su padre. “Fue el documental que más me impresionó de mi viejo. Ayuda mucho a entender qué pasó”.
¿Qué imaginar sobre lo que se viene judicialmente? Patricio: “Yo no creo que estos políticos vayan a ir presos. Pero si logramos que vayan a declarar como testigos, Solá por ejemplo, va a quedar en el imaginario de la gente que el tipo al menos tuvo que ir a declarar por la causa. Por eso, la película. Lo que siempre te queda es la justicia social”.
Portada
Sin pan y a puro circo: la represión a jubilados para tapar otra derrota en el Congreso
La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes […]

La marcha pacífica de jubilados y jubiladas volvió a ser reprimida por la Policía de la Ciudad para impedir que llegara hasta la avenida Corrientes. La Comisión Provincial por la Memoria confirmó cuatro detenciones (entre ellas, un jubilado) que la justicia convalidó y cuatro personas heridas. Una fue una jubilada a quien los propios manifestantes salvaron de que los uniformados la pasaran por arriba. En medio del narcogate de Espert, quien pidió licencia en Diputados por “motivos personales”, las imágenes volvieron a exhibir la debilidad del Gobierno, golpeando a personas con la mínima que no llegan a fin de mes, mientras sufría otra derrota en la Cámara baja, que aprobó con 140 votos afirmativos la ley que limita el uso de los DNU por parte de Milei.
Por Francisco Pandolfi y Lucas Pedulla.
Fotos: Juan Valeiro.
Un jubilado de setenta y tantos eleva un cartel bien alto con sus dos manos.
“Pan y circo”, dice.
Pero el “pan” y la “y” están tachados, porque en este miércoles, como en esta época, lo que falta de pan sobra de circo. El triste espectáculo lo ofrece una vez más la policía, hoy particularmente la de la Ciudad, que desplegó un cordón sobre Callao, casi a la altura de Sarmiento, para evitar que la pacífica movilización de jubilados y jubiladas llegara hasta la avenida Corrientes. Detrás de los escudos, aparecieron los runrunes de la motorizada para atemorizar. Y envalentonados, los escudos avanzaron contra todo lo que se moviera, con una estrategia perversa: cada tanto, los policías abrían el cordón y de atrás salían otros uniformados que, al estilo piraña, cazaban a la persona que tenían enfrente. Algunos zafaron a último milímetro.
Pero los oficiales detuvieron a cuatro: el jubilado Víctor Amarilla, el fotógrafo Fabricio Fisher, un joven llamado Cristian Zacarías Valderrama Godoy, y otro hombre llamado Osvaldo Mancilla.



Las detenciones de Cristian Zacarías y del fotógrafo Fabricio Fisher. La policía detuvo al periodista mientras estaba de espaldas. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
En esa avanzada, una jubilada llamada María Rosa Ojeda cayó al suelo por los golpes y fue la rápida intervención de los manifestantes, del Cuerpo de Evacuación y Primeros Auxilios (CEPA), y de otros rescatistas los que la ayudaron. “Gracias a todos ellos la policía no me pasó por encima”, dijo. Su única arma era un bastón con la bandera de argentina.
Como en otros miércoles de represión, la estrategia pareciera buscar que estas imágenes opaquen aquellas otras que evidencian el momento de debilidad que atraviesa el Gobierno. Hoy no sólo el diputado José Luis Espert, acusado de recibir dinero de Federico «Fred» Machado, empresario extraditado a Estados Unidos por una causa narco, se tomó licencia alegando “motivos personales”, sino que la Cámara baja sancionó, por 140 votos a favor, 80 negativos y 17 abstenciones, la ley que limita el uso de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) por parte del Presidente. El gobierno anunció un clásico ya de esta gestión: el veto.
Por ahora, el proyecto avanza hacia el Senado.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El poco pan
La calle preveía este golpe, y por eso durante este miércoles se cantó:
“Si no hay aumento,
consiganló,
del 3%
que Karina se robó”.
Ese tema fue el hit del inicio de la jornada de este miércoles, aunque hilando fino carece de verdad absoluta, porque las jubilaciones de octubre sí registraron un aumento: el 1,88%, que llevó el haber mínimo a $326.298,38. Sumado al bono de 70 mil, la mínima trepó a $396 mil. “Es un valor irrisorio. Seguimos sumergidos en una vida que no es justa y el gobierno no afloja un mango, es tremendo cómo vivimos”, cuenta Mario, que no hay miércoles donde no diga presente. “Nos hipotecan el presente y el futuro también, cerrando acuerdos con el FMI que nos impone cómo vivir, y no es más que pan para hoy y hambre para mañana, aunque el pan para hoy te lo debo”.
Victoria tiene 64 años y es del barrio porteño de Villa Urquiza. Cuenta que desde hace 10 meses no puede pagar las expensas. Y que por eso el consorcio le inició un juicio. Cuenta que otra vecina, de 80, está en la misma. Cuenta que es insulina dependiente pero que ya no la compra porque no tiene con qué. Cuenta que su edificio es 100% eléctrico y que de luz le vienen alrededor de 140 mil pesos, más de un tercio de su jubilación. Cuenta que está comiendo una vez por día y que su “dieta” es “mate, mate y mate”. Vuelve a sonreír cuando cuenta que tiene 3 hijos y 4 nietos y cuando dice que va a resistir: “Hasta cuando pueda”.

