CABA
Agroecología: la carne de verdad encontró su espacio de venta al público

Entre chorizos, salchichas parrilleras, colitas de cuadril, vacíos, faldas y muchos otros cortes, y con media cuadra de cola de público expectante, se concretó uno de los hechos productivos, comerciales, intelectuales y ambientales más interesantes de los últimos tiempos.
Ocurrió en Sarandí, en Arredondo al 3300, al festejarse el primer aniversario del Mayorista Cooperativo de Alimentos e inaugurarse la Carnicería Agroecológica de la UTT (Unión de Trabajadoras y Trabajadores de la Tierra), abastecida por productores de la RENAMA, la Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología.
Se trata de carne de animales vacunos criados a pasto, “sana, sin antibióticos, anabólicos, granos transgénicos y fumigados, ni esas cosas que le ponen al ganado engordado en feed lot” explica a lavaca, muy emocionado, Jorge Themtham, de familia que hace 100 años produce en Treinta de Agosto, provincia de Buenos Aires, e integrante del grupo Suelo Vivo y de la RENAMA.
Traducción: carne de calidad superior y no intervenida químicamente como la que se vende a nivel masivo. Vacas que caminan y recuperan su condición de rumiantes por comer pastos (fibras) en lugar de engordar a base de granos en corrales nauseabundos que se huelen a kilómetros de distancia, con los problemas de salud animal y social que eso genera, sin hablar de la contaminación. Un modelo de feed loto que vacía los campos para permitir la producción de transgénicos, que agravan las condiciones de ambientales y de salud social.
Lo que se ofrece en este Mercado, en cambio, es una carne que además de sana y sabrosa, cuenta con todos los cuidados sanitarios y autorizaciones que corresponden a este tipo de producción, distribución, faenamiento y comercialización.

Algunos precios al público: nalga, 830; cuadrada, 810; bola de lomo, 780; pesceto, 850; Lomo, 860; bifes angostos y anchos, 660; asado, 650; matambre, 790; vacío, 750; molleja, 1.200; asado americano y tapa de asado, 740; chorizos, 530.
Themtham: “Los precios son mejores que los habituales, para una carne que es mucho mejor. Además, es la primera vez que me siento respetado como productor, por el trato, y también por lo comercial, porque termino cobrando alrededor de un 20% o más que si mando el ganado a Liniers”.
Durante el sábado solamente hubo más de 600 personas comprando a todo ritmo, llegadas desde los cercanos barrios de Avellaneda, y también desde La Plata, Lanús, toda la CABA, Vicente López, Lomas de Zamora, entre tantos lugares que Juan Pablo Juampi Della Villa (secretario de comercialización de la UTT) iba consultando al público, como uno de los anfitriones del evento. Me dice Elsa, una señora de Caballito: “Ojalá pusieran algo así más cerca de mi casa, porque no sé de otras carnicerías que vendan carne natural como esta”.
Detalle simbólico y práctico: el encargado de la faena es SUBPGA, frigorífico recuperado por sus 600 trabajadores organizados en cooperativa.
El propio Themtham cortó la cinta simbólica de inauguración junto a Adriana Fontana (casados hace 42 años), la joven productora boliviana Zulma Molloja, una de las voceras de la UTT; Juan Manuel Rossi, presidente de Fecofe (Federación de Cooperativas Federadas) y Nahuel Levaggi uno de los fundadores de la UTT y actual presidente del Mercado Central.
Voces para comprender lo que se abre a partir de este evento de fines de noviembre de 2021.
Eduardo Cerdá, ingeniero agrónomo, Director Nacional de Agroecología y uno de los fundadores de la RENAMA: “Estoy feliz, hace tiempo veníamos hablando de esto, pero la UTT puso en marcha todo este exigente sistema sanitario e industrial para que esto se haga, apareció la posibilidad del frigorífico recuperado, y esto además favorece al público y a los productores. Y es más: los suelos recuperados de los campos agroecológicos son un gran aporte que le puede hacer Argentina al mundo frente a la crisis climática, y para revertir la fenomenal pérdida de suelos que hemos tenido en los últimos 25 años”.

¿Cómo se logra mejor precio para quienes consumen? “Porque se achica la cadena de comercialización. El que compra paga menos y el que produce recibe más. Y encima la mejora en la salud y el ambiente. Todo ganancia”.
Otra cuestión: “Este tipo de crianza está aportando además a un cambio que precisamos para salir de los problemas zoonóticos, pandémicos que estamos viviendo, y de falta de sistemas inmunológicos: creemos que estamos sanos y estamos empastillados. Esto viene a aportar esta carne”.
Nahuel Levaggi: “Acá están los compañeros del campo, del frigorífico recuperado, los minoristas, garantizando buen precio al productor, y logrando demostrar con los libros abiertos cómo la alimentación puede ser más barata”.
“Eso tiene que ver con una concepción fundamental: Las corporaciones consideran que la comida es una mercancía. Pero nosotros decimos que no, que es un derecho, que le digan a la mamá que no le puede dar de comer a sus hijos si es una mercancía”.
“La alimentación es un derecho humano como cualquier otro, por el cual ponemos nuestro corazón y nuestra fuerza como organización. Hoy estamos abriendo la carnicería, y esto está demostrando que no hay un solo campo, un solo modelo, una sola de producir. Es mentira. Estamos demostrando todos los días que es mentira. Lo hacemos desde hace años. Y el Estado tiene que entenderlo”.
“Creemos que no se puede transformar sin poder popular y sin poner el corazón y el amor por la vida, poniendo las ideas y el corazón. Sin eso no hay transformación posible”.
“Hoy el alimento está en discusión, por los precios. Cada vez es más normal hablar de agroecología, hay una condena al modelo más allá de que quieran lavarse la cara poniendo anuncios en los medios. Nosotros entendemos y demostramos que otro modelo es posible, construyendo alianzas entre los sectores populares”.
“Queremos que la comida sea accesible y sana. Y aquí estamos demostrando que eso es posible”.
Un mensaje con clave política, para quien es a la vez funcionario: “Hoy es un día de fiesta, en años muy difíciles. No hemos bajado los brazos en ningún momento, ni durante la pandemia ni ahora, al contrario, estamos avanzando, remando en dulce de leche, pero de eso se trata, de transformar la vida para todos y todas, para nuestros hijes y los hijes de todes”.
Jorge Themtham mira a la gente comprando. “Esto es hermoso”, dice, y no puede seguir hablando porque está conmovido. “No me imaginaba ver esto. Es la primera vez en mi vida que me siento con una persona a ver cuál es el precio de la carne. Pero además es el trato y el empuje de estos muchachos” dice señalando a la gente de remera verde que identifica a la UTT. Puede verse, en efecto, a Juampi y a Nahuel organizando cosas, trayendo y llevando cajones, sillas, o lo que haga falta para que toda la gente esté cómoda”.

El público acercándose al mostrador: carne agroecológica como una oferta prácticamente inédita.
Juan Manuel Rossi presidente de FECOFE, es otro de los anfitriones, que describe lo que significa este enorme galpón: “Creamos la Mesa Agroalimentaria con la UTT y desde este centro de distribución mayorista al que el público puede venir a comprar, abastecemos además a otros locales y comercios del conurbano y la capital, con productos de más de 80 cooperativas de todo el país: por ejemplo yerbas, aceite, fideos, vinos, lácteos y ahora la carnicería”.
Mensaje a los escritorios: “Esto también significa mostrarle al Estado que esto es posible, y que con políticas públicas esto podría llegar a todos los argentinos. Somos los que le agregamos valor a la alimentación, y no los que agregan precio. El intermediario agrega precio, aporta poco y se lleva mucho. Acá estamos cambiando la ecuación y la relación con la gente”.
Un debate sobre esta carne sugiere que es más dura que la agroquímica. Podría plantearse que la convencional no es más tierna, sino más blanda, porque son animales que no han hecho más que engordar. Pero esa blandura va en contra de la salud, por todo lo dicho hasta aquí, y del sabor: la carne agroecológica no es más dura sino más firme, por provenir de animales que hacen una vida normal y no una de encierro. Se trata de probar, y empezar a degustar las sorpresas. Razona Rossi: “Es como pasa con el tomate agroecológico, que tiene gusto a tomate. Aquí recuperás el sabor de la carne de verdad”.
Juampi Della Villa es uno de los arquitectos tanto de los sistemas de comercialización como de la llegada de la carne agroecológica a quienes consumen: “Yo creo que la discusión es por el modelo agroalimentario. Demostramos que la gente puede acceder a alimentos sanos, de calidad y accesibles”.