A María Rosa la salvó la gente de que la policía la pasara por arriba. Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
El mucho circo
Desde temprano hubo señales de que la represión policial estaba al caer. A diferencia de los miércoles anteriores, la Policía no cortó la avenida Rivadavia a la altura de Callao. Tampoco cortó el tránsito, lo que permitió que los jubilados y las jubiladas cortaran la calle para hacer semaforazos. Después de media hora, cuando la policía empezó a desviar el tránsito y la calle quedó desolada, comenzó la marcha, pero en vez de rodear la Plaza de los Dos Congresos como es habitual, caminó por Callao en dirección a Corrientes, hasta metros de la calle Sarmiento, donde se erigió un cordón policial y empezó a avanzar contra las y los manifestantes.
Desde atrás, irrumpieron con violencia dos cuerpos en moto: el GAM (Grupo de Acción Motorizada) y el USyD (Unidad de Saturación y Detención), pegando con bastones e insultando a quienes estaban en la calle. “Vinieron a pegarme directamente, mi pareja me quiso ayudar y lo detuvieron a él, que no estaba haciendo nada”, cuenta Lucas, el compañero de Cristian Zacarías, uno de los detenidos.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Cercaron el lugar una centena de efectivos de la policía porteña, que no permitieron a la prensa acercarse ni estar en la vereda registrando la escena.
“¿Alguien me puede decir si la detención fue convalidada”, pregunta Lucas al pelotón policial.
Silencio.
“¿Me pueden decir sí o no?”.
Silencio.
Un comerciante mira y vocifera: “¿Sabés lo que hicieron a la vuelta? Subieron a la vereda con las motos”.
Otro se acerca y pregunta: “¿A quién tienen detenido acá, al Chapo Guzmán?”
“No”, le responde seco un periodista: “A un pibe y a un jubilado”.
La Comisión Provincial por la Memoria confirmó las cuatro detenciones (fue aprehendida una quinta persona y derivada al SAME para su atención) y cuatro personas heridas. El despliegue incluyó la presencia también de Policía Federal, Prefectura y Gendarmería detrás del Congreso mientras el despliegue represivo fue «comandado por agentes de infantería de la Policía de la Ciudad». El organismo observó que después de semanas donde el operativo disponía el vallado completo, en los últimos miércoles el dispositivo dejó abierta una vía de circulación que es la que eligen las fuerzas para avanzar contra los manifestantes.