“Queda claro que la discusión no es si exportamos o no exportamos. Tenemos que producir alimentos para el mercado interno y para la exportación, pero eso no puede estar en manos de 5 o 6 empresas. Tenemos que democratizar el circuito productivo incorporando a los pequeños y medianos productores, para dar vuelta el concepto de la comercialización entendiendo la comida como derecho y no como mercancía”.
“Si la UTT, la Mesa Agroalimentaria y la RENAMA logran vender la carne 25% más barato con una construcción popular y social, con políticas pública y entendiendo esto como una necesidad estructural argentina, podríamos comer todos más sano, más barato, y conseguir divisas para potenciar un programa de producción de alimentos soberanos para nuestro pueblo”.
“Pero eso no lo pueden hacer 5 corporaciones. Si democratizamos la producción y participamos en la exportación de esos alimentos, vamos a impactar directamente en la generación de cientos de miles de puestos de trabajo y cientos de kilos de comida sana, segura y soberana”.
En los Almacenes de Ramos Generales de la UTT habrá pronto cortes envasados al vacío, mientras en el Mayorista de Sarandí los horarios son de lunes a sábado desde las 8 de la mañana a las 18. El comienzo, tal vez, de una nueva historia en muchas mesas y en muchas vidas.
CABA
Festival ENTRÁ: Resistencia cultural contra el Decreto 345 que quedó ¡afuera! y un acto performático a 44 años del atentado a El Picadero

A 44 años del atentado en plena dictadura contra el Teatro El Picadero, ayer se juntaron en su puerta unas 200 personas para recordar ese triste episodio, pero también para recuperar el espíritu de la comunidad artística de entonces que no se dejó vencer por el desaliento. En defensa del Instituto Nacional del Teatro se organizó una lectura performática a cargo de reconocidas actrices de la escena independiente. El final fue a puro tambor con Talleres Batuka. Horas más tarde, la Cámara de Diputados dio media sanción a la derogación del Decreto 345 que desfinancia al Instituto Nacional del Teatro, entre otros organismos de la Cultura.
Por María del Carmen Varela
Fotos Lina Etchesuri para lavaca
Homenaje a la resistencia cultural de Teatro Abierto. En plena dictadura señaló una esperanza.
Esto puede leerse en la placa ubicada en la puerta del Picadero, en el mítico pasaje Discépolo, inaugurado en julio de 1980, un año antes del incendio intencional que lo dejara arrasado y solo quedara en pie parte de la fachada y una grada de cemento. “Esa madrugada del 6 de agosto prendieron fuego el teatro hasta los cimientos. Había empezado Teatro Abierto de esa manera, con fuego. No lo apagaron nunca más. El teatro que quemaron goza de buena salud, está acá”, dijo la actriz Antonia De Michelis, quien junto a la dramaturga Ana Schimelman ofició de presentadoras.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
La primera lectura estuvo a cargo de Mersi Sevares, Gradiva Rondano y Pilar Pacheco. “Tres compañeras —contó Ana Schimelman— que son parte de ENTRÁ (Encuentro Nacional de Teatro en Resistencia Activa) un grupo que hace dos meses se empezó a juntar los domingos a la tarde, a la hora de la siesta, ante la angustia de cosas que están pasando, decidimos responder así, juntándonos, mirándonos a las caras, no mirando más pantallas”. Escuchamos en estas jóvenes voces “Decir sí” —una de las 21 obras que participó de Teatro Abierto —de la emblemática dramaturga Griselda Gambaro. Una vez terminada la primera lectura de la tarde, Ana invitó a lxs presentes a concurrir a la audiencia abierta que se realizará en el Congreso de la Nación el próximo viernes 8 a las 16. “Van a exponer un montón de artistas referentes de la cultura. Hay que estar ahí”.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Las actrices Andrea Nussembaum, María Inés Sancerni y el actor Mariano Sayavedra, parte del elenco de la obra “Civilización”, con dramaturgia de Mariano Saba y dirección de Lorena Vega, interpretaron una escena de la obra, que transcurre en 1792 mientras arde el teatro de la Ranchería.
Elisa Carricajo y Laura Paredes, dos de las cuatro integrantes del colectivo teatral Piel de Lava, fueron las siguientes. Ambas sumaron un fragmento de su obra “Parlamento”. Para finalizar Lorena Vega y Valeria Lois interpretaron “El acompañamiento”, de Carlos Gorostiza.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
Con dramaturgia actual y de los años ´80, el encuentro reunió a varias generaciones que pusieron en práctica el ejercicio de la memoria, abrazaron al teatro y bailaron al ritmo de los tambores de Talleres Batuka. “Acá está Bety, la jubilada patotera. Si ella está defendiendo sus derechos en la calle, cómo no vamos a estar nosotrxs”, dijo la directora de Batuka señalando a Beatriz Blanco, la jubilada de 81 años que cayó de nuca al ser gaseada y empujada por un policía durante la marcha de jubiladxs en marzo de este año y a quien la ministra Bullrich acusó de “señora patotera”.
Todxs la aplaudieron y Bety se emocionó.
El pasaje Santos Discépolo fue puro festejo.
Por la lucha, por el teatro, por estar juntxs.
Continuará.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.


Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.

Foto: Lina M. Etchesuri para lavaca.
CABA
La vida de dos mujeres en la Isla de la Paternal, entre la memoria y la lucha: una obra imperdible

Una obra única que recorre el barrio de Paternal a través de postas de memoria, de lucha y en actual riesgo: del Albergue Warnes que soñó Eva Perón, quedó inconcluso y luego se utilizó como centro clandestino de detención; al Siluetazo de los 80´, los restoranes notables, los murales de Maradona y el orfanato Garrigós, del cual las protagonistas son parte. Vanesa Weinberg y Laura Nevole nos llevan de la mano por un mapa que nos hace ver el territorio cotidiano en perspectiva y con arte. Una obra que integra la programación de Paraíso Club.
María del Carmen Varela
Las vías del tren San Martín, la avenida Warnes y las bodegas, el Instituto Garrigós y el cementerio de La Chacarita delimitan una pequeña geografía urbana conocida como La Isla de la Paternal. En este lugar de casas bajas, fábricas activas, otras cerradas o devenidas en sitios culturales sucede un hecho teatral que integra a Casa Gómez —espacio dedicado al arte—con las calles del barrio en una pintoresca caminata: Atlas de un mundo imaginado, obra integrante de la programación de Paraíso Club, que ofrece un estreno cada mes.
Sus protagonistas son Ana y Emilia (Vanesa Weinberg y Laura Nevole) y sus versiones con menos edad son interpretadas por Camila Blander y Valentina Werenkraut. Las hermanas crecieron en este rincón de la ciudad; Ana permaneció allí y Emilia salió al mundo con entusiasmo por conocer otras islas más lejanas. Cuenta el programa de mano que ambas “siempre se sintieron atraídas por esos puntos desperdigados por los mapas, que no se sabe si son manchas o islas”.