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
También se hizo presente Fabián Grillo, papá de Pablo, que sufrió esa represión el 12 de marzo, en esta misma plaza, y continúa su rehabilitación en el Hospital Rocca. “Su evolución es positiva”, comunicó la familia. El fotorreportero está empezando a comer papilla con ayuda, continúa con sonda como alimento principal, se sienta y se levanta con asistencia y le están administrando medicación para que esté más reactivo. “Seguimos para adelante, lento, pero a paso firme”, dicen familiares y amigos. El martes, la jueza María Servini procesó al gendarme Héctor Guerrero por el disparo. El domingo se cumplirán siete meses y lo recordarán con un festival.
Pablo Caballero mira toda esta disposición surrealista desde un costado. Tiene 76 años y cuatro carteles pegados sobre un cuadrado de cartón tan grande que va desde el piso del Congreso hasta su cintura:
- “Roba, endeuda, estafa, paga y cobra coimas. CoiMEA y nos dice MEAdos. Miente, se contradice, vocifera, insulta, violenta, empobrece, fuga, concentra. ¿Para qué lo queremos? No queremos, ¡basta! Votemos otra cosa”.
- “El 3% de la coimeada más el 7% del chorro generan 450% de sobreprecios de medicamentos”.
- El tercer cartel enumera todo lo que “mata” la desfinanciación: ARSAT, INAI, CAREM, CONICET, ENERC, Gaumont, INCAA, Banco Nación, Aerolíneas, Hidrovía, agua, gas, litio, tierras raras, petróleo, educación. Una enumeración del saqueo.
El cuarto cartel lo explica Pablo: “Cobro la jubilación mínima, que equivale al 4% de lo que cobran los que deciden lo que tenemos que cobrar, que son 10 millones de pesos. No tiene sentido. Por eso, hay que ir a votar en octubre”.
Pablo mira al cielo, como una imploración: «¡Y que se vayan!».

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org

Foto: Juan Valeiro para lavaca.org
Artes
Un festival para celebrar el freno al vaciamiento del teatro

La revista Llegás lanza la 8ª edición de su tradicional encuentro artístico, que incluye 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas. Del 31 de agosto al 12 de septiembre habrá espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. El festival llega con una victoria bajo el brazo: este jueves el Senado rechazó el decreto 345/25 que pretendía desguazar el Instituto Nacional del Teatro.
Por María del Carmen Varela.
«La lucha continúa», vitorearon este jueves desde la escena teatral, una vez derogado el decreto 345/25 impulsado por el gobierno nacional para vaciar el Instituto Nacional del Teatro (INT).
En ese plan colectivo de continuar la resistencia, la revista Llegás, que ya lleva más de dos décadas visibilizando e impulsando la escena local, organiza la 8ª edición de su Festival de teatro, que en esta ocasión tendrá 35 obras a mitad de precio y algunas gratuitas, en 15 salas de la Ciudad de Buenos Aires. Del 31 de agosto al 12 de septiembre, más de 250 artistas escénicos se encontrarán con el público para compartir espectáculos de teatro, danza, circo, música y magia.
El encuentro de apertura se llevará a cabo en Factoría Club Social el domingo 31 de agosto a las 18. Una hora antes arrancarán las primeras dos obras que inauguran el festival: Evitácora, con dramaturgia de Ana Alvarado, la interpretación de Carolina Tejeda y Leonardo Volpedo y la dirección de Caro Ruy y Javier Swedsky, así como Las Cautivas, en el Teatro Metropolitan, de Mariano Tenconi Blanco, con Lorena Vega y Laura Paredes. La fiesta de cierre será en el Circuito Cultural JJ el viernes 12 de septiembre a las 20. En esta oportunidad se convocó a elencos y salas de teatro independiente, oficial y comercial.
Esta comunión artística impulsada por Llegás se da en un contexto de preocupación por el avance del gobierno nacional contra todo el ámbito de la cultura. La derogación del decreto 345/25 es un bálsamo para la escena teatral, porque sin el funcionamiento natural del INT corren serio riesgo la permanencia de muchas salas de teatro independiente en todo el país. Luego de su tratamiento en Diputados, el Senado rechazó el decreto por amplia mayoría: 57 rechazos, 13 votos afirmativos y una abstención.
“Realizar un festival es continuar con el aporte a la producción de eventos culturales desde diversos puntos de vista, ya que todos los hacedores de Llegás pertenecemos a diferentes disciplinas artísticas. A lo largo de nuestros 21 años mantenemos la gratuidad de nuestro medio de comunicación, una señal de identidad del festival que mantiene el espíritu de nuestra revista y fomenta el intercambio con las compañías teatrales”, cuenta Ricardo Tamburrano, director de la revista y quien junto a la bailarina y coreógrafa Melina Seldes organizan Llegás.
Más información y compra de entradas: www.festival-llegas.com.ar

CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

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