La historia
A fines de los ´90, Emilia partió de esta isla sin agua alrededor para conocer otras islas: algunas paradisíacas y calurosas, otras frías y remotas. En su intercambio epistolar, iremos conociendo las aventuras de Emilia en tierras no tan firmes…
Ana responde con las anécdotas de su cotidiano y el relato involucra mucho más que la narrativa puramente barrial. Se entrecruzan la propia historia, la del barrio, la del país. En la esquina de Baunes y Paz Soldán se encuentra su “barco”, anclado en plena isla, la casa familiar donde se criaron, en la que cada hermana tomó su decisión. Una, la de quedarse, otra la de marcharse: “Quien vive en una isla desea irse y también tiene miedo de salir”.
A dos cuadras de la casa, vemos el predio donde estaba el Albergue Warnes, un edificio de diez pisos que nunca terminó de construirse, para el que Eva Perón había soñado un destino de hospítal de niñxs y cuya enorme estructura inconclusa fue hogar de cientos de familias durante décadas, hasta su demolición en marzo de 1991. Quien escribe, creció en La Isla de La Paternal y vio caer la mole de cemento durante la implosión para la que se utilizó media tonelada de explosivos. Una enorme nube de polvo hizo que el aire se volviera irrespirable por un tiempo considerable para las miles de personas que contemplábamos el monumental estallido.
Emilia recuerda que el Warnes había sido utilizado como lugar de detención y tortura y menciona el Siluetazo, la acción artística iniciada en septiembre de 1983, poco tiempo antes de que finalizara la dictadura y Raúl Alfonsín asumiera la presidencia, que consistía en pintar siluetas de tamaño natural para visibilizar los cuerpos ausentes. El Albergue Warnes formó parte de esa intervención artística exhibida en su fachada. La caminata se detiene en la placita que parece una mini-isla de tamaño irregular, sobre la avenida Warnes frente a las bodegas. La placita a la que mi madre me llevaba casi a diario durante mi infancia, sin sospechar del horror que sucedía a pocos metros.
El siguiente lugar donde recala el grupo de caminantes en una tarde de sábado soleado es el Instituto Crescencia Boado de Garrigós, en Paz Soldán al 5200, que alojaba a niñas huérfanas o con situaciones familiares problemáticas. Las hermanas Ana y Emilia recuerdan a una interna de la que se habían hecho amigas a través de las rejas. “El Garrigós”, como se lo llama en el barrio, fue mucho más que un asilo para niñas. Para muchas, fue su refugio, su hogar. En una nota periodística del portal ANRed —impresa y exhibida en Casa Gómez en el marco de esta obra— las hermanas Sosa, Mónica y Aída, cuentan el rol que el “Garri” tuvo en sus vidas. Vivían con su madre y hermanos en situación de calle hasta que alguien les pasó la información del Consejo de Minoridad y de allí fueron trasladas hasta La Paternal. Aída: “Pasar de la calle a un lugar limpio, abrigado, con comida todos los días era impensable. Por un lado, el dolor de haber sido separadas de nuestra madre, pero al mismo tiempo la felicidad de estar en un lugar donde nos sentimos protegidas desde el primer momento”. Mónica afirma: “Somos hijas del Estado” .
De ser un instituto de minoridad, el Garrigós pasó a ser un espacio de promoción de derechos para las infancias dependiente de la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia de Argentina (SENAF), pero en marzo de este año comenzó su desmantelamiento. Hubo trabajadorxs despedidxs y se sospecha que, dado el resurgimiento inmobiliario del barrio, el predio podría ser vendido al mejor postor.
El grupo continúa la caminata por un espacio libre de edificios. Pasa por la Asociación Vecinal Círculo La Paternal, donde Ana toma clases de salsa.
En la esquina de Bielsa (ex Morlote) y Paz Soldán está la farmacia donde trabajaba Ana. Las persianas bajas y los estantes despojados dan cuenta de que ahí ya no se venden remedios ni se toma la presión. Ana cuenta que post 2001 el local dejó de abrir, ya que la crisis económica provocó que varios locales de la zona se vieran obligados a cerrar sus puertas.
La Paternal, en especial La Isla, se convirtió en refugio de artistas, con una movida cultural y gastronómica creciente. Dejó de ser una zona barrial gris, barata y mal iluminada y desde hace unos años cotiza en alza en el mercado de compra-venta de inmuebles. Hay más color en el barrio, las paredes lucen murales con el rostro de Diego, siempre vistiendo la camiseta roja del Club Argentinos Juniors . Hay locales que mutaron, una pequeña fábrica ahora es cervecería, la carnicería se transformó en el restaurante de pastas Tita la Vedette, y la que era la casa que alquilaba la familia de mi compañera de escuela primaria Nancy allá por los ´80, ahora es la renovada y coqueta Casa Gómez, desde donde parte la caminata y a donde volveremos después de escuchar los relatos de Ana y Emilia.
Allí veremos cuatro edificios dibujados en tinta celeste, enmarcados y colgados sobre la pared. El Garrigós, la farmacia, el albergue Warnes y el MN Santa Inés, una antigua panadería que cerró al morir su dueño y que una década más tarde fuera alquilada y reacondicionada por la cheff Jazmín Marturet. El ahora restaurante fue reciente ganador de una estrella Michelín y agota las reservas cada fin de semana.
Lxs caminantes volvemos al lugar del que partimos y las hermanas Ana y Emilia nos dicen adiós.
Y así, quienes durante una hora caminamos juntxs, nos dispersamos, abadonamos La Isla y partimos hacia otras tierras, otros puntos geográficos donde también, como Ana y Emilia, tengamos la posibilidad de reconstruir nuestros propios mapas de vida.
Atlas de un mundo imaginado
Sábados 9 y 16 de agosto, domingos 10 y 17 de agosto. Domingo 14 de septiembre y sábado 20 de septiembre
Casa Gómez, Yeruá 4962, CABA.
Actualidad
Discapacidad: “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”

Se concretó este martes la marcha de personas con discapacidad y familiares, frente a quienes el gobierno hizo más de lo mismo: envió Policía y Gendarmería a amedrentarlos y amenazarlos, pese a que no estaban siquiera rompiendo el protocolo. Los gendarmes y policías tuvieron así la notable actitud de empujar y agredir a manifestantes con discapacidad que estaban reclamando pacíficamente por la motosierra aplicada a sus tratamientos, lo cual rompe toda frontera de la palabra «vulnerable».
Compartimos aquí la crónica realizada por el diario autogestivo Tiempo Argentino al respecto, reflejo de lo que está ocurriendo en el país.
Por Tiempo Argentino
Fotos: Antonio Becerra.
En protesta por el veto presidencial a la Ley de Emergencia, organizaciones de personas con discapacidad concentraron frente al Congreso, rodeado por policías y gendarmes. El reclamo se multiplicó en distintos puntos del país.
“Vallaron todo, nos rodearon de una manera exagerada. No es una movilización agresiva, nunca lo fue. No era necesaria tanta policía, tanta militarización”, criticaba Fernanda Abalde mientras emprendía la retirada de la masiva concentración frente al Congreso contra el veto de Javier Milei a la Ley de Emergencia en Discapacidad. Coordinadora de un centro de profesionales en neurodesarrollo y hermana de una persona con discapacidad a quien le recortaron las pensiones, sufre en carne propia el ajuste y el maltrato sobre el sector, que afecta tanto a prestadores como familias.
“Hay mucho maltrato del sistema a las familias, no es un sistema accesible. No solo en lo económico, es agresivo. Este año fue terrible. Hasta junio no estaban autorizados tratamientos presentados en noviembre del año pasado, por ejemplo. Siempre hubo un golpe a la discapacidad, pero este año fue muy atípico, recortaron muchos tratamientos, demoraron las autorizaciones, se planchó el nomenclador”, enumeró Abalde, coordinadora de Pulsar NeuroSocial y miembro del colectivo de Prestadores en Unidad CABA y GBA. “Es un sector con mucha demanda y se lo está desmantelando. Hay muchas familias que no pueden costear sus tratamientos”, lamentó en diálogo con Tiempo.

Represión como respuesta
La protesta había comenzado 11.30. Pasado el mediodía la concentración ya era masiva y comenzó el operativo represivo, con un número desproporcionado de efectivos de Policía Federal y Gendarmería que empujaban incluso a grupos de manifestantes entre los que había personas en silla de ruedas que gritaban contra el veto y solo portaban carteles por los derechos de las personas con discapacidad.

La Ley de Emergencia en Discapacidad busca revertir un panorama que por estos días es desolador. Según un informe reciente de la Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad (REDI), la pensión por invalidez laboral está congelada en $217.000 y una maestra de integración en la escuela común cobra solo $3.000 la hora, con una demora de 180 días. Todo esto, mientras se recortaron pensiones por discapacidad y la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) proyecta recortar otros cientos de miles. Se trata de pensiones de 270 mil pesos, más un bono que lleva el total a poco más de 300 mil.
“Uno va pidiendo ayuda en la familia, se hace lo que se puede. Pero esperemos que este hombre recapacite”, pidió ante las cámaras Olga, una jubilada que marchó ante el Congreso, dirigiéndose a Milei. “Hay remedios que tuve que suspender. Hay muchas cosas que tienen que cambiar en la casa para poder subsistir. Para poder seguir adelante por mi hija”, dijo a C5N.

Un reclamo federal
La masiva protesta frente al Congreso se replicó también en distintos puntos del país. “Si la crueldad avanza, salimos a las plazas”, había anunciado la Asamblea De Trabajadores de Inclusión (ATI) al convocar para este martes a una Jornada Federal por la Ley de Emergencia en Discapacidad.
Córdoba fue escenario de las protestas más concurridas. Desde la Plaza San Martín de Córdoba Capital, Virginia Els –presidenta de la Cámara de Prestadores de Discapacidad de Córdoba (Capredis)- destacó el gran número de familias que se sumó a reclamar, junto a prestadores, transportistas y profesionales. “El veto incrementó el reclamo. Ahora estamos intentando alzar la voz para que los diputados escuchen el reclamo y vuelvan a votar la ley con los dos tercios necesarios para que se sostenga. Fue algo multitudinario, con mucha más participación de familias que antes”, resaltó.

Los motivos de protesta son varios, pero todos tienen que ver con frenar el maltrato y el ajuste sobre el sector, ante una política cruel que afecta a todos los actores del circuito. “Reclamamos que se actualicen los aranceles, que se contemplen otros criterios para las auditorías. El tema de las prestaciones está en una etapa crítica: las instituciones están cerrando”, advirtió.
El embate contra el sector es tal que está generando un nivel de unidad inédito: “En Córdoba, prestadores, instituciones, profesionales independientes, familias, personas con discapacidad, estamos todos muy unidos. Estamos todos trabajando a la par. Es algo que nunca había sucedido. Nos unió el espanto”, resumió Els.
Franco Muscio, terapista ocupacional al frente de un centro de día en la zona de Sierras Chicas, se acercó a la capital provincial para participar de la protesta. “El servicio es cada vez más precario, una situación alarmante y angustiante y un Estado nacional que no da respuesta. Este año es imposible sostener las prestaciones. Cada vez hay más recortes. No sé cómo vamos a seguir. Las familias son las más perjudicadas”, sentenció ante las cámaras. “Sin espacios como los nuestros, se pierde calidad de vida. Hace diez años que estoy en esto. Nunca había pasado algo así”.

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